Weye/ Identidad

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identidad



El machi weye era central en la cultura mapuche antes de la invasión española, no obstante, su rol y comportamiento no se ajustaba a lo que sus invasores consideraban como permitido. Los weyes recorrían el espectro del género frente a la mirada escandalizada del cristiano colonizador.


Identidad Editado, creado y diseñado por: Weye, lectura y escritura creativa Reunidos en un afán por recolectar los frutos de voces olvidadas, armamos de papel esta memoria y de personas un taller. 1ª edición - Enero 2018 Santiago, Chile grupoweye@gmail.com Facebook: grupoweye


No tengo puesto un disfraz ni tengo miedo de los juicios. ¿No te sientes como estrella en la luz de la presencia ajena? Siendo sólo lo que soy, es que entiendo lo que es real. Y aunque digan que es malo, yo me siento en el cielo. ¿Cómo puedes vivir contigo mismo? (Extracto), Alex Anwandter


prรณlogo En la soberbia de la adultez, pretendimos dar una respuesta a nuestra identidad, a fragmentarla, a separarla como un sistema de producciรณn mecรกnico, donde cada uno cumple un rol. Donde sรณlo existen dos roles para cada sistema. Donde el binarismo nos fragmentรณ hasta no poder vernos. Y en la oscuridad interna nace el flagelo autodestructivo y apartamos nuestra propia verdad a recovecos oscuros. Este ciclo tuvo por fin sacarnos las vendas, exponernos desde adentro y para afuera, desde cada una de las diversidades que hilan el entramado de colores que componen nuestras personas. (6)


Nos volvimos a encontrar entre colores disidentes, urbanos, marginales. Creamos un lugar seguro que, poco a poco, fue iluminando esos rincones olvidados, los aspectos que decidimos apartar de nuestra vida para poder hacerla más tolerable en una sociedad que nos invisibiliza. Así, en pocas sesiones, nos sorprendimos siendo niños, adolescentes, adultos. Vimos nuevamente esas viejas llagas y las significamos como parte de nuestra historia, como construcción individual y espacio de lucha colectivo. Mantuvimos los oídos despiertos y al escuchar la palabra ajena nos vimos reflejados. Abandonamos nuestros prejuicios para entender. Los siguientes textos buscan iluminar el camino de la identidad, sin ninguna pretensión más que la expresión, punta de lanza en estos tiempos de oscuridad.

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Humanidad El parque Visita Vidrio rayado

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Catalina Neira Salgado Fabiola Morales Alfaro Cassiel Soriano PiĂąones Valentina Rivera Toloza

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identidad

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IlustraciĂłn: Ronny Vega GutiĂŠrrez @nonteau ( 12 )


humanidad Catalina Neira Salgado

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Despierto, respiro. Trato de acomodarme en esta piel, a este cuerpo. Todos los días la misma sensación, la misma rutina. Fingir. Trato de sentir los sufrimientos que debería sentir. Intento encarnar las torpezas que todos en esta etapa aquí encarnan.

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Trato de vivir la vida que me ordenaron vivir. No levantar sospechas es fundamental. Mi objetivo no cambia, a pesar de los obstáculos. Engañarlos es fácil. Sus preocupaciones poco tienen que ver con el actuar del resto, menos con el mío. Sin embargo, el principio más difícil es resistirme a ayudarlos. Sé que con un artefacto de mi dimensión podría solucionar todos sus problemas, incluso librarlos del fin que ellos mismos construyen. A pesar de todo, soy más humano que ellos.

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"A pesar de todo poseo mรกs humanidad que ellos."


Ilustraciรณn: Constanza Silva Almarza @soyconifran ( 18 )


el parque Fabiola Morales Alfaro

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Dudosa bajé del auto negro, al que con los años le fui agarrando odio, y me entregué a contemplar el paisaje a mí alrededor. El pasto verde minuciosamente cortado, pequeñas flores de colores dispuestas a los bordes de la acera y matorrales lo matemáticamente distanciados de las placas del piso. También, pude ver familias compartiendo, niños jugando alegremente, gente riendo y otras llorando, como si fuera un parque cualquiera, pero no lo era. En ese instante, algunos de mis hermanos me dijeron que comenzara a caminar junto a los rostros familiares, que melancólicamente fijaban su rostro en el piso y mientras nuestra breve marcha empezaba volví a observar mi entorno. Lo primero que vi fueron tres niños, de no más de cinco años, que corrían y jugaban alegremente al pillarse. ( 20 )


Qué envidia – pensé – ellos aún no comprenden la situación. Quisiera ser como ellos, no saber lo frustrante, difícil y complicada que es la vida. Ellos no se preocupan por las apariencias: solo viven y disfrutan. Más adelante, observé a un chico de unos 16 años, que con en silencio observaba detalladamente una placa sobresaliente del suelo, mientras abandonaba un ramo de flores. Luego de un suspiro, forzó una sonrisa para tapar la tristeza, pero aún así pequeñas lágrimas caían sobre las mejillas desde sus ojos cristalinos. En ese momento me di cuenta que el dolor cambia a las personas. Dirigí mi mirada adelante, tratando de olvidar el rostro del muchacho, y noté que mi caminata había terminado. A todos las expresiones familiares, que con pena fijaban su rostro al piso, los hicieron pasar a un toldo verde petróleo que en medio tenía un cajón. No quise acercarme y traté de estar lo más lejos de este, pero mi madre entre lágrimas me obligó a depositar una pequeña rosa de color negro sobre él. Mientras me alejaba, alguien me tomó del hombro: era un rostro desconocidamente familiar que me detuvo para decirme unas palabras. Las pérdidas nos hacen crecer – dijo con voz ronca y entrecortada – por ende no debes llorar, tienes que mirar con la cabeza en alto y madurar. ( 21 )



"Mientras me alejaba, alguien me tomĂł del hombro: era un rostro desconocidamente familiar que me detuvo para decirme unas palabras."


Ilustraciรณn: Valentina Saraos @saraosvalentina ( 24 )


visita

Cassiel Soriano PiĂąones

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El sol se cuela por entre las hojas de los árboles erguidos a nuestro alrededor, brindándonos un poco de sombra reconfortante luego de una corta subida a través del cerro Santa Lucía. Yo, como el resto, me encuentro sobre un cómodo aguayo estirado sobre el pasto, descansando y bebiendo un vaso de jugo de maracuyá. El ambiente es bastante tranquilo, a pesar de la gente que pasa por los senderos a nuestro alrededor. Algunos niños ocasionalmente miran a sus padres y les preguntan por qué no pueden sentarse en el pasto como nosotros en vez de subir el cerro, pero no logro oírlos cuando responden, porque ya se han alejado bastante. ( 26 )


Me río de aquellos comentarios de todas formas, acomodo mis piernas sobre el aguayo, y me dedico a ver la suave lluvia de pétalos que comienza a caer sobre nosotros. La brisa es demasiado ligera como para sacudir las flores, por lo que sé que nos acompañan, y de seguro están felices de que hayamos venido a visitar. Los pétalos se riegan desde los árboles en una danza blanca y delicada hasta aterrizar a nuestro alrededor, por lo que agradezco en voz baja. Doy gracias por la magia que nos permiten ver, la que permanece viva en aquella waka sagrada en medio de la ciudad, que se mantiene en pie aun cuando la gente ha ido y venido sobre ella sin respetar su significado, olvidando su importancia, quitando todo resto de las ceremonias que alguna vez se llevaron a cabo, cegándola así como hicieron con la misma Santa Lucía. Pero nosotros no la dejamos de lado, porque tenemos la posibilidad de conectarnos con ella y, a veces, podemos incluso ver más allá. Lleno mi vaso de jugo de maracuyá cuando la lluvia de pétalos termina, dejando caer algo del líquido al piso antes de beber. Jallalla, jallalla; digo, viendo una pareja de zorzales volando a nuestro alrededor.

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"...me dedico a ver la suave lluvia de pĂŠtalos que comienza a caer sobre nosotros."


Ilustración: Pepa Ramírez @ppppeps ( 30 )


vidrio rayado

Valentina Rivera Toloza

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Desperté a las seis de la mañana era otro día gris en Santiago y en la oscuridad de mi habitación mi sueño ya había olvidado El pan con queso, la ducha triste, yo en el paradero solitario; Al horizonte despunta el alba se levanta como un jorobado Estudio en un liceo sin nombre un particular subvencionado usamos faldas y corbatines como las niñas del otro lado ( 32 )


Jugamos en la cancha de tierra, comemos almuerzos de plástico, en los recreos cazamos moscas y en clase hacemos ensayos En primero éramos cuarenta el resto se quedó botado por una mocha en la esquina o con una guagua en los brazos Pude haber sido yo, pienso, pero la mamá quiere que saque el cuarto no quiere repetir el pasado quiere que sea alguien, que sea algo A las cinco y media suena el timbre y los cabros tienen una mano nos vamos a fumar a la plaza sobre los columpios oxidados Reímos y hablamos de tonteras, después de unas horas nos vamos; tomo la micro de vuelta a casa, estoy pasada a pito y a trago Voy escuchando una canción vieja La micro de fondo traqueteando Suben y bajan los pasajeros Yo me quedaré aquí por años ( 33 )


SoĂąando una vida muy distinta: Mi rostro en un espejo diĂĄfano Y no en el reflejo de la micro, No en este vidrio rayado

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"A las cinco y media suena el timbre y los cabros tienen una mano, nos vamos a fumar a la plaza sobre los columpios oxidados"


epílogo En las imágenes el yo pierde su sentido. La mirada matemática frente al espejo que arma el cuerpo y el rostro en una armonía caprichosa , se desmiente en la tortuosa vigésimo-quinta selfi que declara la anatomía caótica. Hay harto más de uno que lo visto en las dos dimensiones cubiertas por Gorilla Glass. Están los secretos contados bajo unas sábanas inocentes; o la predilección por el gusto viscoso del tofu a medio enfriar; o las canciones que se redescubren décadas más tarde a las tres de una absurda madrugada. Está, también, la honestidad del verso y la aventura de la prosa. ( 36 )


El secreto para convertirse en un yo auténtico es saberse la propia historia. Aprenderse el origen de las curvaturas nasales y el grosor de las cejas, pero saber también las tierras y los ríos cruzados hace más de medio siglo. Recordar por siempre el dolor y encontrarlo en el otro, así sabiéndose transcendente pero individual. La historia es, también, lo que se hizo o se intentó hacer: los cuentos que se contaron y las canciones que se cantaron. La identidad es mirarse más allá del espejo.

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Este fanzine fue impreso durante el intenso verano de 2018, entre amigues viejos y nuevos, en Santiago de Chile. La familia tipográfica para texto y títulos es Frutiger. Todo se ha impreso en papel bond de 80 g. 1ª edición Copia / 50

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Agradecimientos a:

@grupoweye


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