Sujetos Tóxicos

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SUJETOS TÓXICOS, confabulaciones perceptuales que escgrimen desde el sur. Arte en Loja, edición Noviembre 2018© Por Hernán Pacurucu Cárdenas Noviembre, 2018

Directorio de la Casa de la Cultura Ecuatoriana Benjamín Carrión Núcleo de Loja (2017–2021):

Director Diego Naranjo Hidalgo Vocales principales Altaira Rojas Landacay Tulio Bustos Cordero Vocales suplentes Gabriela Granda Rojas Luis Antonio Quizhpe

Secretario (e)

Julio Espinoza Bustamante

Lic. Boris Salinas Coordinador de la Sección de Artes Plásticas CCE LOJA Sr. Diego Villavicencio Administrador de las Salas de exposición de la CCE LOJA y coordinador de Arte en Loja, Edición Noviembre 2018 Editorial Gustavo A. Serrano de la Casa de la Cultura Ecuatoriana Benjamín Carrión, Núcleo de Loja

Curador Hernán Pacurucu Cárdenas Diseño Michelle Illescas Torres Fotografía de obras Carlos Heredia Fotografía de proceso Diego Villavicencio Director Editorial Paúl Ramírez Guamán Corrección Carlos Alvariño Betancourt

Casa de la Cultura Ecuatoriana Benjamín Carrión, Núcleo de Loja (Colón 158-67 y Bernardo Valdivieso) Apartado postal 11–01–11 Teléfonos [07] 2571672 – 2571004 – 2570555 Loja–Ecuador nucleo.loja@casadelacultura.gob.ec www.casadelaculturalojagob.ec

Primera edición ISBN:

facebook.com/cce.nucleodeloja twitter:@cculturaloja Loja-Ecuador

SUJETOS TÓXICOS Confabulaciones perceptuales que se esgrimen desde el Sur


«…Estamos empantanados en un momento absolutamente ideológico en el que la democracia está cimentada en el desánimo total. De Berlusconi a Kung Fu Panda, del marketing “buen-rollista”; de Starbucks a los “sujetos tóxicos” se traza un horizonte desalentador que torna pertinente un viejo lema de Mao “ Todo bajo el cielo está en completo caos, la situación es excelente”». Fernando Castro Florez



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SUJETOS TÓXICOS Confabulaciones perceptuales que se esgrimen desde el Sur

La satinada superficie en la que se deslizan los conjuros hegemónicos del sistema-mundo en su formato más siniestro, sirven de caldo de cultivo para que el hervidero majestuoso del servilismo haga su agosto en un mundo entregado a la dogmática tarea de nutrir ese voraz monstruo llamado sistema capitalista. El mismo que a canonizado mentes y cuerpos a través -ya sea- del capital simbólico intangible en lo que Bourdieu llamaría los “campos”, cruzando por los ejercicios de poder desplegado en los mismos “cuerpos” planteado en el panóptico Foucaultiano, o llevándoles al extremo de virulencia contaminarlo todo en lo que Baudrillard denominaría “la transparencia del mal”. La plataforma dogmática por la que se expande tales ejercicios conquistan una hegemonía planetaria capaz de tutelar hasta las voluntades de sus gobernados en una suerte de “microfísica del poder ” que lo inunda todo. Solo así conseguimos deducir todas la estrategias que van normando desde nuestro nacimiento -e incluso antes de él- una suerte de ejercicios que de una manera muy sutil se embuten en el modelo escolástico y curricular, así como en las normas de conducta y de etiqueta que van dictando el canon perfecto para consolidarnos en lo que podríamos denominar un ser “políticamente correcto”.

Fotografía: Estética Andina - Freddy Guaillas

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De esta forma, la religión, la moral, la ética, el trabajo, las buenas costumbres, y el comportamiento social, pasan a formar parte de los tales ejercicios de poder que dosifican como tranquilizantes al ser humano, incapaz de ser crítico frente al medio en el cual se desenvuelve. Entendido así el sujeto tóxico es un personaje que tiene posición, postura, integridad, por lo que es necesariamente crítico frente a temas de injusticias e inequidades, entonces todo el trabajo seleccionado posee esa suerte de valoración de este grupo de artistas que bajo estas circunstancias les toca ser sujetos tóxicos, es decir, seres críticos ante un mundo lleno de sinrazones. Dicho esto, el arte en sí mismo -el buen arte- no el que se desarrolla en los centros de intercambio comercial y de decoración, tiene como misión ser tóxico, dada la inconformidad propia de los artistas frente a las injusticias de este mundo, pero sobre todo, debido a que el mundo mismo y la apatía posmoderna agregada a los caprichos tecnológicos y la enajenación engendrada por los mass-media, moldean los preceptos vitruvianos del hombre perfecto, ya no desde los valores heroicos propios de la antigua Grecia, sino desde la indolencia ambiciosa que antepone el valor monetario y la individualidad a los desarrollos colectivos y afectivos en favor del otro.

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amalgama de opciones que seguramente se anteponen a la norma y de ahí su propio valor. Estas animadversiones sin duda son las que vamos a analizar en cada una de las obras de este selecto grupo de artistas lojanos sin pretender caer en ese nihilismo obsesivamente nietzscheano, sino más bien comprendiendo que el poder nocivo de su estética se transforma en el dispositivo crítico necesario para activar a una sociedad pasivamente controlada.

Hernán Pacurucu Cárdenas Crítico y curador

De esta manera Gabriela Punin, Emilio Seraquive, Freddy Guaillas, Leonardo Jiménez, Wilson Guamán, Mauricio Cruz, Juan Pablo Armijos y Néstor Ayala, están aquí con sus proyectos para hacernos comprender que ser tóxico, no es más que una forma de enfrentar al mundo sin la benevolencia conformista que sigue la corriente al sistema, y que el arte es un dispositivo crítico capaz de configurar otro mundo posible. Entendido así, estos sujetos tóxicos y figuras del desencanto, lo son en la medida en que hay una “normalidad hipócrita” que regenta la norma de lo establecido, comprendiendo que todo ser que cuestione esa norma es considerado tóxico al sistema. Tal cual los romanos llamaban bárbaros a todo el que no era romano, tildándolos de vivir en la barbarie, a todo enemigo que no conocían, sabiendo hoy en día que eran sociedades tanto o más complejas que las mismas romanas, así mismo el tono recalcitrante con el que este grupo de artistas proyectan su teórica crítica podría incomodar a un sistema preestablecido y por tanto resultan ser sujetos tóxicos, -que sin duda el mundo tiene que agradecer que lo sean- cuya misión es consolidar una

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Pre s e ntac ió n de D i e g o Naran jo Hi da l g o La decadencia de un sistema de consumismo y barbarie, sin gloria y sin triunfo para la humanidad, nos exige revalorizar la dimensión del arte y la cultura, que dentro de la lógica martiana debe llegar a su eslabón más alto, el de constituirse en la segunda naturaleza del hombre, porque ella es, claustro materno y creación de la humanidad. Por eso, siempre confiamos en que la cultura es la única vía capaz de lograr la ascensión hacia lo verdaderamente humano, y hay que asumir la ineludible tarea de sumar esfuerzos y voluntades para contribuir en la gran labor de propiciar espacios a nuestro pueblo, para la creación libre de las artes y el fortalecimiento de la conciencia nacional. Po ello, desde la Casa de la Cultura Ecuatoriana “Benjamín Carrión” Núcleo de Loja, asumimos que el arte y particularmente las artes plásticas, viven un momento histórico, donde se evidencia el nacimiento de nuevos actores, el florecimiento de nuevos estilos, de nuevos de contenidos, de nuevas formas de interpretar el mundo y de nuevas manifestaciones impulsadas por nuestros artistas, que van poniendo sus obras sobre el mapa de la Patria. Es muy justo por ello, entender esta dinámica que se rebela ante lo estático, ante la quietud que paraliza y mata (José Ingenieros), y considerar que el arte en estos tiempos requiere energías renovadas e ideas creadoras, que permitan emprender una gestión cultural incluyente, democrática y organizada, para una entidad como la nuestra, que fue creada, como señalara Benjamín Carrión, para «salvar a la Patria desde la cultura». Pero asumir ese nuevo momento histórico, no significa renunciar a nuestra esencia incluyente e intergeneracional, significa abrir nuestro pensamiento para las transformaciones venideras, partiendo de las aportaciones del pasado y a esa experiencia acumulada sumarle el caudal

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creador de las nuevas generaciones, para levantar con unidad en diversidad, ese cúmulo de creaciones que deber estar a nivel de nuestro tiempo y de nuestro pueblo, como insistentemente lo he recalcado. Sabemos que la fuerza de un pueblo no se mide por las características reduccionistas del desarrollo despojado de humanidad, sino por la capacidad histórica de creación y por aquella mágica forma en que los hombres y los pueblos graban sus huellas inmortalizando su acción. Las artes plásticas por lo tanto, cumplen por medio de los seres que las producen, una función magnífica, pues saber materializar en una obra: los hechos, los sentimientos, los pensamientos, las convicciones e ideales ante lo venidero, y la rebeldía ante lo caduco y lo sin nombre; es una acción gigante, un legado a la sociedad, porque en sus obras el color y las formas, no cumple su mínima decorativa, sino que colmadas de argumentos dan luces a un escenario encerrado por imposiciones. Loja ha sido una tierra de hombres y mujeres, parafraseando a Emerson podríamos decir, de aquellos hombres y mujeres calificados como seres simbólicos, artistas formados por síntesis, porque esta fuerza creadora es transeúnte y alternante; diríamos que es la unión de dos riberas, la influencia recíproca de dos metales en contacto; la experiencia de la creación que no se halla en casa ni de viaje, sino en las frecuentes transiciones y mudanzas; este dominio de ambos elementos es lo que explica el poder y el encanto. Y eso precisamente impulsamos, una gestión en espiral, seguir abriendo caminos para que no cese jamás el trabajo luminoso y extraordinario del artista de nuestro tiempo, que en la Casa de la Cultura Ecuatoriana Núcleo de Loja, tiene a su institución, a una institución incluyente y participativa, que enfrenta estos tiempos de extravío social, con una visión renovada y transformadora, donde apoyamos el arte para redimir a nuestra sociedad, sin ningún tipo de ataduras, fomentando el alma creadora de nuestro pueblo, que fortalece su trayectoria y agiganta la cultura nacional.

Diego Naranjo Hidalgo Director de la Casa de la Cultura Ecuatoriana Benjamín Carrión, Núcleo de Loja

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Lanzamiento de convocatoria “Arte en Loja”

Visita a talleres de artistas

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Re v isió n d e p or tafo l i o s

Montaje de obras y fotografía

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Artistas y obras

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Gabriela Punin Burneo

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Gabriela Punin Burneo Candidata a Phd en Arte y Diseño en la Universidad Nacional Autónoma de México. Maestra en Artes Visuales por la Universidad Nacional Autónoma de México con mención de honor. Diplomado en Artes Visuales por la Universidad Nacional Autónoma de México. Licenciada en Arte y Diseño en la Universidad Técnica Particular de Loja. Investigadora en proyectos de nuevos materiales e instalaciones artísticas, en la actualidad me dedico a investigar y producir obra artística de Bioarte. Docente Universitaria en las materias de Historia del Arte y Dibujo artístico. Como experiencia laboral trabajo 12 años en la Escuela de Arte y Diseño de la UTPL.

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Gabriela Punin Burneo

La piel como envoltorio de un cuerpo invisible

Sintonizada bajo la frecuencia estética de lo que en algún momento de la historia del arte contemporáneo se denominaría bio-art, bioarte, arte y ciencia o prácticas artísticas con biotecnología, se encuentra la obra de enmarcada sobre los confines del desarrollo científico -pero eso sí- sin descuidar ese elemento crítico que caracteriza la tendencia a favor de emplazar sobre la mesa de la discusión los desarrollos propios de la biotecnología y la problemática moral emergente una vez que es puesta en valor ético y en relación a la sociedad en que estas prácticas se desenvuelven. Efectivamente y bajo el patrón de artistas como el afamado Eduard Kac conocido por su conejo alba, (que cambia de color gracias a la incrustación de un gen de proteína verde fluorescente de una medusa) o Heather Dewey-Hagborg quien recoge de los transeúntes anónimos, ADN de colillas de tabaco y restos de cabello, los cuales gracias a un software se les reconstruye la cara en 3D, perdiendo ese anonimato sin la autorización de los implicados. En el caso de Gabriela Punin quien al igual que Oron Castts o Ionatt Zur cultiva tejido vivo a partir de bacterias las cuales una vez regeneradas bajo una simbiosis microbiana son elevadas a formatos escultóricos -en algunos casos- instalativos -en otros- en objetos arte, o forman parte de una obra bidimensional, todo ello poniendo en tensión la dinámica

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Gabriela Punin Burneo

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discursiva que fomenta el debate entre los mismos límites de la creación y la puesta en duda sobre la existencia de un ser creador, dador de vida frente a toda esa argumentativa científica que nos lleva a sostener que la ciencia y la tecnología per se ponen los límites de la creación. Todas estas tensiones no hacen más que reflejar el nivel crítico que se postula bajo las tradiciones de una sociedad culturalmente propensa a cultivar valores socio-ético-religiosos enfrentada al surgimiento de las nuevas sociedades del conocimiento (como Silicon Valley) cuya frialdad moral y ética mantiene atónitos a los formatos más tradicionales. Es así que Cuerpo un objeto artístico presentado en este proyecto saca a la luz las experiencias del dolor más profundo, ese dolor indescriptible que atraviesa la piel y que penetra un agujero infinito cuya profundidad se puede personificar sobre la estampa de un hoyo negro, profundidad figurada de la relación entre la oscuridad que se produce frente a la superficialidad de la piel, de esa epidermis entendida como envoltorio, como el empaque sutil que envuelve un cuerpo ficticio cuya única existencia dentro de esta obra es la fuerza metafórica de la nada -de lo que no existeque es el cuerpo que sufre. Cuerpo que toma el carácter irónico de esta obra a pesar de que no es posible mirarlo, y que, no obstante, es muy posible sentirlo a través de esa rajadura de esa profunda herida, de esa abertura cuya única razón de ser es mostrarnos que jamás cerrará.

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Gabriela Punin Burneo

quien apoyado en la atmósfera del progreso y la ciencia corren el riesgo de creerse el ser todopoderoso al que algún día adoraron. Final de la ética, comienzo de la cibernética, momento preciso en donde no hay que dar cuentas a nadie. Al otro extremo -y con cuidado que la similitud estética no nos deje engatusar- se encuentra Piel con pocas heridas una instalación cuya temática finalmente es el opuesto necesario de Cuerpo como la otra cara de la moneda, ese simbolismo de algo que siempre esta allí a pesar que nunca se verán juntas, Piel con pocas heridas nos propone una salida a esta eterna crisis, una suerte de sanación, de purificación. Con esas tinas de lavado el organismo que luego se transformará en un biopolímero, aún sigue vivo, no solo está sanando sino creciendo, la piel o mejor dicho, esa simbiosis microbiana a la que llamamos piel tiene vida y prospera, se regenera como esa re-significación de un cuerpo ya sin dolor, como un cuerpo que ha superado el sufrimiento -un cuerpo sanadoporque una piel sana significa un cuerpo sano, una piel que produce celulosa necesariamente nos hablaría de una piel curada pero sobre todo de un cuerpo que -no es posible mirarlo- totalmente curado, curado y desarrollándose exitosamente. Ahora bien, ese desarrollo no es sin fin, también posee fronteras que le marcan los límites dimensionales de las tinajas que lo soportan y que cada vez van apretándose más, entendiendo que para Punin luego del éxito siempre llegará el abismo, es más, que el mismo éxito es el que produce abismo en la medida en que va en aumento.

A pesar de ello, el dolor y solo ese dolor es el que le mantiene vivo, le mantiene dolorosamente despierto, sabiendo que esa efigie es usada desde el medioevo como elemento doliente de un padecimiento inigualable, pensemos en los cristos medievales con esas heridas recónditas que nos representa el padecimiento obsceno de un Cristo muerto, un ser que se sacrificó por nosotros soportando un tormento morboson. Dolor que Gabriela Punin intenta traspapelar una vez que el espíritu de la época medieval transmutó de la razón propia de un dios todopoderoso a una razón científica del hombre cartesiano,

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Gabriela Punin Burneo

Cuerpo a partir de microorganismos

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Gabriela Punin Burneo

Piel con pocas heridas

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Emilio Seraquive

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Emilio Seraquive Artista Visual, graduado en la Carrera de Artes Plásticas de la Universidad Nacional de Loja en el 2014 (Ecuador). Ha realizado cinco exposiciones individuales: “Rastros Urbanos” Octubre 2009, ´´Enigmas Existenciales´´ Junio 2011, “Espacios Urbanos” Julio-Agosto del 2012, “Transeúntes Solitarios” Enero 2013, “CONTENEDORES URBANOS” QUITO Agosto 2014. Galardonado con la presea Eduardo Kingman otorgada por la Casa de la Cultura Núcleo de Loja en el año 2017 por sus logros como artista visual a nivel nacional. Es el primer artista visual lojano en ganar el Primer Lugar en el 54 Salón de Octubre Independencia

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Emilio Seraquive

El primer encuentro (una película de terror) Mientras participaba de un sinnúmero de actividades dentro de uno de los eventos más significativos de la pintura de este país, y bajo toda esa amalgama de formas, formatos, pigmentos y demás estrategias por clamar la atención; un espectro cáustico depositado en uno de los rincones de la sala determina de una manera abrasiva que me aproxime cual mariposa a la luz.

de Guayaquil 2012, -Primer Lugar Salón de Dibujo 21 de abril, Riobamba Abril 2017, -Primer Lugar Salón de Junio Machala 2017, Segundo Lugar 58 Salón de Julio Guayaquil 2017. Actualmente es representado por la Galería Iliana Viteri (Quito) una de las más representativas del país.

Sin duda la profecía didi-hubermaniana de que los objetos del arte te miran y nunca tú a ellos, se cumplía a cabalidad, cuán cierto lo fue que no pasaron horas enteras, fueron días enteros que mientras se desarrollaba el arduo trabajo estético de calificar obra por obra -a cada instante- volvía a sentir que algo me miraba tras la nuca, una y otra vez dicha obra me hacía retornar a ella en específico y cada día me expresaba algo nuevo, algo diferentemente recóndito. Nunca más me volvió a interesar nada de lo que pasaba en el evento, que se desarrolló a cabalidad y del cual dicha obra nunca fue la ganadora (tal parece obtuvo un honroso segundo lugar) pero sin embargo, el sabor gustativo que proyectaba fue lo único que me incumbía, entendiendo que un primer premio considerablemente está enmarcado en lo que forma parte de lo “políticamente correcto” y por tanto, es del consenso general, lo que Seraquive postulaba tendría que ser mucho más allá de un premio, era -sin duda alguna- esa obra de la cual Emilio Seraquive luego formaría una maquiavélica serie que me dejaría noches enteras sin dormir y esta fue La gota que derramó el vaso 1. Título de la obra ganadora del segundo lugar en el Salón de Julio en julio del 2017, en el que participaba como Director de Jurados del mencionado evento.

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Parentescos perversos Aun cuando su trabajo se lo trata de apiñar junto a su colega y amigo Freddy Guaillas (otro de los seleccionados a esta muestra), a lo mejor por situación geográfica (ambos viven en la zona sur del país) o a lo mejor una situación generacional (empatía de edad y experiencias) o por el simple acto de afectividad, siempre me pareció forzada esta vinculación, tomando en cuenta que el desarrollo del arte de Guaillas siempre terminará en un devenir conceptual, mientras que lo que Seraquive produce constituirá -eso que Deleuze afirmaría en la obra de Bacon- la idea de pensar no con el cerebro sino con el sistema nervioso, es decir, todo ese sinnúmero de circunstancias que permiten que el trabajo fluya a través de una lógica de las sensaciones. Es por ello que, desde mi punto de vista, a partir de una hermenéutica vinculante ese acercamiento más certero podríamos encontrarlo en la obra del maestro Luigi Estornaiolo o la de Wilson Paccha o del guayaquileño Raymundo Valdez entre otros, así como de las influencias internacionales del chino Cai Guo-Qiang, del alemán Neo Rauch, pero sobre todo del japonés Tackashi Murakami. La posibilidad de este “enganche” nos proporciona una consistencia ontológica posible de adjudicarlo en el interior de tendencias posmodernas, fusionando el sarcasmo con el que el mismo autor se identifica para combinarlo con la fina estampa irónica que proporciona Estornaiolo en su trato con la pintura o el formato comic al que Valdez acude para enfrentar el posicionamiento de mundo y su discurso crítico.

El encantamiento maquinal Degustando ese fino y delicado juego de las percepciones, en lo que podríamos definir de encantador por perverso, anexado a la “glaciación del espíritu” -parafraseando a Boudillard- una vez que

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se ha agotado toda posibilidad de encuentro con el otro, eso es lo que tiene de encantadora esta obra, y hace de Seraquive un artista maldito. Lo maldito es maldito porque a pesar de ser nocivo, tiene algo que nos gusta y si no nos gustara fuera simplemente malo y se encontraría en otro plano de la discusión, sin embargo, el proceso técnico per se constituye un exquisito orgasmo, entendido -por un instante- como el puro placer pictórico, como si presenciáramos la orgía del arte, a la cual pocos somos los invitados; acrílicos crudos, empastes, color incrustado en la tela directamente desde el tubo del óleo, idas y venidas de trazos con grafito, esmaltes, choreados, dripping, objetos perdidos, ojos de los muñecos de peluche, trapos, paletas y elementos que se introducen de manera amistosa dentro de la composición, plastilinas, cuadros dentro del cuadro, papeles dispuestos sobre contraste de espacios vacíos de tal forma que no causen el efectivísimo maloliente del barroco, sino la esbeltez más conveniente, todo ello confabula para que el encantamiento maquinal haga de Emilio Seraquive uno de los más excelsos pintores del país.

La precepción sarcástica del mundo No obstante, la cosa no queda ahí, el afianzado proceso de dominio técnico a ratos se ve ensombrecido por la discursiva pertinente de su programa teórico-crítico y es entonces que entramos al mundo real de Seraquive y sus Veredas frías. Abandonado por un instante el efecto encandilante de su desarrollo competentemente magistral, para sumergirnos en la visión sarcástica que este artista posee del mundo. Tal como nos comentaría en la entrevista para este ensayo: «La existencia, el tiempo, el abandono, la rutina, el miedo, la soledad, la duda, son los elementos visuales y sarcásticos que componen el espacio sensorial de este proyecto denominado Veredas frías, en el que la objetividad de los personajes que habitan estos mundos imaginarios se desvanece entre las manos y la mirada frígida del hombre contemporáneo, a veces, como la arena de la playa cuando de niño juega con ella. El desastre cotidiano provocado por el ser humano,

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representada en imágenes grotescas y enajenadas, caricaturizan el real comportamiento del hombre en un ambiente debilitado. Sobre estos seres desequilibrados elaboro un discurso introspectivo en el que se manifiesta la incompetencia del espécimen humano para ser el punto inicial del desequilibrio del planeta. En el que se visualizan seres bucólicos y perturbados, que enfatiza estos tiempos dispersos y de crisis existencial del individuo y a su vez evoca aquella naturaleza destructiva del hombre. Son seres que deambulan por un escenario caótico y claustrofóbico a veces desértico como su interior mental, sin salida ni conciencia vital; eso es lo que le estamos haciendo a nuestro entorno; lleno de metáforas acerca de la vida que llevamos, destino incierto para la humanidad cuando aún rondan aquellos recuerdos casi perfectos de la niñez, eso nos queda ¿Qué más se puede decir?» 2 . Aquí se refleja de manera efectiva la preocupación por el artista por retratar un mundo, mundo en donde su elemento compositivo principal es este ser enajenado llámese: Criatura gélida (2015) El niño que no quería crecer (2017) llámese El gran orador de la silla (objeto pictórico 2018) o El niño que quería ser presidente (objeto pictórico 2018) todos ellos mantienen el protagonismo y roban el escenario, mientras el planeta, el sistema-mundo al que pertenecen siempre se encuentra convertido en un plano, tal como en los mapas acontece incrustado entre las dos dimensiones de la obra por lo que se encuentra craquelado devastado y en continuo sufrimiento. Mientras el personaje principal manipula maquiavélicamente con todos los objetos a su disposición, siempre son retratos, aunque nunca lo son en su totalidad, como en: Paisaje accidentado (2017), Vereda endémica (2017) Maqueta para una ciudad (2017) un gusto y sincero homenaje a su querido amigo Klever Ajila fallecido de trágica manera, o en Metamorfosis (2018) sustentada en la cita kafkiana del hombre que es devorado por la maquinariamundo, este personaje a veces obrero, a veces payaso, no sabe qué hacerse mientras hasta sus propias ideas son consumidas por el sistema brutal en el que habitan estos paisajes bucólicos sacados de las fábulas más aberrantes que volverían una broma de mal gusto hasta el más lóbrego rincón del infierno de Dante en su intento por retratar la tragedia de este otro mundo que es el

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Entrevista con el artista.

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mismo pero no lo es. Pero y sin dudarlo el acontecimiento más provocativo en el que Seraquive aglutina ese poder crítico evidenciado en su propio contexto, lo cual el torna más virulento, se encuentra contemplado en la obra Utensilios desechables (2018) una crítica social a un político local de turno que de una manera muy grotesca se refiere a la manera aséptica de controlar la población canina del lugar: «…hay que buscar la forma más racional de hacerlos desaparecer. Si esa carne puede ser aprovechada para algo, en buena hora, sino tendrá que servir para producir abono. La vida misma es reciclaje. Todo lo que no sirve contamina». El estruendo conceptual que estas declaraciones producirían en gran parte de la población afectaría esa sensibilidad estética y activarían la vena creativa, pero sobre todo, esa máquina de guerra que esboza el artista en todo su trabajo disponiendo el formato de la pintura a la lucha armada, pues nadie tiene tal conciencia crítica como el propio Seraquive: no nacimos para ser Utensilios desechables.

Fin de la historia El desarrollo pictórico no muere ni con lo contemporáneo, ni con lo posmoderno, la pintura jamás adquirirá ese instante hegeliano de su fin, ni el rey ha muerto ni que viva el nuevo rey, acudimos a una pausa en el mundo para repensar el sistema del arte en su formato: “casa de subasta o burbuja especulativa” de la cual es preso sobre todo en la forma de narco-marchantes que especulan con los capitales brutos de las máquinas de hacer arte (casos conocidos los de Koons y Hirst) para alimentarnos una vez más de la riqueza de las formas, de los discursos, pero sobre todo de algo que pareciera perdido pero que jamás lo estará, el puro placer de contemplar una pintura sin más ejercicio que el del gusto, (llámese kantiano o no) pero gusto al fin. Esta historia continuará…

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Emilio Seraquive

El gran orador de la silla

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El niño que no quería crecer III edición

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Detalles de “Tres estudios para figuras en la base de una crucifixión según Francis Bacon”

Tres estudios para figuras en la base de una crucifixión según Francis Bacon 34

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Emilio Seraquive

Metamorfosis

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Aguador Atemporal

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El niño que no quería crecer III

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Utensilios Deshechables

Bocetos para “Utensilios Deshechables” 38

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Néstor Miguel Ayala Peñafiel

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Néstor Miguel Ayala Peñafiel (Manpart) Estudió pintura y grabado en la Universidad Central del Ecuador, facultad de artes, Quito. Se ha desempeñado como docente en instituciones públicas y privadas, es miembro de número de la Casa de la Cultura de Loja, sección Artes Plásticas. Cuenta con exposiciones individuales como: 1988 la galería “Tú y yo”, Quito. En 1992 la Alianza Francesa de Loja acoge sus propuestas determinantes bajo el tema “Retrospectiva de Grabado”. En 2003, la Casa de Cultura de Pravia, España, aplaude las visiones de “Pintura mágica andina”. En seguida la Galería de arte “Cimentada” Oviedo, España, enfoca la “Pintura sígnica urbana”. Es en 2006 que el Museo de la Cultura de Lojana impulsa un arte diferente con arte emergente alternativo actual, denominado “Vaivén de circunstancias torpes”. Desde 1984, registra más de 50 exposiciones colectivas entre pintura, escultura, cerámica, grabado, dibujo, instalaciones, happening y arte emergente alternativo actual, en varias ciudades del

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Economías del éxodo país y del extranjero. Por su constante dedicación creativa ha sido merecedor de varios premios y menciones en salones y otros, como: Primer Salón Nacional Universitario de Pintura CCE y FEUCE Quito, grabado Fundación Coloma Silva Quito, Mascaras artísticas, decorativas y de uso popular IADAP - Quito, pintura Diners Club XXXVII Salón de Julio - Guayaquil, Salón Mariano Aguilera - Quito, pintura al aire libre H. Consejo Provincial de Loja, V Salón de Artes al aire libre Municipio de Guayaquil, III Salón Nacional de Escultura Contemporánea Museo Municipal de Arte Moderno Cuenca, tercer salón nacional de pintura “Eduardo Kingman Riofrío” UNL, Loja, XI salón nacional de escultura contemporánea Casa de la Cultura núcleo de Loja. Su trabajo forma parte del coleccionismo público y privado en los países: México, España, Estados Unidos, Paraguay, Canadá, Perú, Chile, Francia, Alemania, Japón y Ecuador.

La vida es un continuo desplazamiento, nos movemos desde la casa al trabajo, del trabajo al restaurante, para por la tarde retornar a la casa, las vacaciones son una forma de desplazamiento para encontrar -en un contexto diferente- la paz interior, la medida del éxito posiblemente ya no se mida en efectivo o con propiedades, sino en distancias, de tal forma que el que más lejos ha ido seguramente está en la cima de la pirámide social, en los paquetes de las aerolíneas y tarjetas de crédito el efectivo no tiene cabida, el valor se lo da en millas, de tal manera que tu reúnes 6000 millas y te dan un bolso, 11000 es una botella de whisky, 20000 millas un ticket vacacional, etc. Desplazarse en el mundo actual significa estatus, poder, frases como: “tengo un viaje de negocios”, son formatos que alimentan el éxito del que lo dice, sabiendo que en el fondo lo que se quiere decir es: “soy tan importante que la empresa confía en mí al punto de que me paga el viaje en su representación”, todo este mundo gira en torno al viaje, las selecciones de cada país o de cada ciudad o de cada barrio, viajan a encontrarse y competir con su pares, el sistema capitalista y su ideal competitivo fomentan ese modelo de competitividad, avalando el viaje como el valor del encuentro, pero también de la pose, del estatus. Por otra parte, tenemos los éxodos mas traumáticos, aquellos en donde la persona deja una vida entera en pos de otra mejor, crisis económicas como las vividas hoy por los venezolanos, hace diez años

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Néstor Miguel Ayala Peñafiel

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fueron los españoles los que migraron a este país, en ese proceso también se suman los cubanos, lo haitianos, entre tantas otras desagradables situaciones en donde grupos enteros han tenido que migrar por razones que están fuera de su voluntad. La guerra siempre ha sido un dispositivo pleno para que los grandes grupos migren en busca de la tranquilidad, en definitiva, vivimos en un continuo desplazamiento en donde lo estático no existe, a lo mejor la tesis de Zygmunt Bauman sobre un mundo líquido se hace efectiva y lo sólido, lo estático, lo normativo, está derritiéndose para ser moviblemente desplazado como lo es lo líquido. Entonces, nos encontramos en un instante de la vida en donde la mejor manera de desplazarnos es quedándonos fijos en un punto, ya que todo el mundo a nuestro alrededor se mueve y en ese movimiento modifica todo el espectro y campo visual, por lo que quedarse quieto podría ser la mejor manera de transitar por el mundo. Sujeto a este formato crítico de la sociedad en movimiento se encuentra Néstor Miguel Ayala, el que en un trabajo instalativo pone de manifiesto la bestialidad con la que el caos vehicular invade toda posibilidad de calma, además de mostrarnos todas las patologías que brotan en un mundo tan caótico como anárquico, en donde los únicos ganadores son los que más alzan la voz y en donde la violencia ha llegado a extremos nunca antes vistos, aflorando nuevas enfermedades como el estrés o patologías más puntuales como la ira de carretera, hoy en día enfermedad “de moda” que se relaciona con las grandes metrópolis y que actualmente es curada con internamiento tal cual un tratamiento antidrogas.

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Néstor Miguel Ayala Peñafiel

Por ello, la puesta en escena comprende un sinnúmero de estrategia visuales que nos hacen pensar en el acopio desprovisto de sentido al que nos vemos revocados fruto del egoísmo y egocentrismo que no nos permite ver los profundos perjuicios sociales, colectivos y funcionales de políticas menos nocivas e indubitablemente menos contaminantes. Entendido así, esas fluctuaciones de vehículos sin parar -por alguna extraña razón- me recuerdan a esos éxodos bíblicos con imágenes de líneas de gente que viaja en un solo sentido, pero, en la obra de Ayala el éxodo es contemporáneo, la multitud es vehicular y el sentido es uno solo, el éxodo en las ciudades actuales se da como migración de la casa al trabajo en la mañana y de retorno a la casa, en las famosas horas pico, en donde la congestión torna el evento en una procesión sin fin, horas de horas sin posibilidad de retorno ni de avance, el caos reina, pero en dicho caos el orden se autoinfringe con violencia, la ley, si es que hay una ley es la del más fuerte, la cuidad colapsa mientras la noche se apodera del tráfico y la belleza del caos torna un aura casi primorosamente demoníaca, mientras las luces de los carros forman constelaciones en una armonía que pondría hacer sollozar a cualquier futurista italiano. Gratitudes Néstor Miguel Ayala por ofrecernos una poesía críticovisual del caos.

La propuesta de Néstor Miguel Ayala siendo fácil de digerir posee un componente potentemente crítico que se introduce en el cotidiano de una manera tan refrescante como entretenida y muy probablemente ese es el núcleo efectivo por lo que esta propuesta adquiere relevancia, en el mundo de las pretensiones de las sofisticaciones en donde los textos así como los hipertextos nos han trasfigurado en seres individualistas egocéntricos imposibilitados de negociar con el otro, (propuestas tan honestas como esta) son un aliciente a toda esa verborrea teórica que sobrepone el engaño discursivo a favor de obras de bajo linaje.

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Néstor Miguel Ayala Peñafiel

Sujetos Tóxicos

Sujetos Tóxicos

Néstor Miguel Ayala Peñafiel

Más y más, en rojo

Bocetos 44

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Juan Pablo Armijos

Sujetos Tóxicos

Juan Pablo Armijos Actualmente se encuentra desarrollando un tipo de obra, donde combina caricatura, realismo e ilustración. Simultáneamente se dedica a la docencia a nivel primario y secundario, situación que le permite explorar otros medios de expresión plástica. En una primera etapa se dedicó al desarrollo de una propuesta artística en donde se evidencia la representación de la figura humana desde el realismo como elemento central, abordando la problemática de la deshumanización social.

Sujetos Tóxicos

Juan Pablo Armijos

El creador de realidades Para comprender a cabalidad el rollo estético que nos presenta Juan Pablo Armijos, debemos acudir sin más ni más a dos obras claves, que son el eje transversal por el cual pudimos ir deshilvanando todo el complejo enredo conceptual que muy astutamente Armijos coloca como una estrategia para ampliar los horizontes descriptivos de su trabajo así como sus códigos, -entendiendo claro está- la complejidad de su estética la que se va dando a partir de lo que llamaríamos un dominio histórico y ese algo más, que se desdibuja entre la caricatura, el comic y lo que podríamos considerar obra de arte. Todo ello lo encontraríamos analizando minuciosamente su statement que nos dice: «El arte, entre otras cosas es un reflejo de nuestro ser, posiblemente este reflejo sea más real que el que nos ofrece un espejo, hace tangibles la ideas, inquietudes, experiencias, temores que nos construyen como individuos; nos permite adentrarnos en nuestra propia identidad y desde allí proyectar lo que somos. Por medio del arte lo objetivo pierde piso universal cuando DESMENUZA ESE SER SUBJETIVO QUE VA MÁS ALLÁ DE UN REFLEJO». 3 Hermosa metáfora de lo que nosotros constituimos como ‘sujetos tóxicos’, y que en este caso refleja la preocupación del artista por entender el instante subjetivo al que la razón ha negado. Statement del artista.

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Juan Pablo Armijos

Sujetos Tóxicos

La primera obra consiste en El otro (2017), lo cual sin duda nos remite a la obra de José Luis Borges llamada EL otro en donde el Borges viejo se encuentra con el Borges joven, más aún cada uno trata -en la medida de lo posible- de evadir tan incómoda situación, en el caso de esta obra que es una plumilla de pequeño formato, el uno es el reflejo del otro en donde el espejo hace de mediador o figura liminal, y en donde la máscara que el sujeto real deja caer, es la misma pero invertida que el sujeto ficticio, no obstante un pequeño detalle, el sujeto real al que se le cae la máscara y deja ver su otro convertido en comic, está situado dentro el espejo, mientras que el que funge de comic con máscara de humano está en lo que podríamos llamar el mundo real. Vaya dicotomía. Eso nos lleva a otro plano de la discusión, para preguntarnos quién está en el mundo real, el humano con máscara de comic o el comic que finge de humano, y la pregunta va más allá, existe un mundo real o todo es simplemente el reflejo mal intencionado de todo, y el mundo real se desdibuja en eso que podríamos denominar norma, es decir el mundo regido al mundo de lo correcto de lo perfecto en definitiva de lo normal, es puesto en cuestión tal cual la tesis curatorial que avala esta publicación. Astucia total de Juan Pablo Armijos que nos pone a reflexionar sobre temas de realidad, de sueños, pero sobre todo de otredades, picardía que nos lleva a pensar en Armijos como un “sujeto tóxico”, que alimenta todo ese panorama crítico en un mundo absolutamente enajenado, gracias a ello que Aldous Huxley irónicamente llama ‘un mundo feliz’, el mismo que pensaría -muy al contrario de George Orwell y el ojo vigilante del gran hermano- que la perdición del ser humano no está en la prohibición, la vigilancia y el control, sino en la liberación de todo; ya que en un mundo feliz el poder controla a la población por medio del placer. Si a todo ello adherimos la tesis marxista que nos dice que la historia se repite dos veces una como tragedia y la otra como farsa, efectivamente el confuso mundo del artista se despliega entre un mundo de la conjetura epistemológica formal que se atribuye la historia como documento de veracidad y de memoria, pero al mismo tiempo esa historia del arte que sostiene dicha formalidad se consigna en el extraño mundo de la farsa que en Armijos es entendida como comic, es decir como una falsificación irónica del mundo.

Sujetos Tóxicos

Juan Pablo Armijos

andamiaje epistemológico, en donde Rembrandt y la lección de anatomía o el Napoleón del Neoclásico o la Venus de Botichelli son el objeto sólido que mantiene -ya no solo tal historia- sino la memoria de un mundo, en este caso el mundo de la historia del arte y todo el plano de la academia y la ciencia como modelo investigativo en su conjunto, a pesar de que el vuelco estético de caricaturizar esa historia suplanta cualquier intento de seriedad volviendo a dicha historia una mera fábula. La fábula otra vez es una historia a la que no se le atribuye veracidad aunque siendo cierta o no, es divertida pero no puede ser comprobable por lo que perdería su veracidad, aun cuando tampoco pretende aferrarse en la formalidad histórica del documento y la documentación de la ciencia (la prueba o la evidencia), la fábula acude al misticismo de la magia de la oralidad, del despiste, incluso pudiendo usar estrategias como la ironía se consolida todo esto como su epistemología interna particular, produciendo un desenchufe explosivo que posibilita la formulación de otras realidades -ni mejores ni peores- simplemente otras realidades que se crean paralelamente a la nuestra pero que contienen otro tipo de potencialidades cuya ontología base está aferrada a un formato diferentemente extraño como puede ser el arte. En este sentido el arte puede ser un dispositivo desplegado que fomenta ese otro tipo de realidades en una construcción de mundo ficcional pero que a la vez que crea esos nuevos mundos, también está analizando nuestro mundo, ese mal llamado mundo de la realidad, entendiendo que la ficción funciona solamente como efecto de comparación de lo que existe y aquí cabe la otra obra de Juan Pablo Armijos: Rutina (2017) un trabajo en donde el hombre –probablemente un obrero de fábrica, por su vestimenta- cansado de un día de trabajo llega a su cama y se saca la máscara de hombre para mostrarse tal cual un comic, comprendiendo el peso que le cuesta ser real en un mundo estructurado para la gente cuerda y normal. Otra vez nos lleva a repensar si es válido lo real (la apariencia de realidad) o si esa realidad es la representación de la vida real, muchas preguntas y pocas respuestas, tal como debe ser el buen arte.

Dicho así, la historia como documento de veracidad soportaría ese

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Juan Pablo Armijos

Sujetos Tรณxicos

Sujetos Tรณxicos

Juan Pablo Armijos

El Otro

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Juan Pablo Armijos

Sujetos Tóxicos

Sujetos Tóxicos

Juan Pablo Armijos

Leonardo Da Vinci (serie “Parodias del ser”) Rembrant (serie “Parodias del ser”)

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Wilson José Guaman

Sujetos Tóxicos

Sujetos Tóxicos

Wilson José Guamán

Wilson José Guamán Correa La plusvalía como territorio de dominio de social

Asumo lo experimental, lo investigativo como ejercicio de pensamiento. Entender las dinámicas de producción del arte contemporáneo, el jugar con mi imaginario, me hace ser participe en Sur Laboratorio de arte contemporáneo febrero 2018. Sirviéndome del lenguaje de la pintura y con gran interés de realizar cortes significativos en mis ejercicios plásticos diarios reúno estos procesos en “Sencillo” proyecto expositivo que fue expuesto en la Sala Victor Mineros de la ciudad de Quito junio 2018 en la Casa de la Cultura Benjamín Carrión. Mi vida profesional se comparte en dos ejes

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en el 2012 ingreso como docente en la unidad educativa Adolfo Valarezo, y el otro eje como productor, obrero del arte en el espacio independiente ”El Artista” 2016. Los múltiples ensayos artísticos aun académicos me valieron reconocimiento en varios salones locales y regional: Salón de noviembre Loja 2014 menciona de honor, Salón de noviembre Azogues 2008 segundo lugar, Salón Eduardo Kingman Loja, 2008 segunda mención de honor y Loja Federal pintura al aire libre Primer lugar 2006 y segundo lugar 2005, Universidad Nacional Concurso de dibujo 2005, segundo lugar.

Otro de los artistas “tóxicos” que envenenan el sistema cuando este quiere jugarles una mala pasada, es Wilson Guamán un artista que tal como Guaillas se preocupa de la problemática local, aun cuando para Guaillas el trabajo está encaminado a la producción de sentido a través de modelos identitarios y de reconocimiento propio, para Guamán su preocupación surge por el avance del progreso y las secuelas nocivas que este va dejando en su tormentoso paso. Su desasosiego obedece en el primer caso al abrupto tema de los bienes raíces y la problemática de las invasiones, de los terrenos ilegales, además de los abusos cometidos dentro de los sistemas mafiosos de la plusvalía y todo ese procedimiento macabro de coimas y subvenciones que hacen que unos terrenos suban de precio, otros bajen de precio, sin dejar de rozar eventuales problemáticas como la expropiación, la gentrarización, temas como lo privado lo público o cómo habitar el espacio. Para ello despliega estrategias viables que de una manera muy creativa denuncian tales actos, como podremos ver en la obra: Se vende este lote (2018) un proyecto que consiste en ubicar un lote en venta en la ciudad de Loja, para en este terreno apropiarse de la planimetría, posterior a ello levanta su perspectiva a través de una intervención plástica que le da volúmenes al terreno desde diferentes puntos de vista, y finalmente se interviene pictóricamente.

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Wilson José Guamán

Sujetos Tóxicos

Sujetos Tóxicos

Wilson José Guamán

Poner el punto en la llaga, esto es lo que hace este artista cuando de manera abrupta se entromete en los dominios de la plusvalía sacando a relucir temas sociales como la venta de terrenos y la manera en que ciertas zonas se van consolidando como espacios, que determinan los estratos sociales de quién puede o no vivir dentro de tales áreas.

objetos que cautelosamente se incrustan en las dos dimensiones del trabajo bidimensional, para que con una elegancia extrema se consiga armonizar todo el conjunto -no solo a favor de la estética visual- sino sobre todo en bien de la estética filosófica entendida como el pensamiento sobre lo bello, eso que para Alexander Baumgarten se conoce como el conocimiento sensible.

Un dentro-fuera que posibilita a su vez que el artista denuncie esos formatos, que ya no solo tienen que ver con la condición económica de los afectados sino con la condición socio-racial y su posición en la escala social, al mismo tiempo que determina el gran grupo que no puede acceder a estos terrenos y por tanto no puede introducirse en este sistema limitado. No es gratis la construcción de ciudadelas aisladas por grandes muros que establecen quién puede estar adentro y quién jamás atravesará esos muros.

Una serie de obras cuyo desplazamiento cognitivo activa esas formas más infranqueables de la mente y nos lleva a un mundo “otro” en una detonación filosófica tal cual como cuando nos pusieron por vez primera un cubo Rubik o un tablero de ajedrez.

En la obra: Sentido de propiedad (2018) la apropiación de la planimetría está dada puntualmente por terrenos ilegales que fueron ofrecidos para su legalización, ofrecimientos políticos y de diferente orden que jamás se cumplirán

Obras como: Desdoblamiento del error (2018) que consiste en una hoja de cuaderno estudiantil arrugado y un borrador; o Diálogo familiar (2018) obra que utiliza una sopa de letras empacadas al vacío y curas médicas, son el grato ejemplo de que la finura conceptual aún existe y que este “sujeto” la sabe llevar a un grado de refinamiento lo suficientemente crítico para ser considerado un “sujeto tóxico” sin titubeos.

Gracias a estos proyectos no solo se puede visibilizar los tratamientos de la plusvalía y su entorno social, sino también temas que atraviesan las circunstancias abusivas en que el sistema bancario se aprovecha de los “ejes del deseo” que constituyen todo este aparataje para a partir de ello consolidar hipotecas interminables que concluyen o endeudándole al deseoso comprador esta vida y la otra o simplemente imposibilitando su paga, lo cual finiquitaría en el retiro del bien y el abusivo acaparamiento del dinero depositado como entrada para adquirirlo.

Ejercicios de construcción de pensamiento Con la misma efectividad crítica, pero con más complejidad filosófica, asoman un grupo de obras amoldadas bajo tenues

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Wilson José Guamán

Sujetos Tóxicos

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Wilson José Guamán

Diálogo familiar

Detalle 1

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Wilson José Guamán

Sujetos Tóxicos

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Wilson José Guamán

Sentido de pertenencia parte 2

Sentido de pertenencia parte 1

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Freddy Guaillas

Sujetos Tóxicos

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Freddy Guaillas

Freddy Guaillas Estudio para la construcción del paisaje

Graduado en la Universidad Nacional de Loja (UNL). Llevo cuatro años produciendo de manera profesional y estoy representado por la galería Ileana Viteri. Le doy a mi mundo rural una embrujada dimensión. Mi entorno vital, mis paisajes andinos rozan una especie de sociedad animalística, irónica, macabra, metafórica. No hay tiempo, espacio, estilo ni modas que me subordinen a mi creatividad. Inalterablemente aceitunados, vívidos, penumbrosos, son mis minifundios, mis abismales precipicios, mis confines. La construcción visual del presente (producción actual), al igual que en cualquier vivencia, se basa en la experiencia del pasado. El modo en el que observamos depende directamente del conocimiento que tuvimos en el pasado y la forma en el que lo incorporamos a las nuevas maneras de observar del presente. He participado en varias exposiciones colectivas nacionales e internacionales, entre ellas “Egagrópilas” exposición colectiva que se organizó en 62

honor al fallecido artista Klever Ax (Quito y Loja 2017). Imago Mundi auspiciada por Luciano Benetton “Ecuador: Light of Time” (Italia 2017), “Play” en la Galería Sirka (Quito 2017). En el 2016 expuse “Lo Máximo” y “Surprise” para Galería Artik de Quito. “Enredada” en el Museo Pumapungo de Cuenca, y fui parte de la exposición “(DES) iguais” en Brasilia-Brasil para Instituto Federal de Ciencia y Tecnología. Con la Galería Ileana Viteri he expuesto “Después del fin del Arte” (2016) y “Endestierro” (2015) y “Desalmados” en la Casa de la Cultura Núcleo del Azuay (2015). He recibido varios premios a nivel provincial y regional (Primer premio pintura 2016, Condecoración Kleber Ajila 2016, segundo premio dibujo 2015, mención de honor pintura 2014, segundo premio escultura 2012 del salón Guillermo Herrera Sánchez). También he participado en los salones de Junio, Julio, Octubre y la Bienal Noboa. Ganador de los fondos concursables del Ministerio de Cultura 2018.

Con una estructura filosófica armada hasta los dientes, la cual se remonta a los orígenes del conceptualismo norteamericano e inglés, anexando algo del arte Poveda europeo, y una dosis de pop art, más el aderezo contextual propio de su lugar de origen, se encuentra Freddy Guaillas tal como lo hacen Wittgenstein en la filosofía del lenguaje aun cuando el lenguaje en el caso de Guaillas pasa a formar parte del mundo visual y la reflexión salta del lenguaje a la estética. Si bien las exploraciones de lo que se dio en llamar conceptualismo puro y morfológico obedecen a reflexiones sobre el lenguaje y la naturaleza misma del arte además de la forma en que se denominan las palabras y las cosas, la discusión sobre el atributo mismo del arte y su origen la convierte en una vanguardia artística per se, es decir, cuya esencia es para y por el arte (formato moderno). En Guaillas, la estrategia es usar jergas conceptualistas en formatos análogos, pero para dialogar con la problemática local y es en este punto en donde su proyecto teórico-estético adquiere una pátina contemporánea que una vez ubicada en su espacio-tiempo nos trastoca toda la envoltura visual para compenetrarnos en lo profundo de su seraquí, que –sin pretender profundizar los teoremas de la fenomenológica heiddegeriana- nos resulta tan substancial ya que su despliegue visual tiene la posibilidad -en cierta medida- de desprenderse del arte para discutir asuntos de la vida misma, tal cual lo hace el buen arte político.

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Freddy Guaillas

Sujetos Tóxicos

Sujetos Tóxicos

Constituyendo esa estética andina que se desarticula en dos posibles enredos conceptuales, el primero se plantea a manera de pregunta ¿existe una estética andina? La respuesta a la pregunta pareciera ser la soledad en la que la valla se desplaza entre la profundidad metafísica de un lago como espacio del silencio y la soledad.

Freddy Guaillas

Dicho esto, todo el trabajo de Guaillas posee un componente conceptual ya sea obras como Ayllu (2018), Era (2018), 60 Alveolos (2018), Remake (2018) usan elementos propios de la zona como sangre de drago, achiote, nogal, carbón, ataco, entre otros elementos medicinales alimenticios y del imaginario popular. En donde prevalece el uso matérico del pigmento para potencializar los contenidos de las imágenes palpables, o en el caso de Terra Nullius (2018), Comuna (2018) Estética contemporánea andina (2018), Piense (2018) que usan otro recurso propio de los neoconceptulaismos, el lenguaje al cual luego de un proceso deconstructivo someten el objeto o palabra producto de su intervención a un vuelco muchas veces irónico pero que consiente modos críticos de lectura visual.

La segunda entrada crítica pareciera que tiene su norte discursivo en el instante en que el lenguaje deja de ser un elemento comunicante (es decir que posee mensaje) para constituirse textura visual, sostenida ya no sobre la dogmática tarea de comunicación sino sobre los cánones de la semiótica. Final del lenguaje comienzo de la estética del arte.

Y es que precisamente la intención de develar la procedencia subjetiva de sus orígenes es lo que lleva a este artista a configurar imaginarios contextuales que perfilan eso que él siente, que en la historia del arte indígena hay pocas cosas que muestran la experiencia histórica de los indígenas analizada desde un indígena. 4

Estudio para la construcción de un objeto La fortaleza conceptual de una pala de escavar, como icono del trabajo fuerte del campesino ecuatoriano es sacada de su lugar de origen como herramienta de trabajo y trasladada a objeto inútil de museo con el simple quiebre deconstructivo de un torcimiento en su palanca o mango, por el mero acto de retorcerle, esto supone negarle su utilidad para convertirla en objeto inútil y como objeto inútil se vuelve objeto de arte, pues si pensamos con Gadamer, solo el ocio nos da el poder del pensamiento y el objeto arte al ser objeto de contemplación reúne las características del pleno tiempo de fiesta, que se antepone al tiempo del trabajo y su mercenaria y enajenante forma de introducirse en la lógica del capital. Entonces el objeto arte es por naturaleza objeto sacado de toda utilidad pues su único valor es el valor de reflexión que produce, dicho así el objeto inutilizado de Freddy Guaillas, es apocado de todo valor de uso para poder relucir su potencial como sujeto de contenido, o elemento de crítico de la sociedad a la que se debe.

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Statement del artista.

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Bellota 66

Sujetos Tóxicos

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Freddy Guaillas

Estética Andina 67


Edwin Mauricio Cruz Reyes

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Edwin Mauricio Cruz Reyes Artista Visual, egresado en 2017 de la maestría en Estudios del Arte II Cohorte en la Universidad de Cuenca, licenciatura en Arte y Diseño en la Universidad Técnica Particular de Loja (2011), participación en proyectos de investigación relacionados con el arte en esta misma institución. Actualmente trabajo en el Museo de Arqueología y Lojanidad de la UTPL. He participado en varias convocatorias y exposiciones individuales y colectivas de arte lo cual le ha permitido mostrar mi trabajo en varias convocatorias en la ciudad de Quito y Loja: entre lo más destacado Voyeur 2018 presentado en la Alianza Francesa de Loja, en 2017 participé en la convocatoria del Centro de Arte Contemporáneo (CAC) en el marco del mes del Orgullo LGBTIQ+ con la obra “Territorio Rígido”, en 2016 participé en Behance Reviews Loja-

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Sujetos Tóxicos

Edwin Mauricio Cruz Reyes

El perverso hacedor de lujuria

Ecuador obteniendo el 1er premio en la categoría de fotografía, en 2015 realicé la exposición individual: “Teselaciones/ Morfología del Universo”(Museo del Banco Central actualmente Museo de la Cultura lojana) proyecto que continuo hasta la actualidad, en este mismo año participé en (Miva Video Arte) con la obra “Envasando el tiempo virtual”, en 2014 (Miva Video Arte) con la obra “ Deformación y perversión de los cuerpos, en espacio y tiempo virtual” en 2013 exposición colectiva seleccionados XVII Salón de Noviembre Guillermo Herrera Sánchez, en 2012 recibí el 1er premio en fotografía experimental organizado por el Concejo Provincial de Loja; he participado en publicaciones digitales: México (Revista digital Monolito) y Publicación latinoamericana de Colombia (LAAAO).

Dentro del proceso y luego de cumplida la primera fase del mismo, que consistió en la revisión de portafolios, acudimos a la instancia de selección para ser partícipe de este proyecto, que resultó ser una visita a los talleres de cada artista preseleccionado, la que estuvo precedida de una entrevista. Entre toda la oficialidad del proceso de selección y mientras Edwin Mauricio Cruz Reyes, desplegaba una artillería de argumentos, abogando por el conjunto de obras que el sentía alcanzarían a ser parte de este proyecto, en una sala contigua y sobre un pequeño velador se encontraba un acumulado de pequeños objetos que, sin poder definírselos del todo, parecían muy habituales al imaginario cotidiano que poseemos como elementos comunes y por tanto negados de toda atención. La sencillez de estos objetos, jamás develarían la potestad con la que su contenido hace reventar el sentido sensible de quien los mira; tal como, los objetos perversos cobran vida en una película de terror, estos objetos de la serie Voyeur (serie compuesta por 22 piezas, 2018) son cómplices absolutos de la ignominia voyerista que hace sonrojar a cualquiera que se atreva a observar detenidamente bajo la mira de estos objetos, los cuales emanan una confabulación cómplice con quien sea tentado a observarlos en su interior. Es así, que un conjunto de máquinas salidas de un mundo

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Edwin Mauricio Cruz Reyes

Sujetos Tóxicos

maquiavélico estimula al que esté más cerca, para introducirse en su interior por medio del cinismo más descarado, el mecanismo te hace sentir culpable -a quien se atreve a mirar lo que poseen dentro- acusándote de ser un vulgar voyerista, para atraparnos en ese perjurio lúdico que somete a todos a engendrar las más bajas perversiones.

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Edwin Mauricio Cruz Reyes

Voyeur

Perversiones que comienzan con el ingenuo truco de la curiosidad; pero, que luego te envuelven en la picardía de introducirse en la intimidad del otro sumergiéndote en el campo ambivalente de la vergüenza, con una dosis de erotismo. Es así que, pudor con excitación van de la mano en el cáustico jugueteo que Edwin Cruz muy risiblemente te implanta en un lugar como la galería o el museo, es decir, un espacio público en donde se supone ningún “ser de bien” puede o debe sacar a relucir sus más bajos instintos.

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Sujetos Tรณxicos

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Leonardo Jiménez Iglesias

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Leonardo Jiménez Iglesias Actualmente soy egresado de la carrera de Artes plásticas y Diseño gráfico de la Universidad Técnica Particular de Loja. Mi trabajo se encuentra en una constante exploración, en lo referente a técnica, materiales y medios artísticos. Todo esto como resultado de mi participación en Sur/Laboratorio de Proyectos de Arte Contemporáneo y la exposición colectiva titulada “Ensayos”, como trabajo final del laboratorio, desarrollado en 2018. En el mismo año realicé mi primera exposición individual denominada “ECUADORIAN”, que abarcó estrictamente aquellas problemáticas sociales que se viven dentro de la ciudad de Loja, y cómo las personas reaccionamos ante estas, a través del humor y los modismos ecuatorianos. Anteriormente

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mi trabajo se centraba concretamente en lo representacional de un tema en específico, puedo incluso decir que se trataba de algo más ilustrativo, donde la técnica era el eje central, logrando así participar en cuatro exposiciones colectivas: Loja, Ecuador. Mueso Puerta de la Ciudad, “Gestión Productiva 2.1”, 2016. Quito, Ecuador. Centro Cultural “Pontificia Universidad Católica, “Wladimir Tassof y su taller”, 2015. Quito, Ecuador. Casa de la Cultura Ecuatoriana Benjamín Carrión, “La música de los colores, 2015. Loja, Ecuador. Antiguo Museo del Banco Central, “Retratos”, 2014.

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Leonardo Jimenez Iglesias

Desde el lenguaje de “lo populacho” -tal como lo replica el artista en su portafolio- y con fuertes influencias del grafiti; pero, atravesadas por una línea plástica contundente, que nos recuerda los nuevos salvajes; inclinándose un tanto, al expresionismo de carácter alemán, se encuentra Leonardo Jiménez con pinturas sobre madera en un políptico de 7 acrílicos y marcador, denominado Ecuadorian. Lo vulgar, lo grotesco, lo bizarro se cimentan en la obra de Jiménez, como imaginería que permea los violentos modismos de la cultura popular para referirse a los tratos comunes en que los ecuatorianos nos vemos envueltos; el momento en que la jerga popular se adueña de los evento sociales, comunales o barriales, las esquinas, jorgas y en general en diferentes espacios en donde se desarrolla el encuentro con los otros. Frases tan violentas como: “el que no bagrea, no culea” (2018) donde el artista utiliza títulos de este encarnizado y complejo dialecto que en los casos más extremos se configuran como otros lenguajes, que se separan tanto del lenguaje madre, que es casi imposible de comprender por parte del que no está inmerso en esos códigos; muchos de ellos, tan confusos que poseen la peculiaridad de constituirse en otro idioma. Así, las imágenes que se presentan son muy obscenas como las palabras que les suceden, cuerpos desnudos se muestran en actos pecaminosos para que se entienda que el realismo en el arte no está

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Leonardo Jimenez Iglesias

Sujetos Tóxicos

Sujetos Tóxicos

Leonardo Jimenez Iglesias

dado por una técnica detallista que acapara el objeto a retratar en una mímesis perfecta, sino más bien, el realismo en el arte se soporta en atrapar las atmósferas de realidad que sobrevienen a cualquier intento de pose sobre el cual maquillan la crudeza de lo real. Y, es que justamente, el acto de mostrar esa crudeza en un proceso de desenmascaramiento de la falsedad a favor de una realidad, que aun cuando más cruda, más obscena, más violenta, tiene la dicha de ser real y de ahí su valor. Por tanto, la realidad que esta obra desea develar, no necesariamente debería ser una realidad mítico-mágica de cuento de hadas, más bien es una realidad dotada de irracionalidad, pues quién ha dicho que la verdad míticamente siempre tiene que tener un grado de belleza es su interior.

Ecuadorian

La realidad entendida como verdad que se nos devela en el mundo, entonces tampoco guardaría responsabilidad alguna con lo que se le devela, por lo que muchas veces podríamos sostener que la realidad es más dolorosa que la mentira. Y esto, es el meollo de lo que creo, Leonardo Jiménez nos quiere hacer ver en su programa estético para hacernos entender que los códigos de lo popular no poseen ni dignidad, ni norma, ni ética, simplemente están ahí pese a quien le pese.

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