De paso por el territorio awajún

Page 1

DE PASO POR EL TERRITORIO AWAJÚN

TEXTO GUILLERMO REAÑO FOTOS CONSERVACIÓN INTERNACIONAL

© David Díaz / CI

Cinco historias del Alto Mayo

28 Viajeros

Viajeros 29


I

ñigo Maneiro, especialista en pueblos indígenas amazónicos, vivió siete años entre los awajún del Alto Marañón, durante ese tiempo sufrió en carne propia las consecuencias que suponen los varios siglos de olvidos y desconocimientos al que fueron sometidos estos hijos de los bosques del norte del Perú. Los awajún, altivos e indómitos, constituyen en la actualidad la nación indígena más numerosa de la Amazonía peruana.

Y están combatiendo para rescatar lo suyo. “Los awajún del Alto Mayo, nos va refiriendo Milagros Sandoval, Gerente Senior de Políticas Ambientales de Conservación Internacional – Perú, han venido luchando insistentemente para conseguir la titulación de sus tierras, para ellos, recuperar lo que por historia y por ley les pertenece se convirtió en un asunto de vida o muerte”. Sin embargo, décadas después de su titulación, las comunidades awajún en el Alto Mayo se enfrentan

© Gabriel Herrera / CI

MUNDO AWAJÚN. En Shampuyacu, los especialistas de la ONG Takiwasi trabajan con la población local rescatando los conocimientos de las plantas de la chacra y el bosque awajún.

“Cuando empezamos a elaborar con ellos el Plan de Vida de la comunidad, agrega Norith López, riojana y miembro del equipo de CI en territorio awajún, se dieron cuenta que debían recuperar las tierras que acostumbraban alquilar a agricultores mestizos necesitados de nuevas parcelas para sembrar café”. Para los pueblos amazónicos la chacra y el bosque constituyen despensas de donde se obtiene el alimento, las medicinas, las herramientas, los insumos para construir las viviendas, todo. Perder el manejo de ellas, significa perder autonomía y seguridad alimentaria. UN BOSQUE PARA CONSTRUIR EL FUTURO Las mujeres de Shampuyacu no solamente apoyaron las decisiones de la asamblea en el sentido de recuperar los cultivos ancestrales y empezar a reforzar las laderas de sus ríos para evitar la erosión de las tierras comunales, fueron más allá todavía. Exigieron a la comunidad que les asignara un bosque para sembrar de vida el futuro que quieren para sus hijos. Por acuerdo

30 Viajeros

© Gabriel Herrera / CI

Acabamos de arribar a la comunidad nativa de Shampuyacu, una de las más pequeñas de las catorce comunidades afiliadas a la Federación Regional Indígena Awajún del Alto Mayo – FERIAAM, para conocer el trabajo de sus mujeres. Para construir un paisaje sostenible en la región del Alto Mayo era imprescindible conocer los roles que los hombres y mujeres cumplían en ese paisaje, a fin de identificar formas efectivas de articular los productos de la chacra y el bosque awajún a los mercados existentes. Históricamente la mujer awajún es la que se ocupa de la huerta familiar, los hombres se dedican a la caza y a la pesca en los ríos que guardan todavía sus valiosos recursos, uno de ellos el río Túmbaro, otro el Naranjillo.

© Gabriel Herrera / CI

“CUANDO LOS AGRÓNOMOS EMPEZARON A DECIR QUE LOS SISTEMAS AGROFORESTALES O POLICULTIVOS CONSTITUÍAN LA MANERA MÁS ECOLÓGICA Y ECONÓMICA DE HACER AGRICULTURA AMAZÓNICA, LOS AGUARUNA Y LOS HUAMBISAS –AWAJUNES Y WAMPIS- YA LLEVABAN AÑOS DE AÑOS PREPARANDO CHACRAS DONDE APARTE DE LA YUCA HABÍAN INTRODUCIDO PLANTAS MEDICINALES, AROMÁTICAS, PALMERAS, ESPECIES FORESTALES, FRUTAS, ETC., RECREANDO UN SISTEMA MUY PARECIDO AL QUE SE ENCUENTRA EN SU ENTORNO” (VIAJEROS N° 4).

a la falta de oportunidades que les conduzca a un desarrollo sostenible, y así, donde antes casi todo era bosque, ahora se encuentran fragmentos de éste, dando paso a sembríos de maíz, arroz, café y otros cultivos foráneos. Tan violentos han sido estos cambios, que hay comunidades donde hasta el 80% del territorio está deforestado. Así de dramático.

NATURALEZA VIVA. Protegiendo la biodiversidad del territorio awajún se construyen ecosistemas saludables y se aprovecha apropiadamente los beneficios que brinda la naturaleza. Viajeros 31


Una verdadera revolución productiva para salvar el territorio de los ancestros y alentar el buen vivir entre sus hijos.

© Gabriel Herrera / CI

VOLVER AL FUTURO. Restablecer el capital humano en las comunidades awajún del Alto Mayo permitirá mejorar la salud alimentaria de una población afectada por el cambio de uso de los suelos.

Cinco historias del

Alto Mayo

El profesor Fermin Yagkitai Entsakua, awajún y vecino notable de la comunidad nativa Alto Mayo, dirige la institución educativa 00645, una escuela bilingüe donde estudian 210 alumnos. El día que lo conocí lo encontré faenando con un grupo de alumnos de secundaria en el huerto del colegio. Entre todos se afanaban en plantar frutales, árboles maderables y plantas medicinales bajo la sombra de los cafetos que sembraron quienes les alquilaron su campito. “Mis hermanos aprendieron a alquilar sus parcelas a los mestizos, me dijo, mal negocio: por siete mil solcitos venden su libertad. Yo mantengo en mi terreno un pequeño bosque nativo, si alguien me lo quiere alquilar que me pague los 25 mil dólares que podría pedir… y eso”. Los awajún del Alto Mayo han empezado a recuperar sus tierras puestas en alquiler para volver a vivir de lo que ancestralmente producían. La responsable de la chacra awajún -la ajá awajún- es la mujer, el hombre se ha dedicado históricamente a tumbar el monte, a cazar, a pescar, a recolectar. Ellas son las que velan por la buena alimentación de la prole, por eso es que en algunas comunidades nativas, como la de Shampuyacu, se animaron a pedir la palabra para exigirle a los varones

32 Viajeros

les permitieran apoyar la reforestación en los bosques comunales, participar en el trabajo de protección de las riberas de los ríos Naranjillo y Túmbaro y en las tareas propias de la agroforestería que empiezan a prosperar en sus comunidades. Algo así como volver a los inicios. Cambiar para reconstruir el tejido de la vida…

© Anna Cartagena

Junto al río Túmbaro han construido una maloca de madera y techo de yarina donde esperan recibir a los visitantes que deseen conocer su laboratorio de plantas medicinales y árboles nativos, el bosque por donde vagan los espíritus de los mayores. Con minga –el trabajo comunitario awajún- la hicimos, nos comenta una de ellas mientras comemos los plátanos y yucas que han preparado sobre las brasas de una fogata. “En este costadito, agrega, vamos a crear un bosque para los niños”. Así, estas mujeres están asegurando la permanencia de sus conocimientos tradicionales en las futuras generaciones.

Un paisaje sostenible tiene que brindarles a sus habitantes los recursos suficientes para enfrentar la vida. Eso lo saben muy bien los técnicos del programa SLP Perú - Miradas Sostenibles por un futuro mejor, por ello apoyaron la ilusión de las mujeres de Shampuyacu; por ello, han invitado a la ONG Takiwasi, cuyos técnicos son expertos en el rescate y revaloración de un interesante grupo de plantas tradicionales del departamento, para instalar en la misma comunidad un vivero que le permita a sus pobladores comercializar plantas aromáticas con propiedades medicinales, que guardan en su tesoro natural y con ellas, satisfacer la demanda que existe en mercados especializados.

© Anna Cartagena

comunal, las sesenta y seis mujeres del comité Bosque de las Nuwas recibieron nueve hectáreas que, después de trabajar duro, han transformado en un bosque productivo.

La señora Martina Entsakua tiene el cabello liso y muy negro, es joven y sus manos son firmes de tanto arar la tierra. Me cuenta que aprendió de sus padres y abuelos los secretos para cultivar las 17 de las 39 variedades de yuca que se producen en la región. Su pequeña parcela en la comunidad nativa de Alto Mayo se ha convertido en un centro de investigación del humilde cultivo que, desde tiempos inmemoriales, organiza la vida social de su pueblo. Para los awajún sin masato, un licor a base de yuca, no hay minga, la modalidad de trabajo colectivo que llaman ipabamu en su lengua. Sin minga los campos se quiebran y el tiempo se detiene, parece decirme. Viajeros 33


La yuca awajún es suave y se come con su cascarita.“Las nuwas, las mujeres, somos las que luchamos para tener un bosque, éste bosque”, me lo va contando Emerita Sejekam Wajajai mientras comemos el plátano y la yuca sancochada que han preparado para recibirnos. “Aquí en nuestro Bosque de las Nuwas estamos plantando los arbolitos que crecían antes por todas partes. Así, poquito a poquito, hemos sembrado moenas, capironas, tornillos, aguajes, sangre de grado, sanango, ayahuasca, toé, uña de gato, renaco trepador, todito. También piri-piri, ¿sabes para que sirve esa planta”, me dice antes de echarse a reír.

© David Díaz / CI

Edward Isla, natural de Juanjui, es un agrónomo especializado en agroecología awajún. Antes de integrarse al equipo de CI Perú trabajó en varias comunidades nativas del departamento de Amazonas A pesar de

que más del ochenta por ciento del territorio awajún del Alto Mayo ha sido deforestado, los productos de la chacra y del bosque que resistieron la avalancha migratoria que los golpeó tanto, siguen vivos en la memoria de la gente. “Cuando llegué aquí, recuerda, me quedé con la boca abierta al ver tantas variedades de yuca”. En las comunidades awajún del paisaje sostenible que se está reconstruyendo en San Martín los productores locales están dejando de lado los agroquímicos y las malas prácticas y esos sí que son retos complicados, pues las plagas que han afectado los cultivos se propagan con mayor facilidad en las tierras degradadas. Aun así, la tarea sigue en pie. Edward Isla, Norith López y Milagros Sandoval, los profesionales de Conservación Internacional – Perú que acompañaron mi recorrido por el Alto Mayo confían plenamente en la fortaleza y el ánimo de los hombres y mujeres awajún.

34 Viajeros

Viajeros 35


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.