Quaestiones Disputatae Nº 4 Enero - Junio 2009

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Temas en debate

Nº 4, enero - julio 2009

Quaestiones Disputatae

Tunja Colombia

N° 4

pp. 00 - 110

enero junio

2009

ISSN: 2011 - 0472


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Directivas P. José Antonio Balaguera Cepeda, O.P. Rector General

P. Luis Alberto Orozco Arcila, O.P. Rector Seccional

P. Tiberio Polanía Ramírez, O.P. Vicerrector Académico

P. Erico Juan Macchi Céspedes,O.P. Vicerrector Administrativo - Financiero

Comite Editorial Universidad Santo Tomás, Seccional Tunja P. Tiberio Polanía Ramírez, O.P. Vicerrector Académico

Galo Cristhian Numpaque Acosta Director Centro de Investigaciones

Doris Andrea Sotelo Carreño Directora Departamento de Comunicaciones

Director de la Revista P. Alfonso Camargo Muñoz


Consejo Editorial de la Revista Germán Rolando Vargas Rodríguez Director Departamento de Humanidades

Henry Sánchez Olarte Psicologo Universidad Antonio Nariño

Santiago Bordamalo Echeverri Magíster en Filosofía Latinoamerica Universidad Santo Tomás

Juan Medina Roa Comunicador Social Universidad Externado de Colombia

José Eduardo Pardo Valenzuela Lic. en Teología Pontificia Universidad Javeriana

Milton Adolfo Bautista Roa Licenciado en Filosofía, Ética y Valores Humanos, Universidad Santo Tomás

Hernán Javier Pinzón Manrique Lic. Filosofía y Letras Universidad Santo Tomás

Comité Científico P. Jaime Muñoz Pedroza Dr. en Teología Pontificia Universidad Javeriana

P. José Carvajal Sánchez Dr. en Filosofía Universidad Católica de Paris

P. Oswaldo Martínez M Dr. en Teología Pontificia Universidad Gregoriana de Roma

Josep M. Coll, S.J. Dr. en Filosofía Universidad de Barcelona

Diego Pérez Villamarín Dr. en Filosofía Pontificia Universidad Santo Tomás – Angelicum Roma

ISSN: 2011 - 0472 Hecho el deposito que establece la ley Derechos Reservados Universidad Santo Tomás

Néstor Rafael Perico Granados Doctorando en Educación Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia

Galo Cristhian Numpaque Acosta Magíster en Lingüística Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia

Suscripciones y Canje Cll. 19 No. 11 - 64 Tunja - Boyacà PBX: 744 04 04 desde cualquier lugar del país línea gratuita: 018000 932340

P. Aldemar Valencia Hernández, O.P. Doctorando en Teología Universidad San Esteban de Salamanca

Doris Andrea Sotelo Carreño Magíster en Lingüística Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia

Tomás Sánchez Amaya Dr. en Ciencias Sociales, Niñez y Juventud Universidad de Manizales - CINDE Diseño y Diagramación Rafael Fernando Herrera

Los conceptos expresados en los artículos son de exclusiva responsabilidad de sus autores y no comprometen a la institución ni a la publicación.



Contenido Editorial Germán Rolando Vargas Rodríguez

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Dialogo, razón y fé, ciencia y evangelio. Alberto Parra S.J.

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Santiago Borda-malo Echeverri

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Talento y talante filosóficos de San Pablo. 21

Pluralidad de religiones y dialogo interreligioso Josep M. Coll

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Tomás Sánchez Amaya

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Germán Rolando Vargas Rodríguez

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Una mirada a la problemática moral en Colombia 53

Huellas del pasado.... testimonio de hoy 67

Representaciones sociales de género en docentes en formación Ruby Lisbeth Espejo Lozano

Instructivo para autores

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Editorial

Editorial Editorial La vida universitaria es una dinámica constante donde se construye el conocimiento, es allí donde las disciplinas se funden y dirigen los caminos de la sociedad, y desde varios escenarios se plantean cuestiones múltiples para ser debatidas, cualificarlas y por ende proponer soluciones. Frente a estos retos, la academia necesita de herramientas serias para plantear lo nuevo que se construye en su interior; de esta manera, los medios escritos son el mecanismo para plasmar dichas experiencias, productos de investigaciones y ejercicios de reflexión que conlleven a estos propósitos de dinamizar el cambio en la nueva sociedad, siendo propositivos, reflexivos y críticos. Quaestiones Disputatae, es entonces para los docentes de la USTA, académicos de otras instituciones y en especial para los que integran el equipo de Humanidades, un espacio privilegiado donde pueden dar a conocer diferentes temáticas en el campo humanístico, pero ante todo, propuestas variadas que confluyan en un diálogo de saberes y den cuenta a la sociedad sobre la responsabilidad de las instituciones de educación superior

frente a las exigencias del hoy que convergen en la lectura del pasado y muestran las posibilidades de enfrentar el futuro. El Departamento de Humanidades en una nueva etapa pretende hacer de la Revista Quaestiones Disputatae su instrumento de divulgación como herramienta dinámica y didáctica en la USTA, que llegue a los estudiantes en las áreas de formación humanística, para que allí se debatan y articulen temas de interés, producto de la reflexión, pero sobre todo busca que nos preguntemos e inquietemos por la dinámica del hombre y la sociedad en el mundo, y desde allí se propicie un diálogo académico. Interpretando esta premisa, se espera que los futuros profesionales encuentren su norte, y lo planteen como primicia en su proyecto de vida; se debe buscar que los jóvenes la apliquen a su saber disciplinar orientándola en la integralidad y la humanización, y tomando como punto de partida la encrucijada actual de los valores del mundo globalizado.

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Con lo anterior, los nuevos retos de la sociedad exigen que la universidad se piense así misma y de ella emerjan propuestas a soluciones posibles desde la reflexión, pero ante todo desde un diálogo humanista que funde valores e introyecte en sus nuevos protagonistas (los jóvenes) una conciencia ética y de justicia social. Es pertinente que introduzcamos a nuestros estudiantes en un diálogo con la cultura, que desde su formación disciplinar aprendan a ser críticos, más humanos, conociendo la historia, las problemáticas sociales que los inquieten y les haga cuestionar sobre su misión social y su fin en el mundo. En esta oportunidad nuestra revista Quaestiones Disputatae presentará a sus lectores, una serie de artículos con temáticas que invitan al dialogo y a la reflexión, desde la historia, la pedagogía y las humanidades en general, que propondrán caminos que inician la construcción de la verdad, ya que esta sólo se construye a través de lo que se conoce y el conocimiento es uno de esos caminos, haciendo de nuestro lema “Feacientes Veritatem” una practica cotidiana en nuestro quehacer académico. Es importante resaltar la dinámica en la que se mueve nuestro claustro propuesto desde su PEI (Proyecto Educativo Institucional) , en las funciones sustantivas, esencia y nervio del Alma Mater: la docencia, la investigación y la proyección social. Nuestra revista, se convierte entonces en el producto donde se dinamizan las tres, ya que desde ella la academia se plasma en la reflexión de los docentes, la investigación en sus productos que se escriben como resultado de sus experiencias pedagógicas y la divulgación promueve desde la proyección social el dar a conocer y proponer el dialogo que impacta desde los comentarios, la critica y la dinámica inquietante que desde estos escritos genere nuevas ideas para continuar la construcción de conocimiento. 8

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Finalmente, es imperante decir que nuestro propósito siempre será el de promover la formación integral de las personas, remembrando las palabras del Aquinate cuando define: “educación”- “la promoción” (promotio) es componente esencial. No basta que la educación o la institución educativa pretendan “conducir más allá” (“traducere”) al educando, ayudarlo a cambiar, ayudarlo a pasar de un estado a otro, ayudarlo a avanzar hacia las preocupaciones y saberes de su propio tiempo. Ese “más allá” de la insuficiencia o de la ignorancia, ese cambio, ese nuevo estadio, ese avance hacia el estado histórico de la propia sociedad y de la humanidad debe implicar elevación gradual, ascenso hasta el “estado perfecto de hombre”; es decir, hasta alcanzar una capacidad estimativa autónoma y responsabilidad habitual en el uso de la libertad, guiada por la “prudencia” o aptitud para la acción valiosa, de cara a los distintos desafíos situacionales (PEI, USTA pag 23 y 24). Con esta clara disertación de Tomás el Maestro, sobre nuestra función institucional para la educación, invito a toda la comunidad académica para que conozcan a través de este medio, pensamientos de humanistas, que aportan su granito de arena para la construcción de nuestra misión institucional. Que sea el maestro Tomás quien siga dirigiendo nuestros pasos en la enaltecedora labor académica , propiciada por la magnificencia del Todopoderoso y bajo la tutela de nuestro padre fundador Santo Domingo de Guzmán , para que la USTA siga siendo constructora de verdad. Germán Rolando Vargas Rodríguez Director Departamento de Humanidades Universidad Santo Tomás de Tunja


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DIALOGO, RAZÓN 1 Y FE, CIENCIA Y EVANGELIO

Alberto Parra S.J.* Recibido: 5 de mayo de 2009

Resumen: El presente trabajo plantea la necesidad de repensar la especificidad de las universidades católicas desde los aspectos mismos que las definen como tal: el ser universidades y el ser católicas. Si la identidad esencial de la universidad es propiamente ser el ámbito de la ciencia, y lo más específico de su catolicidad es inspirarse en los valores del evangelio, se impone el establecimiento de un diálogo capaz de clarificar una vez más las vías de una articulación efectiva entre razón y fe, ciencia y evangelio, en aras de lograr los propósitos expresados en el principio que intenta inspirar dicho diálogo: creer para entender, entender para creer. En el desarrollo del discurso se va descubriendo la necesidad de profundizar en la distinción entre ciencia y sabiduría, en un reconocimiento explícito a los límites de la razón. Palabras clave: universidad, católica, evangelio, pastoral, ciencia, sabiduría.

Aprobado: 30 de mayo de 2009

Abstract: The following work states the need of rethinking upon the specification of the catholic universities from the point of the aspects that define them as: to be universities and to be catholic. If we consider that the essential identity of the university is to be properly the field of science, and the most specific aspect of its catholicity consists of to be inspired on the values of the gospel, the establishment of a dialogue able to clarify once more the ways of an effective articulation between reason and faith, science and the Christian gospel is imposed, in order to achieve the purposes expressed in the precept that tries to inspire the dialogue: to believe in order to understand, to understand in order to believe. Through the development of the discourse, the need of deepen on the distinction between science and wisdom is being discovered, in an explicit acknowledgment of the limits of reason. Key words: University, Catholic, Gospel, Pastoral, Science, Wisdom.

1. Este artículo, es producto de las investigaciones que el autor adelanta en el campo de la Teología y la Filosofía.

*Doctor en Teología, Profesor titular en la Facultad de Teología de la Universidad Javeriana, Bogotá.

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dialogo, razón y fé, ciencia y evangelio

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l debate de las naciones, por ejemplo en reciente Asamblea General de la ONU, gira en torno al cumplimiento o incumplimiento posible de las metas del milenio, señaladas para el año 2015. Los retos más apremiantes son la salida de los abismos de la pobreza y el cubrimiento cuantitativo y crecimiento cualitativo de la educación. La educación es un supuesto absoluto de la superación de los índices dramáticos de nuestra pobreza. Avanzar hacia metas mejores no se posibilita sólo desde lo educativo, sin que puedan ser siquiera pensables naciones desarrolladas, cultas y políticamente adultas sin el crecimiento real del sector educativo. De ahí la importancia y la urgencia de que las Universidades católicas o de inspiración cristina sometan a examen la cualidad y calidad del acompañamiento católico y cristiano a la educación, a lo educativo universitario, a la academia como lugar de la ciencia metódica y de la sabiduría humana y cristiana. Las Universidades que se inspiran en los grandes valores del Evangelio hallan en el Evangelio mismo la exigencia de ser, antes que nada, excelentes en lo educativo: la primera y fundamental exigencia de la Universidad católica es que sea Universidad. Pero que en la Universidad debe estar vivo y operante el Evangelio, ese es precisamente el resultado de inspirarse de nuestras instituciones en el horizonte de comprensión que procede del Evangelio. Pero puede comprobarse en nuestras Universidades que lo educativo y sus determinantes académicos proceden al margen de la evangelización, tanto como la evangelización y la pastoral proceden de espaldas a lo universitario y académico, con lo cual la denominada pastoral universitaria no logra definirse como tal. Bien pudiera tratarse de pastorales propias de otros ámbitos o de todos los ámbitos, si la pastoral no se especifica por los elementos mismos 12

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definitorios, especificativos y propios de la Universidad. Por ahora es fácil verificar que la pastoral que ocurre hoy en el topos físico universitario conduce a que educación y evangelización describan líneas paralelas o simplemente yuxtapuestas, sin que se avance en términos de correlación y de articulación. La correlación y articulación a que se aspira se nombra bajo los dos términos pastoral y universitaria y tiene por fundamento sólido la distinción de campos, sin mezcla, sin confusión y sin separación (como en aquello del método calcedónico). A la distinción y a la unión de esos planos se refirió el Vaticano II en texto memorable: Si por autonomía de la realidad terrena se quiere decir que las cosas creadas y la sociedad misma gozan de propias leyes y valores, que el hombre ha de descubrir, emplear y ordenar poco a poco, es absolutamente legítima esta exigencia de autonomía. No es sólo que la reclamen imperiosamente los hombres de nuestro tiempo. Es que además responde a la voluntad del Creador. Pues por la propia naturaleza de la creación, todas las cosas están dotadas de consistencia, verdad y bondad propias y de un propio orden regulado, que el hombre debe respetar con el reconocimiento de la metodología particular de cada ciencia o arte. Por ello, la investigación metódica en todos los campos del saber, si está realizada de una forma auténticamente científica y conforme a las normas morales, nunca será en realidad contraria a la fe, porque las realidades profanas y las de la fe tienen su origen en un mismo Dios. Más aún, quien con perseverancia y humildad se esfuerza por penetrar en los secretos de la realidad, está llevado aun sin saberlo, como por la mano de Dios, quien, sosteniendo todas las cosas, da a todas ellas el ser. Son, a este respecto, de deplorar ciertas actitudes que, por no comprender bien el sentido de la legítima autonomía de la ciencia, se han dado a veces entre los propios cristianos; actitudes que, en medio de agrias polémicas, indujeron a muchos a establecer una oposición entre la ciencia y la fe.


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Pero si autonomía de lo temporal quiere decir que la realidad creada es independiente de Dios y que los hombres pueden usarla sin referencia al Creador, no hay creyente alguno a quien se le escape la falsedad envuelta en semejante afirmación. (Vaticano II, Constitución Gozo y Esperanza 36). La aspiración a una alta educación científica y metódica corresponde a la voluntad del Creador y ahí la pastoral -que fuera en verdad universitaria- tendría que explicitar los implícitos de Evangelio presentes en la constitución y estructura del ordenamiento académico y científico, como para que resultase posible establecer que los grandes propósitos evangelizadores de creación, humanización y sociedad no son otros que los grandes principios rectores del conocimiento humano (cfr. Habermas Jürgen, 1986) y que, por esta razón, la ciencia desde ella misma verdaderamente educa y también evangeliza. Tal propósito, al mismo tiempo académico y evangelizador, tendría que ir por cuenta de toda una comunidad académica que asumiera de veras su alta responsabilidad de ser maestros de sentido de la vida y no sólo profesores escuetos de verdades académicas. Entrenar para la pastoral universitaria al cuerpo docente total de la Universidad sería el objetivo primero y el presupuesto fundamental de la pastoral universitaria. De modo correspondiente, la evangelización en el ámbito de la academia y del conocimiento metódico tendría que inscribirse en el propósito de explicitar las aportaciones inocultables del misterio cristiano y de la gran tradición bíblico-cristiana al destino, misión y quehacer de las áreas de conocimiento científico, a las profesiones y a los oficios. Una pastoral universitaria que continúe definida por fuera de estas dos correlaciones (de la ciencia hacia el Evangelio y del Evangelio hacia la ciencia) no es pastoral universitaria, por más que se ejerza en el lugar físico universitario; podría tratarse de pastorales sacramentales o familiares o

juveniles o de programación de actividades que eventualmente podrían acaecer en la Universidad, como también no acaecer. A deshacer el equívoco de ciertas pastorales universitarias acude la conciencia misma de la Iglesia cuando formula de modo autorizado aquello que hoy quiere comprender bajo la denominación grave y señera de evangelización: Para la Iglesia no se trata solamente de predicar el Evangelio en zonas geográficas cada vez más vastas o poblaciones cada vez más numerosas, sino de alcanzar y transformar con la fuerza del Evangelio los criterios de juicio, los valores determinantes, los puntos de interés, las líneas de pensamiento, las fuentes inspiradores y los modelos de vida de la humanidad, que estén en contraste con la palabra de Dios y con el designio de salvación” (Anuncio del Evangelio, 19) Así, la pastoral universitaria, tendiente sin rodeo alguno hacia esa forma e evangelización, operaría desde y por los elementos definitorios de la Universidad como plantel educativo en términos de las ciencias, los métodos, el saber, el uso de la r a z ó n , l a producción y transmisión de la cultura. Es decir, que la pastoral universitaria, en el acto de construir las metas y horizontes de la educación, en ese acto construye al mismo tiempo los horizontes de la evangelización, así Revista Queastiones Disputatae - Temas en Debate - Nº 4, 2009

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dialogo, razón y fé, ciencia y evangelio

como en el acto de evangelizar construye al mismo tiempo los grandes horizontes y metas del Evangelio que la inspira. Una y otro, ciencia y Evangelio, tienden en la Universidad a un solo propósito: la construcción del sujeto que se educa y, por su intermediación, a la construcción de la sociedad. El movimiento que parte del Evangelio y de la evangelización equivale a ofrecer al acto educativo toda esa forma pedagógica que contiene el acto revelatorio y amoroso de Dios que, si algo se p r o p o n e e s precisamente enseñar y educar en las grandes dimensiones humanas, sociales, p o l í t i c a s , económicas, culturales. Pablo entiende la tradición bíblica como una p e d a g o g í a , precisamente porque aquello que se ha desatado como p r o c e s o d e manifestación del designio de Dios es una gran dinámica de educar (e-ducere) desde los caos primordiales naturales, personales y sociales para que hombres y mujeres de toda condición y cultura lleguemos a la estatura plena, al ser adulto, a la medida de la edad de Cristo. Tal pretexto pedagógico es correlativo con el acto educativo universitario. De aquí en adelante, fundamentaremos este planteamiento inicial.

El papel del Evangelio en la casa de la ciencia El acto de educar en perspectiva cristiana en el ámbito universitario es, sin más, el elemento definitorio mismo de la pastoral universitaria. Tal pastoral o acompañamiento cristiano de 14

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adolescentes, jóvenes y adultos en estado de formación académica acontece desde los especificativos propios e irrenunciables de la academia. En primer lugar, en términos de cultivo y de comunicación de la ciencia y del saber metódicos, que no sólo definen al acto educativo escolar en sí mismo -tanto como a la Universidad de las ciencias- sino que resulta ser el supremo interés y finalidad de las personas que acuden al plantel educativo universitario. Bien puede suceder que la Universidad comprenda también elementos integradores de su amplia vocación formativa (actividades para-académicas, deportivas, litúrgicas, asistenciales) sin que en ningún caso tales elementos, por importantes que se los considere, puedan definir la academia como academia, el plantel educativo como tal o la Universidad de las ciencias en su ser y en aquello irrenunciable de su misión propia. Desde los días de Platón en su Academia y de Aristóteles en su Liceo aquello que compete a la academia es el cultivo y transmisión de la ciencia para la formación de la inteligencia y de la conciencia científica, crítica, analítica y sistemática, diferenciada de la conciencia ingenua o de las zonas aceptables pero insuficientes del simple sentido común. Y que las ciencias se especifican por su método y por él se definen, es comprobación cierta en la antigüedad, tanto como en la Edad Media y en nuestros días. Cuando la academia medieval surja como universitas scientiarum, entonces la Universidad será con entera propiedad domus scientiarum, casa de las ciencias, cultivadas (collere, cultum) y transmitidas por maestros y por discípulos. La diversidad de los métodos que son especificativos de las ciencias hizo posible en la antigüedad griega establecer ciencias diferenciadas, precisamente por los métodos, como la física, la metafísica, la lógica, la ética y la política, todas ellas entretejidas en el único propósito del conocimiento humano, en el que más resplandecen los rasgos de lo divino. Y si cada época de la humanidad ha construido su


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propia teoría del conocimiento científico y su propio estatuto de las ciencias, en nuestros días ha venido a ser de común aceptación la teoría científica que se establece a partir de los intereses en cuanto principios rectores del conocimiento, en términos de adaptación propio de las ciencias naturales, de comunicación propio de las ciencias humanas y de emancipación propio de las ciencias sociales (cfr. Habermas Jürgen 1986). Estas ciencias y disciplinas fundamentan y conforman hoy el criterio de división del conocimiento en áreas y asignaturas y universitariamente en divisiones, escuelas y facultades, con lo que se muestra el grado de suma responsabilidad con que se asume el conocimiento científico, en forma tal que las especializaciones y super-especializaciones hayan llegado a ser un imperativo ante el ingente desarrollo del conocimiento científico. Ahora bien, en este marco científico se define la pastoral universitaria. Las ciencias metódicas y disciplinas académicas cuyo supremo interés es adaptativo y técnico responden a la vocación humana de acondicionar el planeta para casa de la especie mediante desarrollos físicos, químicos y biológicos -ciencias bióticas y abióticasconstituyendo tales ciencias el factor radicalmente determinante para la defensa y desarrollo del gran potencial ofrecido por la naturaleza. Se sigue de ahí la fascinante vocación humana –y cristiana- de aquellos que por idoneidad, capacitación y misión realizan el cometido propio de las disciplinas de orden natural, tales como la física y la química, la matemática en su amplia extensión, la biología y la agronomía, las ingenierías y arquitectura, la planificación urbana, las ciencias del mar y la geología. Se trata de vocaciones humanas de tal entidad y significación, que quienes las cultivan y ejercen ponen sus existencias al servicio de las más altas metas de la humanidad desde los días de la civilización de la piedra, de la rueda y del bronce, hasta la civilización de la informática, de la cibernética y de la telemática.

La pastoral universitaria explicita, cultiva y acompaña tales valores y tales sentidos y, más a l l á d e i n m e d i a t i s m o s l i t ú rg i c o s o sacramentales, propende por la construcción de los sentidos, reclamados con máxima urgencia por toda una humanidad mundial encorvada bajo el peso de las verdades científicas, pero carente del sentido de lo que es y de lo que hace. Así la pastoral universitaria, es decir, el acompañamiento cristiano de las generaciones que se hallan en estado de formación científica y profesional, ofrecerían a la verdad académica todo su sentido y asegurarían al sentido humano y cristiano toda su fascinante verdad. La dramática situación universitaria de verdades sin sentido y de sentidos sin verdad es resultado directo de la desarticulación o apenas periférica yuxtaposición entre una zona académica que sólo cultiva y trasmite verdades y otra instancia pastoral que sólo construye supuestos sentidos “religiosos” inconexos de las verdades y realidades a partir de cuyo inquirir y preguntar pueden ser levantados los genuinos sentidos. El extrinsecismo pastoral que por ahora padecemos en la Universidad tiene sus raíces en la inveterada concepción que funda el acto revelatorio de Dios en términos de verdades nocionales que deben ser captadas por el entendimiento humano, más allá de lo cual apenas se sigue consecuencia alguna. Para trasmitir esos conocimientos, la usual pastoral universitaria diseña oferta de contenidos catequísticos o dogmáticos que, como es obvio, pueden operar con prescindencia de vínculos conectores y articuladores con la verdad científica académica y universitaria. La estimación que el mundo universitario asigna a esos cuerpos de doctrina corresponde de modo directo a la pertinencia respecto a las carreras y a la no percepción de sentido personal, comunitario, vital. La pastoral universitaria está solicitada, en cambio, a reclamarse a la gran tradición bíblico cristiana, para la cual el acto expresivo y comunicativo de Dios opera en el suceder del mundo creado y en el suceder de la historia Revista Queastiones Disputatae - Temas en Debate - Nº 4, 2009

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(Vaticano II, Constitución Gozo y Esperanza, 2), posiblemente en modo muy cercano a la captación y expresión de Ignacio de Loyola: “Mirar cómo Dios habita en las criaturas: en los elementos dando ser, en las plantas vegetando, en los animales sensando, en los hombres dando a entender, y así en mí dándome ser, animando, sensando y dándome a entender; así mismo haciendo templo de mí, seyendo criado a la similitud e imagen de su divina majestad” (Ejercicios, 235). Así, en la hondura de la tradición bíblica el acto fundante del proceso adaptativo desemboca en la lectura creyente del origen del ser a partir del caos primordial en términos de creación de la vida, del mundo, del ser abiótico y del ente biótico y noético en una teología de la creación que constituye el fondo del símbolo de la fe con que confesamos a Dios Padre creedor del cielo y de la tierra. La tradición cristiana, a su vez, relee la obra adaptativa de Dios y del ser humano sobre la tierra en términos de creación en Cristo, por Cristo y para Cristo, si es verdad que el mundo fue hecho por la Palabra, por el Verbo creador y para gloria y esplendor suyo. Entrar, por eso, en la creación continuada y en el proceso adaptativo desde las ciencias naturales ofrece todo el sentido cristiano a los procedimientos científicos de quienes se educan en estos propósitos del conocer para adaptar. Otro tanto puede decirse desde el ámbito de la comunicación, que es el otro principio rector del conocimiento que define el horizonte y los intereses propios de las ciencias humanas. El gran propósito de esta esfera del conocimiento es la construcción y dignificación de las personas a partir de su individualidad subjetiva hasta las esferas de la intersubjetividad comunicativa. El medio es el símbolo en su amplio espectro y la cultura en su amplia significación. Tienen ahí puesto todas las artes 16

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pictóricas y escultóricas, la música, la literatura, la historia y la antropología, la filosofía y la teología, las lenguas y todos los sistemas de representación, de significación y de simbolización con que los humanos avanzamos hacia la comunicación desde los días de las primeras representaciones rupestres hasta los más altas cimas culturales a las que estamos convocados. Quienes en la Universidad de la ciencia transitan semejantes caminos construyen el ser identitario de los pueblos y el ser de las personas, creadas a imagen y semejanza de Dios que es comunicación de sí, palabra de sí y expresión de sí por intermediación del fenómeno comunicativo humano. Servir a la comunicación entre humanos es levantar el ser personal y social a imagen y semejanza del Dios palabra y comunicación, y la pastoral educativa debe trabajar para ofrecer esos sentidos de convergencia entre los actos disciplinares académicos y el propósito comunicativo expresado en los lenguajes cristianos de salvación. De no ser así, no podría explicarse la correlación indisoluble alcanzada en Occidente entre la fe cristiana y las ciencias humanas en todas sus manifestaciones. Porque ha sido el sentido de la fe el que ha posibilitado el desarrollo y la historia luminosa de la arquitectura, de la música, de la escultura, de la pintura, de la literatura, de la filosofía y de la historia, de la religión y de su expresión teológica. Esas visiones y esos sentidos son los que se explicitan y se construyen desde la auténtica pastoral universitaria, no para bautizar las artes y las ciencias ni para ensombrecer su entidad secular, sino para explicitar la razón de su consistencia autónoma y el horizonte de su convergencia con el propósito salvador comunicativo entre humanos. En la tercera vertiente de la teoría general de las ciencias desde los intereses rectores del conocimiento se sitúan las ciencias sociales que propenden, desde el interés emancipador, por la construcción de una sociedad que se vea


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libre, en lo posible, de la dominación, de la explotación y de la subyugación que ejercen de modo permanente los déspotas en el orden político, los explotadores en el económico y los neocolonizadores que subyugan en el orden cultural. Las ciencias sociales son liberadoras de todo poder abusivo. Así, la política en su más noble sentido es el nuevo nombre de la caridad. El derecho y la construcción de los instrumentales jurídicos que puedan garantizar el respeto de los derechos humanos, de la justicia y de la paz social se yerguen como la más noble y urgente tarea. Los nuevos diseños de economía y sociedad que ofrezcan mayor posibilidad de vida buena, digna y justa para todos es un clamor universal. Por eso, una pastoral inscrita en el corazón de la academia propende por enlazar semejante propósito de lo social con la hondura social del Evangelio y de las corrientes proféticas, cuya médula espinal es la proclamación del derecho y de la justicia para todos, en especial para el débil, el huérfano y la viuda. Nunca como hoy fue más necesaria la dimensión política y social de la fe y la dimensión de fe cristiana de lo político, de lo económico y de lo social.

desarrolladas. Aquello que no fue razón ilustrada fue tenido como mito, ensoñación y quimera. Es que la ciencia exige del conocimiento explicación e intelección de los objetos (erklären); en tanto que los discursos de sabiduría son espacio vital para la comprensión de los sujetos (verstehen) en situación, abiertos y referidos en su preguntar a textos de tradición y ello para animar de modo constante los grandes pretextos éticos de liberación y de justicia, de fraternidad y de consensos, de progreso sostenible y de la paz estable.

El papel del Evangelio en el templo de la sabiduría

Por eso, si la ciencia se legitima desde la eficacia productora o reproductora del mundo del objeto, el saber se legitima desde la construcción del mundo del sujeto. Más todavía, es la sabiduría constructora de sujetos la que, en realidad, legitima cuanto los sujetos debemos conocer y practicar en los ámbitos científicos. La no legitimación de la ciencia por la sabiduría deja a la ciencia en el callejón sin salida de legitimar la ciencia por la ciencia, la economía por la economía, la política por sí misma o por principios de autoridad que se arrogan la determinación de aquello que los sujetos debemos ser, pensar y hacer. De ahí que la hegemonía de los grandes relatos que pretendan legitimarse por sí mismos toque a su fin.

La era postmoderna de la humanidad se ha inaugurado con la crítica de la razón moderna, sea en la vertiente de la Crítica de la Razón Instrumental de Horkheimer (1973), sea en la vertiente de la Crítica de la Razón Funcionalista de Habermas (1987), pero sobre todo en la vertiente del Informe sobre el Saber, que es el segundo título de La Condición Postmoderna de Lyotard (1994). El informe lyotardiano muestra con incisión que la razón moderna entronizó de tal modo los lenguajes y métodos de la ciencia, que se sustrajo con desdén a los lenguajes de sabiduría, a la tradición, a la cultura, a la lógica de la razón simbólica. Y ello con un balance universal deficitario de sabiduría en sociedades ilustradas, altamente tecnificadas y

En efecto, la diferencia que va entre la verdad y el sentido es, en modo proporcional, la diferencia que va entre los lenguajes de la ciencia y los lenguajes de sabiduría. Pero lejos de contraponerse a la verdad, el sentido es el que puede hacer razonable y legítima la verdad. Y lejos de contraponerse al sentido, la verdad tiene urgencia de él para que el mundo técnico y científico no perezca en el sinsentido, en los tecnicismos y cientismos que no auguran una humanidad sostenible. Pero sin ser contradictorios, verdad no es sentido ni ciencia es saber: “El saber no se reduce a la ciencia, ni siquiera al conocimiento. El conocimiento sería el conjunto de los enunciados que denotan o describen objetos. La ciencia sería un subconjunto de Revista Queastiones Disputatae - Temas en Debate - Nº 4, 2009

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dialogo, razón y fé, ciencia y evangelio

conocimiento. Pero con el término saber no se comprende solamente, ni mucho menos, un conjunto de enunciados denotativos, se mezclan en él las ideas de saber-hacer, de saber-vivir, de saber-oír, etc.” (Lyotard, 1994, 95) El juego del lenguaje científico se dirige a la observación y manipulación de los objetos para establecer la verdad de los mismos por medios probativos, comprobativos, enunciativos, denotativos, argumentativos, demostrativos que impidan la irracionalidad y el error. A ese juego de lenguaje debe la humanidad la salida de la ignorancia y de la quimera hacia el reino de la filosofía, de la ciencia, de la verdad probada y comprobada, sin que ningún intento de postmodernidad mal entendida vaya a significar borrar semejante avance de la humanidad hacia su mayoría de edad y hacia la consolidación de su civilidad y de su progreso. Pero el juego de los lenguajes de sabiduría se dirige, en cambio, a la construcción de los sujetos y a la dación de sentido de los sujetos mismos y de sus mismas producciones científicas y técnicas por medios parabólicos y mitológicos, evocativos y comparativos, poéticos y prolépticos, aproximativos e inspiradores que impidan el sin-sentido y la inhumanidad. A ese juego de lenguaje debe la humanidad la salida de los cientismos y de los tecnicismos, de los pruritos eternos de verdad objetiva, de certeza racional y demostración apodíctica, sin que en adelante pueda volver a suceder que un intento de modernidad mal entendida vaya a significar borrar de nuestras vidas el arte y la cultura, la expresión y la simbolización, la trascendencia y la inspiración, el rito, el mito y la religión. La ensoñación y aun la mística en los estadios deportivos universales, la gran industria cinematográfica al servicio de lo apenas posible o de lo imaginario, los medios de comunicación como intercambio de signos y de símbolos son todos comprobación fehaciente de la capacidad espiritual de la humanidad que pervive imborrable en los imperios de la razón moderna. 18

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Nunca necesitamos tanto la distinción irreducible de los juegos de lenguaje y actos de habla que viene poniéndose tan de presente desde el último Wittgestein hasta Habermas y Lyotard. Y nunca fue tan clara la conciencia de las imprescindibles aportaciones de la sabiduría y de los lenguajes metafóricos, prolépticos, rituales y religiosos a la genuina liberación de los sujetos y de los pueblos hacia su plena mayoría de edad. Lejos de ser propios de sujetos y de conciencias primitivas, los lenguajes de sabiduría son la gran reserva de humanidad de este planeta, no sólo allí en el Asia mística o en el África misteriosa, sino también aquí en la América mitológica y sapiencial y, sobre todo en el gran Occidente, encorvado bajo el yugo de la ciencia y de la técnica, acaso víctima primera de su propio invento. Así la pastoral universitaria, anclada a profundidad en los fundamentos mismos de la ciencia, exige hoy estar presente como factor indispensable de sabiduría, de modo que los profesores y enseñanates, más allá del estrecho horizonte de una asignatura académica, sean maestros de vida y dadores de sentido en los términos que ejemplifica Lyotard y que constituyen, en verdad, esos que Edgar Morin llama los saberes indispensables para la educación del futuro. Saber-ser, por ejemplo, equivale a determinar en la academia y en la casa de la sabiduría el modelo antropológico al que se quiere estar referido y en el que se propone todo el acto y el proceso educativo universitario. Saber-leer remite a la capacidad inducida de sensibilidad lectora del gran símbolo social y de la compleja realidad en que desarrollamos nuestras vidas. Saber-ser-en-comunidad indica la superación de todos los solipsismos, individualismos y masificaciones a que es proclive la misma universidad. Y esos saberes constituyen, sin duda, el nervio mismo de la tradición sapiencial hebrea y cristiana en la que se inspiran nuestras universidades. La pastoral educativa sirve, explicíta y anima desde la academia misma los altos valores y sentidos en que se fundamentan los idearios y proyectos


Alberto Parra S.J

educativos de nuestros planteles de inspiración cristiana.

Conclusión El estatuto actual de ciencia y de sabiduría exige redefinir para reconstruir aquello que hemos venido entendiendo de modo tradicional (tradicionalista) por pastoral universitaria. No todo lo pastoral que ocurra en la universidad es pastoral universitaria. Se impone, en verdad un cambio de mentalidad. Con este cambio de mentalidad, del que podrían citarse buenos ejemplos y que ha tenido una amplia eficacia, surge la imagen de un compromiso religioso que rompe la convencionalidad e interioridad de una religiosidad puramente privada. Con una comprensión no dogmática de la trascendencia y de la fe, este compromiso toma en serio metas intramundanas de emancipación social y dignidad humana y en un espacio de múltiples voces se asocia con

otras fuerzas que aspiran a una democratización de tipo radical. Sobre el trasfondo de una praxis a la que nadie negará su respeto, nos encontramos con una teología crítica que explica la autocomprensión de esa praxis de una manera que ayuda a expresarse a nuestras mejores intuiciones morales, sin romper los puentes con el lenguaje secular y con la cultura secular. Hoy las comunidades eclesiales de interpretación compiten con otras comunidades de interpretación que tienen sus raíces en tradiciones sólo seculares. También, vistas las cosas desde fuera, podría resultar que las tradiciones monoteístas dispusiesen de un lenguaje con un potencial semántico todavía no amortizado que, en lo que respecta a fuerza abridora de mundo y a fuerza formadora de identidad, a capacidad de renovación, a capacidad de diferenciaciones y alcance, pudiera revelarse superior. (Habermas, 2001, 90-92).

Referencias

Concilio Vaticano II, Constituciones, decretos, declaraciones. Ediciones BAC, Madrid, 1968. Habermas Jürgen, “Conocimiento e interés” en Ciencia y técnica como ideología, Editorial Tecnos, Madrid, 1986.

Loyola Ignacio de, Ejercicios Espirituales, Ediciones Mensajero, Bilbao, 1968. Lyotard Jean-Francois, La condición postmoderna: informe sobre el saber, Ediciones Cátedra, Madrid, 1994.

Habermas Jürgen, Teoría de la acción comunicativa I y II, Ediciones Taurus, Madrid, 1987.

Morin Edgar, Los siete saberes indispensables para la educación del futuro, Ediciones del Ministerio de Educación Nacional, Bogotá, 1996.

Habermas Jürgen, Israel o Atenas, Editorial Trotta, Madrid, 2001.

Pablo VI, Anuncio del Evangelio, Ediciones Paulinas, Bogotá, 1976.

Horkheimer Max, Crítica de la razón instrumental, Editorial Sur, Buenos Aires, 1973. Revista Queastiones Disputatae - Temas en Debate - Nº 4, 2009

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Santiago Borda-malo Echeverri* Recibido: 13 de mayo de 2009

Resumen: El presente artículo es una aproximación investigativa al talento y talante de San Pablo desde la óptica filosófica, propósito poco realizado hasta hoy. Se trata de un homenaje al Apóstol y pensador cristiano a modo de broche de oro al culminar el Año Paulino celebrado en la Iglesia Católica con motivo del Bimilenio de su Natalicio. Tratamos de extractar de su rico Epistolario –joya inmortal de la literatura de todos los tiempos- las expresiones y pronunciamientos más explícitos de San Pablo con respecto a las corrientes filosóficas más relevantes de su tiempo. Y, finalmente, realizaremos una relectura de este pionero y precursor del Pensamiento cristiano –a la luz de autores estudiosos muy confiables- en el contexto filosófico actual y con un énfasis crítico que sacude nuestras conciencias postmodernas. El método de abordaje implementado se aproxima al hermenéutico de sesgo analéctico (analógico), que recurre a la intuición comprehensiva y emotiva (y que rebasa la simple comprensión académica). Palabras clave: Filosofía, Teología paulina, San Pablo, Epístolas paulinas, Hermenéutica analéctica (analógica), Intuición.

1. Este trabajo fue compartido en el XIII Congreso Internacional de Filosofía Latinoamericana (en la Mesa “Integración de Religiones en América Latina”), el 25 de junio de 2009, USTA-Bogotá. (Véanse Memorias del XIII Congreso Internacional de Filosofía Latinoamericana, 24-27 de junio de 2009). Se sitúa dentro de la Línea de Investigación “Razón, Fe y Ciencia” del Departamento de Humanidades,

Aprobado: 23 de junio de 2009

Abstract: The present article is an investigative approach to the talent and mood of Saint Paul from the philosophical optics, purpose little carried out until today. It is a homage to the Apostle and Christian thinker by way of fastener of gold when culminating the Paulean Year taken place in the Catholic Church with reason of the Bimilenio of their Birthday. We try to summarize of their rich Epistles -immortal jewel of the literature of all the times- the expressions and more explicit pronouncements of San Pablo with regard to the most outstanding philosophical currents in their time. And, finally, we will carry out this pioneer's re-reading and precursor of the Christian Thought by the light of very reliable studious authors- in the current philosophical context and with a critical emphasis that shakes our postmodern consciences. The method of implemented boarding approaches to the hermeneutic of analectic (analogical) slanting that appeals to the comprehensive and moving intuition (and that it surpasses the simple academic understanding).continued training. Key words: Philosophy, Theology, Saint Paul, Epistles, Analectic (analogical) Hermeneutics, Intuition.

adscrita a la Línea Medular investigativa USTA de Santo Tomás de Aquino. * Profesor del Departamento de Humanidades de USTATunja, Especialista en Ética y Magíster en Filosofía Latinoamericana USTA-Bogotá. Correo electrónico: sanbordae@yahoo.es

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Preludio: “En el Misterio de Dios están ocultos todos los tesoros de la Sabiduría y Ciencia de Dios”. (Epístola a la Iglesia de Colosas 2:2b-3)

A todas luces, el Apóstol San Pablo sobresale primordialmente por su santidad y colosal talla teológica y misionera. Ha faltado, sin embargo, situarlo en el contexto filosófico y justipreciarlo en su genialidad 'sui generis'. Este epígrafe de su Epístola a los Colosenses pone en evidencia la percepción que él tenía de la teología como una suma filosofía (o suprafilosofía). El objetivo, pues, de este escueto y modesto trabajo aproximativo es tratar de realzar el talento o aptitud discursiva del Apóstol de los Gentiles, y su talante (sinónimo de actitud, ánimo, semblante, rostro) filosóficos cristianos que rebasan todos los esquemas e 'ismos' y corrientes de su época... Se trata de un merecido homenaje en el marco del Año Paulino del Bimilenio de su Natalicio. ¡Este es un sencillo aporte para que re-nazca hoy en nuestra Iglesia (¿y, por qué no, en las universidades católicas?) ese ímpetu paulino místico y profético del cual hoy necesitamos tanto! Algo se ha hecho al respecto, y consuela leer la micro-semblanza filosófica del connotado filósofo español José Ferrater Mora en su famoso “Diccionario Filosófico”, aunque se 2 reduce a dos lacónicas cuartillas... Se trata, en efecto, del Talento y Talante colosales del Apóstol de las Gentes, quien, al decir de estudiosos biógrafos como el italiano Giuseppe Ricciotti (1970 / Léase también al alemán Josef Holzner, 1980) es el genuino fundador del cristianismo en tanto fenómeno histórico universal; de hecho, su portentosa Conversión junto a la Resurrección del Señor Jesús, constituyeron los actos fundantes de la historia cristiana, sin temor alguno a exagerar. Aquí va esta sinfonía 'en crescendo' de ocho

2. Cf. José Ferrater Mora. “Diccionario de Filosofía”. Barcelona : Ariel, 2001, Tomo III, pp. 2680-81.

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movimientos en clave en 'sí sostenido'... Nos atenemos y ceñimos a sus monumentales Epístolas –según el orden canónico bíblico-, y preferimos dejarlo hablar a él antes que disertar 3 subjetivamente . Por ende, nuestro Método se aproxima al hermenéutico (interpretativo) y exegético de raigambre bíblica, de sesgo analéctico (analógico) avalado por autores como Friedrich Schleiermacher, y en nuestra época por Wilhelm Dilthey, Martin Heidegger, Hans-Georg Gadamer y Paul Ricoeur, Karl Otto Apel y Jurgen Habermas, e implementado por Mauricio Beuchot, O. P. en América Latina; método que apela a la intuición comprehensiva al estilo de H. Bergson. Recurre a elementos del Método Emotivo postulado por nuestro filósofo colombiano, Fernando González Ochoa, quizás el que más se ajusta –sin perder rigor filosófico- a un genio 'sui generis' como San Pablo, que rompe todos los esquemas. De hecho, la 'comprehensión' es un paradigma hermenéutico que desborda la comprensión de la Crítica textual... “Implica una perspicacia especial que permite comprender a un autor mejor de lo que el propio autor se entendía a sí mismo en su momento, y comprender a una época histórica mejor de lo que pudieron comprenderla quienes vivieron en ella”, afirma 4 José Ferrater Mora . Pretensión – lo reconocemos- quizás excesiva en nuestro 5 caso .

3. Por esta razón –en nuestra opinión un tanto enfática-, citaremos las palabras paulinas siempre en letra 'bastardilla', realce intencional. 4. J. Ferrater M., Op. Cit., T. II, pp. 1622-1627 y 1895-1901, voces 'Hermenéutica' e 'Intuición', en especial y textual p. 1623. Henri Bergson a través de la Intuición intenta captar la realidad verdadera, la interioridad, intuición inefable de realidades, de la Realidad última o 'primaria', pp. 1898-1899. 5. Cf. S. Borda-Malo E. Proyecto de Investigación “Incidencia del Área Humanística en la formación Integral de la Seccional USTA-Tunja”, 2009. Véase el Marco Teórico-Referencial, Hermenéutica Analéctica (Analógica)...Artículo del número anterior de esta revista “Quaestiones Disputatae”.


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1. En el Areópago de Atenas Crepitante fuego, 'corazón de Cristo'... Espíritu nuevo y libre a ultranza: 6 ¡Pasión por Cristo revolucionaria! Estamos entre los años 49-52, según los historiadores. Segundo Viaje Apostólico, cuando el Apóstol cuenta 41 años de edad aproximadamente, considerando su 7 nacimiento en el año 8 . Según el libro de los Hechos de los Apóstoles de San Lucas, Pablo, hombre pequeño de estatura pero gigante de espíritu, arriba solo a Atenas, capital de la filosofía griega, a la colina del Areópago, después de evangelizar a Tesalónica y Berea, en medio de persecuciones y contradicciones debido a su vocación portentosa, que de alguna manera colmó con creces el vacío dejado por el traidor Judas Iscariote, porque –según la supralógica paulina y divina- “donde abundó el 8 pecado, sobreabundó la Gracia” (Rom 5:20) . No olvidamos que este otrora Saulo de Tarso era un hombre superdotado, como que fue forjado en el yunque de tres ricas culturas: hebrea, griega y latina (romana), que le aportaron un bagaje sin precedentes en el cristianismo. Como precursor y pionero 'evangelizador de la cultura' –ante todo griega en ese momento-, Pablo de Tarso “hablaba con filósofos epicúreos y estoicos (...) Unos decían: '¿Qué querrá decir este charlatán?' (...) Porque anunciaba a Jesús y su Resurrección” (Cf. Hch 17: 8 ss.).

Recordemos que los vulgarizadores de conocimiento o charlatanes de la época helénica eran los sofistas, y los filósofos de Atenas creyeron que Pablo era uno más de ellos. El Apóstol en aquella estelar ocasión les reveló al 'Dios desconocido', incluso apelando a una cita de Arato de Cilicia en su Obra 'Fenómenos', muy afín con otra frase de Cleanto el Estoico: 'Todos somos del linaje de Dios'... San Pablo, pues, no teme dialogar con la cultura y la filosofía helénicas de su época, y las plenifica exclamando solemnemente aquella perla bíblica: “En Dios vivimos, nos movemos y existimos” (17:28). Sin pretensiones filosóficas convencionales, el Apóstol de alguna manera está resolviendo en sabia armonía la vana especulación y polémica griega sobre la Trascendencia y la Inmanencia divinas, que encasillaba a estos pensadores academicistas en interminables disertaciones y elucubraciones teóricas. S a n P a b l o , g e n i a l a rg u m e n t a d o r e indudablemente el primer pensador cristiano, inspirador de los posteriores Apologistas cristianos y los llamados Padres de la Iglesia, apelará en su irrebatible dialéctica y demoledora lógica de investigador, incluso a frases extra-evangélicas de Jesucristo, cuyo origen desconocemos: “Hay más alegría en dar que en recibir” (Hch 20:35). He aquí la que denominamos su siempre controvertida 'protofilosofía' cristiana. Aunque –preciso es aclarar-que muchos estudiosos discuten la validez de una Filosofía Cristiana y se limitan a postular un simple Pensamiento cristiano que, en todo caso, marcó como hito quince siglos de la historia occidental por encima de cualquier otra corriente filosófica.

2. Las Epístolas Disciplinares a los Corintios 6. S. B. E. Poema haiku (micropoema en síntesis instantánea según el formato poético japonés) dedicado al Apóstol. 7. Me atengo al confiable Apéndice de la Biblia de Jerusalén (Sinopsis cronológica). 8. Esta es una aventurada hipótesis teológica nuestra, que podría sustentarse en la Sagrada Escritura, pero no es del caso explayarnos al respecto.

Con mucha razón, vemos a San Pablo cinco años después -entre los años 54-57, en tiempo de Pascua-, plasmando en una Epístola el episodio del Areópago (Cf. I Corintios 1:1725): la Cruz de Cristo -según él- relativiza y desafía de raíz la 'sabiduría de los sabios y la

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inteligencia de los inteligentes' ('bienpensantes' diríamos hoy con válida ironía socrática). “¿Dónde está el sofista de este mundo?”, se pregunta el Apóstol. De hecho, la filosofía humana, por brillante que sea, es para él la 'sabiduría del mundo'. Efectivamente, los judíos pedían señales y los griegos sabiduría; y la descabellada propuesta paulina, Cristo crucificado, es “escándalo para los judíos y necedad para los griegos”, pero divina y suma Sabiduría, que desborda toda filosofía humana. He aquí la 'locura de la Cruz' de este Apóstol que se atreve a 'deconstruir' diríamos con Jacques Derrida en nuestro tiempo- la 'cordura' humana: “¡La necedad divina es más sabia que la humana y su debilidad más fuerte que la fuerza humana!” Gloriosa esta antinomia paulina, que luego apuntala a renglón seguido: “¡Dios ha escogido lo necio del mundo para confundir a los sabios!” Dialéctica implacable, que hoy corremos el riesgo de minimizar y hasta limar para evitar las 'ilogicidades' cristianas. Oceánico el versículo 30: “Estar 'en' Cristo Jesús, Sabiduría divina, Justicia, Santificación y Redención”. Esta original expresión paulina 'estar en' es eminentemente metafísica: denota una nueva dimensión humana óntica (Cf. Rom 8:1, los subrayados son nuestros), que equivale al 'ser' en clave cristiana, pero de un modo más encarnado. San Pablo ya sólo quiere saber a “Cristo Crucificado”, Encarnación de la Sabiduría misteriosa y escondida (2:1-5), ante cuya grandeza la 'sabiduría' de este mundo es necedad porque “Dios prende a los 'sabios' en su astucia y son vanos los pensamientos de los sabihondos” (traducción nuestra). Este criterio intimista se juzga hoy como un peligroso estado 24

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de alienación o enajenación psíquica. La obsesión por el dolor del Crucificado. Añade más adelante el Apóstol: “Somos necios por seguir a Cristo” (4:10.13), y está dispuesto a hacerse “basura del mundo y desecho de todos”, exclamando sin miramientos humanos: “La ciencia hincha, pero el Amor en cambio edifica” (8: 1b). Pareciera que San Pablo no deja –como su Maestro, el Señor Jesús-, 'piedra sobre piedra' de las pretensiones humanas. Sin ambages, también enjuicia la actitud hedonista (más que epicúrea -valga la precisión filosófica sobre esta escuela con frecuencia estigmatizada-), actitud materialista hoy tan de moda por desgracia pero ya presente en su época: ”Comamos y bebamos, que mañana moriremos” (I Cor 15:32b / Cita tomada de Isaías 22:13). Remata el Apóstol su primera Epístola a los Corintios plenificando el pagano término helénico 'PLEROMA' (sinónimo de plenitud, perfección, cumplimiento o consumación), al aplicarlo al Reino de Dios: “Dios todo en todos” (15:28). Y pareciera que se arroba místicamente San Pablo en visión cosmológica de alcance escatológico, que inspirará al insigne científico jesuita Pierre Teilhard de Chardin en el siglo XX su visión de la Cristificación del Universo9. Pasamos a la Epístola II a los Corintios: “Nosotros no ponemos nuestros ojos en las cosas visibles, sino en las invisibles; pues las cosas visibles son pasajeras, mas las invisibles son eternas” (4:18 / Alusión a la Fe como facultad cognoscitiva supra-racional muy afín con Hebreos 11:1, que tal vez evidencia la inspiración paulina de esta última Epístola). A renglón seguido tenemos 5:1 ss. A nuestro

9. Nos atrevemos a hablar de toda una Teología del Pleroma aún por explorar en todo su alcance místico y profético, que cuánto nos ayudaría a retomar 'espíritu de Iglesia' o ECLESIALIDAD (Cf. Ef y Col, Epístolas cristológicas que proponen toda una configuración cristiana o Cristificación del Mundo)... Cf. Xavier Léon-Dufour, S. J.: “Vocabulario de Teología bíblica”; Barcelona : Herder, 1993, pp. 411, 696697, en que el connotado biblista ve a la Iglesia como porción del 'Pleroma' en tanto 'Plenitud' de la presencia crística (Cf. Ef 1:23 y Col 2:9).


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modesto modo de ver es un incipiente tratado de metafísica y antropología cristianas, platonizante según los académicos: El cuerpo como tienda de campaña, habitación terrestre con cierto tinte dualista. Posteriormente, insiste el Apóstol: “Si hemos perdido el juicio ha sido por Dios, puesto que el Amor de Cristo nos apremia” (5:13a.14a), porque –añade“Cristo se hizo pecado por nosotros” (5:21). Hipérbole o exageración del Apóstol casi herética para su tiempo. Por todo eso él cree a pie juntillas que un cristiano ha de vivir en un perenne 'Kairós' o tiempo propicio y Día salvífico de Dios, y no el 'chronos' o simple devenir espacio-temporal del mundo (6:2).

razonamientos y su insensato corazón se entenebreció; jactándose de sabios, se volvieron necios” (Romanos 1:21-22). Tremenda diatriba que lo impele a denunciar las aberraciones 'contra natura' de la cultura romana: la homosexualidad y otras anomalías ya generalizadas en esa época decadente (v. 26). Martillea el Apóstol el riesgo de tener una mente insensata, la 'in-sensatez' (1:28.31) equivalente a la pérdida del 'sentido' de las cosas (como repetirá en el siglo XX el gran psiquiatra y filósofo Víctor E. Frankl, proponiendo la necesidad apremiante de un 'suprasentido' espiritual de la vida humana en su conocida 'Logoterapia').

Más adelante, San Pablo encara de nuevo sin eufemismos la filosofía humana: “Poseemos armas no carnales sino espirituales que arrasan fortalezas. Deshacemos sofismas y toda altanería contra el conocimiento de Dios para obediencia de Cristo” (10:4-5). Se podría pensar que enfrentaba una mentalidad similar a la del hombre postmoderno. Sofismas o falacias, sesgadas verdades pseudocientíficas que envalentonan al hombre en su razón soberbia y autosuficiente. Por eso, se atreve el Apóstol a amonestar a sus seguidores sin temer aparecer recalcitrante: “Si carezco de elocuencia, no de ciencia” (11:6). Y sabemos que aludía al Don del Espíritu Santo y no a la vana erudición filosófica o información humana. Él preconiza la Ciencia perfecta de la Cruz que cuestiona siempre y 'deconstruye' (demuele) de raíz las ideas meramente humanas (12:12). Pareciera que para San Pablo el problema no es el estrecho 'cogito' al modo cartesiano o actual.

En este contexto, el Apóstol de los Gentiles asume una forma de reflexionar rabínica que aflora en estas Epístolas de modo particular, por ejemplo, al abordar el controvertido tema del Pecado Original:

3. Las Epístolas de la Justificación por la Fe Muy reveladoras son estas dos epístolas –dirigidas a las comunidades de Roma y Galacia- en virtud del tema de la 'justificación por la Fe', que evidencian la genialidad argumentativa de San Pablo. Efectivamente, el Apóstol cuestiona las falacias y argucias o pseudo-argumentos de quienes alardean de sabiduría humana: “Se ofuscaron en sus

Como por un solo hombre entró el pecado en el mundo y por el pecado la muerte (... continúa una amplia digresión)... con el don no sucede como con el delito. Si por el delito de uno solo murieron todos, ¡cuánto más la gracia de Dios y el don otorgado por la gracia de un solo Hombre, Jesucristo, se han desbordado sobre todos... Porque la sentencia, partiendo de uno solo conduce a la condenación, mas la obra de la gracia, partiendo de muchos delitos, se resuelve en justificación (Cf. Rom 5:12 ss.). Increíble la 'lógica paradójica' (con expresión de Erich Fromm), esto es, aparentemente contradictoria de San Pablo al exclamar en el versículo ya citado en el preludio de este Ensayo: “Donde abundó el pecado sobreabundó mucho más la Gracia” (5:20). Se trata, desde luego, de una 'supra-lógica' que rompe moldes y encasillamientos de nuestra 'lógica clásica, formal y silogística'. Más adelante, cuando se confiesa en sus luchas interiores, genera toda una aporía o problema insoluble racionalmente: “No hago lo que quiero sino lo que aborrezco” (7:15.19); y a renglón seguido desglosa: “Con la razón sirvo a la Ley divina, mas con la carne a la ley del pecado” (v. 25b)... Supera con creces los Revista Queastiones Disputatae - Temas en Debate - Nº 4, 2009

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racionalismos. Habla de “sufrir con Cristo para ser también con Él glorificado” (8:17b). ¡Qué 'salto o ruptura epistemológica' (con palabras de Gaston Bachelard) la que da este santo –discontinuo filosóficamente hablandoen su discurso y, por ende, inclasificable en la filosofía! Poco sistemático y metodológico. La 'vida en el Espíritu' lo arrebata a un plano supra-filosófico cuando intuye los dolores de parto de la Creación entera, que espera la manifestación de “la libertad gloriosa de los hijos de Dios” (8:22). De ahí su famoso 'Himno triunfal de la Caridad' en que también hiperbólicamente (con exageración extrema) afirma que Dios Padre 'no perdonó a su Hijo' (8:31). No hay filosofía analítica ni del lenguaje que pueda hoy captar ni calibrar estas elaciones místicas del Apóstol que adolecen de aparentes incongruencias conceptuales. ¿Y qué decir de su doxología o alabanza extática?

“¡Oh abismo de la riqueza, de la Sabiduría y Ciencia de Dios! ¡Cuán insondables sus Designios e inescrutables sus caminos! ¿Quién conoció jamás su pensamiento y fue su consejero? (...) De Él, por Él y para Él son todas las cosas. A Él la gloria por los siglos de los siglos. Amén.” (11:33-35) ... ¡Y un filósofo convencional se queda sin palabras ante este éxtasis inefable que rompe tantos conceptos abstrusos y complejos en que muchas veces naufraga la filosofía actual! Por eso es posible intuir la grandeza de la denominada 'parenética' paulina que supera con creces muchos de tratados de especulaciones éticas (léase 'juegos del lenguaje' o de espejos racionales, evocando a Ludwig Wittgenstein). “No os acomodéis al mundo presente sino transformaos mediante la renovación de vuestra mente, de forma que podáis distinguir cuál es la Voluntad de Dios: lo bueno, lo que le

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agrada (su Beneplácito) y lo perfecto” (12:2). Con mucha razón, el Papa Juan Pablo II centró en este versículo su controvertida Encíclica “Veritatis Splendor” (1993), juzgada por no pocos de moralismo ortodoxo y tomista... Uno –como profesor universitario de Ética- siente a veces que sus cavilaciones de ética contemporizadoras con el mundo postmoderno, no pasan de ser una especie más de sofística y casuística al re-leer y retomar la audaz moral paulina... Posteriormente, nos apuntilla el Apóstol: “Vence el mal a fuerza de bien (...) Porque amar es cumplir la ley en plenitud” (12:21; 13:10b), y el consejo final es contundente en nuestros tiempos de proliferación de teorías de la inteligencia (emocional, múltiples, de Daniel Goleman y Howard Gardner): “Sed ingeniosos para el bien e inocentes para el mal” (16:19c). Y sabemos que la palabra 'inocente' etimológicamente procede de 'no-saber', es una palabra de algún modo 'anti-filosófica'... Y, la carta que empezó hablando de “la obediencia de la Fe” (1:5), a manera de inclusión recapitulante (recurso filosófico según la dialéctica judía), se cierra de nuevo con esta expresión 'supra o trans-racional': “Obediencia de la Fe... ¡Dios es el único sabio!” (16:26.27). Y en la Epístola a los Gálatas, San Pablo nos continúa dando estocadas en cierto sentido anti-racionales, cuando afirma tajante: “El Evangelio no es de orden humano” (1:11). Y llega a su culmen o clímax cuando exclama en rapto místico y no simple malabarismo retórico: “Estoy crucificado con Cristo; vivo yo, pero no soy yo, es Cristo quien vive en mí (...) ¡Vivo de la Fe en el Hijo de Dios que me amó hasta entregarse por mí!” (2:19b-20a) ¡Y quedamos otra vez sin palabras ni argumentos cerebrales, ante la llamada 'inhabitación crística' de hondo calado que experimenta el Apóstol! ¡San Pablo tan a ras de


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Cielo y nosotros tan a ras rac-ional de suelo! Y valga la aliteración en clave paulina. Es de esperar que, en este orden de ideas, rematara así este texto, quizás su carta más apologética o defensiva: “En cuanto a mí, ¡líbreme Dios de gloriarme si no es en la Cruz de nuestro Señor Jesucristo, por la cual el mundo está para mí crucificado y yo crucificado para el mundo! (...) ¡Nadie me moleste, pues llevo en mi cuerpo las marcas de Jesús!” (6:14.17)

4. Las Epístolas Cristológicas y/o de la Cautividad Y ahora nos 'cristocentramos' (como decimos modernamente) con el Apóstol en su Epístola a los Efesios. Es preciso orar con él 'de rodillas' –parece ser la postura paulina por excelencia-: “El Padre ha prodigado sobre nosotros toda Sabiduría e inteligencia (...) Él nos conceda espíritu de Sabiduría y Revelación para conocerle perfectamente iluminando los ojos de nuestro corazón” (Ef 1:8.17b-18a). Sí, en efecto, se trata de “la inescrutable riqueza de Cristo” (3:8b.10a), y no es posible usar otro calificativo o epíteto diferente al paulino: insondable o inescrutable, “multiforme Sabiduría de Dios”... Porque es un Misterio jamás penetrable del todo y, por tanto, no un simple problema filosófico o filosofema por investigar... ¡Cómo hemos perdido hoy el sentido del Misterio! (insiste Antoine de SaintExupéry y hasta lo repite Martin Heidegger). Ojalá experimentásemos esa plegaria teologal y trinitaria (3:14-21), perla del 'corpus paulino', en que pide San Pablo 'de hinojos' el fortalecimiento del hombre interior por el Espíritu, Quien permite “conocer la anchura, la longitud, la altura y la profundidad del Amor de Cristo que excede todo conocimiento ('filosofía' traducen otras versiones), para ser colmados hasta la total Plenitud de Dios” (he aquí un pleonasmo o redundancia exuberante

propia de San Pablo: 'total plenitud'. 'Inhabitación trinitaria' la denominan los místicos). Y he aquí también de nuevo –en este contexto- el 'PLEROMA' recurrente del Apóstol... ¡Cómo sería su desbordamiento interior y místico, que sólo concibe a Dios “para llenarlo todo” ! (4:10). Sin apreciaciones de fondo, corremos hoy el riesgo de dejar de lado la pulpa, el meollo, el tuétano, la médula de la Escritura, y nos quedarnos con la no pocas veces cáscara de la respetable especulación crítico-textual. ¡Quizás esta drasticidad es una herencia también paulina! Y pasamos a la Epístola a los Filipenses... Para San Pablo, encarcelado por Cristo, el Amor es el conocimiento perfecto y cabal discernimiento (1:9). En este orden de ideas, nos atrevemos a preguntar a la filosofía analítica -tipo Ludwig Wittgenstein o Bertrand Russell o Quine-: ¿Qué validez filosófica tendría esta proposición o expresión descabellada: “Para mí la vida es Cristo y la muerte una ganancia” (1:21)? ¿Y qué decir de la 'Kénosis y Apoteosis' (que traducen, respectivamente, 'ano-nada-miento' y glorificación) del cántico de la liturgia católica (2:6-11). He aquí, en todo caso, los “sentimientos de Cristo Jesús” que debemos anidar 'pecho adentro' (con expresión de la gran Gabriela Mistral), al decir del Apóstol. ¡Entonces de nuevo irrumpe y rompe nuestro racionalismo y se empodera de nuestro armazón conceptual la mayúscula 'Locura de la Cruz'! Con razón (diríamos sinrazón que raya con la 'reducción al absurdo', un tópico filosófico), San Pablo añade que todo lo tiene por basura (algunos se atreven a traducir 'estiércol') ante “la sublimidad del conocimiento de Cristo Jesús” (3:8). ¡No teme tornarse 'a-lógico' e incluso anti-lógico, sin muestra alguna de cordura humana! Y remata con broche de oro su carta: “La Paz de Dios que supera todo conocimiento ('filosofía' también traducen algunos) guarda nuestros corazones y pensamientos en Cristo Jesús” (4:7). Revista Queastiones Disputatae - Temas en Debate - Nº 4, 2009

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Valioso el tan sano y pertinente eclecticismo o pluralismo que, no obstante su apasionamiento que pareciera dogmatismo vertical para muchos, propone San Pablo: “Todo lo que hay de verdadero, noble, justo, puro, amable, laudable, virtuoso y cosa digna de elogio, tenedlo en cuenta, y el Dios de la Paz estará con vosotros” (4:8.9b). Lógica conclusión de quien experimenta entrañablemente que “todo lo puedo en Aquél que me conforta” (4:13). Y viene luego la Epístola a los Colosenses. Y el Apóstol pide a Dios “llegar al pleno conocimiento de Su Voluntad con toda Sabiduría e inteligencia espiritual, creciendo en el conocimiento de Dios (Col 1:9b.10b), porque en Él reside la Plenitud de la Divinidad corporalmente” (vv. 19 y 2:9, casi a modo de estribillo). Y vuelve el reiterativo 'Pleroma' paulino que plenifica la filosofía griega con el 'plus' o 'valor agregado' cristiano. Uno no puede entender con ninguna racionalidad convencional aquel misterioso versículo 'rompecabezas': “Completo en mi carne lo que falta a la Pasión de Cristo a favor de su Iglesia” (v. 24). ¡Quizás nadie había escrito cosa semejante! Con expresión postmoderna: ¡Verso donde aleteó el Espíritu Santo 'en vivo y en directo'!... Los psicólogos hablarían de psicosis, de masoquismo o quién sabe qué patología. Pero es que para San Pablo: “Cristo es la Esperanza de la Gloria, toda la Sabiduría” (vv. 27b.28b). En este método hermenéutico intuitivo secuencial y sistemático que estamos tratando de seguir en este artículo, es dable y plausible repetir otra vez el epígrafe con que empezamos: “Que alcancemos en toda su riqueza la plena inteligencia y perfecto conocimiento del Misterio de Dios, en el cual están ocultos todos los tesoros de la Sabiduría y Ciencia” (2:2b-3).

Tal es el vértice de la que nos hemos atrevido a denominar 'supra-filosofía paulina'.

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Y es entonces cuando el Apóstol lanza otra invectiva o apóstrofe contra la filosofía estandarizada de su época, defendiendo a ultranza la verdadera Fe en Cristo de las vanas filosofías coetáneas, e invitando a no esclavizarse de ellas. ¿Qué diría hoy San Pablo –cabe preguntarnos- en tiempos de Postmodernidad 'light'? Pues él nos da la respuesta tajante: “La vana falacia de una filosofía según los elementos del mundo y no según Cristo” (2:8). Y se sabe que ya empezaba a cundir un gnosticismo pseudofilosófico y esotérico u ocultista, tramador como el hoy en boga de la 'Nueva Era' ('New Age')... El Apóstol condena sin ambages la falsa ascesis y la apariencia de Sabiduría (2:23), y postula el 'Hombre Nuevo' (preciosa expresión cristiana por antonomasia, que usurparán 'filósofos' como Karl Marx y líderes como el 'Che' Guevara); esta es la feliz proposición paulina que parece que olvidamos los cristianos amodorrados en cómoda mediocridad. “Hombre Nuevo del conocimiento perfecto según la imagen del Creador” (3:10).

5. Las Epístolas Escatológicas a los Tesalonicenses Se trata de los primeros escritos del Apóstol –cronológicamente hablando- según los Escrituristas, pero yo los cito ateniéndome al orden canónico bíblico tradicional... San Pablo asume una valiosa actitud trans-filosófica: “Procuro servir al Dios vivo y verdadero... con valentía, no agradando a los hombres sino a Dios” (I Tes 1:8; 2:2c.4c / Recordamos también Hch 28:31, la última enseñanza testimonial paulina en Roma, “con toda valentía y sin estorbo alguno”); asume y 10 subsume la 'PARRESÍA' , otra palabra tan

10. Cf. Xavier Léon-Dufour, S. J., Op. Cit., pp. 182, 486, 615616, 619 y 936… En síntesis: Libertad para decirlo todo con confianza intrépida y seguridad férrea en Dios... Según este autor, una suerte de 'orgullo' espiritual desde la humildad (oxímoron o expresión paradójica extrema que cuadra muy bien en el estilo 'sui generis' de San Pablo).


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paulina que traduce testimonio audaz de la Verdad... Es que alude a la operante Palabra, no humana sino de Dios (2:13d), que esclarece la vocación humana más alta: la santidad (4:3.7)... Muy acertadamente, 'Diaconía de la Verdad' será la preciosa expresión de Juan Pablo II en su Encíclica “Fides et Ratio” (= 'Fe y Razón', 1998, ridiculizada en las mismas esferas filosóficas intraeclesiales como un retroceso del Magisterio al escolasticismo tomista medieval), propuesta que hoy debiéramos implementar sin temores oportunistas, camaleónicos o maquiavélicos. Y adviene entonces la expectativa o Esperanza teologal de la 'Parusía' o segunda Venida Gloriosa de Jesucristo, otro 'filosofema' paulino (mejor corregimos, sencillamente teológico) que levanta ampolla en la filosofía inmanentista de todas las épocas... En efecto, el Apóstol se adentra en el filosofema de los filosofemas: la Muerte... ¡Problema filosófico ya platónico, que rebasa a toda filosofía por buen 'constructo' que sea! Si no, lo dice el primer Heidegger con toda la brillantez existencialista de su 'Dasein' (= 'ser-ahí-en-elmundo') y su definición del hombre: “un-serpara-la-muerte”... ¡Miopía filosófica que se atreve a corregir santa Edith Stein, secretaria de Husserl y quizás la futura cuarta doctora de la Iglesia11! (Lamentable –se puede comentarla actitud servilista de Heidegger ante Hitler por defender su rectoría en la Universidad de Friburgo... Sin palabras... ¡Nos quedamos estupefactos con su discípulo Herbert Marcuse, quien tuvo mucha razón al reprender a su maestro por su filosofía mercenaria! Valga la acotación a modo de 'epojé' fenomenológico husserliano...)

11. Véase su grandioso tratado de Metafísica intitulado “Ser finito, Ser eterno: Ensayo de una ascensión al sentido del Ser” (en alemán 'Endliches und Ewiges Sein: Versucheines Ausfstiegs zum Sinn des Seins'); México : Fondo de Cultura económica, 2004, 553 p. Abordaje fenomenológico de Santo Tomás de Aquino.

En este contexto, de nuevo insiste San Pablo en el eclecticismo cristiano con un aforismo o apotegma sabio: “No extingáis el Espíritu ni despreciéis las profecías; examinadlo todo y quedaos con lo bueno, y absteneos de todo género de mal” (5:19-21).

Y en un escueto versículo nos da un tratado de la que podríamos atrevernos a designar 'meta-antropología' cristiana, en virtud de su trasfondo óntico:

“Que el Dios de la Paz os santifique plenamente, y que todo vuestro ser –espíritu, alma y cuerpose conserve sin mancha hasta la Venida de nuestro Señor Jesucristo” (5:23).

Increíble pensar que en un solo verso nos presente el Apóstol al ser humano como réplica de la Santísima Trinidad, implícitamente mencionada (Padre, Espíritu Santo Dador de Paz que santifica, y el Hijo), y la consiguiente visión tripartita (trilógica, triádica o tridimensional -se dice hoy-) del Hombre, que es la misma antropovisión tomista de nuestra 'Alma Mater'.

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En la Segunda Epístola a la misma comunidad de Tesalónica, nos advierte de la apostasía y del Anticristo, fenómenos escatológicos sobre los cuales hoy se especula incluso filosóficamente con tanta curiosidad vana y sensacionalista. Lo que sí es más tangible es “el Misterio de la Iniquidad” (2:7 o impiedad) en que hoy nos zambullimos –valga decir-, y con qué subterfugios y sofismas 'optimistas' de no pocas corrientes e 'ismos' cuasi-filosóficos... Urge hoy, de hecho, recobrar “la Fe en la Verdad” (2:13d) sin componendas ni transacciones... “Aunque la Fe no es de todos” (3:2b) –acota San Pablo-, con realismo a veces matizado de estoicismo y hasta de cierto escepticismo irónico (no pirrónico), como el que tolerarán los mismos Padres de la Iglesia al estilo de Epicteto (50-138)... En este punto, nos atrevemos a lanzar la hipótesis de que este célebre pensador estoico oriundo de Hierápolis (Cf. Col 4:13) era un niño (quizás contaba ocho años de edad), cuando San Pablo evangelizó esta ciudad que traduce 'ciudad santa' (véase la segunda misión apostólica, hacia el año 50), y es posible que escuchase el 'kerigma' paulino... Por eso se explicaría en parte su inclinación cristiana reconocida por varios investigadores de la Historia de la Filosofía12.

6. Las Epístolas Pastorales Precisos y preciosos son los consejos de San Pablo a su discípulo Timoteo (Primera Epístola). ¡El Discipulado es para él un radical seguimiento cristificante, del cual estamos hoy muy lejos! ¡Qué diría él de las fábulas y pseudofilosofías actuales (I Tim 1:4) en tiempos de fetiches y fantoches, en medio de los cuales urge testificar “el Evangelio de la Gloria de Dios” (1:11) sin arrugarnos! Para

12. Véase “El Arte de Vivir: Manual de Vida”. Bogotá : Norma, 1995, 92 p. Impacta sobremanera el trasfondo cristiano de Epicteto, avalado por la Patrística eclesial grecolatina.

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“que todos los hombres se salven y lleguen al pleno conocimiento de la Verdad” (2:4), pero sin dar lugar a excesivas discusiones interminables y estériles... La Disputa y el Debate –tan valorados por Santo Tomás de Aquino como métodos filosóficos- podrían tener cauces y límites en el ámbito académico, tan proclive a polémicas inacabables y no pocas veces estériles... “La Casa de Dios vivo, la Iglesia del Dios vivo, es columna y fundamento de la Verdad” (3:15b). Este aforismo paulino siempre causará escozor en los pensadores de moda, escépticos o cuando menos agnósticos (y eso sí, muy anticlericales), que todo lo tachan de 'dogmatismo', palabra-comodín y 'equilibrista', un neo-dogmatismo relativista que hoy se presenta como neo-ilustrado. Tal es “el Misterio de la Piedad” (3:16), del cual es depositaria la Iglesia como “Signo de Contradicción”. ¡Ella nunca podrá 'negociar' ciertos criterios que rigen siempre! ¡De nuevo saltan al escenario los “falsos doctores” que denuncia San Pablo -llamando las cosas por sus nombres-, actitud intolerable hoy para muchos académicos! “El Espíritu dice claramente que en los últimos tiempos habrá doctrinas diabólicas de embaucadores, incluso argumentadas por los que han conocido la Verdad!” (4:13) ¡Y cómo proliferan! Y muchas veces nos da miedo encararlos so pena de ser tachados de 'fanáticos', otro rótulo facilista y postmoderno que se asigna a los auténticos (palabra tan enaltecida por un sincero existencialista como Jean Paul Sartre)... Es apremiante entonces para ello- “ejercitarnos en la Piedad” (4:7b), como acota el Apóstol de los Gentiles. Dedicarnos a la oración, la lectura, la exhortación y la enseñanza (v. 13), aconseja el Apóstol a su pupilo, no descuidando el carisma profético recibido por la imposición de manos (v. 14, muy actual ahora que el Papa Benedicto nos ha convocado a un Año dedicado a los Ministros de la Iglesia –2009-2010-, quienes no pocas veces escandalizamos a los fieles –y yo me incluyo como Diácono-, reconozcamos con humildad una 'doble moral' de algunos mantenida y maquillada.


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Nos atrevemos a pensar –“con temor y temblor”, como San Pablo (Flp 2:12c)- que no podemos creer ingenua o culpablemente que hoy no está pasando nada, o que podemos negar evidencias, de manera cómplice y apoltronándonos en el letal y diabólico lema: “Hagámonos pasito”, que desafortunadamente hoy cunde en las instituciones y, muy desafortunadamente, 'ad intra' de la misma Iglesia... Nos urge este Apóstol a velar entonces por nosotros mismos y por nuestra enseñanza cual medida prudencial (4:16), incluso lavando los pies (5:10b / Diaconía amorosa pero enérgica y 'parresíaca' (vale este epíteto que inventamos como neologismo), usando 'cauterios' contundentes con expresión de San Juan de la Cruz... 'A grandes enfermedades, grandes remedios”, reza el sabio adagio popular... No obstante, es posible aun hoy, con la Gracia de Dios, mantenerse puro como flor de loto que flota incluso en medio del muladar actual (5:22b) en que vivimos, conscientes de que “la raíz de todos los males es el afán de dinero” (6:10)... Por consiguiente, el Apóstol nos enseña a ser “'Hombres de Dios' que corren al alcance de la Justicia, la Piedad, la Fe y la Caridad, la Paciencia y la Dulzura, combatiendo el buen Combate de la Fe que conquista la Vida Eterna” (6:11-12a)... Y no debiéramos escudarnos de modo facilista en el sofisma de que estos son parámetros morales máximos, mayúsculos, que hoy desconoce sistemáticamente la “Ética de mínimos” por considerarlos utópicos... Son, efectivamente, pautas y directrices que conforman el 'Depósito de la Fe' ('Depositum fidei', preciosa y plenamente actual expresión paulina), que nuestra 'racionalidad hipercivilizada' y 'sentido común' actuales vertidos en la filosofía postmoderna no están dispuestas a aceptar fácilmente. Pasamos a la Segunda Epístola a Timoteo (homenajeando su etimología, habría que recobrar el 'tymos' platónico a fondo, pero sumarle el 'theos' como plus o 'valor agregado' que hoy disgusta a muchos pensadores aconfesionales... Timoteo, Teótimo lo llama otro autor espiritual, y ambos significan

prototipos y/o perfiles de todo cristiano bautizado.) Efectivamente, el Apóstol prisionero exhorta a “proclamar la Palabra que no está encadenada, soportándolo todo por los elegidos (2:9b-10a). Palabra de Verdad” (v. 15c) que evita discusiones necias y estúpidas, y altercados, y recobra el buen sentido (v. 26a)... De nuevo, en este contexto San Pablo fustiga a los 'falsos doctores' e insiste en lo que actualmente corroboramos en disolutos círculos intelectuales y culturales: “En los últimos días los hombres serán egoístas, fanfarrones, soberbios, irreligiosos, desnaturalizados, promiscuos, despiadados, enemigos del bien, infatuados, hedonistas... incluso con apariencia de piedad” (3:1-5). Sobran esta vez –so pena de convertirnos en recalcitrantes- los comentarios y glosas... Esto se evidencia en nuestra nueva era 'light' de menguados perfiles, de “sombras y no hombres”, como diría el gran pensadorformador argentino José Ingenieros... Es que falta tanto la aspiración “al pleno conocimiento de la Verdad” (v. 7b, el subrayado es nuestro), estribillo recurrente o 'ritornello' de San Pablo en casi todas sus Epístolas... Y, obviamente, sucede que “todos los que quieran vivir piadosamente en Cristo Jesús, sufrirán persecuciones; en cambio, tantos embaucadores e impostores irán de mal en peor, serán seductores y a la vez seducidos” (vv. 12-13). Son paulinos argumentos, difícilmente refutables y antídotos para tantas argucias o pseudo-argumentos demasiado optimistas de nuestros tiempos. A todas luces, he aquí el secreto de la fuente filosófica paulina, superadora de toda filosofía: “Las Sagradas Escrituras pueden darte la Sabiduría que conduce a la Salvación mediante la Fe en Cristo Jesús, porque toda Ella es inspirada por Dios y útil para enseñar, argüir, corregir y educar en la Justicia; y así el hombre de Dios se encuentra perfecto y preparado para toda obra buena” (vv. 15-17 / El subrayado 'filosófico' es nuestro) . Revista Queastiones Disputatae - Temas en Debate - Nº 4, 2009

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¡No debiéramos acomplejarnos hoy de la Palabra divina ante las 'filosofías' y sus sofismas de moda! De ahí la insistencia del Apóstol: “Proclama la Palabra, insiste a tiempo y a destiempo” (4:2a)... Y su TESTAMENTO es rotundo y estelar: “El momento de mi Partida es inminente. He combatido el buen Combate, he llegado a la meta en la carrera, he conservado la Fe. ¡Sólo me aguarda la corona de la Justicia que aquel Día me entregará el Señor, justo Juez!” (4:6b-8a). S o l e m n e conjuración paulina (según expresión de la Biblia de Jerusalén) que sitúa a San Pablo mucho

más allá de los 'bienpensantes' del 'sentido común'... Él no teme hacerse sinónimo de 'plus' de toda filosofía, aunque se quede solo, como lo da a entender en el epílogo de esta magistral Epístola pastoral: “El único que está conmigo es Lucas... Todos me abandonaron” (4:11a.16a). He ahí el precio de superar la razón humana, siempre corta... Con razón, Max Horkheimer primero intituló “Eclipse de razón” su famosa e inmortal Obra “Crítica de la Razón instrumental”... Y Jean Francois Lyotard realiza en su libro “La condición

13. Valga recalcar que estas Obras filosóficas contemporáneas fueron citadas por el eminente Padre Alberto Parra, S. J., en el reciente Foro de Pastoral Universitaria en la Fundación Universitaria Juan de Castellanos, 18 de agosto de 2009, como marco teórico imprescindible para un “acompañamiento cristiano a la Academia”.

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postmoderna” un 'informe crítico del saber”, y Jurgen Habermas hoy hace la “Crítica de la Razón funcionalista” para corroborar este rol crítico indelegable de una auténtica filosofía que trasciende la misma razón13. Ahora bien, en su Epístola a su otro discípulo paradigmático, Tito, San Pablo le insiste en “el pleno conocimiento de la Verdad conforme a la Piedad” (1:1b). Y puntualiza: “Para los puros todo es puro” (1:15a); tal es su consigna ética tajante que compromete radicalmente a “vivir con sensatez, justicia y piedad en el siglo presente, aguardando la feliz Esperanza y la Manifestación de la gloria del gran Dios y Salvador nuestro Jesucristo” (2:12b-13)... Hoy esta radicalidad moral paulina se tildó simplistamente de mitificación alienante y dogmática de Cristo, por parte de pensadores significativos y sinceros como Émile 14 Cioran ... Pero, de nuevo, es recurrente el consejo paulino: “Evita discusiones necias, contiendas y disputas porque son inútiles y vanas. Al sectario, después de una y otra amonestación, réhuyele; ya sabes que ése está pervertido y peca, ¡condenado por su propia sentencia!” (3:9-11) Cuánta vana polémica revestida de rigor académico hoy en nuestros claustros universitarios, sobre todo en temas morales y éticos; cuántos 'ismos' y sismos ideológicos de índole pseudofilosófica, y competencia desleal de 'egos' que están muy alejados de la coherencia de vida. ¡Cuánta 'doble moral', el peor mal de nuestra Colombia, al interior del 'alma mater'! ¿Por qué no nombrar esta realidad? La minúscula Carta a Filemón –esquela apenas clasificable dentro de las ya reseñadas Epístolas de la Cautividad- es también pastoral... He aquí una mayúscula joya del pensamiento cristiano, cuajada “de conocimiento perfecto” (v. 6), si tenemos en cuenta que empieza a socavar el nefasto y vergonzoso esclavismo, visto por los grandes pensadores griegos como algo natural y casi folclórico de su época. (Cf. Tratado de la Política de Aristóteles)... ¡Oh despropósito y exabrupto! Uno no se explica cómo tanta lucidez y genialidad greco-romanas toleraban un estigma social tan deprimente y

14. Cf. “De lágrimas y de santos”, “El crepúsculo de los pensamientos”, “Adiós a la Filosofía”.


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escandoloso! Vistas así las cosas, se le debe dar la razón a Karl Marx al fustigar a los filósofos por reducirse a interpretar el mundo y no a transformarlo (evocando sus 'Tesis sobre Ludwig Feuerbach')... Aquí, en esta carta paulina, vemos un aporte praxiológico paulino muy concreto y resonante por su encarnación prof-ética (valga el guión intencional a la manera del 'pro-yecto' sartreano). Cabría preguntar: ¿Acaso fue poco –por parte del pensamiento filosófico cristiano-paulinocontribuir a resquebrajar y derrocar el Imperio Romano y su execrable esclavismo, mediante este sencillo y coloquial pronunciamiento prof-ético?

7. La impronta paulina en la Epístola a los Hebreos Arribamos a esta profunda Epístola a los Hebreos, hoy descartada por la teología moderna como paulina... No sería pecado asignársela a San Bernabé (como plantea, entre otras posibilidades, su más experto estudioso, P. Albert Vanhoye, S. J.); en efecto, este otro Apóstol-lumbrera, maestro del mismo San Pablo, y de origen levítico, explicaría el acento preponderante sobre el sacerdocio de Cristo... Además, su tono exhortativo ('Bernabé significaba 'hijo de la exhortación' / Hch 4:36) es muy peculiar de ese gran misionero marcado por la elocuencia, según el libro de los Hechos de los Apóstoles (cap. 14). Por si fuera poco, hay ciertas citas recurrentes (v. gr.: Habacuc 2:4 / Heb 10:38) que podrían evidenciar un claro influjo paulino... Y veremos otras reveladoras concordancias. Desde el prólogo, en este texto cuando menos 'paulizante' o 'paulinizante', Cristo se manifiesta como el 'Logos' por excelencia –al mejor estilo joánico que nos recuerda a Filón de Alejandría-: “Resplandor de la Gloria del Padre e impronta de su substancia que sostiene todo con su Palabra poderosa” (1:3 / Cf. Efesios 1:7 / Colosenses 1:15). Al hablar de Jesucristo, Pontífice fiel y compasivo, el hagiógrafo ratifica la metáfora paulina de la 'Palabra-espada': “La Palabra de Dios es viva y eficaz, más cortante que espada alguna de doble filo.

Penetra hasta las fronteras entre el alma y el espíritu, hasta las junturas y médulas; y escruta los sentimientos y pensamientos del corazón. No hay para Ella criatura invisible: todo está desnudo y patente a los ojos de Aquél a quien hemos de dar cuenta” (4:12-13 / Cf. Efesios 6:17, el mismo símil de la espada, que encaja dentro de la riquísima semiótica paulina, acotación nuestra). Esta figura literaria del Apóstol realza la grandeza del 'Logos bíblico' que, en sentido profundo, nunca se reduce a Pensamiento o a simple Palabra (será 'El Verbo' por excelencia para los cristianos), sino que se torna además Acción histórica transformante y salvífica, fusionando estos tres elementos en plenitud redentora para el hombre, a diferencia de la filosofía vista como mero despliegue eidético o de simples ideas humanas... En efecto, según esta epístola Cristo-Maestro en su Cruz se convierte en “trono de Gracia” (4:16). Y es allí donde da su máxima cátedra de Sabiduría y 'filosofía' testimonial hasta la sangre... Y sólo en esta Sapiencia se puede dar “el discernimiento del bien y del mal” (5:14b), dos realidades ineludibles hoy tan revueltas en los esnobistas 'ismos' filosóficos y éticos actuales... A decir verdad, el cristiano es un 'iluminado' (6:4 y 10:32 / Cf. Ef 5:14, otra innegable expresión paulina aquí insertada, de donde brotará en parte –y no sin cierto sarcasmo- el reduccionista término 'iluminismo', que le endosará la filosofía oficial a San Agustín y otros pensadores cristianos... (Y ahora se habla de los 'illuminatti' del libro “Ángeles y demonios” de Brown, otro 'best-seller' confucionista después de “El código Da Vinci”. '¡Confunde y venderás!', esta pareciera ser la perversa consigna de muchas de estas Obras pseudofilosóficas y literarias). A juzgar por el misterio cristiano, los argumentos humanos son apenas “sombra y figura de realidades celestiales (...) Todo ello era figura del tiempo presente, la plenitud de los tiempos” (8:5a / Véanse textos afines a I Cor 10:6 / Cf. Heb 9:26b), las ideas son apenas analogías aproximativas, prefiguraciones y pregustaciones, como lo explicitará Santo Tomäs de Aquino en su inmortal “Summa Theologica”... “Paja -según el Aquinate-, ante el supremo Misterio de Dios”... Así lo sintió él, Revista Queastiones Disputatae - Temas en Debate - Nº 4, 2009

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con testimonio grandioso al término de su vida luminosamente filosófica. Interesa, sobremanera, la parte última de la Epístola a los Hebreos, referente a la Fe en Cristo, “camino nuevo y vivo” (10:20), en esos tiempos de apostasía o claudicación espiritual, que también son los nuestros: “después de haber recibido el pleno conocimiento de la Verdad” (v. 26, estribillo paulino que aquí por enésima vez se atraviesa y que ratifica una vez más –en nuestra modesta opinión- el influjo paulino en esta Epístola)... “Es tremendo caer en las manos del Dios vivo” (v. 31)... He aquí una invectiva de sabor también paulino que sale al paso en este contexto y que hoy repugna a muchos 'entendidos'... Es que quizás hoy hemos olvidado que la Fe perseverante es “duro y doloroso combate” (v. 32b). Y muy pertinente, por demás, el elenco de paradigmas teologales de la Fe, a partir de esa definición que tangencialmente ya reseñamos, y afín a otros textos paulinos: “La Fe es garantía de lo que se espera; la prueba de las realidades que no se ven” (11:1). Esta virtud teologal (la Fe) es presentada como una facultad cognitiva sobrenatural ('metacognición' dicen hoy) que rebasa a la Razón –capacidad apenas natural-, provocando de nuevo un 'salto epistemológico' (de nuevo evocando el término bachelardiano), capacidad o 'competencia' dirá el lingüista y pensador norteamericano en boga, Noam Chomsky. Efectivamente, la evocación de los patriarcas –en especial Abraham- es similar en esta Carta a los Hebreos a la de la Epístola a los Romanos (4: 19 ss.)... Sí, grandiosa la talla de estos modelos y/o arquetipos, paradigmas “de los cuales no era digno el mundo” (11:38). ¡Qué pocos “testigos de lo Absoluto” (con palabras del gran laico católico francés del siglo XIX, Léon Bloy) vemos hoy en las corrientes filosóficas contemporáneas! Y sí tenemos no pocos casos nefastos en la Historia de las ideas filosóficas: Louis Althusser, Gilles Deleuze, Michel Foucault y otras respetables 'lumbreras' con impactantes dramas personales que dan al traste con sus ideas filosóficas... Un pensador testimonial como San Pablo prefiere ser 'signo de contradicción' (12:3), timbre de Gloria de los auténticos (y no de caduco 'éxito' como se dice hoy), cual fiel Discípulo del Maestro de maestros, Jesucristo. En efecto, opta él por “la santidad, sin la cual nadie verá a Dios... pues Dios es un fuego 34

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devorador” (12:14.29). Pero, de modo taxativo insiste el autor sagrado con argumento irrebatible: “Ayer como hoy, Jesucristo es el mismo y lo será siempre” (13:8). Y nos atenaza enseguida: “No os dejéis seducir por doctrinas llamativas y extrañas” (v. 9 / Cf. Ef 4:14, versículos también de incontestable cuño paulino)... porque el pensamiento cristiano “no tiene ciudad permanente sino que va buscando la futura” (v. 14)... ¡Y así quedan superados los inmanentismos horizontales, por más que a las aspiraciones altas y místicas se les descalifica y estigmatiza como 'angelismos desencarnados'!

8. Lugar filosófico de San Pablo El gran filósofo español José Ferrater Mora, en su prestigioso Diccionario de Filosofía –de los mejores en lengua castellana- afirma que el Apóstol de los Gentiles, integró todo: judaísmo y sabiduría griega, cultura oriental y latina en la doctrina cristiana de Salvación, 'escándalo para judíos y locura para los paganos, pero Sabiduría y poder de Dios para los llamados' (I Cor 1:23) (...) Divina locura más sabia que los hombres y debilidad más fuerte... Locura de la Cruz ante las escuelas filosóficas (estoicos, epicúreos, cínicos y neoplatónicos de la época), que las sobrepasa con la vida teologal de la Gracia, profecía y ciencia de todos los misterios y todo el conocimiento que alcanza su vértice en la Caridad (I Cor 13:2) (...) San Pablo anuncia una Vida Eterna que vence la muerte por el cuerpo espiritual (Cf. I Cor 15:45), un Reino inmortal a partir de la Resurrección ('anástasis') (Loc. Cit.). Sin embargo (o con embargo), el filósofo español esboza cinco filosofemas o problemas filosóficos que, a su modo de ver, plantea el Apóstol de los Gentiles, a saber: 1. La influencia de la tradición helénica y su confrontación con la tradición hebraica. 2. Rol de la cristología en el llamado 'corpus paulino'. 3. El uso de la diatriba de tipo cínico-estoico que hace San Pablo. 4. La relación del pensamiento paulino con el sincretismo coetáneo.


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5. La correlación teoría-praxis. Para los filósofos, el primer punto es el más importante15. Pero, curiosamente, el filósofo no desarrolla ninguna de las objeciones planteadas... Con sorpresa del lector, se limita a invitar a investigar más que todo textos teológicos: Cf. José María Bover, S. J.: “Teología de San Pablo” / Jean Daniélou, S. J.: “La théologie de Saint Paul” / Sólo aparecen tres estudios de índole filosófica: Ferdinand Prat, S. J.: “Philosophical studies in saint Paul” / A. J. Malherbe: “Paul and the popular philosophers” (1989) / R. H. Akeroyd: “Reason and Revelation: From Paul to Pascal” (1992)16. No obstante (o sí obstante), a decir verdad, el muy erudito José Ferrater Mora nos deja vacíos de un juicio filosófico crítico cabal sobre el talento y el talante filosóficos de San Pablo...¡Como que se evidencia que el Apóstol hace trizas todos los esquemas enciclopédicos y academicistas filosóficos y se convierte en problema –Misterio decimos en clave teológica-, 'supra-filosofema'! A San Pablo, ¡oh aporía insoluble hasta hoy!, lo dejan los eruditos al margen, como rueda suelta en la historia de las ideas y mentalidades filosóficas. Eso sí, con mucho respeto por parte de nuestro connotado filósofo ibérico, quien lo cita en otras partes de su valioso Diccionario.

su Vida y de sus Epístolas con no pocas teorías incluso atrevidas (hipótesis y conjeturas), a través de las cuales pretenden rebajarlo a su nivel en lugar de empinarse a su envidiable altura, como debiera abordarse18... ¡Siempre él será inclasificable! Filosóficamente hablando, San Pablo encarna y plenifica en su colosal Vida, Obra y Pensamiento el 'LOGOS' –más allá del esquema greco-latino de este vocablo- en su primigenia y prístina grandeza: Pensamiento, Palabra y Acción aunadas e historizadas con plenitud esplendorosa... Y con un 'plus' o 'Valor Agregado' en clave teológica cristiana, sin precedentes en el Pensamiento de Occidente.. San Pablo condensa -en su monumental personalidad y carácter sin antecedentes en la historia occidental- un cimero e incomparable capítulo, pionero y precursor de la PRAXIOLOGÍA, entendida como filosofía práctica de implicaciones integrales, holísticas y sinérgicas: místicas, proféticas, cristológicas, pneumatológicas, eclesiológicas, escatológicas y misioneras –en su prioritaria dimensión teológica-. Y metafísicas, cosmológicas, antropológicas, epistemológicas, lógicas, socio-políticas, axiológicas, éticas, pedagógicas, literarias –en su esfera secundaria, de índole filosófica-. A decir verdad, habría que elaborar todo un GLOSARIO PA ULINO de hondas implicaciones filosóficas: 'Pleroma, Gracia, Gloria, Parusía, Kairós, Kénosis, Parresía, Diaconía, Apostolado', vocabulario siempre en clave emotiva que rompe todo esquema

A modo de conclusiones desde nuestro hoy filosófico Indudablemente, San Pablo continúa siendo vigente y paradigmático en el ámbito 'pensante' y referente obligado: un perfil de pasión, fuego y leyenda al mismo tiempo, paradójico y controvertido siempre... “Pablo es apasionado, un Alma de Fuego que se entrega sin medida a un Ideal esencialmente religioso con celo incondicional y abnegación total” (Pierre Benoit, Biblia de Jerusalén)17. Supera todas las aproximaciones críticas, máxime las de los teólogos modernos y postmodernos, quienes especulan de modo muy hipotético y conjetural sobre minucias de

15. Ibídem. 16. Cit. al comienzo de este Ensayo, ahora cita textual. Autores citados por José Ferrater Mora. 17. Biblia de Jerusalén, Introducción a los Escritos Paulinos... 18. Cf. Rinaldo Fabris. “Para leer a San Pablo”. Bogotá : San Pablo, 2002. Exhaustivo estudio en dos versiones (exhaustiva una y otra ligera, 'de bolsillo') que impactan por su erudición, pero sorprenden por sus cavilaciones muy humanas y reduccionistas a veces... Que si San Pablo fue casado o célibe, etc... y otras curiosidades accesorias.

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dialéctico, lingüístico y estilístico, dando incluso espacio a altibajos y aparentes errores sintácticos (anacolutos e incongruencias como 19 solecismos) ... Y, lo más relevante, una Moral -más que simple Ética- diamantina y de coherencia monolítica, sin ambivalencias. Máxima Filosofía, en suma, sin alienaciones ni alineaciones de 'ismos' de moda en su época (como hoy se percibe en el respetable estilo de un Fernando Savater y otros vulgarizadores de filosofía). San Pablo fue un Discípulo fiel, ante todo un Caminante, seguidor radical del abrupto Camino teologal del Señor ('Camino, Verdad y Vida' / Jn 14:6 / Ocho veces se menciona la vida cristiana como Camino, dos de ellas por el propio San Pablo: Hch 9:2; 18:25.26; 19:9.23; 22:4; 24:14.22)... Y recordamos que en griego camino es 'odos' (= 'método')... Y 'mét-odo' es 'más allá del camino'... Entonces él sí fue 'metódico', en este sentido. Un peregrino fue el Apóstol, romero de azules alturas y lejanías que fue 'alcanzado por Jesucristo” (Flp 3:12b)... No siguió –a Dios gracias- una 'carrera' oficial y académica (autopista confortable como muchos 'filósofos convencionales' de su época, que hoy ya no convencen)... Su filosofía es un 'camino a pie seco' como canta el Poeta Antonio Machado: “Se hace camino al andar”... 'Hodegogía' su pedagogía de Maestro: ¡'hacer y hacerse camino', ser camino él mismo! ¡Sabio y docto, más que doctor! San Pablo aún hoy es muy polémico, como todo genio superdotado: se le tacha de 'misógino' o desdeñoso con las mujeres (eso sí con su masculinidad siempre muy definida y sin lugar a ambigüedades), debido a unas infortunadas y nunca del todo comprensibles expresiones culturales anti-feministas y patriarcalistas de la época (Cf. I Cor 11:5.10), hasta el extremo de reducir a la mujer al silencio (14:34-37)... Versículos que desconciertan a cualquiera y opacan un poco la grandiosa lucidez del Apóstol... ¡Ya era hora de opinar algo negativo del Apóstol! Un texto tan valioso -soteriológicamente hablando, esto es, en clave del Misterio de la Redención- como Gálatas 4:4 no logra disimular la reticencia 19. Cf. Amédée Brunot. “El genio literario de San Pablo”. Madrid : Taurus, 1970. Excelente estudio literario del Epistolario paulino.

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paulina (para algunos con visos 'machistas') sobre la Madre del Salvador al designarla de modo muy lacónico 'Mujer'... ¡Aunque se le atribuye a este verso la connotación de 'Nueva Eva', etc., con no pocos válidos y agudos malabarismos escriturísticos... Es que casi nada en San Pablo –como en todo genio- es expedito... y cada quien es, inevitablemente, heredero de su época y cultura. ¿Qué decir de su sarcástica y provocadora expresión en la mencionada carta dirigida a los partidarios de la circuncisión: “¡Ojalá se castraran!” (5:12)? Insoportable hipérbole... ¡Sobraba esta frase y, no obstante, quedó canonizada para la posteridad! En este contexto, San Pablo se baja de la más empinada altura mística a la más demoledora y desafiante profecía, ¡oh aporía y acaso una especie de entelequia aristotélica, insolubles racionalmente!... Valga también mencionarse su ruptura con San Bernabé por causa de Marcos (Cf. Hch 15:36-40)... Muy valiosa su libertad extrema de espíritu, pero esta generaba no pocas tiranteces y tensiones que amenazaron ya la Caridad de la Iglesia naciente, como cuando corrigió públicamente a San Pedro, siendo apenas un converso (Cf. Gál 2:11)... ¡Humanamente hablando, San Pablo era insufrible! ¡Si volviera hoy, nos atrevemos a creer y pensar que no lo soportaríamos! Es más: ¡quizás lo decapitaríamos como antaño! Lo continuamos idealizando demasiado, como a la mayor parte de los santos. + “Pablo, siempre Modelo, Gigante de Humanismo, Heraldo de Cristo, Héroe de la Libertad... La figura cimera de San Pablo es esencial para todo el que quiera vivir un cristianismo auténtico... Flamígero, autoritario a veces, altivo en su rudeza austera y cariñosa al mismo tiempo... ¡Uno de esos 'violentos' que se roba el Cielo! Un 'sí' o 'Amén' rotundo de aceptación y entrega hasta las cadenas. ¡No sabe de medianías grises! Frío o caliente, pero jamás la tibieza que provoca el vómito de Dios! (Cf. Ap 3:15-16) ... Señor: ¡derríbanos como a Saulo! Al servicio de la causa del Reino, 'todo para todos' (I Cor 9:22) con carácter volcánico, soñador y utopista... De acento absoluto y sin falsas poses de virtuoso, sin temor a que lo juzguen mal, perdiendo sus 'azucenas de bueno'... Perfil acerado, personal y tenaz, que hizo exclamar a San Juan Crisóstomo, espíritu gemelo: 'Cor Pauli, Cor Christi' (= 'Corazón de Pablo, Corazón de Cristo'). Apóstol de verdad hasta la médula, comprometido hasta extremos insospechados; extremista que raya en la locura: '¡Quisiera ser anatema por mis hermanos!'


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(Rom 9:3) es expresión frenética... Su único anhelo es 'gastarse y consumirse' incendiado en la Caridad (II Cor 12:15). San Pablo imanta con su sobrecogedora Personalidad y carácter, pues su Espiritualidad es recia y medular, viril, forjada de esencias, no de apariencias. Rectilínea, sin diplomacia de concesiones, que odia las medias tintas; siempre con autenticidad. No teme que lo tilden de loco, presuntuoso y dominante. He aquí su acrisolada humildad... Siempre será 'Signo de Contradicción' (H. Rondet).Y siempre incomprendido y asediado por la envidia rastrera: 'los falsos hermanos', al parecer su 'aguijón de la carne' (II Cor 12:7)... los oficialmente 'buenos y cuerdos y normales'... Indomable en mantener incólume la integridad del Evangelio, arrostrando con santa audacia y osadía todas las consecuencias. Por eso nunca se le apartó la sombra recelosa que persigue a los grandes 'convertidos' (San Agustín, Giovanni Papini, Cardenal Newman, Léon Bloy, Alexis Carrel, Paul Claudel) (...) ¡Qué modelo incomparable e insobornable San Pablo! ¡Nadie lo pudo encasillar o domesticar, y cuánto lo intentaron! Y prudente, al mismo tiempo, como Hombre de Dios... ¡Y hoy pululan los hipócritas y farsantes, y escalan posiciones con arribismo incluso eclesial, pero más que nunca es urgente un CRISTIANISMO PARA HOMBRES SINCEROS como el de San Pablo! La 'santa imprudencia' de San Francisco de Asís, San Francisco Javier, Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz, Carlos de Foucauld, Beato Juan XXIII, San Pío de Pietrelcina, Beata Teresa de Calcuta, Abbé Pierre, Dom Helder Cámara..20

San Pablo es el gran paradigma y paladín del Discipulado y espíritu misionero que nos ha pedido con urgencia la V Conferencia Episcopal Latinoamericana de Aparecida (2007), Discipulado cristificante que no debemos manosear tanto y convertir en un simple tópico de moda 'descafeinado' y 'light'.

San Pablo: pilar y polar Testigo de la Suma Verdad y Filosofía auténtica...21 Síntesis acabada de Contemplación y Profecía que -en sumatoria- constituyen la PARRESÍA, testimonio martirial (vale la redundancia) de la Verdad Plena.

20. Francisco García-Salve, S. J. “Cristianismo para hombres sinceros”. Bilbao : Mensajero, 1970, pp. 113-134: “San Pablo, siempre Modelo”... Nos ha parecido importante transcribir en su totalidad esta página magistral e impactante y de connotaciones filosóficas testimoniales. Los énfasis y subrayados son nuestros. 21. Cf. Santiago Borda-Malo E. “Conciencia”, Tunja, autoedición, No. 52, 2006, 12 p. Homenaje a San Pablo, coloso espiritual, punto de referencia siempre...

En todo caso, como el Profeta Eliseo pedía a su maestro, el Profeta Elías, “dos partes de tu espíritu” (II Reyes 2:9), ¡pedimos hoy con tozudez paulina al mismo apóstol nos regale 'doble porción de su espíritu' en esta encrucijada de la historia humana, y momento crucial de crisis antropológica, filosófica y, por ende, eclesial! Revista Queastiones Disputatae - Temas en Debate - Nº 4, 2009

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A modo de colofón poético (¿Por qué no poetizar -después de intentar filosofar en clave paulina-, si la Poesía es acaso -y Nietzsche lo confirma- expresión o exprimidura máxima de la Filosofía?): ¡ O TODO O NADA ! 'Estar-en-Cristo-Jesús' (I Cor 1:29) Ay, San Pablo incandescente, nunca tibio, en 'sí' sostenido mayor... ¡Cráter en perenne erupción, a borbotones siempre! Tu nombre 'Don de Dios' parece traducir, aunque ya romanizado, el Saulo hebreo... Crepitas y calcinas, ¿acaso no son estos tus dos verbos predilectos? Sin grises medianías ni despreciables mediocridades... Tú tan a ras de Cielo, y nosotros –yo, por lo menos-, arrastrándome tan a ras de suelo... Pablo minúsculo de estatura, pero mayúsculo en talento y talante... En dimensión crística siempre y en todo, descollando siempre en vanguardia... Loco para tantos 'cuerdos'... Rompiendo esquemas verbales y lingüísticos, estrecho te quedó el idioma, y lo quiebras tu verbo en anacolutos y aparentes incongruencias... Derribado de tu altivez en Damasco, te re-orientas (no te conviertes) simplemente hacia el picacho rocoso, y lo escalas hasta coronar la cumbre de la Cruz... Ella tu timbre única de Gloria divina, sólo la buscas a costa de tus 'azucenas de virtudes', y la Gracia –ellas dos tu binomio precioso-, y te olvidas de todo lo demás:

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¡La escoria atrás! ¡Siempre adelante, en 'crescendo'!... ... ¡Y nosotros añorando honores y banalidades cursis, jugando a doctores sin ser doctos! Tú: ser nada para ser todo, ¡'kenótica' tu lección cristalina, compacta, sin fisuras, de alto perfil siempre, y hoy de nuevo 'apoteósica'! ¡Re-nace hoy y quémanos! ¡Ay, tus volcánicas Epístolas cómo escocen entre tanta palabrería sacada hoy del bolsillo, sin médula ni meollo; tú las exprimiste de tus entrañas paternales y pastorales

-brasa viva-, jirones tintos en sangre! ¡No me explico cómo las canonizaron en La Sagrada Biblia con tan indómitas asperezas de un corazón traslúcido y cáustico! ¡Y qué supra-filosofía, Sabiduría suma! Pablo-Diácono siempre y simplemente, Siervo de Cristo –¡no más!-, sin pretensiones arribistas –sencillamente 'todo de todos'-, alumbrando testigos de Contemplación y Profecía -refulgente PARRESÍAen todos los tiempos y todas las latitudes... San Pablo disyuntivo siempre: de 'o todo o nada': que seamos nosotros también del Cristo-Todo para no desaparecer en el 'no-ser', en la vulgar nada!


Santiago Borda-malo Echeverri

Referencias Concilio Vaticano II, Constituciones, decretos, declaraciones. Ediciones BAC, Madrid, 1968. Habermas Jürgen, “Conocimiento e interés” en Ciencia y técnica como ideología, Editorial Tecnos, Madrid, 1986.

Loyola Ignacio de, Ejercicios Espirituales, Ediciones Mensajero, Bilbao, 1968. Lyotard Jean-Francois, La condición postmoderna: informe sobre el saber, Ediciones Cátedra, Madrid, 1994.

Habermas Jürgen, Teoría de la acción comunicativa I y II, Ediciones Taurus, Madrid, 1987.

Morin Edgar, Los siete saberes indispensables para la educación del futuro, Ediciones del Ministerio de Educación Nacional, Bogotá, 1996.

Habermas Jürgen, Israel o Atenas, Editorial Trotta, Madrid, 2001.

Pablo VI, Anuncio del Evangelio, Ediciones Paulinas, Bogotá, 1976 .

Horkheimer Max, Crítica de la razón instrumental, Editorial Sur, Buenos Aires, 1973. Revista Queastiones Disputatae - Temas en Debate - Nº 4, 2009

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PLURALIDAD DE RELIGIONES Y DIÁLOGO 1 INTERRELIGIOSO

Josep M. Coll* Recibido: 29 de Junio de 2009

Resumen: En el marco del debate y de la reflexión sobre la naturaleza del diálogo interreligioso, surgidos con fuerza en la etapa efectivamente mundial de la historia de la humanidad que vivimos, el autor propone, como forma de diálogo, hacer una presentación “en positivo” de la propia fe, superando así el modelo de diálogo interreligioso existente hasta ahora, que ha resultado empobrecedor, porque ha tendido a buscar sólo el común denominador de las diversas religiones, rebajando los contenidos de la fe de cada una de ellas. De hecho, las concepciones y las propuestas de ciertos autores cristianos, a causa sobre todo del método de diálogo practicado, padecen a

1 Este texto resume pero también actualiza y completa, la versión aparecida con el título “¿Es posible una teología cristiana del pluralismo religioso?”, en Ars Brevis 7 (2001) p. 61-80. Fue presentado por el autor en L`Escola d´Estiu Manuel Carrasco i Formiguera d´UDC, el 4 de julio de 2004, y en el Parlament de les Religions celebrado en Barcelona, el 8 de julio del mismo año. Apareció en catalán en Diàlegs 7 (2004) nº 26, 85-100. Traducido de la lengua Catalana por Alfonso Camargo Muñoz.

Aprobado: 25 de Julio de 2009

menudo de un déficit en las dimensiones comunitaria, sociopolítica e histórica de la salvación cristiana, siendo así que ésta se caracteriza precisamente por ser encarnada con las consecuencias desarrolladas en el artículo- e histórica. Por esto el autor se refiere a una única historia de salvación -con tres grandes etapas, que se relacionan de una manera dialéctica- en las que quedan debidamente situadas las diversas religiones, todas ellas con una función necesaria en el plan de Dios, incluso hasta el final de los tiempos. Palabras clave: Dios, Jesucristo, fe, religiones, diálogo, salvación, ética, comunidad, historia, encarnación.

* Licenciado en Teología por la Universidad de Innsbruck. Doctor en Filosofía por la Universidad de Barcelona. Profesor de la Facultad de Filosofía de Cataluña, en Barcelona, y del Instituto de Teología Fundamental de Sant Cugat. Autor de varias obras, entre las cuales destacamos: Filosofía de la relación interpersonal; Synthesis Fidei. Contacto: jmcoll@jesuites.net.

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PLURALIDAD DE RELIGIONES Y DIALOGO INTERRELIGIOSO

Abstract: In the context of debate and reflection about the nature of inter - religious dialogue, emerged with power in the worldwide stage of the mankind which we live, the author proposes, as a dialogue, make a presentation "in positive" about the real faith, surpassing the existing model of inter - religious dialogue so far, that has been narrow; because it has tended to search only the common itemsof the various religions, lowering the contents of the faith of each one. In fact, the views and proposals of some Christian writers, especially due to the method of dialogue practiced, often suffered from a deficit in the communal, socio-political and historical dimensions of the Christian salvation, even

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ntre las características de nuestro tiempo, cuando iniciamos la etapa efectivamente mundial de la historia de la humanidad, encontramos no sólo la posibilidad, sino también la necesidad y el desafío de un auténtico encuentro entre las culturas, que comporta, sin duda, el diálogo entre las religiones. Para los cristianos esto no es una novedad, ya que, siendo nuestra fe una fe católica, es decir, universal, desde los primeros tiempos del cristianismo los apóstoles se sintieron enviados a todos los pueblos, con el encargo expreso de predicarles la Buena Nueva del Evangelio y de bautizar a todos los que creyeran en ella. Pero la teología cristiana, hasta ahora, no había reflexionado suficientemente sobre todo lo que significa la existencia de otras religiones, sobre su verdad y su valor, sobre la relación que ellas puedan tener con Jesucristo como Salvador del mundo, etc. De hecho, ha sido la posibilidad misma de este diálogo con las otras religiones y su práctica real y concreta lo que ha puesto sobre la mesa una serie de cuestiones teológicas que han dado lugar a una gran cantidad de publicaciones sobre estos temas, en los últimos cuarenta años. Algunos recordarán, por ejemplo, el interés que 42

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though it is characterized precisely by be embodied with the developed consequences in the article. For this, the author refers to a unique history of salvation, with three broad stages, which are related in a dialectical manner in which they are properly located the various religions, all of them with a necessary role in the God's plan even to the end of the time.believe. Through the development of the discourse, the need of deepen on the distinction between science and wisdom is being discovered, in an explicit acknowledgment of the limits of reason. Key words: God, Jesus Christ, faith, religion, dialogue, salvation, ethics, community, history, incarnation.

suscitaron los artículos de Karl Rahner sobre los “cristianos anónimos”, en la década de los sesenta. Pues bien, en los últimos veinte años las publicaciones relativas a esta problemática se han multiplicado hasta tal punto que sería ingenuo, por mi parte, querer hacer un resumen de todos los debates que se han producido en el contexto teológico internacional y que todavía hoy continúan. Pero tal vez valga la pena recordar que en septiembre del 2000 se publicó la declaración Dominus Iesus (El Señor Jesús) sobre la unicidad y la universalidad salvífica de Jesucristo y de la Iglesia, de la Congregación para la Doctrina de la Fe, donde, con la ratificación y la confirmación de Juan Pablo II, el Cardenal Ratzinger intentaba volver a proponer y clarificar las verdades de la fe sobre este tema. La afirmación de Jesucristo como Salvador único y universal del mundo entero, implica para el cristiano que todo aquello que hay de gracia y de verdad en las otras religiones, es gracia y verdad de Cristo y de su Espíritu. Los textos del Magisterio son claros en este punto, pero al mismo tiempo muy modestos en cuanto a la aclaración de la manera como esta


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gracia y verdad de Cristo llega a todos los hombres. En concreto, en la Gaudium et Spes, del Concilio Vaticano II, podemos leer: “Como Cristo murió por todos y como, la vocación suprema del hombre es una sola, es decir, divina, hemos de creer que el Espíritu Santo ofrece a todos la posibilidad de asociarse, de una manera que Dios conoce, a este misterio pascual” (nº 22). Y el documento Diálogo y anuncio, del Pontificio Consejo para el diálogo interreligioso y de la Congregación para la Evangelización de los pueblos, publicado en el año 1991, nos recuerda que la humanidad forma una sola familia, con un solo origen (todos han sido creados por Dios a su imagen) y un solo destino, que es la plenitud de vida en Dios. Nos dice que también es único el plan divino de salvación, cuyo centro es Jesucristo que, en la Encarnación, se ha unido en cierta manera a todo hombre. Hace mención de la presencia activa del Espíritu Santo en la vida religiosa de los miembros de las otras tradiciones religiosas. Y, a continuación, formula la acción universal de Cristo en la salvación de la humanidad con estas palabras: “De este misterio de unidad deriva el hecho de que todos los hombres y mujeres que son salvados participen, aunque de manera diferente, en el mismo misterio de la salvación en Jesucristo por medio de su Espíritu. Los cristianos son conscientes de ello gracias a su fe, mientras que los otros desconocen que Jesucristo es la fuente de su salvación. El misterio de la salvación les alcanza por vías que sólo Dios conoce, mediante la acción invisible del Espíritu de Cristo. A través de la práctica de lo que es bueno en sus propias tradiciones, y siguiendo los dictámenes de su conciencia, los miembros de las otras religiones responden positivamente a la invitación de Dios y reciben la salvación de Jesucristo, incluso cuando no lo reconocen como su salvador” (nº 29). Los documentos del Magisterio no hacen más que desarrollar, de manera coherente, el texto de San Pablo: “Todo ha sido creado por Cristo, en él y para él”, y las otras afirmaciones solemnes del Nuevo Testamento: las palabras de San Pedro al Sanedrín referidas a Jesús, “No

se da en ningún otro la salvación, porque no hay bajo el cielo ningún otro nombre, dado a los hombres, por el que nosotros hayamos de salvarnos” (Hch 4,12), palabras valientes, dichas precisamente cuando los jueces ya habían rechazado a Jesús; o el texto de la primera carta de San Pablo a Timoteo, “Hay un solo Dios, y también un solo mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús, hombre también, y que se entregó a sí mismo como rescate por todos” (1 Tm 2,5-6); o las palabras del Apocalipsis puestas en boca de Jesús: “Yo soy el Alfa y la Omega, el Primero y el Último, el Principio y el Fin” (Ap 22,13), etc. Intentando aclararnos esta verdad fundamental de la fe cristiana, el teólogo Karl Rahner recupera el principio clásico de que la causa final es la primera de todas las causas e, incluso, la causa de las causas. Así se nos hace más comprensible que, si toda la humanidad, y la misma creación, están orientadas y ordenadas hacia Cristo y su plenitud, hay que reconocer que la acción de Jesucristo está ya presente desde los mismos inicios de la 2 historia . Es también a causa del carácter metahistórico de la Encarnación de Cristo y de su Resurrección, por lo que no se puede hablar de la figura de Jesús como simplemente histórica, concreta y limitada, ni tampoco como necesitada de ser complementada por las otras tradiciones religiosas. En este sentido, otro gran teólogo, H. U. von Balthasar, califica a Jesucristo por el contrario como el universal concreto3, utilizando una expresión que está inspirada en Gregorio de Nisa, Máximo el Confesor y Nicolás de Cusa, y que Hegel había usado en otro sentido. Jesucristo es, efectivamente, el Hombre con mayúscula, que

2. Cf., por ejemplo, K. Rahner, Curso fundamental sobre la fe. Introducción al concepto de cristianismo, Barcelona, Herder, 1979, p. 232-235 i 368-371. 3. Cf., por ejemplo, H. U. Von Balthasar, Teología de la historia, Madrid, Guadarrama, 1959, p. 101-102; Ensayos teológicos, vol. I: Verbum Caro, Madrid, Cristiandad, 1964, p. 221; o Gloria, vol. 1: La percepción de la forma, Madrid, Encuentro, 1985, p. 490. Revista Queastiones Disputatae - Temas en Debate - Nº 4, 2009

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siendo divino realiza plenamente la condición humana. De otra parte, el mismo Balthasar nos aclara que la universalización de la existencia histórica individual de Cristo es obra, de manera especial, del Espíritu Santo4. De hecho, en el problema que estamos considerando, la teología ha de lograr afirmar conjuntamente dos axiomas fundamentales de la fe cristiana tradicional: la necesidad de la mediación de Jesucristo y l a universalidad de la voluntad salvífica de Dios, “que quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad” (1 Tm 2,4). Ambos axiomas han de ser explicados y sostenidos al mismo tiempo. Las falsas soluciones, en cambio, defenderán sólo uno de los dos a costa del otro. Naturalmente, estoy hablando desde la teología cristiana y quiero hacer alusión no a las falsas soluciones, sino a las que, en estos años de debates, han propuesto autores que quieren mantenerse fieles a las verdades de la fe cristiana. Pero no tengo claro que el diálogo interreligioso que se ha practicado hasta ahora haya seguido un camino del todo acertado. Ha predominado demasiado la tendencia a buscar sólo el común denominador de las diversas religiones. Ha parecido que el objetivo que había que alcanzar era lo que tenemos en común con los creyentes de las otras confesiones o tradiciones religiosas, lo que nos une, dejando de lado lo que nos separa. Pienso que este intento ha comportado, como quizás no podía ser de otra manera, una rebaja en los contenidos de la fe de cada religión, hasta

4 .Cf. Teología de la historia, o. c., p. 91-92 i 102-103.

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llegar casi a vaciarlas. Con esto el diálogo interreligioso, en lugar de enriquecernos en la fe, más bien nos ha ido empobreciendo, con la tristeza y el desánimo que esta situación comporta. No hemos experimentado el gozo de la verdad, de una mayor verdad, sino el disgusto del que está malbaratando el tesoro heredado de sus padres y de sus antepasados. A nuestra crítica sobre el diálogo interreligioso tal como se ha practicado hasta ahora, se le podría hacer, sin embargo, una excepción. Me refiero a los intentos meritorios de Hans Küng, de Adela Cortina y de otros, por elaborar una ética mundial que pueda ser consensuada por todos o por muchos, más allá, o mejor, más acá, de las diferentes confesiones religiosas de unos y otros. Sin duda, estos posibles acuerdos en cuestiones éticas fundamentales parecen útiles e, incluso, necesarios, para poder hacer frente a los nuevos y graves problemas que afectan hoy a toda la humanidad. Pero, tal como hemos dicho, el método del diálogo empleado, de buscar el común denominador de las diversas opiniones, también aquí llevará, de manera semejante, a una ética de mínimos. Se habría de dar por supuesto, por parte de todos, que esta ética de mínimos, en lugar de irse empobreciendo y rebajando cada vez más, se ha de dejar sostener, vivificar y fecundar por las diversas éticas de inspiración religiosa o éticas de máximos, contribuyendo así entre todos al progreso moral de la humanidad y no sólo a la “solución” pragmática y sobre la marcha de las urgencias que se presentan. Propongo, pues, como forma de diálogo, hacer una presentación “en positivo” de la propia fe, con la alegría de quien vive una cierta plenitud que desea comunicar y compartir con los otros. El diálogo, para todos, y especialmente para los cristianos, ha de ser también anuncio de la Buena Nueva, hecho con sencillez y modestia. En definitiva, todos los creyentes hemos de proclamar que Dios existe y que nos ama, y cada confesión habrá de fundamentar y desarrollar este mensaje según los hechos salvadores y las luces espirituales y morales que la caracterizan. El juicio de credibilidad de cada religión, y de cada fe, es un


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discernimiento que se refiere al conjunto de verdades, a la “globalidad” del mensaje y de su realización histórica. Estos hechos y verdades forman un todo armónico, que, ayudados por la gracia, hemos de percibir con los ojos del espíritu como oferta de Dios para la salvación del mundo y para la auténtica felicidad de todos los hombres. Si lo hacemos de esta forma, iremos comprobando que las concepciones defendidas y las propuestas hechas por algunos autores cristianos en los últimos años, a causa sobre todo del método de diálogo practicado, sufren a menudo de un triple déficit, que podríamos formular así: déficit en la dimensión comunitaria de la salvación, déficit en su dimensión sociopolítica, y déficit en su dimensión histórica; tres dimensiones que son rasgos esenciales de la salvación cristiana, ya que ésta se caracteriza precisamente por ser encarnada e histórica. Dedicaré una reflexión muy breve a cada una de las dos primeras carencias y me detendré un poco más en la tercera deficiencia, advirtiendo desde ahora que, en el comentario a estos tres aspectos, tengo presente de manera general el pensamiento de los autores que pertenecen a esta corriente teológica. En cuanto al déficit en la dimensión comunitaria de la salvación, hay que decir que la verdadera perfección humana es siempre un misterio de comunión, no sólo de unión con Dios, sino también de comunión fraterna, y de una comunión fraterna que esté abierta a todos. Los planteamientos del diálogo interreligioso que relativizan el aspecto comunitario de la religión, considerando que la unión con los hermanos es sólo un medio para recibir la revelación de Dios o sólo una ayuda en el camino hacia Dios, pero no una mediación permanente de la misma plenitud del hombre en Dios, están falseando el problema. Más en concreto, los cristianos no podemos eliminar la mediación de la Iglesia, diciendo que es sólo un instrumento del plan de Dios, un signo o sacramento de su salvación, del cual Dios podría prescindir. La Iglesia no sólo es medio de salvación y, en este sentido, verdadero

camino, sino que ha de formar parte también de la meta, de la misma situación de salvación, y esto de manera permanente y definitiva. Podemos citar, como confirmación, aquellas palabras emocionadas del inicio de la primera carta de San Juan, “Lo que existía desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que contemplamos y tocaron nuestras manos acerca de la Palabra de la vida, -pues la Vida se manifestó y nosotros la hemos visto y damos testimonio de ella y os anunciamos la Vida eterna, que estaba junto al Padre y que se nos manifestó- lo que hemos visto y oído, os lo anunciamos, para que también vosotros estéis en comunión con nosotros, y nosotros estamos en comunión con el Padre y con su Hijo Jesucristo” (1 Jn 1,1-3). Fijaos que Juan nos dice en primer lugar: “para que también vosotros estéis en comunión con nosotros”, como objetivo de su invitación, que naturalmente queda inmediatamente explicado como comunión con Dios Padre y su Hijo Jesucristo. En cuanto al déficit en la dimensión sociopolítica de la salvación, es importante recordar que la salvación de los hombres tampoco se puede reducir a una experiencia mística, individual o quizás colectiva, que no tuviese ninguna encarnación en la vida real y concreta de la sociedad. La salvación que Cristo nos aporta no está constituida sólo por palabras, no es sólo una doctrina sublime por las verdades que nos revela o por las normas morales que nos propone. La salvación cristiana está causada sobre todo por unos hechos salvíficos, y Jesucristo es el Salvador del mundo y no sólo el salvador de las almas. Por esto, la Buena Nueva que anunciamos es, a la vez, Palabra y hechos. Y la comunión que comenzamos a vivir al aceptarla, es la luz, la semilla y el motor de una nueva manera de vivir en el mundo. Propongo un ejemplo: la afirmación y la defensa de la dignidad de toda persona humana y el desarrollo de los derechos humanos en la edad moderna son, además de tener otras causas, resultado de esta luz, fruto de esta semilla; o, por poner otro ejemplo más particular, la separación de la Iglesia y el Estado en los países de tradición cristiana, a Revista Queastiones Disputatae - Temas en Debate - Nº 4, 2009

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diferencia del Islam, es consecuencia de la revelación ofrecida al mundo en Jesucristo. (“Dad al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios”, Mt 22,21). Se ha de reconocer, sin embargo, que algunos de los teólogos de esta corriente son sensibles a encarnar la salvación cristiana en la justicia social, en especial, por lo que toca a aquellos más pobres y oprimidos, siguiendo la línea de la Teología Latinoamericana de la Liberación. También vale la pena agregar, como aclaración, que la salvación del hombre es ciertamente experiencia interior, -si quieren no tengo inconveniente en calificarla como mística-, pero que sería una manera muy ingenua y superficial de considerarla si pensáramos que todas las experiencias místicas son iguales, como si se produjesen de manera mágica, del todo independientemente de la situación histórico-salvífica del sujeto que la tiene. Ya veremos enseguida que en cada etapa de la historia de salvación hay fe, esperanza y caridad, hay pecado y perdón, en definitiva hay salvación, pero en cada una de estas etapas todas estas realidades se dan de una manera real, pero diferente; podríamos 5 decir que se dan de manera análoga . De momento, quedémonos al menos con la idea de que las mística de las diversas religiones, por muy místicas que sean, no son necesariamente iguales, ni pueden servir, por tanto, de común denominador para resolver los problemas del diálogo interreligioso. En tercer lugar, y en contraste con el carácter histórico de la salvación cristiana, la tendencia general de la corriente teológica que estamos considerando, es, en cambio, la de hablar de salvación en un sentido cada vez más abstracto y atemporal, sin duda con la buena intención de facilitar el diálogo con las otras religiones. Pero entonces ya no es de la salvación cristiana de lo que estamos hablando. Pensemos a qué resultado quieren llegar muchos de estos

5. Cf. K. Rahner, o. c., p. 357-358; y también J. Dupuis, Hacia una teología cristiana del pluralismo religioso, Santander, Sal Terrae, 2000, p. 212-216.

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teólogos. Su ideal parece ser la afirmación de muchos caminos de salvación, autónomos los unos respecto a los otros, que serían como los radios de una circunferencia que convergen todos en el mismo centro, la meta común de todos estos caminos, la comunión con el único Dios viviente. Este esquema todavía se hace más abstracto cuando se pretende que sea aceptado por aquellas religiones que no reconocen a Dios como realidad personal, sino sólo como realidad última de carácter impersonal. El esquema deja de ser esquema unitario cuando se reclama, quizás también para recoger la variedad de religiones existentes, que no se hable de diferentes caminos con una sola meta común (sea Dios o una realidad última de carácter impersonal), sino más claramente y más decididamente, de una pluralidad de caminos con una diversidad de metas. Pero pienso que el mismo esquema de los diversos caminos, autónomos pero relacionados, hacia un centro común, niega o, al menos, desfigura y escamotea la realidad de una historia de salvación de Dios con los hombres y, por tanto, el carácter esencialmente histórico de la salvación cristiana. Es todo el esquema lo que ha de ser substituido por una única historia de salvación en que queden debidamente situadas las diversas religiones. Precisamente esta historicidad esencial nos dará la clave para comprender, de manera correcta, la función necesaria de las diversas religiones en el plan de Dios y la relación que hay entre ellas. Y en esta única historia hay, según la fe cristiana, tres grandes etapas o momentos6. Todos los pueblos han recibido y reciben la revelación general, ya que Dios se les manifiesta a través de la misma creación y por medio de la voz de la conciencia (Rm 1 y 2). Esto da lugar a las diversas tradiciones religiosas, en especial, a las grandes religiones. Pero, en un segundo momento, Dios habló a Abraham, a Moisés y a los otros Padres del pueblo judío, “frecuentemente y de muchas

6. Esto también lo reconoce el mismo Dupuis. Cf., ejemplo, o. c., p. 372.

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maneras por medio de los profetas” (He 1,1). Y, en la plenitud de los tiempos, nos habló por medio del Hijo, constituido en heredero de todas las cosas, por el cual había creado también el mundo (He 1,2). Tres grandes etapas de una única historia de salvación, que no se sitúan, sin embargo, de una manera rígidamente cronológica, ya que las religiones de los gentiles perduran hasta hoy y también el judaísmo ha seguido haciendo su camino después de la Encarnación de Cristo. No quedaría descartado, pues, que aunque todas las religiones, en especial la judía, están orientadas hacia Cristo, Dios quisiese que las otras tradiciones religiosas perdurasen hasta el fin del mundo. Antes, sin embargo, de concretar este último punto, detengámonos a considerar cuál es la relación entre estos tres grandes momentos de la única historia de salvación. La relación entre estos momentos o etapas se puede calificar como dialéctica, no en el sentido hegeliano, sino tal como la entiende y nos la explica el mismo San Pablo en las cartas a los Romanos y a los Gálatas, en las dos cartas a los Corintios y en otros lugares. Hemos de insistir en primer lugar en que son tres momentos realmente diferentes, con una diferencia originada por el novum histórico irreductible de decisiones libres de Dios, como son la elección del pueblo escogido y la Encarnación del Hijo de Dios, con los hechos salvíficos de su vida, muerte y resurrección. Serán erróneas, por tanto, las explicaciones ahistóricas que pensaran que la relación de los hombres con Dios es y ha sido siempre la misma, ya sea que se imagine que la misma realidad inefable de Dios es expresada diversamente por los diferentes pueblos y culturas, según los procesos de las diferentes civilizaciones (es decir, un único contenido inefable, con diferentes formas culturales puestas por el hombre), o ya sea que se opine que este único contenido va pasando progresivamente de lo implícito a lo explícito, va desarrollándose sin cambiar realmente (es decir, la interpretación no aceptada por Rahner de su teoría de los “cristianos anónimos”).

Además de estas explicaciones que de hecho niegan la historia de la salvación como tal historia, tampoco no sería fiel a los datos bíblicos quien afirmara esta historia, pero la entendiera de forma no dialéctica. Es decir, se puede reconocer una verdadera historicidad a los diversos momentos de la única historia de salvación, pero imaginar que las diferentes novedades que la van constituyendo son simples sumandos, o dicho con otras palabras, son simples hechos que se van acumulando el uno detrás del otro, sin que cada sumando pueda afectar a los otros, sin que ninguno de ellos pueda transformar al resto, sin que haya hechos que sean realmente salvíficos de la misma historia. Si en la primera hipótesis no habría propiamente historia de salvación, en esta segunda no habría una historia que fuera propiamente de salvación. En una concepción auténticamente dialéctica de la historia de salvación, en cambio, el Antiguo Testamento sólo se entiende y sólo se puede interpretar desde el Nuevo. Por esto Cristo fue “escándalo para los judíos y necedad para las otras naciones” (1 Co 1,23). Y por esto nos dice San Pablo que cuando los judíos leen el Antiguo Testamento, no lo pueden entender porque “tienen un velo sobre el corazón”, y agrega inmediatamente, “pero cuando uno se convierte al Señor, el velo será quitado” (2 Co 3,15-16). Por paradójico que parezca, es desde la fe cristiana como se comprende qué quiere decir ser judío e, igualmente, qué quiere decir ser pagano. De hecho, el cristiano, como San Pablo, se comprende a sí mismo como pagano y como judío que, finalmente, ha alcanzado la verdad de su ser pagano y de su ser judío. Siendo cristiano no pierde la condición de ser pagano y de ser judío, sino que más bien las realiza. Como la Virgen María, los apóstoles y el mismo San Pablo no creyeron que abandonaban o que traicionaban su condición de judíos, sino que estaban convencidos de que, por primera vez, la comprendían bien y la realizaban de acuerdo con esta comprensión verdadera. Podrán fácilmente adivinar que esta Revista Queastiones Disputatae - Temas en Debate - Nº 4, 2009

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concepción dialéctica de la historia de salvación es la que mejor respeta el ser pagano de los paganos y el ser judío de los judíos. Tanto es así que sólo ahora nos podemos hacer la pregunta por la permanencia histórica del judaísmo (como lo hace San Pablo en la carta a los Romanos) y de las otras grandes religiones no cristianas. A favor de la permanencia histórica del judaísmo y de las otras religiones, se pueden aducir diversas razones importantes. Pienso que estas cuatro son las principales: 1. En primer lugar, las palabras de San Pablo en el capítulo 11 de la carta a los Romanos: “No quiero que ignoréis, hermanos, este misterio, (…): el endurecimiento de una parte de Israel durará hasta que haya entrado la totalidad de los gentiles, y entonces todo Israel será salvo, (…), según la elección, son amados a causa de los patriarcas; ya que los dones y la elección de Dios son irrevocables” (Rm 11,25-29). Esta salvación final de Israel presupone, pues, la permanencia histórica del judaísmo, y de manera similar la larga duración de las otras tradiciones religiosas, que sólo al final serán integradas, en su totalidad, a la comunidad cristiana. 2. En segundo lugar, creo que la sabiduría y la misericordia de Dios conllevan una admirable pedagogía para ir conduciendo a su pueblo y al conjunto de la humanidad, durante siglos, hacia la plenitud de Cristo. Esta pedagogía llena de misericordia, y por tanto, lenta y paciente, sigue siendo necesaria para conducir a los hombres y a los pueblos, a lo largo de la historia, hacia su plena incorporación al misterio de Cristo, ya realizado y que ha comenzado a ser proclamado al mundo. Para comprender la fuerza de este argumento, hay que pensar en la variedad de culturas y de situaciones sociopolíticas, en el progreso tan lento e irregular de una verdadera civilización, en las dificultades de una comunicación eficaz y de una real compresión entre los hombres, todavía hoy, por la diversidad de lenguas, de mentalidades e intereses, y por los obstáculos de toda especie; hay que tener en cuenta que, 48

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en este contexto tan complejo y difícil, la predicación de la fe cristiana siempre resulta insuficiente y con frecuencia no acertamos a evangelizar con suficiente credibilidad; hay que reconocer que la imagen colectiva que ofrecemos los cristianos no es siempre la de un pueblo de Dios ya salvado, del cual se pueda decir “¡mirad cómo se aman!”, sino más bien la de una Iglesia que con frecuencia desfigura y oculta el mensaje que habría de predicar. Si la situación de la humanidad es la que es y la que previsiblemente seguirá siendo y si, por otro lado, la salvación ha de llegar a todos y a cada uno de los hombres, resulta bastante evidente que la pedagogía divina que tanto necesitó el pueblo de Israel y que tanto le ayudó, sigue siendo indispensable para conducir a cada hombre concreto, con sus características sicológicas propias y en cada circunstancia histórica y cultural particular, hacia la plenitud del misterio de Cristo. Y esto, precisamente, a través de los medios que el mismo Dios ha ido promoviendo en el conjunto de la humanidad, sean las grandes tradiciones religiosas, sea el mismo judaísmo, y contando siempre con la acción “personalizada” del Espíritu de Cristo en cada caso. Estos caminos de salvación parece, pues, que también hoy resultan imprescindibles y que, en este sentido, han de perdurar como instrumentos de Dios, en su ayuda pedagógica destinada a cualquier hombre, en cualquier tiempo de la historia. Han sido y han de seguir siendo “praeparatio evagelica”, una preparación necesaria para el Evangelio, pero también verdaderos caminos de salvación real para muchos, que la recibirán de Jesucristo aunque todavía no lleguen a conocerlo como su Salvador. 3. Tal como hemos visto, la etapa pagana o general de la historia de salvación, y también su momento judío, han de ser incorporados por el cristiano en su propia fe. En efecto, el cristiano ha de hacer suya toda la historia de salvación. La Iglesia no sustituye el Antiguo Testamento por el Nuevo, sino que los reúne a los dos, conservando como propio el Antiguo y, como hemos dicho antes, reinterpretándolo desde el Nuevo. Parece, pues, que también es conveniente que las tradiciones religiosas de


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los otros pueblos y el judaísmo perduren a lo largo de la historia, para que nosotros cristianos las podamos conocer mejor en aquello que tienen de propio y específico. Hay una mayor garantía de conservación de su especificidad, si perduran no sólo asumidas y transformadas por el cristianismo, sino también en su propia peculiaridad, tal como han aparecido y se han ido configurando en el devenir histórico y tal como todavía han de llegar a ser. Conservándolas en la historia, Dios no sólo da, benignamente, más posibilidades de salvación a todos los hombres, en la variedad de pueblos y culturas, sino que además ayuda a los cristianos a serlo más plenamente, al favorecer la necesaria asunción del ser pagano y del ser judío en el ser cristiano de los cristianos. Para poner otro ejemplo concreto, cuando los cristianos rezamos los salmos, esto nos ayuda a conocer bien el judaísmo, ya que los salmos son una plegaria judía, por más que nosotros los recemos interpretándolos desde Jesucristo. 4. Y todavía una cuarta razón, que se ha de entender como complementaria de las dos anteriores. La permanencia histórica del judaísmo y las otras religiones también tiene como aspecto positivo el poner de manifiesto la multiforme riqueza de Dios. Si Dios se muestra sabio y generoso en crear un universo maravilloso, con una cantidad innumerable de astros diferentes y una inmensa variedad de especies vegetales y animales, con la diversidad de razas humanas y con la rica pluralidad de lenguas y culturas, no parece que sea contra su manera de ser que también en el ámbito de las religiones haya previsto una multitud duradera de caminos de salvación, previendo que todos culminen en la figura y en la obra del único Salvador del mundo. Como ven, hemos esbozado lo que podría ser la significación cristiana del pluralismo religioso, manteniendo siempre la perspectiva de nuestra propia fe, ya que se trata de hacer teología y de hacerla cristiana. Y a la pregunta de si este pluralismo religioso ha de ser considerado de facto (simplemente como un

hecho) o, más bien, de iure, es decir, de principio (como lo que ha de ser así y que siempre lo será), creo que hay que responder que, tratándose del designio soberano de Dios, esta distinción no tiene sentido, ya que todo lo que Dios decide es al mismo tiempo de facto y de iure. Nosotros podemos, simplemente, conocerlo o desconocerlo. Si el texto de San Pablo a los Romanos, explicándonos el misterio de Dios, parece claro y convincente respecto al judaísmo, pero no tan explícito respecto a las otras religiones, y si las otras tres razones que hemos aducido son importantes, pero no pasan de ser razones de conveniencia, haremos bien en reconocer que en este punto no podemos hacer afirmaciones del todo seguras y que, en definitiva, nos toca dejarlo en manos de la misma providencia de Dios. A nosotros nos queda el encargo expreso de Jesucristo de predicar, con esperanza y sin desfallecer, la Buena Nueva del Evangelio a todas las naciones, teniendo presente que en esta tarea él estará siempre con nosotros hasta el final de los siglos (Mt 28,19-20). Y que será Dios quien dará el fruto cuando y como él lo quiera. Lo que también se debe añadir es que la culminación del plan de Dios es de recapitularlo todo en Cristo (Ef 1,22-23), y que todo aquello que es recapitulable en él no es anulado, sino, al contrario, es llevado a su plenitud. Por tanto, también los individuos, los pueblos, las culturas y las religiones, estamos seguros de ello, encontrarán en Cristo su perfección final. Para terminar, y con el fin de aclarar qué he querido decir al proponer un diálogo interreligioso que presente “en positivo” las características de cada una de las religiones, evitando así caer en el empobrecimiento propio del método que sólo busca el común Revista Queastiones Disputatae - Temas en Debate - Nº 4, 2009

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denominador entre todas ellas, quiero concretar, como ejemplo, qué significa que el cristianismo es una religión encarnada, ya que considera la Encarnación de Cristo como el centro de la Historia y como el fundamento de la forma plena de comunión entre Dios y los hombres. Intentaré resumirlo en ocho puntos esenciales y definidores, pero que evidentemente no son todos ellos exclusivos de la fe cristiana: 1. “Religión encarnada” quiere decir que no es espiritualista, sino que se dirige a todo el hombre, sin falsos dualismos, valorando justamente su dimensión corporal. El creyente descubre, además, en toda la creación material la obra de Dios, y reconoce con admiración su sabiduría y su poder. En la belleza de las criaturas contempla el resplandor de la gloria del Creador (recuerden a San Juan de la Cruz) y, sintiéndose concreador con Dios, se compromete a respetar la naturaleza, compaginando el enriquecimiento y desarrollo de ella con el progreso de la ciencia y de la técnica. 2. “Encarnada” significa también que ve en el matrimonio la forma más plena y excelente de la relación estable entre la mujer y el hombre, y que cree que en este amor se hace presente el amor de Cristo por la humanidad. El cristiano ve con gozo el nacimiento de los hijos, fruto de este amor, y se esfuerza por educarlos en todas las dimensiones de la persona, incluida la religiosa, valorando también al propio pueblo, su cultura y su historia. 3. “Encarnada” incluye creer que todos los seres humanos estamos llamados a la comunión fraterna, al ideal de una amistad universal, como hijos que somos todos de Dios, el único Padre que nos ha hermanado en Jesucristo, el cual por la fe nos hace participar de su misma filiación, reconciliándonos con Dios y dándonos la luz y la fuerza para perdonarnos y reconciliarnos entre nosotros. 4. El cristianismo es “encarnado”, además, porque los creyentes incorporamos en las 50

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celebraciones de la fe no sólo palabras y gestos significativos, sino también elementos naturales (agua, aceite, pan y vino, etc.), que adquieren así una dimensión humana e, incluso, religiosa (o la manifiestan, haciéndola real). En particular, en la Eucaristía la presencia de Cristo y el comer y beber de un mismo pan y de un mismo cáliz significan y realizan esta comunión fraterna a la que todos estamos llamados, una comunión que, como hemos visto, lo es también con Dios Padre y su Hijo Jesucristo. 5. “Encarnada” quiere decir también que esta fraternidad que ya vivimos en la fe, nos obliga a realizar un mundo más solidario, luchando contra toda forma de injusticia, en especial contra el hambre y la violencia, así como contra todas las clases de corrupción, y asegurando el progreso en las libertades democráticas, y en los derechos y deberes de todos los pueblos y de sus ciudadanos. Sin caer en ninguna especie de totalitarismo, la fe cristiana, con su inspiración y encarnándose en las mediaciones necesarias, ha de tener incidencia en el mundo sociopolítico, ya que, como decíamos, Jesucristo es el Salvador del mundo y no sólo de las “almas”. 6. La religión cristiana, según el ejemplo de Jesús, quiere “encarnarse” especialmente en la atención a los más necesitados, acompañándolos también en el dolor y la enfermedad, y en la pérdida de sus seres queridos, realizando aquel pasar por el mundo haciendo el bien y aquella preocupación y ayuda que todos los miembros del Cuerpo místico de Cristo hemos de sentir y practicar los unos por los otros. La salvación cristiana, porque es integral, quiere ser también curación. 7. La religión es “encarnada”, también, porque no sólo se incultura en la manera de ser de los diversos pueblos y de las diferentes épocas históricas, sino que además genera cultura, llevando a la literatura, la música y las artes plásticas a cumbres imposibles de alcanzar cuando mutilamos nuestra vida de toda trascendencia. Da lugar, incluso, por la


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transformación de los valores, de los comportamientos, de las relaciones sociales y de las instituciones políticas, a verdaderos modelos de civilización. 8. Y “encarnada” significa, finalmente, que los cristianos creemos en la Resurrección de Jesucristo y que esperamos acompañarlo, junto con todos los hombres, en esta vida plena después de la muerte. Precisamente en esta fe y esperanza culmina nuestra creencia en la dignidad de la persona humana.

No he querido ser exhaustivo, ni es ahora el momento de desarrollar cada uno de estos rasgos característicos, pero pienso que, entendido así, el diálogo interreligioso, realizado con modestia y con paciencia, irá enriqueciéndonos a todos en la propia fe, por la valoración positiva de la fe de los otros y por el logro de una comunión fraterna entre todos, cada vez más profunda y más amplia.

Referencias Ars Brevis, Anuario de la Càtedra Ramon LLull Blanquerna. Universitat Ramon LLull. Barcelona, Nº 7, 2001. Diàlegs, Revista d'Estudis polítics i socials. Institut d'Estudis humanistics Miquel Coll i Alentorn, 2004. K. Rahner, Curso fundamental sobre la fe. Introducción al concepto de cristianismo, Barcelona, Herder, 1979.

H. U. Von Balthasar, Teología de la historia, Madrid, Guadarrama, 1959. _____Ensayos teológicos, vol. I: Verbum Caro, Madrid, Cristiandad, 1964. _____La percepción de la forma, Madrid, Encuentro, 1985. J. Dupuis, Hacia una teología cristiana del pluralismo religioso, Santander, Sal Terrae, 2000. Revista Queastiones Disputatae - Temas en Debate - Nº 4, 2009

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UNA MIRADA A LA PROBLEMÁTICA MORAL EN 1 COLOMBIA

Tomás Sánchez Amaya* Recibido: 29 de Junio de 2009

Resumen: El presente artículo tiene como objetivo realizar un análisis a cerca de algunos problemas éticos presentes en la sociedad colombiana. Para ello, se tendrán en consideración algunos acontecimientos que marcaron el siglo XX y que tuvieron consecuencias en las coyunturas y dinámicas de nuestra sociedad, con ello podemos situar la problemática en el país; luego nos detendremos en algunos aspectos específicos que caracterizan y configuran las relaciones y acciones sociales de los sujetos que aquí habitan; por último se hará un esfuerzo por dejar planteadas posibles soluciones al respecto, a sabiendas de lo utópico que ello puede resultar. Palabras clave: ética, moralidad, vacío ético, contexto nacional, responsabilidad moral, ética universal, moral particular.

1. Este trabajo, es producto de las reflexiones desarrolladas en la Cátedra de Ética, Departamento de HumanidadesUniversidad Santo Tomás, Bogotá, como esbozo de fundamentación teórica acerca de los vacíos éticos imperantes en Colombia.

Aprobado: 25 de Julio de 2009

Abstract: The present document has as intention to approach an analysis to near some ethical problems presents in the Colombian society. For it, there will be had in consideration some events that marked the 20th century and that consequences had in the conjunctures and dynamics of our society, with it we can locate the problematics in the country; then we will detain in some specific aspects that characterize and form the relations and social actions of the subjects that here they inhabit; finally an effort will be done for stopping raised, possible solve in the matter,, with the knowledge of the utopian thing that it can prove. Key words. Ethics, morality, ethical emptiness, national context, moral responsability, universal ethics, moral particular.

* Doctor en Ciencias Sociales, Niñez y Juventud, Universidad de Manizales-CINDE, docente Departamento de Humanidades. Bogotá, mayo de 2009. Particípan en esta reflexión: Andrea Muñoz Sarmiento, estudiante de la Facultad de Sociología; Julieth Marín Bermúdez, Lizeth Páramo Martínez, Ingrid Pedraza Barreto, estudiantes de la Facultad de Comunicación Social. Revista Queastiones Disputatae - Temas en Debate - Nº 4, 2009

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ESBOZO DE UNA PROBLEMÁTICA HISTÓRICA “Si en estos últimos siglos de historia hemos perdido una oportunidad, ha sido la de construir una historia en la que el hombre fuera protagonista, en lugar de ser un nuevo condenado”. (Ernesto Sábato, 1998)

El siglo XX, estuvo signado por dos guerras mundiales y una guerra fría, por la adopción –en el mundo occidental– del neoliberalismo y por la denominada segunda revolución industrial, la globalización; a este panorama se sumaron las nuevas tecnologías de comunicación e información, que convirtieron el mundo –al decir de McLuhan– en una aldea global. Todo ello operó sobre el trasfondo de la ideología de un progreso para todos, basado en la igualdad de derechos y de oportunidades; sin embargo, los anhelos del bien común y del progreso universal se ven amenazados al hacerse evidente que este discurso, como muchos otros, no pasa de ser más que palabras y que por todas partes se anteponen intereses individuales (o de pequeñas minorías) a los de las colectividades. En varios países de América Latina hace presencia, en la segunda mitad del siglo XX, un fenómeno político caracterizado por fuertes dictaduras que van dejando a su paso, una oleada de muerte, guerra y dolor. Sólo por nombrar algunos ejemplos, vemos cómo en Argentina (décadas de los 70 y 80) se vivió una época de inmensa inestabilidad política en la que instancias militares asumieron el poder y el control sobre la sociedad; caso parecido –y por la misma época– ocurrió en Brasil, hasta la elección de su primer presidente civil (1985); los militares Barrientos, Ovando y García Meza, acecharon a Bolivia desde 1964 hasta 1982, con pequeños periodos de interrupción; Augusto Pinochet en Chile derrocó a Salvador Allende en 1973; en Uruguay, Gregorio Álvarez estuvo al mando del régimen desde ese mismo año; Colombia, de 1953 hasta 1957, estuvo bajo el mandato de Rojas Pinilla (Cf. Chaves, s.f.). 54

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Estos hechos, entre otros tantos que han tenido elevada resonancia tanto a nivel regional como global, han obligado a las sociedades a la organización de entidades que propendan por el respeto de los derechos de todos: de las niñas, de los niños, de las mujeres y de los hombres; por ello, se ha establecido como imprescindible una vigilancia entre países y una sanción para quienes incumplan lo pactado. Tales demandas han hecho evidente una falta de interiorización de normas y pautas de conducta que garantizara el bien común, tanto al interior de cada Estado, como fuera de ellos y entre países. Muchos seres humanos dejaron de sentirse a salvo en su territorio, tampoco tuvieron un lugar seguro donde poder escapar; las puertas, según señala Bauman, poco a poco se fueron cerrando, tanto fuera de un país como en el propio: “los refugiados se encuentran atrapados entre dos fuegos; más exactamente en una paradoja. Si bien se los expulsa por la fuerza [de su lugar de origen], o se les atemoriza para que huyan, no se les permite la entrada a ningún otro” (2006, p. 143). Sin embargo, no se puede desconocer que al mismo tiempo se han ido gestando –en todas partes del mundo– múltiples corrientes de pensamiento y acción que posibilitan la construcción de subjetividades políticas y morales; nuevos movimientos sociales (Touraine, 1997) que van tomando forma y cogiendo mayor fuerza en perspectiva de la construcción de una sociedad civil, con una ética propia. Estos movimientos han sido planteados como una vía dentro de la cual los individuos tienen la posibilidad permanente de incidir en la vida política, sin que el precio que se tenga que pagar por ello –al menos en un ámbito ideal– sea la vida misma. Una vía alternativa de tal talante, sería propicia para el contexto colombiano, dada la problemática (social, política, económica, ideológica…) que ha acompañado permanentemente nuestra historia.


Tomás Sánchez Amaya

1. LA PROBLEMÁTICA COLOMBIANA. APROXIMACIÓN En la actualidad –en el mundo y en Colombia– se habla de una crisis de valores, de una falta de conciencia ética y de la ausencia de unos parámetros de moralidad que permitan el direccionamiento de las acciones de los individuos y las colectividades. Para comenzar, es preciso dejar dos asuntos claros: el primero es que, a pesar de los debates que se han suscitado, no se puede hablar de una sociedad sin valores, ya que, como afirmaba Durkheim (1985), los hechos sociales son maneras de obrar, pensar y sentir exteriores al individuo, por lo tanto expresan la moral que la sociedad construye en sus miembros2. El segundo asunto se refiere a la inquietud acerca de la legitimidad de los procesos sociales que llevaron a la configuración de la moral vigente –que hoy tanto se crítica, con la que muchos no están de acuerdo y hasta culpan de las actuales crisis–. Este objetivo, sin embargo, supera nuestros propósitos, por lo tanto sólo lo dejamos planteado, señalando que es necesario saber las causas que llevaron a un proceso histórico- social, para poder analizar no sólo sus consecuencias, sino, además, plantear posibles soluciones, que como señala De Roux, se orienten hacia un cambio social: Cuando un pueblo hace una propuesta de salir de la pobreza y de una situación de desigualdad y de violencia, si realmente es una propuesta seria, tenemos que plantearnos con claridad, cuáles son las grandes dinámicas que nos están destruyendo, tenemos que analizarlas en nuestro país, verlas en nuestras ciudades y nuestras regiones, y tenemos que enfrentar estas dinámicas con claridad y una gran determinación… (Cf. Peña, 2002, p. 97). 2. Si bien es cierto que las teorías de este autor han sido pensadas desde ámbitos y miradas diferentes, no significa con ello que se elimine la subjetividad de los individuos, antes bien, han de ser analizadas teniendo en consideración que dichas subjetividades han sido construidas en el seno de una sociedad determinada.

Colombia, en la actualidad atraviesa por graves problemas y de diversos órdenes, que repercuten en el reconocimiento (o mejor, en el no reconocimiento) de dignidad humana. El país, otrora adoptó el discurso del progreso y del desarrollo gestado en otros lugares del mundo, con condiciones sociales y una historia totalmente diferente, modelos que de cierta forma se adecuan a sus necesidades, no a las nuestras. Esas copias, sumadas a las condiciones sociales, económicas y éticas –las ajenas y las propias– enmarcadas bajo un contexto histórico-social, han hecho y hacen del país lo que es hoy. La época de la Violencia de los años 50, cuyos antecedentes habría que rastrearlos muchos años atrás, produjo un conflicto cuyos ganadores fueron los dirigentes políticos de un bipartidismo sostenido por las oligarquías, por éstas y aquellos, el pueblo literalmente se desangraba; empero, los cuadros del poder, consiguieron la institucionalización del Frente Nacional en el año 1957, sustentado en un discurso de democracia con la única participación posible de dos voces cuyos intereses representados eran los de la clase dirigente (García, 1977). El Estado, entonces, siguiendo los planteamientos de Marx, era un Estado de clases, donde el bienestar común del pueblo se dejó de lado de forma legítima, para primar los intereses de los poderosos. Años después, en respuesta a esta época de la Violencia –y a las formas ¿legítimas? de gobierno– nacieron las guerrillas y grupos subversivos, sin embargo, la oportunidad de una opción política legítima de estos se fue haciendo cada vez más lejana, en virtud, por ejemplo, del exterminio selectivo de dirigentes y militantes de la Unión Patriótica, a finales de la década de los 80 y comienzos de los 90. Estas circunstancias influyeron en la crisis que posteriormente vivió nuestra sociedad, en virtud del accionar de los grupos subversivos y paramilitares, que por acción u omisión del aparato estatal, han permeado el país e incidido en los diversos procesos sociales que se han llevado a cabo. Revista Queastiones Disputatae - Temas en Debate - Nº 4, 2009

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En la Constitución de 1991, el país entró en una nueva era, o simplemente continuación de la anterior. Gracias a la Carta Magna el Estado legitima su accionar –al menos en el discurso– toda vez que reconoce el multiculturalismo y la diversidad de cultos; se abren espacios para el reconocimiento de la diversidad de culturas que cohabitan en el país, al tiempo que se otorga un instrumental para que tuvieran voz y voto; asimismo, se opta por el modelo económico signado por el neoliberalismo. En este sentido podría hablarse de una modernización de la sociedad y del Estado, en su tarea de cumplir sus obligaciones propias, algunas de las cuales recuerda el teólogo Hans Küng: “de acuerdo con su constitución –el Estado– ha de respetar, proteger y fomentar la libertad de conciencia y religión, la libertad de prensa y de opinión, y todo lo concerniente a los modernos derechos humanos” (1992, p. 45); sin embargo, se observa una falta en el cumplimiento de estos objetivos y en la oferta de garantías y herramientas reales que posibiliten una vida digna, una libertad de ser y de hacer y una igualdad de oportunidades. Estas, son sólo algunas de las variables necesarias de tener en cuenta al momento de abordar un análisis sobre los problemas éticos o morales vigentes en la sociedad colombiana y que de múltiples modos el Estado mismo, la sociedad, los procesos (económicos, sociales, educativos, culturales, religiosos y patriarcales), entre otras circunstancias, han permitido que se atente, también de muchas formas, contra la integridad y la dignidad humana. Diversos rostros de la violencia, física y simbólica, se observan hoy en nuestro país, de ahí la importancia de entrar a reflexionar sobre ello.

2. ALGUNOS VACÍOS ÉTICOS: ANÁLISIS A continuación, analizamos de manera sucinta, algunas de las problemáticas éticas más relevantes que han afectado nuestras relaciones sociales, nuestras subjetividades y los procesos sociales que se viven en la actualidad. Es necesario, no obstante, aclarar 56

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que la problemática ética es solamente una de tantas variables que influyen en las condiciones y circunstancias por las que atraviesa nuestra sociedad; no entramos, por tanto en discusiones sobre la importancia de ésta problemática, o la sobrestimación en relación son otras causas; asimismo, obviamos la discusión acerca de las diferenciaciones y semejanzas entre ética y moral, por cuanto no es este el objeto de análisis.

Indiferencia Una primera problemática que a nuestro juicio entra a permear todas las demás y que de cierta forma las hace posible, es la indiferencia; indiferencia hacia los demás, hacia lo que le ocurre alrededor nuestro, cuando no percibimos o no queremos percibir la realidad o cuando los problemas no nos afectan directamente. Vivimos en un mundo donde las tecnologías permiten la inmediatez de la información, donde las imágenes nos llegan desde diversos puntos y en ocasiones no tenemos tiempo de digerir toda la información que recibimos, no podemos entrar a interpretar los hechos porque al momento llegan nuevos, quizá el objetivo de esta pululación de información, como decía Simmel (en 1903) muchos años antes de que el poder de los medios se hiciera evidente, es excitar los nervios durante demasiado tiempo provocando reacciones más fuertes –en el individuo– hasta que, finalmente, se vuelven incapaces a reacción alguna. La indiferencia proviene de múltiples causas, el manejo de la información que realizan los medios de comunicación es tan sólo una de ellas; esta indiferencia, junto a otros factores, permite que seamos capaces de almorzar impávidos frente a la transmisión de un noticiero con todos los índices de violencia, muertes y masacres; que podamos pasar al lado de alguien que no ha comido en días y que sintamos que no es nuestro problema, o que haya personas que legitimen una forma de gobierno destinada a la guerra y orientada al exterminio de lo que no le sirve, o de cualquier pensamiento o acción que se le oponga.


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Violencia

Secuestro

La segunda problemática que traemos a colación es la violencia, tanto física como simbólica; no solamente aquella que nos transmiten cada día, la que ocurre en los campos y ha generado miles de desplazamientos o la que se vive en las ciudades y que forja paulatinamente un sentimiento de inseguridad. También podemos hablar de la que existe en los hogares y en la esfera privada, la violencia contra mujeres y niños, contra los débiles, contra los animales, etc.

El secuestro, es nuestra tercera problemática. No hace mucho tiempo, la gran mayoría de colombianos estuvimos frente a una pantalla presenciando la liberación de algunos secuestrados, recordemos aquí que los medios

Si un aspecto genera debate ético y proclama la falta de moral, es la degradación del valor de la vida misma; cuando se pierde el respeto absoluto por la vida en cualquiera de sus manifestaciones, se puede llegar a un alto grado de inhumanidad; esto es por desgracia, pan de cada día en Colombia, tanto con la muerte de indígenas y campesinos, por ejemplo, como con la guerra que se genera a nivel mundial frente a una pantalla sin que los combatientes pongan en riesgo su vida. Pero también está la violencia que no se dirige hacia la muerte, sino que sus formas se pueden hacer tan perversas que el cuerpo puede entrar a formar parte de estrategias de poder y disciplinamiento. Violencias ejercidas en el ámbito privado, legitimadas en el discurso de lo público bajo una moral que se ha construido socialmente para que tal cosa ocurra, como sucede con el desplazamiento forzado. Sobre el tema de la violencia y el conflicto hay mucho que decir –y muchos ejemplos que poner– pero queremos mencionar sólo dos de sus consecuencias, el secuestro y la pobreza, que sin ser sus únicos móviles, han hecho presencia –en niveles considerables– en el seno de nuestra sociedad, en el primer caso directamente, en el segundo de una forma indirecta pero no menos generadora de múltiples formas de violencia.

de comunicación, como señala Sartori (1998), tienen el poder de decidir qué se muestra y qué no, cómo se hace y los fines con que se visibilizan los acontecimientos. Por otra parte, éramos testigos de cómo se jugaba con los sentimientos de las familias que los esperaban y de todo un país; se manejó de tal forma la información, que lo que transmitían los medios parecía un espectáculo del que se esperaba un final feliz, con lo que garantizaba un alto rating. Ello nos recuerda que las diferentes formas de violencia pueden constituirse en un tipo de negocio para muchos. Podríamos entrar aquí a discutir qué clase de ética tenemos, o mejor, qué procesos han conducido a la constitución de una moral en la que se juega con el dolor ajeno, tanto de formas legítimas como ilegítimas. El secuestro es un atentado contra la vida, contra el cuerpo que es privado de sus derechos y de su libertad, a la vez, es una violencia simbólica contra la familia porque queda en un estado de suspensión y, contra todos nosotros al implantar un miedo que se ha convertido en la justificación del discurso de una seguridad democrática llevada al extremo.

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Pobreza La pobreza, tiene múltiples causas, algunas de ellas son, por ejemplo, la indiferencia, la violencia, que hemos mencionado antes; la avaricia, la deshonestidad y la misma forma de gobierno, de lo cual hablaremos más adelante. Colombia ha presentado en los últimos años elevados índices de pobreza, alcanzando a un 64.8% de la población, según fuentes 3 oficiales . Es bien conocido por todos que la brecha económica se abre cada día más en nuestro país, donde la clase media tiende a desaparecer. Es necesario tener en consideración que la pobreza de un país y la de sus habitantes no sólo se mide por las posesiones, sino que también hay que analizar los índices de distribución de estos; así mismo, los niveles de producción de servicios, la industria y la explotación de materia prima, es decir, de los recursos naturales que posea el territorio. Esto en cuanto a los capitales tangibles se refiere, sin embargo se escapan del análisis, aquellos q u e s o n considerados como bienes no tangibles y no contables, como por ejemplo, los que se encuentran basados en el desarrollo personal de los individuos, que comprenden el

3. Este dato lo reseña un informe de la Contraloría General de la República, en el que sostiene que “el índice de pobreza en Colombia alcanzó al 64,8 por ciento de la población, calculada en unos 40 millones de habitantes. "No sólo han aumentado los pobres sino que éstos son cada vez más pobres", revela el estudio del organismo estatal. El reporte oficial, fue corroborado con las cifras ofrecidas a mediados… por las Naciones Unidas en Bruselas (Bélgica), donde se afirma que Colombia bajó nueve puestos en el Índice de Desarrollo Humano mundial. Pasó del puesto 64 al 73” (Cf. RCN-Radio, s.f.).

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nivel educativo, la esperanza de vida, la calidad del medio ambiente y todos aquellos elementos que no se encuentran destinados a la producción o la tenencia que existe en un territorio, sino a lo que se construye, incluyendo el capital social y cultural. Con esto queremos decir que, tener un país con una inimaginable cantidad de recursos naturales, con una explotación constante y exhaustiva de los mismos, no da como resultado, necesariamente, que su población tenga unas condiciones favorables de vida. Un análisis exhaustivo de la cuestión muestra que es allí donde realmente radica la riqueza o la pobreza de un país, en el bienestar o malestar de su población, ya que en muchos territorios, como es el caso de Colombia, se tiene una diversidad de recursos, una producción continua de diferentes bienes y servicios y, unas ganancias que si bien, no son muy altas, sí son lo suficientes para subir la calidad de vida de la población en general; sin embargo, todos estos recursos, productos y ganancias se hallan concentrados en manos de un grupo muy reducido y, son ajenos, por la misma razón, a la inmensa mayoría de la población.

Avaricia La referencia a la inequidad en la distribución de la riqueza, nos conduce a dos problemáticas relevantes en nuestra sociedad: la avaricia y la deshonestidad; estas problemáticas anómalas se tratan en un solo bloque dado que, si bien la segunda puede darse en múltiples ámbitos, la avaricia quizá no sea posible sin tener como supuesto la deshonestidad y una falta de sentido de responsabilidad hacia el otro. La avaricia trae como consecuencia la concentración de la riqueza y la distribución de la pobreza (una inequitativa distribución de recursos). Los elevados índices de pobreza e indigencia latentes en nuestra sociedad dan cuenta de la enorme diferencia que existe entre los que poseen recursos de todo tipo y los desposeídos; así las cosas, el círculo vicioso generado (los ricos cada vez más ricos y los pobres cada vez más y más pobres)


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imposibilita la creación de oportunidades reales para que estas condiciones varíen en perspectiva de mejoramiento.

representan al Estado mismo, al seguir sosteniendo un discurso que se deslegitima en su accionar.

Las oportunidades, son creadas con fines específicos y dirigidos hacia una determinada población; asimismo, la calidad y cantidad de oportunidades varían según quienes las vayan a aprovechar. Un ejemplo de ello se hace patente en las posibilidades de acceso a la educación superior, el ingreso a las universidades públicas más prestigiosas (y la consiguiente permanencia en ellas) ofrece mayores oportunidades a quienes han recibido una buena educación (generalmente ofrecida por colegios privados de élite); en contraposición con lo anterior es preciso resaltar el énfasis que se le ha puesto a las carreras técnicas, que se constituyen en opciones más asequibles para aquellos a quienes se les imposibilita el ingreso a tales instituciones. Cuestión similar habrá de decirse en lo relativo a lo que acontece con carreras de carácter socio-humanístico.

Discriminación

Falta de coherencia entre el discurso y la acción El siguiente problema que planteamos –que en parte tratamos al principio del texto– es el generado por el Estado y por las formas actuales de gobierno; en el entendido que desde las prácticas gubernamentales se hace manifiesta una falta de coherencia ética entre el discurso que vehementemente se esgrime y las acciones que soterradamente se realizan. Un fenómeno que ha generado gran conmoción pública –por las atrocidades cometidas y la impunidad generalizada– ha sido la parapolítica. Sólo mencionamos este caso, por considerar que muchos de los problemas aquí planteados se deben, entre otras causas, a una falta de estructuración que garantice un verdadero Estado de derecho, interesado en el bienestar de todos sus integrantes; esto se observa, en la deshonestidad de los agentes y en las prácticas ineficientes de las instituciones que

La discriminación junto a la intolerancia, son las problemáticas siguientes a tratar. Este punto se hace tan evidente en nuestro contexto que se hizo necesaria la implementación de políticas públicas y la realización de diversas campañas, con el fin de concientizar a la población acerca de la aceptación de la diferencia de los otros y de la viabilidad de vivir en una nación (o en una ciudad) sin indiferencia, en un mundo sin indiferencia; sin embargo, la ley no hace la buena costumbre, en el discurso, ello es posible, en la práctica, el asunto está en discusión. Hace muchos años la lucha en diversas partes del mundo se hacía manifiesta en torno a la raza, en la actualidad el discurso ha cambiando y se habla de culturas; sin embargo, la lucha continúa, como se hace manifiesto en la organización valerosa de los movimientos sociales afrocolombianos y de indígenas. Hoy por hoy, nuevos sujetos han entrado en la esfera pública, exigiendo la realización de sus derechos como ciudadanos, por la concreción de la igualdad, el respeto fundamental y el reconocimiento de su dignidad; aquí podemos encontrar los movimientos feministas y los LGTB (movimiento social y político que pretende la reivindicación y la equiparación de los derechos de los homosexuales –lesbianas y gays–, bisexuales y transexuales con los heterosexuales), poniendo en duda y esperando entre riesgos que el sistema patriarcal vigente en esta sociedad ceda un poco de terreno. Estos procesos no se dan por sí solos, sino que obedecen a diversas causas que incluyen una moral que palpablemente permite una discriminación y una falta de tolerancia frente a diversos grupos poblacionales; una moral que al igual que la sociedad machista y patriarcal, debe ceder terreno al reconocimiento de todos los seres humanos, sin ningún tipo de diferenciación. Revista Queastiones Disputatae - Temas en Debate - Nº 4, 2009

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Falta de construcción de la memoria histórica Tenemos en consideración que la historia trae consigo una forma de acción social, imaginarios y representaciones con los cuales enfrentamos nuestra vida cotidiana y construimos nuestra identidad nacional. Un lugar específico para la construcción de la memoria histórica lo constituyen los museos y los archivos, monumentos a la historia y a la memoria que al igual que los medios de comunicación, tienen el poder de decidir qué se muestra y qué no, qué se visibiliza y qué no, y de qué manera se hace; deciden qué fecha conmemorar, a quién rendirle tributo o dejar en el olvido. Los museos, y las exposiciones itinerantes, cuentan una historia –La Historia– y la construyen en tiempo presente, lo que les permite modificar el discurso a medida que las coyunturas van cambiando, otras necesidades se van imponiendo y nuevos sujetos entran en juego –o desaparecen–. Esto, es sólo un ejemplo de la construcción de memoria histórica que se realiza a partir de elementos que los grupos dominantes implantan, adecuándose a las dinámicas sociales actuales. En tal perspectiva, podemos traer a colación la conocida frase (atribuida a Napoleón): “quien no conoce su historia está condenado a repetirla”, sin embargo, también es necesario tener presente que en términos generales, como señala Brasillach “la historia sólo es 4 escrita por los vencedores” .

Falta de conciencia ecológica La falta de conciencia ecológica es un tema que dada su trascendencia, está imponiéndose por todas partes; sin embargo, vemos como en

4. Pesquisas realizadas en algunas fuentes condujeron a los probables autores de las frases citadas, (Cf. Rosas (s.f.) y portal de Frases célebres, Citas, Proverbios, Dichos y Refranes en la Lengua Castellana), respectivamente.

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Colombia nos falta mucho para tener una verdadera conciencia de lo que aquí ocurre, ello se observa no sólo en la forma en que desperdiciamos recursos naturales, como el agua y el papel, sino, en ese consumismo desaforado que no responde más que al consumo mismo y que acrecienta el circulo vicioso entre producción y consumo, más allá de la satisfacción de las necesidades elementales. Numerosas campañas se ponen en escena a nivel mundial, por ejemplo, la de apagar la luz por 15 minutos para dejar descansar el planeta. Nadie puede negar el bien que la concreción de tales programas produce y, el sentido social que tendrían de llegar a realizarse; no obstante, lo que se hace necesario es que todos cambiemos nuestros modos de comportarnos y de actuar en la cotidianidad que de una u otra manera atentan contra el planeta y que fácilmente se pueden transformar. Este habría de ser un compromiso diario y no tan sólo por el tiempo que determinen las campañas o las demandas de los medios de comunicación. Luego del análisis somero de estas problemáticas éticas, se hace necesario el planteamiento de algunas posibles soluciones, asumiendo una responsabilidad tanto en el ámbito individual como colectivo, de modo que como integrantes de esta sociedad, estemos en condiciones de aportar nuestros mejores esfuerzos, pensamientos y acciones en la construcción de una moral social y colectiva que se extienda más allá de nuestras prácticas individuales e individualistas de moralidad. La moral –o mejor, las morales– tanto individuales como colectivas se autoimplican y se enriquecen mutuamente e influyen de múltiples maneras en las acciones personales y grupales, como por ejemplo, cuando legitimamos algo reproduciéndolo o aceptándolo, pública o privadamente; así mismo, consideramos que es a partir de la propia experiencia que otorga la vida en comunidad, que se pueden crear estrategias (conceptuales, teóricas y prácticas) como instrumentales y herramientas que permitan


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generar un cambio social. Sin embargo, dejamos en claro, las implicaciones idealistas que ello trae consigo, sabiendo que el papel y el discurso lo aguantan todo, empero, como se ha pregonado reiteradamente, de los sueños de mujeres y hombres –de carne y hueso– se ha forjado el destino de la humanidad misma. Cuando se dio inicio al análisis de las falencias éticas, se dejó esbozada la problemática de la indiferencia que consideramos como factor que atraviesa de manera transversal todos los problemas presentes en nuestra sociedad; de allí mismo parte, entonces, nuestra propuesta de solución. Proponemos dos posibles situaciones (soluciones) a la problemática moral. -Primera: una toma de conciencia frente a las diversas problemáticas que afrontamos cotidianamente, problemáticas que tienen que ver con la muerte, la pobreza, la violencia, el destierro, la intolerancia y, con otro cúmulo de males que aquejan a nuestra sociedad; estas circunstancias, demandan un análisis minucioso en diferentes esferas de la vida individual y social. –Segunda: que la puesta en escena de una responsabilidad moral –que implica, por demás, el reconocimiento y la valoración de los demás y de lo demás– no se alcanza sin poner en práctica lo primero, no es suficiente el mero análisis de aquello que nos afecta directamente; se demanda, asimismo, la acción decidida, orientada, intencionada, sopesada…, la acción moral, frente a las situaciones de las cuales nosotros también somos responsables, aunque se operen más allá de nuestro radio de acción inmediato. En estas condiciones, cabría el cuestionamiento acerca de cómo salir de este aparente callejón sin salida, cómo superar el vacío ético que durante tanto tiempo ha hecho presencia en nuestra sociedad. Esta tarea, somos conscientes, en efecto no es fácil, dada la trama de condiciones y circunstancias que han hecho cada momento más compleja al situación. Diversos puntos de vista se han puesto en escena para abordar prolijos análisis relativos a la problemática moral; no pocas propuestas, asimismo, se han lanzado en la intencionalidad de construir una ética civil,

una moral social y comunitaria que tenga validez y vigencia y, que constituya, por su propia condición, un mecanismo de obligación entre todos los individuos. El logro de tal intencionalidad solo será posible si se echa mano de aquellas propuestas morales que han intentado responder a las exigencias de una sociedad caracterizada por el pluralismo en una amplia gama de manifestaciones. Así las cosas, será perentorio prestar atención a algunas voces que desde diferentes perspectivas enuncian unas notas básicas de humanidad por las cuales, cualquier sociedad que se considere respetuosa de la dignidad de sus integrantes, habrá de apostar. Una ética para una sociedad en conflicto, ha de invocar los principios elementales de civilidad; debe ser una ética laica, fundamentada en unos mínimos a los que cualquier ser humano pueda aspirar. Para satisfacer estos requerimientos se demanda la conjugación de los principios y valores básicos sobre los que operan propuestas éticas que se prefiguran en la perspectiva de encontrar salidas a la compleja problemática que acompaña a las sociedades actuales: · Proposiciones éticas que demandan un consenso ético básico a nivel mundial –por lo mismo susceptibles de aplicación en contextos locales– como las esgrimidas por Hans Küng, en cuya base se hallan el diálogo y el consenso entre las religiones. Diálogos inter-religiosos como los que se han evidenciado en múltiples latitudes, pueden señalarnos la importancia del abrazo fraterno, de la comprensión y de la tolerancia, más allá del sectarismo y del fanatismo. · Éticas fundamentadas en el pathos y en el cuidado esencial, que trascienden la mera racionalidad y parten del reconocimiento de la condición afectiva, relacional y amorosa de los seres humanos; propuestas como las de Leonardo Boff, Nell Noddings y Carol Gilligan, entre otras, nos señalan un itinerario moral, posible de realización y que se ajusta a las condiciones de nuestra sociedad. Revista Queastiones Disputatae - Temas en Debate - Nº 4, 2009

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· Adela Cortina nos ofrece una interesante propuesta fundamentada en el reconocimiento del pluralismo moral y cultural característico de nuestras sociedades. Una ética de mínimos compartidos susceptibles de cumplimiento por parte de la totalidad de los sujetos que los pactan, en la medida en que su propósito es la realización del básico de humanidad permitido; esta propuesta se contrapone a una ética de máximos que propende por una moral individual superlativa, exigible para proyectos personales de vida y como horizonte de sentido deseable de realización personal. · Si se trata de poner en práctica algo común que resulte del pacto colectivo, será necesario partir del reconocimiento de los demás como sujetos con igualdad de derechos, de obligaciones y de posibilidades de realización. Sujetos capaces de decir, de decidir y que tengan posibilidades de ser escuchado e interpelados en sus demandas y necesidades; sujetos que reconocidos como interlocutores válidos, tengan voz y voto en la constitución de los consensos éticos básicos. En tales ejercicios de construcción colectiva, propuestas como la de Habermas son de invaluable beneficio. · Al momento de reflexionar sobre la utilidad y la practicidad de la acción ética tanto en la vida individual como colectiva, los postulados de una ética para vivir mejor por los que propende Peter Singer en varias de sus obras, son de igual modo, dignas de consideración.

· Las relaciones ética-religión-espiritualidad no podrán ser ajenas a la construcción de un consenso básico de moralidad entre los pueblos y entre los individuos; de esta manera, las reflexiones que desarrolla el líder espiritual 62

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de los tibetanos –el Dalai Lama– constituyen insumos de importancia sustancial, toda vez que prescribe lo relativo al “arte de vivir en el nuevo milenio”, a la necesidad de vivir una vida digna de seres humanos, fundamentada en la práctica de virtudes elementales como son: la compasión, la contención, la paz interior, la paciencia, la prudencia, etc., virtudes básicas, de las cuales todos los seres humanos podrían ser capaces. · Filosofías morales que propenden por la puesta en práctica del principio básico de responsabilidad individual pero que tiene dimensiones planetarias y universales, que parten en últimas, de la toma de conciencia de la condición relacional y dependiente de los seres que cohabitan el planeta, son entre otras tantas propuestas, filosofías morales que aportan insumos invaluables para la construcción de una propuesta que incluya a todos los seres humanos sin distinción, ni exclusión alguna. En síntesis, una ética básica, consensuada, un ethos mínimo fundamental que reconozca la dignidad de los seres humanos, comportaría los insumos necesarios para la salida de este callejón, en el que como se dijo, aparentemente yace nuestra sociedad colombiana. Una propuesta que satisfaga tales exigencias es una necesidad inaplazable para poder cambiar las condiciones sociales que han generado la actual crisis. La construcción de un proyecto nacional de moralidad no apela a mecanismos de coerción, cuanto al ejercicio racional, consciente, libre y voluntario de nuestra humanidad; como señala Remolina: No es a través de la fuerza impositiva y coercitiva de un poder absolutista de derecha, de izquierda, o de centro; ni a través de una fuerza represiva —policiva o militar— garante de un "statu quo", como lograremos establecer un nuevo orden y salir avante en la constitución de una sociedad auténticamente humana. Porque la fuerza física no es, ni de


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lejos, una de las principales características del ser humano y de su vida en sociedad (Cf. Programa por la paz, 1991, p. 18).

en el alma para llevarlo a la práctica, es el problema de ser genuino con las pocas cosas que uno lleva en el corazón, que deben convertirse en acciones y ponerlas en práctica

A la reflexión de Remolina es preciso agregar, que no puede desconocerse el peligro que implica el enmascaramiento –amparado en procesos supuestamente democráticos– de ideologías soterradas que priman la seguridad al orden establecido y al respeto de las libertades individuales y colectivas, por tanto, ajenas al reconocimiento de la dignidad de las personas y de la inviolabilidad de la vida en todas sus manifestaciones6. Finalmente, sabemos bien que la moral o la ética es una interiorización de normas y pautas de conducta, es actuar según lo que está socialmente establecido, es por ello que de nada serviría la formulación de códigos y leyes, mundiales o locales, que establezcan una ética con la cual vivir, ajenas a la toma de conciencia de la problemática social y de la responsabilidad de nuestras acciones. La formulación de unos mínimos elementales de comportamiento moral, debe estar permanentemente acompañada de procesos sociales, que permitan la apropiación de esa moral y con ello poderla llevar a la práctica. Cerramos este apartado con las sentidas palabras de Francisco De Roux, a propósito de la descripción del problema ético y de sus visiones e ilusiones de solución (Cf. Peña, 2002, p. 100): El problema ético, finalmente, se refiere a [uno] mismo como persona, es el problema de ser consciente con su propia conciencia, es el problema de ser auténtico con lo que se siente

6. Pueden, en efecto, llegar a ser mucho más coercitivas aquellas acciones que se realizan cuando entran en juego estrategias de persuasión, donde se apunta a una ideología, y se puede llegar a la instauración de una moral que legitima la agresión contra otro; casos como estos, la historia del pasado y la actual, nos ofrece múltiples ejemplos.

A modo de Conclusión Al llegar al término de este ejercicio, queremos señalar que si bien es cierto que estamos de acuerdo con que deben existir principios fundamentales que deben ser respetados y cumplidos por todos, como es el de respetar la vida (no solamente humana), es necesario tener claridad sobre las implicaciones que trae consigo hablar de una ética con validez universal. No es posible pasar por alto los procesos históricos y culturales propios. La cuestión radica en la búsqueda de la justa medida, por lo tanto, no se trata de dejarnos llevar por un etnocentrismo donde una cultura se valora sobre la otra, de tal forma que su ideología y principios son los que se imponen; tampoco, de dejarnos conducir por un relativismo radical donde todas las costumbres culturales se pretendan legítimas y en aras de tal legitimidad resulten imponiéndose. El camino, por lo tanto, es poder encontrar ese punto de mediación, donde ambos aspectos puedan combinarse: cada cultura tiene derecho Revista Queastiones Disputatae - Temas en Debate - Nº 4, 2009

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de ser respetada dentro de sus costumbres propias mientras no atente contra la integridad física y simbólica de las personas o de otras culturas. Sabemos que el trabajo a emprender es arduo y complicado y que las resistencias hacia diferentes procesos ético-sociales se hacen cada vez más difíciles. Es posible también que a este mundo le sobren palabras y le falten más acciones responsables; sin embargo, queda la puerta abierta hacia la reflexión de que los

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mejores hechos no son aquellos que se realicen con la cabeza, con esa razón que nos vendió, y con la cual se sustentó, la modernidad para llegar así a lo que se ha denominado como el desencanto del mundo, sino con el corazón, por más idealista que parezca tal objetivo; porque, finalmente, como señala Sábato (1998, p. 177): “sólo quienes sean capaces de encarnar la utopía serán aptos para el combate decisivo, el de recuperar cuanto de humanidad hayamos perdido”.


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casa para todos. Debate ético. Bogotá: Ántropos.

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HUELLA DEL PASADO… 1 TESTIMONIO HOY

Presencia dominicana y su quehacer educativo en Tunja, una mirada a través del tiempo

Germán Rolando Vargas Rodríguez * Recibido: 27 de julio de 2009

Aprobado: 15 de agosto de 2009

Resumen: El siguiente artículo desarrolla una visión de la presencia de los Dominicos en la ciudad de Tunja, haciendo énfasis en la tradición educativa iniciada con la fundación del Convento, donde se adelantaron estudios en el campo eclesiástico y en los estudios generales. Después de la crisis del siglo XIX la Comunidad reestablece la formación y en el siglo XX crea el Colegio Santo Domingo de Guzmán, y en los últimos años la Seccional de la Universidad Santo Tomás.

Abstract: This article shows a vision of the presence of the Dominicans in the city of Tunja, with emphasis on the educational tradition that began with the founding of the convent, where general and ecclesiastical studies were developed. After the crisis of the19th century, the community restarted educational tasks. In the 20th century, they created Santo Domingo de Guzman School and, in recent years, this branch of Santo Tomas University.

Palabras clave: Dominicos, Educación, Pedagogía, Evangelización, Carisma.

Key words. Dominicans, Education, Teaching, Evangelism, Charisma

1. Este artículo hace parte de la investigación que el autor adelanta en la maestría en Historia en la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia.

*.Licenciado en Filosofía e

Historia - Universidad Santo Tomás. Director del Departamento Humanidades - USTA Tunja.

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Introducción

E

ntender la misión apostólica educativa de los Padres Dominicos es remontarnos a sus orígenes medievales inspirados en el carisma de su Padre y Fundador Santo Domingo de Guzmán, hombre Sabio y Santo nacido en el año de 1170 en Castilla, un pueblito de la provincia de Burgos, en Caleruela (España). El extraordinario Santo funda la Orden de Predicadores el 22 de diciembre de 1216, cuando con un grupo de Frailes inicia la campaña de difusión de su obra. Así les entregó su legado hasta hoy a sus frailes, hablar con Dios y de Dios; y hasta hoy se vive y percibe en las obras misionales lideradas por los Padres Dominicos la presencia providencial de Cristo en la figura y obra del Santo, Domingo de Guzmán. Es preciso anotar que dentro de este gran carisma dominicano, pasarán a través de su historia figuras inconfundibles como la de Santo Tomás de Aquino, uno de los más grandes pensadores de la época medieval y de todos los tiempos, quien influye en la Orden de los Padres Dominicos con su pensamiento y obra; así como del modelo tomista se plasmará en la presencia de los Frailes Predicadores en todo el mundo a través de sus instituciones universitarias y colegios para laicos. Las preguntas fundamentales para desarrollar en este articulo son ¿Cuáles son los antecedentes históricos, herencia y carisma dominicano?, ¿fue el Liceo Santo Domingo de Tunja un colegio más, o constituyó una propuesta educativa diferente, que en su momento brindó una alternativa a los estudiantes de la ciudad?, ¿cómo respondió dicho Colegio a las circunstancias del momento?, y ¿cómo permanece viva la labor educativa hoy de los Dominicos? Mediante éste trabajo se pretende brindar algunos argumentos para responder a las preguntas, sin querer agotar la discusión.

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Antecedentes históricos de la Comunidad Dominica en Colombia La llegada de la Comunidad Dominica a Colombia data del comienzo de la empresa conquistadora de los españoles en América. Si bien, la Comunidad hace presencia en el continente por primera vez desde 1509 cuando ingresaron procedentes de España a la isla de Santo Domingo, es solo veinte años más tarde que llegan al territorio del entonces Nuevo Reino de Granada, cuando desembarcan en Santa Marta. La razón por la que las comunidades religiosas llegaron al continente se encuentra en el interés del Papa Alejandro VI, quien en mayo de 1493, a través de la Bula** Inter Caetera2 (del latín, que traduce, entre otras) dio a España no sólo el dominio de las tierras descubiertas, sino que le impuso la obligación de evangelizar, y le mandó “en virtud de santa obediencia enviar a las dichas tierras descubiertas, con toda diligencia requerida, varones probos y temerosos de Dios, doctos, instruidos y experimentados para enseñar a sus habitantes la fe católica y educarlos en las buenas costumbres”3. En este sentido se puede ver que era interés de la Iglesia y obligatorio para el Rey de España el envío de frailes al nuevo mundo, los cuales fueron amparados por privilegios que contribuyeron a su consolidación y crecimiento en las tierras recién descubiertas. Años después, “las

** Bula: del Latin-bullam- documento que lleva el sello pontificio, sello de plomo que va pendiente de ciertos documentos pontificios fijado en una acta”. Tomado del Pequeño Larousse Ilustrado Bogota 1998. 2. “Inter Caetera” Bula del Papa Alejandro VI que se impone sobre los derechos de las nuevas tierras descubiertas por Colón y le dará plena potestad a los Reyes Católicos en el Nuevo Mundo. 3. ARIZA, Alberto E. Fray. Los Dominicos en Colombia. Bogotá: Padres Dominicos, 1.992, p 67. Tomo I.


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gestiones de Fray Tomás de Vío Cayetano, Maestro General de la Orden de Predicadores, lograron que el Papa Julio II concediera amplias facultades a favor de su labor evangelizadora y educadora. Otras bulas de comienzos del siglo XVI (como la Bula llamada Omnímoda) facilitaban el viaje de frailes idóneos al Nuevo Mundo, conferían a los priores provinciales la jurisdicción de un superior general, e inclusive eran revestidos de autoridad episcopal en las regiones donde el obispo más cercano estuviera a una distancia 4 superior de dos días” . Esta fue una de las primeras y más importantes comunidades que arribaron al nuevo continente, dirigieron sus actividades durante el periodo de conquista a la labor misionera, principalmente en aquellos lugares donde la población indígena más lo necesitaba, lugares de gran concentración de nativos y donde sus condiciones de trato por los españoles era más duro. Una de las tareas más difíciles que tuvieron fue la protección de los naturales americanos, como se puede ver en el sermón de un conocido Dominico: “1511, el día 21 de diciembre, a 10 años del descubrimiento de América, y a un año de la llegada de los dominicos, cuando Fr. Antonio de Montesinos pronunció su plática inmortal: Ego vox clamantis in deserto: (yo soy la voz del que clama en el desierto). Con esto se daba inicio a la batalla por la libertad del nuevo mundo, el 5 primer grito de justicia en América” . Para ratificar tal defensa, se cita a continuación un fragmento del discurso de Fray Antonio de Montesinos en el que manifiesta su valor, para reclamar a los conquistadores los derechos de los nativos:

4. CASTRO QUIROGA, Sonia Leonor. Evolución histórica del Colegio Nuestra Señora del Rosario en Tunja desde 1.884 a 1.950. Tunja: Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia, Tesis de Maestría en Historia, 2007, pagina 17. 5. ARIZA, Alberto E. Fray. Los Dominicos en Colombia. Bogotá: Padres Dominicos, 1.992, pp. 985 - 986. Tomo II.

Decid, ¿con qué derecho y con qué justicia tenéis en tan cruel y terrible servidumbre aquestos indios? ¿Con qué autoridad habéis hecho tan desentables guerras a estas gentes que estaban en sus tierras mansas y pacificas, donde tan infinitas dellas, con muerte y estragos nunca oídos, habéis consumido? ¿Cómo los tenéis tan opresos y fatigados, sin dalles de comer ni curallos de sus enfermedades, que de los excesivos trabajos que les dais incurren y se os mueren, y por mejor decir, los matáis, por sacar y adquirir oro cada día? ¿Y qué cuidado tenéis de quien los doctrine, y cognozcan a su Dios y creador, sean baptizados, oigan misa, guarden las fiestas y domingos? ¿Estos, no son hombres? ¿No tienen almas racionales? ¿No sois obligados a amallos 6 como a vosotros mismos? ¿Esto no sentís?

Inicio de labores evangelizadoras de la Comunidad en Tunja Los inicios de la misión evangelizadora de la Comunidad Dominica en Tunja se puede establecer al año siguiente de la fundación de la ciudad; teniendo presente que esta Orden Religiosa es una de las primeras en el Nuevo Mundo y además, Tunja es una de las principales ciudades donde se radican y comienzan la misión evangelizadora. Por ende, la presencia dominicana se conocerá hasta nuestros días en todos y cada uno de sus proyectos de evangelización y educación a lo largo de nuestra patria. Así se refiere el Historiador Antonio Rivadeneira Vargas sobre el arribo de los Dominicos a esta ciudad.

6. RIVADENERIRA VARGAS, Antonio José. Los Dominicos en Tunja (1551- 2001). Tunja: Universidad Santo Tomás, 2003. Pag. 292 (En los Derechos Humanos Fray Antonio Montesinos. Por Fray Tiberio Polanía R, O.P).

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“El 6 de agosto de 1539 tuvo lugar la fundación hispánica de la ciudad de Tunja, erigida en terrenos de la antigua Hunza, la capital de los dominios del Zaque y su primer cura doctrinero fue el agustino Vicente de Requejada, quien además dijo la primera misa.

Erigir un convento y un templo en las nuevas tierras, era primordial para la Orden de Frailes Predicadores, ya que desde allí se fundamentarían las escuelas de doctrinas y mas adelante se convertirían en Estudios Generales. Es preciso hacer la referencia al acto fundacional:

Al año siguiente, 1540, los padres dominicos fray Pedro Durán y fray Juan de Sotomayor, acometieron la cristianización de algunos pueblos de la extensa provincia de Tunja. Desde entonces empezó a hacerse la distribución de misioneros, de manera que de acuerdo a los censos respectivos de 1551, año de la fundación del convento, los dominicos ya administraban activamente 36 centros doctrineros, no obstante los pocos religiosos de que disponían”7.

“Por documento de fecha 4 de diciembre de 1.550, se sabe que el alcalde Hernando Beteta, los regidores Domingo de Aguirre y Juan Boseo y el escribano de la Real audiencia Alonso Téllez consideraron el memorial de algún vecino en que daba memoria de las personas comprometidas a traer madera para levantar el monasterio de Santo Domingo”8. Para complementar la anterior referencia, vale referenciar a Fray Enrique Báez donde escribe:

Con la fundación del Convento de Santo Domingo en Tunja, se consolidó aun más el proceso de evangelización ya que desde éste se administraban las doctrinas de los pueblos de Boyacá, que cada vez eran más en número, a pesar de las acciones del Arzobispo Luis Zapata de Cárdenas, quien secularizó muchas de las doctrinas regulares de los Franciscanos y Dominicos, las cuales fueron restituidas a través de la cédula Real del 23 de marzo de 1588.

Orígenes del Convento de Santo Domingo en Tunja El Convento de Santo Domingo hunde sus raíces en el mismo hecho de la llegada del conquistador Don Gonzalo Jiménez de Quesada con su tropa, en la cual también venia el capellán Fray Domingo de Las Casas, de la orden de predicadores, el día 20 de agosto de 1537, al sitio donde más tarde se fundaría en 1539 la ciudad de Tunja.

7. RIVADENERIRA VARGAS, Antonio José. Los dominicos en Tunja (1551- 2001). Tunja: Universidad Santo Tomás, 2003. Pag. 49.

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“se presentó el oficio enviado por la Real Audiencia de Santa Fe en orden a obtener que se fundase el Monasterio de Santo Domingo en Tunja, donde se pidió que los indios trajeran la madera necesaria para la construcción del monasterio; de esta manera, el 4 de agosto de 1551 se funda el convento y en 1558 se inicia la construcción del templo. El cabildo señaló sitio al oriente, y el día 4 de agosto, presidiendo el mismo Padre Robles, se fundó el Convento de Santo Domingo con el personal asignado, a saber: Fr. Francisco López Camacho, Prior; Fr. Pedro Durán, Fr. Juan de Montemayor, Fr. Juan de Zamora, Fr. Bernardino de Figueroa, Fr. Gaspar de 9 Estremera y Fr. Pedro de Guzmán” .

8. RIVADENERIRA VARGAS, Antonio José. Los dominicos en Tunja (1551- 2001). Tunja: Universidad Santo Tomás, 2003. pagina 45. 9. BÁEZ, Enrique Fray. Cabildo de Tunja. La Orden Dominicana en Colombia. 1.562. pp. 1 a 4. Cap. IV.


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Inicio de labores pedagógicas de la Comunidad en la ciudad de Tunja Dentro del objeto que busca identificar las labores pedagógicas de la comunidad dominica en Tunja, es importante resaltar que sus inicios en la enseñanza se remontan en el Nuevo Reino de Granada como tarea de apostolado con frailes doctrineros en cada encomienda. Es así que en orden a facilitar tan importante misión el vicario Fray José de Robles, pidió a la Real Audiencia de Santafé que expidiera una provisión a nombre de su Majestad, para obligar a los encomenderos a construir Iglesia y Oratorios, donde los Sábados y Domingos, acudieran los indios, varones y hembras a recibir la doctrina cristiana. Tal providencia se expidió el 8 de enero de 1551 y se ejecutó en el Convento de Tunja. A mediados de ese mismo año de su fundación, en el informe rendido por Fr. Bartolomé de Medina al Rey, el 20 de julio de 1510 dice: “En esta casa de Santo Domingo de Tunja tenemos de continuo la lección de Sagrada Escritura y Teología Escolástica… El Capitulo General de 1608 erigió en Estudio Universitario este Convento de Tunja”10, el cual se encuentra trascrito por el Padre Alberto Ariza en su obra “Los Dominicos en Colombia”. Características de la Comunidad en el aspecto pedagógico La Comunidad Dominica en Colombia, en el aspecto educativo, sigue los preceptos de Santo Tomás, en donde se define la educación como “conducción progresiva y promoción hasta el estado perfecto del hombre en cuanto hombre; esto significa que el educando debe ser guiado por etapas y en sentido ascendente hasta alcanzar el nivel de excelencia

(perfección). Hablando de los tres fines del matrimonio, dice que uno de ellos se refiere no simplemente a la procreación sino también a la educación de la prole: La naturaleza no tiende

solamente a la generación de la prole, sino también a su conducción y promoción (tradutio 11 et promotio)” . Además de esto, la base legal de los estudios Dominicanos, fue traída del viejo continente, pues al llegar a América, los Dominicos, trajeron su ratio Studiorum Ordinis Praedicatorum, (currículo de sus estudios generales), diseñada en 1259 por un equipo encabezado por Alberto Magno y Tomás de Aquino, y con ella organizaron las primeras universidades coloniales, entre ellas la tomística del Nuevo

11. CORCHUELO ALFARO, Faustino. En revista QUAESTIONES DISPUTATAE No 1 Articulo (Reflexiones en torno a la educación inspiradas en las ideas Maestras de Santo Tomás)- término “traductio” tiene una clara cercanía etimológica con “educatio”, pues coinciden en la raíz (-duco), diferenciándose en el prefijo (trasn – ex). Traductio viene a significar un mero conducir más allá, de un sitio a otro, sin la connotación de elevación que aparece en educatio y que también implica la promotio.

10. Pag. 1368- Reichert Benedictus Maria, O.P. Acta Capitulurom Gneralium, O.P. Roma, 1901.

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Reino de Granada, fundada el 13 de Junio de 1580 mediante Bula apostólica “Romanus Pontíficex” emitida por el Sumo Pontífice, Gregorio XIII; rey de España, Felipe II; Maestro General de la Orden de Predicadores, Fr. Pablo de Constabile; Provincial de la Provincia del Nuevo Reino de Granada, Fr. Pedro Mártir Palomino; definida como Universidad de Estudio 12 General, por la Bula fundacional de 1580 . El modelo pedagógico de la Orden de Santo Domingo en la actualidad sigue los preceptos tomistas y para una educación moderna, se contextualiza de acuerdo a la necesidad del tiempo y la región; es por ello, que se puede argumentar que el pensamiento y la aplicación del tomismo en la educación es vigente ya que el mismo Santo Tomás así lo plasmó en sus obras y de esta manera como se referencia, estos mismos currículos llegaron a las nuevas tierras descubiertas.

De la restauración del Convento de Santo Domingo a la apertura del Liceo Santo Domingo de Guzmán Luego del proceso de exclaustración en Tunja, que se inició cuando el General Mosquera expidió el Decreto de fecha 5 de noviembre de 1861, en cuyo artículo 1º dispuso que se cerraran y extinguirían los conventos en la Provincia de Tunja, las tropas de Mosquera expulsaron a los religiosos entre ellos a los Dominicos. Por lo anterior se planteó desde 1879 la necesidad de restaurar el Convento Santo Domingo de Tunja, pero la precariedad de recursos económicos y la escasez de religiosos suficientes para tal efecto, pues las reglas de la Orden exigían por lo menos ocho frailes en cada casa, hizo aplazar la iniciativa hasta 1883 para reanudar las labores en la formación de novicios. En 1888, el Capítulo Provincial aprueba la restauración del Convento, en 1904 se logra reabrir los estudios conventuales con las cátedras de filosofía, teología, moral y 72

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latinidad, los cuales funcionaron regularmente hasta 1918. De otra parte, en Julio de 1910, fue totalmente restaurada en sus fueros y en sus cánones la antigua provincia de San Antonio, la cual a partir de 1953 tomó el nombre de Provincia de San Luis Bertrán, en homenaje a este insigne dominico y se dejó de usar el sello ideado por Fray Alberto Pedrero. Es precisamente en el capitulo provincial de este año que se plantea la apertura del Liceo Santo Domingo.

Algunos hechos históricos y circunstancias externas que rodean la apertura del Liceo Santo Domingo de Guzmán Ligado a varios hechos importantes como lo mencionado anteriormente, la apertura de una institución educativa en Tunja dirigida por los Dominicos era apremiante, ya que la ciudadanía de la época conocía de las virtuosas labores evangélicas de los religiosos, la llegada de una propuesta en educación le caería bien a la ciudad, así lo describe el mismo padre Ariza en su obra. De manera que la restauración del Convento de Santo Domingo, implicó el retorno a Tunja de los Estudios Generales, pues el Provincial, con singular acierto, escogió este claustro secular para formar en él, en altos estudios de Teología, Filosofía y Artes a los religiosos de la Orden de la Provincia. Ligado a esto y a iniciativa del provincial, los arquitectos ingenieros “Robledo Hermanos” hicieron los planos para un edificio contiguo al convento, que lamentablemente se construyó con desacertadas modificaciones. En febrero de 1955 se inauguró el Liceo de Santo Domingo por el Fr. Pablo E. Murcia, prior del Convento de la misma ciudad, y quien fue desvelado Rector por largos años. Fue también destacado

12. PEI (Proyecto Educativo Institucional l) USTA 2004 pag 42. 13. ARIZA, Alberto E. Fray. Óp. Cit., p. 1527. Tomo II. Acta Capituli Prov. 1955


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Rector el R. P. Domingo de Guzmán Claro Carrascal. Se daba la posibilidad de captar nuevas vocaciones a través del contacto con los jóvenes en un colegio. Los Padres Dominicos contaban con las instalaciones para la puesta en marcha del colegio, que atendiera la población escolar de primaria y bachillerato, posibilitando así la atención de un sector que cada día acudía con más frecuencia a solicitar ese servicio a los padres en el templo de Santo Domingo. Siendo la educación una de las preocupaciones esenciales de la comunidad, abrir un Liceo parecía lo más apropiado en ese momento. Aunque los Salesianos y los Jesuitas contaban con sendos colegios que atendían la población masculina, la comunidad dominica contaba con la presencia más antigua en la ciudad. Frente a otros hechos históricos que acontecieron a mediados del siglo XX vale recordar, que en los años cincuenta sobrevivía la figura del internado como una alternativa para los estudiantes del campo que no contaban con establecimientos educativos cercanos. De acuerdo a testimonios de ex alumnos y docentes de la época que se registran en diferentes fuentes históricas, el Consejo Provincial de la Orden, autorizó su funcionamiento.

del Departamento, veintidós (22) promociones de bachilleres y suspendió labores en 1984. Frente a las circunstancias de la época, se suscitarían varios hechos en el mundo y en el país, es así que “Los padres de familia de poblaciones boyacenses, santandereanas y de los Llanos veían en los colegios de la ciudad de Tunja una alternativa para educar a sus hijos dentro de un ambiente de costumbres sanas”15. Tunja, como muchas ciudades colombianas, registraba a mitad del siglo XX un importante desarrollo, motivado, entre otras causas, por la migración de población campesina que huía de la violencia en los campos. El presidente de la república era el tunjano Gustavo Rojas Pinilla, quien por medio de un golpe militar se consolidó en el poder desde 1953. Para la ciudad contar con un Presidente inspiraba confianza para iniciar nuevos proyectos. El futuro parecía promisorio. La Siderurgica de Paz del Río trabajaba con éxito mostrando un desarrollo industrial sin precedentes en la región. Importantes obras de infraestructura como el complejo turístico de Paipa, la carretera a Villa de Leiva, La avenida Oriental

En Octubre de 1962 se aprobaron oficialmente los estudios del Liceo Santo Domingo de Guzmán y en el mismo año bajo la dirección del Padre Carlos Alarcón como Prior del Convento y los Padres Pablo Enrique Murcia, Rector, y Luis M. Prado, Vicerrector, el Liceo graduó sus primeros bachilleres. El Liceo Santo Domingo de Guzmán funcionó por más de tres décadas, aportó al patrimonio cultural

14. FIGURA 2. Fotografía tomada de :Boletín Informativo del Archivo de la Provincia de San Luis Beltrán de Colombia. 15. Testimonio de Miguel Ulloa, estudiante internado del colegio Salesiano de Tunja en los años 1933-1938.Tomado de Huella Salesiana, ed Guadalupe Bogotá 2002.

de Tunja, los edificios Municipal y los Juzgados de Tunj, dieron al Departamento un importante impulso que cambiaba el panorama de ciudad colonial conservado hasta los años cuarenta.

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Sin lugar a dudas esta época de mitad de siglo significó para la Educación, no sólo en Tunja sino en todo el país, transformaciones importantes que indudablemente proyectaron las instituciones que en ese momento se gestarían. Tengamos presente que paralelo a la fundación del Liceo Santo domingo de Tunja, Boyacá contaba con presidente Tunjano, como se menciona anteriormente, y sumado a este hecho privilegiado para los boyacenses el mismo General Rojas nombra de manera acertada al Dr. Gabriel Betancour Mejia como ministro de Educación; así lo manifiesta el historiador Dr. Javier Ocampo López: Uno de los educadores más representativos de nuevas orientaciones educativas, fue el Dr. Gabriel Betancour Mejia (1918-2002), quien en su vida profesional, educativa, política y diplomática en la segunda mitad del siglo XX, fue Ministro de Educación en los gobiernos de los presidentes Gustavo Rojas Pinilla y Carlos Lleras Restrepo; Director-Fundador de ICETEX; de los institutos de Enseñanza Media Diversificada (INEMS), de los Institutos Técnicos Agrícolas (ITAS), La Escuela Superior de Administración Publica (ESAP); del Departamento Administrativo del Servicio Civil, y además, de las instituciones educativas y culturales: Colciencias, Colcultura, Col- deportes, Icolpe, Instituto de Construcciones Escolares; Fondos Educativos Regionales, Instituto Superior de Educación Rural de Pamplona, propuesta para la creación de Banco Educativo Colombiano, Oficina de Planeación Integral de la Educación del MEN, Plan Quinquenal de Educación y otros, cuyas orientaciones han sido de gran trascendencia para los cambios en las estructuras y organización de la Educación colombiana, la Investigación científica y la cultura Nacional. Sus ideas sobre Educación las plasmó en el primer plan Quinquenal de Educación que presentó a la Nación en el año 1956, en su condición de 16 Ministro de Educación .

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El panorama anterior exigirá, sin duda alguna, que el Liceo Santo Domingo, entregue a la población tunjana una propuesta moderna para el momento, ya que la amplia experiencia de la Orden de Predicadores en el campo de la educación es garantía y respaldo para la confianza que depositaran las familias de los jóvenes que se educaran en los colegios dirigidos por los Dominicos. Sin embargo, el periodo en que se desarrolla la historia del Liceo Santo Domingo de Guzmán (1954 – 1984) está lleno de cambios significativos tanto en lo local como en el contexto nacional y mundial. Como se mencionó anteriormente, el gobierno de Rojas Pinilla trajo un importante impulso en la región: la comunicación con Bogotá y con las principales ciudades del Departamento mejoraron con la ampliación de la carretera Bogotá –Sogamoso. El complejo turístico de Paipa, la carretera a Villa de Leyva, la llegada de la televisión, la fundación de la Emisora la Independencia, la creación de la Universidad Pedagógica de Tunja, la construcción de edificios públicos nuevos y barrios como el Maldonado, en el nivel local. La crisis de los años sesenta, La carrera espacial, el nuevo orden internacional, entre otras, cambiaron significativamente la vida de las personas y su visión del mundo. Más que los problemas locativos, la Comunidad Educativa se enfrentaba a los cambios mencionados. La mentalidad de las generaciones de los años sesenta y setenta distaba mucho de la de los jóvenes con los que se había fundado el Colegio. Para los docentes y directivas era difícil asimilar un cambio de mentalidad tan marcado. Sin duda, la televisión influyó poderosamente para vender los modelos de los jóvenes de otros países que se identificaron con la inconformidad. Esta

16. Articulo: Gabriel Betancour Mejia el gran reformador de la educacion colombiana en el siglo xx. Javier Ocampo López. Revista Historia de la educación Colombiana Iissn01237756-Numero 5-2002 Pág. 66.


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percepción se puede respaldar con los testimonios de estudiantes de las diferentes épocas del colegio como es el caso del Comunicador Social Juan Medina Roa, ex alumno de los años 1975 a 1978, quien relata: “Inicié mis estudios en el colegio Santo Domingo en el año 1975. Ingresé a 5º de primaria bajo la dirección del Profesor Alba. La primaria estaba separada del bachillerato, especialmente por los horarios, no coincidíamos en los recreos y los salones estaban agrupados en un sector del colegio. Pese a que el curso de 5º elemental era muy numerosos (60 estudiantes) el orden y la administración del grupo era muy efectiva. En el sector nor-occidental del edificio se encontraban unas escaleras muy mal construidas por las que ascendíamos al salón en un ala cercana al Convento. Al comenzar esas escaleras había una puerta tras la que ladraban dos perros que nos causaban mucho miedo. Alguna vez uno de estos perros logró pasar al patio y mordió a un joven de bachillerato de apellido Gómez. El Padre Rodrigo Arias era el Rector, se estrenaba ese año y había reemplazado al famoso Padre Claro quien había dejado fama en la ciudad por su gran disciplina y pulcritud para manejar el Liceo. En las mañanas todos los estudiantes formábamos en el patio mirando hacía el costado oriental. Desde el segundo piso el rector o el coordinador o alguno de los profesores dirigían los “buenos días” con oración y los llamados de atención pertinentes. La puerta se cerraba a la hora fijada y los estudiantes retardados eran sancionados”17.

La Orden Dominicana hoy El trabajo misional desde la evangelización y la educación, ha sido constante en la Orden de Predicadores, y se evidencia con la presencia de la Santo Tomás en Tunja, se dilucida un nuevo panorama con el retorno de los Estudios

Generales, ya que la ausencia y el vacío académico dejado por los frailes Dominicos luego de clausurar el Liceo Santo Domingo fue notorio. Incuestionablemente, la apertura de la Seccional en la ciudad capitalina proyectará una visión esperanzadora para Tunja. Así lo percibe la sociedad boyacense, durante sus casi 14 años de presencia, la Universidad Santo Tomás ha tomado partido en el desarrollo y crecimiento de la sociedad, ha procurado formar un gran número de profesionales en su Alma Mater, con capacidades integrales, caracterizada así por la formación humanística cristiana, centrada en la persona humana, pero que a pesar de su identidad católica, no ha sido excluyente; por el contrario, se ha mostrado siempre abierta al dialogo. Sin lugar a dudas, los profesionales hoy dan cuenta de esto a la sociedad, pues se caracterizan por su dinamismo, su entrega y responsabilidad en la construcción de la historia y de un mejor país, en el que en momentos palpita la desesperanza, pero que desde su proyecto de vida personal, imprimen el sentido de las nuevas ideas, de la nueva generación, que aun con dificultades emprenden con el sello Tomista y Dominicano los retos del presente que hablarán de la USTA en el futuro. Frente a las nuevas necesidades de la época globalizada, la USTA entrega sin lugar a dudas una propuesta pertinente para el momento. Sus ocho Facultades, apoyadas desde sus diferentes unidades administrativas y académicas, generan seguridad y confianza a las familias de los jóvenes que forman parte de esta insigne Casa de Estudios. Es en ella donde se revive en Tunja lo que en el medioevo se denominara, Studium Generale. Así lo relata el historiador boyacense Rivadeneira Vargas.

17. Testimonio de Juan Medina Roa realizada el día 2 de mayo de 2009. Exalumno del Liceo Santo Domingo años 19751978. Actualmente docente de la USTA en el Departamento de Humanidades Tunja.

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Es evidente que en el año de gracia de 1994, cuando el Capítulo de la Orden de Santo Domingo dispuso la apertura en Tunja de la Seccional de la Universidad de Santo Tomás, propició un segundo retorno a la ciudad de los ESTUDIOS GENERALES en moderna y académica versión, con las carreras de Derecho y Arquitectura, en una primera etapa y de Ingeniería Civil e Ingeniería Electrónica, posteriormente. Y hemos dicho segundo retorno, por cuanto aquellos ESTUDIOS GENERALES, abruptamente suspendidos en 1863 por la exclaustración, fueron reestablecidos por vez primera en 1904 bajo la forma de Estudios Conventuales con énfasis en Filosofía, Teología, Moral y Latinidad, suspendidos transitoriamente en 1918 y reanudados una década después, para desaparecer luego en 1936, se revive bajo distinta modalidad pero con el mismo espíritu, en las modernas aulas de la Universidad Santo Tomás. Conviene recordar que el concepto de “STUDIUM GENERALE” data de la Edad Media y se opone por principio al “STUDIUM

17. Testimonio de Juan Medina Roa realizada el día 2 de mayo de 2009. Exalumno del Liceo Santo Domingo años 19751978. Actualmente docente de la USTA en el Departamento de Humanidades Tunja.

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PARTICULARE”, puesto que en el primer caso se trataba de una especie de “collegium” o corporación conformada por gentes provenientes de distintas naciones, o ciudades, que se agrupaban para el trabajo intelectual y en particular para el ejercicio de las letras. El agremiarse en torno a la institución o “Studium” les confería el derecho de enseñar en toda parte. De manera que en el orden del tiempo la expresión “Studium Generale” antecedió a la palabra “UNIVERSITAS”, propia ya del léxico jurídico y usada modernamente para designar al grupo intelectual dedicado al estudio y divulgación del saber universal18. Así como en los años sesenta se presentaron fuertes cambios sociales que marcaron a una generación polémica y diferente, que chocó con las generaciones anteriores, hoy el reto parece mayor. En una sociedad mediática, con nuevas tecnologías que exigen la permanente actualización en la estructura educativa, la formación tomista constituye una interesante alternativa, pues su esencia humanística mantiene vigentes los principios católicos en el marco de la ciencia y el rigor académico.


Germán Rolando Vargas Rodríguez

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REPRESENTACIONES SOCIALES DE GÉNERO EN DOCENTES EN 1 FORMACIÓN

Ruby Lisbeth Espejo Lozano* Recibido: 10 de mayo de 2009

Aprobado: 19 de junio de 2009

Resumen: La presentación de este artículo pretende aportar una Visualización de la manera como se constituyen las Representaciones Sociales de Identidad de Género, partiendo de interpretaciones de los discursos proporcionados por docentes en formación. Acá se resaltan las implicaciones de los agentes de socialización, los escenarios de interacción y las prácticas sociales en la constitución de las representaciones. La intención es suscitar reflexión desde el sentido que cobra la enseñanza y formación frente a las prácticas pedagógicas, donde es posible recrear mundos que optimicen la equidad de género como meta.

Abstract: The aim of this article is to give a visualization about how to constitute the social representations of identify of genre, base don, the interpretation of the discourses given by trainer teachers; here, the implications of the agents of socialization, the settings of interaction and the social practices are prioritized in the constitution of the representations. The intention of this paper is to reflect, about the teaching and the training to be in charge of the pedagogical practices, in order to recreate worlds that permit, the equality of genre like goal.

Palabras clave: Representaciones sociales, identidad, género, agentes, escenarios, prácticas, enseñanza.

Key words: Social performances, identity, gender, agents, scenarios, practices, teaching.

1. Este trabajo es producto de un proyecto de investigacin ó culminado, denominado Representaciones sociales sobre identidad de género, en docentes en formación como Licenciados en Educación Básica. Grupo SIEK.

*Magister en Desarrollo Educativo y Social de la Universidad Pedagógica Nacional; Docente ocasional de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia – Tunja. Contacto: rubyespejo@yahoo.com

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Introducción En este artículo se muestran algunos resultados de la investigación de tipo hermenéutico interpretativo sobre Representaciones Sociales de Identidad de Género, adelantada con estudiantes de la Licenciatura en Educación Básica, en la Facultad de Estudios a Distancia de La Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia (UPTC), durante el año 2007 y mediados del 2008. El propósito es visualizar Representaciones Sociales sobre Identidad de Género, producto de la interpretación de la técnica de grupos focales. La estructura del documento inicia con el análisis de los discursos suministrados por los y las docentes en formación, desde lo que constituyen los agentes de socialización, escenarios de interacción y prácticas sociales, para evidenciar la forma como se construyen y dinamizan las representaciones objeto de este trabajo. Enseguida se plantea una incógnita sobre el sentido que cobra la enseñanza y la formación. Se finaliza esbozando conclusiones de tipo pedagógico, buscando sensibilizar a la comunidad educativa para que a través de reflexiones y espacios de discusión encuentren nuevas posibilidades y prácticas implicadas con la equidad de género.

Agentes de Socialización Hablar de “Agentes de socialización” y traer a la luz la importancia de éstos en la elaboración de las Representaciones Sociales de Identidad de Género de los y las docentes en formación, es prioritario. Para ello, se parte de los planteamientos de Berger y Luckman (1983) sobre dos formas de socialización que priman 80

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en el ser humano: la “Socialización Primaria” y la “Socialización Secundaria”. En la primera, los autores se refieren a esa socialización que se lleva a cabo en el entorno familiar, donde su carácter impositivo prima, como también su fuerte componente emotivo. En la segunda, las mediaciones afectivas se debilitan y cobran valor las interacciones humanas mediadas por los intereses institucionales y las prácticas que allí se desarrollan. Al respecto, se encontraron contenidos significativos proporcionados por los y las docentes, en los siguientes términos: cuando se les menciona que las niññas, al quedarse en casa, les evitaban caídas u otras cosas que pudiesen sucederles y causarles daño, responden que esto se debía a que: “Eso era cuestión de nuestros padres”. Mientras a los niños, señalan ellas, “les dejaban divertirse al frente”. Por otro lado expresan, que por lo general, “en casa los integrantes de la familia eran: dos hombres y dos mujeres”, “entonces a las niñas nos ponían a hacer el oficio y los niños no hacían ningún tipo de aseo”: Esto al final terminó convirtiéndose en un hábito, pues llegaron inclusive ellas mismas, a establecer unas tareas que se iban rotando con el tiempo: “una lavaba la loza y la otra organizaba el aseo de la casa”. La rutinización de ciertas actividades, de acuerdo con el sexo, es evidente, tal como lo expresa uno de los docentes: “Me la pasaba con mi papá”, quien, como el mismo participante lo deja entrever, iba inculcándole lo que como hombre debía hacer. En el ejercicio de discusión, éste expresa: “Por lo general no permanecía con mis hermanas, pues ellas casi siempre estaban en casa, mientras que esas actividades propias de los hombres eran fuera de la casa”; y esto, afirma, “va quedándose porque después cuando uno comparte con los amigos” hay “quienes dicen acá los hombres y por allá las mujeres”, lo cual llega a sonar tan familiar que se convierte en una rutina, una rutina que afianza un sentido en la Representación que se sustenta en la diferencia de sexos y que denota el predominio de lo masculino sobre lo femenino.


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Estas expresiones cobran valor desde la perspectiva de Araya (2005), quien sostiene que los grupos van dando determinadas atribuciones no tanto por lo que creen o comunican, sino porque utilizan y reproducen esa información que circula y que es proporcionada en estos casos por la familia y luego acentuada por los amigos. Esto corrobora lo afirmado por Moscovicci (Citado por Araya, 2002) cuando se refiere a estos comportamientos como conjuntos dinámicos que van adquiriendo características que se producen en los individuos -los y las docentesdesde el medio en el que se encuentran, constituyendo a su vez acciones que van modificando a ambos; pero no como reproducción, sino más bien como algo cotidiano y sin reacción a ese estimulo exterior. La forma como se relatan los contenidos que circulan sobre las Representaciones Sociales de Identidad de Género, en los y las docentes, resalta la importancia de los planteamientos de Berger y Luckman (1983), quienes consideran la construcción de la sociedad y la configuración de la identidad social como un proceso continuo y dialéctico compuesto de tres momentos: El primero, la “externalización”, donde los individuos en los procesos de interacción van construyendo un orden social que luego van constituyendo como conocimiento social. El segundo, la “objetivación”, en donde se ve un orden social construido a través de procesos de habituación e institucionalización, que responden a una necesidad de legitimación para el ejercicio del control. Éste se va objetivando, ocultando inclusive su génesis humana, y por su acentuación cobra sentido a través de representaciones simbólicas, haciéndose inclusive extraño a las nuevas generaciones. El tercero, la “internalización”, que es la facultad mediante la cual el mundo social objetivado vuelve a proyectarse en la conciencia de los individuos durante la socialización Según lo expuesto por los autores mencionados, se encontró en los discursos de los y las docentes contenidos de las Representaciones muy significativos que

pueden presentarse como evidencia de sus procesos de “externalización”, “objetivación” e “internalización”, como lo relata el docente: “Recuerdo una anécdota del carro con papá. Él decía: páseme una llave 916' y en lugar de pasarle la llave 916, yo le pasé un martillo. La respuesta era entonces el martillo por los pies. Ahí aprendí a diferenciar las cosas y ahí aprendí a conocer más las herramientas que él manejaba”. Esta situación descrita por el participante evidencia la forma como la “externalización” cobra significado en las personas, dándose en ese proceso de interacción un elemento que le permite ir construyendo ese orden social que luego se constituye en conocimiento social. El segundo momento se configura de esta forma: “Ahorita con mi hijo también soy así. Él tiene 4 años y le voy enseñando: “esto se llama destornillador, esto llave, esto alicate, tráigamelo”, así él va aprendiendo”. En esta afirmación está presente la “objetivación” que se da con el paso de la “externalización” al orden social construido por su experiencia de hijo. Este proceso se refleja en su devenir, donde la habituación e institucionalización, por la necesidad de un ejercicio de control -de lo que ahora constituye la autoridad sobre su hijo-, se objetiva a partir de la experiencia que tuvo este docente con su padre. A su vez, esta experiencia pasa a constituir la “internalización” que se expresa cuando el docente dice: “mi hijo aprende de manera similar a como mi padre también me enseñó”. Esta expresión sin lugar a duda, pone de manifiesto la forma como el mundo social objetivado vuelve a proyectarse en este hijo del docente durante la socialización que entre padre e hijo se vuelve a dar. No en las mismas condiciones, pero constituyendo un proceso de influencia de los agentes primarios y secundarios, se presentan ejemplos de “externalización, objetivación e internalización”, en términos manifestados por una docente en formación: “Desde mi experiencia personal tuve una época de mi vida en mi casa sólo hacía el aseo”; “recuerdo que se planchaba, cocinaba, en sí todos esos oficios de la casa”. Estas expresiones dejan ver un momento de la “externalización” a través de la Revista Queastiones Disputatae - Temas en Debate - Nº 4, 2009

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experiencia con los agentes primarios, la familia, donde se construye un orden social. Si bien, como lo manifiesta la docente, “Al entrar a la universidad esos oficios no eran tan importantes…mi atención estaba en el estudio”; sin embargo, surge otro momento de su vida que trastoca la primera experiencia: “Cuando conocí el amor, me enamoré y tuve mi hija…así empecé una relación con un hombre”. En esa relación estaba presente su suegra; de quien dice: “Ella planchaba perfecto, cocinaba platillos exquisitos, entonces él… cocina super, él plancha, lava, hace de todo y yo era un poco, pues mucha gente dice: floja”; “como en mi casa lo único que hacía era arreglar la casa y lavar mi ropa”. En este discurso se evidencia la “objetivación” cuando se acentúa a partir de una necesidad y control de legitimidad sentimental por parte de la docente, porque retoma esa enseñanza no tan marcada por sus padres, pero que como lo expresa ella de manera negativa: “Vino un choque, donde volver a retomar esos roles”. Aquí su familia no era quien le estaba enseñando, sino que, según ella, “el amor” hace que recuerde lo aprendido en casa, pero no sólo esto sino la necesidad de perfeccionarlo. Siguiendo el rastreo de su discurso, “ve en su suegra” un agente de socialización secundario que inclusive debe llegar a superar para garantizar el amor de su compañero. Así como lo confirma la docente: “llegó a la conclusión que cada familia tiene su forma de hacer el arroz, su forma de cocinar las papas, entonces 'yo' tuve que iniciar ese proceso de aprender de mi suegra a hacer todos esos menesteres y perfeccionar muchas cosas”; continúa: “me costó muchísimo retomar eso”, refiriéndose a roles que había dejado de lado cuando estaba estudiando. De igual forma, vemos el proceso de “internalización” y “objetivación” cuando esta docente dice: “Ya después tenía a cargo mi hija, mi esposo”, porque según ella, “tenía que velar por muchas cosas y aunque un poco impactante” “por tener que retomar las cosas”, “hoy día después ...de varios años desde que 82

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me casé y todo”, “las cosas han mejorado”, “pues aunque ... se tiene una época de soltería de pronto de chévere así donde uno quiere como imponerse y ”no” llega su momento como de cambiar el rol, de hacer otras cosas, pero “no” porque toca retomar y hacer las cosas con amor”. Estas declaraciones muestran el proceso de “internalización” en la experiencia manifiesta por la estudiante, porque vuelve a objetivar socialmente un rol, que aunque no es tan grato, parece necesario en sus relaciones sociales; inclusive, sigue proyectándolas en la conciencia durante la socialización que hoy en día mantiene en su entorno. Estos ejemplos permiten apreciar las maneras como se materializa y da forma a las Representaciones Sociales de Identidad de Género. Además, muestran los agentes sociales que las dinamizan y las hacen posibles; aunque en circunstancias distintas, se aprecia su significación. En este punto cabe mencionar la importancia que asume la construcción de Representaciones Sociales en procesos inferenciales presentes en la construcción de realidad de los participantes. Ahora bien, es válido insistir que toda realidad es relativa al sistema de lectura presente en los sujetos inmersos en el proceso, lo que confirma la connotación hecha por Moscovicci cuando sostiene que “lo que cuenta no son los substratos sino las interacciones”. De allí la observación enteramente exacta acerca de que lo que permite calificar de “sociales” a las “representaciones” no es necesariamente “los soportes individuales o grupales” sino “el hecho de que estas Representaciones sean elaboradas en el proceso de intercambios y de interacciones” (Moscovicci, citado por Araya, 2002: 8-9).

Escenarios de interacción Los Escenarios de interacción son cruciales para observar la magnitud y el significado que tienen las Representaciones Sociales de Identidad de Género en los distintos procesos de materialización de las mismas. Esta


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materialización se da en diversas y complejas experiencias que permiten identificar elementos-clave para descifrar los contenidos y sentidos que contienen dichas representaciones. Una de las experiencias nos permite ver la forma como interactúan los distintos elementos comprometidos en los Escenarios de interacción; la expresa un docente en los siguientes términos: “Llega un tiempo en el que uno quiere pasar más tiempo con los amigos, aunque no tenía muchos, pero sí tenía uno que fue el de mi infancia, en esa edad entre 8 y 10 años, en ese tiempo pues ya estaba en la escuela donde compartíamos”. En este mismo sentido, otro compañero relata: “En la escuela o en el barrio, con mis amigos, se sentía presión para jugar aparte niños y niñas, determinados juegos; sobre todo cuando salíamos a jugar con los amigos de la calle, el barrio, la cuadra, porque uno respondía como si alguien lo estuviera juzgando”. Estos relatos permiten hacer una interpretación desde la teoría de Goffman, quien dice: ”La sociedad está organizada sobre la base de que cualquier individuo con ciertos rasgos sociales, tiene un derecho moral a esperar que los demás lo valoren y traten de un modo adecuado. Conectado a este principio está un segundo principio: en el cual un individuo que implícita o explícitamente da a entender que tiene ciertos rasgos sociales debe ser de hecho lo que pretende ser” (Goffman, 1959: 1-14). Como se advierte, las Representaciones de Identidad de Género se dinamizan gracias a las interacciones dentro de los procesos de materialización que los y las docentes exponen desde su propia experiencia, y en ellas se evidencian tendencias basadas en la diferencia de género, en este caso sobre el predominio de lo masculino. Analizando los relatos de los y las docentes y lo que para ellos y ellas constituye la formación en Representaciones Sociales de Identidad de Género, resulta revelador el modo como se dan las interacciones y sus incidencias en los sujetos implicados, como lo ilustra lo relatado por uno de los participantes: “Soy el único hijo

hombre. Mi papá me llevaba y mi mamá permanecía con mis hermanas que son dos. Me la pasaba con mi papá y en los trabajos que él hacia. Él me decía: “estos son los trabajos de los hombres y los hombres tenemos que hacer estos trabajos”. Y pues a veces me llevaba a fútbol, al estadio, y a ver juegos que realizamos los hombres. Y él me decía: “esto es lo que usted tiene que jugar o lo que tiene que aprender a jugar”. Más o menos como inconscientemente me iba diciendo: este es el camino, porque yo me la pasaba con él y nos la pasábamos jugando muchas cosas que él me enseñaba. Y a medida que uno va creciendo y en el caso mío también los amigos mayores eran los que decían: Los hombres acá las mujeres allá, las mujeres no deben jugar fútbol y pues uno hacía caso. Incluso es tan común que hoy en día lo asuma como tal y me parece normal”. Sin duda, esta experiencia encaja en lo que Goffman (1959) dice respecto a la forma como la interacción (es decir el <cara-a-cara>) puede ser definida como una influencia recíproca de los individuos sobre las mutuas acciones. Esta influencia es mayor cuando el sujeto permanece en una mutua e inmediata presencia física. Por ello, como complementa el autor, una actuación se da en un proceso donde la actividad de un participante sirve para influir de algún modo sobre cualquiera de los demás participantes. El discurso expresado por el docente y su relación teórica se complementan con lo que sostiene Moscovicci (1992), cuando plantea esa estrecha asociación entre las Representaciones y las comunicaciones, en el sentido que las Representaciones son confeccionadas en el curso en que se entablan las comunicaciones, como bien lo evidencia el ejemplo señalado. Es indispensable aclarar que las Representaciones no se deben concebir como producto hecho para luego divulgarlo, sino la manera como las Representaciones adquieren forma y valor siempre que estén circulando. De acuerdo con estos planteamientos teóricos se puede resaltar cómo estas Representaciones siguen dependiendo de una dinámica social, donde se supone se da comunicación y vínculo social, ya sea real o simbóliRevista Queastiones Disputatae - Temas en Debate - Nº 4, 2009

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co. En este contexto, es bueno advertir, que pueden incluso existir Representaciones dominantes impuestas de forma involuntaria o inconsciente al sujeto. Según esto sería pertinente preguntarnos: ¿Circula todavía dentro de los docentes este t i p o d e Representaciones de Identidad de Género? Y, si es así, ¿Cómo lo está asumiendo el docente en formación? ¿Reflexiona o no frente a esto? Para seguir este análisis es p r e c i s o evidenciar afirmaciones de los docentes que tienen relación con la forma como actúan o participan en la interacción. Por ejemplo: “El lugar donde anduve mi infancia, los amigos de la cuadra, de la calle, prácticamente la mayoría eran 'niños' y 'las niñas' hacían casi siempre sus actividades dentro de las casas”. “Los niños” eran más de estar en la calle, de salir a jugar todos los juegos de coger... teníamos más libertad, digamos de poder salir y entrar cuando se quería mientras que 'las niñas', por lo general, estaban más en sus casas”. Esto tiene directa relación con las explicaciones de Goffman (1959), cuando hace ver en las interacciones u n as actu acio n es que b ien p ueden considerarse como audiencias, como observadores o como cooparticipantes. En este sentido, como se ve con claridad en el discurso del docente, la pauta de interacción es preestablecida por la misma sociedad, la que a su vez se despliega durante una actuación, la 84

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cual puede ser de nuevo presentada o desplegada en otra u otras ocasiones para llegar a llamarse “parte” o “rutina”. Estos últimos son términos situacionales fáciles de relacionar con términos convencionales estructurales. Siguiendo a Goffman, y gracias al significado que cobra el ejemplo, un individuo o actor (performer) realiza la misma parte o papel ante la misma audiencia en distintas ocasiones; con esto, es probable que surja una relación social, llegando en un momento dado a asumirse como rol social. Así, esto genera una realización de derechos y deberes ligados a un status, propiciado, como vemos en el ejemplo, por los actores (audientes, observadores o cooparticipantes). Lo anterior muestra ese vínculo que posibilita la materialización de las Representaciones Sociales de Identidad de Género, desde el momento en que éstas son construidas en situaciones de práctica social -el ejemplo lo muestra-, como cuando vemos a ese docente en formación como actor social inscrito en una posición y lugar social. En este momento se va dando la Representación y ésta depende de esas normas, ideologías y prácticas institucionales asociadas a la posición y status en el que se encuentra inmerso, según lo expresa Plon (1975) y Guilly (1980). La pregunta frente a esto sería: ¿Asumen los y las docentes en formación los roles ya determinados como si fuesen normas, sin detenerse a reflexionar, intuir y negociar frente a los mismos? De otra parte, si seguimos interpretando el ejemplo y buscamos el significado que adquiere en lo que se refiere a las Representaciones Sociales, podemos, con base en Doise (1984), mostrar la forma como las Representaciones son el resultado o parte del bagaje cultural de una sociedad, siempre que en el mismo proceso se privilegie el contenido de ese conocimiento social. En este punto, el autor deja ver cómo el lenguaje, considerado como un producto cultural, se constituye en un momento dado en aspecto central, cuando el individuo determina la Representación que prefiere. Esto, sin olvidar la forma como esos


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contenidos de socialización adquieren memoria colectiva cuando llegan a pensarse, interpretarse y materializarse en procesos de objetivación, presentes en la realidad expuesta por el individuo –como en el caso del docente en formación cuando va eligiendo dónde juega y con quién juega-. En este análisis, considerar evidencias como las que brindan los ejemplos permite visualizar en el fenómeno estudiado que lo verdadero en una intervención social no es tanto la comprensión de la realidad objetiva de una situación, sino conocer y comprender tanto la manera como los grupos se apropian de esa realidad, así como también observar cómo las prácticas sociales gestan y mantienen determinadas versiones de las mismas. Otro ejemplo expresado a través de los discursos de los docentes que están relacionados con los Escenarios de interacción, entendidos como espacios donde se desarrolla la trama de la vida, se describe así: “cuando niño me parecía raro jugar <stop>, pues para mí era un juego de niñas, no era que no me gustara pero sentía vergüenza al hacerlo. Existía un temor a ser juzgado”; y enfatiza; “no lo practicaba no porque no me gustara, sino por el temor que esto producía frente a los compañeros y el juzgamiento de quienes pudieran a uno verlo”. Frente a lo anterior otro estudiante afirma: “cuando estaba solo con mis compañeras jugaba <stop>, pero cuando me rodeaba de mis amigos qué vergüenza llegar a jugar eso” (Discurso estudiante en formación de segundo semestre, Cread Bogotá, noviembre 2007). La interpretación de esta experiencia, desde la perspectiva teórica de Goffman (1959), nos remite a “escenarios y bastidores”, términos que se entienden como “los escenarios” donde se representa el teatro de la vida cotidiana, que son lugares reales, físicos. En este sentido, la realidad se compone de estratos: El mundo material es el estrato básico. En él, los individuos se ubican en cuanto cuerpos físicos reales y realizan rituales que generan un segundo nivel de realidad: las instituciones

sociales construidas socialmente. “El escenario”, es el lugar donde tiene lugar la Representación, encontrando que los diversos accesorios buscan causar una cierta impresión y facilitar un cierto tipo de Representación, mientras que los “bastidores” son lugares no visibles desde el “escenario”. este es el lugar donde se guardan los instrumentos materiales para preparar el “escenario”, para limpiarlo después de la Representación y donde se esconde la basura (además de la basura física, hay una basura social que también se oculta entre bastidores). Los “bastidores”, a su vez, son también el lugar donde los actores se reúnen antes y después de la Representación, tanto para ensayar y planificar (antes) como para comentar y relajarse (después). A veces hay lugares específicos que sirven como escenarios (salones, salas de reunión, salas de exhibición comercial...) o como bastidores (cocinas, cuartos de baño, almacenes...). Sin embargo, el mismo lugar puede servir como “escenario” o como “bastidores” en distintos momentos (el cuarto de baño es especialmente limpiado para los invitados, la sala de reunión es barrida después de la reunión). Asimismo, lo anterior se incluye en lo que a partir de las teorías Goffman, se denomina “La fachada social”, entendiéndose como el contexto en el que se desempeña un rol, y donde aquello que llama “fachada personal”, es, esa apariencia del actor y su modo idiosincrásico de desempeñar el rol. Esto se puede confirmar con lo expresado por una de las docentes en formación: “no es que quiera decir que sea yo la sufrida, porque por ejemplo mi esposo, él si va y juega tejo; mientras a mi me toca en casa: lave, planche, cocine. ¡No, no, no! Cuando salimos a paseo él muy tranquilo se la pasa hablando; sale, mira, pero siempre le toca a uno atenderle, y si sale me toca esperarlo, pues haga, aquí y allá cosas”. Otra docente señala: “En mi caso particular me gusta que todo esté en orden, y mi esposo es un poquito desordenado; un poquito no, mucho, pues aunque soy perezosa sé que tengo que lavar la loza, porque el desorden se ve más; y cuando le digo a él voy a lavar, aunque sabe que no me gusta, dice siéntese aquí y ahorita más Revista Queastiones Disputatae - Temas en Debate - Nº 4, 2009

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tarde la lava. Es cuando uno sabe que es uno quien tiene que hacerlo, no digo que mi esposo no colabora, “sí colabora”, pero el cargo de la casa casi siempre es a la mujer a quien le toca”. La estudiante termina su relato, diciendo: “Yo creo que cuando era adolescente, hubiera sabido que teníamos más carga, no me había casado; pero sí, cambia bruscamente la relación”. Ejemplos como los expuestos por las docentes en formación encajan, sin lugar a dudas, con explicaciones hechas por Goffman, desde su enfoque dramatúrgico cuando dice que la acción humana es una constante representación escénica por parte del actor individual. El actor desempeña un papel en presencia de una audiencia. El actor es un actuante (performer): presenta una actuación a una audiencia, la cual reacciona con aprobación o desaprobación. Aquí Goffman nos proporciona en “La presentación del yo...” una descripción fenomenológica de distintos aspectos de una actuación. Además resalta la presentación del sí mismo del actor en la sociedad, siendo este problema crucial en el que se centra el interés sociológico. Pues el problema aquí, es el de la interrelación entre la autorrealización, por una parte, y el cumplimiento de las prescripciones de los roles sociales, por otra. De esto se pueden desprender interpretaciones que Goffman (1959) hace ver, las cuales a partir del discurso de los y las docentes se hacen aún mas evidentes, cuando vemos cómo sus roles sociales tienen ciertamente una fachada que el individuo encuentra ya hecha, pero también es algo que se representa- en este caso de Identidad de Género. Sin embargo, su base aunque expresiva puede ser susceptible de negociación en el transcurso de las interacciones a las que hay lugar. Es, en fin, un espacio en el que se ejercita una competencia, un medio para el individuo de afirmar sus cualidades de persona social, “no” la evidencia de su naturaleza humana - repetir lo que por años se ha venido haciendo -… La distancia del rol que nos presenta el autor, no equivale al anonimato o a la despersonalización, sino más bien a un 86

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elemento vital inserto en el juego de las Representaciones, de las definiciones de la situación, en la competencia misma del sujeto como actor social. En sí la imagen del individuo que el autor nos presenta es la de "un prestidigitador, de alguien que sabe adaptarse y conciliar, que cumple una función mientras aparentemente está ocupado en otra. Entonces es cuando cabe la pregunta: ¿En algún momento los y las docentes han llegado a reflexionar sobre su anonimato en el cumplimiento de roles, y frente a esto se han detenido siquiera a pensar en la posibilidad negociada de cambio en estos mismos roles? Por tanto, a manera de recomendación, se llama la atención en la tarea de constatar la forma como las Representaciones Sociales tienen la necesidad de ser vistas en sus procesos tanto implícitos como explícitos, sobre todo a la luz de “La socialización, como un aprendizaje social dinámico”, que sin duda alguna, implica una constante interacción y búsqueda de equilibrio entre las necesidades personales y las demandas del ambiente. Esta interacción social es la que se constituye en un proceso de vital importancia para la formación de la Identidad de Género, y que se conceptualiza como lo dice Navas (1990), en aquello que se materializa, que es aprendido, reforzado y sancionado dentro de la sociedad, implicando con esto el aprendizaje de normas que informan a las personas de lo obligado, lo permitido y lo prohibido.

Prácticas sociales La visualizacin ó anterior sobre “Agentes de socialización” y “Espacios de interacción” hace esclarecer y configurar el sentido que tienen las “prácticas sociales” de las y los participantes. A partir de esto se puede interpretar la actividad del sujeto desde concepciones como las expresadas por Pecheux (1975), quien afirma que al contar con un sujeto activo se tiene la posibilidad de interpretarlo a través de un disfraz ideológico, debido a que éste oculta el papel determinante de las relaciones de producción. En estas


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relaciones, de las que cada sujeto resulta totalmente dependiente, las Representaciones responden a algo engendrado por las “prácticas sociales”, siendo entonces las Representaciones el reflejo del modo de producción en que están insertos los individuos. Este marco teórico complejo se comprende mejor a través de los ejemplos vistos en las prácticas de los y las docentes, que precisamente hacen parte de esa producción que en algún momento comenzó a tomar vida, como lo dejan ver los ejemplos antes citados. Esto permite apreciar, desde lo dicho por Beavois y Joule (1989), la forma como las Representaciones se van generando mediante un proceso de racionalización, que de algún modo no se refiere a un saber, sino que resulta de aquello a lo cual debe responder. Esto debido a que dentro de la interacción social que mantiene el individuo, se ve enfrentado a un conjunto de amenazas, consecuencias o remuneraciones que llegan en un momento dado a ocasionar la producción de su conducta. Frente a esto, Ibáñez (1989) erige como concepción privilegiada “la base material” de la Representación. Porque de algún modo, ésta se va definiendo como un proceso de adaptación cognitiva de los agentes sociales a sus condiciones prácticas de existencia. Es en expresiones como la antes citada, donde los docentes van adquiriendo, en cierta forma, conductas obligadas –no jugar <stop>- que las relaciones sociales instituidas les exigen en el transcurso de su vida cotidiana. De algún modo, este ejemplo, como lo plantean Beavois & Joule, muestra la forma en que estas “prácticas sociales” empiezan a crear las Representaciones Sociales, en este caso las de Identidad de Género. Así pues, la “Práctica social” permite observar el proceso que da curso a la formación de las Representaciones Sociales de Identidad de Género, como lo muestra lo expresado por un participante: “En época de navidad marcaban mucho los regalos que le daban a los niños”, y precisa: “A los hombres nos regalaban carros”, “como soy de la costa y me gustaba el boxeo

entonces le regalaban guantes para que practicara”. Mientras que a las niñas, “casi siempre les regalaban juguetes para oficios de la cocina”, ante esto, “Uno no se iba a jugar que hice el café, que hice el no sé qué, la sopita no, no”, “uno no hacía nada de eso”. Y concluye: “cuando se organizaban actividades por la noche, entonces uno buscaba compañeros para boxear, y “ahí” “no” “participaban la niñas”, esas eran actividades exclusivas de los hombres, y por lo tanto, eso fue como marcándonos a nosotros a hacer una diferencia entre... bueno esto como que me pertenece a mí y lo otro como que le pertenece a las niñas”. En este discurso se avizora la forma como los factores sociales ligados, por un lado, a la historia de grupo, y por el otro, a su memoria colectiva, intervienen en la formación las Representaciones Sociales, interrelacionándolas de manera decisiva en un proceso tanto temporal como histórico. Según Grize, Vergés & Silen (1987), los factores sociales involucrados en dicho proceso generan las llamadas “matrices culturales de interpretación”, que son las que le dan el contenido social a una Representación. Explican estos autores que de algún modo son estas matrices las que establecen un marco cultural de comportamientos y conocimientos anclados en lo colectivo, pero transmitido a la vez por mecanismos como la escuela, la familia, la iglesia, entre otros. Esto es lo que se percibe cuando el docente en formación dice: “eso fue como marcándonos”, expresión que apunta a una recomposición social que, en un grupo determinado, llega a ser el modo en que interpreta hoy en día sus prácticas. Es en el marco de este proceso en donde adquiere significación cada expresión contenida en el discurso de las docentes, que permite advertir aspectos- clave como, por ejemplo, cuando manifiestan: “Cuando era joven tenía menos responsabilidades que hoy día”. “Al estar casada se triplicaron por completo mis responsabilidades”. La explicación de este cambio, según ella es que “en la niñez uno se la pasa jugando, en la Revista Queastiones Disputatae - Temas en Debate - Nº 4, 2009

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adolescencia los papás le dan responsabilidades caseras, haga sus deberes que tiene que tender la cama, y uno cree hasta ahí: mi papá cómo exagera”… “Pero cuando uno se casa”, “se da cuenta que toca jugar a hacer los deberes, toca ir a trabajar, ir a estudiar, tiene uno tantas cosas… El cambio es brusco”. La participante agrega: “Como me gusta que todo este en orden, entonces mi esposo es un poquito desordenado, un poquito… mucho”; “me toca además lavar la loza, porque el desorden se ve más y le digo a mi esposo: Voy a lavar la loza por si me ayuda, pero en lugar de esto, dice: “fresca, descanse y más tarde la lava”. Además, aclara: “no es que no colabore, pero el cargo de la casa siempre le toca a uno de mujer”. “Yo creo que cuando era adolescente y si hubiera sabido que teníamos más carga, no me había casado”. Como se advierte, para entender “prácticas” como las anteriores es indispensable visualizar, en la dependencia de las mismas, su dimensión socio-cultural. La razón es porque este tipo de “prácticas” son consecuencia de factores ligados al sistema de normas y valores, que en un momento fueron asimiladas a través de interacciones con “agentes primarios” o “secundarios” de socialización. Con relación a esto, Beavois & Joule (1989) sostienen que cuando la sumisión de las personas es consentida por ellas mismas, de un modo u otro constituyen anclajes de Representaciones Sociales, en este caso como las de Identidad de Género. En este mismo sentido, (Abric, citando a Moscovicci, 1989:.21), puntualiza que las Representaciones Sociales proporcionadas a partir de ciertas “prácticas” surgen de un esquema de autoridad al cual respondemos. En virtud de lo expuesto, vemos que el oficio de la casa se asume como una práctica lícita y admisible, tanto a nivel de la toma de posición asumida por la docente como también por la de su esposo. En cierta forma la conciben como un compromiso, porque la sociedad, de la cual somos resultado, la acepta sin llegar a cuestionarla.

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La situación planteada corresponde a lo que Beavois, et al., señalan como factores ligados a la actividad del sujeto, en cuanto a que el sujeto “sumiso” de sus “prácticas”, pone en escena sus representaciones aceptando la situación, como lo hace la docente; pero, a su vez, la padece. Esto muestra de manera fehaciente la falta de conciencia de los procesos de construcción, o de reapropiación de la realidad que justamente los estudios sobre las Representaciones han logrado poner en evidencia. Frente a esta alarmante realidad, cabe preguntarse: ¿En los procesos pedagógicos que se desarrollan en la actualidad dentro de las licenciaturas se ha indagado el nivel de conciencia que tienen los docentes sobre la “prácticas sociales” que realizan en su cotidianidad? Otras situaciones que ejemplifican la forma como las “prácticas” determinan las Representaciones Sociales, las encontramos en experiencias - por un lado - de un participante “separado”, y por el otro una participante “hija abandonada por su padre cuando estaba pequeña”. El participante dice: “Tengo una hija y desde que me separé, la verdad, no la he vuelto a ver”, “porque me duele, pues para mí es traumático ver a mi hija y tener que dejarla después de unas horas”. “Entonces es mejor arrancar con el problema y evitar verla para hacerlo menos duro”. Continúa el relato manifestando: “detrás de mi historia hay cosas”… “Por ejemplo, como hombre, a mí también me pasó lo mismo, tuve a mi mamá no más y mi papá no vivió conmigo y eso pues…, el papá a pesar de todo es un apoyo, es una base sobre la que uno muchas veces deposita sus ideales, y pues ahorita que soy papá, entonces me pongo a analizar de qué manera me hizo falta mi papá”. “Es así como hoy día, con mi hija, prefiero no ir a verla, por orgullo y evitar también ver a mi esposa con otro”. Lo expuesto por el compañero provoca en la participante abandonada por su padre esta apreciación: “Entonces uno abandona a sus hijos, no debe ser así, hay que pensar en los hijos y su bienestar y no en uno, pensar cómo


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se sentirán si no ven a sus padres; a su papá de pronto dándole un abrazo de cariño, expresándole que lo quieren, de pronto si su hija no lo ha visto; que va a sentir que ella fue un error, entonces para uno como hija es más frustrante”. La participante aclara: “Por ejemplo, a mí me preguntan por mi papá, dónde está y para mí está muerto, yo no tengo papá, para mí, está muerto, así no lo esté. Porque él en ningún momento me dio el apoyo que necesitaba, ni al menos, estar ahí para hablarme, para entenderme, para escucharme, entonces para mí está muerto y ya”. La docente continúa reflexionando: “He ahí el dolor que 'yo' tengo y también la inseguridad, de pronto con quien ahora es mi pareja, a mí me da miedo que de pronto me pase, lo que le pasó a mi mamá y de pronto eso ha contribuido a que yo tenga inconvenientes con él que ahora es mi compañero. Por eso me da miedo, de pronto haga lo mismo que mi papá hizo con mi mamá y que mis hijos lleguen a sufrir eso del abandono, porque 'yo' lo viví y no quiero que mis hijos lo vivan, porque puede que mucha gente tenga la imagen de un padre con el signo pesos y no más, de pronto eso pasa y no siempre es así”; “porque hay etapas de la vida en que uno necesita la presencia de un padre, 'yo' por ejemplo, hace poco, en diciembre, lo necesité como papá y no, no lo tuve, eso fue muy triste” Los discursos expresados por los docentes en formación - el participante “separado”, y por la participante “hija abandonada por su padre cuando estaba pequeña”- dan cuenta de cómo en manifestaciones de esta naturaleza, como lo señala Heider (1927), un individuo percibe su entorno social, mediante procesos de percepción social donde aparecen elementos centrales, constitutivos, del pensamiento social. En estos procesos, los pensamientos expresan un orden desde la realidad experimentada y se orientan a la configuración y organización y de las Representaciones de Identidad de Género. Según lo anterior, vemos que las expresiones dadas por él y la docente en formación cumplen una función generadora de lo que hoy

en día él y ella son, porque tanto hombre como mujer tienen un recuerdo de lo que los agentes primarios –familia- en un momento dado significaron para ellos, y desde este aspecto generador, su vida y forma de ser toman un sentido que termina convirtiéndose en una función organizadora –llamada núcleo central. De esta forma, la naturaleza de sus experiencias a través de sus prácticas familiares van dando un sentido a lo que ahora son sus vidas. Aunque no se perciba con claridad, existe una estabilidad marcada tanto en la docente, como en el docente, con base en un hecho común: “el hecho del abandono que tuvieron de sus padres en la niñez”, que sin lugar a dudas siempre está presente en la vida de cada uno de ellos. Así, observamos que el docente en cierta forma siente culpabilidad frente a su experiencia de separación, por el hecho de haber sido abandonado por su padre cuando era niño. La docente, a su vez, se culpa de la inseguridad que hoy en día siente con relación a su pareja por la experiencia del abandono de su padre, y entonces concluye: “No quiero repetir mi historia con mis hijos”, aunque esto no significa que sus representaciones, actitudes y comportamientos se orienten hacia esa intención explícita, mas no interiorizada. En consecuencia, podemos afirmar que estos ejemplos demuestran cómo a través de estas “prácticas sociales” se da la perennidad de una situación vivida en contextos movibles y evolutivos, y cómo, en este tipo de situaciones, el elemento central será el que más se resistirá al cambio.

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Sentido de la enseñanza y la formación Al culminar la anterior visualización sería importante preguntarnos de manera incansable: ¿Cuál es el sentido de lo educativo en esta panorámica, y cuál la función de las instituciones Educativas ante la falta de equidad de género manifiesta? Este interrogante encierra un planteamiento que se debe tomar en cuenta: Incluir, educativamente, tiene que ver con la demanda asumida desde la misma sociedad. Por tal razón, es indispensable revisar teóricamente el sentido y trascendencia que cobran las prácticas pedagógicas desde los contextos de desarrollo curricular, puesto que “el problema de fondo tiene su origen en el nivel de la Formación Docente, ya que es en el trayecto de dicha formación en donde se sientan las bases para la construcción de las identidades pedagógicas que operarán en la práctica como condición –favorable o no- de la inclusión y del aprendizaje” (Reinoso, 2005:1). Consecuente con esto se producen identidades sostenidas por un encuadre desde donde se posibilita la configuración de particulares espacios institucionales, dando curso a lo que en las instituciones de formación se le denomina Currículo para Formación Docente. Lo anterior, visto desde la transversalidad de la experiencia, tiene una connotación de yacimiento, construcción o estructuración en los procesos donde se potencializa el Yo Profesional, la identidad profesional y las Prácticas Pedagógicas. Razones que dan lugar a considerar importante el manejo de diferentes elementos que suscitan una mayor asimilación y cuestionamiento frente a la Formación Docente. Un primer elemento imprescindible es el manejo y diferenciación entre “enseñanza y formación”; aunque muy relacionados, las diferencias sustantivas entre estos dos conceptos son necesarias para su 90

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caracterización y reflexión en esta dinámica. Desde esta premisa, la “enseñanza” se debe considerar como una actividad de carácter político dirigida a sujetos en formación, mientras que la “formación” tiene su énfasis en acciones desde un carácter reflexivo desde él y hacia el mismo sujeto, con una orientación muy peculiar hacia el fortalecimiento de su propio desarrollo. Desde esta concepción, Reinoso (2005) considera que la Formación Docente se da como “Una dinámica del desarrollo personal”, aunque Ferry la define como un proceso diferente del aprendizaje, en razón de que “uno se forma a sí mismo, pero uno se forma sólo por mediación (...) Cuando se está en un lugar o en una acción de formación se trabaja sobre representaciones. Es un “espacio transicional” fuera de tiempo y lugar, pues el proceso de formación consiste en “anticipar situaciones reales y, a favor de estas representaciones, encontrar actitudes, gestos convenientes, adecuados para impregnarse de y en esta realidad” (Guilles, 1997:53). Además, Guilles afirma que un sistema de formación (la articulación de la institución formadora y su proyecto) tiene efectos sobre los docentes. Según las características del sistema formativo se derivan tres modelos de formación:1) Modelo de adquisiciones que consiste en hacer adquisiciones de conocimientos y saberes prácticos; 2) Modelo de proceso donde lo importante es vivir experiencias que permitan al docente ampliar la visión de la realidad definiendo estilos o maneras de hacer; y 3) Modelo de análisis para que conocimiento y experiencia puedan ser integrados, y estas experiencias sean realmente portadoras de cambios, de transformaciones sobre sí mismos, es necesario aprender a pensar, a analizar las situaciones en su singularidad. “Formarse es entrenarse a analizar y a entender”. (Guilles, 1987: 53-54). Se finaliza suscitando una revisión a las consecuencias que el sistema de formación genera en los formadores, resaltándolos como ampliamente significativos para efectos de


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esta reflexión, pues a través de los modelos señalados se ponen en escena las Representaciones Sociales de Identidad de Género, fundamentales para explorar y comprender los sentidos y concepciones que dinamizan en este caso los docentes en formación. Lo cual muestra, entre otras cosas, el papel tan importante que cumple un verdadero proceso de formación, en cuanto a que éste es el organizador de las relaciones pedagógicas condicionantes no solo de los vínculos psicológicos (identificaciones, afectos, etc.), sino también los vínculos técnicos (tareas, técnicas, medios, etc.).

Conclusiones Se plantea, primordialmente, la necesidad de orientar y materializar nuevas Representaciones Sociales de Identidad de Género, en dos direcciones: La primera, destinada a los “agentes de socialización”, sobre el aspecto secundario; y la segunda, en torno a los “escenarios de interacción” sobre los marcos secundarios. Se señalan estos dos componentes, porque ellos constituyen una posibilidad de reflexión y de construcción sobre todo en aquellos aspectos donde la inequidad, injusticia y subordinación tienen lugar. Como complemento de éstas se alude la importancia a la responsabilidad que los docentes, agentes dinámicos, pueden tener desde ya como docentes en formación. En el primer caso, los “agentes secundarios” como posibilitadores son claves en las etapas donde se establece este tipo de socialización. Como sujetos enmarcados en un determinismo subjetivista, como lo mencionan Berger y Luckmann (1983), puede ser una posibilidad el explorar desde sus potenciales formativos, donde la voluntad del sujeto se puede guiar hacia una construcción justa de su propia realidad. Incluso lo anterior se complementa con lo manifestado por Alba (1993), quien destaca dentro de estos agentes al sistema educativo, por constituir el ámbito formal

para la transmisión cultural entre generaciones, fijando la atención específicamente en La socialización efectuada en el contexto, con medios y órganos especiales, donde actúan, grupos e iguales que intervienen en el proceso de socialización. Además, Su influjo se filtra a través de múltiples vías como: El currículum, a partir de las asignaturas impuestas, desde el contenido de los programas y libros de textos. El conjunto de actos que constituyen los ritos de la escuela suponen igualmente un importante instrumento de socialización: La escuela, al ser el primer ámbito donde los individuos experimentan la competitividad, la necesidad de productividad y rendimiento, ritmos horarios y secuencias fijas e impuestas. El propio profesor constituye un modelo de autoridad que representa - queramos o no la Identidad de género, apoyado en conocimientos específicos, y que en definitiva va transmitiendo valores determinados. No en vano todos los sistemas políticos procuran controlar cuidadosamente la selección de individuos que van a desempeñar el papel de docentes; sin embargo, falta mayor reflexión visionaria de lo que este ejercicio representa. En el segundo, los “escenarios de interacción”, visualizados desde los marcos secundarios, y donde el sujeto ancla sus Representaciones, se tiene la posibilidad de proporcionar al sujeto el equilibrio y el poder en su “Yo”, para que desde su reconocimiento pueda llegar a direccionarse dentro de las posibilidades de la diferencia entendida como medio para conseguir el fin de la equidad como resultado. Consecuente a la posibilidad de recrear mundos donde el poder del “Yo” tome equilibrio, se plantea - a manera de recomendación - la tarea de constatar la forma como las Representaciones Sociales tienen la necesidad de ser vistas en sus procesos tanto implícitos como explícitos, sobre todo a la luz de “La socialización, como un aprendizaje social dinámico” que, sin duda alguna, implica una constante interacción y búsqueda de equilibrio entre las necesidades personales y las demandas del ambiente. Revista Queastiones Disputatae - Temas en Debate - Nº 4, 2009

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Afirmando la necesidad de develar esta interacción social, porque es la que se constituye en un proceso de vital importancia para la formación de la Identidad de Género, y que se conceptualiza, como lo dice Navas (1990), en aquello que se materializa, que es aprendido, reforzado y sancionado dentro de la sociedad, implicando con esto el aprendizaje de normas que informan a las personas de lo obligado, lo permitido y lo prohibido. En el contexto de estos dos abordajes, asume un papel importante la funcionalidad que llegan y pueden tener los docentes como agentes educativos, siempre y cuando en sus acciones y prácticas pedagógicas se recreen esquemas intencionados como agentes socializadores. De este modo, pueden coadyuvar en la construcción activa del nuevo orden social que imprima una direccionalidad hacia la equidad de los sujetos que interactúan dentro de la diferencia.

Sin embargo, las posibilidades no se dan con el solo hecho de manifestar las intenciones. Para llevarlas a la realidad, es necesario incursionar en las “prácticas” para que dentro del quehacer cotidiano se dé una revisión concienzuda, sobre esos marcos culturales anclados en la memoria colectiva –familia, escuela, instituciones y movimientos asociativos, entre otros, tal como lo sostienen Grize, Verger & Silem (1987). Además es necesario poner en duda ese fondo cultural e histórico, anclado, por un lado, en los factores ligados a las normas y los valores y, por el otro, a factores ligados al sujeto. Sobre todo en aquellos esquemas de sumisión y racionalización desde las prácticas imbricadas en Representaciones, como lo señalan Beauvois y Joule (1989) desde la sumisión, Ibáñez (1989) frente a las Representaciones relacionadas con la autoridad, y Flament (1989) con las Representaciones prescriptivas y que pueden ser moduladas acorde con situaciones reversibles o no.

Referencias

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Santiago Borda-malo Echeverri

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INSTRUCTIVO PARA AUTORES

A continuación se presentan los requisitos y características que deben contener los artículos presentados por los autores a las revistas de la Universidad Santo Tomás, Seccional Tunja.

1. Los artículos deben ser originales y contener una extensión de 12 a 25 páginas, en formato carta, fuente Arial 12, espacio 1 y ½ y con márgenes no inferiores a 3 cm.

electrónico, nombre del proyecto y estado de la investigación, grupo de investigación al cual pertenece y la clase de artículo que es.

Criterios Generales de Clasificación: Nota: El comité editorial tiene autonomía para decidir acerca de la extensión de los artículos. Asimismo, en casos especiales podrá determinar la extensión de algunos artículos.

1) Artículo de investigación científica y tecnológica. Documento que presenta, de manera detallada, los resultados originales de proyectos terminados de investigación. La estructura generalmente utilizada contiene cuatro apartes importantes: introducción, metodología, resultados y conclusiones.

2. En una nota o pie de página superpuesta al nombre del autor al inicio del artículo, debe mencionarse cargo e institución en que labora, máximo título académico obtenido, correo

2) Artículo de reflexión. Documento que presenta resultados de investigación terminada desde una perspectiva analítica, interpretativa o crítica del autor, sobre un tema específico, Revista Queastiones Disputatae - Temas en Debate - Nº 4, 2009

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INSTRUCTIVO PARA AUTORES

Criterios Generales de Clasificación: 1) Artículo de investigación científica y tecnológica. Documento que presenta, de manera detallada, los resultados originales de proyectos terminados de investigación. La estructura generalmente utilizada contiene cuatro apartes importantes: introducción, metodología, resultados y conclusiones. 2) Artículo de reflexión. Documento que presenta resultados de investigación terminada desde una perspectiva analítica, interpretativa o crítica del autor, sobre un tema específico, recurriendo a fuentes originales. 3) Artículo de revisión. Documento resultado de una investigación terminada donde se analizan, sistematizan e integran los resultados de investigaciones publicadas o no publicadas, sobre un campo en ciencia o tecnología, con el fin de dar cuenta de los avances y las tendencias de desarrollo. Se caracteriza por presentar una cuidadosa revisión bibliográfica de por lo menos 50 referencias”1. 3. Presentación del artículo con título (15 palabras máximo), subtítulo opcional y nombre del autor. 1. El cuerpo del artículo debe contener las siguientes características: ·Resumen (no podrá ser inferior a 100 ni tampoco exceder 200 palabras) ·Palabras Clave: se deben registrar mínimo 4, máximo 7 palabras. ·Abstract: Será la traducción del resumen, en la que el autor vele por conservar el sentido del mismo.

1. Colciencias. Publindex, Sistema Nacional de indexación y homologación de revistas especializadas de CT + I. Recuperado el 11 de febrero de 2009, en http://scienti.colciencias.gov.co:8084/publindex/docs/inform acionCompleta.pdf

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· Key words: Debe corresponder a las palabras clave consignadas en español. · Introducción. · Metodología (sólo en el caso de un artículo de investigación) · Desarrollo del trabajo. · Resultados (sólo en el caso de un artículo de investigación) · Conclusiones.

Bibliografía 5. Referencias Bibliográficas: Se sugiere la utilización del sistema APA (American Psychological Association) para las citas de referencia, como aparece en la revista IUSTA No. 29 páginas 163 – 168 así: CITAS DE REFERENCIA EN EL TEXTO (Cita textual) El estilo APA requiere que el autor del trabajo documente su estudio a través del texto, identificando autor y fecha de los recursos investigados. Este método de citar por autor fecha (apellido y fecha de publicación), permite al lector localizar la fuente de información en orden alfabético, en la lista de referencias al final del trabajo. A. Ejemplos de citar en el texto una obra por un autor: 1. De acuerdo a Meléndez Brau (2000), el trabajo afecta los estilos de ocio… 2. En un estudio sobre la influencia del trabajo sobre los estilos de ocio… (Meléndez Brau, 2000). 3. En el año 2000, Meléndez Brau estudió la relación entre los estilos de ocio y el trabajo… Cuando el apellido del autor forma parte de la narrativa, como ocurre en el ejemplo 1., se


narrativa, como ocurre en el ejemplo 1., se incluye solamente el año de publicación de artículo entre paréntesis. En el ejemplo 2., el apellido y fecha de publicación no forman parte de la narrativa del texto, por consiguiente se incluyen entre paréntesis ambos elementos, separados por una coma. Rara vez, tanto la fecha como el apellido forman parte de la oración (ejemplo 3.), en cuyo caso no llevan paréntesis. A. Obras con múltiples autores: 1. Cuando un trabajo tiene dos autores (as), siempre se cita los dos apellidos cada vez que la referencia ocurre en el texto. 2. Cuando un trabajo tiene tres, cuatro o cinco autores, se citan todos los autores la primera vez que ocurre la referencia en el texto. En las citas subsiguientes del mismo trabajo, se escribe solamente el apellido del primer autor seguido de la frase “et al.” y el año de publicación. Ejemplos: Ramírez, Santos, Aguilera y Santiago (1999) encontraron que los pacientes… (primera vez que se cita en el texto). concluyeron que… Ramírez et al. (1999) concluyeron que… (próxima vez que se menciona en el texto). B. Citas literales: 3. Cuando una obra se compone de seis o más autores (as), se cita solamente el apellido del primer autor seguido por la frase “et al.” y el año de publicación, desde la primera vez que aparece en el texto. (En la lista de referencias, sin embargo, se proveen los apellidos de todos los autores.) 4. En el caso que se citen dos o más obras por diferentes autores en una misma referencia, se escriben los apellidos y respectivos años de publicación separados por un punto y coma dentro de un mismo paréntesis. Ejemplo:

Todo el texto que es citado directamente (palabra por palabra) de otro autor requiere de un trato diferente para incluirse en el texto. Al citar directamente, se representa la cita palabra por palabra y se incluye el apellido del autor, año de publicación y la página en donde aparece la cita. 1. Cuando las citas directas son cortas (menos de 40 palabras), éstas se incorporan a la narrativa del texto entre comillas. Las normas de la APA no aclaran si ese texto debe ir en cursiva o no, desde mi punto de vista si el texto va corrido dentro de un párrafo más amplio se deja en letra normal, pero si se destaca con dos Revista Queastiones Disputatae - Temas en Debate - Nº 4, 2009

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INSTRUCTIVO PARA AUTORES

Universidad de Connecticut, se ha encontrado que los niños tienen menos habilidades que las niñas” (Ferrer, 1986, p.454). 2. Cuando las citas directas constan de 40 o más palabras, éstas se destacan en el texto en forma de bloque sin el uso de comillas. Comienza este bloque en una línea nueva, sangrando las mismas y subsiguientes líneas a cinco espacios (se puede utilizar el Tabulador). El bloque citado se escribe a doble espacio. Ejemplo: Miele (1993) encontró lo siguiente: El “efecto de placebo” que había sido verificado en estudio previo, desapareció cuando las conductas fueron estudiadas de esta forma. Las conductas nunca fueron exhibidas de nuevo aún cuando se administran drogas verdaderas. Estudios anteriores fueron claramente prematuros en atribuir los resultados al efecto placebo (p. 276).

· Los títulos de revistas o de libros se ponen en letra itálica; en el caso de revistas, la letra itálica comprende desde el título de la revista hasta el número del volumen (incluye las comas antes y después del número del volumen). · Se deja un solo espacio después de cada signo de puntuación. Formatos básicos generales Publicaciones periódicas (revistas) Autor, A.A. (año). Título del artículo. Título de la revista, volumen, páginas. Publicaciones no periódicas (libros) Autor, A.A. (año). Título de la obra. Lugar de publicación: Editor o casa publicadora.

Ejemplos de referencias Revistas profesionales o “journals” Artículo con dos autores:

Referencias bibliográficas al final del documento La lista bibliográfica según el estilo APA guarda una relación exacta con las citas que aparecen en el texto del trabajo. Solamente se incluyen aquellos recursos que se utilizaron para llevar a cabo la investigación y preparación del trabajo y que, por tanto, están citados en el cuerpo del mismo tal y como se veía en el apartado anterior. · La lista bibliográfica se titulará: Referencias bibliográficas o Referencias. · La lista tiene un orden alfabético por apellido del autor y se incluye con las iniciales de sus nombres de pila. · Debemos sangrar la segunda línea de cada entrada en la lista a cinco espacios (utilice la función sangría francesa del procesador de palabras).

· Campoy, T.J. y Pantoja, A. (2005). Hacia una expresión de diferentes culturas en el aula: percepciones sobre la educación multicultural. Revista de Educación, 336, 415 – 136. Artículo con un solo autor: · Pantoja, A. (2005). La acción tutorial en la universidad: propuestas para el cambio. Cultura y Educación, 17 (1), 67-82. Revista popular (magacín) · Sánchez, A. (2000, mayo). Bogotá: La capital más cercana a las estrellas. Geomundo, 24, 2029. Se incluye la fecha de la publicación – el mes en el caso de publicaciones mensuales y el mes y el día en el caso de publicaciones semanales. Se incluye número de volumen Artículos de periódicos · Ferrer, M. (2000, 14 de julio). El centro de

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Bellas Artes escenario para 12 estrellas de ópera. El San Juan Star, p.24 Ejemplos de referencia a libros · Pantoja, A. (2004). La intervención psicopedagógica en la Sociedad de la Información. Educar y orientar con nuevas tecnologías. Madrid: EOS. Libro con nueva edición: · Match, J. E., & Birch, J. W. (1987). Guide to successful thesis and dissertation (4th ed). New York: Marcel Dekker. Libro con autor colectivo (agencia de gobierno, asociaciones, institutos científicos, etc.): · American Psychological Association. (2001). Publication manual of the American Psychological Association (5th ed.). Washintong, DC: Author. · Cuando el autor y editor son los mismos, se utilize la palabra Authot (Autor) para identificar la casa editora. Enciclopedia: · Llorca, C. (1991). Revolución Francesa. En Gran enciclopedia RIALP. (Vol. 20, pp. 237241). Madrid: Ediciones RIALP. Tesis de maestría no publicada · Rocafort, C. M., Sterenberg, C., & Vargas, M. (1990). La importancia de la comunicación efectiva en el proceso de una fusión bancaria. Tesis de maestría no publicada, Universidad del Sagrado Corazón, Santurce, Puerto Rico. Recursos electrónicos La World Wide Web nos provee una variedad de recursos que incluyen artículos de libros, revistas, periódicos, documentos de agencias privadas y gubernamentales, etc. Estas

referencias deben proveer al menos, el título del recurso, fecha de publicación o fecha de acceso, y la dirección (URL) del recurso en la Web. En la medida que sea posible, se debe proveer el autor del recurso. Documentos con acceso en el World Wide Web (WWW): ·Brave, R. (2001, December 10). Governing the genome. Retrieved June 12, 2001, from http://online.sfsu.edu/%7Erone/GEessays/Go verningGenome.html Suñol. J. (2001). Rejuvenecimiento facial. Recuperado el 12 de junio de 2001, de http://drsunol.com Artículo de revista localizado en un banco de datos (ProQuest): Lewis, J. (2001). Career and personal counseling: Comparing process and outcome. Journal of Employment Counseling, 38, 82-90. Retrieved June 12, 2002, from http://proquest.umi.com/pqdweb Artículo de un periódico en formato electrónico: Melvilla, N. A. (2002, 6 de junio). Descubra los poderes del ácido fólico. El Nuevo Día Interactivo. Recuperado el 12 de junio de 2002, de http://endi.com/salud Documentos jurídicos y gubernamentales de Colombia: Colombia, congreso Nacional de la República (2005, 29 de Junio), “Ley 960 del 28 de Junio de 2005, por medio de la cual se aprueba la Enmienda del `Protocolo de Montreal relativo a sustancias que agoten la capa de ozono', adoptada en Beijing, China, el 3 de Diciembre de 1999”, en Diario Oficial, núm. 45.955, 30 de Junio de 2005, Bogotá. Colombia, Ministerio del Interior (2005, 29 de Febrero), “Decreto número 321 del 25 de Febrero de 2005, por el cual se crea la Revista Queastiones Disputatae - Temas en Debate - Nº 4, 2009

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INSTRUCTIVO PARA AUTORES

Comisión Intersectorial Permanente para los Derechos Humanos y el Derecho Internacional Humanitario”, en Diario Oficial, núm. 25.659, 5 de Julio de 2005, Bogotá. Colombia (1997), constitución Política, Bogotá, Legis. Colombia, Corte Constitucional (1995, octubre), “Sentencia C – 543”, M. p. Hernández Galindo, J. G., Bogotá. Colombia, Ministerio de Educación Nacional (2005), “Estándares para el Currículo de lengua castellana” [documento de trabajo]. Colombia (2005), Código Penal, Bogotá, Temis. (Fin cita textual)

Fotografías e Ilustraciones

Las fotografías, ilustraciones y gráficos deberán enviarse en archivos independientes del texto principal. También deberán ser identificadas como “figura” y enumeradas según el orden de utilización en el texto. La buena calidad de las ilustraciones, en la publicación se debe a la calidad de archivo enviado por el autor. Cada ilustración debe tener un pie de imagen que de cuenta de su providencia. Nota: Las imágenes deben ser presentadas en formatos jpg o tif. Se recomienda una buena resolución al momento de capturarlas.

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1. Entregar la carta de aceptación de condiciones de la Revista y autenticidad del contenido del artículo. 2. Observaciones Generales 3. Presentación de trabajos 4. Fechas y entrega de artículos



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