m i e d o ante la desescalada Ramรณn ร lvarez Arroyo psicรณlogo
miedo
Solemos llamar «miedo» a un sistema de alarma que nuestro cerebro activa cuando detecta una posible amenaza.
Se trata de una respuesta útil y adaptativa que conlleva cambios en la fisiología, los pensamientos y el comportamiento.
§ El miedo es una emoción que tendemos a considerar como negativa, que no nos gusta experimentar. § Surge ante un peligro, ante lo desconocido, ante la incertidumbre o al percibir falta de recursos personales. § Se trata de una emoción adaptativa, que nos ha permitido sobrevivir como especie.
Cuando tenemos miedo, nuestra mente nos bombardea con pensamientos sobre posibles peligros, y nuestro cuerpo experimenta multitud de sensaciones desagradables, todas encaminadas a la huida, la lucha o la paralizaciĂłn. Â
Imagínese que se encuentra paseando por la calle y, de repente, alguien se dirige hacia usted de forma amenazadora, con clara intención de atracarle. Antes incluso de que sea consciente de ello, su cerebro activa una compleja red de «mensajería» con el fin de evitar la amenaza. Su cuerpo adopta las medidas necesarias para protegerle del atraco: empieza a sudar, su corazón se acelera y sus piernas intentan correr en dirección contraria. Esta respuesta de miedo le podría salvar la vida (o, en este caso, la cartera); pero también puede convertirse en problemática si a partir de aquel día deja de salir a pasear incluso sabiendo que no existe ningún peligro.
APRENDIZAJE POR ASOCIACIÓN Los procesos relacionados con el aprendizaje asociativo tienen lugar mediante la experiencia. Nuestras vivencias van enseñándonos que nos beneficia y que ́ resulta perjudicial para nosotros. Aunque no siempre obtenemos los mismos resultados con los mismos actos, los acontecimientos pasados son una guía para nuestras acciones futuras.
§ Aprendemos a tener miedos a través de nuestra historia, cuando nos ocurren cosas a nosotros/as o vemos que le ocurren a otra/o. § También podemos aprender a temer cosas que no hemos experimentado nunca antesà pero que a través del lenguaje, de lo que escuchamos decir y cómo lo dicen otros/as, nos condiciona. § del mismo modo también podemos tener miedo a nuestros propios pensamientos (nuestro lenguaje interior).
àLos niños y niñas experimentan miedos muy variados a lo largo de su desarrollo. àLa mayoría de estos miedos son pasajeros, poco intensos y ajustados a la edad. àEste tipo de miedo evolutivo es saludable ya que ofrecen la oportunidad de aprender a afrontar situaciones complejas e incluso estresantes con las que se encontrarán a lo largo de su vida
Pero… Algunos miedos infantiles son de intensidad elevada y no remiten espontáneamenteà pueden perdurar en la adolescencia incluso en la edad adulta.
Es entonces cuando esto se convierte en un problema
Nos encontramos ante una situación extraordinaria, nunca vivida antes, para la cual no nos han entrenado ni nos ha dado tiempo a prepararnos. Estamos inmersos/as en un nuevo aprendizaje, una etapa de la vida que será diferente, pero en la que como siempre, cuidar lo mejor posible de nuestros/as niños/as seguirá siendo una prioridad.
Los miedos infantiles son selectivos Esto es… aunque un padre gaste una broma y sin querer dé un enorme susto a su hijo, éste se sobresaltará, pero no le coge miedo. Contrariamenteà si es un desconocido quien asusta, será suficiente para que el niño se asuste y rehúya.
ÂżCĂłmo ayudar a nuestros hijos y nuestras hijas a que superen el miedo?
Misiรณn madres y padres: debemos ayudar a nuestros/as hijos/as con nuestro propio ejemplo de cรณmo afrontamos esta situaciรณn.
No presionarles a salir Es importante encontrar el tĂŠrmino medio entre un esfuerzo alcanzable, que no les resulte muy estresante y que al mismo tiempo no estĂŠ muy lejano a sus posibilidades. Â
Graduar el tiempo y las distancias: si el niño o la niña está muy bloqueado/a o con muchos miedos debido al coronavirus (COVID-19), es importante graduar el tiempo y las distancias. Y progresivamente, poco a poco, cuando vaya sintiéndose más seguro de sí mismo, ir aumentando ese tiempo y esa distancia. Si los primeros días han sido 10 minutos y cerca de casa, está perfecto. Lo importante es ir saliendo de esa zona de “confort” paralizante.
Escuchar el miedo. Darle voz y hablarlo sin negarlo, sin querer solucionárselo, sino entenderlo y arroparlo. Es la mayor fuerza que puede encontrar para ir superándolo e ir gestionándolo para que no le bloquee.
¿Qué podemos hacer con este miedo? El miedo desaparece (en muchas ocasiones) cuando el niño o la niña se sitúa en la situación temida y comprueba que realimente no sucede nada malo.
Utilizar el refuerzo positivo § Las conductas que se refuerzan, tienen más probabilidad de volverse a repetir y consolidar. § El uso del refuerzo positivo implica un cambio de actitud frente a los problemas de conducta: centrarse especialmente en los comportamientos adecuados. § Hay diferentes formas de emplear el refuerzo positivo: § Prestar más atención a los comportamientos adecuados. § Elogiando y felicitando de manera creíble y proporcionada por esos comportamientos. § Utilizar “profecías positivas”. § Concediendo ciertos privilegios.
EXPOSICIÓN Respetando sus tiempos
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