Del espacio que la voz

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del espacio que la voz < hernรกn camoletto :: gabriela milone>




Camoletto, Hernán Milone, Gabriela Del espacio que la voz – 1ra ed. - Córdoba ↔ Rosario: MC editora, 2020. www.mceditora.blogspot.com


del espacio que la voz < hernรกn camoletto :: gabriela milone>



Gabriela Milone <gabymilone@gmail.com> para mí

no puedo no compartirte esta belleza, mi amor “A través de leyendas y fantasmas que continúan apareciendo en la vida cotidiana mediante citas sonoras, se mantiene una tradición del cuerpo. Se extiende pero no se ve. Se trata, en efecto, de reminiscencias de cuerpos plantados en el lenguaje ordinario, y que así lo marcan: guijarros blancos en el bosque de los signos. Experiencia amorosa, finalmente. Insertados en la prosa de los días, sin comentario ni traducción posible, siguen siendo los sonidos poéticos de fragmentos citados. Por todas partes "hay" estas resonancias del cuerpo tocado, como los "gemidos" y los ruidos del amor, gritos que quiebran el texto que van a hacer proliferar a su vez, lapsus enunciativos en una organización sintagmática de enunciados. Son los análogos lingüísticos de la erección, o de dolores sin nombre, o de las lágrimas: voz sin lenguaje, enunciaciones que fluyen del cuerpo memorioso y opaco cuando ya no dispone del espacio que la voz del otro ofrece al decir amoroso o abrumado. Gritos y lágrimas: enunciación afásica de lo que ocurre de improviso sin que se sepa de dónde llega (de qué oscura deuda o escritura del cuerpo), sin que se sepa cómo, sin la voz del otro, eso podría decirse. Estos lapsus de voz sin contexto, citas "obscenas" de cuerpos, ruidos en espera de un lenguaje, parecen certificar, por medio de un "desorden" secretamente referido a un orden desconocido, que existe un otro. Pero al mismo tiempo, narran interminablemente (no cesan de murmurarlo) la expectación de una presencia imposible que transforma en su propio cuerpo las huellas que ha dejado.” Michel de Certeau


Hernán Camoletto <hernan.camoletto@gmail.com> para mí

lo obsceno como territorio de la irrupción de una lengua amorosa primaria. La posibilidad discursiva del cuerpo en el que resuenan ecos de una lengua primigenia. quizás la cópula sea, en algún punto, la consciencia de decir, el soporte de discurso necesario para esos emergentes de la memoria de las lenguas. el otro día escuché a alguien hablar de su predilección por los besos de lenguas. Sólo de lenguas, los órganos en juego sin intermediación de los labios, los dientes, el "cofre". este texto me recuerda esta declaración. Las lenguas sin modulación. Las lenguas y sus secreciones particulares, sus texturas, sus impulsos o aquietamientos, quizás el equivalente a los tonos, a las variaciones lectales de las que cada uno se vale para dejar una traza singular en el uso.


Gabriela Milone <gabymilone@gmail.com> para mí

la escena de las voces en el bosque de los signos, signar la voz, enseñar la lengua, mostrarla

en su quiebre de agua, en su sonido sin tierra, venido de alguna parte, de cualquier parte del cuerpo, piedras blancas que no saben hasta dónde llegan, lágrimas reminiscentes, sonidos que se vuelven palabras espesas, densas de una lengua que quién sabe...


Hernán Camoletto <hernan.camoletto@gmail.com> para mí

signos de bosques dichos por las piedritas blancas e informes palabritas de una lengua que permea el silencio, se escurre por la grieta, se define mejor por sus estrategias de emergencia que por la forma nunca final que podamos darles para hacerlas materia. quizás ese lenguaje primero perdido, asible apenas en su tensión superficial, sea la zona donde debamos indagar nuestras zozobras vitales, las frustraciones de estar siempre incompletos. el bosque no se despeja, somos el bosque y nuestro cuerpo y nuestra voz son emanaciones de esa espesura de la que apenas tenemos unas reminiscencias.


Gabriela Milone <gabymilone@gmail.com> para mĂ­

si? permean los signos esas palabras blancas? eso es una prueba del silencio? si? somos la espesura donde emerge esa materia sonora de la cavidad boscosa de las bocas? es eso el juego de las vocales? si? soportamos -en cada palabra y su grieta- la superficie y la zozobra, el fuego tensado y su parte incompleta? es esa la zona donde trazar el camino? si? sĂ­, mi amor?


Hernán Camoletto <hernan.camoletto@gmail.com> para mí

sí, mi amor es esa la zona la zozobra de la lengua atisbada apenas un murmullo apenas audible ni audible siquiera intuición del cuerpo ininteligible sensibilidad pura, inmediata del agua, del fuego, del aire, no de la tierra ctonismo que abisma la palabra propia desde aquellas otras palabras que nos dicen a pesar de / a cuesta de / a contrapelo de quienes queremos ser construidos por la lengua primera que desconocemos / que nos desconoce y nos extraña nos hunde en otros y la consciencia atribulada hundida crispada por desconocimiento por incoherencias del yo dicho sostenido / reafirmado sin piso /sin ancla / sin amarre de cuerpo / de lenguaje pobre materia ausente de forma final del verso la escansión


Gabriela Milone <gabymilone@gmail.com> para mí

sí, sí, mi amor | un viejo poema japonés habla del miedo a pisar las voces de los insectos | pobre materia o materia pobre de un sonido que sale de las alas | dónde la boca de la tierra, dónde el costo de los cuerpos | dónde el silencio desconocido por lo que solemos llamar naturaleza | por qué la insistencia en los signos que zozobran la tierra de la que vienen pero que no dicen | la versura de la tierra arada | la escansión o la canción de los signos cansados ya de no decir


Hernán Camoletto <hernan.camoletto@gmail.com> para mí

dónde la boca de la tierra, dónde el costo de los cuerpos en el lecho verde de quienes dicen las extenuaciones de las labores amorosas. dónde el silencio desconocido por lo que solemos llamar naturaleza en la montaña, en el río, en los cielos, en los peces y en los lobos y en las hormigas y en este caracol, en los edificios y sus buzones, en los cueros de las víboras que cuelgan delante de las chozas y ahuyentan los malos espíritus, en las cintas rojas de las muñecas y el crespón negro que corta el negro de algún deudo, en las letras de las hojas de los libros de las bibliotecas, en las voces de los que invocan al cielo o a la Fortuna o a la Muerte que pare el sufrimiento, en los toldos y en los techos, en las lechucitas tobas de barro y en los pisapapeles de murano, en las presas de las redes, en la carne y la sangre derramada por alguna razón que la carne y la sangre desconocen, en nuestros ojos, amor. No en ellos, en sus nombres. por qué la insistencia en los signos que zozobran la tierra de la que vienen pero que no dicen por qué los animales dejan huellas que conducen al cazador...? sino trágico de quienes somos.

la versura de la tierra arada | la escansión o la canción de los signos cansados ya de no decir... qué?


Gabriela Milone <gabymilone@gmail.com> para mí

que...? que el cansancio de los signos que la versura de las líneas que el arado de los nombres que las huellas, mudas voces, dicen la delicia de las figuras

y su escansión de tierra y la viña de las vocales y su ras de suelo rústico y sus labores de amor y su magia enfantasmada

qué, entonces...? que jugamos a creer en el silencio como si fuera lo que salva o decidimos entregarnos a la fe fónica de las lenguas? porque te robé una vez una palabra, digo distaxia... pero cómo no perder el amor por los ruidos en este "orden desconocido"?


Hernán Camoletto <hernan.camoletto@gmail.com> para mí

fe en las palabras y sus vestiduras. fe en los esquejes de sentido insertados en la rama del silencio primordial: la desnudez que revela las formas. luego (re/des)veladas por la voz fatal el ruido alimentado por soledad ausencia miedo a la nada que no es callada. miedo al silencio que no es vacío. ajeno territorio de lo-que-es-por-fuera-de-nuestra-posibilidad, de lo que queda al costado de la huella de nosotros, pobres labradores del símbolo. huella ahondada por el borde, queloide de lo fugado de la lengua. como la luz, blanco guijarro, el silencio es afrenta. nuestra imposibilidad ante un máximo acople de lo-que-es-por-fuera-denuestra-voz. esta lengua que farfullamos nos dice en la soberbia miseria del sentido.

cómo decir un beso, amor?


Gabriela Milone <gabymilone@gmail.com> para mí

ya sabemos | asomarse a cada palabra puede ser la definición del vértigo | pero los velos de la voz y sus brotes apuran el juego de los ruidos | y nos preguntamos, sin saber |otra vez, cada vez| qué hacer con la fábula del silencio | velo o vanidad es el beso o la palabra que lo dice, implorando para florecer | quien abre la boca abre el mundo y no lo sabe | si lo supiera, la tierra se secaría | porque el vapor de agua de las bocas no sólo es para las palabras | y tenemos una lengua estrellada de vocales | en el orden desconocido de los cuerpos que escriben y que se escriben en el bosque de los signos | acaso la vida de los árboles, sin querer, dependa de nuestras bocas, del agua de nuestras bocas | ¿de qué oscura deuda nuestros cuerpos deben hacer el tributo de su voz abierta al mundo, mi amor?


Hernán Camoletto <hernan.camoletto@gmail.com> para mí

ya sabemos hablar a las plantas alimentarlas con el hálito del deseo los vahos del cuerpo propio infiltrándose en el cuerpo del mundo brotan las semillas la planta se carga de frutos el suspiro quizás sea alimento *** el mundo se alimenta (no de los versos) de las voces que cantan (no de la esperanza) de lo que hacemos mientras esperamos (no de la verdad) de las verdades que ponemos en el mundo -espejismos de la lengua(no del amor) de las exudaciones de los cuerpos que se rozan el mundo se alimenta decimos y así lo alimentamos en el enajenado juego de las voces


Gabriela Milone <gabymilone@gmail.com> para mí

será que el espejismo enajenado de la lengua cede ante la concomitancia feliz de cuerpo y habla, imantados en el juego de las voces -- pero qué será más terrible, mi amor: la voz que sale del cuerpo o el cuerpo que así entra en la lengua, disputando un bocado de habla en el reparto de los nombres? -- si las plantas hablan o no, poco importa, acaso sólo basta con que convoquen a la voz en su vibración vegetal -- y el mundo sonoro se abra en esporas fónicas, espesuras que se adhieran a las papilas de la lengua para hacer crecer sus raíces -- la lengua es tierra? -- la boca es agua? -- la palabra camalote flota en la lengua? -- la palabra acacia crece en la boca? -- si digo agua, beberé?


Hernán Camoletto <hernan.camoletto@gmail.com> para mí

será? será en la voz el mundo, ese arco tensado en dos direcciones? será el cuerpo mordisqueando el sentido, birlándole algo al (casi) todo de la nada?

será la planta en su puro presente o será la planta potencia de flor o sombra de nuestra lengua? será? será que si nadie escucha, las palabras retornan y horadan el poro ya cerrado con el ánimo oscuro de quien sale vivo de una guerra? será? será la lengua el órgano de la lengua? será la humedad que produce la voz del camalotal su corriente? será esa dureza aliterada de la acacia su territorio de anclaje? será? será el agua que produce la palabra agua nuestra bebida primera? será lo que vuelve con las palabras, la sustancias que se le adhieren, su ingesta, lo que llamamos la incorporación del mundo? será lo bebido y por comer, lo deseado, el pobre resto con el que me saciaré?

seremos así, amor? seremos en la incapacidad de habitar en la voz de nuestros cuerpos, desajustados a su rebote simétrico?


Gabriela Milone <gabymilone@gmail.com> para mí

quisiera decir sólo esto que quien ama dice que ama en la sombra de la lengua que se espanta por su casi desaparición, y lo que queda es esa mínima hendija donde se cuela la luz aliterada de la lenta liminalidad de cada bocado sacado al cuerpo será que el ánimo oscuro se ha vuelto todo blanco, sí, será que seremos -así, amor- en juegos de vocales, en guerras inventadas por el ritmo del deseo, en corrientes imaginadas para el curso de los camalotales, en pequeños ritos de largas horas sosteniendo una simetría tonal, una a-ventura digo magia, digo imán, digo voz del mundo, digo ánimo blanco, digo ventura, digo bocado, pero sólo quiero decir amor, y también ruidos y sonidos y haz de luz y flor de agua y piel sonora y certeza, eso, certeza.


Hernán Camoletto <hernan.camoletto@gmail.com> para mí

es la palabra -¿será?- piedra blanca rozada por el agua de las lenguas que se miman en el hueco del silencio voz del mundo ánimo blanco bocado amor-haz de luz amor-flor de agua amor-piel sonora certeza, amor sabremos aquietar el flujo? recolectar los guijarros? armar un corazón sobre la arena? intentar el grito mudo? serán las piedras -siempre otrasel dibujo de la espera? será la lengua -piedra-cristal-partidola música de los cuerpos? será la voz -mano sonorala memoria del deseo?




Juan Grela Amor y mate Tinta s/papel 1963



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