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Qué pasaba en el país y en el mundo en la segunda mitad del siglo XIX? Efectos de la Revolución Industrial, modelo agroexportador y Estado nacional

Por otro lado, se sugiere volver a la línea de tiempo para señalar las décadas de 1850 y 1860 como el período estimado en el que sucede lo narrado por Hudson, es decir, más de 150 años atrás.

Recordando la intención de la actividad, los estudiantes podrían narrar en un relato descriptivo cómo se imaginan que era la vida en la Patagonia y en Río Negro en la época en que se desarrollan los acontecimientos del cuento y con ayuda de la cartografía trabajar la localización absoluta y relativa de los lugares mencionados, en contexto con otras localidades y zonas de la provincia. Posteriormente podrán señalar las principales diferencias y similitudes con respecto a lo que conocen sobre la vida cotidiana actual en la región.

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Finalizada la actividad, se explica a los estudiantes que más tarde se volverá a abordar la región patagónica y que observarán importantes cambios en el panorama presentado por Hudson. Se aclara que para comprender mejor estos cambios acontecidos en la región, primeramente es necesario realizar una contextualización nacional e internacional.

¿Qué pasaba en el país y en el mundo en la segunda mitad del siglo XIX? Efectos de la Revolución Industrial, modelo agroexportador y Estado nacional

Entonces, ¿qué sucedía en Europa y en Argentina mientras en la Patagonia y en Río Negro la vida transcurría como la describió Hudson?

Los/as docentes tienen que explicar que hacia fines del siglo XVIII se acelera en Inglaterra la Revolución Industrial. En un mapa planisferio localizar Inglaterra y en la línea de tiempo ubicar este período. Hacer lo mismo con la “Segunda Revolución Industrial”, que en el siglo XIX protagonizaron los Estados Unidos, Francia y Alemania, entre otras naciones.

Si no se había incorporado anteriormente, se sugiere agregar al glosario una

definición aproximada de “Revolución Industrial” y “Segunda Revolución Industrial”. Si ya se había incluido, puede revisarse y enriquecerse, al igual que los conceptos de “manufactura” y “materia prima” registrados al inicio.

También es pertinente explicar que la industrialización de las naciones mencionadas

anteriormente promovió cambios económicos, políticos, sociales y culturales,

tanto en estos países como en aquellos a los que consideraban “periféricos” (por ejemplo los latinoamericanos). Esto se debe a que los países que experimentaban revoluciones industriales debían salir a buscar mercados en el mundo para vender sus manufacturas y en esa búsqueda promovían –en regiones como América

Latina- la conformación de gobiernos que facilitaran su actividad comercial: unas veces

intentaban destituir algunos, otras empoderarlos; en ocasiones promovían la fragmentación de determinados territorios, mientras que en otros casos se propiciaba su unificación en dimensiones mayores.

En este sentido, la configuración territorial inicial de América Latina tuvo mucho que ver con la acción de las naciones poderosas de Europa y sus consecuencias. En el caso de Argentina, la conformación y consolidación de un Estado de alcance nacional fue un proceso que respondió a la necesidad del capitalismo internacional de contar con un único interlocutor soberano sobre el territorio argentino (y no tener que negociar con cada provincia).

Los países industrializados motorizaron la consolidación de Estados nacionales (como el argentino) y promovieron la configuración de sus economías en un sentido primario-exportador, haciendo llegar inversiones y créditos. Las primeras se canalizaron hacia el sistema ferroportuario, ya que las vías de comunicación y transporte facilitan el tránsito de los productos agrarios desde el campo hasta los puertos de Buenos Aires, Rosario y Bahía Blanca y, en sentido inverso, la invasión de manufacturas extranjeras desde los puertos hacia todo el territorio (ahora nacional). Los segundos, en cambio, se orientaron a la consolidación del aparato represivo aseguró la nueva organización. del Estado (Ejército nacional) que

Se observa el mapa del sistema ferroviario 5 del siglo XX

que hace evidente esta lógica y da la pauta de la magnitud de los cambios espaciales producidos con el modelo agroexportador. La observación de fotografías de estaciones de ferrocarril, permite comprender no sólo la dimensión de la obra promovida por los capitales ingleses -siempre en respuesta a sus intereses económicos- sino

también su autoría intelectual, evidenciada en la arquitectura.

Paralelamente, es posible avanzar en la elaboración colectiva de definiciones provisorias de los conceptos que van apareciendo en la explicación y que se incorporan al glosario y a la red conceptual presentada al comienzo (por ejemplo “sistema ferroportuario”, “inversiones” y “capital extranjero”, entre otros). Es útil leer posteriormente la red conceptual en forma colectiva y en voz alta, socializando dudas y desarrollando explicaciones complementarias.

A continuación se presenta la lectura de diferentes fragmentos de bibliografía especializada con la intención de reconocer algunos de los aspectos principales de los procesos históricos que se

desarrollaron en el plano internacional y nacional, entre fines del siglo XVIII

comienzos del XIX (cuando se expande la Revolución Industrial desde Inglaterra hacia otros países del hemisferio Norte) hasta las primeras décadas del siglo XX (cuando entra en crisis el modelo agroexportador). Algunos de estos son: la expansión de la Revolución Industrial, la aceleración del desarrollo del modelo agroexportador, el establecimiento de la División Internacional del Trabajo y la consolidación del Estado nacional.

5 También se puede consultar con el programa 2Mp de CONAE, el archivo vectorial SIG 250 red ferroviario argentina superpuesto al PAT Condiciones ambientales en la Argentina.

Estas lecturas permiten

incorporar nuevos conceptos acercarse nuevamente al espacio patagónico. como el de “oligarquía”, además de

Fragmento Nº 1: Pfeiffer, A. y Cerra, A. (2005, pp. 45-47).

“Al comenzar el siglo XIX, la Revolución Industrial se extendió desde Gran Bretaña hacia otras regiones del mundo. Si bien en un primer momento el mercado interno británico alcanzaba a consumir los bienes manufacturados elaborados con maquinaria moderna, el aumento en la capacidad de producción de las fábricas empujó a los ingleses a la búsqueda de nuevos mercados. Y también de materias primas que no se pueden producir en las islas británicas, como el algodón, que se transformó en el principal insumo de la nueva industria textil mecánica.

En este contexto, los europeos incorporaron a los habitantes de vastas zonas de América y Asia como consumidores de sus manufacturas. (…) Los países industrializados, que tenían una población en constante crecimiento, (…) déficit alimentario, provocado por la disminución de su producción agraria, y la creciente necesidad de otras materias primas para satisfacer su expansión industrial (…), fueron compensados por importaciones de otras regiones (…) exportadoras de productos primarios.

(…) La ampliación en el comercio mundial sólo fue posible gracias a una serie de innovaciones en el transporte y las comunicaciones que alcanzaron su madurez en la segunda mitad del siglo XIX. Entre las más notables se encuentran la navegación a vapor, el ferrocarril y el telégrafo.

(…) La expansión del ferrocarril (…) en los países exportadores de bienes primarios permitió al integración económica territorial, vinculando el interior con los puertos. Se extendió la frontera agropecuaria y fueron accesibles yacimientos minerales que antes eran poco rentables por el costo del transporte. (…)Estas construcciones [de ferrocarriles] fueron financiadas y dirigidas por empresas inglesas –como en el caso de India y la Argentina- o francesas –muy importantes en el sistema ferroviario ruso-”.

Fragmento Nº 2: Cerra, Á. (2005, pp. 68-69)

“La conformación del sistema centro-periferia en la segunda mitad del siglo XIX proporcionó ciertas características a Latinoamérica como integrante de la economía mundial. Estos rasgos pueden agruparse bajo la denominación de modelo primario exportador, abarcando no sólo las regularidades económicas y productivas de los países de la región, sino también las sociales y políticas.

Una primera característica en común es la articulación de las actividades económicas en torno de la exportación de bienes primarios. En algunos casos, se trata de un solo producto (…). En otros países las exportaciones abarcan distintos bienes, como en el caso de Argentina, que combina varios cereales, carne y lana. (…) Obsérvese que el a concentración de las exportaciones en un solo producto es la norma, lo que aumenta el grado de la vulnerabilidad de las economías periféricas.

(…) En cada país, un grupo muy reducido de la población concentraba la mayor parte de la riqueza. Son las elites que controlan la mayor parte de los medios de producción –especialmente la tierra- (…). Estas elites se encuentran a gran distancia social del resto de la población y deben la mayor porción de su riqueza a dos elementos: por un lado, a su relación privilegiada con el capital extranjero y, por otro, al control que imponen sobre los nuevos Estados nacionales en América latina.

(…) En relación con el capital extranjero, éste cumplía un rol fundamental en

la articulación de las actividades económicas en la región, así como ayudaba a consolidar un tipo de Estado –dependiente, sojuzgado- a través de préstamos a los nuevos gobiernos. Los préstamos a las autoridades, les brindaron la posibilidad de montar fuerzas represivas nacionales para ejercer el monopolio legal de la coacción.

En cuanto a las inversiones en la esfera estrictamente productiva, los capitalistas extranjeros prefirieron vincularse con la construcción de la infraestructura básica de transporte y comercialización, dejando por lo general a las elites locales el control de la tierra como principal medio de producción”.

Fragmento Nº 3: Pigna, F. (2007, pp. 319-320).

“La llamada “Conquista del Desierto” sirvió para que entre 1876 y 1903, es decir, en 27 años, el Estado regalase o vendiese por moneditas 41.787.023 hectáreas a 1.843 terratenientes vinculados estrechamente por lazos económicos y/o familiares a los diferentes gobiernos que se sucedieron en aquel período.

Sesenta y siete propietarios pasaron a ser dueños de 6.062.000 hectáreas. Entre ellos se destacaban 24 familias “patricias” (…). Estas tierras fiscales que, según se había establecido en la Ley de Inmigración, debían ser destinadas al establecimiento de colonos y pequeños propietarios llegados de Europa, fueron distribuidas entre una minoría de familias vinculadas al poder que pagaron sumas irrisorias.

Algunos ya eran grandes terratenientes, otros comenzaron a serlo e inauguraron su carrera de ricos y famosos.

Algunos de ellos se dedicarán a la explotación ovina poblando el desierto con ovejas; otros dejarán centenares de miles de hectáreas sin explotar y sin poblar, especulando con la suba del precio de la tierra. Aún hoy el territorio de Santa Cruz tiene un porcentaje de medio habitante por kilómetro cuadrado. (…) Desde luego, los que pusieron el cuerpo, los soldados, no obtuvieron nada del reparto. (…) Recibieron a modo de limosna (…).

Se invita a los estudiantes a que vinculen los fragmentos leídos con alguno/s de los siguientes conceptos: Revolución Industrial, modelo agroexportador, División Internacional del Trabajo y Estado nacional; justificando oralmente la parte de cada texto que se refiere a estas categorías y registrando la información socializada.

La relectura de los Fragmentos Nº 1 y 2 permite plantear interrogantes como: ¿qué relación se observa entre las revoluciones industriales en los países “centrales” y el establecimiento de economías primario exportadoras en la “periferia”? ¿Qué dinamizó el proceso de División Internacional del Trabajo?

Al incluir en las respuestas conceptos como

“capital extranjero”, “inversión” y “sistema ferroportuario”, entre otros, se presenta la oportunidad de incorporar sus definiciones en el glosario, junto con la de conceptos como “países centrales” (o “Centro”) y “países periféricos” (o “Periferia”).

En forma conjunta y en base a la lectura del Fragmento Nº 2 se intenta explicar la relación planteada por el autor entre la consolidación del Estado nacional y la expansión del capitalismo internacional en América Latina y Argentina. Al respecto, se recuerda lo mencionado en la explicación introductoria, sobre cómo los países que experimentaban revoluciones industriales (países “centrales”) debían salir luego a buscar mercados en el mundo para vender sus manufacturas y en esa búsqueda promovían –en regiones “periféricas” como América Latina- el empoderamiento de ciertos gobiernos y la destrucción de otros, así como también la unificación o la fragmentación territorial de acuerdo a sus intereses. Posteriormente, se plantea como interrogante: ¿qué características reúne la elite social en países como Argentina y cuáles son las bases de su poder?

Surgen en el análisis dos recursos complementarios, que muestran el peso de las inversiones inglesas en Argentina en un momento avanzado del desarrollo del modelo agroexportador y su orientación prioritaria hacia ferrocarriles y empréstitos para fortalecimiento (represivo) del Estado. A

partir de la lectura del texto y de la observación de los recursos, se

destaca el papel del capital extranjero en materia de préstamos a los nuevos gobiernos de países periféricos, como así también de inversiones orientadas a la esfera productiva. Se recupera la idea expresada en el título de esta actividad y en la explicación introductoria, que propone que ambos procesos fueron simultáneos y respondieron en gran medida a impulsos externos, más precisamente a las necesidades de las economías industrializadas.

Fuente: Cerra, A. (2005, p. 71)

Fuente: Cerra, A. (2005, p. 80)

El fortalecimiento del aparato represivo del Estado en el período 1863-1880, fundamentalmente a partir de empréstitos ingleses, se hace evidente en el siguiente gráfico publicado por Oszlak (2004), que muestra que en dicho período la mayor parte del presupuesto ejecutado por el gobierno nacional se orientó al Ejército (“Guerra y Marina”) y otro tanto al pago de la deuda pública; medida vinculada con el gasto militar. esta última en gran

Fuente: Oszlak, O. (2004, pp. 112-113).

La lectura del Fragmento Nº 3 permite reflexionar acerca de cómo el sector social al que hace referencia (también llamado “oligarquía”) utilizó su control sobre los gobiernos nacionales de la época para beneficiarse con la “Conquista del Desierto”, tal como la denominaron sus perpetradores. En esta instancia, se sugiere elaborar colectivamente una definición entendió de la lectura y de la reflexión, para sumarla al glosario. de “oligarquía” a partir de lo que se

Recuperar la línea de tiempo e incorporar el proceso de consolidación y hegemonía de la

oligarquía “nacional” 6 ,

invita a reconocer simultaneidades y sucesiones, como así también alteraciones significativas en el ritmo del cambio histórico:

Se observa que la aceleración en el desarrollo de las economías primario-exportadoras en América Latina (y del modelo agroexportador en Argentina) es posterior a las revoluciones industriales en los países “centrales”. ¿Cómo se puede explicar esta relación de sucesión? Se

6 Se explica brevemente que en la década de 1860 comenzó a conformarse

en Argentina una oligarquía de alcance nacional, a partir de alianzas supra-provinciales que casi clausuraron el período precedente de guerras y conflictos civiles fogoneados por el faccionalismo oligárquico (no obstante subsistieron sublevaciones de caudillos provinciales, ampliamente apoyados los sectores populares). Además, se menciona que la hegemonía o dominio oligárquico de la vida política y el ámbito sociocultural se consolidó en 1880 y se extendió sin grandes crisis ni fracturas determinantes hasta por lo menos la década de 1930. Cf. Ansaldi, W., Pucciarelli, A. y Villarruel, J. C. (Editores) (1995), pp. 23-69.

recupera lo descripto en el Fragmento Nº 1 sobre el establecimiento de la División Internacional del Trabajo. Se evidencia que el desarrollo del modelo agroexportador en Argentina se acelera en simultáneo con el inicio de un proceso de consolidación del Estado nacional, es decir, a partir de la década de 1860. ¿Cómo se puede argumentar esta simultaneidad? Para ello, se relee el Fragmento Nº 2 prestando atención a las regularidades económicas, productivas, sociales y políticas de los modelos primarios exportadores que se desarrollaron en Latinoamérica, en el marco del sistema centro-periferia de la segunda mitad del siglo XIX.

A lo largo de esta actividad y en reiteradas ocasiones se habla de “aceleración”. Es necesario explicar la noción de “ritmo” en el cambio histórico y recuperar algunos de los ejemplos que se

mencionaron hasta este momento.

Se reconoce

que el proceso de conformación de la oligarquía como elite social de alcance nacional es simultáneo al de la consolidación del Estado nacional. Los interrogantes que surgen son: ¿Cómo podría interpretarse esta simultaneidad? y ¿Qué relación puede tener con el desarrollo del modelo agroexportador como respuesta a las necesidades de las economías industrializadas de los países “centrales”? Se leen colectivamente los siguientes extractos de la obra de Oszlak (2004), para interpretar esta simultaneidad y establecer relaciones con la expansión del modelo agroexportador y del mercado capitalista internacional.

“A pesar de la intensa actividad despertada por las transformaciones en la economía mundial, las posibilidades de articulación de los factores productivos se vieron prontamente limitadas por diversos obstáculos: la dispersión y el aislamiento de los mercados regionales, la escasez de población, la precariedad de los medios de comunicación y transporte, la anarquía en los medios de pago (…), las dificultades para expandir la frontera territorial incorporando nuevas tierras a la actividad productiva. Pero, sobre todo, por la ausencia de garantías sobre la propiedad, la estabilidad de la actividad productiva y hasta la propia vida –derivadas de la continuidad de la guerra civil y las incursiones indígenas- que oponían escollos prácticamente insalvables a la iniciativa privada.

(…) Encontrar la mejor forma de organización social –diría Fragueiro 7 -

constituye el problema de fondo; solucionado éste, «la carrera del progreso» se efectuará «al paso del vapor y de la electricidad».

(…)Entonces, el «orden» excluía a todos aquellos elementos que podían obstruir el progreso, (…) fueran éstos indios o montoneras.

7 Mariano Fragueiro (1795-1872) fue un comerciante, financista y político argentino. Se destacan relacionadas con la economía política argentina, cuestiones monetarias y de finanzas públicas. sus obras

(…) El «orden» también tenía proyecciones externas. Su instauración permitiría obtener la confianza del extranjero en la estabilidad del país y sus instituciones. Con ello se atraerían capitales e inmigrantes dos factores de la producción sin cuyo concurso toda perspectiva de progreso resultaba virtualmente nula.

(…) Además de producir una profunda transformación de la sociedad, la instauración de un «orden» significaba dar vida real a un Estado nacional cuya existencia, hasta entonces, no se evidenciaba mucho más allá de la formalidad de un precepto constitucional.

(…) El triunfo de Pavón creaba una situación sin precedentes en la historia institucional del país. (…). Desde un Estado que se erigía como forma dominante de integración social y política, (…) una alianza de sectores sociales con aspiraciones hegemónicas pretendía resolver definitivamente un pleito de medio siglo asumiendo por la fuerza el control político del país.

(…) El centro de la escena fue ocupado por una coalición de fracciones de una burguesía en formación, implantada fundamentalmente en las actividades mercantiles y agroexportadoras que conformaban la todavía rústica aunque pujante economía bonaerense, a las que se vinculaban 1) por origen social, un nutrido y heterogéneo grupo de intelectuales y guerreros que por su control del aparato institucional –burocrático y militar- de la provincia porteña, constituía una auténtica clase; y 2) por lazos comerciales, diversas fracciones burguesas del Litoral fluvial y el interior, cuyos intereses resultaban crecientemente promovidos a través de esta asociación.

(…) De allí que el liderazgo inicial de Buenos Aires pronto se diluiría en un complejo proceso de recomposición de la coalición dominante (…) y (…) ensanchamiento de sus bases sociales a través de la gradual incorporación de las burguesías regionales. Transcurrirían todavía dieciocho años hasta que se consolidara un «pacto de dominación» relativamente estable. A lo largo de este período, también se irían consolidando los atributos materiales del Estado, es decir, un sistema institucional con alcances nacionales”.

Fuente: Oszlak (2004, pp. 58-97)

Se agrega al glosario “factores de producción” y una noción elemental de concepto de “hegemonía”. lo que implica el

En instancia de plenario se pregunta qué se entendió de la lectura y se aclara que el autor postula que el proceso de conformación de la oligarquía como elite social de alcance nacional se basó en una alianza de fracciones burguesas de distintas provincias, liderada inicialmente por el sector agroexportador y mercantil bonaerense. Este proceso fue paralelo a la consolidación del Estado y le sirvió como sustento (con la reducción sensible de las luchas facciosas) al tiempo que el Estado se convirtió en un espacio que fue progresivamente ocupado por este sector social, que lo utilizó para

beneficiar sus propios intereses de clase, para establecer acuerdos y negociaciones y dirimir conflictos y diferencias intra-oligárquicas.

El proceso de conformación de la oligarquía como grupo social de dimensión nacional alcanzó cierta estabilidad cuando se ensancharon sus bases sociales -dando mayor participación en la alianza a las burguesías regionales a costa de la bonaerense-, lo que facilitó también el afianzamiento de su hegemonía en el territorio nacional, con apoyo del aparato estatal.

Oszlak menciona que la consolidación de un “pacto de dominación” requirió un período de dieciocho años. Ubicamos este período entre dos hitos: 1862 y 1880. El primero, que marca el inicio del proceso de conformación del Estado moderno argentino; y el segundo, que implica la cristalización de determinados atributos de estatidad (la definitiva federalización de Buenos Aires, la delimitación de fronteras nacionales, entre otros). Esta reseña sirve para identificar la noción de “hito” como mojón cualitativo en el tiempo histórico.

Se evidencia también que el afianzamiento del Estado nacional era requisito para la inserción de la economía (ahora “nacional”) en el mercado capitalista mundial. Esta inserción daría respuesta a las necesidades de las economías industrializadas, mediante la configuración primario-exportadora de la producción local. Y este modelo agroexportador en Argentina beneficiaría especialmente a la oligarquía local, ya que los terratenientes obtenían divisas por sus exportaciones y abonaban los costos en moneda local, mientras que la fracción comerciante gestionaba las exportaciones e importaciones. Estos beneficios para la oligarquía sirvieron también como reaseguro del proceso de consolidación del Estado, ya que el afianzamiento de este se volvió requisito para asegurar un orden interno que permitiera el desarrollo de un modelo agroexportador muy redituable para la oligarquía, que en virtud de estos beneficios aceptó y apoyó al nuevo Estado.

Estos beneficios se expresan en el siguiente cuadro, que da cuenta de la evolución de las exportaciones agrarias argentinas: en un comienzo con predominio de sebo y cueros y finalmente con el de cereales, lana y carne congelada.

Fuente: Cerra, A. (2005, p. 78)

Esta oligarquía promovió la realización de la “Conquista del Desierto”, utilizando la estructura del Estado nacional (especialmente al Ejército), significándole importantes beneficios al asegurar la protección de sus estancias con la erradicación de los malones y al apropiarse de grandes extensiones de tierra en la Pampa y la Patagonia. No obstante, desde el gobierno nacional se justificó la empresa argumentando que aseguraría los límites y fronteras definitivas del país, teniendo en cuenta sobre todo la posible expansión de Chile.

La “Conquista del Desierto” evidencia la consolidación del poder represivo del Estado (expresado en el genocidio cometido), su utilización por parte de la oligarquía para beneficiar sus intereses de clase y un discurso legitimador que no sólo se basa en el establecimiento y defensa de las fronteras nacionales, sino también en las posibilidades de “progreso” que ofrecería la incorporación de la Pampa y la Patagonia a la economía primaria exportadora nacional. Sin embargo, en la práctica gran parte de estas extensiones fue utilizada por la oligarquía y sociedades capitalistas extranjeras para la especulación inmobiliaria, en desmedro de cualquier iniciativa productiva, más allá de algunas explotaciones extensivas de ganado ovino. De igual modo, fue escaso el desarrollo de procesos colonizadores: en cambio, en reiteradas ocasiones la oligarquía y las sociedades capitalistas extranjeras desalentaron la colonización, para favorecer la concentración de tierras y la especulación.

Después del momento de socialización, se elabora en forma grupal un texto de reorganización de la información, en el que los estudiantes incluyan categorías como: revoluciones industriales, Estado nacional, oligarquía, modelo agroexportador, capital extranjero, entre otras.

Compartir las producciones escritas en una puesta en común, leyendo parcialmente algunos trabajos, habilita la escucha y así cada grupo puede agregar ideas o modificar sus producciones si lo considera pertinente, además de identificar las principales disidencias y puntos en común entre los demás trabajos y su propia producción.

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