El Grito del Sur Nº 61 Noviembre 2019 - Al calor del orgullo villero

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Periódico barrial Distribución gratuita 3.000 ejemplares mensuales Noviembre 2019 ISSN 2451-7178

Comuna 1 /3 /4 Constitución, Monserrat, San Cristobal, San Telmo, Parque Patricios y Barracas

Año - 07

Número 61

Al calor del orgullo villero

Cientos de personas salieron a las calles para celebrar la Primera Marcha del Orgullo Villero en el Barrio Padre Carlos Mugica, más conocido como la Villa 31. Cantos populares, reclamos y discursos encendidos colmaron una jornada histórica. “Esta marcha es el comienzo de la revolución de una clase social vulnerada”, aseguraron les presentes. Pág 6.

¿Por qué el macrismo volvió a perder en la 31?

Un año más de recuerdo por Nuria y Natalia

Pág 4.

Pág 9.


02 · Sumario / Editorial

03 04 05

Ciudad de la furia / Elecciones 2019 · 03

Tropa kirchnerista Legislatura ,

¿Por qué el macrismo volvió a perder en la 31? ,

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El titular de la CGT quiere dejar a 11 familias sin techo

09

Un año más de recuerdo por Nuria y Natalia

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Ahora nosotros tomamos el control

Las nuevas caras

La tropa kirchnerista crece en la Legislatura Juntos por el Cambio seguirá teniendo mayoría propia con el favor de sus aliados, pero el Frente de Todos logra el ingreso de 11 nuevos legisladores y fortalece su presencia en el recinto porteño. Conocé quiénes son y sus trayectorias.

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Nota · El Grito del Sur

LAS NUEVAS CARAS

KIRCHNERISTAS

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06

“Varón feminista no es una identidad, sino una relación”

“Esta marcha es el comienzo de la revolución”

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Fuego y lacrimógenas en el oasis neoliberal ,

Editorial

Cayó por su propio peso Si bien la diferencia en las PASO parecía irrecuperable hace algunas

semanas, el macrismo sorprendió con una mejora considerable en su performance electoral. El voto oficialista se volvió a aglutinar en provincias como Córdoba, Mendoza, Santa Fe, Entre Ríos, San Luis y CABA. Además, Julio Garro se impuso sobre Florencia Saintout en la capital de la provincia y Fernanda Raverta no obtuvo la victoria en Mar del Plata, ciudad elegida para el cierre de campaña del Frente de Todos. El único que festejó fue Horacio Rodríguez Larreta. Con 55,07% de los votos, el cambiemita más fuerte fue reelecto por cuatro años más en la Ciudad de Buenos Aires. El jefe de Gobier-

no sostuvo un electorado fiel que no fue seducido por la estrategia Todista de postular un outsider. Así, se impuso nuevamente en un territorio históricamente conservador que sigue siendo el corazón del país y la ciudad más rica. Los resultados electorales dejan en claro que ni el macrismo ni la derecha están derrotadas en nuestro país y que a partir del 10 de diciembre se posicionarán cómodamente en el rol de oposición, lo cual probablemente reforzará su odio acérrimo a las sectores populares, como sucedió siempre que en nuestra historia un gobierno popular benefició a las grandes mayorías. A pesar de las operetas judiciales, los medios hegemónicos a su favor y con la principal figura de la oposición cauta durante los primeros tres años de

mandato, el conservadurismo no pudo duplicar su etapa. Ningún eslogan de campaña fue suficiente para paliar la crisis, la desocupación y los bolsillos vacíos. Con la efervescencia popular en las calles sólo se puede elaborar una conclusión: no se pudo, el monstruo cayó por su propio peso. Si bien la diferencia en las PASO parecía irrecuperable hace algunas semanas, el macrismo sorprendió con una mejora considerable en su performance electoral. El voto oficialista se volvió a aglutinar en provincias como Córdoba, Mendoza, Santa Fe, Entre Ríos, San Luis y CABA. Además, Julio Garro se impuso sobre Florencia Saintout en la capital de la provincia y Fernanda Raverta no obtuvo la victoria en Mar del Plata, ciudad elegida para el cierre de campaña del Frente de Todos. El único que festejó fue Horacio Rodríguez Larreta. Con 55,07% de los votos, el cambiemita más fuerte fue reelecto por cuatro años más en la Ciudad de Buenos Aires. El jefe de Gobierno sostuvo un electorado fiel que no

fue seducido por la estrategia Todista de postular un outsider. Así, se impuso nuevamente en un territorio históricamente conservador que sigue siendo el corazón del país y la ciudad más rica. Los resultados electorales dejan en claro que ni el macrismo ni la derecha están derrotadas en nuestro país y que a partir del 10 de diciembre se posicionarán cómodamente en el rol de oposición, lo cual probablemente reforzará su odio acérrimo a las sectores populares, como sucedió siempre que en nuestra historia un gobierno popular benefició a las grandes mayorías. A pesar de las operetas judiciales, los medios hegemónicos a su favor y con la principal figura de la oposición cauta durante los primeros tres años de mandato, el conservadurismo no pudo duplicar su etapa. Ningún eslogan de campaña fue suficiente para paliar la crisis, la desocupación y los bolsillos vacíos. Con la efervescencia popular en las calles sólo se puede elaborar una conclusión: no se pudo, el monstruo cayó por su propio peso.

El Grito del Sur- Fundado el 23 de sepiembre de 2012 en el natalicio de Mariano Moreno - Registro ISSN 2451-7178 - Director Propietario: Yair Cybel - Tirada 3.000 ejemplares - Registro de la Propiedad Intelectual 5295866 - Noviembre 2019 - Número 61 - Domicilio legal: Camarones 1549 CABA - contacto: elgritodelsur@gmail.com Impreso en Editora del Plata S.R.L. - España 221, CP 2820 (Gualeguaychú, Entre Ríos) Registro de Medios Vecinales CABA - Se autoriza la reproducción del material publicado, citando la fuente.

Claudia Neira: fue directora del Banco Ciudad por la oposición hasta iniciada la campaña, cuando decidió tomarse licencia. Ya conoce el recinto casi de memoria: fue legisladora entre los años 2011 y 2015. Su lugar de militancia política es el Nuevo Espacio de Participación (NEP). Claudio Ferreño: amigo de la infancia de Alberto Fernández. También tiene experiencia como legislador, dado que cumplió este rol en el período 2003-2007. La gran mayoría duda que ingrese efectivamente en la Legislatura, dado que le esperaría algún cargo en el Ejecutivo. Ofelia Fernández: será la legisladora más joven de América Latina con apenas 19 años. Referente de la juventud

y militante feminista, integra el Frente Patria Grande que conduce el dirigente social Juan Grabois. Claudio Morresi: fue secretario de Deportes durante los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner. Cultor del perfil bajo, el ex futbolista de Huracán y River Plate -entre otros- dará lugar a su impronta dialoguista para ganar terreno en una Legislatura desfavorable para la oposición. Cecilia Segura: presidenta de la Auditoría General de la Ciudad de Buenos Aires y militante de La Cámpora. Dado su perfil de cuadro técnico -esta socióloga ocupó durante casi toda su trayectoria cargos ejecutivos-, también es una incógnita si ocupará un rol en la Legislatura o si será tentada en otra parte. Javier Andrade: Será el segundo mandato del legislador camporista y hasta se vislumbra como posible jefe de bloque dentro del Frente de Todos tras las idas de Mariano Recalde al Senado y de Paula Penacca a Diputados.

Maru Bielli: Militante territorial ligada a diferentes iniciativas de educación popular en la Villa 31 y además referente de la organización El Hormiguero. Esta socióloga feminista está también ligada al sector cristinista más duro dentro de la Legislatura que se avecina. Matías Barroetaveña: proveniente del área académica, este licenciado en Ciencia Política de la Universidad de Buenos Aires fue secretario de Empleo de la Nación y actualmente dirige el Centro de Estudios Metropolitanos dentro de la UMET. Milita en Peronismo x la Ciudad. Lucía Cámpora: ex vicepresidenta de la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA) y militante de La Cámpora, es otra de las sub-30 que ingresa

en la Legislatura. Su icónico apellido tiene que ver con su historia familiar: es sobrina nieta de “El Tío”, pero se define como “peronista y kirchnerista por convicción”. Manuel Socías: mano derecha de Matías Lammens. Poco conocido en el ambiente político hasta hace algunos meses, ofició como uno de los integrantes de la mesa chica de la campaña porteña del Frente de Todos. Laura Velasco: esta licenciada en Letras es militante de Somos, el nuevo espacio político encabezado por Victoria Donda tras su ruptura con Libres del Sur. Ferviente militante feminista, actualmente es directora de Proyectos del Consejo Económico y Social de la Ciudad de Buenos Aires (CESBA).


04 · Elecciones 2019 / Villa 31

Elecciones 2019 / Horacio Rodríguez Larreta · 05

Esa obsesión del Pro

¿Por qué el macrismo volvió a perder en la 31? La urbanización se lleva millones del Banco Mundial y el BID, pero el Pro no logra hacer pie en el territorio. Rodríguez Larreta duplicó sus números de las PASO, pero quedó muy lejos del 67 por ciento del Frente de Todos. Nota · El Grito del Sur Foto · Nicolás Cardello

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l domingo de la elección, un pasacalle cruzaba de lado a lado la avenida Carlos Perette, donde se ubica la tradicional feria de la Villa 31. “Votá a Rodríguez Larreta, votá la urbanización”, se leía en letras blancas imprenta sobre fondo amarillo. Una decena de carteles como aquél permanecían colgados desde hacía un mes en distintos puntos del barrio. Descontento con el resultado de las PASO, el Jefe de Gobierno había literalmente retado a los funcionarios de la Secretaría de Integración Social y Urbana, el brazo del Pro en el territorio, y les había pedido que tradujesen en votos cortantes y sonantes la millonaria inversión que el Ejecutivo realiza en el barrio. Pero la persistencia del pasacalle en plena veda, colocado para colmo a pocos metros de la escuela Filli Dei -habilitada para votar-, pareció un exceso de obediencia. Los propios vecinos enojados con la gestión alertaron a los fiscales de la oposición y mandaron a bajarlo. “Hasta trajeron camiones con mercadería para repartirla con la boleta”, cuenta una histórica militante del barrio a El Grito del Sur, para graficar “el nivel de obsesión” del Pro con el resultado en la 31. También hubo algún que otro chispazo dentro de las escuelas, porque el oficialismo llevó más de un fiscal por mesa, muchos de ellos trabajadores de la propia Secretaría que conduce el ex Sushi Bar Restó Diego Fernández. La última carta fue gastar dos millones de pesos para producir piezas audiovisuales mostrando los progresos de la urbanización. El despliegue dio resultado: Rodríguez Larreta logró duplicar el porcentaje respecto de agosto. Cosechó casi el 32 por ciento de los votos, muy por encima del 16,9 que obtuvo en las PASO y hasta del magro 19,6 final de Mauricio Macri en la categoría Presidente. Pero el problema para el Pro, igualmente, sigue estando en la fuerte adhesión del barrio al kirchnerismo: tanto Alberto Fernández como Matías Lammens se llevaron más del 65 por ciento de los votos. Todas las elecciones se chocan con el mismo muro: el peronismo juega allí de local, dado que nunca perdió una elección ni bajó del 50 por ciento, ni siquiera en 2017, durante el auge amarillo. Pero a la hora de pensar la composición del voto dentro del barrio hay que tener en cuenta que se trata de una muestra poco significativa: en el circuito 5 de la Comuna 1, donde votan los vecinos de la 31, hay poco menos

Larreta se le planta a Marcos Peña

Ahora nosotros tomamos el control de 9000 electores habilitados para votar, repartidos en apenas 26 mesas, y se estima que en el barrio viven unas 60 mil personas. Hay, por un lado, un universo importante de vecinos que se ven obligados a declarar otro domicilio para poder conseguir trabajo, producto del estigma. Muchos otros, con un arraigo persistente en el interior o el conurbano, desde donde llegaron a vivir a la 31, y donde siguen votando. Y otro tanto que no figura en el padrón. “Reforzamos la militancia en la 31 como lo hicimos en cada barrio o comuna donde vimos que no nos fue bien en las PASO”, dijeron desde el entorno del Jefe de Gobierno respecto de la filtración de las “órdenes” de mejorar los números en el barrio. “Pero somos respetuosos del voto de cada uno, que tiene múltiples razones”, se atajaron. Si bien cómo votó ese universo fuera del padrón es una incógnita, los resultados dentro del circuito de la 31 hablan a las claras de los problemas de la gestión para hacer pie en el barrio, pese a los millones que se bajan. La mudanza de 800 familias del bajo auto-

pista al conjunto de nuevas viviendas en el sector YPF, por caso, se planificó para mediados de este año pero sigue sin concretarse, en buena medida por la desconfianza de los vecinos sobre la calidad de las viviendas pero también porque temen perder lo construido durante generaciones por un supuesto beneficio (el de tener una casa nueva) que no termina de convencerlos. La reubicación de la primera tanda hacia el complejo “Containera” dejó a grupo numeroso de familias sin soluciones, y a otro tanto desencantadas con el nuevo destino. La casi nula contemplación al desguace familiar y la firme organización política de los vecinos, que reclaman y exigen cada derecho que entienden les corresponde, hacen que el apuro del Gobierno por mostrar resultados choque con los propios intereses de las personas supuestamente beneficiadas por la urbanización. Tanto Diego Fernández como el resto de los funcionarios, Rodríguez Larreta incluido, tienen que explicar a las autoridades del Banco Mundial, que pusieron 170 millones de dólares hace dos

años, y a los jefes del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que pusieron otros 50 millones, por qué la gente no acompaña el proceso, la conclusión más rápida que puede sacarse al mirar los resultados de las elecciones.

Con el 55 por ciento de los votos, Horacio Rodríguez Larreta no sólo renovó la jefatura de gobierno porteña, sino que se posicionó como el constructor, ahora sí, de su propio poder. Preocupación por los fondos de Nación que le girará Alberto Fernández. Texto: Matías Ferrari Foto: Abril Pérez Torres

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l lunes pasado, 24 horas después de la elección que lo coronó como el primer Jefe de Gobierno de la historia en ser electo en primera vuelta, Horacio Rodríguez Larreta festejó su cumpleaños 54 con una cena íntima en su casa. Entre los convidados a brindar se destacó la gobernadora saliente de la Provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, acompañada por algunos de sus dirigentes más cercanos. El ausente de lujo, por contraste, fue el jefe de Gabinete y de la campaña presidencial, Marcos Peña. Tanto Vidal como Larreta tienen, por estas horas, motivos suficientes para mantener fría la relación con el principal apuntado por el desbarranco del proyecto político de Cambiemos. Por ahora, Larreta no tiene ninguna intención de prestar la gestión de la Ciudad para recibir a la tropa de

desempleados del gobierno nacional saliente. Tampoco de hacerle un favor a Peña, quien le busca trabajo a varios de los suyos que volverán al llano en 40 días. Cabe destacar que el secretario de Legal y Técnica de la Presidencia y ex síndico del grupo Macri, Pablo Clusellas, busca un lugar en la Auditoría porteña a partir del 10 de diciembre y, de esa forma, zafar de la vuelta al llano. “No hay nada de eso en el horizonte, Horacio está conforme con su propio equipo”, señalaron desde el entorno del único dirigente del Pro que retuvo -y hasta amplió- su poder. “El sentido común indica que la gente de Nación que termina su mandato quiera recaer en la Ciudad, pero de ahí a que se dé en los hechos hay un abismo”, explican. Aunque sí, claro está, el caso María Eugenia es diferente: si ella lo pide, el cargo lo tiene. Pero Vidal, al menos por ahora, tiene otros planes. Esta semana negoció con el propio Mauricio Macri que Cristian Ritondo, su ministro de Seguridad y uno de los

dirigentes de su máxima confianza, sea el presidente del -numeroso-bloque del Pro en Diputados. Fue la confirmación de una larga discusión, que se inició a principios de este año, cuando Vidal pidió infructuosamente desdoblar las elecciones porque entendía -como muchos- que era la única forma de salvarse. La designación de Ritondo en Diputados fue una especie de premio consuelo, y terminó de detonar la relación de todo el espacio con el presidente de la Cámara, Emilio Monzó, otro que busca repensar su rol en la oposición lejos de Marcos Peña. Vidal ya dejó clara su postura durante el cierre de su campaña, en Vicente López. La leyenda “Juntos por el Cambio” dejó paso a “Ahora nosotros”, en letras blancas sobre fondo rojo. Una despedida por partida doble. Larreta está convencido de la necesidad de reconstruir el espacio opositor, y como uno de los pocos caciques de Cambiemos que quedaron en pie -habría que sumar al tándem a Alfredo Cornejo, que ratificó su poder en Mendoza y al interior de la UCR- entiende que su lugar institucional lo obliga a un tono menos confrontativo y anti peronista que el que tomó el último tramo de la campaña de Macri. La principal

razón tiene que ver con los recursos: pese a que en el entorno del Jefe de Gobierno lo nieguen, flota en el aire la amenaza de Alberto de ser “el más federal de los porteños” y de redistribuir en el interior una parte importante de los fondos de coparticipación de los que la Ciudad gozó durante los últimos cuatro años. “El diálogo tanto con Fernández como con Kicillof va a ser cordial, esperamos poder trabajar juntos”, sentenciaron. Pero para hablar de quién será el jefe o la jefa de la oposición, todavía, dicen, “es prematuro”. “Tiene que pasar un tiempo”, se atajaron. Pero por lo bajo ya hay movimientos. Cornejo, menos sutil, no oculta sus intenciones de sumar a Macri a la lista de retirados de las grandes ligas que encabezan Elisa Carrió, Patricia Bullrich y Miguel Ángel Pichetto. Sea quien sea que represente el espacio, para el Jefe de Gobierno la elección fue pura ganancia. “La sensación final es muy buena en todos los sentidos, queda una oposición fuerte, bien afianzada, y en la Ciudad, superó todas las expectativas”, dijeron.


06 · Marcha del Orgullo / Villa 31

Marcha del Orgullo / Villa 31

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Primera Marcha del Orgullo Villero

“Esta marcha es el comienzo de la revolución” mos, nos formamos y logramos que muchas compañeras tengan documentos para que este año pudieran votar”. Martina, igual que lo harán otras compañeras durante la tarde, enfatiza en que las necesidades que atraviesan a las clases bajas muchas veces no están representadas en la movilización masiva que se realiza el sábado en el centro de la ciudad. “Nuestra problemática no es la misma que tienen las organizaciones LGTBQ+ de clase media para arriba; nuestra lucha es otra, no nos alcanza el cupo laboral porque muchas compañeras ni siquiera terminan la primaria. No tenemos acceso a la salud, nosotras más que acceso a las cirugías pedimos que nuestras compañeras tengan un plato de comida para asistir a trabajar o estudiar al menos una hora”.

“Nuestra problemática no es la misma que tienen las organizaciones LGTBQ+ de clase media para arriba”. Martina Pelinco Diversidad Trans Villera

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La primera Marcha del Orgullo Villero en la Villa 31 buscó visibilizar la existencia de la diversidad en los barrios y sus necesidades. “La historia dirá que en estos años una villa emprendió el rumbo de su liberación definitiva”, explicaron las organizadoras.

Texto: Dalia Cybel Foto: Nicolás Cardello

os tacos -largos, finísimos, estilizados- levantan apenas tierra a su paso. El andar seguro no da señales de que le resulte difícil caminar con ese calzado por la calle sin pavimento, o tal vez es la cadencia firme que cultiva la costumbre. Son las cuatro y media de la tarde y una columna numerosa entra por la calle principal del barrio Padre Carlos Mugica, más conocido como Villa 31, para reunirse con quienes hace rato esperan. En la pequeña multitud hay caras pintadas, pelos violetas, trajes brillantes, espejos, satén y encaje. Hay aros en la cara y tetas libres que se

escapan de la heteronorma. También hay banderas de una decena de organizaciones, algunas con poco en común. Enfrente de la sede de la organización Diversidad Trans Villera está por empezar la primera Marcha del Orgullo LGBTQ+ Villera. Martina Pelinco es parte de Diversidad Trans Villera y una de las organizadoras de la manifestación. Hace cinco años y a pulmón, el grupo sostiene de manera autogestiva su sede en el barrio. Para ella es fundamental que exista una marcha que emerja desde los territorios como forma de visibilizar

que entre lxs pobres, villerxs, originarixs y migrantes de la Villa 31 también hay marikas, tortas, travestis y trans. “Esta marcha es un orgullo villero, un orgullo latinoamericano, porque la 31 es una patria grande. Somos las mujeres, lesbianas, travestis, trans, migrantes, pobres, negras originarias, indígenas, sin documento o con antecedentes penales que esta villa asila. Ahora nos estamos organizando y gracias a eso tenemos una sede que banca a corazón y pulmón sin herramientas del Estado. Para nosotras el Estado siempre estuvo ausente pero resisti-

Alma Fernández es militante travesti y egresada del Mocha Celis, el primer bachillerato trans del mundo. Mientras recorre la villa envuelta en una bandera de colores habla con los medios, aunque unos segundos después interrumpirá la charla para recomendar a los gritos un puesto de choripanes. “Estamos acá reclamando y ocupando el espacio, diciéndole a los vecinos de la Villa 31 que también existimos, que también formamos parte de esta urbanización que se viene. Estamos abrazando la lucha de estos feminismos villeros y de masas populares. que están aflorando en Argentina. Estamos alzando nuestras banderas para reclamar que dejen de matarnos y diciendo basta de travesticidios y transfemicidios. Estamos acá para recordarle al gobierno de Horacio Rodríguez Larreta que una travesti no vive con un sueldo de menos de mil pesos por día en la Ciudad de Buenos Aires. Estamos reclamando con nuestros cuerpos travestis y trans esta agenda olvidada en el contexto macrista y neoliberal. Estamos acá por todas nuestras muertas: por Lohana Berkins, Diana Sacayán, Nadia Echazú, Claudia Pía Baudracco, por Maite Amaya. Estamos acá por la furia travesti”, dice con un tono seguro que hace carne en su cuerpa danzante. El trabajo de Mónica Santino en el barrio es histórico. Como directora técnica y ex jugadora de la AFA, organiza el equipo “La Nuestra Fútbol Feminista”, integrado por un grupo de pibas de la Villa 31. Santino cuenta a El Grito del

Sur: “Creo que todavía en el barrio subsisten muchos prejuicios en relación a la diversidad y la marcha es una buena herramienta para que la unión en el barrio sea auténtica, con la diversidad dentro y no fuera. Cuando hablamos de lucha de clases hay muchísimas batallas que tienen que ver con la conciencia de género, que parece que al barrio no hubieran entrado todavía hoy. Hay personas que se sintieron ofendidas porque el flyer tenía al Padre Mugica con los labios pintados, esas son las patas del patriarcado sobre el barrio y una marcha así hace que la gente empiece a cambiarlo”. Respecto a la importancia de que las pibas del barrio se organicen en equipos como “La Nuestra”, explica: “El fútbol es una herramienta fantástica para erradicar la violencia de género en el barrio porque nos apropiamos de un deporte que históricamente se considera que es masculino. Las mujeres que entraron a la cancha se empoderaron porque entendieron que sus cuerpos no sólo están planificados para la maternidad”. La marcha recorrió toda la Villa 31 en un camino serpenteante con paisaje de casas amuchadas que crecen en altura como enredadera. Los cantos populares no faltaron y los carteles exigieron cupo laboral y justicia para las mujeres travestis y trans asesinadas por un sistema que las condena a tener 35 años de expectativa de vida. ‘No seas paki, vení y proba, esta cajeta es piquetera y popular’, corearon travestis, trans, mujeres, lebianas, marikas, bisexuales y no binaries durante la tarde. Muchos vecinos y vecinas acompañaron la movilización. Una vez finalizado el recorrido, algunas de las referentas tomaron el megáfono. Paula Arraigada, integrante del parlamento de mujeres y quien fuera candidata a diputada nacional por la lista del Frente de Todos, Todas y Todes, manifestó: “Este es un día histórico porque es la primera vez que dentro de un barrio popular se hace una marcha de compañeros y compañeras de la diversidad y sobre todo porque estuvo organizada por el colectivo travesti y trans. Esto es el principio de lo que viene y lo que viene seguramente son tiempos más igualitarios donde los derechos se reivindiquen, donde las mujeres travestis y trans vuelvan a tener lo que nunca tuvieron, que es el derecho al trabajo registrado. ¡Vamos por el cupo travesti trans, vamos por la ley de reparación histórica para nuestra identidad y vamos por un gobierno que respete a todas las identidades y que tenga lugares para las afro, las originarias, las pobres, las gordas, las travas y las trans!”.

“Es la primera vez que dentro de un barrio popular se hace una marcha de compañeros y compañeras de la diversidad”. Paula Arraigada.

También las integrantes del Hotel El Gondolín, un espacio que desde hace más de 20 años acoge a personas de la comunidad travesti y trans, y el Bachillerato Mocha Celis se hicieron presentes. Mientras el sol comenzaba a amodorrarse detrás de los edificios caros de Retiro -que acentúan el tajo doloroso de desigualdad-, les presentes se movilizaron hasta el escenario. Como sucede en los barrios populares, la policía nunca dejó de controlar de cerca a la comitiva. En el playón de la villa hubo música, baile y agite al ritmo de Gloria Trevi. Luego de que las compañeras de la asamblea feminista de la Villa 31 leyeran su discurso y ya con la poca luz de la noche de viernes, fue Martina Pelinco la encargada de leer la carta de cierre. “Somos intérpretes de una profunda vida de reclamos de nuestro pueblo. Esta marcha es el comienzo de la revolución de una clase social vulnerada, incluso por nuestra misma comunidad LGTBQ+ de clases sociales medias y altas. La historia dirá que en estos años una villa entera con mujeres trans emprendió el rumbo de su liberación definitiva, sentó las bases de su posible desarrollo, doblegó el poder de una oligarquía egoísta y colonial y resistió frente a las presiones de Larreta y sus aliados. Somos las herederas de un ilustre pasado que nos dejó Néstor Kirchner con el recuerdo de haber luchado para aprobar la Ley de Identidad de Género, el matrimonio igualitario y el acceso a la salud, la hormonización y las cirugías para el colectivo travesti-trans en Argentina. Hoy es un día muy importante, no sólo para la diversidad trans villera y el colectivo LGTBQ+, sino para todos los vecinos y los que vienen de afuera para adentro. Esta marcha fue posible con todas y todes. El Estado debe saber que la lucha por la diversidad es distinta acá y eso lo tenemos que hablar de la gente de Alem para afuera, de Libertador para afuera. Nuestra lucha es otra porque somos villeras.


08 · Ciudad de la furia / Vivienda

Feminismo / Violencia de género · 09

Femicidios en el barrio de La Boca

Conflicto por un inmueble porteño

El titular de la CGT quiere dejar a 11 familias sin techo

Un año más de recuerdo por Nuria y Natalia Natalia y Nuria, de 15 y 18 años, fueron asesinadas por Mariano Bonetto en el barrio de La Boca allá por octubre del 2016. Ana, la madre de Natalia y dos de sus mejores amigos, reconstruyen su historia luego de un nuevo aniversario.

Texto: El Grito del Sur

H

ay instantes que trasforman la vida. Volantazos, que rompen la linealidad de la trama. Partículas de tiempo que escupen fuego. Segundos cúlmines que fulguran, relampaguean frente a los ojos, virando el curso normal de los acontecimientos. Hay instantes inaprensibles capaces de convertir lo cotidiano en tragedia. Haciendo estallar la realidad como una piedra que encuentra de golpe el cristal destrozándolo. El 11 de octubre del año 2016, a Natalia y Nuria la tragedia les impactó sobre el cuerpo. Ese día ambas pasaban la tarde con sus grupos de amigos en la Plaza Irala, cuando Mariano Bonetto, veterinario cordobés de de 27 años al momento del hecho, las atacó a cuchillazos generando heridas que les costarían la vida. Natalia tenía 15 años, cursaba su tercer año en la “Escuela de Bellas Artes Manuel Belgrano” en el barrio de La Boca, a unas cuadras del lugar donde sucedió el hecho. Nuria tenía 18, era egresada del colegio y trabajaba en la librería que funcionaba

La Federación de Asociaciones de Trabajadores de la Sanidad, conducida por el líder cegetista Héctor Daer, intentó avanzar con el desalojo de un inmueble de su propiedad, ubicado en el barrio porteño de San Cristóbal. Las familias resistirán hasta tanto el IVC les otorgue una solución habitacional. Texto: El Grito del Sur

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ejos de resolverse, la problemática del acceso a la vivienda se agrava en la Ciudad de Buenos Aires e involucra hasta los actores sociales menos esperados. La Federación de Asociaciones de Trabajadores de la Sanidad (FATSA), cuyo principal referente es el líder cegetista Héctor Daer, intentó el pasado lunes 28 de octubre efectuar un desalojo dentro de un inmueble de su propiedad, ubicado en el barrio porteño de San Cristóbal. Sobre la calle Humberto 1º 2064 viven once familias, un total de 70 personas dentro de las cuales hay niños y gente con discapacidad. Esta antigua casona amaneció cercada por efectivos de la Policía de la

Ciudad, que llegaron con la intención de ejecutar un operativo de desalojo. Cerca del mediodía y en medio de una creciente tensión, las diferentes partes lograron llegar a un acuerdo para frenar el desalojo y concertaron los pasos a seguir: por un lado, los vecinos asistirán a una audiencia judicial la próxima semana y, por el otro, lograron un compromiso del Instituto de Vivienda de la Ciudad (IVC) para actualizar los créditos individuales preadjudicados a seis familias -e incluir a aquellas que no habían obtenido ese beneficio-, que nunca se pagaron y quedaron totalmente devaluados por las diferentes corridas cambiarias que acaecieron desde el año 2016 hasta la fecha. “A pesar de que son un sindicato de la Sanidad, esta gente es crápula y

nos quiere dejar en la calle. El lunes quisieron irrumpir en la propiedad a la fuerza y no lo lograron porque tuvimos el apoyo de toda la gente que vino. Pudiendo esperar 45 días antes de las fiestas para que nosotros pudiéramos tener una respuesta del Instituto de la Vivienda y así escriturar, ellos dijeron que no porque tienen muchos intereses económicos: se ve que quieren la propiedad para venderla o vaya a saber qué”, denunció Soledad Cabral, vecina del edificio y referente de la CTEP, en diálogo con El Grito del Sur. Luego agregó: “Hubo muchas intenciones de nuestra parte de tener una negociación con el sindicato, pero ellos nunca quisieron. De hecho, me quisieron coimear con 200 mil pesos para que me vaya. No lo hice ni lo voy a hacer”. Los vecinos afectados apuntan contra Héctor Daer y Carlos West Ocampo -jefes de Sanidad- por su “voluntad represiva” y explican que están dispuestos a negociar una salida pacífica de la propiedad en caso de que el IVC cumpla la ley y les asigne la posibilidad de escriturar. Guillermo Cabral, padre

de Soledad y residente en el lugar desde hace más de 30 años, explica a este medio que “los anteriores dueños desaparecieron en la época de los milicos y este lugar era un basural abandonado cuando llegamos. Muchas familias que vivían debajo de la autopista se instalaron acá para tener un techo donde vivir. Toda la gente del barrio me conoce. El sindicato quiere quedarse con todo el predio, que tiene un fondo de casi 50 metros. Nosotros no nos adueñamos, pero cuando llegué acá no teníamos luz ni agua y tuve que pagar toda la deuda atrasada y reparar todo el frente del edificio. Gastamos mucho para poder vivir acá en buenas condiciones”. Ahora las once familias esperan por escrito la confirmación de los créditos del IVC y un guiño del sindicato FATSA, que en principio se comprometió a frenar el desalojo, para ganar un poco de tiempo de cara a la búsqueda de una solución habitacional conjunta.

dentro del mismo. Ambas se conocían y tenían amigos en común. El día de la tragedia, Bonetto merodeó por la plaza estudiando el terreno. Antes había estado en Parque Lezama, pero se trasladó a la Plaza Irala donde no había presencia policial. Bonetto atacó primero a Nuria, cuyos amigos salieron desesperados gritando y pidiendo ayuda. A continuación -antes de que pudiera comprender la situacion- hizo lo mismo con Natalia usando el arma blanca que había comprado especialmente. Cuando el asesino intentó escapar, los transeúntes lo interceptaron para retenerlo y fue entonces cuando un vecino le clavó su propio cuchillo en la sien. La primera instancia judicial fue en diciembre del 2016, cuando la jueza de instrucción Wilma López declaró al acusado inimputable y fue sobreseído, alegando supuesta insuficiencia de sus facultades. En ese momento Bonetto fue trasladado al Programa Interministerial de Salud Mental Argentino (PRISMA), del Complejo Penitenciario Federal N° 1 de Ezeiza. La familia de Natalia apeló la medida y fue la misma

jueza la que insistió, sobreseyéndolo por segunda vez. Tras la segunda apelación, el caso se elevó a juicio oral. Durante el juicio Bonetto escribió una carta aceptando la intención deliberada con la que cometió los hechos y solicitó ser trasladado del pabellón psiquiátrico a uno normal. “He sido declarado inimputable mediante una entrevista con profesionales en la que bajo los efectos del miedo a ser puesto en juicio y condenado mentí”, explicó. Sin embargo, su abogado minimizó el hecho. El 5 de julio del 2018, gracias a la insistencia de amigos y familiares de las víctimas, el Tribunal Oral en lo Criminal N° 22 -integrado por los jueces Ángel Nardiello, Patricia Cusmanich y Sergio Paduczak- aceptó el pedido de las querellas dictando prisión perpetua. “Cuando la jueza declaró la sentencia la sala estalló por un momento”, recuerda Ana con voz entrecortada. La familia de Natalia siempre exigió que el crimen sea considerado un femicidio porque entienden como no arbitrario que los ataques hayan sido a dos mujeres. Según se supo luego, Bonetto (hijo de un banquero de Córdoba) aceptaba y presumía del odio que tenía hacia las mujeres, luego de de que su ex novia lo dejara. Ana, Camila y Santino entienden que por más que la sentencia haya dado la pena más alta, hay algo de la lo judicial que excede a la Justicia real y tiene que ver con la imposibilidad de recuperar

los afectos. Arrancados por el odio y la saña de un sistema patriarcal donde algunos cuerpos -los de mujeres y disidencias- valen menos. “Lo que pasó fue muy injusto y no hay una medida igual a ésta, ninguna justicia la puede igualar”, dice Ana sin elevar el tono de voz. En el mural frente a la Plaza Irala ambas sonríen, entre pétalos de flores violetas sobre el fondo de rojos y naranja. Sus sonrisas dejan ver los dientes. Nuria tiene la cabeza ladeada y el pelo ondulado hacia un costado. Natalia lo lleva trenzado. Santino dice que tiene la foto del mural en su celular. Para él, tanto dolor que significa que le haya arrancado la vida a su amiga es algo que no se repara. “Yo lo sigo sintiendo injusto. Él [Bonetto] tiene un par de años de cárcel, pero sale y la familia sigue estando ahí y teniendo un montón de plata. No existe justicia para esto, solo existen formas de aliviar el dolor y contrarrestarlo. El sentimiento nunca va a pasar, es algo que siempre vamos a tener. Yo lo sigo sintiendo como ayer y creo que nunca se va a superar porque no se supera”.


10 · Masculinidades / Lucho Fabbri

Masculinidades / Lucho Fabbri · 11

Luciano Fabbri

“Varón feminista no es una identidad, sino una relación”

ejercer, que adelante de las compañeras saben que ya no pueden sin ningún tipo de costo. ¿Cuál es el rol de los varones en el feminismo? No creo que los varones cis tengamos que disputar un lugar, un reconocimiento o una credencial como feministas, sino hacer del feminismo una mirada para problematizar nuestras relaciones y nuestras prácticas. En este sentido planteo que varón feminista no es una identidad, sino una relación.

“No creo que los varones cis tengamos que disputar un lugar como feministas”

¿Cómo se trabaja esto puertas adentro de las organizaciones? ¿Es mejor trabajarlo de manera mixta o es preferible crear espacios específicamente para varones? No puedo responder por cómo se trabaja en todas las organizaciones. Conozco algunas experiencias, en muchos casos son experiencias de trabajo sólo entre varones. Yo pongo el énfasis un poco en los varones y sobre todo en los varones cis porque creo que no habría que usarlo como sinónimo de masculinidades. Sí creo que hay que generar estrategias de trabajo con varones cis, entre varones cis, para problematizar los efectos y las consecuencias de nuestras prácticas sobre les otres y también para problematizar qué consecuencias tienen sobre nosotres mismes. Y poder ir circunstancialmente construyendo espacios de diálogo intergéneros que no sean revictimizantes para esos otres sujetes, que lleguemos a esos espacios con autocrítica, con voluntad de escucha y con la posibilidad de construir espacios que verdaderamente sean reparatorios de las violencias que ejercemos y no reproductores de esas violencias. Cuando llegamos a los espacios intergéneros sin reflexión crítica y sin una autocrítica previa, en general son revictimizantes para las compañeras porque llegamos negándonos, o resistiéndonos, o relativizando, o menospreciando, o ridiculizando exigiendo que nos expliquen. ¿De qué hablamos entonces cuando se plantea construir nuevas masculinidades? A mí el concepto de nueva masculinidad o nuevas masculinidades, sea en singular o en plural, no me cierra. Me parece que es un concepto eficaz entre comillas para poder comunicar de manera amplia y masiva que nos referimos a los procesos de crítica de la masculinidad tradicional, dominante, hegemónica y la apertura a otros sentidos y prácticas, pero me parece que el énfasis puesto en la novedad de la masculinidad puede ser como muy lavado, leído o interpretado de una manera superficial y eso puede llevar a la despolitización de este debate. Entonces me parece que está bien nombrarlo así, siempre y cuando lo discutamos y cada vez que se crea un panel, un taller o un espacio donde se lo llama de esta manera aprovechemos para arrancarlo poniendo en discusión el término.

En medio del 34º Encuentro en La Plata y en el marco del panel “Nuevas Masculinidades para una Argentina de Todes”, hablamos con Lucho Fabbri acerca del rol de los varones en el feminismo, la tarea de deconstruirse y reeducarse, y el debate acerca de los aliaddines.

Texto: Christopher Loyola Foto: Julián Galán

L

uciano “Lucho” Fabbri tiene 37 años, nació en Rosario y se autopercibe como un varón cis puto. Es licenciado en Ciencias Políticas, se doctoró en Cien-

cias Sociales, forma parte del Instituto de Masculinidades y Cambio Social y se desempeña actualmente en el área de género del rectorado de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) y como docente de la Facultad de Ciencias Políticas de dicha universidad. En diálogo con El Grito del Sur, Fabbri responde a algunos de los principales interrogantes que rondan las mentes de los varones activistas y militantes por estos tiempos. Hay un importante debate abierto acerca del lugar que deben ocupar o no los varones en el movimiento feminista. ¿Qué opinás al respecto? Lo que genera mucho problema -y no uno muy productivo- es pensarlo en términos de ocupar un lugar; eso ya genera una reacción muy defensiva de un montón de compañeras y compañeres, con mucha razón, en el sentido de que ya ocupamos todos los lugares. Lo que sí me parece que hay y que debería haber sobre todo es una responsabilidad, un rol, una tarea de los varones cis respecto a los feminismos y que fundamentalmente tiene que ver -entre todas las tareas posibles- con la más importante que es llevar la mirada feminista a los espacios donde las compañeras no llegan, que son los espacios de socialización masculina. Eso tiene que ver con erosionar y traicionar la complicidad machista en aquellos espacios donde los varones cis se sienten con la licencia o impunidad de

¿De quién es la tarea de reeducar a los varones? Es una tarea cultural y política. El desafío es enorme, implica no solo trabajar con los varones sino apostar a transformar las estructuras de poder y la organización social, por lo que no es de alguien en particular, es la tarea de todas las instituciones: es la tarea del Estado, es la tarea del sistema educativo, es la tarea del sistema de salud, es una tarea comunitaria, colectiva y de las organizaciones. Entre todos esos actores, quienes no pueden faltar son los varones con la responsabilidad principal de reeducarnos y acompañar a otros en ese proceso. Me parece que, así como no existe un patriarcado sin sujeto, también esos varones tienen que ser sujetos de la transformación de ese problema. También es cierto que la mayoría de los varones que algo hemos empezado a trabajar sobre esto lo hicimos porque hubo compañeras, sobre todo mujeres feministas, que nos han facilitado las herramientas para poder hacerlo. La cuestión es no exigírselo y no delegárselo, sino en todo caso escucharlas y formarnos con todo lo que vienen construyendo para poder replicarlo de alguna forma en los espacios de masculinidades. ¿Cómo se trabaja con aquellos varones que hoy no ven con buenos ojos al feminismo? ¿Cómo se los interpela? Interpelados están, por eso están enojados, de algún u otro modo están incómodos y desorientados. En todo caso, de lo que se trata es de ver cómo hacemos para que no se vayan del otro lado o para que no reafirmen su lugar desde una política antifeminista. Hay que pensar de manera amplia y estratégica dispositivos de políticas públicas y comunitarias que busquen hacer de esa interpelación y esa incomodidad en la que nos colocan los feminismos algo productivo y políticamente capitalizable para un proyecto liberador y no para ampliar las filas de los fundamentalistas y los antiderechos, ni los sectores conservadores. Ahí la educación sexual integral es una línea estratégica porque el sistema educativo es un lugar por el que pasan la gran mayoría de los varones, pero hay que pensar otras complementarias para aquellos que no pasan por ahí o aquellos que ya pasaron y ya no tienen esa posibilidad.

“Interpelados están (aquellos varones descontentos con el feminismo); por eso están enojados, de algún u otro modo están incómodos y desorientados”. Hay tanto debate como consumo irónico de memes acerca de los feministos y los aliados. ¿Quién define y quién no a un varón como feminista o como aliado? Cuando te decía esto de que varon feminista no es identidad sino relación, tiene que ver con intentar limitar y problematizar la búsqueda permanente por traducir nuestras espasmódicas prácticas de transformación en una identidad, en una forma de nominarlo y que se nos reconozca públicamente desde esa identidad, que muchas veces no está acompañada del cambio cotidiano de nuestras prácticas. De algún modo yo comprendo y comparto cuando la crítica, la sospecha, la ironía, el humor y la gastada vienen a señalar esa distancia, es decir, esto que vos estás diciendo que sos no se condice con tu práctica. Genial que estés a favor de la lucha por el derecho al aborto, todo bien con que uses el pañuelo y te pongas el marco de la Campaña en la foto de perfil de Facebook pero el fin de semana pasado me costó un ovario que te pongas el forro. Me parece que las compañeras vienen a señalar justamente eso, la distancia que hay entre las nominaciones y las prácticas. ¿Es esto lo central del debate? ¿Cómo se trabaja este tema con los límites que se presentan cotidianamente en nuestro día a día? Lo que planteo entonces es inhibir un poco esa necesidad de decretar lo poco que estamos haciendo y focalizarnos en poner nuestras energías en la transformación de nuestras relaciones. Sí creo que como organizaciones, como activistas y como militantes tenemos que pensar cuáles son los efectos de los discursos que reproducimos. Para mí el efecto de la ironización constante sobre la posibilidad de que los varones seamos aliados o feministas es contraproducente, no está alimentando tanto la mirada sobre nuestra práctica cotidiana sino el distanciamiento de los feminismos y eso está de algún modo fortaleciendo en muchos casos que los varones reafirmen que sobre el feminismo no tienen nada que hacer, que es algo con lo que no se tienen que vincular porque genera resistencia en compañeras y en compañeres. Todas las subjetividades somos socializadas en el patriarcado y necesitamos de los feminismos para transformar esa socialización y revertirla.


Latinoamérica / Chile despertó · 12

El Grito del Sur en Chile

Fuego y lacrimógenas en el oasis neoliberal Fuego en las calles. Una ciudad tapada de graffitis. Un oasis neoliberal con la peor sequía de su historia. Lacrimógenas e hidrantes contra jóvenes disfrazados por Halloween. Un país sin carnaval con una insurrección que rebalsa las instituciones.

Texto: Yair Cybel Foto: Ariel Olivares

E

vade, como mantra. Evade, en los carteles del metro, en los cordones de la vereda, en todas las paredes de la ciudad. Evade, como un hongo que lo invade todo, que emerge de las profundidades, que sale entre los adoquines de la Alameda. Evade, como consigna y bandera, como pavilo, como mecha, como chispa. Santiago está “rayada”. Si las paredes son las imprentas de los pueblos, la capital de Chile es hoy una editorial popular a cielo abierto. Edificios, paredes, monumentos, pisos y carteles. Todo “rayado”: graffitis, bombas, tags, murales, consignas. Fuera Piñera, Chile despertó, Mata un Paco, No + AFP, No son 30 pesos son 30 años. Los muros son programa político: radical, insurrecto, anti institucional y comba-

tivo. Mientras tanto, Chile está seco. En el “oasis neoliberal” hace meses que no llueve y es una de las peores sequías de la historia reciente. El pasto, antes verde, ahora se chamusca en un amarillo lúgubre. El caldo de cultivo necesario para que prenda mejor el fuego. Llegamos a Santiago para cubrir la mayor movilización de los últimos 40 años en el que fuera el laboratorio del neoliberalismo regional. El aumento del pasaje de metro prendió la llama de una democracia que suena más a prolongación dictatorial que a sistema incluyente, con una constitución pinochetista, el agua privatizada y la minería en manos extranjeras. Un pueblo sometido a base de militarización que explota y desborda por fuera de unas instituciones caducas. En el profundo descrédito de las instituciones, la calle es la que habla. El tono de la protesta es insurreccional, anti establishment y profundamente

desconfiado de la política. “No confiamos en ningún político, ni ninguna weá”, dice una piba encapuchada que no debe tener más de 15 años. La marcha de hoy es especial porque confluyen les estudiantes y los sectores populares en el clima del festejo de Halloween: un fiesta que gana cada vez más terreno en un país que no tiene carnaval. El guasón, la Casa de Papel, Anonymus o Hulk llegan a la calle con máscaras anti gas, botellas con agua y bicarbonato o limones. Todo el kit profesional anti represión en un clima festivo. En Plaza Italia vuelan las primeras lacrimógenas y los cabros repliegan un poco. “El que no salta es paco”, agitan les pibes y vuelven a ganar posiciones. A lo lejos viene “el guanaco”: un hidrante de proporciones monumentales que hace las veces de monstruo y combate a miles de jóvenes disfrazados. Pasa una caravana de motoqueros y unas mujeres envueltas en la bandera mapuche cantando y tocando el kultrún. La calle no se calma, pero cae la noche y decidimos retirarnos: ya recibimos suficiente gas para una única jornada y mañana se espera que llegue una marcha que proviene de Valparaíso, caminando 130 kilómetros para confluir con las poblaciones linderas a Santiago. El combate de calle está a otro nivel. Los pibes, profesionalizados a base de años de represión, manejan bien la calle y avanzan en focos. Máscaras anti gas, dobles remeras y capucha, gomeras, canicas, piedras y bombitas con pintura. Limón, guantes y un protocolo

implícito para replegar ordenados y sin correr, devolver las lacrimógenas por arriba y evacuar a los heridos. Del otro lado, sólo hay gases y balas de goma. La calle parece no creer en políticos o que no existiera (aún) una representación institucional que pueda darle cauce a esta emergencia. En los barrios comienzan a surgir cabildos y asambleas de pobladores. El diálogo entre sectores continúa y se fortalece: los pensionados, los sindicatos, los estudiantes y los docentes se unifican en las calles. No hay un programa muy claro, pero el murmullo de la Asamblea Constituyente comienza a sonar con más fuerza. Un helicóptero surca el cielo y en la calle persisten pequeñas fogatas. La ciudad se apaga ardiendo entre gritos y bocinazos. Los rostros de los muertos pegados en las paredes. Los rostros de los cabros, antes maquillados, ahora lucen despintados groseramente bajo las lágrimas que generan las lacrimógenas. Ahora a descansar. Mañana será otro día de lucha en un Chile en llamas.


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