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MáS ALLá DE LA MAtERIA pRIMA
Aunque Colombia tiene todo para posicionarse en la industria del cannabis medicinal, un negocio que podría superar los US$146.000 millones anuales en 2025, corre el riesgo de repetir la historia de la caficultura.
“no queremos ser el productor de lA mAteriA primA del cAfé sino el nespresso”, dice Andrés fAjArdo, ceo-presidente & cofundAdor de clever
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leAves, una compañía colombiana que a finales de julio exportó a Inglaterra su primer cargamento de cáñamo, un derivado no psicoactivo del cannabis.
En un país que necesita diversificar su sector externo, hoy dependiente de la exportación de bienes de la economía extractiva, Colombia, que fue pionera en el negocio ilegal de la marihuana en los 70, podría convertirse en protagonista de una industria que, según la consultora Grand View Research, podría alcanzar los US$146.000 millones para el 2025.
Para ello cuenta con una legislación avanzada (contenida en la Ley 1787 de 2016) aunque susceptible de mejorarse, teniendo en cuenta que se trata de una actividad legal incipiente que aún genera recelos en todo el mundo, por lo cual está atrayendo abundante inversión local y extranjera, principalmente canadiense y de Estados Unidos, que está apalancando a más de 100 compañías que hoy buscan posicionarse. Pero algunos analistas y emprendedores como Fajardo, cuya compañía ya ha invertido más de US$30 millones para la producción de cannabis medicinal en 15 hectáreas en el municipio de Pesca, Boyacá, dicen que Colombia corre el riesgo de repetir la experiencia fallida del café. “Somos más papistas que el papa”, agrega Julián Wilches, director de asuntos corporativos & cofundador de la misma compañía, y explica que, a pesar de ser avanzada en muchos aspectos, la legislación colombiana está hecha para recibir productos pero no para generarlos y exportarlos. “La regulación se ha hecho para industria que funciona con una casa matriz en Alemania u otro país, monta una fábrica y distribuye en otros lugares y el retorno es para ellos; el reto es generar valor desde el país y no quedarnos con la parte más pequeña de la torta”, agrega. “Hoy, la Junta Internacional para la Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) le tiene concedido el 44% del cupo mundial del cultivo de cannabis a Colombia, convirtiéndose en uno de los mayores cultivadores del mundo. Sin embargo, los excesos de burocratización pueden poner a temblar el cumplimiento de la misma”, explica Adriana Guzmán, de PS Consultores, especialista en el ciclo productivo del cannabis. Hasta julio pasado, según cifras del Ministerio de Justicia citadas por Guzmán, 26 empre“si perú y méxico se ponen las pilas nos alcanzan y superan. tenemos que ponernos las pilas para sacar el tema adelante y avanzar en la cadena de valor”.
sas contaban con licencia de uso de semillas, que ya tenían el registro ante el ICA; 86 para el cultivo de plantas de cannabis psicoactivo (THC), y 117 licencias para el cultivo de plantas de cannabis no psicoactivo (CBD).
Pero, ¿cuál puede ser el diferencial de Colombia frente a los otros países? Además las condiciones geográficas ideales para la siembra, dos ventajas adicionales son una legislación que busca impulsar la inversión extranjera y la existencia de zonas francas cercanas a los centros de abastecimiento, que abaratarían el proceso de exportación del producto.
“Sin embargo, esta misma experiencia que tenemos con la planta, pero desde lo ilegal, nos puede tener en la mira de las autoridades mundiales, y si no se fortalecen los requisitos como solicitar SARLAFT (Sistema de Administración del Riesgo de Lavado de Activos y de la Financiación del Terrorismo), a los interesados en las licencias se les pueden colar personas inescrupulosas”, agrega Guzmán. En ello coinciden Fajardo y Wilches, al subrayar que la ventaja con la que hoy cuenta Colombia puede desaparecer, ya que la lista de países interesados la industria es amplia, tanto en la región como en el mundo (Asia y África).
“Si Perú y México se ponen las pilas nos superan. Tenemos que ponernos las pilas para sacar el tema adelante y avanzar en la cadena de valor, apostar por la innovación y construir marca”, concluyen.