Dialogo Entre Masones
A r t í c u l o s Masónicos Seleccionados Año 4 - N° 46
Octubre 2017
Herbert Oré Belsuzarri Mario López Rico Vicente Alcoseri Julio Villarreal III
-La libertad masónica…………………………………………3 -El ajedrez y la masonería……………………………………8 -El poder de la palabra………………………………………16 -Secretismo vs discretismo en las ordenes iniciáticas, filosóficas y de moral………………………………………….18 -¿Se descubrió América o ya conocían su existencia? ……………………………………………………………………….24 El descubrimiento de América……………………………26 El diario de Cristóbal Colón…………………………………41 ¿Quiénes acompañaron a Cristóbal Colón en su expedición al Nuevo Mundo?………………………………75 ¿Quién descubrió América y en qué año? ……………..81 ¿Quién fue Américo Vespucio?……………………………88
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Valle de Lima Octubre 2017
LA LIBERTAD MASONICA Roberto Macedo 3
Primero debemos preguntarnos ¿Qué es la libertad? : Arthur Schopenhauer: “La libertad es la conciencia lanzada a través de la existencia”. Immanuel Kant: “(…) la libertad es la facultad de iniciar por sí mismo una serie de cambios”. Federico Nietzsche: “El hombre es la criatura más libre que conozco (…) Lástima que siempre lo encuentre encadenado”. La libertad, podría significar, actuar como quieras sin que nada, ni nadie te lo impida, es decir, vivir sin límites, sin obstáculos, la libertad se relaciona con la independencia y la autonomía. La libertad implica, hacer lo que quiero y me gusta o cuando tengamos pensamientos libres, en tal sentido, podemos hablar de libertad física, mental y moral. «En el “Segundo ensayo sobre el gobierno civil”, Locke deja bien en claro que los hombres nacen, por naturaleza, en Estado de perfecta libertad. El origen del derecho natural se halla aquí: en poder ejercer esa libertad, pues ese ejercicio, en sí mismo, es justo si no daña a nadie. Este ejercicio, sin embargo, está limitado “dentro de los límites impuestos por la ley natural”. El derecho a ejercer la libertad es una propiedad de toda persona y la propiedad de toda persona es un derecho. Se trata del derecho a ejercer la libertad, el dominio de sí libre, sobre sí y sobre lo suyo (propiedad), y a trasmitir lo suyo (heredar)». Por libertad física, es el desenvolvimiento del ser humano, sin obstáculos en la naturaleza. La libertad mental, es la capacidad de decidir, de pensar, vinculado a la libertad intelectual y por la último, la libertad moral, que es la que colisiona con la libertad propiamente dicha o con el libre albedrío del ser humano, en cuanto hace lo que quiera, pero restringido por la moral. La libertad para actuar no existe, ya que lo moral lo impide. Normalmente la moral humana, tiene serias deficiencias, de acuerdo al contexto social y es aquí donde surge la necesidad de establecer restricciones, reglas o normas, para evitar el exceso, a causa de la libertad. Esta 4
restricción, de la libertad, lo realiza el derecho, en aplicación del contrato social. La libertad, es un derecho, establecido por la ciencia del derecho, donde para la vertiente naturalista, nacemos libres y no es necesario, que se encuentre establecido por el derecho, en una sociedad, para ejercerla; a través, de la evolución de la especie humana, el ser humano, ha utilizado la violencia, para sobrevivir, repercutiendo en la libertad de las personas, como de sus bienes. Las guerras, es uno de los medios naturales, utilizados por los seres humanos organizados, para invadir territorios, ejercer poder, explotar los recursos naturales, subyugar pueblos, afectando directamente en los seres humanos y en pueblo afectado. Esto es natural, es instintivo y es inevitable. Hoy, es lo mismo, ha cambiado los métodos, la limitación de la libertad, es mental, eso lo saben, los políticos, los expertos en medios de comunicación, el marketing, el consumismo, la estandarización de la educación, la religión y principalmente los grupos de poder, que conducen el gobierno y establecen todo lo necesario que debemos conocer, hasta donde y cuando, todo con la finalidad de limitar nuestra ideas y opiniones, restringiendo nuestra libertad. Esto se originó, en 1,762, cuando Juan Jacobo Rousseau, publicó un libro titulado El Contrato Social, un libro estrictamente contractualista, con un espíritu democrático y de igualdad social, dando a conocer ciertos mecanismos jurídicos-políticos, para llegar a una sociedad justa, sin abusos de poder. Con el pacto social o contrato social, los seres humanos que formamos parte de un grupo humano, limitamos voluntariamente nuestras libertades y las otorgamos al gobierno, para que busque el bienestar de sus miembros y la libertad restringida, sería establecida o declarada, por medio de leyes y el propio gobierno, por medio del estado, ejercerá la coacción, cuando desea limitar libertades del pueblo. En suma, existe una aparente libertad, el estado declara solo libertades civiles y restringe libertades naturales. Una de las libertades civiles, –aunque manipulada por los medios de comunicación–, es la libertad de elegir a nuestros representantes, pero la verdad es que después de la elección, pasamos a ser esclavos de los elegidos y perdemos derechos y libertades. 5
Con el establecimiento de un pacto entre los hombres, éstos se convierten en ciudadanos, se establece los derechos civiles y surge la sociedad con poder político. Para la masonería, el concepto de libertad, está fuera de todo contexto jurídico y político, pero no debemos olvidar, que la libertad pura no existe. La libertad, es un anhelo interno, de todo masón, libertad en sí mismo, libertad interior, que ilumina el espíritu, evitando en lo posible la influencia negativa del mundo profano, para acercarnos a una energía superior, en tanto, el masón como ser espiritualista, busca la libertad interior y tiene el compromiso de iluminación hacia los demás, que repercutirá en el bienestar de los integrantes de una sociedad. La libertad del masón es la libertad espiritual y trascendental. La libertad masónica, es la libertad en sí mismo, donde no puede estar influenciado por los vicios y malas costumbres, debe estar liberado de influencias negativas. La libertad masónica, puede ser interpretado como la libertad de expresar ideas y consecuentemente la libertad de respetar las ideas de los demás, no podríamos estar de acuerdo, pero debemos aplicar la tolerancia, siendo esta el límite de la libertad con sabiduría. El masón libre, debe estar despojado de prejuicios, errores, vicios, pasiones, que disminuyen al masón, tratando de llegar a una libertad interior, con adecuada moral, son los pilares de nuestro templo interior, para convertirnos en un constructor del universo. Para Gallatin Mackey, sobre la libertad masónica: «Es evidente que la palabra libertad se usa en la masonería en el sentido simbólico o metafísico, difiriendo de la significación ordinaria. Mientras que, en la aplicación de las palabras nacido libre y hombre libre, las usamos en su aceptación legal y acostumbrada y combinamos libertad 6
con fervor y celo como significativos de la idea simbólica (…). Una palabra que con frecuencia la oímos entre nosotros y que es restringida a la misma limitación como la libertad de la vida social. En nuestras asambleas no tenemos libertad de obrar cada uno como le parece, pero somos o deberíamos ser, libres del dominio de la pasión, orgullo, prejuicio y todas las otras locuras de la naturaleza humana, somos libres del falso prestigio de que no necesitamos ser obedientes a las leyes (…)» . Todas las libertades pueden limitarse, sólo la libertad de pensar, podría escapar a un control externo, aunque en estas épocas, los medios de comunicación social, influyen y modifican nuestras ideas con la información que nos suministran, nos dicen lo que quiera, distorsionando la realidad, en síntesis, es muy difícil ser libre de pensar. BIBLIOGRAFIA - Lorenzo Frau Abrines y Rosendo Arus Arderiu, Diccionario Enciclopédico de la masonería, Tomo II, Novena Edición, Buenos Aires, Editorial KIER. - Gallatin Mackey Albert. Enciclopedia de la Francmasonería, Editorial Grijalbo S.A., México. - GALLATIN MACKEY A. Enciclopedia de la francmasonería, tomo I, II, III y IV. Primera edición. Editorial Grijalbo S.A. México, Barcelona, Buenos Aires. 1981. - Masones en Lengua Española. El concepto masónico de Libertad. Extraído de: http://www.diariomasonico.com/…/el-concepto-masonico-de-lib….
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EL AJEDREZ Y LA MASONERIA Vicente Alcoseri
Para fines intencionalmente masónicos o como un reflejo arquetípico, escenas rituales y metafísicas de transformación se describen invariablemente sobre un piso cuadriculadamente ajedrezado. El piso ajedrezado sería un portal del plano físico al plano espiritual. Es diseño tridimensional en plano en donde el pavimento de mosaicos blancos y negros nos lleva a un portal metafísico. El Juego conocido como Ajedrez, es el Juego que representa simbólicamente la Vida en sí, y es recorrido por cada uno en cuyo objetivo es ascender, transmutar, como en alquimia, las energías y eliminar nuestros egos, limpiando nuestro trasfondos para limpiar nuestras mancha ( lo que hoy somos ) y ascender a ser Seres de Luz (lo que pretendemos ser). Así la vida es un tablero de ajedrez, en el que cada uno de nuestros actos es una jugada. Si nuestras jugadas son buenas, inteligentes y oportunas, el resultado será el éxito, la salud y la longevidad. Si por el contrario nuestras jugadas son hechas de mala fe, egoístas e inoportunas, el resultado será el fracaso, la enfermedad y la muerte. Es el ajedrez el juego de la vida, en el que nunca se sabemos cuándo jugaremos el último partido. El Tablero es un cuadrado perfecto con 8 casas en cada uno de
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los cuatro lados. Representan las 8 dimensiones cósmicas y las 8 alternativas. Los cuadrados blancos y negros: símbolo masónico que representa la dualidad cósmica de la tercera dimensión representa la Yin y el Yang, la Rueda del Samsara o Rueda de la Vida, las fuerzas evolutivas e involutivas con las que a veces nos energizamos, las casas negras nos dan fuerza ying y las casas blancas, fuerza yang, representando lo positivo y negativo, el equilibrio en el equilibrio todo. Los Peones. Indican las 8 Virtudes de Kundalini y que las debemos conquistar para poder ser aceptadas por Devi Kundalini. Los Peones Representan las Masas Poblacionales, el Pueblo. Rey y la Reina. Simbolizan el Hombre y la Mujer, el género masculino y femenino que trabajan para la Gran Obra Divina de la Vida, pero de aquí surgen relaciones kármicas disciplinarias y / o auxiliares. Alfiles, caballos y Torres representan las Órdenes / Sociedades secretas: Los alfiles con la lanza y guadañas, simbolizando de esta manera el fabricante Cuerpos madre divina y la desintegración del ego. Representan las órdenes religiosas. Caballos: son la fuerza que se obtiene al trabajar con la energía sexual transmutada también simboliza la inteligencia, la audacia y astucia. Representan las Órdenes Laborales, Militares y Bélicas. Las torres son la manifestación del Cuerpo Astral (de los deseos) y el Mundo Mental (racionalización). Representan las órdenes políticas del poder. Si analizamos numéricamente la cantidad de casas en un tablero, encontraremos 64 casas (6 + 4 = 10), que a efectos cabalísticos, nos da un total de 10, el cual representa la Ley de la Recurrencia, la Repetición, la Retribución, la Rueda del Samsara, las fuerzas evolutivas. (Ley del Dharma + Ley del Karma = 5 + 5 = 10) La cantidad de casas blancas es 32 (3 + 2 = 5), la ley del Dharma. En lenguaje místico de la luz, cuando nos iniciamos, tanto en el Juego como en la Vida, existen fuerzas blancas que nos dan la bienvenida, es decir, cuando nacemos somos peones con energía blanca que nos indica el camino de la evolución. Pero como nada en la naturaleza es exacto, llega el momento en que somos puestos a prueba y nos enfrentamos al éxito / fracaso y mediante nuestras acciones recibiremos en consecuencia las reacciones que caracterizan la Ley del Karma y Dharma y nos hacen caer en las garras de las fuerzas involutivas y perdemos el juego, o por otro lado en las fuerzas evolutivas y ganamos el juego o aún por su lado ninguna de ellas y empatamos permaneciendo en el mismo Estado Evolu-
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tivo (caracterización de la Rueda del Samsara). La cantidad de casas negras es de 32 (3 + 2 = 5), la Ley del Karma, que en el lenguaje místico de las tinieblas es la decadencia, la disfunción y la muerte.
Pero el bien y el mal no existen. Una cosa es buena cuando nos conviene y mala cuando, igualmente por interés, no nos conviene. En realidad el Ser Humano es un animal de intereses. El bien y el mal son una cuestión de conveniencias caprichosas del Cuerpo Mental. El hombre que describió las fatídicas terminologías del Bien y del Mal fue “Zoroastro”, que en siglo VI AC funda una religión en Persia que con el tiempo llegaría a ser la religión dominante en aquella región. El zoroastrismo una religión llamada así en honor a su fundador Zoroastro tenía una visión del mundo en la cual el bien y el mal están en una eterna lucha. El papel del ser humano en esta religión era que lucharía contra el Caos, y la maldad, y por lo tanto era determinante su acción. En honor a este dios se practicaban rituales de fuego en distintos templos-, la Masonería es fiel al principio de los rituales de fuego, así el fuego, símbolo de la purificación y fuente alegórica de la vida, que Zoroastro, uno de los maestros que la masonería reconoce creyó que el fuego era la única sustancia digna de ofrecer en homenaje al Omnipotente Ahura-Mazda. Zoroastro que a pesar de haber nacido en una familia privilegiada a los pocos años comenzó a seguir su propia visión espiritual. Al igual que Jesús el Cristo lo haría unos siglos después, Zoroastro estuvo años en el desierto con la finalidad
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de probar su fe. A diferencia de otros profetas, Zoroastro era bien aceptado y considerado un gran sabio en su época. Muchos elementos del Zoroastrismo fueron adoptados por con el tiempo por otras religiones como: conceptos como el cielo y el infierno; el día del juicio; la santidad; y su máxima “buenos pensamientos, buenas palabras, buenas acciones”. El concepto principal del Zoroastrismo es el enfrentamiento entre el bien y el mal que se encuentra dentro del espíritu de las personas, por un lado el bien es creador, y el mal destructor. Y así se entiende que es la vida, una lucha constante entre estas dos fuerzas. Sin embargo la filosofía optimista del Zoroastrismo enseña que el bien es más poderoso por lo que eventualmente vencerá por el bien del mundo y de la humanidad.
Este viejo sabio Zoroastro jamás sospechado del grave daño que causaría a la humanidad al inventar estas dos terminologías antagónicas / facciones, me refiero al concepto del bien y del mal, que son tan relativos, a las circunstancias y a las épocas. Volviendo más a las partes del juego del ajedrez. Los Peones (El Pueblo Masónico en general) Cuando enfocamos el juego en los aspectos militares sobre todo en las cortes medievales, los peones simbolizan a los soldados del Rey, la primera línea de
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combate, cuya base de planos de los soldados rasos es sólo Avanzar sin temor. Son como un germen con debilidad que se crea, conocidos vulgarmente como “carne para cañón”, que no son más que entidades a abatir para abrir el camino a la victoria y rendir homenaje a la causa. Los ocho peones representan las ocho Virtudes de Devi-Kundalini, que son: Comprensión, Coraje, Voluntad, Fidelidad, Rectitud, Conducta, Honestidad y Dignidad. También representan el Arcano Ocho del Tarot (es decir, la Justicia). Los movimientos de los peones son muy limitados en simbolización a todos los automatismos sociales, contratiempos, manipulación y circunstancias que nos son, aparentemente, ajenos ya las que las masas poblacionales están sujetas.
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Las Torres (Las columnas J y B) Simbolizan el estado de Alerta Percepción y alerta Novedad, en los Grandes Misterios daba al Neófito el Martillo y el Cincel para pulir las piedras que componen las Torres. Las dos Torres simbolizan las columnas del Templo, la Blanca y la Negra, o mejor, la Dórica y la Jónica. Los Cimientos de la torre en la época medieval eran de piedra y casi todas eran hechas de este material, símbolo resplandeciente de la Energía Sexual. Las Torres representan las varias Órdenes Políticas de Poder, cuyos movimientos son totales pero sólo en horizontal y en vertical, tal como la representación gráfica del espectro político vigente sólo con dos ejes, del positivo o negativo. Los Caballos (El Primer y el Segundo Vigilantes) Representan el trabajo, la osadía y la astucia, valores necesarios para eliminar los miedos, las adversidades y los miles de egos correspondientes a los arquetipos humanos. Sus movimientos describen la escuadra y el compás, símbolo bien entendido por nosotros los masones, tales movimientos son en forma de L o escuadra de 90º, que en el sistema de numeración romana tiene el valor 50, que al descomponerse (5 + 0 = 5) indica la Ley en la materia Rigor, representando al Dharma, que en sánscrito significa Ley Natural. También representa las órdenes militares. Los Alfiles (El Orador y el Secretario) En las cortes medievales se conocían con el nombre de pajes, eran los que estaban más cerca del Rey (razón por la cual son las piezas que se posicionan al lado del Rey y de la Reina al inicio de cada Juego de Ajedrez); alegorizaban las lanzas, la Urania-Venus de los griegos. Representan esencialmente las órdenes religiosas existentes dentro y fuera de todas las religiones. Su movimiento es total pero sólo en las diagonales en contraste con las líneas definidas tanto en la horizontal como en la vertical por las casas cuadrangulares del Tablero, ilustrando que el Verbo pregonado por las Religiones no es directo, sino ladino, transparente, claro ni de fácil percepción para aquellos que cohabitan en el espacio limitado por el tablero. Muchos al alfil le dan una connotación religiosa
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El rey (El Venerable Maestro) El Rey surge en representación de la figura masculina, representando igualmente la Sabiduría, la Orientación, la Estrategia, la Referencia y el Liderazgo, nuestro Real Ser, la figura que al caer, hace caer el imperio, la civilización, la vida, la guerra y el juego. La representación masculina es la pieza central del Juego de la Vida. Todo el juego del Ajedrez consiste en colocar al Rey en una situación tal que no se pueda mover y entonces es cuando se le da la Muerte, el Jaque-Mate. Es sabido que sólo termina una partida de ajedrez cuando el Rey muere. El Rey sólo se mueve una casa pero en todas las direcciones, horizontales, verticales y diagonales, en clara demostración de la impotencia y total dependencia que los Líderes tienen para con las restantes piezas, en particular, para con las Órdenes y Sociedades Secretas representadas por las Torres, Caballos y alfiles, y aún, aunque en mucho menor escala, con la Reina (Mujer) y los Peones (Pueblo). Sus cortos movimientos denotan que el poder nunca es absoluto. En el caso, el Rey, aún no ha sido movido en el juego, se le permite realizar un movimiento especial denominado “Roque” con una de las Torres, con la que se puede protegerlo desplazándolo varias casas horizontalmente, si ninguna de las casas entre el Rey y la Torre estén bajo ataque y el Rey no esté en jaque. Esta técnica representa claramente la protección del Líder por parte del Sistema que rige las Ordenes Políticas (por ellas creado). La reina (El Tesorero) No podía faltar en el Tablero de la existencia y en el ajedrez la poderosa figura femenina, el principio universal de la vida, de la maternidad, el cual resplandece en toda la Obra, el Rey desdoblado en Mujer, el Eterno Amor generador de Fuerza y Vida. Sin la Reina (sin lo femenino) en la partida de ajedrez, nos sentimos sin la mejor pieza del Juego, sin esta pieza sentimos que estamos perdidos, tal y como un hijo se siente sin la figura de una Madre. Al hacer un estudio trascendental de las diferentes culturas vemos que detrás de la gloria de los Grandes Hombres Ilustres había siempre una Gran Mujer, como la Sacerdotisa de Tebas, en medio de las antorchas habló a las multitudes, como la Sacerdotisa de los Templos de Misterios, que reinó en Egipto, como la Vestal de Delfos, bajo el nombre de Pitonisa, entre otras...
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La reina, como elemento femenino, ejerce el poder de atracción, provocación e inspiración en el sexo opuesto, tanto puede tender a lo mejor como a lo peor, dependiendo de la naturaleza que la define. La libertad de movimientos de la Reina en un tablero de ajedrez es total, en todas las direcciones, lo que hace de la Reina una pieza clave en el juego de la Vida, en ilustración a las fuertes e infinitamente “incuantificables” características que la definen, sensibilidad, fuente de Amor , emotividad, inconstancia, garra y expansividad. La Reina surge al lado del Rey como su compañera, guardián y factor de equilibrio, sin Ella el Rey pierde todo su discernimiento y se siente solitario en las lides con las órdenes secretas de quien depende y con los adversarios que tanto teme. Conclusión El ajedrez, explica que en la vida y en el mundo hay una enorme cantidad de personas a quienes se le proporcionó elementos para triunfar en la vida, pero carecen de hábitos y de la capacidad para razonar lógicamente. No es casualidad que la masonería cuente con un piso ajedrezado, pues sobre él se han realizado magistrales movimientos políticos y sociales que han cambiado al mundo para siempre. En realidad todos los seres humanos somos parte del juego, y la masonería sería el laboratorio donde se experimenta, se hace la estrategia y se diseña todo, ejemplo de ello, la creación de naciones y sus constituciones; la creación de universidades, de religiones, de clubes, y de organizar beneficencias, todas diseñadas sobre el piso ajedrezado de una logia , lo que hace de nosotros piezas inconscientes en el Tablero de la Vida, y sobre nosotros, formen a Seres Superiores que a veces dan apoyo a las piedras negras y otras a las blancas y que tanta influencia tienen en nuestro cotidiana vida. A través del Juego de ajedrez conoceremos de la masonería, su conocimiento que nos explica, que tenemos que ser reales, leales, verdaderos e inteligentes para alcanzar la conciencia necesaria de la evolución individual, como también explica el funcionamiento de la vida y de la sociedad, las artimañas, tentaciones y adversidades; también las oportunidades, que encontramos, indicándonos el camino y las herramientas que necesitamos para enfrentarlas de manera que llegamos con éxito al final de nuestro recorrido. El Juego del ajedrez masónico es muy explícito: muchos son aquellos que mueren y quedan a mitad de camino y, pocos son aquellos que llegan al final y ascienden, sin embargo, e independientemente de la facción vencedora y de la derrotada, hay dos caminos y la ascensión por cada uno de los dos es factible. Lo importante es saber de que lado se esta..
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EL PODER DE LA“ PALABRA Cuenta la historia que en cierta ocasión, un maestro sabio se dirigía a su atento auditorio dando valiosas lecciones sobre el poder sagrado de la palabra, y el influjo que ella ejerce en nuestra vida y la de los demás.
“Lo que usted dice no tiene ningún valor”- lo interpeló un señor que se encontraba en el auditorio. El maestro le escuchó con mucha atención y tan pronto terminó la frase, le gritó con fuerza: “¡¡Cállate, estúpido!! y ¡¡siéntate, idiota”!!. Ante el asombro de la gente, el aludido se llenó de furia, soltó varias imprecaciones y, cuando estaba fuera de sí, el maestro alzó la voz y le dijo: “Perdone caballero, le he ofendido y le pido perdón; acepte mis sinceras excusas y sepa que respeto su opinión, aunque estemos en desacuerdo”. El señor se calmó y le dijo al maestro: “Le entiendo, y 16
también pido disculpas y acepto que la diferencia de opiniones no debe servir para pelear, sino para mirar otras opciones”. El maestro le sonrió y le dijo: “Perdone usted que haya sido de esta manera, pero así hemos visto todos del modo más claro, el gran poder de las palabras: Con unas pocas palabras le exalté, y con otras pocas le calmé” Las palabras no se las lle va el viento, las palabras dejan huella, tienen poder e influyen positiva o negativamente. . . Las palabras curan o hieren a una persona. Por eso mismo, los griegos decían que la palabra era divina y los filósofos elogiaban el silencio. Piensa en esto y cuida tus pensamientos, porque ellos se convierten en palabras, y cuida tus palabras, porque ellas marcan tu destino. Medita sabiamente para saber cuándo y cómo hay que comunicarse, y cuándo el silencio es el mejor regalo para ti y para los que amas. Eres sabio si sabes cuándo hablar y cuándo callar. Piensa muy bien antes de hablar, cálmate cuando estés airado o resentido, y habla sólo cuando estés en paz. Recuerda que las palabras tienen poder y que el viento nunca se las lleva. Las palabras encierran una energía que bien puede ser positiva o negativa. Recuerda: “Un barrilete se puede recoger después de echarlo a volar, pero las palabras jamás se podrán recoger una vez que han salido de nuestra boca.”
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SECRETISNO Vs. DISCRET INICIATICAS FILOSO
EL 23 UN NUMERO QUE Nelson
No hay nada más patente que lo secreto, ni nada más tangible que lo recóndito; por eso, el noble debe ser cauteloso con respecto a lo que él sólo es para sí. Confucio. Más allá de que el Landmark nº 23; de entre los Landmarks que definen la esencia fundamental y básica de una de las órdenes iniciáticas, filosóficas y de moral más conocidas, esas estacas que delimitan justamente, el terreno básico, a partir del cual, se edificará el templo que se haya diseñado por
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TISMO EN LAS ORDENES OFICAS Y DE MORAL
E OCULTA A UNA ORDEN Ressio
las manos de un Demiurgo; mas allá de dicho Landmark, el que expresa lo siguiente: “La Orden Iniciática, filosófica y de moral, es una Sociedad Secreta”, debemos hacernos una pregunta muy importante, y qué es: ¿Qué esperamos para el futuro de la Orden sino se toma en cuenta dicho Landmark sabiendo lo que dicha estaca simboliza?... Innegablemente, pese a todo lo que se diga al respecto, toda estaca que delimita el terreno, en donde luego se construirá un Templo, tiene carácter de perpetuidad, inamovible, y si llegado el caso, alguien desea mover la estaca, le será imposible, por lo que deberá comenzar a colocar estacas linderas u 19
alternativas, que por lo obvio, no serán las estacas o landmarks originales, no serán los puntos representativos que definieron la construcción de millones de templos, físicos y psíquicos hacia el futuro. Por lo tanto, quienes definieron la construcción del Gran e Inicial Templo, y que por sobre ese primer templo, se construirían los millones y millones de Templos que le han sucedido, definieron que, tanto el primero, como el último templo, ya sea físico o bien psíquico, tenga carácter de secreto, y no de discreto, como se les ha ocurrido llamar a la Orden hoy en día. La Orden Iniciática de la que hablo, tiene dos caras, como sabemos, una hacia el público, hacia lo profano, por ello se la denomina “Institución”, tal como lo es el Rotary Club, por ejemplo; y tiene otra cara, la que mira hacia adentro, hacia lo sagrado, hacia lo inviolable, hacia el interior del Templo, -ya sea físico o psíquico-, y que es la denominada “Orden”, y como tal, dicha palabra, “Orden”, determina todo trabajo que se ha basado en la aplicación de una cierta ciencia, para obtener un resultado constructivo, mayormente, en nuestros días, sobre nuestro templo psicológico, sobre cada una de las piedras que lo conforman. Hacia dentro del Templo, debe haber “Orden”, y hacia fuera, “Orden y Caos”, y a esta mezcla la llamamos “Institución”, en donde el mundo profano intenta dar orden con herramientas profanas. Pues, el Orden, no debe alterarse más que para generar más Orden, mientras que en el mundo profano, reina la dualidad que toda Institución posee, y que mencioné anteriormente, debido a que, en el mundo profano, las herramientas que muchos conocen y utilizan, en incontables casos, son mal utilizadas, produciendo caos a diestra y siniestra. Por lo tanto, se desprende de lo inmediato anterior, que las herramientas sagradas, las herramientas que utilizamos dentro del Templo, dentro de la Orden, deben ser solo conocidas para quienes tienen la capacidad de manejarlas, y como tales, por si mismas, dichas Herramientas, deben ser secretas, tales como los símbolos, las alegorías, las metáforas, los rituales, los ritos, etc., todo ello, dedicado a generar más Orden donde ya existe Orden, e imposibles de ser transferidas hacia manos profanas, porque serían mal utilizadas, por el inevitable hecho de no comprenderlas. Todo lo que se encuentra arriba del primer Templo que definió, en su tiempo, a una flamante Orden de Moral, fue delimitada por los Landmarks, por estacas, las que, por sentido común, se tornan inamovibles, y no por el hecho de que sean pequeños dogmas, sino que, por el hecho de que se encuentran
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bajo los cimientos de un templo inicial, y por consiguiente, bajo los cimientos de millones de templos posteriores, y por lo tanto, por simple lógica consecuente, inamovibles. Entonces, cuando llega alguien, con aires de mediocridad, a decir que la Orden de Moral a la que aquí me refiero, de manera un tanto velada, es discreta, está violando tajantemente el Landmark 23, lo está anulando por completo, y por ende, pone en riesgo a todos y a cada uno de los millones de Templos –físicos y psíquicos– construidos sobre él, y por lo tanto, está yendo en contra de la Base Fundamental de la Orden de Moral, en uno de sus puntos, y como consecuencia, esa persona que expresa, a viva voz, que la Orden es Discreta, convencido de ello (y no la persona que lo repite por obligación), es un peligro potencial, para todos los millones de Templos psicológicos que el Gran Templo soporta sobre sus muy inteligentes fundamentos. Esa persona, queriéndolo o no, atenta contra todos sus miembros sobre la faz de la Tierra. Pero, ahora, dejando en claro que la Orden debería seguir siendo secreta, y lo es, desde mi humilde punto de vista, me hago la siguiente pregunta: ¿Quiénes tienen interés en que la Orden se transforme, por ejemplo, en el Rotary Club o en el Club de Leones? Pues, desde mi óptica, los enemigos eternos de la Razón, los enemigos eternos del Naturalismo, los enemigos eternos de la Iluminación, y que se constituyen como los oscurantistas de siempre, y para nombrar algunos, puedo citar al Opus Dei, Orden ultraconservadora dependiente del Vaticano, principalmente constituida para intentar diezmar tanto a la Orden de los Jesuitas como también, a la Orden a la que aquí hago mención de manera velada, entre otros objetivos, y luego, como otro enemigo eterno de la Orden, puedo citar a una mínima cantidad de miembros, miembros estos que trabajan desde dentro, infiltrados, para destruir todo lo sagrado constituido para ayudar al Hombre a mejorarse a sí mismo, y a los que lo rodean. Los infiltrados, son el otro gran enemigo de la Orden, y leyeron que expresé la palabra Orden, y no así, la palabra Institución, ya que toda institución tiene enemigos, pero una Orden no debe tenerlos en absoluto, debido a que, como expresaba al principio, la Orden posee Herramientas muy variadas, que solamente son comprendidas por quienes son debidamente iniciados para ello, y que dichas Herramientas, son fundamentadas perfectamente por los Landmarks que definen el Gran Templo, ese Templo que contiene a todos los demás, ya sean estos, físicos y/o psíquicos, y es el Landmark 23, la estaca que expresa, que nada de lo que existe dentro de la Orden, –sin referirme a la Institución–, debe ser conocido por el mundo 21
profano, por el simple hecho de que, lo que no se conoce, infunde miedos y prejuicios errados, y que llevan a tergiversaciones respecto de la noble misión de la Orden Filosófica y de Moral. “El secreto es como morir”, reza una frase en un libro por allí, y así es, porque tanto la muerte, como así también, el carácter de secretas, de las Herramientas, Rituales y ritos, tienen el carácter de personalísimas, solo comprensibles y aplicables para quien fue debidamente iniciado e instruido al respecto, y son secretas, porque por ejemplo, si uno quisiera transmitirle a un profano, el resultado de aplicar las Herramientas sobre uno mismo, dicho profano no nos comprendería, por lo que, por lo tanto, se constituye como un secreto por si mismo, es como la muerte, que solo la conoce únicamente el que por ella transcurre. Para alcanzar la apoteosis, para que seamos Coronados al Final, y que, como Verdaderas Causas que somos, podamos ayudar a los demás a alcanzar los mismos niveles de comprensión de la Naturaleza interior en relación con la Naturaleza exterior, es necesario que lo Oculto siga Oculto, y por ello es que el Landmark 23 expresa que la Orden de Moral, es Secreta, así fue delimitada, así es, y así lo será, por más que un par de infiltrados, o bien, convencidos por infiltrados, digan lo contrario. El día en el que la Orden deje de ser secreta, dejará de tener adeptos… y por lo tanto, dejará de existir… porque lo oculto que hay dentro de Ella, todo eso que nos construye, no solo nos atrae por simple e innegable vocación, sino que también nos atrae, por el hecho de que lo oculto, lo secreto, esa especie de Tesoro por descubrir, –tesoro que solo tiene validez para el que lo encuentra, y para nadie más–, nos eleva esas ansias de exploradores, de ir más allá de lo que no conocemos, es lo que realmente impulsa a las personas a querer ingresar a la Orden… el Secreto mismo. Sinó hay secretos, sino hay Ocultismo, sino hay un Tesoro individual que nos espera a cada uno de nosotros, la Orden pierde su atractivo esencial, y por consiguiente, perderá posibilidades de que sus filas sean cada vez más amplias y más fuertes. De seguro que, lo anterior es lo que pretenden los infiltrados… y el identificarlos… es uno de los principales trabajos, sobre aquellos que ya están, y sobre aquellos que deseen ingresar.
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¿SE DESCUBRIO AMERICA O YA 24
A CONOCIAN SU EXISTENCIA? 25
EL DESCUBRIMIENTO DE AMERICA En tanto que “encuentro entre dos mundos”, el descubrimiento de América es probablemente el más espectacular de los acontecimientos historiográficos. Hasta ese momento, y desde los orígenes de la humanidad, el devenir histórico de las civilizaciones americanas y euroasiáticas se había desarrollado de forma totalmente independiente; con la llegada a las Antillas de Cristóbal Colón, entraron en contacto dos universos paralelos que se hallaban en puntos evolutivos muy distintos. El impacto sería enorme. España, Portugal y otras potencias europeas se lanzaron a la colonización del nuevo continente; el gran impulso económico llevaría a la larga a la ascensión de la burguesía y al desarrollo del capitalismo. Para América, en cambio, las consecuencias inmediatas fueron devastadoras: extinción de las culturas precolombinas, exterminio o explotación de los nativos y saqueo de sus recursos naturales. Desde la perspectiva de las circunstancias que condujeron al mismo, el 26
descubrimiento de América ha de entenderse como la culminación del expansionismo que caracterizó a la Europa de la Baja Edad Media y que tuvo entre sus puntos de partida las exploraciones atlánticas protagonizadas por los navegantes portugueses. A principios del siglo XV, los Estados europeos medievales habían alcanzado su máximo desarrollo y se abrían a nuevas y complejas fórmulas de organización y gobierno. La acción expansionista de la industria y el comercio y el nacimiento de la burguesía en el seno del feudalismo suscitaron un afán por descubrir nuevas rutas comerciales.
Cristóbal Colón (retrato de Ridolfo Ghirlandaio, c. 1520)
Europa y Asia habían mantenido contactos comerciales desde tiempos remotos; los principales productos asiáticos (especias, piedras preciosas, tejidos de seda y algodón) eran transportados por caravanas a través de 27
desiertos hasta las costas del Mediterráneo y, desde allí, las flotas venecianas y genovesas los distribuían por el resto de Europa. Las especias eran un producto fundamental para la conservación y condimentación de los alimentos, especialmente la carne de los animales que era necesario sacrificar ante la carencia de pastos invernales. Otros productos suntuarios orientales, como sedas, ungüentos, tintes y drogas, eran demandados por una sociedad que aspiraba a una vida más cómoda y lujosa. Cuando Constantinopla (en 1453) y otros puertos del Mediterráneo cayeron en poder de los turcos otomanos, los mercaderes cristianos hubieron de buscar otras rutas para continuar su extremadamente lucrativo comercio con Oriente. Portugueses y españoles eran los mejor situados para intentarlo por la vía marítima. En Portugal se había creado una escuela náutica bajo el patrocinio del infante Enrique el Navegante, y en la ciudad española de Cádiz, en la costa atlántica, un colegio de pilotos. Ambos organismos presentaban las mismas características: se daban enseñanzas prácticas de navegación y se formaba a los pilotos, adiestrándolos en el manejo de la cartografía y los instrumentos de navegación, que en los últimos tiempos habían conocido un notable refinamiento. La brújula fue usada ya por los navegantes italianos en el siglo XIII y montada en la rosa de los vientos en el siglo XIV. La latitud se averiguaba por medio del astrolabio, instrumento destinado a medir la altura de la estrella Polar sobre el horizonte del hemisferio norte. Los avances portugueses Los navegantes debían también aprender a regir los nuevos tipos de barcos que sustituían a la antigua galera mediterránea: la carabela castellana y el barinel portugués. Estas embarcaciones, mucho más ligeras y equipadas con los modernos instrumentos de navegación, podían aprovechar cualquier viento y resistían mejor los embates de las mareas y los vendavales, siendo especialmente aptos para largos trayectos. Con todo ello, los marinos podían alejarse considerablemente de la costa, hasta perderla de vista, sin desconocer su situación; sin embargo, se precisaba una dosis adicional de arrojo y de intuición para alejarse de las inexploradas costas africanas, y más aún para aventurarse por el ignoto Atlántico. 28
Enrique el Navegante
Los portugueses, más adelantados que los españoles, fueron los primeros y principales impulsores de la expansión europea. Enrique el Navegante estableció un centro de estudios náuticos en el cabo San Vicente, donde reunió a los más destacados geógrafos, cosmógrafos y marinos. Allí se examinaron todas las teorías geográficas en boga, con la esperanza de alcanzar, por mar, territorios lejanos para difundir la religión católica, ensanchar los territorios del reino y aumentar sus recursos. Sus esfuerzos se vieron recompensados con numerosos descubrimientos y con el establecimiento de prósperas colonias en los archipiélagos atlánticos y en las costas de África, y culminarían, casi cuarenta años después de su muerte, con la expedición de Vasco de Gama (1497-1499), quien, al alcanzar la India bordeando el continente africano, abrió para los portugueses una nueva ruta comercial entre Europa y Asia. 29
Los éxitos de Portugal debieron mucho a la aplicación de las últimas innovaciones en materia de cartografía, instrumentos de navegación y diseño de naves, y también a la reintroducción en Europa de las antiguas concepciones geográficas de Ptolomeo sobre la esfericidad de la Tierra. Ciertamente, la viabilidad del proyecto colombino es históricamente incomprensible si se olvida que hay todo un ciclo de navegaciones previas y de mejoras técnicas que crearon las condiciones para que el logro fuera posible. De la llamada Media Luna Fértil de los descubrimientos geográficos (la región comprendida entre el Algarve portugués y la costa de Huelva), habían partido desde comienzos del siglo XV innumerables embarcaciones que recorrían la costa africana, adentrándose cada vez más hacia el sur y hacia el oeste, ya que en su camino de regreso debían practicar la llamada “Vuelta de Guinea”, es decir, navegar hacia el oeste en busca de los vientos alisios para poder tomar entonces el rumbo a la península. El proyecto colombino La idea de alcanzar la India a través del océano Atlántico no era en modo alguno novedosa; había sido formulada por geógrafos y cartógrafos desde el siglo XIV, y también era conocida (aunque habitualmente rechazada por su temeridad) entre los navegantes. Ciertamente, los nuevos medios técnicos y el ánimo lucrativo hubiesen tarde o temprano empujado a alguien a emprender la travesía. Experto marinero, influido por el ambiente de Portugal y por las lecturas de Ptolomeo, Estrabón, Marco Polo y otros, Cristóbal Colón reunía ya en aquel momento las virtudes necesarias para el triunfo de la empresa: la determinación, la audacia y la experiencia. Un famoso humanista, Toscanelli, influyó decisivamente en él y le indujo a cometer importantes errores de cálculo, que le llevaron a pensar que la Tierra era más pequeña y Asia mayor; eso suponía que las distancias se acortaban considerablemente, por lo que estaba convencido de que podía realizar el viaje en carabelas sin necesidad de hacer escalas. Su objetivo era el mismo que el de los portugueses: abrir una «ruta de las especias» que, por no tener que bordear toda África, había de resultar mucho más rápida, fácil y rentable. 30
Toscanelli situó Catay y Cipango (China y Japón) a distancia asequible en carabela
En 1484 Colón presentó su proyecto a Juan II de Portugal y le pidió apoyo económico para llevarlo a la práctica. Pero una junta de expertos consideró que el plan era descabellado, y el rey, más preocupado por las exploraciones africanas, no quiso prestarle su ayuda. Decepcionado, se trasladó a Castilla para exponer sus ideas a los Reyes Católicos, puesto que necesitaba el apoyo de un monarca o un noble poderoso que corriera con los gastos. Acompañado de su hijo Diego, se instaló en Palos de la Frontera (Huelva), donde entró en contacto con algunas personas que le ayudaron y que más tarde tuvieron un papel destacado en la realización de la empresa. Estas personas eran los frailes franciscanos de La Rábida, que le pusieron en contacto con los reyes; los hermanos Pinzón, que llegado el momento ofrecerían Colón sus pertrechos, conocimientos e influencias; y los marineros andaluces que, acostumbrados a navegar por el Atlántico, formarían la tripulación del viaje colombino. Los monarcas castellanos tardaron un tiempo en aceptar los proyectos de Colón; durante siete años se hicieron frecuentes contactos con personas influyentes de la corte, pero los reyes demostraban estar más interesados en la conquista de Granada. 31
Las capitulaciones de Santa Fe Eran varios los motivos por los que los Reyes Católicos no se decidían a prestar su apoyo al proyecto colombino. Aparte de la guerra de Granada, las contrapartidas exigidas por Colón resultaban exageradas, y los expertos que analizaron el proyecto determinaron que era muy arriesgado. Algunos cortesanos, como Luis de Santángel y Francisco de Pinelo, convencieron a los reyes de la necesidad de transigir. Cuando la guerra de Granada tocaba a su fin, Colón fue recibido en Santa Fe (Granada) por los monarcas, quienes le manifestaron su intención de autorizar la empresa.
Las carabelas de Colón
El resultado de la negociación fue recogido en las capitulaciones de Santa Fe, firmadas en abril de 1492. En ellas se hacían una serie de concesiones a Colón, pero todas condicionadas al hecho del descubrimiento. Los puntos fundamentales de este contrato otorgaban a Cristóbal Colón considerables privilegios, como el título de Almirante y Gobernador General de las tierras por descubrir. También se le concedía el diez por ciento de los beneficios comerciales, aparte de otras ventajas económicas. 32
Con unas cartas para el Gran Kan y las instrucciones para organizar la armada, Colón se marchó al puerto de Palos de la Frontera, enclave que fue elegido como punto de partida por contar con una buena flota y con marineros experimentados en navegaciones atlánticas. El primer viaje de Colón Cuando terminaron los preparativos, unos noventa hombres se embarcaron en tres naves. Dos carabelas, la Pinta y la Niña, eran capitaneadas por los hermanos Pinzón; Cristóbal Colón comandaba la nao Santa María. La mayoría de la tripulación era de Palos; sólo quince expedicionarios no eran andaluces: diez vascos y cinco extranjeros. No se embarcaron mujeres, frailes ni soldados, pero sí oficiales reales para velar por los intereses económicos de los monarcas, y un intérprete de lenguas orientales. El 3 de agosto de 1492 la flota zarpó con rumbo a las Canarias y con un objetivo claro: alcanzar la costa asiática atravesando el Atlántico. Todos los pormenores del viaje se encuentran recogidos en un documento excepcional, el diario de a bordo que escribió el propio Cristóbal Colón, conocido por la copia que hizo fray Bartolome de las Casas. En la travesía se presentaron algunos problemas. El más importante fue el descontento de la tripulación por el alejamiento de las costas y la presencia continua de vientos alisios que los llevaban directamente hacia el oeste, lo cual alimentaba el temor de no encontrar vientos favorables para volver a la península. Pero antes de acabar el mes de agosto aparecieron vientos contrarios, gracias a lo cual se sosegaron los ánimos. Los problemas reaparecieron al entrar en la zona de calmas, hecho que, unido a la ausencia de señales de tierra, desencadenó de nuevo la inquietud de los marineros. Colón llegó a pensar que había sobrepasado el Japón, y sus problemas se acrecentaron cuando estalló un motín general, que sólo pudo contener tras lograr convencer a sus hombres de que en unos pocos días más encontrarían tierra. Pronto los vientos arreciaron, se avivó la velocidad de navegación y comenzaron a aparecer indicios de hallarse cerca de la costa: algunas bandadas de pájaros y maderas que flotaban en el mar. 33
El descubrimiento de América Cuando, por fin, el 12 de octubre se divisó tierra, la alegría de los expedicionarios fue inmensa. Habían llegado a una isla de las Bahamas, a la que Colón dio el nombre de San Salvador y que los indígenas llamaban Guanahaní. Siglos después, cuando los ingleses colonizaron las Bahamas, pasó a llamarse isla Watling.
Cristóbal Colón divisa el Nuevo Mundo (óleo de Christian Ruben)
Colón desembarcó y tomó posesión de ella en nombre de los Reyes Católicos. Todos quedaron maravillados de las tierras y de los hombres, que Colón comenzó a llamar indios (por creer que había llegado a las costas asiáticas) y que le recordaban a los guanches de las Canarias. Tales hombres eran pacíficos, pero carecían de las riquezas que los descubridores esperaban encontrar. 34
Pronto pasaron a reconocer la costa de la isla y, creyéndose en Extremo Oriente, zarparon de nuevo en busca de Cipango (Japón). Recorrieron las costas de varias islas del archipiélago de las Bahamas, de Cuba y de la isla de Haití o de Santo Domingo, que recibió el nombre de La Española. Al mismo tiempo que seguían manteniendo relaciones con los indígenas, los españoles buscaban vanamente especias; en lugar de ello, vieron por primera vez plantas y objetos desconocidos, como el maíz, las canoas, las hamacas y el tabaco. En la Nochebuena de 1492 naufragó la nao Santa María en la costa norte de La Española. El cargamento se pudo salvar gracias a la ayuda de los indígenas, y con los restos de la nao Colón resolvió construir un fuerte, llamado La Navidad, que fue el primer establecimiento español en América. Allí quedaron treinta y nueve hombres con el fin de mantener las relaciones amistosas con los isleños y buscar minas de oro. A mediados de enero, el Almirante dio la orden de volver. Junto a los españoles se embarcaron algunos indígenas, así como una variada carga de papagayos, pavos, productos de la tierra y objetos exóticos. En los primeros días de navegación, Colón escribió una famosa carta que, tras ser impresa poco después de su llegada a España, difundió rápidamente por toda Europa la noticia de su fabuloso descubrimiento. Las dificultades del viaje de regreso fueron enormes, pero en todo momento Colón demostró sus magníficas cualidades marineras. Los vientos y las tormentas separaron las dos embarcaciones, y Colón, al mando de la Niña, se vio obligado a poner rumbo hacia Lisboa, siendo recibido por Juan II, que fue el primero en escuchar el relato de su aventura. El rey portugués reclamó sus derechos sobre las tierras descubiertas, en base al pacto de Alcaçovas, pero Colón le demostró que no había ido a Guinea, sino a las Indias. Ante el temor de represalias de los Reyes Católicos, el monarca le dejó partir rumbo a Palos. Martín Alonso Pinzón, al mando de la Pinta, se había perdido en una tormenta y arribó a las costas de Galicia, y de allí tomó rumbo a Palos, donde llegó al mismo tiempo que Colón, a mediados de marzo. El Almirante se puso en camino para ver a los reyes, que se encontraban en Barcelona. 35
Atravesó la península despertando la curiosidad de todos con el sorprendente espectáculo del exótico cargamento que llevaba a los monarcas, dejando a los españoles impresionados y admirados. La nueva división del mundo El recibimiento que tuvo Colón en Barcelona fue grandioso, y los reyes le confirmaron todos los privilegios pactados en Santa Fe. Enseguida se iniciaron contactos diplomáticos con el Papa para conseguir la concesión sobre las tierras descubiertas y por descubrir, y con Portugal para establecer una frontera en los descubrimientos, tema que provocó tensión entre ambos reinos.
Cristóbal Colón ante los Reyes Católicos (óleo de Emanuel Leutze, 1843)
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El punto de partida fueron dos bulas otorgadas por Alejandro VI. La primera anexionaba las nuevas tierras a la Corona de Castilla, y la segunda delimitaba las zonas de expansión de portugueses y castellanos a partir de un meridiano situado a cien leguas al oeste de las Azores. Las negociaciones fueron muy duras y los portugueses no quedaron conformes con la sanción papal, pues, aunque estaban de acuerdo en que debían repartirse el mundo, preferían que la línea divisoria fuera un paralelo, ya que así se adueñaban del hemisferio sur. Finalmente, en junio de 1494, el problema se consideró zanjado con el tratado de Tordesillas, según el cual ambas partes aceptaron que la línea de demarcación fuera el meridiano situado a 370 leguas al oeste de Cabo Verde. De ello derivaría la posterior y desigual configuración de los imperios coloniales: a Portugal solamente le correspondía el área de Brasil. Pero las imprecisiones del acuerdo y las dificultades para determinar la longitud (sólo se pudo establecer con precisión en el siglo XVIII) hicieron que no acabaran los problemas jurisdiccionales; la expansión de los portugueses en Brasil y de los españoles en el Sudeste Asiático, con la conquista de las islas Filipinas, suscitarían problemas diplomáticos entre los monarcas de la Península Ibérica, que se resolverían con políticas de fuerza y de hechos consumados. Segundo viaje En septiembre de 1493 se hacía a la mar una Armada formada por diecisiete barcos y una formidable contingente, cercano a los mil quinientos hombres. Sus objetivos eran socorrer a los españoles que habían quedado en América durante el primer viaje (en el fuerte La Navidad), continuar los descubrimientos tratando de alcanzar las tierras del Gran Kan y colonizar las islas halladas anteriormente. Tras una escala en Canarias, que con el tiempo se convertiría en algo habitual en la Carrera de Indias, Cristóbal Colón ordenó poner rumbo más al sur que en el primer viaje, pensando que de esta manera llegaría a Cipango (Japón) más fácilmente. Lo que Colón halló en este segundo viaje fue, en realidad, la ruta más rápida y segura para navegar a América. En sólo veintiún días consiguieron llegar a las islas Deseada y Dominica, y descubrir a continuación Guada37
lupe, Monserrat y Puerto Rico. En la costa norte de Haití, donde se hallaba el fuerte La Navidad, Colón supo que los treinta y nueve hombres que había dejado en el primer viaje habían sido asesinados, según le dijeron, por el cacique Caonabó y sus compañeros. El 6 de enero de 1494 Colón fundó en ese lugar La Isabela, primera población española en América. Desde ella mandó algunas expediciones en busca de oro, del que remitió algunas muestras a España, y propuso a la corona que autorizara el intercambio de ganado y vituallas por esclavos indios caribes. En abril se trasladó a Cuba y poco después a Jamaica.
Los viajes de Colón
A su regreso a La Isabela, Colón encontró que muchos descontentos se habían marchado, mientras las enfermedades hacían presa en los pobladores que quedaban y los indígenas se rebelaban. Tras una corta lucha, Colón impuso a los vencidos la esclavitud y el pago de un tributo en oro y algodón. Sabedores de la situación problemática de sus nuevos dominios, los Reyes Católicos tomaron la decisión de enviar a Juan de Aguado para que les informase de lo que estaba sucediendo. En marzo de 1496 regresaba Aguado a España, acompañado por Colón, que no quería perder el favor de la corte para su empresa descubridora. Dejaba construidas seis 38
fortalezas, y el mando de los territorios en manos de su hermano, Bartolomé Colón. En la entrevista mantenida con los reyes el otoño siguiente, Colón hubo de encajar las críticas por la conflictividad y la falta de rentabilidad de sus empresas, que justificó con el fin evangelizador. Tercer viaje Tres años tardó Colón en conseguir organizar su siguiente viaje, mientras su prestigio y el de la propia empresa americana, que parecía ya un negocio ruinoso, decaía por momentos. De las ocho naves que componían esta vez la flotilla colombina, que partió de la península en enero de 1498, cinco pasaron a reforzar los establecimientos de La Española, y tres se dedicaron a nuevos descubrimientos. A finales de julio desembarcaba Colón en la isla de Trinidad, y poco después exploraba la costa venezolana de Paria y la desembocadura del gran río Orinoco, región que, por su belleza, juzgó como la ubicación del antiguo paraíso terrenal. En agosto de 1498 estaba de vuelta en La Española. En adelante, los conflictos políticos y administrativos absorberían por completo a Colón, impidiéndole continuar con las exploraciones. Primero tuvo que hacer frente a una sublevación indígena y, más tarde, se rebelaron los propios españoles, acaudillados por Francisco Roldán. Sólo la autorización del reparto de las tierras de los indígenas y la concesión del servicio personal de los mismos a los españoles, junto a algunas medidas de fuerza, consiguió detener la revuelta. En 1500 llegó a La Española un enviado real, Francisco de Bobadilla, en calidad de juez pesquisidor con plenos poderes para poner orden en la colonia. Bobadilla halló culpable a Colón de todos los males, se apoderó de su casa, papeles y bienes, le abrió un proceso y lo remitió a España cargado de grilletes junto a sus hermanos Diego y Bartolomé. A continuación dio libertad para coger oro, vendió tierras y repartió indios. Acababa así la etapa de gobierno personalista del Nuevo Mundo y empezaba un nuevo orden. Colón llegó a España en noviembre de 1500. Aunque los reyes mandaron ponerlo en libertad de inmediato, sus enormes privilegios se habían esfumado. Colón había triunfado como marino y descubridor, 39
pero había fracasado como gobernante. Cuarto viaje A pesar de todo, en marzo de 1502 fue autorizado para emprender un cuarto y último viaje, cuyo objetivo debía ser hallar el estrecho que se creía que separaba las tierras firmes del norte y del sur para lograr paso franco al continente asiático. Colón tenía prohibido el desembarco en La Española para evitar conflictos, así como el prendimiento de esclavos. Se prepararon cuatro carabelas con ciento cuarenta hombres, entre los cuales figuró el hijo del descubridor, Hernando Colón, que nos legó un relato del viaje. En mayo de 1502 partieron de la península; el periplo los llevó a las islas de Martinica, Dominica, La Española (pese a la prohibición), Jamaica y Cuba. De allí navegó Colón hacia la costa de Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá, donde logró rescatar (comerciar) cierta cantidad de oro. En noviembre fundaron Portobelo y poco después, también en la costa panameña, Nombre de Dios. Tras sufrir un ataque indígena hubieron de poner rumbo a Cuba, pero naufragaron a la altura de Jamaica. Hasta ese momento, el cuarto viaje colombino había servido para probar que desde Brasil a Honduras no existía paso alguno hacia el oriente. Desde Jamaica, Colón despachó a siete de sus hombres para que pidiesen socorro en La Española (Santo Domingo). Por fin, en julio de 1504, los náufragos fueron rescatados. En noviembre de aquel año Colón llegaba, ya muy enfermo, a España; falleció en mayo de 1506, convencido de que su logro era haber abierto una nueva ruta hacia las indias. Correspondería a Américo Vespucio señalar que un nuevo continente había sido descubierto. Tomado de: https://www.biografiasyvidas.com/monografia/colon/descubrimiento.htm
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EL DIARIO DE CRISTOBAL COLON 41
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LA TRASCRIPCION REPRODUCE TAL COMO ESTA ESCRITO EN EL DIARIO DE CRISTOBAL COLON. Domingo 30 de septiembre —Navegó su camino al Güeste. Anduvo entre día y noche por las calmas catorze leguas, contó onze. Vinieron al navío cuatro rabos de junco, que es gran señal de tierra, porque tantas aves de una naturaleza juntas es señal que no andan desmandadas ni pérdidas. Viéronse cuatro alcatraces en dos vezes, yerva mucha. Nota que las estrellas que se llaman las guardias, cuando anochece, están junto al braço de la parte del Poniente y, cuando amanece, están en la línea debaxo del braço al Nordeste, que parece que en toda la noche no andan salvo tres líneas, que son nueve oras, y estocada noche. Esto dize aquí el almirante. También, en anocheciendo, las agujas noruestean una cuarta y, en amaneciendo, están con la estrella justo. Por lo cual parece que la estrella haze movimiento como las otras estrellas y las agujas piden siempre la verdad. Lunes 1º de octubre —Navegó su camino al Güeste. Anduvieron veinticinco leguas, contó a la gente veinte leguas. Tuvieron grande aguacero. El piloto del almirante tenía oy, en amaneciendo, que avían andado desde la isla del Hierro hasta aquí quinientas setenta y ocho leguas al Güeste. La cuenta menor que el almirante mostrava a la gente eran quinientas ochenta y cuatro, pero la verdadera que el almirante juzgava y guardava eran setecientas siete. Martes 2 de octubre —Navegó a su camino al Güeste noche y día treinta y nueve leguas, contó a la gente obra de treinta leguas. La mar llana y buena siempre. “A Dios muchas gracias ean dadas”, dixo aquí el almirante. Yerva venía de Leste a Güeste, por el contrario de lo que solía. Parecieron muchos peces, matose uno. Vieron un ave blanca que parecía gaviota. Miércoles 3 de octubre 46
—Navegó su vía ordinaria. Anduvieron cuarenta y siete leguas, contó a la gente cuarenta leguas. Aparecieron pardelas, yerva mucha, alguna muy vieja y otra muy fresca, y traía como fruta. No vieron aves algunas, y creía el almirante que le quedavan atrás las islas que traía pintadas en su carta. Dize aquí el almirante que no se quiso detener barloventeando la semana pasada y estos días que vía tantas señales de tierra, aunque tenía noticias de ciertas islas en aquella comarca, por no se detener, pues su fin era pasar a las Indias y, si detuviera, dize él que no fuera buen seso. Jueves 4 de octubre —Navegó a su camino al Güeste. Anduvieron entre día y noche sesenta y tres leguas, contó a la gen-te cuarenta y seis leguas. Vinieron al navío más de cuarenta pardales juntos y dos alcatraces, y al uno dio una pedrada un moçode la caravela. Vino a la nao un rabiforçado y una blanca como gaviota. Viernes 5 de octubre —Navegó a su camino. Andarían onze millas por ora, por noche y día andarían cincuenta y siete leguas, porque afloxó la noche algo el viento, contó a su gente cuarenta y cinco. La mar bonança y llana. “A Dios, dize, muchas gracias sean dadas”. El aire muy dulce y temprado, yervanenguna, aves pardelas muchas, peces golondrinos volaron en la nao muchos. Sábado 6 de octubre —Navegó su camino al Vueste o Güeste,que es lo mismo. Anduvieron cuarenta leguas entre día y noche, contó a la gente treinta y tres leguas. Esta noche dixo Martín Alonso que sería bien navegar a la cuarta del Güeste,a la parte del Sudueste, y el almirante pareció que no. Dezíaesto Martín Alonso por la isla de Cipango, y el almirante víaque, si la erravan, que no pudieran tan presto tomar tierra y que era mejor una vez ir a la tierra firme y después a las islas. 47
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Domingo 7 de octubre —Navegó a su camino el Güeste, anduvieron doze millas por ora dos oras y después ocho millas porora, y andaría hasta una ora de sol veintitrés leguas, contó a la gente diez y ocho. En este día, al levantar del sol, la carabela Niña, que iva delante por ser velera, y andavan quien más podía por ver primero tierra por gozar de la merced que los reyes a quien primero la viese avían prometido, levantó una vandera en el topo del mástel y tiró una lombarda por señal que veían tierra, porque así lo avía ordenado el almirante. Tenía también ordenado que al salir del sol y al ponerse se juntasen todos los navíos con él, porque estos dos tiempos son más propios por que los humores den más lugar a ver más lexo Como en la tarde no viesen tierra, la que pensavan los de la caravela Niña que avían visto, y porque pasavan gran multitud deaves de la parte del Norte al Sudueste, por lo cual era de creerque se ivan a dormir a tierra o huían quiçá del invierno, que en las tierras de donde venían devía de querer venir, porquesabía el almirante que las más de las islas que tienen los portugueses por las aves las descubrieron. Por esto el almirante acordó dexar el camino del Güeste y poner la proa hazia Güesudueste con determinación de andar dos días por aquella vía. Esto començó antes una ora del sol puesto. Andarían en toda la noche obra de cinco leguas y veintitrés del día. Fueron portodas veintiocho leguas noche y día Lunes 8 de octubre —Navegó al Güesudueste y andarían entre día y noche onze leguas y media o doze, y a ratos pareceque anduvieron en la noche quinze millas por ora, si no está mentirosa la letra. Tuvieron la mar como el río de Sevilla, “gracias a Dios”, dize el almirante. Los aires muy dulces, como enabril en Sevilla, que es plazer estar a ellos: tan olorosos son. Pareció la yerva muy fresca, muchos paxaritos de campo, y tomaron uno que ivan huyendo al Sudueste, grajaos y ánades y un alcatraz. Martes 9 de octubre 52
—Navegó al Sudueste, anduvo cinco leguas, mudose el viento y corrió al Güeste cuarta al Norueste, y anduvo cuatro leguas. Después con todas onze leguas de día y a la noche veinte leguas y media, contó a la gente diez y siete leguas. Toda la noche oyeron pasar páxaros Miércoles 10 de octubre —Navegó al Güesudueste. Anduvierona diez millas por ora y a ratos doze y algún rato a siete, y entredía y noche cincuenta y nueve leguas, contó a la gente cuarenta y cuatro leguas no más. Aquí la gente ya no lo podía sufrir, quexávanse del largo viaje. Pero el almirante los esforçó lo mejor que pudo, dándoles buena esperança de los provechos que podrían aver. Y añidía que por demás era quexarse, pues que élavía venido a las Indias y que así lo avía de proseguir hasta hallarlas con el ayuda de Nuestro Señor. Jueves 11 de octubre —Navegó al Güesudueste. Tuvieron muchamar y más que en todo el viaje avían tenido. Vieron pardelas y un junco verde junto a la nao. Vieron los de la caravela Pinta una caña y un palo, y tomaron otro palillo labrado a lo que parecía con hierro, y un pedaço de caña y otra yerva que nace en tierra, y una tablilla. Los de la caravela Niña también vieron otras señales de tierra y un palillo cargado de escaramojos. Con estas señales respiraron y alegráronse todos. Anduvieron en este día hasta puesto el sol veintisiete leguas. Después del sol puesto, navegó a su primer camino al Güeste. Andarían doze millas cada ora, y hasta dos oras después de medianoche andarían noventa millas, que son veintidós leguas y media. Y porque la caravela Pinta era más velera, iva delante del almirante, halló tierra y hizo las señas que el almiranteavía mandado. Esta tierra vido primero un marinero que se dezía Rodrigo de Triana. Puesto que el almirante a las diez de lanoche, estando en el castillo de popa, vido lumbre, aunque, como fue cosa tan cerrada, que no quiso afirmar que fuese tierra, pero llamó a Pedro Gutiérrez, repostero de estrados del rey, e díxole que parecía lumbre, 53
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que mirasse él, y así lo hizo y vídola. Díxole también a Rodrigo Sánchez de Segovia, queel rey y la reina embiavan en el armada por veedor, el cual no vido nada porque no estava en lugar do la pudiese ver. Desqueel almirante lo dixo, se vido una vez o dos, y era como una candelilla de cera que se alçava y levantava, lo cual a pocos pareciera ser indicio de tierra, pero el almirante tuvo por cierto estar junto a la tierra. Por lo cual, cuando dixeron la Salve, quela acostumbravan dezir cantar a su manera todos los marineros y se hallavan todos, rogó y amonestolos el almirante quehiziesen buena guarda al castillo de proa y mirasen bien por la tierra, y que al que le dixese primero que vía tierra le daríaluego un jubón de seda, sin las otras mercedes que los reyesavían prometido, que eran diez mil maravedíes de juro a quienprimero la viese. A las dos horas después de medianoche pareció la tierra, dela cual estarían dos leguas. Amainaron todas las velas y quedaron con el treo, que es la vela grande, sin bonetas, y pusiéronse a la corda, temporizando hasta el día viernes, que llegarona una isleta de los Lucayos, que se llamava en lengua de indios Guanahaní. Luego vieron gente desnuda y el almirante salió a tierra en la barca armada, y Martín Alonso Pinzón y Vicente Anes, su hermano, que era capitán de la Niña. Sacó el almirante la vandera real y los capitanes con dos vanderas de laCruz Verde, que llevava el almirante en todos los navíos porseña, con una F y una Y, encima de cada letra su corona, unade un cabo de la cruz y otra de otro. Puestos en tierra vieronárboles muy verdes y aguas muchas y frutas de diversas maneras. El almirante llamó a los dos capitanes y a los demás que saltaron en tierra, y a Rodrigo de Escobedo, escrivano de toda elarmada, y a Rodrigo Sánchez de Segovia, y dixo que le diesenpor fe y testimonio cómo él por ante todos tomava, como dehecho tomó, posesión de la dicha isla por el rey y por la reinasus señores, haziendo las protestaciones que se requirían, comomás largo se contiene en los testimonios que allí se hizieron porescrito. Luego se ayuntó allí mucha gente de la isla. Esto que se sigue son palabras formales del almirante, en sulibro de su primera navegación y descubrimiento destas Indias. “Yo —dize él— porque nos tuviesen mucha amistad, porque conocí que era gente que mejor se libraría y converteríaa nuestra santa fe con amor que no por fuerza, les 58
di a algunos de ellos unos bonetes colorados y unas cuentas de vidroque se ponían al pescueço, y otras cosas muchas de poco valor, con que ovieron mucho plazer y quedaron tanto nuestrosque era maravilla. Los cuales después venían a las barcas de losnavíos adonde nos estábamos, nadando, y nos traían papagayos y hilo de algodón en ovillos y azagayas y otras cosas muchas, y nos las trocavan por otras cosas que nos les dávamos, comocuentezillas de vidro y cascaveles. En fin, todo tomavan y davan de aquello que tenían de buena voluntad, mas me pareció que era gente muy pobre de todo. Ellos andan todos desnudos como su madre los parió, y también las mugeres, aunque no vide más de una harto moça. Y todos los que yo vi eran todos mancebos, que ninguno vide deedad de más de treinta años. Muy bien hechos, de muy fermosos cuerpos y muy buenas caras, los cabellos gruessos cuasi como sedas de cola de cavallo, y cortos. Los cabellos traenpor encima de las cejas, salvo unos pocos detrás que traen largos, que jamás cortan. De ellos se pintan de prieto y ellos sonde la color de los canarios, ni negros ni blancos, y de ellos sepintan de blanco y de ellos de colorado y de ellos de lo que fallan. Y de ellos se pintan las caras y de ellos todo el cuerpo, y de ellos solos los ojos y de ellos sólo el nariz. Ellos no traen armas ni las conocen, porque les amostré espadas y las tomavanpor el filo y se cortavan con ignorancia. No tienen algún fierro, sus azagayas son unas varas sin fierro y algunas de ellas tienen al cabo un diente de pece y otras de otras cosas. Ellos todos a una mano son de buena estatura de grandeza y buenosgestos, bien hechos. Yo vide algunos que tenían señales de feridas en sus cuerpos y les hize señas qué era aquello y ellos meamostraron cómo allí venían gente de otras islas que estavanacerca y los querían tomar y se defendían. Y yo creí, creo, queaquí vienen de tierra firme a tomarlos por captivos. Ellos deven ser buenos servidores y de buen ingenio, que veo que muy presto dizen todo lo que les dezía. Y creo que ligeramente seharían cristianos, que me pareció que ninguna secta tenían. Yo, plaziendo a Nuestro Señor, levaré de aquí al tiempo de mipartida seis a vuestras altezas para que deprendan fablar. Ninguna bestia de ninguna manera vide, salvo papagayos en estaisla”. Todas son palabras del almirante. 59
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Sábado 13 de octubre —“Luego que amaneció vinieron a la playa muchos destos hombres, todos mancebos, como dicho ten-go. Y todos de buena estatura, gente muy fermosa, los cabellosno crespos, salvo corredíos y gruesos, como sedas de cavallo, y todos de la frente y cabeça muy ancha más, que otra generación que fasta aquí aya visto. Y los ojos muy fermosos y nopequeños, y ellos ninguno prieto, salvo de la color de los canarios. Ni se deve esperar otra cosa, pues está Lestegüeste conla isla del Fierro, en Canaria, so una línea. Las piernas muy derechas, todos a una mano, y no barriga, salvo muy bien hecha. Ellos vinieron a la nao con almadías, que son hechas del piede un árbol, como un barco luengo, y todo de un pedaço y labrado muy a maravilla según la tierra, y grandes en que en algunos venían cuarenta y cuarenta y cinco hombres, y otras máspequeñas, fasta aver de ellas en que venía un solo hombre. Remavan con una pala como de fornero, y anda a maravilla y, sise le trastorna, luego se echan todos a nadar y la endereçany vazían con calabaças que traen ellos. Traían ovillos de algodón filado y papagayos y azagayas y otras cositas que sería tedio deescrevir, y todo davan por cualquier cosa que se les diese. Y yo estava atento y trabajava de saber si avía oro, y vide quealgunos de ellos traían un pedaçuelo colgado en un agujeroque tienen a la nariz. Y por señas pude entender que yendo alSur o bolviendo la isla por el Sur, que estava allí un rey que tenía grandes vasos de ello, y tenía muy mucho. Trabajé que fuesen allá y después vide que no entendían en la ida. Determiné de aguardar fasta mañana en la tarde y después partir parael Subdueste que, según muchos de ellos me enseñaron, dezían que avía tierra al Sur y al Sudueste y al Norueste, y queestas del Norueste les venían a combatir muchas vezes, y así iral Sudueste a buscar el oro y piedras preziosas. Esta isla es biengrande y muy llana y de árboles muy verdes y muchas aguas y una laguna en medio muy grande, sin ninguna montaña y todaella verde, que es plazer mirarla. Y esta gente farto mansa y porla gana de aver de nuestras cosas y teniendo que no se les hade dar sin que den algo y no lo tienen, toman lo que pueden y se echan luego a nadar. Mas todo lo que tienen lo dan porcualquiera cosa que les den, que fasta los pedaços de las escudillas y de las taças de vidro rotas rescatavan, fasta que vi dardiez y seis ovillos de algodón por tres ceotís de Portugal, quees una blanca de 64
Castilla, y en ellos avría más de un arrova dealgodón filado. Esto defendiera y no dexara tomar a nadie, salvo que yo lo mandara tomar todo para vuestras altezas, si oviera en cantidad. Aquí nace en esta isla, mas por el poco tiempo no pude dar así del todo fe. Y también aquí nace el oro quetraen colgado a la nariz, mas por no perder tiempo quiero ira ver si puedo topar a la isla de Cipango. Agora, como fue noche, todos se fueron a tierra con sus almadías”. Domingo 14 de octubre —“En amaneciendo mandé adereçarel batel de la nao y las barcas de las caravelas, y fue al luengode la isla, en el camino del Nornordeste, para ver la otra parte, que era de la otra parte del Leste, qué avía. Y también para verlas poblaciones y vide luego dos o tres y la gente que venían todos a la playa llamándonos y dando gracias a Dios. Losunos nos traían agua, otros otras cosas de comer, otros, cuan-do veían que yo no curava de ir a tierra, se echavan a la mar nadando y venían, y entendíamos que nos preguntavan si éramos venidos del cielo. Y vino uno viejo en el batel dentro y otrosa bozes grandes llamavan todos hombres y mugeres: ‘Venid a verlos hombres que vinieron del cielo, traedles de comer y bever’. Vinieron muchos y muchas mugeres, cada uno con algo, dando gracias a Dios, echándose al suelo, y levantavan las manos alcielo y después a bozes nos llamavan que fuésemos a tierra. Mas yo tenía de ver una grande restinga de piedras que cerca todaaquella isla alrededor y entremedias queda hondo y puerto paracuantas naos ay en toda la cristiandad, y la entrada de ello muy angosta. Es verdad que dentro desta cinta ay algunas baxas, masla mar no se mueve más que dentro en un pozo. Y para ver todo esto me moví esta mañana, porque supiesedar de todo relación a vuestras altezas y también a donde pudiera hazer fortaleza, y vide un pedaço de tierra que se hazecomo isla, aunque no lo es, en que avía seis casas. El cual sepudiera atajar en dos días por isla, aunque yo no veo ser necesario, porque esta gente es muy símplice en armas, como verán vuestras altezas de siete que yo hize tomar para les llevar y deprender nuestra fabla y bolvellos. Salvo que vuestras altezas,cuando mandaren, puédenlos todos llevar a Castilla o tenellosen la misma isla captivos, porque con cincuenta hombres losternán todos sojuzgados y los harán hazer todo lo 65
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que quisieren. Y después, junto a la dicha isleta, están güertas de árboles, las más hermosas que yo vi, tan verdes y con sus hojas como las de Castilla en el mes de abril y de mayo, y mucha agua. Yo miré todo aquel puerto y después me bolví a la nao y di la vela, y vide tantas islas que yo no sabía determinarme a cuál iría primero. Y aquellos hombres que yo tenía tomado me dezían porseñas que eran tantas y tantas que no avía número, y anombraron por su nombre más de ciento. Por ende yo miré por lamás grande y aquella determiné andar, y así hago, y será lexosdesta de San Salvador cinco leguas y las otras de ellas más, deellas menos. Todas son muy llanas, sin montañas y muy fértiles y todas pobladas, y se hazen guerra la una a la otra, aunque es-tos son muy símplices y muy lindos cuerpos de hombres”. Lunes 15 de octubre —«Avía temporejado esta noche con temorde no llegar a tierra a sorgir antes de la mañana, por no saber si la costa era limpia de baxas, y en amaneciendo cargar velas. Y como la isla fuese más lexos de cinco leguas, antes será siete, y la marea me detuvo, sería mediodía cuando llegué a la dichaisla. Y fallé que aquella haz, que es de la parte de la isla de SanSalvador, se corre Norte Sur y han en ella cinco leguas. Y laotra, que yo seguí, se corría Lestegüeste y han en ella más dediez leguas. Y como desta isla vide otra mayor al Güeste, cargué las velas por andar todo aquel día fasta la noche, por queaún no pudiera aver andado al cabo del Güeste. A la cual pusenombre la isla de Santa María de la Concepción. Y cuasi al poner del sol sorgí acerca del dicho cabo por saber si avía allí oro,porque estos que yo avía hecho tomar en la isla de San Salva-dor me dezían que aí traían manillas de oro muy grandes a laspiernas y a los braços. Yo bien creí que todo lo que dezían eraburla para se fugir. Con todo, mi voluntad era de no pasar porninguna isla de que no tomase posesión, puesto que, tomadode una, se puede dezir de todas. Y sorgí e estuve hasta oy martes, que en amaneciendo fue a tierra con las barcas armadas y salí. Y ellos, que eran muchos, así desnudos y de la misma condición de la otra isla de San Salvador, nos dexaron ir por la isla y nos davan lo que les pedía. Y porque el viento cargava a la traviesa Sueste, no me quisedetener y partí para la nao, y una almadía grande estava a bordo de la caravela Niña y uno de los 72
hombres de la isla del SanSalvador, que en ella era, se echó a la mar y se fue en ella, y lanoche de antes, a medio echado el otro, fue atrás la almadía, la cual fugió, que jamás fue barca que le pudiese alcançar, puesto que le teníamos grande avante. Con todo, dio en tierra y dexaron la almadía, y algunos de los de mi compañía salieron en tierra tras ellos, y todos fugeron como gallinas. Y la almadía que avían dexado la llevamos a bordo de la caravela Niña, adonde ya de otro cabo venía otra almadía pequeña con unhombre que venía a rescatar un ovillo de algodón, y se echaron algunos marineros a la mar, porque él no quería entrar enla caravela, y le tomaron. Y yo, que estava a la popa de la nao, que vide todo, embié por él y le di un bonete colorado y unascuentas de vidro verdes, pequeñas, que le puse al braço, y doscascaveles, que le puse a las orejas, y le mandé bolver a su almadía, que también tenía en la barca, y le embié a tierra. Y diluego la vela para ir a la otra isla grande que yo vía al Güeste y mandé largar también la otra almadía que traía la caravela Niñapor popa y vide después en tierra, al tiempo de la llegada delotro a quien yo avía dado las cosas susodichas y no le avía querido tomar el ovillo de algodón, puesto que él me lo quería dar. Y todos los otros se llegaron a él y tenía a gran maravilla, bienle pareció que éramos buena gente y que el otro se avía fugidonos avía hecho algún daño y que por esto lo llevávamos. Y a esta razón usé esto con él de le mandar alargar y le di las dichascosas por que nos tuviesen en esta estima, por que otra vez cuando vuestras altezas aquí tornen a embiar, no hagan mala compañía; y todo lo que yo le di no valía cuatro maravedís. Y así partí, que serían las diez oras, con el viento Sueste, y tocava de Sur para pasar a estotra isla, la cual es grandíssima y adonde todos estos hombres que yo traigo de la de San Salvador hazen señas que ay muy mucho oro y que lo traen enlos braços en manillas y a las piernas y a las orejas y al nariz y al pescueço. Y avía desta isla de Santa María a esta otra nueve leguas Lestegüeste, y se corre toda esta parte de la isla Norueste Sueste. Y se parece que bien avría en esta costa más de veintiocho leguas en esta faz. Y es muy llana, sin montaña ninguna, así como aquella de San Salvador y de Santa María. Y todas playas sin roquedos, salvo que a todas ay algunas peñasacerca de tierra, debaxo del agua, por donde es menesterabrir el ojo cuando se quiere surgir, e no surgir mucho acerca de tierra, aunque las aguas son siempre muy claras y se veel fondo. Y desviado de tierra dos tiros de lombarda, ay en todas 73
estas islas tanto fondo que no se puede llegar a él. Son estas islas muy verdes y fértiles y de aires muy dulces, y puedeaver muchas cosas que yo no sé, porque no me quiero detener por calar y andar muchas islas para fallar oro. Y pues estasdan así estas señas, que lo traen a los braços y a las piernas, y es oro, porque les amostré algunos pedaços del que yo tengo,no puedo errar con el ayuda de Nuestro Señor, que yo no lefalle a donde nace. Y estando a medio golfo destas dos islas —es de saber, deaquella de Santa María y desta grande, a la cual pongo nombre la Fernandina—, fallé un hombre solo en una almadía quese pasava de la isla de Santa María a la Fernandina, y traía unpoco de su pan, que sería tanto como el puño, y una calabaçade agua y un pedaço de tierra bermeja hecha en polvo y después amasada, y unas hojas secas, que deve ser cosa muy apreciada entre ellos, porque ya me truxeron en San Salvador deellas en presente. Y traía un cestillo a su guisa en que tenía unramalejo de cuentezillas de vidro y dos blancas, por las cualesconocí que él venía de la isla de San Salvador, y avía pasadoaquella de Santa María y se pasava a la Fernandina, el cual sellegó a la nao. Yo le hize entrar, que así lo demandava él, y lehize poner su almadía en la nao y guardar todo lo que él traía, y le mandé dar de comer pan y miel y de bever. Y así le pasaré a la Fernandina y le daré todo lo suyo, porque dé buenas nuevas de nos por a Nuestro Señor aplaziendo, cuando vuestras altezas embíen acá, que aquellos que vinieren recivan honra y nos den de todo lo que oviere” https://es.scribd.com/document/214945238/Diario-de-Colon# 74
¿Quienes acompañaron a Cristóbal Colón en su expedición al Nuevo Mundo? René León Mimbro de la Academia de la Historia de Cuba (Exilio)
Algunos historiadores defienden la tesis de que el Nuevo Mundo (América) había sido descubierto antes de que Cristóbal Colón lo hiciera. J. J. Manzano afirma que los informes con que él contaba, le fueron proporcionados por marinos que ya habían estado en el Nuevo Mundo. Según este autor, él se basaba en lo que un viejo marino portugués le contara. De que en un viaje que se dirigían hacia Guinea, la embarcación fue impulsada por los vientos hacia las costas de Venezuela, llegando después a la isla de Guadalupe y Dominica, recalando en lo que más tarde sería la Española, donde repararían la nave, estando en ella unos meses. Teniendo que regresar por haber contraído distintas enfermedades desconocidas en Europa. Al regresar se dirigieron a las islas portuguesas del Atlántico, se cree que Madeira. Los pocos que pudieron regresar, morirían al poco tiempo. Todo esto sucedía por el año de 1477-78. 75
Colón trata por años de convencer a monarcas de varios países, sobre su idea del viaje a las provincias de Catay, Mangy y Cypango, que se encontraban en Asia, siendo su emperador el Gran Khan. Hablaba sobe las riquezas del Cypango. En el año de 1486 llega a Córdoba, tratando de establecer contacto con las figuras principales del reino, sin poderlo conseguir. Sobre esto, dice Oviedo: “Porque era extranjero y mal vestido, sin más crédito que la carta de un franciscano”. Seguiría insistiendo en la corte por varios años, cada vez le salían a su paso más obstáculos. Según Andrés Bernáldez, conocido como el “Cura de los Palacios”, en la primera entrevista de Colón con los Reyes Don Fernando y la Reina Doña Isabel, “les hizo relación de su imaginación, a la cual no daban mucho crédito, y le platicó y dijo ser cierto lo que decía, y les enseñó el mapa mundo, de manera que les puso en deseo de saber de aquellas tierras”. Se cree que el mapa sería el que el florentino Paolo del Pozzo Toscanelli le mandaría”. 76
Al fin, al cabo de siete años en la Corte, los Reyes lo mandan a buscar. Se da comienzo a las capitulaciones que durarían unos tres meses. Representaba a Colón, Fray Juan Pérez, y a los Reyes Católicos, Juan de Coloma. Aclarando las obligaciones y acuerdos por ambas partes. Quedaron redactadas el 17 de abril de 1492. Sale de Granada el 12 de mayo de ese mismo año. Se dirige a Palos de la Frontera, con carta de los Reyes para el alcalde Diego Rodríguez Prieto, con la orden de entregar, dos carabelas “por algunas cosas hechas cometidas por ellos”. Después de muchos contratiempos se llega a un acuerdo con los hermanos pinzón, que eran los vecinos más influyentes. Se empieza a escoger a los marinos que los acompañarían en la expedición y a escoger las naves que los llevarían por los mares desconocidos.
Sobre los hombres que fueron en la expedición existe la teoría de que el rey había otorgado el perdón a los “delincuentes” que se enrolaran en el 77
viaje, y que había varios entre ellos. Lo que sucedió fue que en el año de 1491, Bartolomé Torres, mata en pelea al pregonero de Palos en noviembre de ese año. Tres amigos de él, lo liberan y son condenados también. Al momento de hacer el llamado a los marinos que quisieran ir en el viaje, los cuatro se presentan ante Colón, y se acogen al salvoconducto real. Se preparan las naves. La “Santa María” era una nao, de 100 toneladas, propiedad del santanderino Juan de la Cosa, que era conocida como “La Gallega” y no como se dice “Mari Galante”. “La Pinta”, era propiedad de Cristóbal Quintero, que era vecino de Palos. “La Niña”, era conocida como “Santa Clara”, había sido rentada en Moguer, y luego comprada por los vecinos de Palos. En la “Santa María” Colón fungía como capitán de la nave, Juan de la Cosa como maestre, Peralonso Niño (Pedro Alonso) como piloto, Chachu (Juan de Lequeitio) contramaestre, Rodrigo de Arana, alguacil de toda la armada. En “La Pinta”, su capitán lo era Martín Alonso Pinzón, Cristóbal García Sarmiento de Piloto, Juan Quintero de contramaestre, García Fernández despensero. En “La Niña”, Vicente Yánez Pinzón capitán, Juan Niño Maestre y Sancho Ruiz de Gama piloto. El número exacto de hombres que participaron en este viaje, varía. Fray Bartolomé de las Casas y Hernando de Soto, dan la cifra de 90 tripulantes y Gonzalo Fernández de Oviedo de 120. He buscado información entre numerosos escritores que han tocado el tema del viaje y descubrimiento. Pero no todos aportan datos sobre la tripulación, sólo hacen mención de cifras dadas por los anteriores. Para poderse basar en la lista de los hombres que vinieron con Colón, he consultado a los autores John Boyd Thacher. El Libro de Bitácora del Almirante Martín Alonso Pinzón. Y el de la investigadora Alicia B. Gould. Según, en el viaje fueron 87 tripulantes, pero en su lista sólo aparecen 87. En la lista de Pinzón, aparecen 86 tripulantes. Alicia B. Gould, dice que fueron 86, pero en su lista agrega 14 tripulantes más como dudosos. 78
Después de revisar y comparar las diferentes relaciones, y revisar los nombres, hay sólo diferencias o en algún nombre o apellido. De la lista de Boyd sólo concuerdan con las otras dos, 35 nombres. Este autor afirma haber tomado de los documentos originales los nombres. A continuación van aparecer los nombres, y las listas de los autores en que aparecen. Tripulantes en la lista de Gould 1.- Alonso (Alonso cochero) 2.- Alonso Calvijo de Vejer. 3.- Alonso Hernández. 4.- Alonso de Morales. 5.- Alvaro Alvar Pérez. 6.- Alonso de Palos. 7.- Andrés de Huelva. 8.- Antonio de Cuellar. 9.- Antonio Calabrés. 10.-Bartolomé Bives. 11.- Bartolomé Roldán. 12.- Bartolomé de Torres. 13.- Bernal. 14.- Cristóbal Caro o Castillo. 15.- Cristóbal Colón. 16.- Cristóbal Quintero. 17.- Cristóbal García Xalmiento. 18.Chachu (Juan de Lequitio). 19.- Diego de Moguer. 20.-Diego de Arana. 21.- Diego Bermúdez. 22.- Diego Leal. 23.- Diego Lorenzo. 24.-Diego Pérez. 25.- Diego Martín Pinzón. 26.- Domingo de Lequeitio. 27.- Domingo Tonelero (del Llano). 28.- Fernando Medel. 29.- Fernando de Triana. 30.- Francisco García Vallejo. 31.- Francisco de Huelva. 32.Francisco Martín Pinzón. 33.- Francisco Medel. 34.- Francisco Niño. 35.- García Alonso. 36.- García Hernández. 37.- Gil Pérez. 38.- Gil Rascón o Gómez Rascón. 39.- Gonzalo Franco. 40.- Jácome del Río o el Rico. 41.- Juan Grumete. 42.- Juan o Maestre Alonso. 43.- Juan Arias. 44.-Juan Arráez. 45.- Juan de la Cosa. 46.- Juan de Jérez. 47.Juan Martín de Azoque. 48.- Juan de Medina. 49.- Juan de Moguer. 50.- Juan Niño. 51.- Juan de la Plaza. 52.- Juan Cuadrado o Quadrado. 53.- Juan Quintero. 54.- Juan Reinal. 55.- Juan Rodríguez Bermejo. 56.- Juan Romero. 57.- Juan Ruiz de la pena. 58.- Juan Verde de Triana. 59.- Juan Vezano. 60.- Lope de Aguirre. 61.-Luis de Torres. 62 Martín de Uturbía o Ortubía. 63.- Martín Alonso Pinzón. 64.- Miguel de Soria. 65.- Pedro de Arcos. 66.- Pedro de Arráez. 67.- Pedro Alonso de Niño. 68.- Pedro de Lope. 69.-Pedro Gutiérrez. 70.- Pedro Salcedo o Acevedo. 71.- Pedro de Soria. 72.- Pedro Sánchez Montilla. 73.- Pedro Tejero.- 74.- Pedro Teneros. 75.- Pedro de Villa. 76.- Pedro Izquierdo (de Lepe). 77.- Rodrigo de Escobedo. 78.- Rodrigo Gallego. 79.- Rodrigo Jérez. 80.- Rodrigo Monge.- 81.- Rodrigo Sánchez de Segobia. 82.79
Rui García o Raul. 83.- Sancho de Rama. 84.- Sancho Rui de Cama o Rama. 85.- Vicente Yánez Pinzón. 86.- Andrés de Yébene. La investigadora Alicia R. Gould señala como dudosos a los siguientes tripulantes. Pero estos aparecen en el libro de Boyd. 87.- Pedro Bermúdez o Juan. 88.- Juan Ortiz ( de Palos). 89.- Juan Péz Vicaíno. 90.- Juan de Sevilla. Tripulantes en la lista de Boyd, que coinciden con la de Alicia R. Gould. 5.- Alvaro o Alvar Pérez Osorio. 11.- Bartolomé Rodán. 14.- Cristóbal Caro o Castillo. 15.- Cristóbal Colón. 16.- Cristóbal Quintero. 17.Cristóbal García Xalmiento. 20.- Diego de Arana. 21.- Diego Bermúdez. 25.- Diego María Pinzón. 30.- Francisco García Vallejo. 31.- Francisco de Huelva. 32.- Francisco Martín Pinzón. 34.- Francisco Niño. 35.- García Alonso. 36.- García Bermúdez. 42.- Juan o Maestre Alonso. 45.Juan de la Cosa. 46.- Juan de Jérez. 50.- Juan Niño. 53.- Juan Quintero. 55.- Juan Rodríguez Bermejo. 63.- Martín Alonso Pinzón. 67.- Pedro Alonso Pinzón. 69. Pedro Gutiérrez. 70.- Pedro de Salcedo o Acevedo. 77.- Rodrigo de Escobedo. 79.- Rodrigo de Jérez. 81.- Rodrigo Sánchez de Segovia. 82.- Rui García o Raul. 84.- Sancho Ui Cama o Rama. 85.Vicente Yánez Pinzón. 87.- Pedro Bermúdez o Juan. 88.- Juan Ortiz (de Palos). 89.- Juan Pérez Vizcaino. 90.- Juan de Sevilla. En cambio en la lista de Pinzón aparecen todos los de la lista de Gould menos: 5.- Alvaro o Olvar Pérez. 13.- Bernal. 18.- Chachu (Juan de Lequitio) . 19.- Diego de Moguer. 68.- Pedro de Lope. 87.- Pedo Bermúdez o Juan. 88.-Juan Ortiz ( de Palos). 89.- Juan Péz Vicaíno. 90.- Juan de Sevilla. Ya hoy en día se recuerda a Cristóbal Colón muy poco, pero gracias a la equivocación de él no descubre al Gran Kan o Cypango, pero descubrió la tierra más hermosas del mundo. Para poder escribir este trabajo me llevo bastante tiempo el poder conseguir fuentes serias, pues algunos historiadores, se les va la mano y escriben cosas sin confirmar. 80
¿QUIEN DESCUBRIO AMERICA Y EN QUE AÑO? En realidad, Cristóbal Colón no descubrió América. Simplemente los Europeos Occidentales no habían oído hablar de esas tierras ya que ni los Rusos, ni los Chinos, ni los Vikingos les habían dicho que estaba ahí. Estos últimos tres grupos no tuvieron la misma influencia ni peso político que los Italianos y los Católicos Romanos, así que en los colegios todavía se enseña una verdad a medias, incluso aunque la mayoría sepamos que no es cierta. Por lo tanto, ¿quién descubrió América de verdad? En realidad, América del Norte y América del Sur fueron unas tierras puras durante miles de años, literalmente sin que “nadie” hubiera puesto un pie en el continente. Todo eso cambió alrededor del 12000 AC, cuando los humanos pisaron por primera vez el continente norteamericano. Pero, ¿quiénes eran? ¿Y quién más se adelantó a Cristóbal Colón? Las primeras personas en América Es ampliamente aceptado que hace aproximadamente 14000 años hubo humanos que cruzaron el Estrecho de Bering desde Siberia hasta Alaska. 81
Eran el pueblo Clovis. Entonces se pasaron unos pocos miles de años migrando lentamente hacia el sur y el este a lo largo de Norteamérica, y después hacia Sudamérica. Pero los arqueólogos han hecho descubrimientos. que muestran que los Clovis no estaban solos. < Al mismo tiempo que el pueblo Clovis empezaba a dejar atrás herramientas, huesos humanos y otras pruebas de su presencia en el noroeste, había humanos que estaban dejando objetos notablemente parecidos a lo largo de la costa de Nueva Inglaterra. Así que los historiadores se preguntaron, ¿cómo puede ser que los Clovis se transportaran mágicamente de modo que empezaran su caminata tanto desde Alaska como desde Nueva Inglaterra al mismo tiempo? La respuesta es que América fue descubierta de manera simultánea por dos culturas distintas, una que cruzó el helado Estrecho de Bering y otra que navegó en barco de isla en isla desde Europa hasta la costa oriental de América. Bjarni Herjólfsson Avancemos 13000 años. Alrededor del año 1000 AC, el Vikingo Erik el Rojo había seguido rutas marítimas hacia el oeste usadas durante generaciones, y descubrió Groenlandia. Al llamar a este territorio congelado “tierra verde” (Greenland o Groenlandia) esperaba seducir a los demás para establecer asentamientos Vikingos, algo que consiguió. Cuando Leif Erikson, el hijo de Erik el Rojo, fue lo suficientemente mayor como para asumir el mando de los asentamientos y los viajes, se convirtió en un joven influyente, en especial como el hijo del hombre que descubrió su nuevo país natal. Fue durante esos días cuando un joven Vikingo llamado Bjarni Herjólfsson llegó con su barco a Islandia para navegar con su padre de vuelta a Groenlandia. Cuando le dijeron que su padre ya había zarpado, el joven hijo reunió a su tripulación y también zarpó. La historia registra una afirmación premonitoria que Bjarni Herjólfsson hizo en ese momento, “nuestro viaje ha de ser considerado temerario, dado que ninguno de nosotros ha estado jamás en el Mar de Groenlandia”. 82
Bjarni y su tripulación finalmente llegaron a Groenlandia, pero no antes de perderse en el Océano Atlántico. Los escritos legendarios Noruegos describen una tripulación asustada y perdida, a la deriva en el vasto océano abierto, sin viento y a merced de las mareas. Éstas finalmente les empujaron a un grupo de islas. Cuando la tripulación le preguntó a Bjarni si finalmente era Groenlandia, él respondió, “no”. Señaló que todas las islas estaban cubiertas de hierba, colinas y bosques. También se percató de que no había montañas de hielo que se elevaran al fondo como en Groenlandia. Y, sobre todo, la temperatura era agradable. Cuando pisaron la tierra notaron cómo la hierba estaba cubierta de rocío, y los vikingos la frotaron con sus manos desnudas. Bjarni y su tripulación finalmente encontraron el camino de vuelta a Groenlandia, donde entretuvieron tanto a los niños como a los marineros con su relato sobre el descubrimiento de una tierra nueva, rica y hermosa. Uno de los más fascinados fue Leif Erikson. 83
Leif Erikson Leif Erikson estaba tan cautivado por el relato de Bjarni Herjólfsson sobre su descubrimiento accidental, que el hijo del fundador de Groenlandia fue a visitar a Bjarni para hacerle más preguntas. Acabó comprándole un barco y reuniendo su propia tripulación. Con las instrucciones y las descripciones de Herjólfsson, Leif Erikson zarpó hacia su misterioso nuevo mundo a través del Atlántico. Leif tenía un barco y una tripulación de 35 miembros, incluyéndose a sí mismo. La historia registra que el grupo incluía a 34 Vikingos y 1 Germano. Tras dejar atrás Groenlandia, primero se encontraron con una isla desconocida hecha de roca con montañas de hielo al fondo. La segunda isla que encontraron tenía lisas playas de arena blanca y bosques. Al continuar hacia el oeste, la tercera isla gigante que encontraron podría no haber sido una isla en absoluto. Muchos historiadores creen que, simplemente, Leif y su tripulación habían descubierto la costa de Nueva Inglaterra.
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Los Vikingos estaban tan contentos de haber encontrado un paraíso tan hermoso que construyeron una gran cabaña y se quedaron durante el invierno. Decían que había abundancia de vida vegetal y animal. En concreto contaron que tanto un arroyo como un lago estaban rebosantes de los salmones más grandes que jamás habían visto. Otro elemento abundante eran las uvas, que cargaron en su barco en el viaje de vuelta a Groenlandia durante la primavera. Al irse, llamaron a su nuevo paraíso descubierto Vinlandia. Los Chinos y el descubrimiento de América Cuando la gente argumenta que los Chinos descubrieron América en 1421, la mayoría citan el libro “1421: El Año en que China Descubrió América”, de Gavin Menzies. Lo que hizo el británico Menzies fue centrar su investigación y su teoría en un mapa descubierto 30 años antes en Taiwán por el misionario Baptista Dr. Hendon M. Harris. El mapa resultó ser una reliquia antigua que ilustraba el legendario continente chino perdido de Fu Sang.
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Tras inspeccionar con mayor detalle el Mapa de Harris, se determinó que el tamaño, la ubicación y el contorno de Fu Sang eran casi idénticos a los de Norteamérica. Como prueba todavía más evidente de que Fu Sang era realmente Norteamérica, el antiguo mapa chino también incluía puntos de referencia geográficos, especialmente el Gran Cañón. Gavin Menzies creía que era demasiada coincidencia y se lanzó a descubrir más pruebas de que los chinos habían estado en América antes que Colón, y de que incluso podían haber mantenido un contacto habitual. Como prueba adicional, Menzies señala una reliquia china llamada el “Mapa de 1418” debido a que ésa es la fecha en la que se piensa que se creó. El mapa chino incluye el contorno y los detalles de cada uno de los continentes del mundo, incluyendo América del Norte y del Sur. Y es todavía más impresionante el hecho de que incluye representaciones precisas de los principales ríos a lo largo de América. Menzies y otros muchos creen que los chinos no pudieron haber cartografiado el interior de América sin haberse adentrado personalmente. Cristóbal Colón y los Nativos Americanos Esto nos lleva a 1492 y al año en que Cristóbal Colón descubrió el Caribe. Muchos Nativos Americanos muestran desprecio hacia Colón y marcan ese año como la fecha en la que el hombre blanco inició su guerra de genocidio contra ellos. Pero merece la pena destacar que Colón nunca llegó a América. Y los Nativos Americanos también fueron inmigrantes hacia América en su momento, tras llegar cruzando los océanos. Además, igual que el hombre blanco, las tribus indígenas que los colonizadores europeos arrasaron, también arrasaron a su vez a las etnias más débiles que ocuparon esas tierras antes que ellos. Por curiosidad, este autor realizó un día una pequeña investigación sobre las tribus indígenas que ocuparon el estado de Illinois. La mayoría de sus residentes conocen la Nación Illini y su dominio sobre el territorio, sobre todo porque Fighting Illini (Illini Luchadores) es el nombre de los equipos deportivos de la Universidad de Illinois. Pero los Illini no ocuparon 86
Illinois de forma pacífica durante milenios antes de que Colón llegara. La arqueología muestra que una etnia más pequeña y débil de pobladores ocupó las tierras de Illinois aparentemente desde su llegada hacia el 12000 AC. En el 1500 AC, una violenta y poderosa nueva tribu llamada los Illini apareció y conquistó a los nativos. Los Illini fueron los dueños del territorio hasta que en 1700 los franceses les conquistaron. Ya en 1776, lo había conquistado Gran Bretaña. En ese año, el territorio también fue invadido y conquistado por Virginia. En 1787, Virginia intercambió Illinois por el Territorio del Noroeste. Entonces, Illinois fue anexionado al Territorio de Indiana. Finalmente, en 1809, Illinois logró su independencia y en 1818 se incorporó como el estado número 21 de la unión. Moraleja de la Historia del Descubrimiento de América La moraleja de la historia es que los pueblos y las naciones han sido conquistados y aniquilados desde el comienzo de los tiempos, y aún lo son en la actualidad. No se trata de que sea lo correcto. Se trata de que es la verdad. Colón no debería ser denigrado por conquistar a los indígenas en mayor medida de lo que los indígenas deberían ser denigrados por conquistar a los habitantes originales de América que llegaron desde Asia y Europa hace 14000 años. Tomado de: https://www.quieninvento.org/quiendescubrio-america-y-en-que-ano/ 87
¿QUIEN FUE AME
Freire Charl
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ERICO VESPUCIO?
les Pompier
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Consideramos de utilidad y de justicia proporcionar los datos biográficos y las investigaciones científicas, que posee la Institución, de la vida y de la obra de Américo Vespucio, uno de los fundadores de la Francmasonería Primitiva, cuyo nombre lleva dignamente el Continente Americano, a pesar de las maniobras malintencionadas y sucias del clero católico, que propaló durante siglos versiones falsas y difamatorias contra este sabio, sólo por el hecho de que era un florentino de origen gibelino no se prestaba para servir de instrumento a la Iglesia en su labor oscurantista de la mal llamada cristianización, y en su política esclavista, a pretexto de la liberación de los pueblos indígenas de América. No deseamos con esto empequeñecer la labor, digna de elogio, de otros hombres, como Cristóbal Colón, Martín Alonso Pinzón, Juan de la Cosa, Juan Caboto, etc., que participaron en la gran empresa que culminó con el redescubrimiento de nuevas tierras, cuya existencia no era secreto en Europa desde el siglo IX. Cada uno de ellos aportó su valor personal, sus conocimientos y sus experiencias en navegación en forma digna de consideración y elogio; aportación que por otra parte fue completamente distinta de la que les atribuyeron los escritores clericales, que inventaron y falsearon los hechos para satisfacer sus intereses bastardos. Nuestra intención ante este problema es despertar en el francmasón estudioso el interés por analizar los hechos desde el punto de vista científico, con objeto de apartar lo verdadero de lo falso, y de calificar a cada quien como lo merece. Sólo en esta forma consideraremos útil y fecunda la labor francmasónica progresista en bien de la Humanidad. También queremos hacer la advertencia, de que en ninguna parte hay el menor indicio de que Américo Vespucio, hombre modesto, sincero y honrado, manifestase pretensiones durante su vida respecto a la posibilidad de tener el honor de que las tierras descubiertas llevasen su nombre, ni se presento individualmente como descubridor. Fueron hombres sabios y profesores de la época posterior a su muerte, desconocidos por él y desinteresados completamente en la parte económica y política de la empresa del descubrimiento, quiénes consideraron que era justo llamar América al Continente firme que Vespucio, por circunstancias casuales, 90
pisó entes que Colón, y fue además el primero que proporcionó a la Humanidad datos geográficos verídicos y observaciones importantes sobre el mismo, llamándolo antes que nadie, y con conocimiento de causa, el Mundo Nuevo. La biografía de este sabio navegante: Américo Vespucio, célebre navegante, cosmógrafo y cartógrafo, nació en Florencia, entonces República, el 9 de Marzo de 1451. Fue hijo de Anastasio Vespucio, notario público, y de Isabel Mini, ambos pertenecientes a familias notables de origen gibelino, o sea, netamente republicano. La familia Vespucio tuvo varios hombres públicos muy notables y progresistas, y uno de ellos desempeñó el cargo de enviado del Gobierno republicano de su patria ante la corte de Francia. El nombre de Américo también revela el origen republicano de su familia, que fue marcadamente adversa a las costumbres güelfas de los partidarios del papado romano. La primera enseñanza la recibió de un tío paterno suyo, y después pasó a la escuela laica de Andrea Verrochio, la misma en la que se educaba Leonardo de Vinci, el gran sabio y artífice de la época, y Pedro Soderini, posteriormente ganfaloniero progresista de la República de Florencia y adversario de la política de la familia Médicis, que buscaba en aquellos tiempos la manera de apoderarse del trono papal para cimentar más sólidamente su posición de banqueros en todos los países dominados por el clero católico. En la escuela laica de Verrocio, Américo aprendió la Gramática, la Literatura, las Matemáticas, la Física, la Historia, la Geografía, la Cosmografía y el Dibujo; pero sus conocimientos los perfeccionó gracias a su amistad con Pablo Toscanelli, gran astrónomo y conservador de la mejor biblioteca de la época, establecida en Florencia por Niccoli. Sus primeras prácticas de navegación las tuvo en el Mediterráneo, visitando los puertos de la Península Itálica, Grecia, Palestina, Egipto y África del Norte, en las embarcaciones que hacían viajes al Oriente en busca de especias, hierbas, tintes, perfumes, géneros finos, tapices, perlas, etc. En Palestina estaba establecido un hermano suyo, Jerónimo, que se dedicaba al comercio entre Florencia y el Oriente. 91
En la escuela de Verrochio conoció a Leonardo de Vinci, también de origen gibelino, y fue su amigo íntimo. Ambos visitaban a Pablo Toscanelli en plan de discípulos y lo admiraban por su sabiduría, su conocimiento profundo de lenguas y desinteresada labor en bien de la Humanidad. Cuando principió la crisis económica en Florencia, ocasionada por la interrupción del comercio con el Oriente, debido a la ocupación de las vías por el ejercito turco con miras de establecer una barrera aduanal, mucha población de la República quedó sin ocupación. Entonces Pablo Toscanelli hizo todo lo posible por instruir y capacitar en diferentes ramas de saber a la juventud florentina, para que pudiera buscar los medios de subsistencia, tanto dentro como fuera del país, prescindiendo del comercio. Américo Vespucio y Leonardo de Vinci, hombres de talento y de buena voluntad, cooperaron en forma sincera y desinteresada con aquel sabio. Pero el clero católico y los güelfos, que pretendían controlar la educación y las Ciencias en provecho de la Iglesia, se opusieron a la labor progresista de aquellos ilustres florentinos.
Leonardo de Vinci
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Para librarse de la tutela clerical y para abrir el camino del progreso a todos los individuos que deseaban instruirse, los tres luchadores incansables maduraron un grandioso plan que consistía en la formación de agrupaciones progresistas entre la juventud estudiosa y amante de las Arte, tanto para el intercambio de conocimientos y prácticas en los diferentes ramos del saber, como para luchar por la educación laica de los pueblos, arrebatando las Ciencias y las Artes del control del clero y traduciendo los manuscritos científicos árabes, griegos y latinos en el idioma común de los pueblos, para su rápida y fácil divulgación en provecho de la Humanidad. Este grandioso plan dio origen al nacimiento de la Francmasonería. Así pues, Américo Vespucio fue uno de los tres hombres a quiénes se debe la aparición de nuestra honorable Institución.
Ludovico Sforza “El Moro”.
Los esfuerzos para establecer la primera Academia de intercambio de conocimientos y prácticas en Florencia no tuvo éxito, debido a la oposición de los Médicis, que estaban convertidos en papistas. Pero el apoyo fue encontrado en Milán, aprovechando el espíritu progresista de Ludovico Sforza, llamado “El Moro”. Con su ayuda económica, Leonardo de 93
Vinci fundó en 1482 la Academia de Arquitectura de Milán, agrupando en aquel plantel de enseñanza científica superior, a jóvenes progresistas de las tres Repúblicas de la Península Italiana. Pablo Toscanelli no pudo asistir a las reuniones de esta primera Academia, debido a sus enfermedades y su muerte que sobrevino a una edad muy avanzada. Pero Américo Vespucio participó en el intercambio de conocimientos y prácticas como geógrafo, cosmógrafo y cartógrafo, ya muy célebre entonces. En sus enseñanzas divulgaba los conocimientos que aprendió de su profesor desaparecido y la práctica que adquirió durante sus viajes por el Mediterráneo como navegante. Lo más importante de estas enseñanzas consistía en la divulgación de las teorías científicas de que la Tierra es redonda y en la popularización de los datos recopilados de diferentes fuentes e ilustrados por mapas que mostraban que viajando por el Atlántico en dirección del Poniente, se encontrarían, a una distancia relativamente corta, las tierras nuevas, descubiertas por los escandinavos que habitaban en Islandia desde el siglo XI, indicando, además, que el camino a la India y China debía ser más corto en esta dirección y no la que buscaban los portugueses. Estando en la Academia de Milán, Américo escribió la Geografía, cuyo manuscrito lo regaló a Leonardo de Vinci antes de partir para España. Los datos geográficos y los conocimientos científicos que divulgaba Américo interesaban de manera especial a los navegantes de entonces, y eran muy discutidos en Portugal y en España por los hombres interesados en las exploraciones y en el descubrimiento del camino más corto a la India y China. Los navegantes portugueses del siglo XV, Diego Cam, Juan Alfonso de Abeiro, Dimiz Díaz, Cada-Mosto, Nuno Tristao, Bartolomé Díaz y Vasco da Gama, basándose en los escritos del gran geógrafo Edrisi y en los relatos fenicios y judíos, intentaban llegar a las islas de las especias bordeando el Continente Africano. Pero sus competidores, que vivían en España, tomaban muy en serio las enseñanzas de Pablo Toscanelli, conocidas a través de los navegantes genoveses, venecianos y florentinos, que se ofrecían como exploradores. Cuando fueron conocidos en el año de 1486 los datos sobre el viaje de Bartolomé Díaz, que dio la vuelta al Cabo de Buena Esperanza, en España se agitaron los interesados en el comercio con la India, para que el Gobierno y los particulares ayudasen a adelantarse a Portugal explorando la ruta que indicaba Tos94
canelli. Cristóbal Colón fue uno de los navegantes que más intensamente trabajaba por obtener la ayuda. Cuando se resolvió favorablemente su solicitud para organizar la primera exploración, la noticia fue comunicada a los Médicis, pidiéndole su cooperación en calidad de armadores de navíos y dueños de la sucursal de Sevilla, que estaba a cargo de Juan Berardi. Entonces los Médicis contrataron en 1489 a Américo Vespucio como técnico en materia de navegación, y lo enviaron a España con un grupo de jóvenes de diferentes oficios relacionados con la construcción de barcos. A su llegada a Sevilla, Américo reunió en la casa de Berardi a los hombres eminentes interesados en la exploración, y les proporcionó los datos científicos que poseía, preparando, además, técnicamente a los tripulantes que debían acompañar a los exploradores. Vespucio coopero sincera y desinteresadamente con Cristóbal Colón: le suministro mapas y datos científicos de navegación, le ayudó a obtener préstamos en dinero de la casa Berardi y lo protegió secretamente ente la corte durante las consultas técnicas sobre los viajes de exploración y el acondicionamiento de los barcos que estaban a su cargo. Estas relaciones de amistad íntima entre los dos navegantes la revela una carta fechada en Febrero de 1505, que Colón dirigió a su hijo Diego. La carta, en la parte que nos interesa, dice lo siguiente: “...fablé con Américo Vespuchy, portador desta, el cual va allá llamado sobre cosas de navegación. El siempre tuvo deseo de me hacer placer: es mucho hombre de bien: la fortuna la ha sido contraria como a otros muchos: sus trabajos no le han aprovechado tanto como la razón requiere. El va por mi y en mucho deseo de hacer cosa que redondee en mi bien, si a sus manos está. Yo no sé de acá en que yo le imponga que a mi aproveche, porque non sé que sea lo que allá le quieren. El va determinado de hacer por mí todo lo que a él que fuere posible. Ved allá en que puede aprovechar y trabajad por ello que él lo hará todo y fablará y lo porná en obra, y sea todo secretamente porque non se han del sospecha”. En 1495 murió Juan Berardi, gerente de la sucursal de los Médicis en Sevilla, y Américo Vespucio fue encargado de dirigir el negocio y de liquidar los intereses del desaparecido, lo que cumplió con toda honradez. En 1497 el rey de España pidió a Vespucio que acompañara a los exploradores en el tercer viaje a las tierras americanas, como técnico en materia 95
de navegación. La expedición salió de Cádiz el 10 de Mayo de 1497, y a los 37 días tocó por primera vez la tierra firme del Continente Americano en el golfo de Honduras. (Colon en los dos primeros viajes llegó a las islas de Santo Domingo y Cuba). La exploración prosiguió, navegando a la vista de las costas de Yucatán, Veracruz y Tamaulipas, entrando después al río Mississippi y terminó en la punta de Florida en Abril de 1498. donde los exploradores volvieron a Cádiz el 14 de Octubre de 1498. El segundo viaje de Américo principió el 16 de Mayo de 1499, partiendo de Cádiz hacia las islas de Cabo Verde; después de 44 días de navegación, los exploradores llegaron a las costas de Brasil, cerca de la desembocadura del Amazonas. Permanecieron cerca de un año explorando la costa y después fueron a la isla de Antillas donde llegó Colón en sus primeros viajes. Después de descansar en compañía de la gente que dejó Colón en la isla, volvieron el 8 de Septiembre de 1500 al puerto de Cádiz. El tercer viaje de Américo fue por cuenta de Portugal, atendiendo el llamado del rey Giuliano de Bartolomeo del Giocondo; el viaje se inició en Lisboa el día diez de Mayo de 1501 y terminó el 7 de Septiembre de 1502. El cuarto viaje también fue por cuenta de Portugal; se inició el 10 de Mayo de 1503, partiendo de Lisboa, terminó el 18 de Junio de 1504. El 4 de Septiembre de 1504, Américo Vespucio envió por medio de Benvenutti una carta al gonfaloniero de la República de Florencia, Pedro Soderini, relatándole sus cuatro viajes, con pormenores muy interesantes respecto del Nuevo Continente que posteriormente llevó su nombre. En el año de 1505 Vespucio volvió a España y se casó con María Cerezo, de origen castellano, con la que tuvo hijos. El mismo año fue nombrado cosmógrafo de la corona con 12,000 maravedíes de ayuda de costa y siguió dedicándose a la provisión y armamento de navíos, estando en correspondencia directa con la corte de Castilla. El 22 de Marzo de 1509 fue nombrado piloto mayor, con un sueldo de 50,000 maravedíes y 25,000 de ayuda de costa. El día 22 de Febrero de 1512 murió en Sevilla y su sobrino Juan fue nombrado piloto en lugar suyo. El nombre de Américo Vespucio provoca la irritación biliosa en el clero católico desde que el Continente Americano lleva su nombre. El Vaticano empleó toda clase de mentiras y de falsificaciones burdas para desvirtuar 96
la labor progresista de este sabio florentino, pero la justicia triunfó ante los intereses bastardos y oscurantistas de la casta de hipócritas. La descarga de la ira clerical en Vespucio obedecía a muchas causas que son ignoradas por completo, no solamente entre la gente común, sino también entre los hombres de aparente erudición. El clero católico destruyó y ocultó la mayor parte de los documentos históricos a la vida y a la actuación del ilustre navegante, tanto en Florencia, su patria, como en España y Portugal, donde pasó más de veinte años cooperando sinceramente con todos los hombres que participaron en el redescubrimiento y la exploración del Continente Americano, como navegante, armador, cosmógrafo y cartógrafo, cuya autoridad en estos ramos del saber fue reconocida por todos sus contemporáneos.
La actitud adversa del clero católico a la obra del ilustre florentino obedecía en primer término a las profundas diferencias que existían en la Península Itálica entre los grupos que se distinguían con los nombres de gibelinos y güelfos. Esta división data desde la época del Imperio y procede de la corrupción de los nombres de Wilbligen y Welf, príncipes alemanes, representantes de los bandos que disputaban la corona imperial después de la muerte de Lotario en el año 1139. Posteriormente durante la época de las luchas por el derecho de las “Investiduras”, luchas que se desarrollaron en la segunda mitad del siglo XII y el principio del XII, se daba el nombre de gibelino a los componentes del partido popular que se 97
destacaban como antipapistas. El partido de los aristócratas, que se unieron con el Papa, adoptó el nombre de güelfos. En Florencia llamaban gibelinos a los republicanos antipapistas que luchaban por el predominio de la cultura pagana greco-romana, y se oponían al control de la educación y de la Ciencias por el clero católico. Este grupo estaba dirigido por prominentes hombres de la Masonería operativa, pertenecientes a la Asociación de Pintores y Escultores de Florencia, que se apoyaban en las Logias de las siete Artes principales de la República: la de lana, de Calimala, de seda, de peletería, de cambistas, de médicos y boticarios y de jueces y notarios, los que por mucho tiempo gobernaron el país democráticamente. Los güelfos, o sea los papistas, se agrupaban alrededor de Silvestre de Médicis y sus sucesores. Cuando éstos se apoderaron del gobierno, apoyados por fuerzas extrañas, proclamaron la Constitución antidemocrática de 1258, que favorecía a los intereses particulares de la casa bancaria de los Médicis y a los intereses del clero católico romano que se valía del banco para el cobro de sus impuestos y controlaba además la educación pública, así como el gobierno autócrata de los banqueros mencionados. Aunque la Iglesia católica no podía prescindir de los artistas y sabios gibelinos, que la invadían con el Arte pagano, el clero los calificaba como libertinos y como sus enemigos tradicionales, y procuraba palidecer por todos los medios su obra progresista, inventando mentiras e historietas falsas de héroes religiosos de monjes nobilísimos y de santos y santitos virtuosísimos, atribuyéndoles la iniciativa en todos los sucesos que influían en el progreso de la humanidad. Así aparecieron un San Luis, un San Francisco, un fray Andrea, unos franciscanos dominicos, de existencia dudosa, aceptada únicamente por creyentes supersticiosos y fanáticos y por “eruditos”, doctores en teología que los presentaban como antecesores de todos los hombres notables que aportaron algún beneficio a la humanidad. Todos los sabios civiles aparecían necesariamente, en virtud de la táctica clerical, con un tutor o antecesor eclesiástico. Marco Polo tiene precursores a frailes viajeros. Pablo Toscanelli es presentado como discípulo del clérigo Marcilio Ficino, aunque por la edad y la época de actuación de estos dos personajes más bien puede suponerse lo contrario, ya que Ficino nació 36 años después de Toscanelli y su actuación en la Academia Platónica de los Médicis, fundada en 1484, 98
comenzó después de la muerte de su supuesto discípulo. Un canónigo de Portugal aparece como maestro de Cristóbal Colón en materia de navegación, afirmación comprobada como falsa en la actualidad. Los doctores en teología de Salamanca aparecen como los geógrafos mas ilustres de entonces, a pesar de un dictamen tan absurdo respecto a las proposiciones de Colón, en el que las calificaron de “imposibles y vanas, y de toda repulsa dignas”. Un difamador como Pedro Martyr, y un falsificador de la historia como fray Bartolomé de las Casas, se presentan en sus escritos como más sabedores de los detalles del descubrimiento de América, que el mismo Colón, que Martín Alonso Pinzón y que Américo Vespucio.
Ilustración de combate del siglo XIV entre facciones güelfa y gibelina en Bolonia
En cambio, las biografías de los hombres verdaderamente ilustres y valientes, tales como Marco Polo, Niccolo de Niccoli, Pablo Toscanelli, Leonardo de Vinci, Américo Vespucio, Cristóbal Colón, Martín Alonso Pinzón, Pedro Soderini, Martín Waltzmüller, etc., etc., están llenas de difamación y falsedades, en las que el clero y sus eruditos los presentan como los hombres más borrosos del Universo, tanto en sus conocimientos científicos, como en su valor personal y sus cualidades morales, cali99
ficándolos de figuras de segundo orden y de mercaderes; les atribuyen la calidad de intrigantes, malintencionados, desagradecidos, falseadores y, en una palabra, idénticos a los gibelinos paganos, enemigos de la Iglesia. La rabia clerical aumentaba a medida que crecía la lucha de los intereses bastardos de los aventureros europeos, que participaban sobre el oro del Nuevo Continente, con la bendición apostólica o sin ella, y que buscaban la justificación de su predominio exclusivo sobre las diferentes regiones de América. Entonces el clero venal se encargaba de escribir las relaciones históricas falsas con testimonios de personajes imaginarios, componer las biografías de los descubridores, inventar y fabricar los documentos “auténticos” y destruir los datos verídicos sobre los acontecimientos de la época que no convenían a sus intereses. Todo esto tenía por fin dar la razón a aquellos aventureros con quiénes repartían el botín y enredar en sus aventuras a pueblos inocentes, que por falta de espacio en sus tierras natales o por persecuciones políticas y religiosas abandonaban Europa y venían a colonizar América, pasando aquí calamidades y exponiendo sus vidas para que las castas de los hipócritas y de los ambiciosos los siguieran gobernando dentro de una educación y de una cultura esclavista. Cristóbal Colón, después de denigrado, encadenado y depreciado, es convertido en un héroe del cristianismo romano, en un místico digno de canonización, en un servidor incondicional de una monarquía protegida por el papado romano, en un virtuoso muerto en la pobreza y enterrado por una sociedad de beneficencia. Sus restos vagaban por todas las catedrales de las tierras por él descubiertas. Los curas y los frailes aparecen como salvadores y libertadores de los indios americanos, y los pobladores españoles, portugueses, franceses e ingleses, como comerciantes de negros africanos en América y exterminadores de la población indígena en Cuba y Estados Unidos. Así se escribe la historia, así se doctora en teología y así se explota la ignorancia. Pasan los siglos y la verdad demostrable triunfa. Investigadores de la segunda mitad del siglo pasado y del nuestro desenredan la tela de araña clerical y nos presentan en toda su grandeza a los hombres sabios del Renacimiento florentino, fundadores de nuestra honorable agrupación francmasónica primitiva, y entre ellos aparece de nuevo la figura del ilustre navegante, cosmógrafo y cartógrafo Américo Vespucio, cuya biografía hemos relatado. 100
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