Antropología Cap 11

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Capitulo 11 En el camino Lyra Sintió la cálido sol y la suave brisa en su cara. Ella se encontraba en medio de una carretera de asfalto, sino que se extendía más allá lo que ella podría ver en cualquier dirección en un cielo azul claro. Campos verdes en cada lado. También había postes altos con cuerdas estiradas entre ellos, por alguna razón imperceptible, puestas a lo largo y a lado de la carretera. Un ligero olor flotaba en el aire, un poco como algo quemándose, que Lyra no pudo identificar la procidencia.

Una llamada de 15 minutos podría ahorrarte el 15% Estaba escrito en la Equestrianes, incluso si el significado no tuviera ningún sentido. La parte que más le molestaba la imagen de una lagartija a su lado. No un humano. Y parecía más como una fotografía que un dibujo. Tal vez era un geco, pero la palabra estaba mal escrita. ¿Celestia en verdad la había mandado al mundo de humanos? ¿Qué tal si había cometido algún error? Ella dejó de mirar la señal, si era una carreta, podría llegar a algún lugar, Ello solo tiene que seguirla. Ella escogió el camino en dirección contra de la señal y empezó a caminar. Lyra miró a debajo de sus pies, que había una larga línea amarilla pintada en el centro de la carretera. ¿Quién la había pintado? Afortunadamente no una lagartija gigante… Parecía tan larga como la misma carretera. Justo hace unos momentos ella estaba parada en el Castillo de Canterlot. Ahora ella estaba… En algún otro lugar. Los todos los campos parecían lo suficiente cerca a lo que ella solía usar en Equestria, pero la carretera con esos postes —y el señal con la lagartija— probaba que definitivamente era algún otro mundo. Si es o no el correcto, eso se tenía que ver. Unos cuantos minutos pasaron sin ningún suceso. Entonces un ruido bajo viendo detrás de ella. Ella se volteó a ver qué clase de objeto venia hacia ella. Se iba a cercando, y rápido. Se quedó allí atónita. Llegó justo a ella, virando hacia un lado y haciendo un ruido fuerte, como el de una trompeta obligándola a poner sus manos en la orejas. Ese olor quemado se hizo más fuerte a su paso. ¡Eso era uno de esos! Las carretas de sus sueños. Como el que ella intentó hacer con la carreta de Applejack. Y había una en la fotografía de sus padres. Los humanos la manejaban. Eran reales y Lyra acababa de ver uno en la vida real. Tan terriblemente rápido que había sido, ella estaba emocionada. Podría haber un humano dentro de esa cosa. Lyra sonreía.

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Pero en realidad lo que le preocupaba ere esa enorme señal que sobresalía.


Había ido en la misma dirección en la que se dirigía, y por ahora era un diminuto punto en la distancia. Lyra se movió a un lado de la carretera. Si más vinieran, ella no quería estar en el camino. Ella sabía por experiencia que es difícil manejar eso. Continuando, ella vio una señal verde —a su mismo nivel, no tan grande como el de la lagartija— con solo unas cuantas palabras. Se detuvo enfrente de ella. DES MOINES

7

Lyra habló con ella misma mientras ella continuaba caminando, tratando diferente maneras de pronunciar “Des Moines,” Ninguna sonaba bien. Oh bueno, Ella lo averiguaría. Algo se estaba asomando en la vista de la carretera. Un punto blanco, comenzado a tomar forma de casa. No parecía tan diferente de quejo atrás. Cualquier edificio podría haber sido una buena señal, pero alguien podría vivir allí. Ella podría averiguar en donde terminó. Mientras ella se acercaba, ella notó uno de esas carretas afueras —rojo, un poco oxidado y completamente inmóvil—. Lyra se dirigió hacia eso para investigarlo. Al momento no hizo nada, pero ella camino a su alrededor solo por si acaso. Dejando la autopista, ella continuó por un camino de tierra pasando la casa y siguió una cerca de madera a lo largo del camino. Entonces los vio. No humanos, pero ponis. Ellos se veían diferentes de los de casa. Sus pelajes estaban apagados en tonos grises y marrones, y cuando ella se acercó. Lyra se dio cuenta que no tenían Cutie Marks. Sus caras eran un poco más largas. Pero aun así, era bueno ver alguien a quien podría hablar. Lyra se acercó a la valla y apoyó los brazos en la barra superior. —Um, disculpe. Soy nueva aquí. Estoy buscando humanos. Los ponis no dijeron nada. Uno de ellos movió su cola. —Saben sobre humanos, ¿verdad? Ellos parecen… Bueno, como yo… —La voz de Lyra se cortó. Había algo mal—. ¿Equestrianes? Siguieron sin responder. —Disculpe. Esta es propiedad privada. El primer pensamiento de Lyra fue que la voz venia del poni, lo cual era extraño porque él nunca abrió su boca. Luego se volteó y vio un humano parado viéndola directamente. Sé tambaleó hacia atrás, golpeó la valla y puso sus manos para mantener el equilibrio.

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¿Cómo se supone que pronunciaría eso? ¿Y qué era? Al menos la otra señal sido legible en Equestrianes, por algún golpe de suerte, pero Lyra no tenía idea de lo que significa.


El humano era un hombre —Ella estaba bastante segura. — Su cabello era muy corto, apenas llegando a sus orejas, como la mayoría de los hombres lo tenían. El vestía una camisa blanca y unos pantalones azul oscuro, con unos pesados zapatos cubiertos de lodo. Le tomó un rato a Lyra hablar. —Oh, ¿lo es? Yo solo… —Su boca se secó—. Yo, uh, ando buscando algún lugar con humanos. Como usted—. Ella esbozó una sonrisa un tanto inquieta.

Los ojos de Lyra se enfocaron en su mano, en la manera de como usaba sus dedos. —Oh… ¡Gracias! —No sé a dónde te diriges, pero te voy a pedir que te vayas. Estás asustando a los caballos —dijo el humano. —S-sí… Lo siento… —Lyra estaba en shock. Miró a sus pies, en cual momento ella apenas recordar cómo usarlos —Solo mueve uno, después el otro… —Oh, ¡Gracias de nuevo! Ella giró y corrió hacia la carretera. Ella se corría con la cabeza abajo, los brazos cruzados enfrente de ella. Ella esperó a tener una buena distancia para reducir su paso. A pesar de lo terrible que había sido la conversación, Lyra no pudo evitarlo. Se echó a reír. Ella acaba de hablar con un humano real. Por supuesto, ella también era una, pero aún así, era sorprendente. Tan imposible como parecía, los humanos estaban vivos y estaba a punto de ver más de ellos. Sin embargo, Lyra tenía que estar segura, así que ella estiró una mano y la empujó en su cara, y de nuevo, un poco más fuerte, pero todavía nada. Entonces, ella no estaba durmiendo. Casi esperaba despertarse, saber que había pasado el aburrimiento de la gala, y lo soñó todo. Pero ella estaba ahí, y era humana. Le iba a tomar a Lyra bastante tiempo al acostumbrase al hecho que los humanos eran comunes en este mundo. Ellos siempre habían parecido tan lejanos e inaccesibles. Pero en este mundo, debe de haber cientos de humanos. Puede de haber más como ese en Des Moines. —Des Moines… —Lyra se lo dijo así misma, tratando el modo que el humano había pronunciado. Ella probablemente espera al saber cómo decirlo. Próxima vez que ella vea a un humano, ella tiene que intentar calmarse. Esto solo era otro paso en su investigación —cerrada— de observación. Le iba tomar algún tiempo para aprender cómo funciona este mundo, y ahora ella tiene que usar todo lo que ella sabe acerca de los humanos si ella iba a vivir aquí el resto de su vida.

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El humano la miró como si ella dijo algo extraño. Él levantó uno un brazo y apuntó un dedo en la dirección en la que estaba caminando —. La ciudad más cercana es Des Moines. Esta a cuantas millas por la carretera. —Él lo Pronunció como “day moyne.”


El resto de su vida… Este ahora es su hogar. Miró a su alrededor, incluso su escenario no había cambiado mucho. Parecía tranquilo. No había nada en que preocuparse. Los humanos pueden ser geniales. Aun… también le molestaba algo. Los ponis nunca le hablaron. Por otra parte, ellos no parecen exactamente como un poni; Sus rasgos faciales eran diferentes. Aun había estado lo suficientemente cercas como para por lo menos se parecieran a los ponis con los que ella había vivido…

Sus pies empezaban a sentir dolor. Fue bastante impresiónate que estaba teniendo un momento tan fácil en dos patas, pero aún le era desconocido. La otra única vez que ella había hecho esto había sido en los sueños. Tratando de mantener su mente alejada de su dolor de pies, ella tomó un tiempo para examinar sus manos. Movió sus dedos de una mano sobre la otra, sintiendo su piel, y la estructura ósea debajo. Examinó el interesante patrón de líneas en su palma. Eran completamente diferente a cualquier cosa que tienen los ponis, incluso diferente que sus manos creadas mágicamente que había hecho. Pero la mejor parte es que esas manos se quedarían. Bon-Bon no podría decirle que se deshiciera de ellas y además, Son una parte integral de lo que hizo a los humanos lo que son. —Tú pensaste que ni siquiera existíamos —dijo en voz baja, sonriendo—. Si solo pudieras verme ahora, Bon-Bon… Eso la hizo callarse. Porque ahora, de repente ella se dio cuenta que nunca ver a Bon-Bon de nuevo. Lyra probablemente nunca volvería a hablar con otro poni —los que ella había visto no son capaces de hablar—, por lo que ella sabía. Solo que ahora empezaba a entender en lo mucho que había dejado por ser humana. No era tan malo, ¿verdad? Ella quería esto desde que era una potranca. Este era un reino poblado por las criaturas que ella leyó desde hace muchos años. —Su propia especie, lo que resultó—. Eso la hizo sonreír. Unas cuantas más carretas pasaron por la siguiente hora más o menos, y Lyra vio una botella de cristal en un lado de la carretera y se enfocó en el. Ella trató de levantarlo en el aire… aun nada. Se sintió decepcionada. Lyra levantó la cabeza y vio algunos edificios. Un grupo de casa, mucho más juntas. Probablemente era la villa que ella ha estado buscando. Esa era su meta, y verla le dio un impulso extra de energía. Los otros humanos podrían vivir ahí. Tal vez incluso sus padres.

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Lyra se sacudió. No necesita preocuparse por eso. Ella ahora era humana. Ya no había razón de preocuparse por los ponis.


Caminando en dos piernas apenas era un esfuerzo consciente. Ella se concentró en esos libros, otra carreta pasó cerca, soplando su pelo en su cara. Ella lo quitó con sus dedos —estoy son muy útiles—. Cuando ella se acercaba a la ciudad, las estructuras estaban empezando aclararse. Ahora no estaba muy lejos.

Por las últimas horas, ella había estado dirigiéndose hacia la ciudad. Los caseríos dispersos a lo largo de la carretera habían dado paso a un vecindario de cientos de casas, todas de uno o dos plantas. Luego los edificios solo iban haciéndose cada vez más grande hasta que llegó a esas torres enormes del centro. Podría ser fácilmente la capital del mundo de los humanos. O Al menos del país donde está. Lyra miró al edificio más alto. Esta justo debajo de ellos. Este debe de tener al menos treinta pisos, cubierto con una forma de pirámide oscura. Fue mareante esta tan cerca de él. Ella había visto edificios altos en Equestria. Esos edificios en particular, aunque… Ellos parecían absolutamente masivos. Una vez que ellos entraron a su vista, ella había sido capaz de decir que eran enormes, pero estos definitivamente eran más largos que cualquiera en Manehattan, e incluso habrían empequeñecido el Castillo de Canterlot, cual se podría ver a miles de millas desde Ponyville. Justo como la Princesa Celestia dijo, esos humanos eran más avanzados de los que habían en Equestria. Su cuello se estiró lo que más pudo mientras caminaba, tratando de ver la punta de la torre, y ella chocó con un humano Ella saltó sorprendida. —D-disculpe…— Lyra tartamudeó. —Cuidado por dónde vas —el hombre, vestido con un traje, se apuró en otra dirección. Había Ciento de ellos. Humanos, en todos lados. Todos colores diferentes —pero, Lyra había esperado, la gama de colores humanos desde café oscuro hasta de un color marrón claro (como ella) —. Había una más variación en color de cabello. Un montón de café y negro, pero también un cuantos rojos, amarillos y grises. Lyra estaba consciente de su cabello verde. Nadie parecía hacer alboroto por eso. Pero atraía algunas miradas. Tal vez… solo podría ser un color raro de cabello para humanos. Como Rainbow Dash era el único poni que Lyra sabia con una crin multicolor. Era solo una pregunta de muchas que tenía en ese momento. La ciudad era casi idéntica como una que había soñado. Ella no reconoció nada específico, pero era extremadamente similar. Esto sin duda, es donde venia.

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Era difícil sentirlo real. Lyra estaba en la mitad de una ciudad humana, rodeado por ellos en todos los lados, y ella encajaba perfectamente. Ella era una de ellos. Ella puede haber sido educada por ponis, pero ella era una humana de corazón. Había demasiada energía aquí. Ponyville era un pueblo pequeño y tranquilo… Al menos, la mayoría de los días. Pero un día normal aquí estaba lleno de demasiado movimiento. Humanos caminando en todas direcciones, luces en cualquier lado como en un festival…

Lyra miraba a los humanos de a su alrededor, pero ninguno de ellos estaba usando magia. Al menos, nada que reconociera. Ellos cargaban cualquier cosa con sus manos. Pero por supuesto que lo haría — Si pudieran escoger entre levantar algo con su mente, y teniendo una real, solida, a garrón en él, la decisión era obvia—. Aún así, ella no estaba segura como esas carretas y luces podrían funcionar si los humanos no tienen ningún tipo de magia. Ella estaba en otra esquina de calle, esperando para cruzar. Lyra había decidido que solo intentaría cruzar en grupo. En esas intersecciones, había unos paneles que iluminaban unas imágenes de una figura humana verde y una mano roja. Eso por si solo había conseguido al instante su atención. Después de observar el comportamiento de los humanos, ella determino que la mano significa alto, y el humano caminando significa cruzar. De cualquier manera, lo mejor era seguir a otro humano cruzando solo para estar segura. Uno de las carretas se detuvo. Había música alta tocando desde el interior. Bueno, era más como un bass beat que parecía sacudir el suelo. Lyra volteó a mirarlo mientras cruzaba y vio un humano en el asiento de enfrente golpeando suavemente sus manos con el ritmo. Sin embargo, ¿de dónde venía la música? Lyra siguió adentrándose en la ciudad, pero ella estaba sintiéndose perdida. Esta red de edificios y calles eran como un laberinto sin fin, incluso no estaba segura hacia donde se dirigía. Pero ella quería verlo todo. Había señales y palabras en todos los lugares, incluso si no fueran muy claros. ¿Cómo ella a suponer saber qué “Drive-Up1 y ATM2” Significan? Y ella estaba bastante segura que “Quizno´s3” no es una palabra. O tal vez lo era. Quizás ella no sabe mucho acerca de este mundo como ella pensaba. Un edificio con grandes letras rojas al parecer decían “Marriot.” Parecía ser un hotel. Eso de recordaba que necesita un lugar para quedarse. Pero no había manera de conseguirlo sin algo de 1

Llega a un lugar en coche Cajero Automático 3 Marca de Sándwiches 2

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¡Y esas carretas estaban corriendo entre todos los edificios! Al parecer ellos pueden disminuir la velocidad para ser controlados con precisión en esos pasajes estrechos. Cual sea la magia que los humanos usen, tienen un excelente control de ella. Esa era la única explicación que tiene sentido.


dinero. Lo que sea que los humanos necesitan, ella no tenían nada. Además, ese hotel parecía increíblemente elegante. De lo que ella podría ver el lobby, los cuartos podrían ser más lindos que una suite privada en el Castillo de Canterlot. Al final de la calle ella vio una tienda con algunos libros en el mostrador de la ventana. Lyra se detuvo y miró los títulos. Eran diferentes de los libros de Equestria. Las portadas eran interesantes, usualmente con fotografías a todo color en ellas. Había un par de tradicionales libros de pasta gruesa en la ellos, pero eran minoría.

—Hola, ¿Necesita ayuda? —Había un humano detrás del mostrador —Posiblemente el dueño—. Un hombre con unas gruesas gafas cuadradas. —Estoy bien… —dijo Lyra. —Avíseme si necesita algo. —Gracias. —Ella se dirigió hacia los estantes sin mirarlo. Fue un saludo casual. Un poni podría decir lo mismo si entras en su tienda, pero este era un humano. Una criatura que acababa de dejar ser una imagen de un libro y de repente le estaba hablando. Iba ser difícil acostumbrase a eso. Era tranquilo, y el olor del papel le recordaba a casa. Era bueno ver que los humanos valoran los libros tanto como los ponis. Lyra corrió sus dedos por su pelo, disfrutando la sensación mientras intentaba decidir su siguiente acción. Su atención se desvío a los libros enfrente de ella. Algunos de ellos habían sido puestos mostrando el lomo a Lyra. Los nombres de los autores presentados incluso son más largos que algunos de los títulos. —Robert Jordan, Steven Erikson, Thomas Michelakos… Los Humanos tenían nombres tan interesantes. Ella levantó uno del estante. Se sentía pesado en sus manos, pero era un peso agradable. Las imágenes humanas de aquí parecían más como las que ella sabía acerca de sus libros, basándose en modo de vestir. En una inspección más profunda, esta portada era una pintura, no una fotografía. La casa de techo de paja en el fondo podría haber sido como en la que ella había vivido con Bon-Bon. Pero en vez de ponis, había humanos —vestidos con armaduras y sostenido largas espaldas y hachas. Puso el grueso libro de nuevo en el estante, ella notó un letrero en lo más alto del estante. ¿Así qué esta es la sección de? ¿Fantasía? Pero… Esas las únicas cosas que más se parecen de sus estudios. Lo todo lo demás para ser más fantasía, para ser honesta.

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Lyra caminó al interior de la tienda, un timbre sonó cuando ella abrió la puerta. Una cuantas mesas estaban puestas enfrente, con algunos libros encima y en la parte atrás algunos estantes.


Lyra vagó por la tienda un buen rato. La mayoría de los libros eran ficción. Sin embargo, casi todos y cada uno estaba a punto de los humanos, por lo que todos eran fascinantes para ella. Ella sólo le gustaría saber cómo funcionan las cosas aquí en su mundo trabajaba. Se sentía tan perdida aquí. No podía dejar que se sienta abrumada. Lo primero que tenía que hacer era ganar algo de dinero. Entonces podría preocuparse por encontrar un lugar donde alojarse y conseguir algo de comer. Lyra se dio cuenta por primera vez que tenía hambre – probablemente tiene algo que ver con la larga caminata hacia la ciudad.

Los edificios dieron paso a un parque verde abierto. Fue increíble lo similar que era con el de Ponyville. No había hierba, los árboles, los jardines bien cuidados... Había unos pocos humanos caminando a través del, por lo que tendría una audiencia. Esa fue la parte importante. Lyra se sentó en un banco, al igual que lo hizo en casa. Ella tomó su lira de su bolso, puso el estuche delante de ella, y comenzó a tocar.

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Salió de la tienda, se dirigió al final de la calle. El número de humanos que vio fue realmente asombroso. En Ponyville, que había conocido casi todos los demás. Canterlot parecía incluso como una gran ciudad. Pero aquí debe haber cientos de humanos.


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