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INTRODUCCIÓN
Alan Farstrup(1)
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Tercer Congreso Latinoamericano de Lectoescritura
La alfabetización es el primer paso en la conquista del derecho a educarse y a participar en la construcción democrática. Brindar a un individuo, o a un grupo social, acceso a la lectura y a la escritura es dotarlo de medios de expresión política y de instrumentos de base necesarios para su participación en las decisiones que conciernen a su existencia y a su futuro.
Partir de este pensamiento implica posicionarnos en la idea de la alfabetización como un derecho; y en la insoslayable responsabilidad que tenemos los educadores y las educadoras en promover situaciones de enseñanza que permitan a los niños y las niñas apropiarse de los saberes vinculados a la lectura y escritura, dentro del Primer Ciclo de la escuela primaria.
La Educación como derecho social, desde el principio de inclusión educativa, junto a los aspectos centrales de la política educativa provincial, se traduce en la Ley Orgánica Provincial de Educación de Río Negro Nº 4819/12, en concomitancia con la Ley Nacional de Educación 26.206/06. Esta última, en su capítulo 2, señala la centralidad de la lectura y escritura como condiciones básicas para la educación a lo largo de toda la vida, la construcción de una ciudadanía responsable y la libre circulación del conocimiento.
El 20 de marzo de 2020, a través del DNU 297/2020, se estableció -a partir de
la declaración de la pandemia por COVID-19 declarada por la OMS- el aislamiento social, preventivo y obligatorio. Dicho pronunciamiento obligó a replanteos otrora inusitados en el ámbito escolar. En este sentido, hacer de la crisis una oportunidad se constituyó en la posibilidad de instalar el vínculo educativo y la continuidad pedagógica, aún en contexto de adversidad.
El distanciamiento social, preventivo y obligatorio nos enfrenta con un desafío que jamás imaginamos: alfabetizar a distancia. También nos presenta la oportunidad para imaginar otras formas de enseñar que requieren de nuestros conocimientos disciplinares y didácticos, sumados a una cuota de creatividad, audacia y empatía con las familias de nuestros y nuestras estudiantes. Puede convertirse, también, en una oportunidad de reencuentro de los niños y las niñas, con sus familias y de una posibilidad concreta de articulación de éstas con las escuelas.
El Ministerio de Educación y Derechos Humanos escuchó las voces de los y las educadores/as. Para acompañar la tarea que llevan adelante, elaboró el presente documento que permitirá reflexionar sobre su propia práctica, recuperar experiencias pedagógicas, innovar y recrear nuevos horizontes para que los y las estudiantes accedan, aun en tiempos de aislamiento social, el derecho de aprender a leer y escribir.