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5 químicos tóxicos que pueden interferir con la fertilidad
Por: Pamela Bernal, La Naturista Naturópata Licenciada Especialista en Naturopatía Femenina y Ginecología Holística www.mujernaturista.com
Indudablemente la tasa de natalidad en Puerto Rico y Estados Unidos ha disminuido significativamente. La pregunta importante es: ¿será que muchos no quieren tener hijos, o es que realmente no pueden? Estadísticamente hablando, la tasa de infertilidad es cada vez mayor. Aproximadamente el 9% de los hombres y el 11% de las mujeres estadounidenses en edad reproductiva han experimentado problemas de fertilidad. Los profesionales de la salud sabemos que detrás de esto hay diferentes factores involucrados, la mayoría de ellos ligados a la función metabólica y endocrina del hígado. Dentro de esos factores que pueden interferir con una buena función hepática y endocrina están los altos niveles de toxicidad.
Desafortunadamente, hay muchas toxinas y productos químicos en nuestro entorno alimentario que pueden tener un impacto mayor en las tasas de fertilidad de lo que pensábamos inicialmente. Estas toxinas pueden pasar desapercibidas y producir efectos adversos en la producción de hormonas del cuerpo durante el pre y post embarazo.
¿Cómo los productos químicos pueden afectar la fertilidad?
En su mayoría, estos productos químicos afectan la fertilidad a través de la alteración del sistema metabólico y endocrino. Durante la etapa fértil de una mujer (aproximadamente entre los 14 y 35 años), el sistema endocrino es muy sensible a estas toxinas. Esto se debe a que las principales hormonas que se producen en esta etapa (progesterona y estrógenos) pueden ser interrumpidas o imitadas por la acción de las toxinas. Si esto ocurre, el cuerpo puede producir una cantidad excesiva de una hormona específica, o posiblemente no la suficiente, alterando así la posibilidad de reproducción. Echemos un vistazo a algunos productos químicos que pueden llegar a nuestros alimentos y que quizás puedan alterar la fertilidad.
1. Transgénicos o GMOs
Los OMG son alimentos a los que se les ha cambiado el ADN, añadiendo genes de otro organismo vivo. Aunque prometen innovar en la industria de alimentos, se ha planteado la hipótesis de que los GMOs afectan el metabolismo endocrino. Revisar las etiquetas e investigar marcas que no sean transgénicas puede ser una gran medida preventiva para evitar posibles consecuencias negativas de estos alimentos.
2. Metales pesados
Si bien la mayoría de las personas generalmente saben que deben mantenerse alejadas de los metales, independientemente del estado del embarazo, estas toxinas deberían convertirse en una mayor preocupación cuando se trata de concebir. Metales como plomo, cadmio, mercurio, cromo y arsénico son considerados metales pesados. Incluso en bajas concentraciones, estos compuestos pueden ser muy peligrosos, ya que se almacenan en los huesos y órganos en lugar de excretarse a través de la orina. Además, son disruptores endocrinos muy potentes. Por ejemplo, el mercurio afecta la fertilidad a través de la alteración del hipotálamo, la hipófisis y las glándulas suprarrenales y gonadales. Dichas zonas de nuestro cuerpo liberan hormonas relacionadas con la fertilidad. Como resultado, podemos ver interrupciones en la producción de esperma en los hombres y trastornos menstruales, menopausia prematura y disfunción ovárica en las mujeres. El plomo es tóxico para casi todos nuestros órganos, y hay varias formas en las que el plomo afecta el sistema reproductivo de hombres y mujeres. En las mujeres, las interrupciones menstruales, la producción alterada de hormonas y el retraso en el tiempo de concepción son solo algunas de las formas en que la toxicidad del plomo afecta la fertilidad y la capacidad de tener un embarazo exitoso.
3. El bisfenol A
El bisfenol A es un químico producido principalmente para la producción de plásticos de policarbonato y resinas epoxi. La mayor parte del BPA en nuestras dietas proviene de los recipientes de almacenamiento de alimentos y plásticos. Se ha demostrado que el BPA es un potente disruptor endocrino. Específicamente, en las mujeres se ha demostrado que altera la función endocrina. Además, en los hombres puede tener un efecto sobre la eficiencia de los espermatozoides. Para evitar esta exposición, usar recipientes que no sean de plástico y tratar de no calentar el plástico puede ayudar a limitar la cantidad de exposición al BPA.
4. Pesticidas y herbicidas
Estos productos químicos se encuentran en varios cultivos y pueden provocar efectos adversos en el sistema reproductivo. Por ejemplo, pueden aumentar el tiempo que las personas tardan en quedar embarazadas, así como aumentar los niveles de estrés oxidativo en el cuerpo. Se ha demostrado que crear una dieta que tenga menos pesticidas aumenta la probabilidad de embarazo. Los alimentos orgánicos frescos o las alternativas congeladas orgánicas son la mejor opción al comprar comestibles. Además, intenta leer sobre marcas para comprender de dónde proviene el producto y conocer un poco las prácticas agrícolas de esa fábrica específica.
5. Parabenos
Los parabenos son una sustancia química que funciona como conservante y se añade a muchos productos cosméticos. Los parabenos pueden ser disruptores endocrinos, afectando el metabolismo hormonal y los niveles de glucosa. Afortunadamente, estos productos químicos son mucho más fáciles de detectar, porque las empresas deben anotar en la etiqueta si ellos se encuentran en sus productos. Para evitar la exposición a los parabenos, lee las etiquetas de los productos cosméticos y evite comer alimentos con alto contenido de estos compuestos. Dichos alimentos son cosas como cerveza, alimentos procesados, refrescos y algunos productos lácteos congelados.
Por dónde empezar cuando se trata de toxinas para la fertilidad
Si estás expuesta a una toxina que afecta a la fertilidad, no debes entrar en pánico. El cuerpo tiene la capacidad de limpiarse. Pero debes tener en cuenta el hecho de que, con el tiempo, estas exposiciones pueden sumarse y tener un impacto negativo en la salud reproductiva.
La cero exposición a estos químicos puede ser un reto en la vida moderna. Lo importante es tomar consciencia de apoyar los procesos de desintoxicación, sobre todo cuando ya hay problemas de sobrepeso y obesidad, pues esto indica que hay dificultad en los procesos metabólicos y endocrinos.
Las recomendaciones básicas para optimizar la fertilidad pueden ser: apoyar al hígado, mantener una flora intestinal sana, comer alimentos orgánicos con alto contenido de antioxidantes (frutas y verduras), suplementarse con los minerales esenciales para buena nutrición y desintoxicación celular, consumir mucha fibra y, sobre todo, alejarse de los productos tóxicos. Todo esto puede ayudar a eliminar las toxinas a las que has estado expuesta y que están interfiriendo con la fertilidad.