Haciendo Cine #144

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50 Eventos

34 Los dueños

32 Por un puñado de pelos

30 El día trajo la oscuridad

HC#144 ESCRIBIERON EN ESTE NÚMERO Marcelo Alderete / Juan Pablo Álvarez / Eduardo D. Benítez / Mijal Bloch / Martín Fernández Cruz /Amadeo Gandolfo / Josefina García Pullés / Diego Maté / Mariano Oliveros / Hernán Panessi / Hernán Siseles

COMERCIAL (54-11) 4857-2597 comercial@haciendocine.com.ar

CURSOS cursos@haciendocine.com.ar

Entrevista con Romina Paula y Mora Recalde.

Entrevista con Daniel Burman.

26 El misterio de la felicidad

SUSCRIPCIONES suscripciones@haciendocine.com.ar

Entrevista con Damián Dreizik.

COORDINACIÓN Florencia Saá florencia@haciendocine.com.ar

36 38 La vida secreta de Walter Mitty

DIRECCIÓN DE ARTE Cecilia Loidi arte@haciendocine.com.ar

49 Discos

Corrección Micaela Berguer

La danza de la realidad

ASISTENTE DE REDACCIÓN Micaela Berguer redaccion@haciendocine.com.ar

editor Esteban Sahores esteban@haciendocine.com.ar

Arcade Fire, M.I.A., La Hermana Menor.

42 El lobo de Wall Street 44 La vida de Adèle 46 Home 48 Libros

La tercera temporada de Sherlock.

DIRECTORES Hernán Guerschuny hernang@haciendocine.com.ar Pablo Udenio pablou@haciendocine.com.ar

Abbas Kiarostami, de Jonathan Rosenbaum y Mehrnaz Saeed-Vafa; Los colores primarios, de Alexander Theroux.

staff

Las 25 películas argentinas más esperadas de 2014.

14 Nota de tapa: 16

Esperando a los Oscar: 10 estrenos veraniegos.

Reestreno en 3D de Los bañeros más locos del mundo.

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Mundo Lego en los cines.

Paula Brasca

IMPRENTA: Red Gráfica Cooperativa Ltda. Av. Paseo Colón 731, 4° piso, Ciudad Autónoma de Buenos Aires Cooperativa de Trabajo Trabajadores de Suárez Ltda. Cooperativa de Trabajo La Nueva Unión Ltda. Tel (011) 15 3120 1269 www.redgraficacoop.com.ar Haciendo Cine es una publicación de Haciendo Cine de Udenio Pablo y Guerschuny Hernán SH. Derechos Reservados. Efectuados los Registros de ley. (c). Prohibida su reproducción total o parcial sin autorización. Las notas firmadas representan la opinión de los autores y no necesariamente la de la revista.

Distribución en Capital Vaccaro, Sánchez y Cía. S.A. Distribución en el interior Distribuidora Austral de Publicaciones S.A.

04 Jamón del medio 06 Panorama 08 ¿Quién es esa chica? 10 Industria

haciendocine@haciendocine.com.ar

Propietarios Hernán Ariel Guerschuny y Pablo Udenio EDITORES responsables Hernán Ariel Guerschuny y Pablo Udenio

SUMARIO

REDACCIÓN Bonpland 1343 Piso 7° Depto ¨C¨ C1414CMM

FOTO DE TAPA Guadalupe Gaona

Tres son multitud: Viggo Mortensen, Lisandro Alonso y Fabián Casas.

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JAMÓN DEL MEDIO La industria se puso un poco torpe. Esta boludez del pitching está todo el tiempo en todos los festivales que antes eran de autor. Como se banalizó mucho, quedan pocos productores, poca gente que realmente se profundice en el cine”. Lucrecia Martel estuvo en Paraguay para participar del Taller Cinematográfico Muâ, junto a la productora Violeta Bava y la cineasta paraguaya Paz Encina, y fue entrevistada por el diario ABC. La directora tiene nuevos productores locales (la compañía Rei Cine reemplaza a Lita Stantic, que se bajó del proyecto), por lo que finalmente empezará a rodar Zama este año en Corrientes y Formosa.

Pagás lo mismo por ver una película de Hollywood que por una argentina. Las películas nacionales ya no se pueden ver mal, no se pueden escuchar mal. El sistema no lo banca más, es indiscutible. Ese es el límite de cualquier película”. Axel Kuschevatzky, director de Telefónica Studios, brindó en la última edición de Ventana Sur la charla abierta “Algunas cosas que aprendimos en el 2013”, en la que habló acerca de la producción, distribución y exhibición de películas en Argentina a lo largo del año pasado.

Nadie me había pedido que fuera tan lejos. Resultó excitante e intenso, con tanto sufrimiento… Lars lleva demasiado lejos sus obsesiones sexuales. Se pasa de explícito, tanto en su discurso como en las imágenes”. Charlotte Gainsbourg se sumó a la extensa lista de las víctimas de Lars Von Trier. La francesa forma parte de Nymphomaniac, la nueva y polémica película del danés, que tendrá su estreno en Berlín.

Cada vez desconfío más del arte. Sobre todo desde hace veinte años. ¿Cómo pudieron los ‘artistas’ haber dejado que el arte se convierta en lo que se ha convertido?”. En una entrevista exclusiva con la revista francesa Sofilm, Werner Herzog reflexiona sobre el arte, su propio cine, sus colegas y el futuro de la humanidad.

Cuando sos director y querés lograr una buena interpretación, a veces tenés que repetir muchas veces la misma toma. ¡Pero nunca tantas veces como Wes Anderson!”. A propósito del estreno norteamericano de The Invisible Woman, su segundo film como realizador, Ralph Fiennes se animó a bromear en Indiewire sobre el director de El gran hotel Budapest, película que Fiennes protagoniza.

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panorama

Argentina Dos distribuidoras se suman a la causa del cine independiente Más del 80% del negocio de la distribución en Argentina está en manos de las cuatro majors relacionadas a Hollywood que operan en el país; el resto se lo reparten más de 15 empresas locales, muchas de ellas agrupadas en la recientemente creada Cámara de los Distribuidores Independientes (CADICINE). Es en ese pequeño espacio restante donde el surgimiento de Obra Cine y el relanzamiento de Cinemátiko intentarán ofrecer algo de oxígeno y diversidad a la oferta de contenidos en las salas. La primera –a cargo de la agente de prensa Lola Silberman, el programador Pablo Mazzola y la productora Paulina Portela– tiene planeado lanzar entre seis y siete títulos al año de cine argentino y latinoamericano, poniendo el acento tanto en la distribución como en la comunicación y en la venta internacional. “Trabajaremos cada película que integre nuestro catálogo en su máxima inserción de mercado; esto incluye festivales, ventas internacionales y el lanzamiento comercial en pantallas de cine. Generalmente, la mayor parte de este trabajo se hace desde las productoras locales o es realizado por empresas europeas, pero nosotros buscamos generar un cambio de mirada, algo que permita un trabajo más profundo y cercano con los productores y directores”, explican sus fundadores, deseosos de imprimirle al negocio un tinte más artesanal. Con un claro perfil artístico, salen a la cancha en febrero con Los dueños para luego lanzar El rostro (sobre ambas pueden leer en las páginas que siguen) y Escuela de sordos, un documental premiado recientemente en Mar del Plata. Cinemátiko, por su parte, no es estrictamente nueva, ya que en 2013 distribuyeron seis películas, pero en el acto de su relanzamiento prometieron que 2014 será su año. Para eso ya anunciaron cuatro títulos, todos extranjeros, entre los que se cuentan el hit alemán Lore (“nuestra joyita, va a dar mucho que hablar”) y Chained, dirigido por Jennifer Lynch (hija de David). “Son películas independientes que, por razones de costos, muchas veces se hacen inviables comercialmente. Aprovechando las nuevas tecnologías en proyección, el DCP se presenta como una alternativa para poder presentar estos contenidos sin afrontar grandes gastos de distribución”, explicaron sus responsables, Adrián Cañete y Cristian Cárdenas. Dos interesantes propuestas que intentarán ganar sus espacios y, de paso, defender la posibilidad de que el espectador argentino pueda encontrar una mayor diversidad en la cartelera.

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panorama

Corea del Sur Siguen las sorpresas La industria del cine coreano, no nos cansamos de repetirlo, es una de las grandes y felices excepciones a la norma mundial que marca la abrumadora supremacía del cine estadounidense en las boleterías. Con una cuota de mercado que alcanzó el 59%, el balance de 2013 arroja algunas curiosidades (al menos a los ojos de la mayoría de los mercados del mundo) en el sentido opuesto a esto último: en el top 10 de las más vistas hay solo dos tanques de Hollywood (Iron Man 3 en el puesto 4 y Guerra mundial Z en el 10); el resto son todos films locales. La primera, Miracle in Cell Nº 7, que alcanzó los casi 13 millones de espectadores (en un país con 50 millones de habitantes), es un drama protagonizado por un actor prácticamente desconocido, con un presupuesto ínfimo y, como para completar el cuadro de rarezas que es esta industria, distribuida por una compañía independiente. La segunda, Snowpiercer (de nuestro hombre de tapa Bong Joon-ho), es la película coreana más cara de la historia y también la más vendida internacionalmente.

España Otro año de fracasos La crisis económica, la piratería y un brutal incremento del impuesto al valor de las entradas (pasó del 8% al 21%) son algunas de las explicaciones de la nueva caída (un 15% si se la compara con las cifras del ya estrepitoso 2012) que sufrió la venta de entradas en España. La curva descendente, que no es ninguna novedad, no se detiene: de los últimos nueve años, solo en uno no decayeron las ventas. Y si se comparan las ventas con las de 2004, el descenso está en un 46%. Ni Hollywood ni el 3D los pudo salvar. A diferencia de lo que había sucedido en 2012 con la española Lo imposible, de Juan Antonio Bayona –que, habiendo recaudado $54.5 millones, se había convertido en la película más vista del año–, al cine español tampoco le fue bien a lo largo de 2013. La cuota de mercado también sufrió una caída: del 18,6% de 2012 pasó al 11,36% en 2013. Según la mayoría de los análisis de la taquilla española, semejante desastre se debe principalmente a que el costo promedio de las entradas de cine (alrededor de 9 euros) está lejos de poder ser cubierta por el público de España, donde el desempleo alcanzó el récord del 27% a lo largo del año pasado.

Asia Crece el mercado pero cae el 3D El mercado del cine en Asia continúa creciendo a pasos agigantados, pero el consumo de películas en 3D es mucho menor que en otras partes del mundo. Eso fue lo que anunciaron en la convención de distribución y exhibición de películas CineAsia en Hong Kong el pasado martes 10 de diciembre. “Estamos preocupados por la evolución del consumo del 3D. Deseábamos que las cosas hubiesen ido en una línea un poco más recta”, admitió Sunder Kimatrai, vicepresidente de la 20th Century Fox en Asia. “Cuando el 3D era nuevo funcionaba bien en todos los géneros, pero las películas familiares y las de animación fueron las primeras en estancarse”. Una de las razones que se le adjudican al bajo consumo es el tema económico: “Ir a ver películas de animación que están en 3D es una decisión familiar, y al consumir de forma grupal en estos casos la gente es más sensible a los precios altos”. Pero mientras que la evolución del consumo del 3D puede estar yendo un poco más lento de lo que desearían, el mercado del cine en la región está lejos de ser un tema de preocupación para los ejecutivos de la industria. Mark Viane, el vicepresidente de Paramount en Asia y Latinoamérica, fue contundente: “Estamos viendo cómo Asia se convierte en el mercado que más está creciendo a lo largo del mundo”.


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¿Quién es esa chica?

Focus, la próxima película de Will Smith, está rodada en Argentina y tiene en sus filas a Paula Brasca, actriz emergente que ahora deviene en talento local con proyección internacional. POR Hernán Panessi

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ué linda, se parece a Ornella Mutti”, le dice –posado en una mesa, desde la vereda de una cafetería– un hombre canoso de chomba rosa a otro varón regordete de chomba similar. Y ella, que no es Ornella Mutti, no acusa recibo. Porque los cumplidos siempre son difíciles de aceptar. Y mucho más para las mujeres bellas. Ellas suelen prestar resistencia. Sin embargo, por lo bajo, Paula comenta: “Ornella Mutti es una pechugona caucásica, no me parezco ni ahí”. Pero el hombre canoso de chomba rosa tiene razón: se parecen. Y, claro, no solo acierta con aquello: también es linda. Paula Brasca es una actriz argentina –linda, pechugona, caucásica– que estará en Focus, la nueva película de Will Smith, filmada recientemente en el barrio de San Telmo. Así nomás. Un vestido a cuadros celestes y blancos combina con sus ojos. El color de ojos se parece a aquel celeste de los crayones Jovi. Su pelo es rubio, ondulado. Su cara luce como esos rostros del cine de los cincuenta. Y, asimismo, abolla los arquetipos de las bailarinas del Teatro Colón. En lo profesional, llegó al film de la Warner Bros. a partir de un casting. “Es impresionante atravesar la criba de Hollywood”. ¿Por qué? “El margen de incertidumbre se reduce porque hay mucho cálculo, mucho despliegue, mucho interés en el detalle”. Se sabe: Hollywood siempre es mucho.

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La película trata sobre un estafador profesional (Will Smith) que se enamora de una estafadora novata (Margot Robbie) y juntos vienen a perpetuar un timo a la Argentina. El objetivo es un multimillonario (Rodrigo Santoro). Y los argentinos, por caso, son los que ayudan a cumplir con la estrategia. “Mi participación fue con Margot Robbie. Por pedido de la producción, no puedo contar mucho de lo que hago. No sé si eso te deja medio galletita”. Focus se estrenará a mediados de este año. Y resulta que, hasta los 13 años, Paula iba a ser bióloga. Tuvo un telescopio, unas cartas estelares del hemisferio sur y un interés absolutamente freak por los dinosaurios. Todo aquello perduró hasta que vio a Norma Aleandro haciendo Sobre el amor y otros cuentos y, así, su vida cambió: quiso ser actriz. Apenas terminó la facultad, Brasca empezó a trabajar en periodismo. Escribió en una revista cultural que dependía de una ONG –Puerta Abierta– y en otra publicación especializada en teatro –Farsa Mag–; hizo una conducción en el canal de Tecnópolis y trabajó en prensa. “Enseguida viré de nuevo a la actuación. Siempre fue mi plan A. La comunicación se mueve por contactos. ¿Cómo hiciste vos para empezar a trabajar en esto?”. A su vez, protagonizará Positivo, de Sebastián Mónaco, que se estrenará en el Festival

¿QUIÉN ES ESA CHICA?

de Cine de Nueva York. “Fue importante en mi carrera. Me dio información que no tenía sobre mí misma. El personaje tiene una adicción sexual. Tuve que familiarizarme con esos comportamientos a través de testimonios, entrevistas, grupos de rehabilitación. Es una de las adicciones más infernales que existen”. Antes hizo lo propio en Fantasmas de Buenos Aires, producción de la FUC. Y su primera aparición mediática tuvo que ver con los rayos catódicos: Vidas robadas, aquella ficción que dialogaba con la historia de Marita Verón. Ahí hacía de una prostituta secuestrada por una red de trata de personas metida en un prostíbulo VIP. “Nunca me tocó hacer de heroína, siempre me tocan personajes atribulados”. A su vez, sobre trabajar en el mainstream, asegura que “llegás de forastero a un lugar y enseguida tenés que aprenderte los códigos”. Entretanto, pasó por Herencia de amor, que, entiende, fue lo más convencional que hizo. Y lo importante pasa por acá: “A medida que te alejás de la red carpet, te sentís un boludo. Todo eso te da risa”. Mientras tanto, los dos varones posados en la vereda del bar, quienes nunca bajaron la guardia, insisten con lo de Mutti. Y ella, con el ablande de los cumplidos, aunque se bañe en humildad, por fin aceptará –aunque a regañadientes– el parecido.



Mundo Lego en los cines

Toy Story De cómo una de las empresas de juguetes más respetadas del mundo se convirtió en una poderosa usina de contenidos audiovisuales que supo hacer alianzas con las franquicias más importantes y ahora por fin llega a los cines comerciales en 3D, encastrando superhéroes con las voces de grandes actores de Hollywood. POR Hernán Siseles

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ace muchos años que Lego dejó de ser simplemente una empresa dedicada a la fabricación de juguetes. Como todo gigante del rubro –en este caso, se trata de la compañía más exitosa después de Mattel–, Lego comprendió que no había manera de crecer sin algún tipo de presencia en los medios electrónicos que trascendiera los límites de la publicidad para convertirse en contenido puro. Por eso, a la par de la fabricación de bloques, ciudades miniatura y pequeños muñecos, la empresa danesa viene invirtiendo desde hace más de una década en una magnífica usina de producciones audiovisuales y videojuegos, de la cual emerge como primer resultado su increíble potencial para unir fuerzas con otras franquicias. La clave del éxito reside en haberse colocado en una zona bien diferente de la que ocupan otras empresas del mundo del entretenimiento y los juguetes. Si bien se han desarrollado algunos personajes con identidad propia, la carta fuerte de la empresa danesa sigue siendo su inconfundible materialidad, capaz de atravesar

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industria

con su simpleza décadas de una furiosa evolución tecnológica. Jugar siempre de esta manera, poniendo el aspecto material por sobre los personajes, convirtió a Lego en el socio perfecto para alguna de las licencias más importantes del mundo, lo que generó nuevos negocios y aventuras originales para sus personajes. Y, a la vez, los exclusivos ropajes de Star Wars, El Señor de las Anillos o Batman elevaron el status de la marca Lego hacia una zona de culto a la que muy pocos tienen acceso.

Introducción al universo audiovisual de Lego Una de las primeras y no tan recordadas incursiones de la empresa Lego en el mapa audiovisual fue allá por el año 2001, cuando el grupo humorístico Monty Python incluyó en una reedición de lujo en DVD de Monty Python y los caballeros de la mesa cuadrada (estrenada en 1975) un breve corto musical que recreaba una escena de la película con las

clásicas piezas del juego. Dos años después de esa primera experiencia, que hoy adquiere tintes míticos, arrancaría la producción sostenida de Lego en el campo audiovisual, siempre manteniendo los altos estándares narrativos y estéticos y las asociaciones con lo más selecto del mundo del entretenimiento. En 2003 Lego asomó la cabeza con el lanzamiento de Bionicle: Mask of Light, que se constituiría luego en la punta de lanza de una saga. Ese fue el primer desarrollo de personajes originales en la empresa; personajes con una identidad propia capaz de captar el fanatismo de los niños y que se correspondían con una línea de productos disponible en jugueterías de todo el mundo. Con Bionicle…, una suerte de Transformers con algo de biología y componentes mitológicos, Lego produjo cuatro largometrajes que fueron directamente a DVD, para finalmente abandonar la franquicia en 2009 y dar paso a nuevas experiencias audiovisuales. El último DVD lanzado con Bionicle… ya incluía un trailer de la primera aventura de su sucesor, Clutch Powers. Esta


saga, que combinaba de manera bastante natural aventuras con comedia, tuvo su primer lanzamiento en 2010. Además, alcanzó tres títulos en apenas dos años, que tuvieron como principal ventana de distribución los cines ubicados dentro de los parques temáticos de Lego de Europa, Estados Unidos y Malasia. De forma paralela a esta saga, Lego comenzó a vincularse con la televisión, principalmente con la señal Cartoon Network, que le permitió flexibilizar los formatos y correrse por momentos de las exigencias del largometraje. En dicha pantalla se estrenaron el mediometraje Atlantis y la serie Hero Factory, que remitían a líneas de productos Lego con una fuerte presencia en jugueterías. Si bien en estas producciones con personajes originales Lego fue perfeccionando sus técnicas de animación, el gran salto empezó a darlo en las alianzas con otras franquicias de mayor experiencia en el campo audiovisual. Atentos a los tiempos que corren y a la rápida asimilación que los niños tienen de las nuevas tecnologías, la distribución de todos los nuevos materiales empezó a darse mediante una combinación de Internet y televisión.

Si bien Lego fue perfeccionando sus técnicas de animación por medio de sus primeras producciones con personajes originales, el gran salto empezó a darlo en las alianzas con otras franquicias de mayor experiencia en el campo audiovisual. El menú de alianzas que ha establecido Lego en los últimos años es bastante amplio. A fines de la década pasada, se eligió nuevamente la pantalla de Cartoon Network para el estreno de Lego Indiana Jones and the Raiders of the Lost Brick y, después, de Lego Star Wars: The Quest for R2-D2. Estos lanzamientos marcaban la cancha sobre el status de compañero que tendría Lego en su desarrollo audiovisual. Con Star Wars la relación se volvió de lo más fecunda, e incluyó cortometrajes y series para televisión de altísima calidad como Lego: The Yoda Chronicles, estrenada en 2013 una vez más en Cartoon Network. Otra jugada estratégica en el desarrollo audiovisual de Lego fueron sus alianzas con los personajes clásicos del mundo del cómic de aventuras. Sin demasiada repercusión por

este lado del mundo, este año se estrenó en Blu-ray y DVD el film Lego Batman: The Movie, y además se continuó apuntalando la alianza con los personajes de Marvel, todavía más enfocada en los videojuegos que en películas o series. Del mismo modo, la unión de fuerzas de Lego con la saga de El Señor de los Anillos no avanzó más que hacia el terreno de los videojuegos, pero las impactantes imágenes logradas se pueden disfrutar en cientos de cortes que los fans subieron a YouTube. Con todo este bagaje, mientras las series originales Lego Ninjago y Lego Legends of Chima sostienen la presencia de contenidos Lego en televisión, la empresa danesa llega por fin a su primer largometraje para cines comerciales con una producción a la altura de su leyenda. ■

Lego, la película

Cine en construcción Con el apoyo todopoderoso de Warner Bros., Lego estrena en 2014 su primera gran película para cines y en 3D. La gran aventura Lego, dirigida por Phil Lord y Chris Miller (creadores de Lluvia de hamburguesas), logra condensar algunos de los valores que Lego ha puesto en pantalla en los últimos diez años: un gran dominio de la técnica de animación aplicada a sus muñecos articulados, un portfolio indestructible de licencias que le permiten incluir a personajes amados por el público, y un gran sentido del humor para reírse un poco de ellos y de sí mismos. Con un tono de parodia a los grandes relatos de superhéroes, el film cuenta la historia de Emmet, una suerte de maestro mayor de obras que, por una serie de confusiones, termina encabezando una misión para salvar al mundo de las garras de un malvado magnate llamado Lord Business. En su periplo, el improvisado personaje se cruzará con héroes de la talla de Batman, Superman, Linterna Verde, la Mujer Maravilla, las Tortugas Ninja y algunos jugadores de la NBA. Algunos de esos personajes estarán también en el juego que acompañe este lanzamiento. Como toda superproducción de animación, este film también supo poner detrás de los clásicos muñecos las voces de algunos grandes actores de Hollywood como Morgan Freeman, Liam Neeson, Will Ferrell, Chris Pratt, Will Arnett y Elizabeth Banks. Si bien no son los nombres los que en este caso arrastrarán al público a

las salas, las expectativas de taquilla son bien altas. El estreno en Argentina pautado para febrero sabrá unir en los cines a hordas de niños inquietos con amantes de la cultura pop que durante años supieron valorar el humor y el buen gusto que Lego puso en cada una de sus producciones.

La gran aventura Lego Phil Lord y Chris Miller ESTRENO: 6 de febrero 2014 / Estados Unidos - Australia Warner Bros.

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Reestreno en 3D de Los bañeros más locos del mundo

Salvavidas La digitalización y tridimensionalización de una película como Los bañeros más locos del mundo (Carlos Galettini, 1987), que cuenta con un cuarto de siglo de antigüedad, implica, además de una buena noticia para sus admiradores irónicos y no irónicos, una novedad en términos industriales para el cine argentino. Haciendo Cine quiso saber más sobre el proceso detrás de este relanzamiento y, consecuente con sus deseos, se adentró en el creciente mundo de la digitalización de la nostalgia. POR Juan Pablo Álvarez

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inema Gotika es una empresa que desde 1996 se dedica a la masterización, remasterización, restauración y conversión a 3D de material audiovisual argentino y de otras tierras como Estados Unidos, Hong Kong, Ecuador, Brasil, Francia e Inglaterra, por nombrar algunas de las que aparecen en su currículum online. Con la creación de una nueva área denominada Gotika Play, la empresa decidió dar un gran salto hacia adelante y ahora apunta al relanzamiento digital en salas de películas argentinas emblemáticas, que dejaron una huella indeleble en la memoria cinematográfica nacional. “La idea es devolverles la vida a títulos que cuenten con ciertos requisitos: que hayan generado mucha taquilla o alguna disrupción al momento de su estreno o un tiempo después, que tengan los derechos sanos y que el negativo o algo muy cercano al negativo esté disponible para que la calidad sea superlativa”, nos confía Sergio Rentero, director de la compañía.

El proceso de digitalización comienza de manera bastante artesanal. Iván Ibarra, encargado de la primera etapa de este proceso, nos ilustra sobre los prolegómenos de la digitalización propiamente dicha: “El material puede venir algo dañado, perforado o roto. Entonces corremos el riesgo de que algunas partes se enganchen, o la cinta se enrede en la máquina y se rompa, por lo que tenemos que estar muy atentos. Si la cinta se rompe, luego debemos repararla manualmente. Afortunadamente, no fue el caso de Bañeros, ya que la copia estaba muy bien conservada”. Luego de la revisación y la limpieza minuciosa de la cinta, comienza entonces la digitalización, que consiste en un escaneo lento y constante, cuadro por cuadro, que puede demorar bastante (para digitalizar Bañeros fueron necesarios dos meses de trabajo). Como nos explica Ibarra, quien se pasó larguísimas horas supervisando el proceso, la digitalización debe ser muy lenta. “El scanner podría hacerlo a una velocidad mayor, pero

“La idea es devolverles la vida a títulos que hayan generado mucha taquilla o alguna disrupción al momento de su estreno o un tiempo después, que tengan los derechos sanos y que el negativo o algo muy cercano al negativo esté disponible para que la calidad sea superlativa”, dice Sergio Rentero, director de Cinema Gotika.

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para la exhibición en salas necesitamos la máxima definición posible”. Gotika también realiza digitalizaciones para el canal de cable Incaa TV, pero, como resulta evidente, la televisión no posee el mismo nivel de exigencia en la definición que la gran pantalla. “En televisión, una pequeña mancha puede resultar totalmente imperceptible, mientras que en cine es imposible no verla”, dice Ibarra. Otro paso importante durante el proceso de digitalización es la colorización. Muchas veces el negativo puede venir desesperantemente quemado o virado hacia algún color. Ante esas situaciones, los técnicos trabajan, toma a toma, con colores preseteados, y esbozan configuraciones hasta dar con un primer balance aceptable que luego será ajustado por los coloristas del laboratorio en la segunda etapa de restauración. “Las calibraciones se realizan a ojo. Los responsables de la película confían en nuestro criterio, y son los coloristas los que en un segundo paso resuelven cómo será el color definitivo de la película”, asegura Ibarra. Una vez concluida la etapa de digitalización y restauración, llega el ansiado momento de la conversión a 3D, que se realiza mediante un software que permite trabajar cuadro por cuadro, trazando en la imagen máscaras a partir de las cuales se produce el efecto de profundidad. El proceso es mucho más sencillo de lo que al menos este cronista intuía,


y es realizado plenamente por el técnico (sin intervención de ningún otro responsable artístico), por lo que él en realidad puede ser considerado como uno de los autores de este nuevo lanzamiento, ya que ha tenido una decisión absoluta sobre la narración en ilusión de relieve. “La necesidad de utilizar 3D se va viendo en cada escena y se hace a criterio. Por ejemplo, si yo me pongo a hacerle 3D a lo que está en el fondo, eso no sirve de nada”, explica Ibarra. Más allá de los pormenores tecnológicos, tanto los técnicos como los responsables de Cinema Gotika se mostraron muy conformes con el resultado de esta primera aventura. No es para menos: incontestablemente, la digitalización le ha dado no solo una nueva vida sino una totalmente distinta y de mayor lucidez a un verdadero ícono pop del cine argentino de los ochenta. Para celebrarlo con los lentes puestos. ■

Rescates emotivos La “marca” Bañeros y los próximos reestrenos, el factor Netflix y la necesidad de potenciar el negocio a través de Internet. El lanzamiento de Los bañeros más locos del mundo no será la última incursión de Cinema Gotika en la resucitación de viejos títulos del cine nacional. Pronto también verán la luz La Mary, de Daniel Tinayre, y Camila, de María Luisa Bemberg, y además se prepara el lanzamiento de un “Netflix local”, provisto de una gran cantidad de títulos argentinos restaurados y digitalizados. Sergio Rentero nos asegura con entusiasmo que estos lanzamientos no solo implican una novedad en tanto rescates emotivos, sino que también serán el buque insigne de un nuevo modelo de negocios, en el que las distintas plataformas online de mercadeo harán las veces de pivote en todos los momentos de la vida comercial de la película. “Estamos pen-

sando en empezar a modificar un poco el paradigma de cómo se genera el producto, cómo se distribuye, cómo se exhibe. Tenemos tanta medición sobre cómo le va a ir a Bañeros en cine como en Internet; vemos Bañeros como una marca, no como una película. Sabemos que hay más pantallas, sabemos que tiene que haber un clic entre el buy y el like, sabemos que el público tiene que poder controlar las salas de cine (si junto diez mil espectadores, ¿por qué el exhibidor va a decir que no?). Se necesita un entendimiento tanto del contenido como del negocio y de la tecnología. Son tres patas difíciles de juntar, pero la realidad es que el cine es ese entendimiento. Lo es cuando se produce, cuando se distribuye, y también cuando se exhibe”.

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Diez estrenos veraniegos

Estalló el verano Como ocurre año a año, un interesante puñado de estrenos se amontonan en el lapso de unas pocas y calurosas semanas previas a la entrega de los Oscar. Lo que sigue es una guía para sobrevivir a la más abominable estación estival sumidos en el confort de una sala oscura atemperada por las bondades del aire acondicionado. POR Eduardo D. Benítez

Entre sus manos

Director: Joseph Gordon Levitt Fecha de estreno: 9 de enero (Energía Entusiasta)

Dirigida y protagonizada por el reconocido actor Joseph Gordon Levitt (500 días con ella, 50/50), Entre sus manos presenta a un personaje muy cercano al que encarnó Fassbender en Shame –un donjuán profesional adicto al porno– pero menos solemnizado. Más bien

asumiendo honestamente su frivolidad, el Jon Martello que interpreta Levitt brilla en su arrogancia y en su andar chabacano gracias al matiz de las dos protagonistas femeninas (Scarlett Johansson y Julianne Moore), que alteran el microcosmos de esta comedia canchera que

constantemente amenaza por consolidarse y, en cambio, logra asumir la complejidad sin pudor: la de construirse en la banalidad más empática que se ha visto en mucho tiempo.

trará en una situación en la que sus padres adoptivos ayudarán a ocultarse en su casa a un refugiado judío, joven con quien entablará una relación marcada por el aprendizaje de la lectura y la valoración por los libros. Una de esas películas que sienten que

tienen un pie adentro de los Oscar –aunque más no sea en ternas menores– por trabajar con temas serios.

Ladrona de libros

Director: Brian Percival Fecha de estreno: 17 de enero (Fox)

Transposición basada en el libro homónimo del joven novelista australiano Markus Zusak. Ladrona de libros narra la historia de Liesel Meminger, una niña que es adoptada por una familia en Münich en el contexto de la Alemania Nazi. Allí la niña se encon-

El sueño de Walt Disney

Director: John Lee Hancock Fecha de estreno: 23 de enero (Buena Vista)

Inmensa producción que muestra el funcionamiento de esa máquina del entretenimiento llamada Disney en el proceso de producción de una de sus películas clave. Basado en un hecho real, el film nos muestra a un Walt Disney (encarnado por

Tom Hanks) esforzándose durante más de una década para persuadir a la novelista australiana P. L. Travers (interpretada por Emma Thompson) para que le ceda los derechos de su primera novela Mary Poppins, que luego sería llevada a la pantalla

grande y se convertiría en el clásico que todos conocemos.

desenfreno de El luchador y, finalmente, nos convenció con la encantadora esquizofrenia de El lado luminoso de la vida. Hoy es tiempo de revalidar los títulos con este poderoso thriller político en clave setentista y con un halo necesario de intempestiva comicidad.

Bradley Cooper, Amy Adams, Christian Bale y Jennifer Lawrence asumen todo el desafío con la más envidiable estatura dramática.

Escándalo americano Director: David O. Russell Fecha de estreno: 23 de enero (UIP)

Hace menos de dos años, David O. Russell nos parecía un tapado de la escena indie americana. Había hecho al menos tres películas tan extrañas y estimulantes como poco vistas (Tres reyes, Flirting with Disaster y I Heart Huckabees), nos había conmocionado con el

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12 años de esclavitud

Director: Steve McQueen Fecha de estreno: 6 de febrero (Buena Vista)

El director británico Steve McQueen da un volantazo a las giras de sexo desenfrenado que protagonizó Michael Fassbender en Shame, y lo obliga a vestir las ropas de un hacendado esclavizador en la América sureña del siglo XIX. Basada en un hecho

real, la película narra la historia de Solomon Northup, un virtuoso violinista negro que es engañado y secuestrado para ser llevado como esclavo en una plantación de algodón en Louisiana. Relato de una experiencia del horror que parece recoger el guante de la li-

teratura de un William Faulkner pasado de rosca en la descripción del sometimiento y la brutalidad más impensada.

Agosto Director: John Wells Fecha de estreno: 6 de febrero (Energía Entusiasta)

Dirigida por John Wells (director curtido en las huestes de la ficción televisiva), la comedia dramática Agosto, que cuenta la historia de una familia disfuncional que se reúne ante la misteriosa desaparición del padre, incluye varios condimentos que pueden ser

motivo de convocatoria masiva: interpretaciones soberbias de la mano de un elenco archiconocido a cargo de Meryl Streep, Julia Roberts y Ewan McGregor, la sensibilidad familiar al borde del desgarro, y la música enfática de un Gustavo Santaolalla que re-

afirma su propio mito de volver oscarizable todo producto audiovisual que pase por sus manos. En ese universo de legitimación a priori… ¿cómo gambetear la sugestión?

Balada de un hombre común DirectorES: Ethan y Joel Coen Fecha de estreno: 13 de febrero (Alfa Films)

En Inside Llewyn Davis (tal es el título original de la película, que ganó el Gran Premio del Jurado en Cannes 2013), los hermanos Coen parecen haberse distanciado de su mirada más burlona y sarcástica sobre aquello que retratan, a cambio de asumir un tinte más melan-

cólico y taciturno. Situada en la Nueva York de los años sesenta, la historia cuenta la odisea privada de un cantante folk que lucha por ganarse el mango por medio de la música en la crudeza y el oportunismo de los clubes nocturnos del Village. La escena musical sirve co-

mo telón de fondo para delinear una inmersión profunda en el recorrido sinuoso de un personaje atormentado, en clave de road movie.

dades oscuras y es repatriado de la muerte para librar la batalla contra el crimen en las calles de Detroit. En el carril de los cyborgs existencialistas que canalizan su violencia interna en cumplimiento del deber contra la corrupción, no había director más ajustado

para retratar tales peripecias que el brasileño José Padilha, conocido por figurar impiadosamente el castigo al malandragem en las favelas de Río en Tropa de élite.

Robocop

Director: José Padilha Fecha de estreno: 13 de febrero (UIP)

Hombre o máquina es la incertidumbre moral que arrastra desde aquella versión de 1987 este espécimen futurista llamado Robocop. Esta vez el policía enlatado, artefacto vengador y justiciero diseñado por la empresa multinacional OmniCorp, ostenta tonali-

Philomena

Director: Stephen Frears Fecha de estreno: 20 de febrero (Alfa Films)

Ganadora del Premio al Mejor Guion en el Festival de Venecia, Philomena está basada en la historia real de una mujer irlandesa que decide viajar a Estados Unidos junto a un periodista venido a menos que está a la caza de una “gran historia”. Ella pre-

tende hallar a su hijo –luego de 50 años– tras haberlo dado en adopción cuando era apenas una adolescente. El director de Alta fidelidad recurre a la experimentada actriz Judi Dench para imprimir la sensiblería que la historia parece necesitar, y le

provee un coequiper igual de entrañable: Steve Coogan.

lo menos eso es lo que ya había dejado claro en Los descendientes. Y con Nebraska ese equilibrio sigue vigente: en esta road movie de perdedores queribles, un padre alcohólico y su hijo algo apático viajan desde Montana hasta Nebraska para recibir un premio inexis-

tente que terminará por dejar al desnudo las miradas, cargadas de un patético prejuicio, con que padre e hijo se observan entre sí.

Nebraska

Director: Alexander Payne Fecha de estreno: 20 de marzo (UIP)

Evitando el anclaje directo en algún tipo de sentimentalismo, Alexander Payne es un gran hacedor en su manera de equilibrar la comedia con el drama, el registro hilarante con ese tono tristón tan particular, sin dejar que esta combinación parezca forzada. Por

ESTRENOS 15


Los 25 estrenos argentinos más esperados de 2014

Expectativas ilustres La coctelera de estrenos locales relevados por HC se compone de nombres, títulos, ingredientes y fórmulas que invitan a augurar un fin de año con las copas en alto. Anoten: esperados regresos de clásicos que se resisten a las modas (Damián Szifrón, Martín Rejtman, ¡Hugo Santiago!), combinaciones extrañas (Lisandro Alonso y Viggo Mortensen; Celina Murga y Martin Scorsese; Pablo Fendrik y Gael García Bernal; Anahí Berneri y Celeste Cid; Nicanor Loreti y José María Listorti), nuevos sabores (Hernán Guerschuny, Inés Barrionuevo, Eugenio Zanetti), segundos sorbos (Natalia Smirnoff, Rosendo Ruiz), aperitivos selectos (Matías Piñeiro, Ezequiel Acuña, Gustavo Fontán), brebajes con gusto internacional y mucho más. En las páginas que siguen, las cartas ganadoras para empezar a agitar la coctelera y embriagarse sin temor a resacas.

Relatos salvajes Director: Damián Szifrón. Elenco: Ricardo Darín, Oscar Martínez, Darío Grandinetti, Leonardo Sbaraglia, Érica Rivas, Rita Cortese, Julieta Zylberberg. Estreno: Agosto (Warner Bros.). Alguna vez el crítico Diego Curubeto acuñó el término “Babilonia gaucha” para referirse a la relación entre Argentina y Hollywood, y viceversa. Técnicamente, Relatos salvajes no es una película de Hollywood pero se le parece. Basta con ver ese trailer en el que Ricardo Darín pide unos deseos frente a una torta, Darío Grandinetti cabecea en un avión repleto de gente, Oscar Martínez abre una puerta con cara de pocos amigos y Leonardo Sbaraglia se

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detiene a lamentarse en una ruta en medio de la nada. Y lo primero que hay que aclarar antes de pensar en Damián Szifrón es que estamos ante un director de calidad internacional. Con producción de El Deseo, Telefe y Kramer & Sigman, y con distribución de Warner Bros., Relatos salvajes retrata seis historias –independientes entre sí– que combinan suspenso, humor y violencia. “Mientras desarrollaba otros proyectos fui escribiendo una serie de

narraciones breves con total libertad. Al reunirlas en un único volumen, advertí que estaban vinculadas por un conjunto de temas que les conferían unidad y cohesión: la difusa frontera que separa a la civilización de la barbarie, del vértigo de perder los estribos y del innegable placer de perder el control”, dijo en una entrevista el director. Hollywood en Argentina o, incluso, mejor. Y así la “Babilonia gaucha” atacó de nuevo. Hernán Panessi


Dos disparos Director: Martín Rejtman. Elenco: Susana Pampín, Rafael Federman, Benjamín Coelho, Fabián Arenillas, Manuela Martelli, Walter Jakob. Estreno: Sin confirmación (Zeta Films).

En una entrevista reciente, Rejtman cuenta que nunca hizo una comedia pero que el público leyó en clave humorística casi todo su cine, por lo que cree que Dos disparos, que sí fue escrita y concebida como una comedia, seguramente no será comprendida como tal. En cualquier caso, de tratarse efectivamente de una comedia, hay que ir imaginándola desde ahora en los términos marcianos a los que nos tiene acostumbrados el autor de Silvia Prieto: Mariano, un joven de dieciséis años, llega a su casa, encuentra un revólver y, sin motivos ni explicaciones aparentes, se dispara dos veces pero sobrevive. La película, de estructura coral, habrá de contar las reacciones que tienen las personas que rodean a Mariano, tanto familiares como amigos. No es difícil suponer que el humor del nuevo y largamente esperado trabajo de ficción de Rejtman en solitario (Los guantes mágicos es de 2003) retomará las búsquedas formales ahí donde las dejó hace justo una década. Al fin vuelve Rejtman; vuelve el director más encantadoramente personal de todo el cine argentino. Diego Maté

Sin título Director: Lisandro Alonso. Elenco: Viggo Mortensen, Ghita Norby. Estreno: Sin confirmación. El corto que Lisandro Alonso realizó para ese particular experimento llamado Correspondencia(s) –en en el que una serie de prestigiosos autores (Jonas Mekas, entre otros) se intercambiaban cartas visuales– parece haber sido el detonador de la (por ahora sin título) nueva obra del cineasta argentino. Aquella misiva de Alonso estaba dirigida a su colega y amigo Albert Serra y, de una manera portentosa, en escasos y líri-

cos 23 minutos, comentaba (y quizás despedía) su obra anterior y planteaba un futuro probable para su cine. Ese futuro en el cortometraje estaba representado por la figura del escritor Fabián Casas y por una particular y enigmática narración que el escritor y poeta leía mientras unos perros lo merodeaban. Poco tiempo después, los universos de estos dos autores (a priori, en las antípodas) se vuelven a cruzar (o colisionar) para dar,

al menos dentro de la obra del cineasta, un verdadero y riesgoso salto al vacío. La aparición de nuevos elementos en el cine de Alonso (Viggo Mortensen en su doble rol de actor y productor, la ambientación de –otra– época, el DF Timo Salminen y, por supuesto, el guión de Casas) quizás marquen un nuevo rumbo en una filmografía que parecía agotarse al final del viaje de Liverpool (2008). Marcelo Alderete

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Arrebato El ardor Director: Pablo Fendrik. Elenco: Gael García Bernal, Alice Braga. Estreno: Sin confirmación. El ardor seguramente será un salto al abismo de una producción más sustanciosa por parte de Pablo Fendrik, notable realizador de films vertiginosos y de presupuesto reducido como El asaltante y La sangre brota. Ahora al amparo de un puñado de estrellas internacionales como Gael García Bernal y Alice Braga, el desafío está en marcha. Situada en el Amazonas, la película presentará el retrato de un joven y solitario chamán que, inmerso en la selva, descubre una plantación de tabaco donde vive un padre con su hija. Allí ve cómo un grupo de deforestadores acosan a la familia hasta asesi-

nar al padre ante los ojos de la joven. Esta es una historia de venganzas en la que se expone “la lucha entre el hombre y la naturaleza en un medio ambiente deslumbrante que cada vez está más destruido por la deforestación”, según dijo Fendrik. Tras cinco años de trabajo, El ardor se propone, según las declaraciones del director, “como una película de alta calidad técnica, que sea al mismo tiempo personal y accesible a un mayor número de espectadores. Una película que tenga aventura y acción, que los personajes te conmuevan y te importe lo que les pasa”. Eduardo D. Benítez

El 5 de talleres Director: Adrián Biniez. Elenco: Esteban Lamothe, Julieta Zylberberg. Estreno: Sin confirmación. Casi cinco años después de conseguir el Oso de Plata en la Berlinale 2009 con Gigante, aquella pequeña gran historia de amor de supermercado entre un guardia y una repo-

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sitora, Adrián Biniez, argentino radicado en Uruguay, está listo para regresar con El 5 de Talleres. En etapa de posproducción y con la participación de Esteban Lamothe y Julieta

Directora: Sandra Gugliotta. Elenco: Pablo Echarri, Mónica Antonópulos, Leticia Brédice. Estreno: Segundo semestre. A principios de 2013, Sandra Gugliotta estrenó el documental La toma, pero desde 2007 está alejada de la ficción cinematográfica, tras el estreno de Las vidas posibles. Este año, la directora de Un día de suerte volverá con fuerza con el que seguramente sea su título más ambicioso a nivel comercial hasta la fecha. Arrebato empieza a rodarse en enero, y su elenco estará encabezado por Pablo Echarri, Mónica Antonópulos y Leticia Brédice. Será el debut de Gugliotta en el cine de género, y contará la historia de un escritor y profesor de Filosofía (Echarri) envuelto en un triángulo amoroso –entre Antonópulos y Brédice–. En el medio habrá un misterioso asesinato que, para colmo de males, se llevará a cabo de la misma manera en la que aparece narrado un crimen en la novela más reciente del protagonista. El thriller es una coproducción entre la argentina Ojo Blindado y la española Cepa Audiovisual, una de las productoras que produjeron Séptimo, gran éxito de taquilla del cine argentino y español de 2013. Habrá que ver qué le depara el box office a Arrebato cuando llegue a los cines en el segundo semestre de este año. Mariano Oliveros

Zyllberberg, la película gira en torno a un futbolista que disfruta sus últimos partidos en un equipo de la C (Talleres de Remedios de Escalada), al tiempo que busca la manera de seguir una vez que se retire. “La historia es la de un tipo que a los treinta y pico tiene que empezar de cero. Y se apoya mucho en su pareja, y su pareja lo apoya mucho, más allá de que tienen quilombos. Es la historia de una pareja que se apoya en un momento de crisis”, nos contaba su director en la HC 137. La película es una producción de Morocha Films (Argentina) y Mutante Cine (Uruguay), y contó con la especial ayuda del club en cuestión, que no solo prestó sus instalaciones sino que además logró que viejas glorias (como el Pupi Zanetti) convocaran a los hinchas al estadio para darles a las escenas de partidos el ambiente necesario. Juan Pablo Álvarez


El crítico Director: Hernán Guerschuny. Elenco: Rafael Spregelburd, Dolores Fonzi, Ignacio Rogers, Telma Crisanti, Ana Katz. Estreno: 20 de marzo (Disney).

El crítico representa el curioso y estimable caso en que un film que elige tematizar tangencialmente el placer cinematográfico no cae en una melosa o intelectualizada cinefilia. Porque ese amor por el cine está en función de explorar ciertos géneros clásicos

en forma de emotivo homenaje y nunca en el sesgo autocomplaciente de la rata de cinemateca; y menos en su límite paródico. El musical, el melodrama, la comedia romántica articulan una mirada tan discreta como genuina. El giro afectivo que experimenta

Ciudadano ilustre

Living Stars Directores: Gastón Duprat y Mariano Cohn. Estreno: Sin confirmación. La dupla de directores conformada por Mariano Cohn y Gastón Duprat venía del mayor éxito de su carrera (El hombre de al lado) cuando estrenaron, apenas unos meses después, Querida, voy a comprar cigarrillos y vuelvo, que decepcionó comercialmente. Tres años después, van por la revancha con la demorada Ciudadano ilustre. Y todo parece indicar que las ambiciones del proyecto son altas: Oscar Martínez en el protagónico, Buena Vista (Disney) en la distribución, y la fecha de estreno más fuerte para el cine nacional: el fin de semana largo pre-17 de agosto. Juan Pablo Gugliotta, uno de los productores, adelanta: “Es una copro-

el parco crítico de cine encarnado por Rafael Spregelburd cuando conoce a la descontracturada Sofía (Dolores Fonzi) ofrece la liviandad necesaria para bajarle un cambio a un tono que podría haberse contentado con la impostura de la distancia irónica. La película debut del periodista y codirector de esta revista, Hernán Guerschuny, ofrece mucho más que el simple y decadente retrato de cierto espécimen de hombres que mastican una bronca acompasada por el café con leche y las medialunas en la antesala de una función de prensa, cuando descubren que la película programada es más extensa de lo que esperaban. Es mirar ese micromundo ominoso a través de un prisma forjado con fuegos artificiales. E. D. B.

ducción entre TVA (la empresa de Cohn y Duprat) y Magma por Argentina, en coproducción con A Contracorriente Films por España. Estamos en negociaciones con más socios locales y con un importante canal de TV abierta local”. La historia gira alrededor de un escritor de fama (Martínez) que regresa al país para recibir una distinción de relevancia, y descubre que la gente reacciona de forma violenta hacia él. Pero eso no es todo: la dupla de directores tiene otro título terminado, y así se convertirán en unos de los pocos realizadores que logran tener dos estrenos en un mismo año. Así como Ciudadano ilustre represen-

Directores: Gastón Duprat y Mariano Cohn. Elenco: Oscar Martínez. Estreno: 14 de agosto (Disney). ta el lado más industrial y comercial de Cohn y Duprat, su otro título está más ligado al espíritu lúdico y alternativo que los caracteriza desde las épocas de Televisión Abierta. Living Stars (así se llama la película) se centra en un grupo de 51 personas de distintas edades y profesiones, y en las relaciones insospechadas que surgen entre ellos a través de los gustos musicales y bailes que realizan en el film. Con este título, la dupla regresa al prestigioso festival de Sundance, donde se estrenará en la sección New Frontier, compuesta por seis títulos de corte vanguardista. M. O.

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Fantasmas de la ruta Director: José Campusano. Elenco: Rubén Beltrán, Mauro Galeano, Antonella Gómez, Carlos Antonio Vuletich, Damián Alberto Ávila. Estreno: Sin confirmación. A pesar de no haber recibido reconocimiento alguno por parte del jurado oficial, Fantasmas de la ruta, la nueva película de José Celestino Campusano, no pasó inadvertida para nadie en su estreno mundial durante el pasado Festival de Cine de Mar del Plata. Como suele ocurrir con la obra de este autor, es casi imposible que esto suceda; la obra de Campusano no deja indiferente a nadie, admiradores o detractores. Fantasmas de la ruta relata de manera realista, descarnada y minuciosa la trata de personas en la Argentina (ya no se habla solamente del conurbano bonaerense) y, para ello, el director y su equipo recorrieron los lugares reales de la acción. Incluso consiguieron la participación de la policía de la zona, un hecho más que sorprendente y paradójico; algo que habla de las intenciones y de la manera de entender el cine que tiene Campusano. En 210 minutos que parecen escasos, asistimos a un despliegue monumental del universo que Campusano viene retratando hace ya varios años, incluida la presencia de ese fantástico héroe cinematográfico llamado Vikingo. Semejante logro quizás también funcione como una pausa para ciertos personajes y obsesiones del director, para dedicarse a sus próximas películas y, según sus propias palabras, a otros estratos de la sociedad argentina. M. O.

Betibú reúne muchos condimentos de la típica pequeña gran producción qualité de la cinematografía criolla: adaptación de un taquillero libro local (la novela homónima de Claudia Piñeiro, escriba también de Las viudas de los jueves), un grupo de actores

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El cerrajero Directora: Natalia Smirnoff. | Elenco: Esteban Lamothe, Érica Rivas, María Onetto, Arturo Goetz. | Estreno: Abril (fecha estimada). Después del éxito descomunal que fue Rompecabezas (entre otros logros, llegó a competir en la Selección Oficial del Festival de Berlín), Natalia Smirnoff filma su segunda película y vuelve a indagar en los pequeños espacios del hogar. Solo que el paisaje ya no es el de una familia sostenido por la titánica labor de una ama de casa abnegada; El cerrajero cuenta la historia de Sebastián (Esteban Lamothe), un hombre de treinta y tres años incapaz de comprometerse en una relación estable que ve amenazado su modo de vida cuando Mónica (interpretada por Érica Rivas), con la que lleva una relación

de cinco meses, le anuncia que está embarazada. Así como completar rompecabezas era la fuga que encontraba el personaje de María Onetto, acá el cerrajero del título empieza a experimentar visiones en las casas de sus clientes y en eso se cruza con Daisy, una exempleada doméstica peruana. Al igual que su ópera prima, la carrera internacional de El cerrajero luce prometedora: al estreno en Sundance se suma el hecho de que la distribuidora Memento Films se encargará de las ventas en el extranjero y, según cuenta su directora, ya hay muchas solicitudes. D. M.

Betibú Director: Miguel Cohan. Elenco: Mercedes Morán, Daniel Fanego, Alberto Ammann, José Coronado. Estreno: 14 de febrero (Warner Bros.).

consumados, una inscripción directa en el rotulado de algún género (en este caso, el policial), y el desarrollo de algún tema que toque la fibra de eso que identificamos como de actualidad o de interés. Un combo perfectamente aceitado que se corona con

la distribución a cargo de Warner Bros. La película se centrará en la resolución de un crimen misterioso que tiene lugar en el interior de un country llamado La Maravillosa, donde el megaempresario Pedro Chazarreta es encontrado degollado. El hecho pasará a transformarse en un boom mediático, e impulsará a que Nurit Iscar (autora de novelas policiales) se instale en el barrio cerrado para cubrir “desde adentro” el caso del año para un periódico nacional. Este entramado de sospechas estará protagonizado por Mercedes Morán y Daniel Fanego, entre otros. E. D. B.


El cielo del centauro Director: Hugo Santiago. Elenco: Malik Zidi, Romina Paula. Estreno: Sin confirmación. Quienes el día 5 de diciembre pasaron por la calle Estados Unidos, entre Perú y Bolívar (alrededor de las 14 h, para ser más precisos), y se cruzaron con un reducido equipo de filmación asistieron –seguramente sin siquiera darse cuenta– al retorno geográfico y cinematográfico de Hugo Santiago, uno de los directores más importantes de la historia de la cinematografía local. Hace unos años se venía hablando de Adiós, título que, junto con Invasión (1969) y Las veredas de Saturno (1986), cerraría la trilogía de Aquilea; pero por diferentes motivos aquel proyecto no prosperó, y en cambio surgió, con Mariano Llinás como coguionista, El cielo del centauro. La historia cuenta el día de un ingeniero francés (interpretado por el actor Malik Zidi, quien trabajó junto a François Ozon y Raúl Ruiz) y su fugaz –pero no por eso menos significativo– paso por la ciudad de Buenos Aires, en donde las tramas de la narración lo llevarán a cruzarse con una restauradora del Museo His-

tórico Nacional (Romina Paula) y las obras de Cándido López. La producción de la película es de La Unión de los Ríos (Agustina Llambi Campbell, Santiago Mitre, Alejandro Fadel y Martín Mauregui) y Albertina Carri, entre otros; la fotografía es de Gustavo Biazzi, y el montaje es de Alejo Moguillansky: nombres que, al asociarse con Santiago, completan un círculo que une a un sector de aquel movimiento llamado Nuevo Cine Argentino con quien fue una de sus mayores influencias. M. A.

Tres D Director: Rosendo Ruiz. Elenco: José Campusano, Gustavo Montan, Germán Scelso, Nicolás Prividera. Estreno: Mayo (fecha tentativa).

Socios por accidente Directores: Nicanor Loreti y Fabián Forte. Elenco: José María Listorti, Peter Alfonso. Estreno: Sin confirmación. Es mágico: cada vez más, la factoría Tinelli toma formas inusitadas. Y es corta la bocha: Socios por accidente, un desprendimiento en lateralísimo, es una buddy movie. Se trata de una comedia de acción del tipo “pareja despareja” en la que un traductor de ruso (José María Listorti) y un agente de Interpol (Peter Alfonso) terminan juntos, por vicisitudes del destino, en una misión supersecreta que involucra a la mafia rusa. El punto fuerte es que contiene elementos clásicos de las comedias ochentosas. A saber: dandismo, chicas bond, tiros, terrorismo y demás. “José María es un actor cómico. Fue como hacer una película de acción con Steve Carell”, dice Nicanor Loreti,

uno de sus directores. El otro es Fabián Forte. ¿Y cómo es José María Listorti devenido en héroe de acción? “Es un tipo gracioso y muy histriónico. Fabián y yo no sabemos nada de televisión; para nosotros era un actor más”. El film, producido por Adart, Cinemagroup, Buffalo, Prodjump y el propio Listorti, contó con siete semanas de rodaje en Misiones y, además, tuvo una jornada en Capital Federal y otra en el Parque Pereyra. “Cada cosa fue pensada unas seis veces. Sin embargo, tuvimos a disposición todo lo que queríamos”, agrega Loreti. Socios por accidente se estrenará antes del mundial, en el primer semestre de 2014. ¿Le gustó o no le gustó? H. P.

Después de su celebrado debut con De caravana (2010), Rosendo Ruiz vuelve a retratar a una serie de personajes con un trasfondo particular. Así como en la francesa Les Coquillettes (2012), que utilizaba el prestigioso y chic Festival de Locarno, los protagonistas de Tres D se pasean por el festival de cine de Cosquín utilizándolo como locación y, de paso, aprovechando a algunos de sus invitados para hacerlos actuar (de ellos mismos, hay que aclarar). Así se cruzan por la pantalla los realizadores José Campusano, Gustavo Montan, Germán Scelso y el también crítico Nicolás Prividera, quienes dan sus opiniones y pareceres sobre los festivales, sus propias obras y el estado del cine actual. Ruiz realiza este particular cruce entre ficción y realidad de una manera fluida y sin estridencias, acompañado nuevamente por una gran parte del equipo técnico que participó en su ópera prima (notable trabajo del talentoso director de fotografía Pablo G. Gallelo, un nombre poco aprovechado por el cine nacional). El debut internacional de Tres D será en la próxima edición del Festival de Rotterdam, y sus realizadores planean el estreno en el país para el mes de mayo, previo paso –suponemos– por algún festival local . M. A.

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La vida de alguien (título tentativo) Director: Ezequiel Acuña. Elenco: Santiago Pedrero, Ailín Salas, Matías Castelli, Julián Larquier, Julián Kartun, Ema Gomez. Estreno: Segundo semestre.

Con el tentativo título de La vida de alguien, Ezequiel Acuña prepara su cuarta película, aún en etapa de posproducción, filmada en 35 mm y con producción de Sebastián Perillo (20.000 besos, La araña vampiro). Ese alguien es un tal Guille (Santiago Pedrero, quien actuó en todas las pe-

lículas de Acuña), un músico que, llegando a los treinta, recibe la propuesta de editar el disco que grabó con su exbanda hace muchos años y que nunca conoció la luz. “El protagonista es un personaje un poco a lo Syd Barrett, medio oculto, pero que tiene que volver a escena”, nos comenta su

hermanas adolescentes a fines de la década del 80, en un bucólico pueblo de provincia. Filmada en la pequeña ciudad de Almafuerte, y protagonizada por las jóvenes actrices (y futuras revelaciones) María Azul Zabala y Melisa Romero y por el ya reconocido Guillermo Pfening, Atlántida tendrá su estreno mundial en el Festival de Berlín, dentro de la sección competitiva Generation, dedicada a temáticas relacionadas con la juventud. M. A.

Atlántida Directora: Inés Barrionuevo. Elenco: María Azul Zabala, Melisa Romero, Guillermo Pfening. Estreno: Sin confirmación. Más allá de definiciones más o menos certeras (aquello del Nuevo Cine Cordobés), lo cierto es que desde la provincia de Córdoba siguen surgiendo películas, técnicos, críticos y directores que ya instalaron a dicha región como uno de los focos de producción cinematográfica más interesantes del país (quizás antes el único era Buenos Aires). Esta vez es el turno de la debutante Inés Barrionuevo, quien, después de muchos años buscando financiación, logró filmar Atlántida, ópera prima que cuenta la historia de iniciación (teñida de elementos autobiográficos y cercanos) de dos

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Brisas heladas Directora: Gustavo Postiglione. Elenco: María Celia Ferrero, Juan Nemirovsky, Darío Grandinetti. Estreno: Sin confirmación.

director. A partir de esa propuesta, se abre una pequeña trama de misterio y redescubrimiento personal, en la búsqueda de un máster mítico y en el reencuentro con los viejos compañeros de ruta, además de una subtrama que involucra a Ailín Salas en el rol de una estudiante de conservatorio. “Es una película que habla de fantasmas, de esa cosa rara de que el momento fue hace tiempo y no ahora, de lo que se deja inconcluso”, adelanta Acuña. La película tendrá música de la banda uruguaya La Foca, y su estreno se estima para la segunda mitad de 2014. J. P. A.

Al emblema del cine hecho en Rosario durante las últimas dos décadas, histórico abanderado de la militancia contra la centralización porteña de la producción de cine en Argentina, se le suele reconocer su eclecticismo. Es que el inquieto de Postiglione ha incursionado tanto en el cine de bajísimo presupuesto como en la reconstrucción histórica de corte industrial y a la vez experimental, así como en el ensayo con tintes autobiográficos y, entre otros lenguajes, el teatro. De esta última disciplina abreva el nuevo proyecto del director de El asadito y Días de mayo. Basada en la obra de teatro de título homónimo estrenada en 2013, Brisas heladas contará la historia de dos hermanos de sangre que viven en los límites de lo legal y cuyas vidas se encuentran de manera problemática. Al elenco encabezado por la misma pareja que protagonizó la obra en las tablas (atención acá, en especial con ella) se suman Grandinetti y, según su enigmático director, “una actriz muy importante”. Esta conjunción de “dos lenguajes por los que perderse (y encontrarse)” promete mutar “desde un registro dramático con toques de comedia hacia una historia típica del género policial o una novela negra atravesada por condimentos que la acercan a una tragedia clásica”. Dicho en criollo: acción, tiros y adrenalina, atravesados por el amor, la locura y los vínculos enfermizos made in Rosario. C. L.


de una promisoria ficción que veremos este año: La tercera orilla. El film tiene a Martin Scorsese como uno de sus productores ejecutivos. La participación del neoyorquino se remonta al vínculo que la realizadora de Ana y los otros forjó con él en el año 2008, cuando, a través de la Beca Rolex, acompañó a su colega en la posproducción y el rodaje de La isla siniestra. Filmada en escenarios entrerrianos, puntualmente en Concepción del Uruguay, La tercera orilla aborda la historia de un chico de 16 años que se debate entre obedecer los deseos de su padre o seguir su propio camino. El guion está coescrito con Gabriel Medina (Los paranoicos), y el equipo actoral estará conformado por Daniel Veronese y Alián Devetac. E. D. B.

La tercera orilla Directora: Celina Murga. | Elenco: Alián Devetac, Daniel Veronese. Estreno: Sin confirmación. Si la mitología acerca de la pulsión artística es cierta, entonces Celina Murga se entretiene a lo grande. Porque parece que ese inmenso e

intenso documental titulado Escuela Normal y estrenado en 2013 fue una especie de parada transitoria que oxigenó el proceso productivo

Amapola Director: Eugenio Zanetti. Elenco: Esmeralda Mitre, Elena Roger, Camilla Belle, Geraldine Chaplin. Estreno: 1 de mayo (Warner Bros.).

El inventor de juegos Director: Juan Pablo Buscarini. Elenco: Joseph Fiennes, Megan Charpentier, David Mazouz, Ed Asner, Tom Cavanagh, Alejandro Awada, Vando Villamil. Estreno: 3 de julio (Disney). A excepción de Metegol y alguna otra, poca nota ha tomado el cine industrial argentino reciente de que las salas las llenan los niños y adolescentes. Con una larga experiencia como productor y director en el cine juvenil, Juan Pablo Buscarini se sumará en las próximas vacaciones de invierno a esa corta lista de cruzados con una superproducción rodada en 3D, en inglés y con un evidente destino internacional. En su casting están Joseph Fiennes (Shakespeare apasionado), las precoces estrellas Megan Charpentier (una de las nenitas de Mama) y David Mazouz (de la serie Touch), y Ed

Asner (¡el viejito de Up!), y el reparto técnico incluye nada menos que al director de arte de Hugo, al DF de Orgullo y prejuicio y al productor de sonido de Gravedad. No, la película no es más argentina que Dalma y Giannina, ni mucho menos. Pero al menos su director lo es, al igual que la novela en la que está basada (de Pablo de Santis), sus productores (Pampa Films) y parte de su elenco, así como la Ciudad de los Niños, las construcciones bonaerenses de Francisco Salomone y el Colegio San José, que sirvieron de locación. Cine de exportación con (algo de) identidad local. C. L.

Una rápida visita a la entrada que Eugenio Zanetti –nacido en Córdoba y radicado en los Estados Unidos desde los años ochenta– tiene en IMDb basta para entender que se trata de un, si bien lateral, peso pesado del cine: hizo 17 películas como director de arte, dirigió un corto, diseñó vestuario, fue decorador de sets y apareció en cuatro documentales hablando sobre su oficio. Otra vuelta por, digamos, Wikipedia señala que “es un ilustrador, escenógrafo, pintor, diseñador, dramaturgo y director de cine argentino”. Ah, y esta entrada no lo dice, pero, además, ganó un Oscar a la Mejor Dirección de Arte por Restauración. Y ahora, con la espalda más ancha, Zanetti da un nuevo paso en su carrera al encarar su primer largo como realizador: Amapola. Se trata de un proyecto personal que combinará comedia con, atención acá, un viaje en el tiempo. De manera que será, según sostuvo, una suerte de ucronía sobre su juventud en Argentina. El film, en rigor, se pregunta si uno puede modificar su propio destino. El dato: Zanetti también vivió en Italia, Francia, Afganistán y la India. Luego vendría Hollywood, un Oscar y una trayectoria por demás musculosa. Y la respuesta se pianta solita: si se quiere, se puede. H. P.

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Aire libre Directora: Anahí Berneri. Elenco: Leonardo Sbaraglia, Celeste Cid, Fabiana Cantilo, Marilú Marini, Érica Rivas. Estreno: Mayo (Disney).

Tras haber filmado Por tu culpa, quizás la película argentina más claustrofóbica jamás hecha, Anahí Berneri vuelve a retratar un universo familiar en desintegración, pero ahora cambia a la madre incapaz y accidentada que componía Érica Rivas por una pareja que se encuentra desgastada por el paso del tiempo.

Recordando el cine de la directora de Encarnación, uno puede sospechar que el desmoronamiento que se gesta entre Celeste Cid y Leonardo Sbaraglia será observado de manera obsesiva en sus puntos más débiles y delicados, esas zonas inaccesibles hasta las que llega únicamente la cámara de Berneri y que otros

directores argentinos parecen haber olvidado (o quizás nunca conocieron). En un momento de quiebre, cuando la pareja no pueda más, los dos habrán de irse a una casita del campo unidos solo por la pasión que comparten por la arquitectura, pero enseguida habrán de empezar a buscarse a sí mismos (y, con un poco de suerte, darán finalmente con sus deseos) por caminos separados. Teniendo en mente la obra de la directora, nadie espera un melodrama cargado de conflictos y peleas, sino más bien un recorrido íntimo y como en sordina por la crisis que atraviesan sus protagonistas. D. M.

Necrofobia Director: Daniel de la Vega. Elenco: Luis Machín, Viviana Saccone, Gerardo Romano, Raúl Taibo, Julieta Cardinali. Estreno: Mediados de año.

Las insoladas Director: Gustavo Taretto. Elenco: Carla Peterson, Luisana Lopilato, Marina Bellati, Maricel Álvarez, Elisa Carricajo, Violeta Urtizberea. Estreno: Sin confirmación. El director de Medianeras regresa de la mano de Rizoma Films y de la productora alemana The Match Factory con Las insoladas, una película que retoma su cortometraje del mismo nombre rodado en 2002. El ecléctico elenco está conformado por Luisana Lopilato, Carla Peterson, Marina Bellati, Maricel Álvarez, Violeta Urtizberea y Elisa Carricajo, quienes interpretan a seis amigas que se reúnen para tomar sol obsesivamente mientras sueñan con un utópico viaje a La Habana, donde planean encontrar el bienestar que merecen. Según Taretto, “el film, que tiene unidad de espacio y

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tiempo, refleja la ceremonia del sol. Seis amigas que comparten un rito que tiene día y hora. Entregarse al sol. Tomarlo desde que sale hasta que se va. (...) En una terraza de cemento de un barrio cemento disfrazan la realidad con inocencia”. Está claro que el interés por lo arquitectónico de Taretto continúa presente, pero eso no es todo: además agrega que “Las insoladas es una observación sobre la estupidez, la inocencia, la amistad, los sueños y el deseo desesperado de que se hagan realidad”. Los productores estiman que la película estará terminada para mayo de 2014. J. P. A.

“Más allá de la cuestión de marketing, nos preguntamos cómo sería ver una de Polanski en 3D”, dice –preguntándoselo realmente– el realizador Daniel de la Vega. ¿A cuento de qué? Es que su próxima producción, Necrofobia, será la primera película argentina de terror en 3D. Entonces se convertirá –sin más– en un hito en la historia de nuestro cine. “No planteamos ser efectistas, sino climáticos”, agrega a propósito del formato y su novedad. Así las cosas, influenciado por Pina, de Wim Wenders, el director de Hermanos de sangre entendió que no es indispensable ser efectista para trabajar el 3D. Por eso, este film navega con elegancia entre el thriller hecho y derecho y las cuotas sobrenaturales. Y, en la historia, un sastre padece una fobia que le impide estar en contacto con la muerte. Su enfermedad se agudiza cuando su hermano gemelo muere y tiene que enfrentar su propio rostro en un féretro. Allí los muros de la realidad se derrumban y varios de sus seres cercanos son asesinados por alguien que quiere incriminarlo. Mientras De la Vega retoma Ataúd blanco, un proyecto anterior que ya fue declarado de interés por el INCAA, Necrofobia ganó el premio Cinecolor en los WIP del Festival de Mar del Plata y encontrará su estreno a mediados de 2014. H. P.


La princesa de Francia Director: Matías Piñeiro. Elenco: María Villar, Romina Paula, Agustina Muñoz, Elisa Carricajo. Estreno: Sin confirmación. Matías Piñeiro no detiene su marcha. Después de Rosalinda, de 2011, y Viola, de 2012 –la mejor película argentina estrenada durante 2013, y el título que terminó de confirmarlo como una de las voces más interesantes, no ya solo a nivel local sino también mundial–, el director continúa con sus shakesperadas. Esta vez, la obra adaptada (por usar algún término) es Tra-

El rostro Director: Gustavo Fontán. Elenco: Gustavo Hennekens, María del Huerto Ghiggi, Héctor Maldonado, Pedro Gabas. Estreno: Mayo/Junio. La fidelidad de Gustavo Fontán a una misma empresa artística a través de los años (que podríamos definir como la de restituirle al cine su cualidad perceptiva mayormente olvidada por la industria), lejos de volverlo un director cómodo, que se repite, lo convierte en el cineasta argentino más impredecible. Incluso habiendo visto todas sus películas desde El árbol hasta la trilogía que cierra con La casa, cuesta imaginar cómo será El rostro, qué formas habrá de adoptar esta vez su proyecto cinematográfico (aunque los comentarios de los que pudieron verla en el Festival

bajo de amor en vano, y la historia que sale de este nuevo cruce entre Shakespeare y Piñeiro es, en palabras de su director, la siguiente: “Un año después de su partida a México, un joven actor vuelve a la Argentina con el objetivo de reunir a su antiguo grupo de trabajo para hacer un radioteatro de la obra que los había reunido en aquel entonces. Trabajo de amor en vano

de Roma son muy elogiosos). Es que el problema es justo ese, uno formal: no podemos suponer nada de un cine que no se reduce a un relato y que es imposible pensar en términos de una sinopsis. “Niebla y río Paraná. Arroyo y río; un hombre en su bote rema y rema. Ve la orilla y niebla y aparece el mundo. Lentamente va apareciendo el mundo”: así ¿resume, esquiva? Gustavo Fontán la anécdota de El rostro, la película que no podemos imaginar y que nadie nos puede contar porque ella misma será, como toda la filmografía del director, una experiencia sensorial inconcebible por fuera de los límites del cine. D. M.

Presentada en Mar del Plata, de donde se llevó dos premios no oficiales –uno a la Mejor Película Argentina en Competencia y otro por su banda sonora–, Choele es la primera incursión en solitario de la mitad de la dupla responsable de esa pequeña gran ópera prima que fue La Tigra, Chaco (2009). Como en aquella, con sensibilidad y ternura, Sasiaín vuelve a contar una historia situada en un pueblo chico del llamado interior del país, esta vez en la patagónica Choele Choel. Allí Coco pasa sus últimos días junto a su padre a la espera de la inminente llegada de su madre, que lo llevará a vivir con ella, mientras experimenta el despertar adolescente y una temporada intensa, de cambios. Las vacaciones, la

de William Shakespeare es la base de una trama en la que cinco mujeres –la novia, la ex, la amante, la amiga y la desconocida– definen la vida sentimental de este joven que supo ser, allá lejos y hace tiempo, ‘la princesa de Francia’ que las había conquistado a todas”. Piñeiro repite el sistema de producción con el que llevó adelante sus películas anteriores y, por supuesto, a su incondicional grupo de actrices: María Villar, Romina Paula, Agustina Muñoz, Elisa Carricajo, y al director de fotografía Fernando Lockett. M. A.

Choele Director: Juan Sasiaín Elenco: Leonardo Sbaraglia, Guadalupe Docampo, Lautaro Murray, Milka Kloster, Ian Ñancufil. Estreno: Sin confirmación. amistad, el vínculo filial, la primera fantasía amorosa y un competidor inesperado componen los ingredientes de esta película de iniciación que acierta al adoptar el punto de vista de su protagonista de 11 años. Con la valiosa presencia de Leonardo Sbaraglia –cuyas apuestas por el cine indie son cada vez más frecuentes desde su reinserción local tras su partida a España durante la década pasada–, Choele intentará encontrar su merecido espacio en las salas a la hora de aproximarse al gran público. C. L.

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El misterio de la felicidad

Arriba los corazones Con su noveno largometraje, Daniel Burman deja de lado a la familia y al universo de lo judío como núcleos temáticos y toma nuevos caminos formales y estéticos, en la que es su película más clásica y tal vez más emocionante a la fecha. POR Diego Maté

D

aniel Burman debe ser uno de los pocos directores que, a los cuarenta, se animan a salir de su zona de confort y a contar historias que se corren de la media, cuando incluso los directores que fueron los más arriesgados en su juventud llegan a esa edad y se ponen familiares, narrativos, y pierden la virulencia de los comienzos. En cierta medida, El misterio de la felicidad no comparte con su filmografía previa prácticamente nada, y eso la convierte en una suerte de películaovni, sin ataduras ni obligaciones para con los temas de su director, lo suficientemente libre como para meterse con un personaje amargado y frágil que no alcanza a comprender del todo lo que ocurre a su alrededor. Santiago tiene más de cincuenta años, es soltero y está muy cómodo con la vida que lleva dirigiendo una casa de electrodomésticos junto con su socio, que además es su amigo de toda la vida y compañero de actividades que van desde desayunar hasta jugar al tenis. Los dos conforman un dúo imbatible capaz de afrontar cualquier adversidad, hasta que Eugenio, insatisfecho

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profundamente por algún motivo que no se explica, decide irse, dejar todo y abandonar tanto a su esposa Laura como a Santiago. Pero el misterio del título hace referencia no solo a la felicidad y a la partida de Eugenio, sino también al objeto bastante extraño que es esta nueva película de Burman. Aunque cuenta con una historia bien propia del cine contemporáneo, ese que puede verse en festivales y en algunas pocas salas (recordemos: la partida sin avisos ni explicaciones es uno de los motivos preferidos de ese cine), Burman opta por hacer una película dirigida a un público masivo, apelando a los códigos narrativos más comunes. Objeto extraño, decíamos: está Francella, sí, quizás la cara viviente más conocida del cine y la televisión argentina, pero está fuera de su registro habitual, en la línea más bien dislocada que el actor empezó a explorar con El secreto de sus ojos y con la que se comprometió como nunca en Los Marziano. Finalmente, hay un protagonista (Santiago) en constante desfase con los que lo rodean, por lo que uno presume que en algún punto el relato va a realizar los ajustes correspon-

dientes para enseñarle algo a Santiago, que va a proveerlo de las herramientas necesarias para vivir en sociedad de manera más o menos funcional, pero tampoco: la película trata de comprender al personaje en sus propios términos, lo enfrenta a un mundo hostil sin más armas que las suyas, no lo obliga a recorrer un camino pautado de antemano para realizarse (en todo caso, si ese camino existe, existe desde hace mucho tiempo, y el personaje lo conoce perfectamente). Otro posible misterio: si esta historia de personajes que desaparecen sin dejar rastro y de neuróticos con problemas de adaptación tan cara al cine contemporáneo suele pedir un tratamiento visual despojado, que tome distancia de las pasiones de los protagonistas, Burman hace justo lo contrario, y va incluso a contracorriente de su propia filmografía: realiza su película más clásica, la más calibrada y planificada de todas. Si uno lee la sinopsis de El misterio de la felicidad y se entera de que su director es Daniel Burman, automáticamente se imagina una película signada por el temblor de una cámara en mano nerviosa y por el uso


de una fotografía más o menos natural, como ocurre en El abrazo partido o en buena parte de Esperando al Mesías. Pero no, es al revés: el director se corre del ámbito de la familia y del universo judío para abordar un tema un poco disonante y, contra todo pronóstico, lo hace recurriendo a una estética bien clásica e inteligible, casi sin restos de contemporaneidad. Lo curioso (otro misterio más, si se quiere) es que esta criatura fílmica contrahecha, creada con pedazos de tradiciones y estéticas distintas, pueda andar sin tropezarse permanentemente. Con la conformación variopinta descrita anteriormente, y a pesar de todos los cambios que puedan detectarse, el cine de Daniel Burman realiza, en cierta medida, la misma operación de siempre: se muestra interesado en la emoción. A diferencia de una buena parte de la producción argentina actual que, quizás debido a la erosión causada desde abajo por más de una

El misterio del título hace referencia no solo a la felicidad y a la partida de Eugenio (interpretado por Fabián Arenillas), sino también al objeto bastante extraño que es esta nueva película de Burman. década de Nuevo Cine Argentino, no apuesta a explorar las dimensiones afectivas de sus historias, Burman (que siempre estuvo al margen del NCA) no tiene problemas en hacer unos calculadísimos primeros planos de personajes quebrados por dentro o con la mirada perdida por la tristeza, ni para ponernos de su lado y hacernos sentir la

misma pena que ellos. El misterio de la felicidad es una de esas raras películas argentinas capaces de conectarnos con la emoción sin golpes bajos ni abusos dramáticos pero también sin miedo al ridículo, un cine que quiere ser popular justamente por la manera en que invita a su público a participar en la película, a relacionarse con ella. Si durante una hora y media podemos acercarnos un poco a Santiago y querer como locos (como él mismo) que Eugenio vuelva para que todo sea como antes, entonces el atípico artefacto cinematográfico pergeñado por el director habrá cumplido con su misión. ■

El misterio de la felicidad Daniel Burman Estreno: 16 de enero 2013 / Argentina / 90 minutos

Las caras de la felicidad

De regresos, rescates y cambios de registro actoral. El misterio de la felicidad tiene uno de los repartos más atípicos de los últimos tiempos. Es que en la película de Burman se amontonan tanto regresos y rescates como cambios de registro actoral. Antes que nada, el plus con el que llega El misterio… es la vuelta de la gran Inés Estévez, que había dejado la actuación para dedicarse a la docencia y a la escritura (en 2011 publicó La gracia, su primera novela). Pero la suya no es una vuelta confortable, porque Laura es un personaje neurótico y obsesivo, pensado en términos de clave cómica, lo que está bastante lejos de las zonas lindantes con el drama que la actriz solía recorrer en sus incursiones cinema-

tográficas (las últimas habían sido La fuga y Ay, Juancito). Aunque no es la única, porque Guillermo Francella también aparece despojado de su coraza humorística habitual, y nuevamente tiene el trabajo nada sencillo de hacer reír encarnando a un personaje triste y desequilibrado, algo que el actor viene haciendo de manera impecable desde El secreto de sus ojos y Los Marziano. En medio de esos cambios, la película opta por un coprotagonista notable (que después se convertirá en el motor de la intriga), el secreto mejor guardado (y no tanto) del cine argentino: Fabián Arenillas es de esos raros actores capaces de apuntalar películas enteras con un mínimo

de gasto gestual y de diálogos; ya lo había hecho en Los guantes mágicos, la genial comedia de Martín Rejtman (y en el cine de Rejtman la expresividad del rostro siempre debe ser igual a cero). Además, El misterio de la felicidad trae nuevamente al cine popular, esta vez en plan de soltera atrevida, a María Fiorentino, que viene trabajando en proyectos independientes y a la que el gran público no veía en una producción industrial desde Lugares comunes de Aristarain y Soy tu aventura. Y si de atrevidas se trata, finalmente, hay una pequeña participación de Silvina Escudero poniéndole el cuerpo a una masajista (de las que hacen masajes).

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Entrevista con Daniel Burman

El cambio interior

Por qué su última película representa un quiebre con respecto a su filmografía previa; el trabajo obsesivo con un reparto atípico; la novedad del rigor en la puesta en escena; el cariño y el respeto hacia sus personajes; sus asignaturas pendientes y los “pedazos de vida” que va dejando en cada película. Habla Burman, un director que está en el punto justo de su madurez. POR D. M.

El director nos recibe en la oficina de su productora. No nos hace pasar a la suya sino a la de su socio: “La de Dubcovsky es más cómoda”, confiesa. En medio de los preparativos de un viaje, Daniel Burman nos habla de El misterio de la felicidad, de sus películas anteriores y de algunas cosas más. ¿Cómo trabajaron el personaje tan particular de Santiago (Guillermo Francella)? Fue un trabajo muy intenso. Capaz la gente no sabe esto: Guillermo es una persona muy detallista y tiene una energía infrecuente para el trabajo de guion. Habrán sido, no sé, treinta, cuarenta encuentros. Primero, en el trabajo de mesa, desmenuza el guion palabra por palabra con un rigor increíble y, de hecho, si uno cambia algo de una versión a otra, él tiene memorizadas todas las versiones del guion, como si fuera una computadora. Construimos esta cuestión del vínculo homoerótico con su socio, el desplazamiento del deseo; trabajamos mucho desde una perspectiva psicoanalítica porque el personaje tenía su complejidad: era muy precario en lo emocional, y eso lo hacía complejo, porque capaz uno es más “sofisticado” e interpretar a alguien así implica un trabajo para el actor. No es que sea un tipo tonto, es una persona normal con una estructura emocional atada con alambre. A su vez, Guillermo no deja de poner las cosas a prue-

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ba; él tiene un método de refutación permanente, y hasta que todo no pasa por ese método no termina de incorporarlo. Eso es extraordinario para uno, porque no bajás nunca la guardia. El guion tiene un par de frases que incluso surgieron de diálogos con él. Y al personaje de Fabián Arenillas, Eugenio, ¿cómo lo armaste? Es un personaje complejo porque se construye mucho en ausencia. Fabián es un actor extraordinario, y el desafío era poder contarlo en muy pocas escenas, porque después tiene una importancia muy grande para la película. Está muy desarrollado no solo por lo que dice, sino también por cómo se vincula gestualmente con lo que le dicen a él. Eso es muy rico para trabajar con un actor, porque terminás conociendo al personaje por sus reacciones y no por sus propias palabras. La película es una comedia, o lo es en gran parte, pero el protagonista tiene una carga de oscuridad bastante atípica para una comedia. Es verdad. Es una comedia con personajes que, más que oscuridad, parece que tienen algo así como un agujero. Una película que para mí fue una gran referencia, aunque parezca que no tiene nada que ver, fue Franky y John-

ny, en la que los protagonistas tienen un agujero tan grande en sus emociones que se mueren por llenarlo con algo. Tengo mucha piedad por ese tipo de personajes. Santiago se queda de golpe sin nada con que llenarlo y permanece a la deriva, queda todo expuesto, y parece que su vida no tiene sentido, no tiene rumbo, hasta que de alguna manera lo encuentra. ¿Te parece que lo encuentra? Yo creo que sí, que encuentra el rumbo, justamente. La complejidad de encontrar la felicidad no es el encuentro de un espacio, un lugar, una persona o un momento, sino un camino que al final tendría lo que para uno es la felicidad. “El deseo se defiende de ser consumado”, decía Lacan, porque si el deseo se consuma sabe que desaparece, siempre se va corriendo como el horizonte, porque siempre que está visible como algo vivo, posible pero a la vez lejano, existe. Cuando está entre las manos se desvanece. Lacan también decía “mi deseo es el deseo del otro”, y en la película tenés a dos personajes, Santiago y Laura (Inés Estévez), unidos porque comparten un mismo deseo. Exactamente. Es lo que más puede amalgamar a dos personas: compartir un mismo deseo, más que desearse entre sí.


“A los veinte me gustaba que la cámara correteara por ahí y ver qué piola era el director; a los cuarenta ya no quiero ver que pone la cámara en el techo, sino que quiero conmoverme en el sentido más amplio”. en la que hay mucha cámara en mano, por ejemplo. ¿Te interesaba probar otro tipo de planificación visual? El tema es que cuando uno hace una película hay procesos conocidos, que son siempre los mismos, entonces poder innovar hace también que se renueve el entusiasmo. Me aburre hacer algo igual solo porque funcionó.

¿Tuvieron en cuenta la idea de no aleccionar al personaje de Santiago, de no ponerlo en la posición de tener que “aprender” nada? Sí, absolutamente. El personaje está en una edad en la que las transformaciones no son sencillas. A partir de determinada edad, los cambios para afuera son mínimos pero para uno son enormes; para muchas personas llegar a decir “por favor” y “gracias” es un cambio radical en su vida, y ese es un caso muy común. En la película pasa eso: los dos personajes se transforman muchísimo, cada cambio pequeño expresa una transformación interior muy grande. ¿Te parece que esta película sobre un personaje solo, aislado, con problemas de relación, te aleja bastante de los temas sobre los que giraba tu cine como la cuestión de lo judío y la familia? Sí, hay una ausencia total de la familia. Lo que dice la película también es: “Si no tenés familia, igual tenés vida” (risas). Sé que es un cambio grande respecto de mis otras películas, pero también la siento muy personal. ¿Cómo convocaste a Inés Estévez? Con Inés nos conocemos desde hace mucho tiempo, incluso hubo un proyecto que casi hicimos juntos pero ella justo estaba trabajando en televisión. Yo la llamé con la esperanza de que el guion la conmoviera lo suficiente como para que aceptara el papel. Ella fue muy honesta conmigo y me dijo que no estaba en un momento de hacer cine, pero que nos viéramos. Nos encontramos, leyó el guion y le pareció que sí, que había que hacerla. Traba-

jar con ella fue una experiencia humana extraordinaria, Inés es realmente una actriz que hace falta. Tiene una mirada muy abarcativa del proyecto y no solo de su personaje. Vuelvo a lo anterior: más allá de un género específico, ¿cómo dieron con el tono general? El tono estaba pensado en el guion, y el género no sé, es el género de El misterio de la felicidad. Más que género, lo que hay es una estructura dramática clásica; esta es una película bastante clásica. Con el tiempo quiero inventar cada vez menos. Hay cuestiones de relato que han sobrevivido el paso del tiempo, y eso no tiene que ver con una cuestión de marketing sino con estructuras de lenguaje y estructuras de pensamiento. Cuando alguien nos cuenta algo, normalmente tiende a contar una historia: con principio, desarrollo y final. Cambiar eso me parece un gasto de energía inútil en esta vida. A mí me gusta contar una película de la misma manera en que me gusta que me cuenten una anécdota en un asado: con la misma estructura. Hay dos personajes, se quieren, hay dificultades, no saben qué hacer con su vida… No quiero ser original con eso. En cuanto a la puesta en escena, esta es una película más planeada que otras tuyas; se nota mucho más el cálculo y la planificación. Sí, es verdad. Es una película muy rigurosa con la puesta en escena. Igual me sorprende que lo digas, porque pensé que no se veía eso, que era bastante transparente, pero sí, hay un rigor en la puesta que creo que no tuve nunca antes. Pensaba en otras como El abrazo partido,

Vos siempre estuviste un poco en la vereda de enfrente del Nuevo Cine Argentino. Yo veo este cambio como una toma de distancia definitiva: por ejemplo, el trabajo riguroso con la luz, con el encuadre (sobre todo al comienzo y al final), creo que es un quiebre casi final con cierta estética que marcó durante mucho tiempo al NCA. A mí no me interesa tomar distancia de nadie; en todo caso, tomo distancia de mí mismo. La edad también te va cambiando. A los veinte me gustaba que la cámara corretee por ahí y ver qué piola era el director, y a los cuarenta ya no quiero ver que pone la cámara en el techo sino que quiero conmoverme en el sentido más amplio. Y capaz que a los sesenta quiero volver a ver cosas locas, no sé. Me voy guiando por lo que me pasa como espectador: yo me siento en un cine y quiero que no me agredan visualmente, que no me agredan con el sonido; quiero que ver una película sea una experiencia placentera, y salir mejor de lo que entré. Si no, no me sirve ir a ver una película, me pongo de mal humor. Entonces, cuando filmo una película trato de hacer lo mismo. ¿Tenés algún proyecto actualmente? Estoy con varias cosas pero primero quiero estrenar, y después sí, barajar y dar de vuelta. Tengo varias cosas en mente pero también quiero parar un poco y dedicarme a otras cosas vinculadas con el cine que no implican necesariamente filmar una película. Sé que esto después me dura poco, pero tengo ganas de poner la energía en otras cosas, otros trabajos que también me gustan y que me permiten sobrevivir, cosas como la escritura y la dramaturgia. Con la edad y con el tiempo, el pedazo de vida que uno va dejando en cada película lo valora más. Cuando sos joven no te das cuenta de todo lo que dejás; cuando llegás a los cuarenta, sí. Y tampoco es que uno tiene tanta vida como para andar dejándola por ahí. ■

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El día trajo la oscuridad

Vampiresa mujer Esquivándoles a la sangre y a los recursos más evidentes del género, Martín Desalvo se le animó al terror (y a los vampiros) con la inquietante El día trajo la oscuridad. Hablan sus protagonistas, Mora Recalde y Romina Paula. POR Hernán Siseles

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os tiempos siempre misteriosos del cine quisieron que una película como El día trajo la oscuridad, filmada en el final del invierno de 2011, esté llegando recién ahora a los cines, promediando este caluroso y problemático verano. Sin embargo, más allá del tiempo transcurrido, las dos actrices protagónicas, Mora Recalde y Romina Paula, no solo tienen muy presentes las inclemencias de un rodaje con bajísimas temperaturas entre el bosque y el mar, sino también el proceso creativo previo al que generosamente las invitó el director Martín Desalvo. A pesar de la mirada extremadamente personal que subyace en este film de terror y misterio, en el que se mezcla el cine clásico de vampiros con algunos mitos rurales de tinte más local, actrices y director supieron conformar un sólido triangulo de trabajo que permitió llegar al set con algunas cuestiones narrativas prácticamente resueltas.

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Romina Paula se acercaba al proyecto con una extensa trayectoria como autora y directora teatral, además de destacadas incursiones en el campo de la literatura; Mora Recalde, inmersa en varios proyectos de teatro autogestionado y en algunos de los más interesantes proyectos de ficción para televisión impulsados o financiados desde el Estado. Consciente del talento y el instinto de las actrices, Desalvo supo dejar en manos de ellas aspectos sensibles de su primer largometraje dirigido en soledad (su primera experiencia fue Las mantenidas sin sueños, la cual codirigió junto con Vera Fogwill). La economía de palabras que resultó de ese trabajo sobre el guion y la notable labor técnica que luego se aplicó en rodaje y posproducción dieron como resultado una película de terror bastante inusual para el cine local. Muy lejos del componente bizarro que muchas veces atraviesa el género, El día trajo la oscuridad se anima

a entrarle sin ironías ni reparos a una historia de vampiros con algo de amor entre chicas, mucho más inquietante por lo que omite que por lo que muestra explícitamente. ¿Qué tan lejos estaba el guion de El día trajo la oscuridad de lo que les toca leer habitualmente a actrices como ustedes? Mora Recalde: Muy lejos. Nosotras veníamos leyendo guiones totalmente distintos. Y un día apareció esto y era otra cosa. Yo lo devoré, me pareció fascinante la historia y el tono que tiene. No es una película de terror clásica, no apela a lo más explícito del terror. Es uno de los hallazgos de la película, no generar el suspenso o el miedo a través de lo rojo, a través de la sangre. Romina Paula: Para mí la cuestión vampiresca fue desde el comienzo muy atractiva. Es un género que me gusta. Hace poco se había es-


trenado Let the Right One in, y yo estaba muy enganchada con eso. Poder actuar ese género era realmente un plus para mí. Y también me gustaba que se explorara la relación entre dos chicas. Me interesaba desde ya que fuera una película poco esperable para el cine argentino.

estaba afectando, estábamos afectados por la locación constantemente.

¿Cómo desarrollaron esa línea de amor o seducción que aparece entre los personajes?

¿Eso generó una mayor inmersión por parte de ustedes como actrices dentro de la historia y los personajes?

¿De qué manera afectaron al equipo y al resultado final de la película el frío y cierta hostilidad de la locación?

R.P.: No sé si lo viví de una manera muy diferente a otros papeles que hice. Lo que a mí me gusta del cine es lo fragmentado. No lo vivo como algo que me toma y me atraviesa. Sí me atraviesa el frío, la gente con la que trabajás, la contingencia del rodaje. Pero en lo que hace al personaje, solo lo viví como sensaciones o energías: para mí ya en Drácula hay algo de lo vampírico que asocio con la melancolía. Ese era el sentimiento, la sensación de mi personaje: alguien que también es anémico y languidece. Finalmente no es algo tan diferente de un dark o de un adolescente. ¿Se dificulta la tarea de dar a conocer a los personajes cuando en el guion no abundan las palabras?

R.P.: Yo creo que esta es sin duda una historia romántica. Anabel, mi personaje, tiene esa cosa vampiresca, que para mí está muy vinculada con el aspecto masculino de la seducción. Por eso la película no deja de ser una historia romántica, de alguien que llega a algún lugar y encuentra a otra persona con una rutina muy marcada y le cambia todas las cosas. Con el contratiempo de que, en este caso, también se la quiere morfar. Pero yo lo veía más como que la víctima se hacía morder; hay como una forma de entrega, ella se la busca. M.R.: La historia de amor está ahí. La película básicamente sucede entre nosotras. Mi personaje, Virginia, despierta de un letargo cuando llega Anabel. Empieza a aparecer la posibilidad de otra cosa, del amor, de la vida… La relación tiene algo peligroso, pero a la vez es una forma de salir de ese lugar asfixiante. ■

M.R.: Cuando uno tiene claro qué es lo que sucede, las palabras suelen sobrar. Prefiero que no abunden las palabras. No es que me interese desafiar al espectador, pero si el guion está bien armado, está la escena y se entiende lo que se va a contar, a veces no hacen falta más palabras. Prefiero menos información y más transito en personaje.

El día trajo la oscuridad Martín Desalvo Estreno: 13 de febrero 2013 / Argentina / 76 minutos 3C Films Group

R.P.: Yo nunca tuve tanto frío en mi vida. No es que estás en una ciudad, que te metés en un lugar y hay calefacción. El frío de la naturaleza es otra cosa. Y acá estábamos en un lugar de veraneo como Chapadmalal, que en invierno es muy hostil. Vivíamos en un hotel sobre la ruta que da a un acantilado y teníamos mañanas de rodaje en las que hacía un grado bajo cero, un frío que no se combatía ni con ropa ni con nada. Y muchas veces agarrábamos el guion y decía cosas como “no siente el frío”. Y había que actuar eso… Pero finalmente lo áspero del contexto colaboró mucho con el clima de la película. M.R.: Nadie tenia conciencia de que el frío iba a ser tan hostil, nos fuimos dando cuenta ahí. Por suerte no tuvimos que correr solas de noche por el bosque: las escenas nocturnas también se filmaron de día, y por un tratamiento de posproducción se ven como si fuera de noche. Pero igualmente tuvimos jornadas muy hostiles de día en el bosque. El clima nos

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Entrevista con Damián Dreizik

Humor sobrenatural Con la excusa del estreno de Por un puñado de pelos, dirigida por Néstor Montalbano, conversamos con Damián Dreizik, guionista del film y hombre de larga trayectoria autoral en el teatro. En la siguiente charla, nos cuenta algunas cosas sobre la película, sobre su trabajo como guionista y sobre el humor como mirada. POR Juan Pablo Álvarez

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n autorismo cruel que opera pérfidamente sobre nuestras mentes nos lleva a menudo a subvalorar el aporte de los que no llevan consigo la denominación, precisamente, de realizador. Uno de ellos es el guionista. La figura de Damián Dreizik y el estreno de Por un puñado de pelos (su segunda película, tras Pájaros volando) nos dan una buena oportunidad para reparar esa injusticia efímeramente, como suele ser cuando se repara una injusticia. Si bien se trata de un hombre más vinculado al teatro, parece haberle tomado el gusto al oficio de guionista y ya va por su tercera película. “Preparo una comedia romántica, pero rompiendo el género. Quiero hacer algo más urbano, algo menos fantástico y demencial”, nos adelanta. Es un buen momento, entonces, para conversar con él no solo sobre la película, sino también sobre lo que implica ser un guionista de cine. ¿Cómo nació tu participación en Por un puñado de pelos? A Néstor lo conozco desde hace tiempo, y la primera película en la que fui guionista,

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Pájaros volando, surgió de pensar que tenía ganas de hacer ciencia ficción. Él sabía que me interesaba, aunque nunca había escrito guiones de cine, y entonces surgió este laburo en conjunto, casi como un “hacete algo de ciencia ficción y en poco tiempo” (lo cual está bueno para mí). Yo, como no tengo un origen académico, técnico, simplemente hice un guion literario y él lo formateó, se adueñó de él y le metió su mundo. Néstor y yo somos distintos, pero en un punto parecidos. Creo que a él le viene bien mi imaginario: lo explota, lo estalla, y después le mete todo lo que le mete a la película, que es el casting, las decisiones… Pero de alguna manera el guion sigue siendo mío, la historia es mía. ¿Qué te llevó a escribir una historia mitológico-absurda sobre la calvicie? Trabajé sobre lo que Néstor quería hacer: algo rural, en el interior, algo que tuviera locura. Y se me ocurrió eso, un tipo que descubre un lugar donde se le soluciona la calvicie. A mí me gusta lo sobrenatural, lo fantástico. Me gustan Nazareno Cruz y el lobo, de Fa-

vio, y La hora de María y el pájaro de oro, de Rodolfo Kuhn. Una vez que empezás a escribir, ¿cómo es el trabajo en conjunto? Se va armando con decisiones, como todo. En algunas cosas concordamos, en otras no. Igual, siempre tengo claro que el dueño de la película es el director y que él toma las decisiones que tiene que tomar. Yo puedo opinar, pero la última palabra la tiene él. Escribir guiones cada vez me gusta más, estoy como en un lugar de distancia que está bueno para mí. Me involucro, pero también sé que en un punto entrego el guion y el director se adueña de él. Y yo como director no me veo. Me parece una actividad que requiere una psiquis, una cosa física que no tengo. Después de Pájaros volando, ¿qué aprendiste y qué corregiste para Por un puñado…? Quizás aprendí a no sufrir, en el sentido de que sé que la historia que escribí va a cambiar y que cambia con cualquier director.


Aunque la dirijas vos mismo, también cambia. Jamás sos dueño de la película, hay algo que se va, porque encarna en otras personas. Por ejemplo, jamás pensé que Valderrama iba a ser el intendente, y ahí está, y le da a la película una locura que me gusta. También aprendí a cerrar un poco más la historia, no abrirla. Igual, para mí hay algo indispensable, y es que la película no tiene que ser aburrida. El aburrimiento es el peligro de toda manifestación artística, y ninguna de mis películas son aburridas. Podrán gustar o no; esta es una película jugada y hay una apuesta a otra cosa. Eso es algo que me parece muy valorable de Néstor: que apueste a algo que no hay en el cine argentino. ¿Cómo definirías Por un puñado de pelos? ¿Te parece una comedia hecha y derecha o una película en la que el humor no es tan central? Me parece una película que tiene humor pero que es extraña, no está solo para hacer reír. Yo no soy un inventor de gags. La película tiene una gracia, tiene algo que campea todo el tiempo, pero a su vez trabaja otras aristas que son más extrañas. Tiene un planteo más profundo, no como mensaje, pero habla de los recursos naturales, de la explotación, del imaginario, de la locura. Tiene también un planteo frente al choque cultural y de clase. Eso también estaba en Pájaros volando: alguien que viene de un mundo y se inserta en otro. Pero en este caso es algo más atemporal y más demencial, casi como Alicia en el País de las Maravillas. Tutti (Nicolás Vázquez), como el protagonista de Pájaros volando que entraba en un mundo alocado, acá entra en un mundo de fantasmas, de curas, de personas que se transforman en chanchos.

El casting es una apuesta arriesgada de la película. Tiene ese sello pop, medio bizarro, clásico de Montalbano. ¿Tuviste injerencia en esas decisiones? ¿Qué te parecieron? Hablé de eso, pero no tuve injerencia. Creo que el casting de la película es algo importante, le da una impronta muy particular. Fueron decisiones arriesgadas muy al estilo de Néstor, y me parece que el resultado está bien. Yo qué sé, Valderrama para mí está bárbaro. No hace de Valderrama, actúa. ¿Creés que ahora hay una mayor aceptación en el público para este tipo de humor absurdo y bizarro con respecto a 15 o 20 años atrás? Sí, es probable. Pasa que el humor absurdo se usa para todo. Pero me parece que sí, que hay algo así como una mayor apertura. Quizás porque pasaron Capusotto, Todo por dos pesos, Cha cha cha… Pero también sigue siendo algo menor, en algún punto. Todavía es algo restringido. Ahora, me parece que la película no es bizarra, en el sentido de que está bien hecha. No lo es en el sentido de baja calidad técnica, de clase B, pero sí en el de la inclusión de íconos pop, de elementos bizarros. Es que eso también es Néstor. Ahí está el mundo Néstor, están el mundo mío y el suyo, y ahí hay un apareamiento. ¿Cómo creés que fue evolucionando tu humor en estos años? Yo me planteo el humor como una mirada hacia las cosas, e intento despegarme cada vez más del resultado, de la cuestión resultadista. Primero porque no es mi métier, no

Cine (y casting) demente con la impronta de Montalbano y Dreizik.

es lo que mejor me sale, pero sí me sale que el humor funcione como algo que rompe, como algo que puede ser un desvío y abrir zonas nuevas. Intento hacer eso, con las películas o con las obras, pero no me encierro en el humor, porque ahí deja de resultarme interesante. ¿Ves algo en cine o en televisión que te guste o con lo que te sientas afín por su tipo de humor? Me gusta el cine italiano. Reality me parece buenísima. Woody Allen siempre me interesa. Me gusta Ben Stiller, sobre todo Zoolander, pero después en la nueva comedia americana hay cosas que no me enganchan tanto. Algunas cosas de Wes Anderson también me gustan mucho. Me gusta la comedia italiana de los sesenta, Il sorpasso, Dino Risi, Los monstruos, toda esa etapa que creo que retoma Reality.

“Aprendí a no sufrir, en el sentido de que sé que la historia que escribí va a cambiar y que cambia con cualquier director. Jamás sos dueño de la película, hay algo que se va, porque encarna en otras personas”.

Y en el cine o en la televisión argentina, ¿encontrás comedias o algunas formas de hacer humor que te atraigan, que te parezcan interesantes? Me parece que en YouTube están apareciendo cosas que son interesantes. Creo que la mano va por ahí. También me parece que Capusotto con sus programas mantiene cierta línea, pero siento que el humor se ha diseminado por todos lados. Creo que lo que faltan son ideas. En general hay cosas que se repiten, fórmulas. Todo el mundo hace humor, lo cual no es malo ni bueno, pero se ha perdido el “¿de qué nos reímos?”, “¿qué es lo que causa gracia?”, se pierde el objeto. A veces creo que hay un exceso de gracia, como una gracia general, que termina diluyendo todo. ■

Por un puñado de pelos Néstor Montalbano ESTRENO: 23 de enero 2013 / Argentina / 90 minutos Aura Films

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Los dueños

Días de campo Concebida y realizada enteramente en Tucumán, y luego estrenada y premiada en Cannes, Los dueños irrumpe, en distintos planos, como una bienvenida rareza en el panorama de estrenos del cine argentino reciente. POR Diego Maté

U

no lee la sinopsis de Los dueños y piensa: otra película sobre clases sociales en pugna; otra película que va a pasar revista a las bondades y miserias de uno y otro grupo social buscando alguna suerte de reconciliación o de zona de diálogo (por ejemplo, que dos personajes pertenecientes a distintas clases tengan una relación); otra película que, seguramente, sugerirá (o peor, dirá abiertamente) que los jefes son poderosos y mezquinos con sus subalternos y que la sociedad está como está por culpa de esa desigualdad. Pero no, por suerte la de Ezequiel Radusky y Agustín Toscano es una película distinta que, incluso contando con los materiales ideales para convertirse en alguno de esos esperpentos descritos recién, elige un camino diametralmente opuesto, como si estuviera esquivando voluntariamente esos lugares comunes. En cierta medida, Los dueños es una especie de reseteo, como si los directores quisieran olvidarse para siempre de la historia del cine que viene pensando la sociedad de la misma manera cómoda y automática desde hace décadas, donde todo ocupa un lugar preciso

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(aquí el explotador, allá la víctima, más acá el nexo difuso entre los dos) y cumple con la tarea de explicarnos bien clarito cómo es que funciona el mundo. En cambio, Los dueños no explica nada, justamente porque los realizadores no están muy seguros de qué es lo que ocurre en el universo de su película o, en todo caso, por qué ocurre, y evidentemente están en contra de agotar la densidad de los hechos con cualquier interpretación de corte sociológico, psicológico, etc. De igual forma habrá de concebirse el espacio y la propiedad de las cosas: la casa principal, que los peones ocupan a escondidas cuando los dueños no están, podrá ser legalmente de ellos pero de facto también les pertenece a los otros, que son los que la habitan y la disfrutan (allí comen, duermen, hacen fiestas, ven películas, cogen) una buena parte del tiempo. Digamos rápidamente que Los dueños no es una apología de la toma de casas ni nada parecido: los ocupantes se van rotando y cediéndole el espacio al otro (aunque los propietarios lo hagan sin saberlo); los peones nunca aspiran a quedarse con la propiedad ni cuentan con un discurso que los ampare: solo quieren ir

a hacer uso de sus comodidades y ya. En ese deseo simple, infantil y por momentos hasta ridículo (el riesgo der ser pescados in fraganti es demasiado grande), se cifra la empresa de retratar el campo argentino como un territorio de conflictos opacos, infinitamente más complejo y misterioso que las postales rurales a las que nos acostumbraron el cine local y los medios de comunicación. No es raro, entonces, que Los dueños sea una película que entra por los ojos, frente a muchas otras que lo hacen a través del entendimiento: antes que un comentario social, lo que el espectador puede llevarse de la sala es una serie de planos calculadísimos que disimulan su virtuosismo para no sobrecargar la escena y dejar que las estrellas sigan siendo los protagonistas. Eso puede verse cuando la cámara sigue a un personaje y reencuadra varias veces sobre otros hasta que todos se juntan, como si la intensidad del encuentro pidiera que la acción se muestre sin cortes (como ocurre en el momento en que Alicia presenta a Pía y a Sergio), o cuando, al comienzo, los directores miran muy de cerca a los peones (padre, madre e hijo) despertán-


dose a las corridas y escapando de la casa mientras tratan de cubrir sus huellas; ese dinamismo depende en buena medida de los planos cerrados que se mueven poco y que son desbordados por la agitación de los personajes. Lo mismo vale para la fotografía, que le da a la película un toque visual distintivo sin por eso distraer la mirada de lo que ocurre adentro del cuadro: se nota particularmente en el desayuno, en el que la luz, fuerte pero no cegadora, entra y pega sobre los actores de una manera notable (el conjunto hace acordar a una de las escenas cotidianas del pintor holandés Johannes Vermeer). Parece ser que la gente se rio bastante durante la proyección en Cannes, pero los chistes de Los dueños son muy pocos, y es válido suponer que la risa sea fruto de una incomodidad frente a la ambigüedad de la película y no una verdadera búsqueda humorística por parte de los realizadores. Los dueños no delimita qué es comedia y qué no, no produce gags, y la ausencia de música extradiegética es otro de los elementos que contribuyen a la distancia emotiva que toma la película respecto de su

historia: nada es, en principio, ni cómico ni dramático, pero tampoco alegre ni triste, o por lo menos la película se abstiene de señalar cómo leer cada una de sus partes. Por eso es que, en el terreno de los caracteres, tampoco hay vicios que se contrapesen con alguna es-

Los dueños no delimita qué es comedia y qué no, no produce gags, y la ausencia de música extradiegética es otro de los elementos que contribuye a la distancia emotiva que toma la película respecto de su historia: nada es, en principio, ni cómico ni dramático, pero tampoco alegre ni triste, o por lo menos la película se abstiene de señalar cómo leer cada una de sus partes.

pecie de virtud o de hábito positivo, sino distintas estrategias que los personajes ensayan para pasar el tiempo lo mejor que se pueda. Se nota en la escena en que Pía, el personaje de Rosario Bléfari, frustrada y aburrida, toma whisky, improvisa unas notas en el teclado y se pasea desnuda por la casa. Lo que ocurre en Los dueños es que, como en todas partes, el deseo circula de manera irregular y no siempre es correspondido. ■

Los dueños Ezequiel Radusky y Agustín Toscano Estreno: Jueves 20 de febrero 2013 / Argentina / 95 minutos Obra Cine

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Cine y psicomagia, según Jodorowsky

Pasando el arcoíris, detrás de los Andes El 3 de diciembre se estrenó en Berlín La danza de la realidad, de Alejandro Jodorowsky. Gurú y artista internacional, amado y resistido en dosis semejantes, el director chileno estuvo presente en el estreno –al igual que nuestra cronista– y habló más de una hora con el público. Más allá del fanatismo místico, surgieron una pregunta histórica palpable y una definición del cine como arte performático. POR Mijal Bloch

J

odorowsky nos cuenta su infancia en clave de un realismo mágico muy personal. Una narrativa más cercana a la alegoría mística que a la ironía literaria del siglo XX y, sin embargo, con una gran fuerza política. En La danza de la realidad, el reprimido Alejandrito debe forcejear constantemente por el amor de su familia y contra los cánones de la clase media inmigrante latinoamericana. El pueblo en el que suceden los hechos es el mismo Tocopilla donde el director vivió de niño, y quien interpreta al padre de Jodorowsky es nada menos que su hijo Brontis. En un gesto performático que supera la ficción, la familia de ahora actualiza a la de antes, así como los nietos de quienes vivieron con Jodorowsky en el pueblo interpretan a sus abuelos. La historia se pliega en sí misma y, frente a la doble silueta del presente que interpreta el pasado, se nos aparece una forma nueva. Pasando las bandas de colores y el latinoamericanismo ingenuo, al otro lado del arcoíris y los Andes, renacen condensadas varias décadas de un país herido. Angosta, puntiaguda, todavía con las venas abiertas, la realidad cinematográfica danza por la historia de Chile. El gobierno de Ibáñez, la alianza del PC chileno con el nazismo, la tortura dicta-

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torial: el padre del protagonista vive todas estas situaciones, y nos muestra que la constelación familiar de Jodorowsky supera los lazos entre hijo y padre y se extiende hasta la Patria. Los pobres que no logran unirse a la sociedad, los restos humanos de la minería, el pueblo de Tocopilla, todos son miembros amputados que reclaman atención. Según el director, La danza de la realidad es un gran acto psicomágico, un acto-ritual de curación de los lazos entre él, sus antepasados y sus sucesores. Creo que también es una catarsis política y un deseo de sanación histórica. Durante su visita a Berlín, el director criticó los films en 3D y dijo que la gente debería mirarlos de espaldas a la pantalla y sin pantalones. Sin embargo, de alguna manera, la propuesta pragmática de su última obra es también un deseo de tridimensionalidad, de utilización de la película como herramienta extradiegética. Y si bien es larga la historia de las películas que articulan una mirada crítica sobre el espectador, podemos decir que la propuesta aquí ofrece algo diferente, quizás por su carácter “interdisciplinario” (cine + psicomagia). Lo mismo sucede, por ejemplo, en las películas en las que Slavoj Zizek aparece hablando en la sala oscura: no son simplemente films, ni clases de Fi-

losofía; el discurso es diferente, los instrumentos narrativos cinematográficos buscan un contacto no mediado con el espectador. El humor, la mirada a cámara y la escenificación teatral ayudan a esta situación. Como en Le Film est déjà comencé? (¿Ya ha empezado la película?, Maurice Lemaitre, 1951), se hace palpable la idea vanguardista de un cine que se hace del público. En este caso, el resultado es una anomalía muy interesante. Un film que tira de la realidad, para explicar como ningún otro el mundo allá afuera. ■

El director criticó los films en 3D y dijo que la gente debería mirarlos de espaldas a la pantalla y sin pantalones. Sin embargo, la propuesta pragmática de su anómala última obra es también un deseo de tridimensionalidad, de utilización de la película como herramienta extradiegética.


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La vida secreta de Walter Mitty

Contra la rutina Cara emblemática y apta para todo público de la comedia americana de las últimas dos décadas, Ben Stiller también ha sabido disparar certeramente detrás de cámara contra ciertas convenciones, ya sean de su generación, de Hollywood o de la vida (moderna) misma. La vida secreta de Walter Mitty es su última y tal vez definitiva película como director, y con ella vuelve a escaparles hábilmente a los encasillamientos. POR Martín Fernández Cruz

A

pesar de que tiene una filmografía breve, es evidente que, a lo largo de su carrera como actor, Ben Stiller eligió proyectos muy puntuales para embarcarse también como director. En 1994, cuando debutó con Generación X, Stiller demostró un franco interés por alejarse de la comedia, género al que estaba vinculado por su participación en The Ben Stiller Show (un programa excelente que fue cancelado cuando apenas iban 13 episodios). Puede decirse que en su carrera como director Stiller es un rupturista, un hombre decidido a sacudir y poner en jaque determinadas convenciones. Sus personajes, en gran medida, son hombres solitarios que no terminan de encajar con la mirada impuesta por una sociedad cretina, pero a pesar de eso logran convertirse en héroes al concretar algún tipo de quiebre. En este aspecto, su personaje más sufrido es Lelaina, la protagonista de Generación X. Ella es una joven que intenta ganarse la vida atendiendo sus deseos vocacionales, pero el contexto social la lleva una y otra vez

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a una mediocridad imposible de eludir. En esta película, Stiller retrata a un grupo de amigos que entienden la realidad como una forma imposible de concretar sus sueños de estudiantes, y exhibe una amarguísima reflexión acerca de la sensibilidad adolescente, que inevitablemente muta hacia una adultez cínica. El propio director, que interpreta a un ejecutivo de un canal tipo MTV, es claramente un villano que surge como consecuencia de una realidad torcida, y que termina por ridiculizar las perspectivas de la propia Lelaina. El tono de esta película, marcadamente amargo y cargado de resentimiento, no volvería a aparecer en futuros proyectos del director.

Comedia incomprendida y consagración En 1996, Jim Carrey protagonizó El insoportable, la segunda película de Stiller como director. El otro protagonista es Steven (Matthew Broderick), un hombre que, luego de un desengaño amoroso, se muda solo y

termina entablando una complicadísima relación con Chip, el encargado de instalarle el cable en su departamento. Lamentablemente, El insoportable resultó ser un misterio para muchos espectadores que esperaban ansiosos una comedia absurda de Carrey y se terminaban encontrando con una ácida reflexión social de Stiller. El humor negro (negrísimo) del film resultó excesivo para una gran parte de la audiencia, que no terminaba de entusiasmarse con la película por un simple motivo: era imposible empatizar con Chip. El poco amor que inspiraba el personaje de Carrey provocó una desmedida catarata de críticas negativas. El insoportable es un largometraje excelente, pero a Stiller le costó un paréntesis considerable en su carrera como director. En 2001, Ben llevaría a la pantalla a su personaje más emblemático: Derek Zoolander. Basándose en una serie de cortos, Stiller decidió realizar su tercera película, que tendría dos particularidades con respecto a sus films previos: primero, él mismo la protagonizaría y, segundo, sería una comedia que, des-


de una falsa convencionalidad, terminaría por traficar una mirada salvaje acerca de la sociedad moderna (entendemos “moderna” como la sociedad de comienzos de milenio). Al igual que Generación X, Zoolander también analizaría minuciosamente los vicios de una época (la moda, la televisión, el triste poder de las celebridades, la frívola vida de los famosos, etcétera). Stiller, como todo buen comediante, comprendió que ese género era la mejor forma de reflexionar sin necesitar ponerse melancólico, como le sucedía a Lelaine. Zoolander cuenta la historia de un modelo de pocas luces que decide darle un vuelco a su carrera, pero termina siendo víctima de un complot para asesinar al Primer Ministro de Malasia con el objetivo de que este no prohíba el trabajo infantil en su país. El protagonista de esta película condensa los intereses que Ben tiene en sus personajes, esta idea de héroes subvalorados, incomprendidos quizás por su idiotez, pero capaces de generar un cambio en la sensibilidad de una época. Sin lugar a dudas, Zoolander es la obra maestra de Ben Stiller.

A Hollywood con cariño Una guerra de película, estrenada en 2008, fue el cuarto film de Stiller, que volvía a tenerlo como protagonista de una historia en la que un actor de acción intenta ganar prestigio a través de la realización de una película bélica. El director de la película dentro de la película decide dejar al elenco en la jungla, lo que provoca que los actores terminen involucrados en un conflicto real. Una vez más, Stiller utilizaba la comedia para desnudar las miserias de un sector; esta vez, el de la industria del cine. Hay dos elementos que claramente hablan de cómo el director ve a Hollywood. Por un lado, la rivalidad de su personaje con el de Robert Downey Jr., que interpreta a un actor prestigioso del Método. En una escena

en la que deben simular hacer pis, el actor “serio” solo hace el gesto de subirse la bragueta, mientras que el personaje de Stiller corta una lata por la mitad para expulsar un brutal chorro de bebida. Si bien la escena es un paso de comedia brillante, también demuestra la pobre mentalidad de muchos actores que quedan atascados en esa manera de entender la actuación y el cine. El otro elemento de denuncia en la película es, obviamente, el personaje de Tom Cruise. Les Grossman, el capo del estudio, es mostrado como un tipo francamente desagradable, egoísta, miserable y hasta más mercenario que los mismos mercenarios a los que enfrenta el personaje de Stiller.

La asombrosa vida de Walter Mitty La última película de Ben Stiller no es una comedia. No hay forma de entenderla como comedia, y es la segunda película, luego de Generación X, que plantea una realidad tan amarga. Sin embargo, se trata de un largometraje mucho más cálido que aquel, y utiliza la figura de Walter Mitty como eslabón para contrastar una forma tradicional de ver las cosas, contra los vicios de la modernidad y la invasión de las empresas. Walter Mitty es un hombre soltero, encargado de trabajar con los originales de las fotos que publica la revista Life, hasta que un día una empresa compra esa revista con el fin de convertirla en una publicación digital y, en esa transición, echa al grueso de los trabajadores. Mitty también sufre un problema: por momentos se “apaga” para escaparse a fantasías en las que realiza todo tipo de proezas, que muchas veces tienen que ver con el deseo de conquistar a Cheryl, una compañera de trabajo. Ante la necesidad de encontrar una fotografía perdida, que debía ser la tapa del último número impreso, Mitty decide ir a Groenlan-

Lejos de estancarse en la comedia, Stiller demuestra con esta película que, a pesar de que cuenta con una filmografía breve, puede construir un universo coherente, lleno de personajes capaces de cambiar la realidad que los envuelve. dia y a otros lugares. En su viaje, deberá encontrar al mítico fotógrafo que sacó esa imagen perdida, que se supone que es importante pero que nadie vio. El personaje de Walter, a medida que se anima a viajar y a vivir verdaderas aventuras, deja de sufrir esos “apagones” y se autoconstruye como un héroe melancólico que puede concretar sus deseos sin necesidad de quedarse en su casa. Mitty es un hombre infeliz, que logra comprender la necesidad de generar un cambio en un momento de transición en el que su contexto es violentado. Es justamente ese período de crisis el que termina por despertar al personaje de Stiller… ese período de crisis y “Space Oddity”, de David Bowie. La canción, que irónicamente es la que utiliza un empresario mala leche para burlarse de Mitty, terminará siendo el impulso que necesita el personaje para perder ese miedo a lo desconocido y salir en búsqueda del fotógrafo. La idea de Stiller en esta película tiene que ver con reivindicar una vieja forma de trabajo, una forma más palpable y concreta de conectar con la realidad. La idea de la revista de fotos convertida al espectro digital, y la de las fantasías que sufre Mitty y que lo alejan de todo, revelan que la verdadera forma de las cosas solo se experimenta de primera mano, en primera persona, desde lo concreto y no desde lo virtual. Ahí es donde entra en juego el fotógrafo interpretado por Sean Penn, un hombre que, a pesar de su profesión, se interesa más por vivir la realidad que por capturarla. La vida secreta de Walter Mitty también demuestra la enorme capacidad de Stiller como actor, que, lejos de otras actuaciones oscuras como la de Greenberg, puede darle a su personaje una marcada amargura pero con un matiz de calidez. Porque la de Mitty es, ante todo, una película muy cálida, y un cambio de horizonte en el estilo de Stiller como director. Lejos de estancarse en la comedia, Ben demuestra con esta película que, a pesar de que cuenta con una filmografía breve, puede construir un universo coherente, lleno de personajes capaces de cambiar la realidad que los envuelve. Eso es lo que sucede con Mitty, y también con el propio Stiller, que comenzó siendo un director tildado de mediocre para convertirse en uno muy exitoso. ■

Theatrical 39


Cámara en mano Cinco actores que decidieron dar el salto y convertirse también en directores, siguiendo la estela de íconos como Clint Eastwood, Robert Redford y tantos otros.

Ben Affleck Aunque suele estar injustamente calificado por unos cuantos como un actor de la madera más berreta, su carrera de director sí es celebrada por una amplia mayoría. Cuando realizó su primer film, Desapareció una noche, muchos quedaron sorprendidos al ver cómo un actor que parecía no tener condiciones para la dirección podía armar un thriller tan perfecto en su construcción. Su segunda película, Atracción peligrosa, fue otro policial excelente que también cosechó todo tipo de elogios. Su último film, Argo, incluso ganó un Oscar. De su generación, Affleck es uno de los actores convertidos en directores que más prometen a futuro.

George Clooney Clooney demostró una gran solvencia en la dirección cuando estrenó Confesiones de una mente peligrosa; la siguiente, Buenas noches y buena suerte, fue un verdadero éxito y un film elegante que no necesitaba del trazo grueso para elevar una denuncia. Su tercera obra, Jugando sucio, fue un fallido (pero honesto) homenaje a las comedias de rematrimonio de los treinta, mientras que la última, Secretos de Estado, es un dignísimo thriller político, pero no superó la calidad de sus primeras películas.

Seth Rogen Tiene un solo film, que es también una de las grandes películas del año pasado: Este es el fin, una comedia brillante sobre un grupo de actores que deben enfrentar el Apocalipsis. Aunque este es el primer film oficial de Rogen, su experiencia como guionista junto a Evan Goldberg lo encumbra como un actor con muchísimas posibilidades de hacer una gran carrera como realizador. Su siguiente proyecto, The Interview, es uno de los largometrajes más esperados de 2014.

Sean Penn Sean Penn realizó solo cuatro largometrajes desde su debut en 1991 con The Indian Runner, una gran película que auguraba una carrera con mayor continuidad, cosa que lamentablemente no se dio. Luego de dos películas protagonizadas por Jack Nicholson (The Crossing Guard y The Pledge), Penn realizó en 2007 Hacia rutas salvajes, concretando el que probablemente sea su mejor film.

Santiago Segura El caso del madrileño es raro, porque las películas que dirigió están protagonizadas por su personaje más emblemático: Torrente. Segura se maneja como pez en el agua dentro de la comedia más corrosiva, y demostró que entiende perfectamente cómo combinar el humor con la acción. Luego de haber finalizado la quinta parte de Torrente, que se encuentra en preproducción, sería ideal que el actor girara hacia nuevos rumbos… Quién sabe, quizás termine dando la sorpresa también en otros géneros.

Ben Stiller en las salas argentinas

Estreno

Distribuidora

Espectadores

2008

UIP

325.970

Una guerra de película

2002

Paramount

79.580

Zoolander

1996

Sony Pictures

42.368

El insoportable

40 Theatrical

Fuente: Ultracine.



El lobo de Wall Street

Psicópatas americanos Con bravura, velocidad y humor, Scorsese le rehúye a la canonización al adaptar una feroz historia de ascenso y caída, protagonizada y conducida –cuándo no– por su blondo partenaire y obvio candidato al Oscar Leonardo DiCaprio. POR Marcelo Alderete

Manny (y Marty) La (genial e histórica) crítica que Manny Farber escribió, en colaboración con Patricia Patterson, sobre Taxi Driver (1976) empezaba diciendo, y disculpen la torpe traducción, lo siguiente: “Taxi Driver tiene un montón de aspectos negativos, pero sería tonto negar su barroquismo visual y a ese actor de

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primera clase que es Robert De Niro”. El título de aquella crítica fue “El poder y la gloria”. Hoy, tantos años después, cambiando el nombre de De Niro por el de DiCaprio, este texto podría titularse “El poder y el fracaso” y empezar exactamente de la misma manera. Pero mejor dejar aquí (no intentar copiar) al gran Farber y seguir con Scorsese, el viejo lobo de Hollywood, y su nueva historia de

ascenso y caída; pero, esta vez, sin ningún tipo de redención. Jordan Belfort, el protagonista real de la historia que se cuenta en El lobo de Wall Street, no tiene entre sus tantas adicciones la de la religión católica. Ni tampoco, al parecer y a diferencia de la mayoría de los personajes del director ítaloamericano, ningún tipo de sentimiento de culpa. Pero no nos adelantemos.


Jordan El lobo de Wall Street fue primero un libro. Un libro en el cual su autor, Jordan Belfort, contaba la historia (verídica) de su vida y de sus humildes comienzos, que luego lo llevarían a transformarse en el lobo del título. El libro y sus más de 500 páginas son una experiencia extraña. Es –en principio– otra historia más de esa época en la que un grupo de humanos, sin hacer o producir nada, se transformaron en los masters of the universe; personas que durante un tiempo lograron dominar el mundo (al menos el económico) y que, en algunos casos gracias al cine, se transformaron en celebridades (recordar Wall Street, de Oliver Stone, y su héroe/villano Gordon Gekko, cuyo espíritu es invocado en El lobo...). Lo que diferenciaba a Belfort de ese grupo de stockbrokers –entre otras cosas– era su origen humilde y, al leer el libro y al ver la película, también su inagotable ambición; no de poder, sino de tener (y producir) dinero, ante todo y todos. Pero no se trata de la típica historia sobre la búsqueda del sueño americano; lo que cuenta Belfort es una pesadilla privada, un cuento (a)moral, sin moralejas a la vista. Es mucha la literatura y el cine que generaron estos personajes a través de diferentes épocas. Desde los héroes literarios de Bret Easton Ellis (principalmente Patrick “psicópata americano” Bateman) y Jay McInerney (la malograda adaptación que James Bridge realizó de la novela Bright Lights, Big City en 1988) hasta la ya mencionada película de Stone o la más reciente Margin Call (2011), de J.C. Chandor. La historia de Belfort, incluso, fue el punto de partida de la olvidada Boiler Room (2000), de Ben Younger. Como ocurrió con los mafiosos de El padrino y con los mafiosos reales, habría que ver dónde empieza la fantasía y dónde la realidad, o mejor, ver hasta dónde la ficción termina influyendo en la realidad y viceversa.

Marty Scorsese desde el principio deja en claro sus intereses. A diferencia de lo que suelen hacer los grandes directores con los malos libros (y el de Belfort lo es, aunque por momentos es muy entretenido), Marty elige hacer algo muy arriesgado: creerle a su protagonista y darle la voz cantante en la historia. Lo que nosotros vemos, lo que nosotros creemos, es todo lo que nos cuenta Belfort, quien desde la voz en off, e incluso mirando a cámara, nos va narrando (y hasta le va corrigiendo al mismo director) los detalles y pormenores de su vida en el –siempre según la película– orgiástico mundo de las finanzas. O, al menos, de las finanzas entendidas por una persona cuyo apodo es “el Lobo de Wall Street”. A este mundo somos introducidos por Scorsese a toda velocidad, y con un enano volando por los aires en medio de un más que alocado festejo de la empresa creada y capitaneada por Belfort, la muy aristocrática

(aunque solo de nombre) Stratton Oakmont. La acción se detiene, solo parcialmente, para mostrarnos los orígenes de la bestia en una de las mejores escenas de toda la película: aquella en la que Mark Hanna, un mefistofélico y experimentado trabajador de la bolsa interpretado por Matthew McConaughey, le explica a un todavía joven e inocente Belfort los requerimientos para triunfar en el mundo de las finanzas. Estos consejos incluyen drogas, prostitutas, alcohol y masturbación, y funcionan como un prólogo y anuncio de todo lo que está por venir en la película y en la vida de Jordan Belfort. A partir de aquí, el joven entusiasta vendedor se transformará en el animal del título.

es todo lo espectacular y rimbombante como para que en marzo se alce con ese tan extrañamente ansiado premio llamado Oscar. No hay nada de malo en esto, pero, de ocurrir, demostrará que no se trata de su mejor actuación, sino de la más espectacular. Para comprobar esto, basta ver la escena en la que unos quaaludes vencidos hacen su retardado efecto en el momento menos indicado, y Leo se arrastra hasta su auto para encontrarse con el principio de su caída. Con DiCaprio ocurre lo mismo que con Scorsese –con quien el actor ya realizó cinco colaboraciones–: mas allá de las opiniones, son únicos. La clase de actores y directores que el cine comercial

A diferencia de lo que suelen hacer los grandes directores con los malos libros (y el de Belfort lo es, aunque por momentos es muy entretenido), Marty elige hacer algo muy arriesgado: creerle a su protagonista y darle la voz cantante en la historia. La bravura, la velocidad y el humor con los que Scorsese narra esta historia, sin juzgar jamás a su personaje, son los temas que más polémicas desataron en la crítica de Estados Unidos a la hora de su estreno. Se comenta, incluso, que varias escenas fueron cortadas para lograr una clasificación que no arruinara la carrera comercial de la película. A diferencia de lo que ocurría con los protagonistas de Buenos muchachos (título con el que El lobo… se emparenta, pero solo en su forma: basta comparar los finales de cada film para ver la brutal diferencia), enmarcados y justificados por los extraños códigos de la mafia, aquí la banda de Belfort no conoce reglas a las que atenerse, o siquiera a las que romper. Es un mundo con un solo fin: conseguir más dinero. A ese mundo le pondrá fin (al menos momentáneamente) un héroe salido de otra película, de otro tiempo y hasta de otro cine (el de los años 50): un agente del FBI interpretado por Kyle Chandler, quien, desde su sola presencia (y su rostro y su forma de actuar), marcará un limite, si no ético, al menos legal a las aventuras del lobo. Aunque, una vez terminada su tarea, él mismo se verá volviendo a su hogar en un triste subte, en una de las escenas más desoladoras y ambiguas de toda la película.

Leo El centro de El lobo de Wall Street (y casi la razón de su existencia, como también de la continuidad –y de la cantidad de títulos en los últimos años– de la carrera de Scorsese) es Leonardo DiCaprio, quien personifica a su tercer millonario excéntrico luego del racista terrateniente Calvin Candie en Django sin cadenas y el romántico de pasado oscuro Jay Gatsby en El gran Gatsby. Su interpretación de Jordan Belfort (la más física desde ¿A quién ama Gilbert Grape?)

(cada vez más empequeñecido) necesita. El cine mainstream, después de tantos años de historia, sigue necesitando de los actores y de su glamour. Como si, más allá de los progresos (o retrocesos, según quién lo mire) digitales, la luz que hace funcionar al cine proviniera única y exclusivamente de sus estrellas.

Marty (y Manny) En el texto citado al principio, Farber dice que la fuerza y lo mejor de Scorsese provienen de sus orígenes, de saber lo que es ser pobre. Habría que ver qué es lo que queda de aquel joven director de títulos tan personales como Taxi Driver y Calles salvajes. Hoy Scorsese, luego del Oscar por Los infiltrados (una película clase B dentro de su filmografía) y de la pasteurizada y políticamente correcta Hugo, es un director canonizado y el que mejor supo adaptarse luego de los excesos de los años 70. El lobo de Wall Street, con toda su bravura e incorrección, parece ir en contra de esa imagen de prócer que el mundo del cine se empeña en adjudicarle. A sus más de 70 años, Marty se comporta como un adolescente enfurecido que necesita demostrarles a los demás lo que es capaz de hacer. Si esto es correcto o si El lobo… se trata de una película buena o mala (empezamos hablando de Manny Farber, y he aquí su mejor enseñanza), no es lo más importante. ■

El lobo de Wall Street Martin Scorsese Estreno: 2 de enero 2013 / Estados Unidos / 180 minutos Diamond Films

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La vida de Adèle

Génesis Declarada una obra maestra por la mayoría de los críticos y asistentes que la vieron en Cannes, donde se llevó el principal galardón, La vida de Adèle retrata el amor de dos chicas de forma ciertamente extraordinaria, y logra trascender el calor y los escándalos generados detrás y delante de la pantalla. POR Josefina García Pullés

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a vida de Adèle despertó varias controversias, sobre todo después de haber ganado la Palma de Oro en Cannes (premio con el que se reconoció a su director y también a sus dos protagonistas). El primer punto polémico fueron las explícitas escenas de sexo entre Adèle (Adèle Exarchopoulos) y Emma (Léa Seydoux): muchos decían que estaban claramente presentadas desde un punto de vista masculino, otros decían que eran innecesarias, que la película se tornaba pornográfica, que las secuencias eran largas. Afortunadamente, esas no fueron las únicas opiniones que despertó esta película, y todo se disipó un poco hasta dar paso a una nueva polémica: las actrices –sobre todo Léa Seydoux– salieron a decir que trabajar con

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Kechiche había sido horrible, que las jornadas de rodaje eran interminables, que el director era insaciable y no del todo amable a la hora de dar indicaciones. “Durante el rodaje, tuve que empujar a Adèle por una puerta de vidrio y gritar ‘¡Ahora vete!’. Ella cerró la puerta y se cortó la mano; estaba sangrando mucho y llorando. Pero, después de eso, Kechiche dijo: ‘No, no terminamos. Vamos a hacerlo de nuevo’”, contó Seydoux en una entrevista. Ambas actrices sostuvieron que fue “horrible” trabajar con Kechiche, aunque la rubia fue la más dura a la hora de hablar del director de Juegos de amor esquivo. Como era de esperarse, Kechiche salió a defenderse y, en una extensísima carta publicada en el diario Rue89, criticó fuertemente

a Léa: “Después de haberme agradecido públicamente y en privado, y de haber llorado en mis brazos en Cannes por haberle dado un rol tan noble, ¿cómo explicar que ella haya hablado del rodaje como una pesadilla, y dado a entender que yo soy un sádico perverso manipulador que las obligó a rodar escenas de sexo completamente desnudas durante 10 días sin pausa?”. El director dijo que la actriz (nieta del millonario dueño de Pathé) es una chica arrogante y malcriada, y aclaró que los dichos de la hermosa rubia serán resueltos en los tribunales. Todo ese revuelo, sumado a otras duras críticas por parte de varios técnicos que trabajaron con Kechiche en el rodaje de esta película y a la prohibición de que esta se exhiba en los


cines de Idaho, contribuyó a convertir La vida de Adèle en un estreno muy esperado. Pero resulta que la película no necesita de toda esa (¿mala?) prensa para dar que hablar, porque el último largometraje de Abdellatif Kechiche es mucho más que sus escándalos, muchísimo más que sus escenas de sexo. Y el trabajo de sus dos actrices protagonistas es de lo mejor visto este año.

La conexión que las actrices demuestran en las escenas de sexo (explícitas y muy reales) es solo un apéndice de la química y la soltura que demuestran durante las tres horas que dura la película. La película, basada en la novela gráfica Le Bleu est une couleur chaude, de la francesa Julie Maroh, trata sobre Adèle, una adolescente de clase media. Ella está terminando el colegio, adora la literatura y quiere ser maestra. En los recreos, sus amigas la incitan a salir con un chico que le gusta pero que, luego ella se da cuenta, no la atrae del todo. Es que

Adèle no puede sacarse de la cabeza a una chica que se cruzó por la calle algunos días atrás. Ella –la chica– es Emma, alguien con quien Adèle vuelve a encontrarse. El director, entonces, se mete de lleno en la historia de amor entre ellas, en la forma en que se van descubriendo, y sobre todo en el proceso de iniciación de Adèle en el amor recíproco y en un sexo que claramente disfruta (en contraposición con lo que le sucedía con el muchacho antes mencionado). Las escenas de sexo entre las chicas son explícitas, muy reales. Y sí, es cierto que de a ratos parecen responder más a las ganas del director (no a su género sino a sus ganas) que al deseo de los personajes de Adèle y Emma. Eso resulta extraño, pero se supera porque ambas actrices consiguen apropiarse de ese deseo sexual y convertir esas escenas en algo que define a la pareja y que estructura su relación. Porque la conexión que ellas ahí demuestran es solo un apéndice de la química y la soltura que demuestran durante las tres horas que dura la película. Durante ese tiempo, vemos a estas chicas amar, sentir, sufrir, arder, llorar. Y es un placer verlas haciendo todo eso. Porque ni una sola de esas sensaciones deja de cobrar vida en cada milímetro de la actuación de ambas: aun en las escenas que no comparten, vemos que cada una carga con la otra adonde vaya.

Eso sucede sobre todo en el expresivísimo rostro de Exarchopoulos, quien logra que su Adèle demuestre que, a través de Emma, descubre no solo el amor, el sexo o la compañía, sino un verdadero universo sensorial y emocional que le explota en el cuerpo y en la mente. Porque esta es una película sobre el amor, sobre el primer amor, que nos deja a medias para siempre. Por eso las escenas de sexo son pertinentes y necesarias en el relato. Porque ese amor que nos pasa solo una vez convierte nuestra geografía corporal y, desde entonces, lo llevamos tatuado en el cuerpo. De allí venimos y hacia allá vamos, perpetuamente. Entonces, ese final con Adèle caminando de espaldas al muchacho que sale a buscarla, de espaldas también a su ex, a nosotros y al mundo, es la mejor escena de toda una película que intenta dejar en claro que el amor del primer amor nos respirará en la espalda para siempre. ■

La vida de Adèle Abdellatif Kechiche Estreno: 2 de enero 2013 / Francia / 180 minutos Distribution Company

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La tercera temporada de Sherlock

Sherlock vive Con demoras debido al trabajo de sus protagonistas en Hollywood durante el año pasado, se estrenan finalmente los tres nuevos capítulos de esta impecable adaptación a la vida moderna del clásico de Sir Arthur Conan Doyle. POR Martín Fernández Cruz

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a televisión inglesa marca tendencia. Es así. Y desde hace varios años (principalmente con la renovación de Dr. Who en 2005), las ficciones inglesas comenzaron a ganar un merecido lugar dentro del público. Entre la enorme catarata de ficciones británicas que lograron imponerse se encuentra Sherlock, que, con una nueva temporada recién estrenada, se ubicó fácilmente como uno de los regresos más esperados de 2014. Con solo nueve capítulos en total, esta versión moderna del mítico detective se convirtió en pocos años en uno de los fenómenos televisivos más importantes de la actualidad, que nadie debería dejar de ver.

Sherlock en tren El germen de la idea de Sherlock se dio casi por casualidad. Los creadores y principales guionistas del programa, Mark Gatiss y Steven Moffat, realizaban con frecuencia viajes en tren mientras se encontraban trabajando para Doctor Who. En esos tiempos muertos, ambos comenzaron a trabajar en cómo podría ser una nueva adaptación del clásico personaje de Conan Doyle. Coincidían en aspectos que consideraban clave, como el hecho de contextualizar al personaje en la Londres actual y de despegarse un poco del canon “intocable” del héroe. Con esa idea en mente, la propuesta de los creativos fue descontrac-

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turar al detective, con el fin de hacerlo más atractivo para el público actual. Ellos querían que Sherlock utilizara tecnología moderna y reflejar las ventajas que eso conlleva como herramienta para resolver sus casos. La dupla creativa, que convocó también al guionista Stephen Thompson, comenzó a armar el programa. La elección para el protagonista se dio rápidamente, ya que el gran Benedict Cumberbatch estaba en los planes de Moffat desde un principio. Pero para Watson la cosa fue mucho más complicada, hasta que apareció Martin Freeman, que demostró tener una química muy eficaz con Benedict. La producción armó un piloto de 60 minutos, pero la BBC decidió no transmitirlo, ya que consideraba que iba a ser un fracaso grosero. Sin la idea de cancelar el proyecto, los guionistas reelaboraron el piloto. Mucho más conforme, recién ahí la BBC anunció que el 25 de julio de 2010 se estrenaría la primera temporada de Sherlock, integrada por tres episodios de 90 minutos cada uno. Sherlock presenta al detective del título como un hombre excéntrico, odiado por varios policías, pero inevitablemente requerido por ellos debido a su impresionante capacidad de observación y deducción. Holmes es un “detective de consulta”: cuando la policía no logra resolver un crimen, lo llaman a él. Por otra parte se encuentra el doctor John Watson, que en esta serie es reinterpretado como

un veterano de la guerra de Afganistán. En su búsqueda de departamento, el médico conoce al detective y, a pesar de considerarlo irritante, termina trabajando con él, lo que le da nacimiento a la mítica dupla. En los episodios de la primera temporada, aparecerán otros personajes importantes: el inspector Lestrade, Molly Hopper, la señora Hudson y el gran Mycroft Holmes (interpretado por el propio Gatiss). Mención aparte merece Andrew Scott, que encarna a Moriarty, la némesis del detective. A lo largo de la primera temporada, la presencia de Moriarty sobrevuela la vida de Sherlock, hasta que en el tercer capítulo hace su gran aparición. Si hubiera que describirlo, podría decirse que el Moriarty de esta serie es una cruza entre Bin Laden y el Joker de Heath Ledger. El villano es una especie de caricatura perversa, capaz de asesinar a cualquiera por puro capricho. Sin lugar a dudas, esta versión de Moriarty es uno de los grandes descubrimientos de la serie, y la representación definitiva del personaje.

Consagración y futuro La segunda temporada, estrenada en 2012, también está compuesta por tres capítulos de 90 minutos cada uno, y terminó por asentar el estilo de la serie, manteniendo el altísimo nivel de calidad de la primera. También sirvió para incorporar a la galería de personajes


a otro ícono del universo de Sherlock: Irene Adler, aquí interpretada por Lara Pulver. Esta versión de Adler es una dominatrix que tiene en su celular fotos comprometedoras de una mujer importante del Reino Unido. Cuando conoce a Holmes, la química es inmediata y, en un excelente capítulo, ambos personajes terminan armando un complejo juego en el que constantemente se tienden todo tipo de trampas. Una vez terminada la segunda temporada, debido a los compromisos laborales de

Para los cinéfilos que rechazan categóricamente la idea de ver un episodio de cualquier cosa que salga en la televisión, Sherlock es la prueba más clara de que la caja chica está produciendo ficciones ambiciosas, que en algunos casos no necesitan de la pantalla grande para imponer su calidad. los protagonistas (Benedict participó de varios films, entre ellos, Star Trek 2; y Freeman vio su vida monopolizada por Peter Jackson cuando el neozelandés lo eligió para protagonizar la trilogía de El Hobbit), se hizo imposible continuar en 2013, por lo que el estreno de la tercera quedó postergado para el 1 de enero de 2014. Poco se sabía de la nueva temporada,

salvo que también estaría compuesta por tres capítulos. En una entrevista, Moffat y Gatiss dijeron que tres palabras clave podrían resumir el concepto de los nuevos episodios: rata, casamiento y arco, lo cual originó una catarata de especulaciones en Internet. Para los que aún no la vieron, es más, para los cinéfilos que rechazan categóricamente la idea de ver un episodio de cualquier cosa que salga en la televisión, Sherlock es la prueba más clara de que la caja chica está produciendo ficciones ambiciosas, que en algunos casos no necesitan de la pantalla grande para

imponer su calidad. En Argentina, la señal BBC Latinoamérica transmitirá los episodios, aunque aún no hay fecha confirmada. Las dos temporadas previas están disponibles en el catálogo local de Netflix, y no sería de extrañar que la BBC las retransmitiera en algún momento del año. ■

Sherlock Mark Gatiss, Steven Moffat Estados Unidos

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Abbas Kiarostami

Los colores primarios, de Alexander Theroux (La Bestia Equilátera)

Primer plano El flamante sello editorial Los Ríos lanza el primer título de su colección sobre cine: Abbas Kiarostami, un exhaustivo trabajo sobre la obra del realizador iraní. POR Eduardo D. Benítez

La publicación del libro Abbas Kiarostami señala y reafirma oportunamente la vigencia de un director que se ha venido interrogando durante décadas, a través de su filmografía, acerca de la ontología de la imagen cinematográfica. En esa obra tan rica como heterogénea hay una voluntad –única en la actualidad, casi baziniana– por captar esa ambigüedad de lo real de la que está impregnada toda imagen. Existe en la filmografía de Kiarostami, conformada tanto por películas educativas como por films no narrativos y metadiscursivos, videoinstalaciones y documentales, una mirada que prefiere construir su creencia en la imagen basándose en la interrogación y en la incertidumbre sobre lo real, y no en un mero recorrido de certezas acerca del mundo. Y ese corpus es abordado de una manera exhaustiva e inédita por el crítico norteamericano Jonathan Rosenbaum y por la crítica y cineasta iraní Mehrnaz Saeed-Vafa en el indispensable libro que publica Los Ríos bajo la curaduría editorial de Roger Alan Koza. El volumen en cuestión tiene la estimable característica de estar constituido por un amplio abanico de registros que le aporta fluidez y complejidad a la lectura. Dos ensayos abren el libro y ofrecen diferentes perspectivas sobre el autor de El sabor de la cereza. Por un lado, Rosenbaum sitúa a los primeros trabajos de Kiarostami

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en la genealogía de un tipo de cine pedagógico –deudor de una película seminal, el cortometraje sobre un leprosario dirigido por Forugh Farrokhzad y titulado La casa está oscura, de 1962–, al que le adjudica el hecho de “poner de moda en Irán las películas sobre niños”. A partir del estudio de esa parte más desconocida de su obra, se recorren distintos estadios estilísticos, desde la Trilogía de Koker (iniciada con ¿Dónde está la casa del amigo?) hasta A través de los olivos y ABC África. El estudio de Mehrnaz Saeed-Vafa es ilustrativo en su abundante información sobre el contexto socioeconómico y cultural en que fueron producidas sus películas. Es interesante también la manera en que Saeed-Vafa pone en perspectiva a la poesía iraní contemporánea como una de las principales fuentes de inspiración del cine de Kiarostami. El libro se completa con entrevistas al realizador y entre los autores, conversaciones telefónicas y un completo apéndice con las fichas técnicas de todas sus películas. Es destacable uno de los textos de Rosenbaum que cierran el libro: “Viendo películas de Kiarostami en casa”. En él se plantean varios temas problemáticos afines a la actualidad del cine en general: la tensión entre regionalismo y globalización, la modificación de la situación espectatorial en el contexto de los nuevos formatos digitales y la recepción hogareña por las vías del DVD. El libro Abbas Kiarostami amplía y complejiza la obra de uno de los cineastas más vitales de la producción cinematográfica actual. ■

En cierta exploración de la literatura no narrativa, el opúsculo Los colores primarios se erige como un procesador textual, como una máquina de desjerarquización de los saberes del mundo, un prisma sensorial que deviene flujo. Diversas citas literarias, remisiones a la cultura pop, saberes geográficos, biológicos, antropológicos y sociohistóricos se suman como infinitas capas de sentido. En esas vías, el escritor americano Alexander Theroux nos invita a trazar un viaje en el que el color azul, el amarillo y el rojo se emplazan construyendo un singular juego de sintaxis. Es así como el azul “es el color del espacio, de la fuerza y del poder; de los caudalosos ríos de Norteamérica: el Flathead, el St. Francis, el poderoso Housatonic (…) Representa la tradición, el contento, la intemporalidad, la consumación, la plenitud y los perdurables valores inmemoriales”. Por su parte, el amarillo “carga con una connotación de untuosidad. Es el color de la pegajosa solicitud, de la obsequisidad rastrera, de la astuta adulación. Los eunucos, famosos por su servilismo de lavadores de manos –y que tienen la reputación histórica de amar el color amarillo– son extremadamente untuosos”. Al rojo le toca ser “el más audaz de todos los colores (…) Mahoma juró por ‘lo rojo del cielo en el crepúsculo’. Simboliza el día para los indios americanos, el este para los chippewa, la dirección oeste en el Tibet y Marte como regente de Aires y Escorpio en el zodíaco antiguo”. Como un catálogo pasional sobre los colores primarios y como la conmoción de un lenguaje en estado de gracia en su detallada nominación del mundo, el libro de Alexander Theroux es uno de los más originales que ha dado la literatura norteamericana. E. D. B.

Otros recomendados Una historia sencilla Leila Guerriero (Anagrama)

Gente que baila Norberto Soares (Fondo de Cultura Económica)

Contarlo todo Jeremías Gamboa (Mondadori)


Arcade Fire Reflektor Merge/Universal Un disco es varias cosas a la vez y contiene diversas narrativas: por un lado, el lugar que ocupa dentro de la obra de la banda; por el otro, el que ocupa dentro de la narrativa individual de cada uno en el momento en que se pone en contacto con el disco; y, por último, el lugar que ocupa en la narrativa de aquello que lo rodea: competidores, los otros discos del año, el estado de la música en general. Un disco, en estos muchos niveles, puede ser leído de formas contradictorias. Todo esto surge a raíz del último disco de Arcade Fire, quizás la última banda indie que encara cada una de sus producciones con la intención de decir algo, y que a la vez busca que funcione dentro de su obra, que sea renovador en el panorama que lo rodea y que afecte profundamente la vida de sus fans. El año que pasó estuvo repleto de discos importantes que buscaban rescatar la obra musical como una obra artística y el formato disco como un evento (Daft Punk, Bowie, My Bloody Valentine, The Knife), y Arcade Fire llegó a fin de año con las mismas intenciones y con un disco que prometía ser su Remain in

Light (Talking Heads), o algo semejante. Producido por James Murphy, con influencias del disco y el new wave de Nueva York de fines de los setenta, parece un disco hecho especialmente para que me guste. Al mismo tiempo, busca ser un quiebre en la obra de la banda, ya que incorpora la noche a su repertorio de estados de ánimo. Y, al final, pasa lo mismo que con todos los discos de Arcade Fire: después de un primer tema muy bueno (el que da título al disco), se disuelve en un conjunto de composiciones dramáticas e indistintas que, para la altura del séptimo u octavo tema (encima es un disco doble), ya no te dicen nada. No sé, no recuerdo ningún tema. Y eso que lo escuché repetidas veces, con fervor, tratando de que me gustara, porque siempre me dio un poco de culpa que no me guste Arcade Fire, la Gran Banda de los Dos Mil, los Tipos Importantes. Pero no, no hay caso. Por ahí hay un tema sobre Juana de Arco. Es todo lo que recuerdo. Es una pena, porque todas las marcas que referencian están bien, y no puedo evitar tenerle aprecio a una banda que aún pretende ser importante. Pero justamente esa seriedad me resulta alienígena, ajena. Arcade Fire es una banda demasiado preocupada por quedar en la Historia. Quizás, en el fondo, lo que realmente le falta es alegría. Amadeo Gandolfo

M.I.A. Matangi Interscope Records El campo cultural en el que pululan la crítica especializada y los especializados en general suele ser bastante injusto. Así como la consagración de un artista genera endorfinas, también lo hace su tajante repudio, y entonces alguien que supo gozar de un consenso favorable como M.I.A es, de la noche a la mañana, condenada al cadalso de las mentiras tras un disco flojo y ciertas actitudes contradictorias (aunque, en su caso, hablar de contradicción es no entender nada). Pero, a pesar del flamante consenso negativo sobre su figura, la srilankesa volvió, y lo hizo con un disco fascinan-

te. Matangi actualiza su marca registrada, es decir, su hibridaje desenfrenado de hip hop, dub, bhangra, trasheo electrónico, música árabe y tantas etiquetas más de las que emergen momentos extraordinarios como, por ejemplo, “Double Bubble Trouble”, una canción inclasificable con letra á la “Paper Planes” en la que convergen Shampoo, algo de reggae, una alienante batucada bhangrista y cambios de ritmo que van contra todas las leyes del buen gusto. Una de las más grandes artistas del siglo veintiuno está de regreso, y desde esta humilde columna lo celebramos. Juan Pablo Álvarez

La Hermana Menor Todas las películas son de terror Independiente A esta altura del partido, decir que La Hermana Menor es una de las mejores bandas hispanoparlantes del mundo es una obviedad. Decir que el Tussi DeMatteis es un letrista que te deja mudo, conmovido hasta la médula, que genera frases que quedan tatuadas en el corazón durante mucho tiempo, también es un lugar común. Pero es todo cierto, y no deja de serlo, por más discos que saquen. Después de esa obra maestra que fue Canarios, ahora vuelven con un disco que extiende su sonido (como si antes hubiesen sido una banda limitada) e incorpora cosas que suenan entre candombe y psicodelia (“Momo contra Satán”), canciones sensibles que continúan

la línea de Canarios (“Doble cabina”, “Carlos María Isabel”) y un tema de cierre que es lo más desgarrador que han hecho desde “Escala en Ezeiza”. De cualquier modo, intentar hablar de La Hermana Menor en términos de referencias, sonidos a los que remiten y estilos es un poco fútil: La Hermana Menor es una banda inmensa porque solamente suena a La Hermana Menor, porque creen en el evangelio de la canción, porque demuestran que aún se pueden hacer temas en castellano populares e intelectuales, conmovedores y admirables. En este disco de duración justa, bellamente producido, impecable y sonoro vuelven a demostrarlo. A. G.

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Muchos premios en pocas manos Entregados por la Academia de Cine de la Argentina, los Premios Sur coronaron a Wakolda como la gran ganadora de la noche al entregarle diez estatuillas que incluyeron las categorías de Mejor Película, Mejor Director y Mejor Actor Protagónico. Al film de Lucía Puenzo le siguieron Metegol, con cuatro galardones, y Corazón de león, con dos, en una entrega que se caracterizó por concentrar su premiación en muy pocas películas. Tesis sobre un homicidio no ganó en ninguna de las 10 categorías en las que estuvo nominada.

Encanto europeo en Buenos Aires Presentada por el INCAA, la quinta edición de la Semana de Cine Europeo en Buenos Aires se llevó a cabo en el Gaumont entre el 3 y el 10 de diciembre. Thierry Frémaux, el director del Festival de Cannes, fue una de las presencias destacadas del evento junto con Abdellatif Kechiche, director de La vida de Adèle (una de las películas que formaron parte de la programación), y tres de las intérpretes de esta ganadora de la Palma de Oro en Cannes: Adèle Exarchopoulos, Jérémie Laheurte y Mona Walravens. En la muestra también pudieron verse, a sala llena, Miele, de Valeria Golino; Borgman, de Alex an Warmerdam; La grande belleza, de Paolo Sorrentino; y Jeune & Jolie, de François Ozon.

De bañistas y cientistas Apadrinada por Haciendo Cine, la sección Primer Corte volvió a brillar en la quinta edición de Ventana Sur, el encuentro de negocios de cine latinoamericano que se realiza en Buenos Aires, organizado por el INCAA y el Marché du Film del Festival de Cannes. Películas en etapa de montaje compitieron por distintos servicios de posproducción y de posterior comercialización y mercadeo. Las que finalmente fueron premiadas por los tres jurados fueron Ciencias naturales, de Matías Lucchesi (Argentina) y, en dos oportunidades, Los bañistas, de Max Zunino (México).

Nuevo impulso al cine iberoamericano La última edición de Ventana Sur fue también testigo de uno de los anuncios más importantes del último tiempo en lo que respecta al cine de la región: la presentación de los nuevos Premios Platino del Cine Iberoamericano, cuya primera edición tendrá lugar en Panamá el 5 de abril de 2014. El proyecto reúne a los 22 países que conforman Iberoamérica y, a base de suculentos premios y jurados destacados, promete convertirse en una cita ineludible para la región. Los premios se celebrarán dos días antes del comienzo del MEETS (nuevo mercado creado por la Panama Film Comission), que también fue presentado en Ventana Sur.

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