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Alexis W

Repertorio de Fotógrafos Españoles

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Alexis W.

Vive y trabaja entre Madrid, Berlín y las islas Canarias. Alexis Pé rez Montero expuso por primera vez en 1993, en el marco de la bienal internacional de Fotografía Fotonoviembre de Tenerife. A los 18 años comenzó́ a fotografiarse, en blanco y negro, utilizando su cuerpo desnudo como motivo de la representación.

Su trabajo transita por las poéticas del desnudo y los territorios del cuerpo, haciendo un acercamiento a las contradicciones del sujeto y aristas del conflicto humano y el individuo a través del retrato. el deseo, los limites entre lo público y lo privado, el otro, el genero, la identidad y la sexualidad, entendida esta como una construcción cultural, son temas a los que siempre recurre. La ventana indiscreta, obra en construcción, es una referencia en su trayectoria, como proyecto rector que organiza las líneas discursivas de su trabajo. Empezó́ en 2003 en la calle Pelayo de Madrid, colgando de los balcones de los edificios aleatoriamente imágenes en cajas de luz.

Dicen que el objetivo de un fotógrafo es congelar el tiempo, y mantener un instante en una crisálida eterna para conservarla para el deleite y conocimiento de los observantes del futuro.

Con ese afán de perpetuar la imagen el fotógrafo canario Alexis W, propio y endémico de la isla meridional del Hierro, tras ejecutar durante años una ardua labor

de retratista de su entorno, nos muestra una mirada sin filtros y sin adornos de los habitantes de su contexto virgen.

Esta isla de olor a mar y lava, por la que siente una enorme devoción, ha sido el hervidero y foco de sus miradas durante su amplia carrera, y a pesar de desempeñar grandes proyectos nacionales como podría ser La Ventana Indiscreta de Madrid, la isla llama y crea una extraña adicción o embrujo que cautiva su alma y le inspira a continuar luchando por sus principios.

Sus series han viajado posteriormente de los balcones a diferentes espacios expositivos, como la de los boxeadores, expuesta en 2009 en el museo de la Freedom Tower de Miami (Florida. EE.UU.), la serie Mi colección de vidas en el Tenerife espacio de las artes, o Hetairas cartografías literarias en el Caam (las Palmas de Gran canaria). Presente en PHotoespaña 1999, 2000 y 2010 con diferentes trabajos. en 2010 se realizó una exposición conmemorativa de La ventana indiscreta en la Galería Fernando Pradilla de Madrid.

Publicaciones seleccionadas

San Borondón, retrato de un sueño, Madrid, Ediciones del Umbral, 2010; Mi colección de vidas, Tenerife, TEA, 2010; La ventana indiscreta, Madrid, ediciones del Umbral, 2010; Hetaira, cartografías literarias, Madrid, ediciones del umbral, 2011.

www.alexisw.net

Fotografías que despertaron conciencias

El puente aéreo de Berlín

Julio 1948 Berlín. República Federal de Alemania.

Entre el 26 de junio de 1948 y el 30 de septiembre de 1949, una ciudad entera sobrevivió gracias a un puente aéreo, la operación humanitaria más grande que jamás se había llevado a cabo: durante 462 días, más de 278.000 vuelos despegaron de Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña con destino al aeropuerto Tempelhof de Berlín, donde en el momento álgido de la operación aterrizaban casi 1.400 aviones al día. El puente aéreo garantizaba el suministro de alimentos, medicamentos y carbón a la población de los sectores occidentales de la ciudad. El ejército soviético había aislado Berlín del resto del mundo mediante el bloqueo de carreteras y vías de ferrocarril. Fue el primer episodio de la guerra fría y el ensayo general para el equilibrio geopolítico emergente, que se prolongaría hasta la caída del muro de Berlín.

En aquella época, Walter Sanders, uno de los mejores fotógrafos de la revista estadounidense LIFE, documentó el puente aéreo en la capital dividida. Era un fotógrafo de origen alemán que había emigrado a Estados Unidos en 1933, después del ascenso de Hitler. Esta fotografía en blanco y negro, con las figuras recortadas nítidamente sobre un fondo brillante, podría ser un fotograma de una película de John Ford. Todos los elementos dramáticos están presentes y bien equilibrados: los escombros en el suelo, las paredes de las casas derrumbadas por las bombas, la multitud inmóvil con la mirada puesta en el cielo y la silueta de un gran avión descendiendo desde las nubes. El avión no estaba cargado de bombas, sino de caramelos: de hecho, los aviones de carga C47 habían recibido el apodo de Rosinenbomber (“bombarderos de uvas pasas”) porque a su paso solían dejar caer paquetes de chocolate, chicles y almendras garapiñadas, que colgaban de pequeños paracaídas, un regalo especialmente dirigido a los niños. Mientras Moscú trataba de matar de hambre a la población de Berlín, Estados Unidos lanzaba una diplomacia dulce: una operación que tuvo un fuerte impacto emocional en la opinión pública alemana y que ayudó a definir la relación futura entre ambos países.

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