Antropología Cap 21

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Viviendo una mentira Otra vez, Lyra estaba desorientada en las mañanas. Despertar en un nuevo lugar hacía eso. Al menos esto sería la última vez que tenga que mudarse. Esos resultados llegarían pronto y luego ella sería capaz de establecerse. Se arrastró fuera de la cama y caminó al final de pasillo, pasando por el estudio de su mamá y para ir al baño enfrente del cuarto de Chloe. En los últimos nueves días, ella ha conseguido aprender el camino.

De verdad ella tomó más orgullo de su apariencia ahora que cuando había sido un poni. En realidad, aún se veía un tanto como un poni, pero solo era su pelo y el color de los ojos. Esas cosas de verdad no importan. El cepillo se enganchó en una maraña de pelo verde, y ella tiró a través del nudo. Frotó los ojos y parpadeó ante su reflejo adormilada. Ella pensó en cómo se vería con cabello oscuro. Más como un humano regular. Eso sería bueno. Ello miró sus dedos. Unas zonas rugosas se estaban formando en las puntas por tocar la guitarra. Había sido doloroso al principio, pero le habían dicho que era bueno —haría más fácil puntear las cuerdas—. ¿Cómo Randall las había llamado? “Callos” así es. La mayoría estaban en su mano derecha, pero también se estaban formando algunos en la mano izquierda. Ella los pinchó, curiosa por la extraña textura dura. Hizo una mueca cuando el cepillo se enredó de nuevo en su pelo, luego volvió a mirar sus manos. Ella se detuvo. Ambas más estaban vacías, pero ella todavía estaba cepillando su pelo. Ella miró de nuevo al espejo y había echado un vistazo de un aura desvaneciéndose alrededor del cepillo antes que cayera y estrepitara en el piso. En pánico, ella se agachó para recogerlo, pero… sus dedos se fueron. Dos cascos verde mentas estaban pagados en sus muñecas en su lugar. ———————————————————————————————————————————— Lyra se sentó en la cama. Todavía estaba oscuro afuera y completamente silencioso excepto por el chirrido de los grillos. Ella volteó a mirar el reloj en mesita de noche. Los números “2:34 Am” estaban brillando. Solo los números —Sus padres lo habían llamado “digital”—.

Antropología

Lo primero que notó cuando ella se miró en el espejo fue que su cabello era un total desastre. Encontró su cepillo en el borde del lavabo y empezó a peinarlo.


Ella puso sus manos en su pecho para checar que todavía las tenían. Todo parecía estar en orden. Luego tocó su frente, solo para asegurarse que aún estaba lisa. Dejo escapar un suspiro de alivio. ¿De verdad ella esperaba encontrar su cuerno de nuevo? Por supuesto que no. Los humanos no tenían eso. Pero… ella mejor se aseguró que todavía era normal. Mientras sus ojos se ajustaban a la oscuridad, revisó el cuarto. Estaba el vestidor, y esa larga figura apoyada en contra de la esquina era su guitarra. Ella apenas podría distinguir la borrosa figura de su Lyra en las sombras. Puesta encima del vestidor, probablemente a diez pies desde donde estaba. Intentó recordar cómo funcionaba —enfocar su poder mentar, dejarlo fluir hacia el objeto y recogerlo—. Nada pasó. Había sido solo un sueño. Ella todavía no tenía magia. Era una locura pensar que ella lo haría. A pesar de que había sido nada, ella aún se sentía sin aliento. Esa sensación cuando se dio cuenta que estaba usando de nuevo magia. Lo primero que le paso por su mente había sido como podría explicárselo a su familia. Durante los últimos dos días, ella solo seguía diciendo que alguna manera perdió su memoria. Ella se estaba sintiendo con un disco roto, ¿Pero qué más podría decir? Especialmente después lo que había pasado con Audrey. Pero… ¿Por cuánto tiempo podría mentirle a su familia? Puso la almohada debajo de su cabeza y jaló las sabanas. Todo estaba funcionando. De alguna manera. ———————————————————————————————————————————— Una cosa no había cambiado desde que era un poni… Lyra aún dormía tarde. Al menos, la mayoría de los días. Esta mañana estaba despierta inusualmente temprano, pero desde de ese sueño, no había capaz de descansar con facilidad. Lyra hizo lentamente en su rutina diaria. Nada fuera de lo ordinario… No magia. No cascos. Eso era bueno. Había sido más de una semana y Lyra estaba empezando acostumbrarse de cómo las cosas funcionaban con su familia. Ellos tenían sus propias rutinas. A veces sentía que se las quitaba por su repentina aparición, pero sus padres parecían felices cuando regresó. Al menos la mayoría del tiempo. Parecían aún estar en un trance por la duda, todo en un tiempo, pero eso sería pronto aclarado. La puerta al cuarto de Chloe aún estaba cerrada. Ella probablemente todavía está durmiendo. Lyra aún se estaba acostumbrando a la idea que ella tenía una hermana menor. Por los pasados siete


años, ella tenía una hermana. Una humana. Chloe parecía estar adaptándose a Lyra al estar todo el tiempo, pero en realidad no le gustaba hablar con ella. Y ella aún no sabía quién era Lyra —Si esos resultados llegan y revela que Lyra es lo que ella piensa (Y Lyra solo sabía que lo harían), entonces le diría pero solo así—. Por ahora, Lyra solo está “quedándose en nuestra casa por un pequeño tiempo.” Chloe casi tiene la misma edad que las Cutie Marks Crusaders. Lyra había sido muy buena para llevarse con ellas. Pero, para los niños humanos… ¿Qué es lo que hacen? Definitivamente no están preocupados con conseguir una Cutie Mark o algo parecido. Y Lyra en realidad no sabe mucho sobre el tipo de unicornios en que Chloe estaba interesada. Sus padres estaban al final de pasillo. Lo más probable es que su madre también este durmiendo. Ella probablemente se despertaría pronto, sentarse en la terraza trasera a comer el desayuno y luego trabajar en su pintura. Había un trabajo a medio acabar en el estudio que Lyra pudo ver mientras pasó caminando. Parecía como sería una figura humana con alas, pero eso era tan ridículo como un humano que podía usar magia. Lyra se detuvo de nuevo en su cuarto para recoger el libro de bolsillo en su mesa de noche. Un separador de libro estaba puesto entre en la tercera cuarta parte del libro. Lo recogió y se lo llevó con ella. Nadie más aún no había bajado. Su padre posiblemente estaba despierto. Él podría despertarse más temprano que todos los demás y trabajar en la escritura. Bueno, él lo llamaba escribir, pero en realidad era todo en la computadora y no en papel. Los humanos usaban para todo. Tal vez Lyra podría aprender cómo usar por ella misma algún día. “Teclear” parece como si fuera divertido. Ella puso el libro en la mesa de la cocina y se acercó a la alacena. Ella la abrió, pero era la equivocada. Estaba llena de platos… ella pasó al siguiente y después a otra. Ella no podía recordar donde estaba. Aquí está. Ahora, donde están esas cosas…. Esos pasteles delgados con rellenos de fruto que vienen en envolturas de aluminio brillante. Ella buscó el estante y encontró la caja azul donde venían, estaba en lo alto. Tal vez ella todavía estaba medio dormida, porque su primer pensamiento fue levitarlo para bajarlo. Ella sacudió su cabeza y se estiro, cerrando los dedos alrededor del empaque. Estuvo ahí un rato, mirando fijamente. —Buenos Días, Lyra —Lyra reaccionó al sonido de la voz de su padre. —Oh… buenos día. —ella logró una sonrisa. —Te levantaste temprano, ¿todo está bien? —Si, por supuesto… —Sus ojos voltearon a la caja en su mano—. Yo solo… tuve un sueño raro anoche. Aún los tengo.


— ¿Recuerdas que era? —Él preguntó. —No —dijo ella—. Ya olvide porque me preocupaba en primer lugar. Suelo tener sueños todo el tiempo. — ¿Desde cuándo? —Desde… Um… —ella movió sus dedos inconscientemente, golpeando contra la caja. Luego recordó que es lo que estaba haciendo y tomó uno de empaque—. No lo sé. Yo… solo solía tenerlos. Él empezó a hacer café. Tenían una maquina que lo hace automáticamente. De lo que ha visto, los humanos era prácticamente adictivos a las cosas y sus padres no era un excepción. Lyra se sentó en la mesa y cruzó sus piernas, recargándose en la silla. Rasgó la lámina, tomó uno de los pastelitos, y tomo una mordía de la esquina. Podrías calentar estas cosas en algo llamado “Tostadora”, pero ella no tenía ganas de hacerlo hoy. Todavía están muy buenos, aunque un poco rancios. Bon-Bon probablemente se horrorizaría, pero los alimentos pre envasados era una parte importante de la dieta humana. Unos minutos después su padre se sentó en la mesa enfrente de ella con su café. —Uh… Papá… —dijo Lyra. — ¿Sí? —He estado leyendo tu libro. —Estaba en la mesa enfrente de ella. Lo golpeó con un dedo—. Aunque, hay algunas cosas que me confunden. — ¿Qué quieres decir? —Bueno, magia, para empezar. ¿Cómo la usan? Dices que puede aprenderla, pero… ¿Cualquiera puede hacerlo? —Toma algo de un complejo concentración mental y años de práctica, pero esencialmente cualquier personaje podría apréndela. —Él parecía estar hablando más abiertamente que él lo había hecho antes. Era un tema fácil—.Por supuesto, la ciudadela no deja entrar a nadie. Ellos quieren proteger su poder y enseñarlo a solo a aquellos que deciden que son dignos. Has leído esa parte, ¿verdad? —Hm… —dijo Lyra. Ella recordó. La primera vez que usó magia, había sido un accidente—. Supongo que nunca pensé que la magia trabajaba así. —Eso es lo que pasa con la magia. —Él sonrió—. No está muy bien definida, así que los escritores pueden hacer cualquier cosa que queramos.


Lyra frunció el ceño. Eso no era correcto… La exacta naturaleza de la magia no era fácil de conseguir, pero hay algunas cosas básicas que eran simplemente innegables. Para empezar, para el fin de tener un control sobre esta, se necesitaría un cuerno para concéntralo. Y era mucho más fácil de aprender que él lo decía, en parte debido que un unicornio fue diseñado para ser capaz de usarlo. —Oh, y… unicornios —dijo ella. Él la miró. — ¿Tienes algunos de esos en este libro? —dijo Lyra. Rápidamente agregó—, sé que a Chloe le gustan, pero…. Tú sabes. —No tengo muchas criaturas mitológicas en mi mundo, no. Solo caballos normales. Criaturas míticas, como todos de los amigos y familiares de Lyra hasta hace un mes. La “cabalgata” era mencionada de vez en cuando en el libro. Era como solo eran animales. Era difícil explicar exactamente como se sentía sobre eso. Los caballos no eran como los ponis, excepto en apariencia. Un montón de cosas en esta historia parecía como a los humanos que Lyra había leído. No había leído nada sobre humanos montando caballos, pero si la Princesa había querido eliminar registros de humanos, ese sería el primero en eliminar. Junto con la guerra… también hubo mucho de eso en la historia de su padre. —Es… una interesante historia —dijo Lyra—. Definitivamente no he leído nada parecido antes. Él sonrió. — Y tuve críticas que decían que es muy cliché. —Este el tipo de historia normal para hu… —Ella se contuvo justo a tiempo. Haciendo esas preguntas que sonaran natural era difícil—. ¿Es una temática común para las historias? Él encogió los hombros. —Es un género muy amplio, pero a veces algunas nunca cambia. Ella asistió y volteó hacia la ventana. —Aunque, todo está un poco basado en la historia, ¿no es así? Solo agregan cosas como magia y los países…. —Ella esperó su respuesta, porque se dio cuenta que el reino de Emathia y la nación de Estados Unidos sonaba igual de desconocido en su mente. Por todo lo que sabía, podría ser un lugar real. Él Asistió. —Hay algo de influencias griegas. Eso lo distingue de… — ¿Griego? Quieres decir como… Esas viejas historias y canciones, como los que ellos tocaban con una lira. Lo sé, he escuchado cosas de eso.


—La mitad de nuestra familia —mi mitad, eso es— viene de Grecia. Es de ahí donde apellido ‘Michelakos’ viene. Mi abuelo vivía ahí, pero solo he visitado el país dos veces en mi vida. — ¡Eso es sorprendente! —Los ojos de Lyra se abrieron como plato. Grecia es uno de los países que de verdad la fascinó desde que vio un par de paginar en el libro de Twilight. No solo habían inventado la lira —cual era un instrumento muy popular en Equestria —Ella era una de ellos. —Estás interesada en tu herencia como yo, supongo. —Solo recientemente. —averiguar que ella no era de Canterlot de nacimiento había incrementado mucho su interés en ella misma–. Solía… — ¿Qué? —Um… —Lyra jugueteaba nerviosamente—. Nada. Olvide lo que iba a decir— ella terminó su desayuno y miró afuera de la ventana de nuevo, lejos de él. —Lyra… —él acariciaba su barbilla—. El doctor me dijo que no hay nada malo contigo. — ¿Por qué haría? Soy normal —dijo ella. Él suspiró. —Cuando te perdimos, hace todos esos años… Tu madre y yo no escuchamos nada. Todo se fue, pero no había señales de forzamiento, todo las puertas aún estaba cerradas. Tu solo te desvaneciste en el aire. Y ahora que apareciste tan pronto y dices que no recuerdas nada. Lyra bajó su cabeza. Era muy parecido a lo que Audrey había dicho cuando ella evitaba responder las preguntas. —De verdad que no. Tienes que creerme. — Ella lo miró—. Tú me crees, ¿verdad? Él se inclinó y puso sus manos encima de las de ella. —Si hay algo que no quieras hablar… —De verdad no recuerdo nada —ella insistió—. Lo siento. Lyra deseó que ella pudiera hacer una mentira convincente. ¿Pero cuanto en realidad ella conoce del humano? Ella conoce Des Moines, ella había visto un poco de Chicago… Ella recordó en la lista de ciudades que copió en su diario en el aeropuerto, pero ella no sabía cómo era ningunos de ellos. Cualquier cosa sería mejor que no decir nada. Ella puso una mano en su frente y lo frotó. —Yo… necesito tomar algo de aire fresco. Creo que tomare un paseo. Antes que su padre pueda decir algo, Lyra se levantó, se puso sus zapatos y se dirigió a la puerta. ——————————————————————————————————————————— Lyra no planeaba quedarse mucho tiempo afuera —en realidad solo necesita caminar—. Era agradable y tranquilo aquí en el bosque. Estaba lejos de todo los carros, Por lo que el olor no era


tan notable. De hecho, casi parecía como estar bosque Whitetail. Ella participó en la carrea anual de las hojas unas veces… Cuando ella había sido una poni. Ella casi se dejo meter la pata. Seguro, había pasado las pequeñas cosas. Pero ella no podría mencionar que siempre le gustaba leer, porque eso había venido de pasar mucho tiempo en la biblioteca de Canterlot como una potranca y su otro padre, ¿Y la razón era ella “Solo ahora” interesada en su herencia? Pensó Porque ella siempre había pensado que era una mezcla de medio unicornio, con la magia débil como resultado, pero ahora resultó que era descendiente de una antigua raza de humanos. Ella no podía decir ni una sola palabra acerca de sí misma a su familia, y se estaba haciendo imposible. Tal vez ella realmente no se sentía como si estuviera en casa. Mentir sin duda hizo las cosas difíciles. Pero ella no estaba segura de si era realmente extraña Equestria, o si se estaba extrañando esa sensación de actuar en el escenario con Randall en Des Moines... Y sin embargo, todavía no renunciará a la oportunidad de vivir con su familia humana por nada. Ella caminó a largo de un lado de la carretera, desde que no había banqueta. Una vez un humano paso en el otro lado, sentado en algún tipo de maquina extraña que corría en dos llantas delgadas. Lyra se detuvo y miró. Parecía como estaba avanzado por el pataleo de sus piernas e iban mucho más rápido en esa máquina que caminando. Los humanos de verdad nunca cesaban de sorprenderla. Ella puso cuidadosa atención en las señales de la calle y las casas que iba pasando. No planeaba ir muy lejos, pero lo último que necesita es perderse. Los arboles eran menos poco a poco, dando paso a un vecindario donde las casas estaba más juntas. Realmente no parecía que había llegado tan lejos de Des Moines, este lugar era tan similar. Esta es su ciudad natal, ella se dio cuenta. ¿Aunque se sentía como en casa? Su padres podría tener dudas sobre ella, pero… Lyra tenía certeza que estaba en lo cierto. Tenía que estarlo. Por un rato ella se solo se movió, perdida en su pensamiento, hasta que poco a poco llegó a lo que debe ser el área del centro. Unas cuantas pequeñas tiendas estaban aquí. No era como la gran ciudad —Esos edificios eran apenas más grandes que las casas. En realidad, Lyra se dio cuenta que su propia casa era más grande que un montón de esos. Había un puesto de metal en la baqueta y otro de los dispositivos de ruedas encadenado al puesto. Lyra se detuvo para mirar de cerca. Se agachó, empujando un pedal suavemente con una mano. Clickeaba mientras daba la vuelta. Cuando ella lo empujo al otro lado, dio algo de resistencia, y — sí, la rueda se movió—. Ella tiene que aprender cómo funciona. Otro humano paso caminando, la miró extrañamente y ella se levantó con rapidez y se alejó.


Mirando alrededor, parecía haber algunos restaurantes aquí. Pizzería, comida china, comida mexicana. Todos eran países, ella estaba bastante segura. Un local oscuro tenía un cartel de “Se renta” en una ventana vacía. Pero luego llegó a una que realmente parecía interesante —“Libros usados de Belfield”— Una campana sonó cuando ella abrió la puerta. Ella tuvo un repentino recuerdo a esa tienda que había estado en Des Moines, justo horas después de llegar al mundo humano, pero esta vez podía darse el lujo de mirar a su alrededor. Y no estaba nerviosa acerca de hablar al humano detrás del mostrador. Era una mujer, más grande que ella, pero aún bastante joven. Ella parecía perdida en el libro, aunque había algo enfrente de ella en el mostrador que podría ser una computadora. Una imagen brillante de una manzana estaba enfrente de ella. —Estoy buscando un libro sobre la historia humana —dijo Lyra, con una mirada de un lado hacía lo que podría ser una computadora. La chica la miró. — ¿Algún periodo en especifico? —Todos Ella empezó a reírse, pero luego se dio cuenta que Lyra que estaba completamente con la cara seria. Ella miró a la sección de estantes. —Bueno, ahí está la sección de no ficción. Estás buscando por historia Estadunidense, o supongo que estas buscando historia universal, ¿cierto? Estados Unidos. Lyra sabía en donde vivía ahora, pero no demasiado. —En realidad, sé algo sobre otros países, pero no mucho sobre Estados Unidos. ¿Tienes libros de eso? —Por supuesto. —La humana en la registradora se detuvo—. ¿Eres del extranjero? Al parecer no tienes acento, pero… —Soy de Estados Unidos. Solo… solo ahora estoy empezando una investigación histórica. Necesito un buen panorama. —Cierto… —Ella asistió lentamente—. ¿No lo aprendiste en la escuela? —Mi escuela era… diferente. La chica rodeó del mostrador. —Veré en que te puedo ayudar. Como sea, parece como será un día tranquilo. Tan pronto como salió, Lyra ofreció su mano. —Mi nombre es Lyra. Soy nueva en la ciudad. —Mónica… —La dueña de la tienda le devolvió el saludo. —Espera, ese cabello… —Por alguna razón, se rió—. De verdad existes. — ¿Qué? Por supuesto —dijo Lyra—. ¿A qué te refieres?


—Estaba hablando con un amigo mío. Él dijo que conoció a una chica con cabello verde en el avión que afirmaba ser la hija perdida de Thomas Michelakos. Yo dudo que haya muchas Lyras con cabello verde en esta ciudad. Lyra fue tomada con sorpresa. — ¿Conoces a Paul? —Él viene aquí seguido —dijo Mónica—. Un pequeño mundo, ¿No es así? —No lo creo… —dijo Lyra—. El viaje en avión había probado que no era tan pequeño. — ¿Y ahora te estás quedando con señor Michelakos? Lo he visto unas cuantas veces, viene aquí en vez de cuando. Sé que tiene una hija pequeña, pero nunca he escuchado de ti. Es por eso que serias su hija perdida de hace mucho tiempo. —Si… Um, sus libros son bastantes populares, ¿No es así? —Podías decir eso —dijo Mónica. Lyra miró todos los estantes en la pared de a fondo. Estaban divididos en secciones —ficción, historia, viajes—. Ni siquiera sabía por dónde empezar. Y era difícil preguntarle preguntas extrañas sin que parezca rara y más preguntas como respuesta. —Como sea, dijiste que historia Estadunidense, ¿no es así? Lyra asistió. Casi olvida eso. —Cierto. Mónica se dirigió a través de algunos pasillos de estantes hacia una sección casi al fondo de la tienda. —Esto es todo lo que tenemos. Siéntete libre de… —Lyra ya había tomado un volumen que le había llamado la atención y lo estaba hojeando—. En verlos —terminó Mónica. —Pregunta rápida, Esto va a sonar extraño, pero es… el año 2012 ahora, ¿verdad? —dijo Lyra, sus ojos todavía puestos en el libro. —Sí, lo ha sido por un rato. —Y Estados Unidos fue fundado en el año de 1776. —Alzó la vista—. Este país no es muy viejo. Mónica levantó una ceja. —Tú de verdad no sabes nada, ¿verdad? Estoy empezando a ver por que Paul te encontró tan interesante… Lyra la ignoró. —Creo que este parece bien. Me lo llevo. —Uh… genial. Me alegra poder ayudar. —Uh, y, um… —Lyra rascó detrás de su cabeza y murmuró, —Unicornios. — ¿Qué fue eso?


—Bueno, es… Mi hermana —dijo Lyra rápidamente. Era particularmente verdad, Chloe es la principal razón de que quiera hacer esta investigación—. Ella le encanta los unicornios. ¿Tienes algún libro de ellos? — ¿Quieres decir cómo libros para niños? —Lo que tengas. —Si los unicornios de verdad era solo historias para niños… Bueno, eso es justo lo que sería en este mundo. En realidad no importa. Lyra de verdad no había considerado eso hasta empezó hablar espontáneamente y sin restricción a Audrey, pero los humanos saben algo sobre los unicornios. En realidad, era extraño —como ellos sabían sobre unicornios a pesar que no había ninguno alrededor—. Por otra parte, Equestria había sido similar. Todo se ha sentido tan simple desde que ella llegó a casa. Pero ahora ella empezaba a conseguir algunas respuestas. Mónica miró a por la tienda. —Veré que te puedo encontrar. Lyra la siguió a una sección de estantes etiquetada como “Fantasía.” Obviamente. Ambas revisaron los títulos impresos en los lomos de colores. —Este es de papá —dijo Lyra. —Sip —dijo Mónica. Ella la miró—. Como fue, ¿Averiguar quién eres? ¿Has escuchado de sus libros antes? —No… no puedo decir eso. Aunque, ahorita los estoy leyendo. —Ya veo… —Mónica se agacho para mirar uno de los últimos estantes, luego sacó un libro. Ella miró por un momento, luego se levantó y se lo pasó a Lyra—. Creo que es lo mejor que tengo. Lyra miró la portada. Un normal unicornio blanco —a blank flack, aunque él (o ella, era difícil decirlo) era un adulto— en el bosque. Bebiendo erguido de un rio. Eso era una vergüenza, completamente incivilizado. Levantó una ceja. —Y, esto es… ¿una novela? —Sí. Una bastante popular. También, hay una película, pero no estoy segura si tenemos eso en stock. — ¿Quieres decir con los shows en la TV? —Dijo Lyra—. Creo solo leeré esto… Quiero decir, me gusta la idea de las películas, Es como llegar a ver una obra en cualquier momento. No puedo mirar una caja así por mucho tiempo. — ¿De verdad? Eres una especie en extinción —dijo Mónica con una sonrisa—. Parece como la gente no lee tanto como deberían en estos días. Lyra miró al libro en sus manos. —Aunque, ¿esto es lo mejor que tienes sobre unicornios? Estaba pensando en algo más…. Informativo, verdadero.


—No lo sé, podías checar la sección de mitología. Aunque, dudo que alguien escribió una guía fiable. —Cierto… Porque los unicornios no son reales —dijo Lyra—. Y la magia lo complementa. —Uh… si —dijo Mónica, dándole una mirada extraña—. ¿Y, eso será todo? Puedo dártelo en enfrente —ella señalo con un pulgar sobre su hombro. —Esto debería ser suficiente por ahora. Gracias por ayudarme a encontrarlo. —dijo Lyra. —No es ningún problema — se dirigieron al mostrador. Mónica se pasó al otro lado del mostrador detrás de la registradora. Ella miró de nuevo los títulos cuando Lyra se los pasó—. Esta es una interesante selección de temas —Ella los metió en una bolsa de papel café. —Supongo que tengo un amplio rango de intereses. Siempre he leído mucho —dijo Lyra encogiéndose los hombros. Mónica asistió. —Es un buen hábito tenerlo. Además, mantienes este lugar a flote. Y tu papá, también —dijo—. Dile ‘hola’ de mi parte. —SÍ, haré… eso. —Sé que esto no es exactamente el lugar curiosear, pero… puedo decirlo. Hay algo molestándote, ¿No es así? Algo importante en tu mente y no quieres hablar con nadie de eso. — ¿Qué? No, no hay… No estoy escondiendo algo —dijo Lyra—. Porque lo estaría… —Ahí lo tienes. Eso es exactamente lo que estoy hablando. Estas actuando tan extraño—. La voz de Mónica sonaba imparcial y Lyra se quedó en silencio—. No voy a preguntarte que es, pero… Si realmente es tan importante, entonces no podrás ser capaz de ocultarlo para siempre. —No tengo opción. —Confía en mí. Tarde o temprano necesitaras quitarte ese peso encima. Te sentirás mejor. Eso es todo lo que estoy diciendo. —Ella le pasó la bolsa y Lyra la tomó con las manos ligeramente temblorosas—. Solo es un consejo gratis. —Gracias… Supongo. —No es ningún problema. —Mónica le sonrío—. ¿Y te veré de nuevo? —Es posible. —Es un placer conocerte, Lyra. —Si…igualmente. —Lyra se volteó y se dirigió a la puerta sin decir ninguna palabra. ————————————————————————————————————————————


Lyra encontró el camino hacia su casa a través del vecindario con bastante facilidad. Ella solo se perdió una vez. No había mucho más que una o dos horas desde que había salió. Tal vez debería pedir disculpas. Su padre estaba probablemente preocupado. Todavía había una parte de ella que no le gustaba que todavía fuera considerada un niño. Había pagado su propia renta —así, la mitad de ella— por varios años. Pero tal vez lo mejor era vivir con sus padres. No era como si pudiera valerse por sí misma en este mundo. Tenía que empezar a aprender sobre el tema. Pensó en lo que Mónica había dicho. ¿Quizás sus padres notan que estaba actuando extraño? Si Mónica lo notó, entonces sí, que probablemente ellos también. Pero... no podía exactamente igual decir la verdad. Pasó junto al buzón junto a la orilla de la carretera y por el largo camino hacia la casa, más allá de los dos autos de su familia —uno era el rojo grande uno se había vuelto desde el aeropuerto en el otro era un negro más pequeño uno—. Su mano se cerró alrededor de la perilla de la puerta y la abrió. Con una sonrisa incómoda en su rostro, tratando de dar la impresión de que nada había salido mal, se dirigió a la cocina. Sus padres estaban sentados juntos. Una pila de cartas estaba en la mesa de la cocina. Estaban leyendo uno de ellos - una hoja de papel que se había doblado un par de veces. Había algo en sus rostros... —Estoy de vuelta— dijo Lyra, estableciendo sus nuevos libros en el mostrador. Su madre levantó la vista de la carta. — ¿Lyra? —Es... ¿Hay algo malo? –Preguntó Lyra. Estaban actuando extrañamente... Sin decir una palabra, su madre se puso de pie y la envolvió en un fuerte abrazo. Lyra se dio cuenta que había lágrimas en sus mejillas.


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