Heureka #3

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EDITORIAL

Director Ejecutivo: Joaquín Contreras Editora General: Dra. Lucía Nuñez Aguilera Productor Ejecutivo: Miguel Cornejo Director de Arte: Víctor Véliz Diseñadora: Cassandra Armijo

Chile Extremo La ciencia chilena, al igual que la administración política y muchas otras cosas más, está centralizada en la Región Metropolitana, lo que muchas veces nos hace olvidar la importancia de realizar ciencia en regiones. La loca geografía de nuestro país nos entrega oportunidades únicas de desarrollar conocimiento y tecnologías a través del estudio de nuestro vasto territorio. Impulsar la investigación en zonas lejanas del centro económico no sólo da mayor diversidad de desarrollo, sino también permite encontrar soluciones a problemas locales que no son completamente entendidos a la distancia. En este número de Heúrēka los invitamos a conocer el quehacer de quienes encontraron su objetivo de investigación en lugares extremos del país, buscando impactar con sus descubrimientos al mundo científico y contribuir a las diferentes comunidades que forman parte de este largo y angosto territorio.

Manuel Barros Borgoño #71, oficina 1401. Providencia, Santiago, Chile. www.heureka-online.com


SUMARIO

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EXORDIO

Oponerse al Ártico

NUEVOS PERFILES

VALENTINA FLORES: Los vientos del desierto

NUEVOS PERFILES

MARÍA CRISTINA RAVANAL: En búsqueda de las enzimas extremas

NUEVOS PERFILES

BEATRIZ DIEZ: La naturaleza es una fuente ilimitada de objetivos científicos

OPINIÓN

CRISTINA DORADOR: Otra desigualdad: Ser científico en regiones

BIOGRÁFICA

MARY KALIN-ARROYO

EL LADO “C” DE LA CIENCIA

rodrigo orrego: La vida acuática de Rodrigo Orrego

INVESTIGADOR DESTACADO CLAUDIO LATORRE: Una voz en el desierto

STARTCIENCIA

Carolina Díaz, Amakaik, consultora ambiental: Peregrina de las Diatomeas

OBSERVATORIO DE CIENCIAS

francisco chávez: ¿Puede el fenómeno El Niño ser un corredor para la transmisión de enfermedades a largas distancias?

CENTRO DE INVESTIGACIÓN

MARCO ORTIZ: El norte de la ciencia sustentable

CENTRO DE INVESTIGACIÓN YERY MARAMBIO: Chile y Galápagos

SIN FRONTERAS

GONZALO CORTÉS: En búsqueda de la sustentabilidad hídrica

RELATOS

EMILIA DÍAZ Y DANIELA TORO

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EXORDIO

Oponerse al Ártico

Si tan aburrida es la épica dentro del aula, entonces cómo diantres explicas su fascinación por Marx o Trostki. ¡Quién sabe!

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scucho Problem child de AC/DC mientras leo una noticia sobre el movimiento estudiantil secundario liderado por la CONES y la ACES. Sin entrar en detalle con respecto a si respaldo o no los motivos de su “lucha”, ignoro mis críticas y rescato, luego de leer algunas declaraciones de sus representantes, la valentía, la seguridad, la defensa; en definitiva, la actitud con que plantean sus posturas, muchas intransigentes. Qué duda cabe que estos chicos y chicas adolecen, y no sólo por el cambio fisiológico que implica una dermis velluda, sino que por su ilustre preocupación sobre el futuro de la educación en Chile. ¿Madurez prematura admirable? Puede... Aunque es más probable que el fulgor de las clases y los hidalgos taburetes no consigan canalizar la ebullición hormonal y la sed por nuevas experiencias que exigen estas edades. Aunque cabría preguntarse: si tan aburrida es la épica dentro del aula, entonces cómo diantres explicas su fascinación por Marx o Trostki. ¡Quién sabe!

académicas demasiado abstractas y apelotonadas son insufribles. Al punto en que la disciplina, la justa para aprender cualquier cosa, acaba siendo en lugar de un placer, una condenada tiranía. ¡Los secundarios, todos los escolares en verdad, necesitan entornos donde les resulte más fácil aprender! ¡Lugares donde vivir sea una dicha, aunque por la edad, ésta sea agridulce!

Visto a la distancia, prescindiendo del contenido discursivo y quedándonos sólo con las imágenes, nos encontramos con secundarios enérgicos, hasta la ansiedad y la rabia, por experiencias atiborradas de épica que justifiquen el cansancio y el tedio de aprender, y en gran parte de ellos: de vivir. Aprender no es fácil; más sí el entorno material no contribuye a que lo sea. En la adolescencia, vivir tampoco lo es. Pues, partiendo por el cuerpo, todo implica aprendizaje, cambio, adaptación. Cuando vivir es difícil, los ejercicios y las prácticas

En cualquier caso, la cuestión es cómo conducir los ímpetus y ánimos característicos de estas edades. Existen muchas iniciativas, tales como los congresos de Explora-CONICYT a nivel regional y nacional, la Feria Juvenil del Museo Nacional de Historia Natural y una larga lista de programas que incentivan la investigación científica en los chicos y chicas. De hecho, hay una que me llamó particularmente la atención, la “Feria Antártica Escolar 2016”(FAE) del Instituto Chileno Antártico (INACH). Hoy, en su décima

¿Qué adolece en la adolescencia? Quizás, aquel darse cuenta brusco y cruel, que el valor emocional que damos a ciertas creencias y certezas adquiridas, mas no experimentadas, no son las indicadas para nuestro bienestar en vista a los errores que dichas creencias y certezas nos han hecho cometer. Como comprenderán, el cinismo no es para adolescentes. Pues, sólo a medida que creces, caes en que no todo es tan importante como parecía. Que las emociones se tornan vulgares, y que la pasión requiere más cabeza de lo que pensábamos.


tercera versión. Apoyada, en la zona central, por el “PAR Explora RM Zona Norte”, la iniciativa consiste en un concurso en el que los equipos participantes, escolares de enseñanza secundaria de toda la zona centro del país, presenten proyectos de investigación bibliográfica, experimental o tecnológica que respondan a problemáticas o hipótesis en ciencias naturales, sociales o desarrollo tecnológico atingentes al territorio Antártico. Del total de trabajos que concursen, sólo 28 proyectos seleccionados podrán participar en la Feria Antártica Escolar que se celebrará en la ciudad de Punta Arenas del 6 al 9 de noviembre. La Feria comprenderá un completo programa de actividades de socialización de las investigaciones seleccionadas, las que serán evaluadas por expertos en temas antárticos y por el público general. De las 28 investigaciones, los expertos y el público general elegirán el mejor trabajo de investigación por área temática, y se premiará al “Espíritu Antártico”de un equipo de investigación que haya destacado en la Feria. Estos 4 galardonados podrán vivir la experiencia de ir a la XIII Expedición Antártica Escolar 2016, que se realiza en la Isla Rey Jorge, Península Antártica. Es decir, van a poder trabajar con los mejores exponentes científicos del país y pisar suelo antártico. ¡Esto es mejor panorama que escaparse de un guanaco! Según la Dra. Elia Soto, Directora del Par Explora RM Zona Norte, lo más importante de esta Feria Antártica Escolar es que “los estudiantes de la zona central del país miren hacia la Antártica, tengan respeto por ella y tengan conocimientos de ella. Ya que la Antártica es un territorio crucial e importante para el país, sobre todo en el campo científico”. Para Paulina Rojas, Encargada de Educación y Vinculación con el Medio de INACH, la FAE 2016 es “un espacio para soñar, proponer ideas, soluciones y nuevas miradas de espíritu juvenil sobre la Antártica. Creemos que las

distintas generaciones de la FAE han formado una comunidad heterogénea, pero con una clara conciencia de la importancia y sentido del trabajo científico para un país como Chile, un trabajo sacrificado, honesto, muchas veces silencioso, pero lleno de satisfacciones en términos de conocimiento y crecimiento como personas”. Atendiendo a lo dicho por Paula puedo dimensionar la importancia de esta iniciativa que, sin duda, resulta un precedente educativo único para los escolares de nuestro país. Sólo cabe esperar que los secundarios dimensionen tamaña oportunidad y opten por “luchar” por los conocimientos que esconde ese rico, seco y frío territorio blanco. Pues, sólo es cosa de oponerse al Ártico y descubrir, con rebeldía, los tesoros y la belleza que guarda nuestro más extraviado territorio. por José Ignacio Mansilla Licenciado en filosofía y aficionado a las ciencias

Creemos que las distintas generaciones de la FAE han formado una comunidad heterogénea, pero con una clara conciencia de la importancia y sentido del trabajo científico para un país como Chile, un trabajo sacrificado, honesto, muchas veces silencioso, pero lleno de satisfacciones en términos de conocimiento y crecimiento como personas.

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VALENTINA FLORES

· Geóloga. Doctora en Ciencias mención Geología, Universidad de Chile y Université Paris XII, Francia. Investigadora del Departamento de Geología, Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas, Universidad de Chile.


NUEVOS PERFILES

VALENTINA FLORES LOS VIENTOS DEL DESIERTO

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alentina admite que cuando ingresó al plan común de ingeniería en la Universidad de Chile tenía en mente seguir sus estudios en Astronomía. Sin embargo, fue un ramo de geología general el que cautivó su atención. “Me fascinaron las clases de sedimentología y geomorfología, el hecho de estar estudiando tu entorno y el poder aplicar los conocimientos en el cotidiano me cautivó mucho”. Ya en su doctorado, el que realizó en cotutela entre la Universidad de Chile y la Université Paris-Est de Francia, esta amante de la naturaleza decidió estudiar las variaciones de circulación del viento a partir de sedimentos marinos en el Desierto de Atacama. “Nuestra hipótesis se basaba en el hecho de que en el desierto no hay ríos, de esta forma todas las partículas y granos de arena que llegan desde el continente son transportados por el viento. Gracias a eso uno puede establecer los parámetros de la variabilidad del transporte eólico de partículas”, relata.

Poder aportar con registros que ayuden a reconstruir nuestro pasado nos ayuda a predecir de una mejor forma las consecuencias que está experimentando nuestro planeta.

Actualmente, Valentina es investigadora del departamento de geofísica de la Universidad de Chile y del proyecto Núcleo Milenio “Paleoclima del Hemisferio Sur”, donde trabaja para poder realizar reconstrucciones paleo climáticas. Es así como esta geóloga espera poder establecer una reconstrucción del clima en los últimos mil años, “hemos observado, por ejemplo, que desde el siglo XX han aumentado los vientos, lo que trae un montón de consecuencias desde la perspectiva climática, oceanográfica e incluso económica. Por lo que poder aportar con registros que ayuden a reconstruir nuestro pasado nos ayuda a predecir de una mejor forma las consecuencias que está experimentando nuestro planeta”, finaliza. Reportaje: Macarena Rojas-Abalos Fotografía: Javier Pizarro

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NUEVOS PERFILES

MARÍA CRISTINA RAVANAL EN BÚSQUEDA DE LAS ENZIMAS EXTREMAS

Cuando terminé mi doctorado en Biotecnología me di cuenta de que necesitaba tener mis dos pies firmes para estar de pie. Uno en la enzimología y el otro tenía que ser en algo aplicable.

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ara esta bioquímica e investigadora de la Universidad de Chile las enzimas son la base de todos los procesos que ocurren en la naturaleza. “Cuando terminé mi doctorado en Biotecnología me di cuenta de que necesitaba tener mis dos pies firmes para estar de pie. Uno en la enzimología y el otro tenía que ser en algo aplicable”, relata de su salto a la búsqueda de aplicaciones biotecnológicas tomando como base las enzimas.

Hoy, sus estudios la han llevado a desplazarse a lugares extremos para seguir sus investigaciones, es por eso que divide su tiempo entre el Polo Ártico y el Antártico. “Tenemos un proyecto de cooperación con Finlandia en el que estamos produciendo etanol a partir de algas”, relata sobre la obtención de bioetanol de tercera generación, algo en lo que son pioneros en nuestro país. “Trabajamos principalmente con un tipo de alga parda, más conocida como el huiro, para degradarla enzimáticamente y fermentar sus azúcares”. En el proyecto que tiene con el Instituto Antártico Chileno, INACH, y en colaboración con la Universidad de Santiago, María Cristina está estudiando la estabilidad térmica de enzimas que son producidas por el hongo antártico Cladosporium sp. “Lo curioso es que estas enzimas pueden degradar los polisacáridos presentes en la pared celular de los árboles, surgiendo así interrogantes sobre el tipo de vegetación en la Antártica hace millones de años”. Además, comenta que estas enzimas podrían ser utilizadas en procesos industriales que necesitan bajas temperaturas de reacción. Reportaje: Macarena Rojas-Abalos Fotografía: Javier Pizarro

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MARÍA CRISTINA RAVANAL

· Bioquímica. Doctora en Biotecnología Universidad Andrés Bello. Investigadora Postdoctoral, Departamento de Ingeniería Química y Biotecnología, Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas, Universidad de Chile.


BEATRIZ DIEZ

· Bióloga. Doctora en Ciencias Biológicas, Universidad Autónoma de Barcelona. Investigadora de la Facultad de Ciencias Biológicas, Pontificia Universidad Católica de Chile.


NUEVOS PERFILES

BEATRIZ DIEZ LA NATURALEZA ES UNA FUENTE ILIMITADA DE OBJETIVOS CIENTÍFICOS

Este país es como un mosaico de ambientes complicados para la vida, donde los microorganismos han ganado la batalla.

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eatriz confiesa que desde pequeña fue muy curiosa, “siempre buscaba minerales o plantas, todo lo que podía encontrar en el jardín”. Es así como al entrar a la universidad todo estaba muy claro, “básicamente no fue una decisión, sino que una forma de vida”. Para esta doctora en Biología de la Universidad Autónoma de Barcelona, Chile nunca estuvo en su mira. Sin embargo, luego de desarrollar diferentes líneas de investigación en importantes laboratorios de Suecia y España, la impresionante biodiversidad del sur de nuestro país la cautivó. “Llegué aquí por azar y al visitar la Patagonia vi todo el potencial que tenía, vi un nicho muy importante que me interesaba cubrir. Este país es como un mosaico de ambientes complicados para la vida, donde los microorganismos han ganado la batalla”.

Es así como dos de sus líneas más importantes las desarrolla en la Patagonia y la Antártica. Sus investigaciones apuntan a caracterizar la comunidad bacteriana y su función en los ciclos biogeoquímicos del carbono y nitrógeno en estos ambientes extremos. “Estos organismos son esenciales en las cadenas tróficas. Además, muchos tienen una historia evolutiva muy importante, por lo que a través de ellos uno puede estudiar la evolución en la tierra”. De esta forma, Beatriz ha logrado determinar las tasas de fijación de nitrógeno en estos ambientes y cuáles son los organismos son los responsables. “Hemos encontrado niveles de fijación de nitrógeno por microorganismos tan altos como para sustentar la vida del resto de la comunidad que los habita”, relata sobre un descubrimiento del que no se tenía precedentes.

Reportaje: Macarena Rojas-Abalos Fotografía: Javier Pizarro

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OPINIÓN

CRISTINA DORADOR Otra desigualdad: ser científico en regiones

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hile es un país heterogéneo y diverso, tanto en sus habitantes como en la geografía. Lamentablemente estas características positivas y cruciales para cualquier país no se potencian ni se reconocen. Desde el nivel central se arman las directrices políticas y de gestión para las regiones, se definen ‘áreas prioritarias’ y se enuncian frases típicas que engloban lo que las regiones ‘necesitan’ o ‘quieren’. Es decir, hasta el concepto de ‘descentralización’ viene desde una perspectiva santiaguina, el centralismo es parte del acervo chileno. En este contexto, la ciencia que se desarrolla en regiones fuera de Santiago, se ha visto relegada a las directrices ya mencionadas. De hecho, la mayoría de los fondos de investigación existentes exclusivos para regiones son para proyectos de investigación aplicada o derechamente para aumentar la competitividad (FIC-R). Esto hace que las líneas de investigación queden restringidas y no se desarrollen líneas nuevas per se. La mayoría de los científicos (y los fondos asignados) están en la RM, donde también se concentran los centros de excelencia (a excepción de Valparaíso y Concepción). Falta en general, que científicos se establezcan (o permanezcan) en regiones y que tengan las condiciones para desarrollar su ciencia al más alto nivel (condiciones laborales atractivas, infraestructura, mentoría). Esto es difícil ya que hay desigualdad de condiciones: El costo de la vida en regiones extremas es mayor que la RM, sin embargo, los montos asignados por proyectos son los mismos. El tiempo de espera por un reactivo/equipo sube al doble, teniendo que pagar aparte el envío y los pasajes y estadías de los técnicos. Las reuniones de trabajo son en general en Santiago, teniendo que disponer de una gran cantidad de tiempo para viajes. Sin embargo, a pesar de estos y muchos otros ejemplos, existen casos importantes de desarrollo científico fuera de la RM. Es fundamental que se establezcan fondos diferenciales regionales y que la ciencia no esté ligada a áreas prioritarias definidas económicamente, ¿por

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qué no podemos tener en Antofagasta un Centro de Investigación de Excelencia en Cáncer? (siendo que esta ciudad tiene una de las tasas más altas de cáncer en el país). Los jóvenes científicos formados en regiones y que realizan sus postgrados en el país o en el extranjero, están ávidos por trabajar en sus lugares de origen, sin embargo, no hay planes de inserción en la Academia ni menos en la empresa privada. Las actividades de divulgación de la Ciencia en algunas regiones son destacables: enseñarles a los niños de Ollagüe los peces que habitan en la costa, tiene tal valor que no vale la pena pensar en indicadores. Las regiones poseen el mayor potencial de crecimiento y generación de conocimiento: una inversión real, significativa y no simbólica, haría sin duda la diferencia y contribuiría a la descentralización científica y cultural del país. Fotografía: Maximiliano Troncoso Cortés

¿Por qué no podemos tener en Antofagasta un Centro de Investigación de Excelencia en Cáncer? (siendo que esta ciudad tiene una de las tasas más altas de cáncer en el país).


CRISTINA DORADOR

· Doctora en Ciencias Naturales, Universida de Kiel, Alemania. Investigadora del Centro de Biotecnología y Bioingeniería -CeBiB- y de la Universidad de Antofagasta. Coordinadora de Más Ciencia para Chile zona Norte.


BIOGRÁFICA

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Ilustración: Víctor Véliz



RODRIGO ORREGO

· Biólogo Marino. Doctor en Ciencias Ambientales, Universidad de Concepción. Investigador, Instituto de Ciencias Naturales “Alexander Von Humboldt”, Universidad de Antofagasta.


EL LADO “C” DE LA CIENCIA

RODRIGO ORREGO La vida acuática de Rodrigo Orrego

Una delgada línea es la que divide el trabajo y el tiempo libre del biólogo marino e investigador de la Universidad de Antofagasta, Rodrigo Orrego, quien ha podido unir su profesión con su pasión por el buceo e inculcar, incluso, el gusto por la exploración del mundo submarino a una de sus hijas.

C

omo un buceador de tiempo completo se podría definir al investigador, académico de la Universidad de Antofagasta y Doctor en Ciencias Ambientales, Rodrigo Orrego, quien nos contó su experiencia que lo liga al mundo marino. “Desde muy pequeño sentí una atracción a los deportes acuáticos, en especial el buceo. Sin embargo, lo difícil y costoso de esta actividad me llevó por mucho tiempo a practicar solo snorkel durante mis veranos en Antofagasta, Iquique y Mejillones. Luego de decidir que lo mío era dedicarme al estudio de las ciencias marinas -a fines de los 80s- tuve la oportunidad de comenzar a practicarlo de forma más dirigida y con la ayuda de profesores y compañeros de universidad”, comenta el investigador respecto a sus primeros acercamientos a lo que más tarde se transformaría en una de sus pasiones.

Dedicado al estudio de toxicología acuática, en especial la búsqueda de biosensores de contaminación en tiempo real, Rodrigo ha logrado desarrollar metodologías que han sido reconocidas. Bloom de Medusas Verano 2015-2016 en el sector de la Chimba en la Bahía de San Vicente (24 m de profundidad, poca visibilidad).

Dedicado al estudio de toxicología acuática, en especial la búsqueda de biosensores de contaminación en tiempo real, Rodrigo ha logrado desarrollar metodologías que han sido reconocidas y utilizadas en el extranjero al permitir evaluar no sólo la contaminación en distintos ecosistemas sino que también sus potenciales efectos en organismos acuáticos. En su día a día, y debido a la naturaleza de su trabajo, cada dos semanas realiza inmersiones junto con un equipo de profesionales especialistas en trabajo submarino con el objetivo de monitorear y llevar el estricto control de sus experimentos. “El resto del tiempo practicamos buceo en los fines de semana en familia y con amigos de manera recreativa, incluyendo otras actividades como pesca, navegación o surf” confiesa no sin antes mencionar el asombro y la atracción que despertó la práctica del buceo en una de sus hijas a muy temprana edad. “Le encanta” responde Rodrigo quien comenta que hoy, después de varias etapas de entrenamiento y de supervisión, su hija participa “no sólo de inmersiones con fines

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EL LADO “C” DE LA CIENCIA

recreativos sino también en trabajos simples donde se fascina filmando y tomando fotografías, especialmente de visitantes inesperados como delfines y lobos marinos”. Más allá de la ciencia, el académico de la Universidad de Antofagasta no duda recomendar la práctica del buceo advirtiendo “el esfuerzo y la preparación física estricta y completa” que requiere su práctica además “de un estado de relajación y concentración que permita lograr el autocontrol adecuado” añade.

Una vez inmerso lo que siente uno es una sensación de libertad que ha permitido a muchos conocer un mundo escondido que sin duda requiere de nuestra atención.

“Una vez inmerso lo que siente uno es una sensación de libertad que ha permitido a muchos conocer un mundo escondido que sin duda requiere de nuestra atención”

En ese sentido ¿crees que en algún punto existe alguna similitud en tu labor como científico e investigador con la práctica de buceo en tu tiempo libre? “Muchas veces me cuesta distinguir entre mi trabajo y mi tiempo libre. He dedicado tanto esfuerzo y cariño a lo que he realizado como científico que he logrado hacerlo parte de mi vida cotidiana y, mejor aún, parte de la vida de mi familia y en especial de mis hijos”.

Reportaje: Nicolás Gaona Reydet Fotografía de Retrato: Maximiliano Troncoso Cortés Fotografías de Locación cortesía de: Rodrigo Orrego

Realizando toma de muestras de ostiones desde cuelgas experimentales controles (Isla Santa María. Octubre 2015, 17 m de profundidad). A la izquierda hija de Rodrigo Orrego.

Parche de millones de medusas en las costas de Antofagasta.

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FotografĂ­a gentileza de: Universidad de Antofagasta



INVESTIGADOR DESTACADO

Claudio Latorre una voz en el desierto


INVESTIGADOR DESTACADO

CLAUDIO LATORRE una voz en el desierto

Las variaciones en los ciclos biogeoquímicos a escalas de miles de años y las fluctuaciones climáticas pasadas en el norte de Chile son fundamentales para entender la interacción del hombre con el medioambiente. Con métodos poco convencionales, el científico de la PUC, estudia estos cambios para entender la adaptación y anticipar la supervivencia de las ciudades.

Del norte se conoce muy poco y puede ser un tema bien importante, por la futura supervivencia de las ciudades.

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l doctor en ciencias de la Universidad de Chile, Claudio Latorre, estuvo expuesto al mundo científico desde niño. Hijo de dos Premios Nacionales en Ciencias Naturales, Ramón Latorre y María Cecilia Hidalgo, no era difícil que su carrera se inclinara hacia los laboratorios. Sin embargo, lo suyo no fue la bioquímica, especialidad en la que se formaron sus padres. Claudio escogió la Paleoecología, una disciplina que no existe formalmente como carrera profesional, pero que necesariamente requiere de una formación que combina la biología y la geología. Claudio es parte del equipo multidisciplinario del Centro del Desierto de Atacama (CDA) de la Pontificia Universidad Católica de Chile, que nació en 2006 para investigar las zonas áridas y semiáridas del norte de Chile. Al académico siempre le interesó el extremo del país. “Del norte se conoce muy poco y puede ser un tema bien importante, por la futura supervivencia de las ciudades”, explica. Como todo científico, el académico persigue la innovación. Su búsqueda constante por las áridas tierras del desierto chileno lo llevó a descubrir las “paleomadrigueras”, acumulaciones orgánicas de roedores en zonas rocosas. Quizá el hallazgo no se vea tan lindo como suena. Restos de heces, huesos, insectos y vegetales encasillados en orina cristalizada -bautizada como “amberat”- conforman estas axiomáticas fuentes de información que se someten a pruebas de radiocarbono. Algunas de ellas tienen más de 50 mil años y revelan las fluctuaciones de las comunidades vegetales, como una verdadera voz en el desierto que despierta para hablar de la dinámica espacial y temporal de los ecosistemas. Para todo hombre de ciencia, el trabajo en terreno es bastante exigente. Sin embargo, Claudio intenta hacerse espacio para salir a andar en bicicleta con su hijo de 15 años, que aún no tiene claro si va a seguir el camino de la ciencia, pero que -como pianista aficionado- comparte con su padre la pasión por la música. Admirador de los compositores Igor Stravinski y Claude Debussy, el científico que recorre el desierto buscando restos orgánicos de roedores e investigando plantas que se nutren de la neblina, se da el tiempo para disfrutar de sus melodías y –cuando puede- para tocar el clarinete y el saxofón.

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CLAUDIO LATORRE

· Doctor en Ecología y Biología Evolutiva, Universidad de Chile. Investigador del Instituto de Ecología y Biodiversidad y la Pontificia Universidad Católica de Chile.


INVESTIGADOR DESTACADO

¿En qué está trabajando ahora?

¿Cuál es su visión del cambio climático?

Junto al ecólogo Pablo Marquet hemos estado investigando la especie Tillandsia lambekii, una planta que habita al interior de Iquique y que se alimenta de la neblina. Otro de los proyectos es la reconstrucción de las precipitaciones pasadas, con lo que esperamos entender el ciclo hidrológico del norte grande. Todos los registros del norte son del siglo XX, pero esta investigación entrega una perspectiva más a largo plazo. ¿Qué pasa con las grandes eras glaciales? ¿Qué pasa con las especies que lo componen? Son preguntas que esperamos responder.

Es bien impactante ver las curvas de temperatura y el efecto invernadero que se está experimentando en todas partes. Uno se pregunta cuánto de la mano del hombre está detrás de esto.

También ha estado estudiando el poblamiento en el norte… Sí, participo en un proyecto anillo de CONICYT, que se llama Escallonia y que fue formado para entender el poblamiento del norte grande en un contexto climático. La idea es ver cómo las grandes fases pluviales se vinculan con el primer poblamiento del norte. Hay un factor climático-ambiental muy fuerte, que tiene relación con la dinámica del comportamiento humano. Una de las herramientas que usamos son las paleomadrigueras de roedores, nidos de ratones que están en las rocas y que con la orina seca forman una especie de ladrillo que se trata con carbono. Con esto haces una especie de collage, como si fueran fotos del paisaje, para ver cómo ha ido cambiando la vegetación y el clima.

Es lo que muchos nos preguntamos sobre el fenómeno de la marea roja en Chiloé Ese es un buen ejemplo. “El Niño” es algo recurrente, que viene y va, que se relaciona con los cambios de temperatura. Pero además, hay una variabilidad que estamos generando por el efecto invernadero y que se está experimentando en todas partes. Hay factores que se acoplan en el caso de la marea roja, el aumento de temperatura provocado por “El Niño”y el incremento de nutrientes que, probablemente, viene de la salmonicultura. No soy experto en esa área, pero tengo colegas que están trabajando en eso.

¿Qué le gustaría dejar como legado a las futuras generaciones? Lo que uno siempre desea es dejar una escuela. Con mis estudiantes hemos desarrollado un área completa de estudio y ojalá que eso continuara más allá de mi, porque es importante que se haga. Uno quisiera que los estudiantes de uno lo superaran y que eso se traduzca en el desarrollo de políticas públicas y uso sustentable de los recursos.

¿Por qué se interesó especialmente por el norte? El norte tiene esta cosa tan increíble al ser un ambiente tan extremo. Es entretenido investigar cómo la gente encontró soluciones para vivir en esos lugares y ver cómo se adaptan los distintos organismos. Además, del norte se conoce muy poco. Puede ser un tema bien importante por la futura supervivencia de las ciudades.

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Su búsqueda constante por las áridas tierras del desierto chileno lo llevó a descubrir las “paleomadrigueras”, acumulaciones orgánicas de roedores en zonas rocosas.


¿Cómo ve que la situación actual de la ciencia en Chile? Se requiere cada vez más ciencia para abordar los problemas que tenemos. La marea roja es un desafío que solo se va a poder resolver con evidencia científica. No podemos tirar culpas a diestra y siniestra. Hay que desarrollar políticas publicas que tomen en cuenta esa evidencia. Además, el financiamiento de la ciencia debe ir acorde a la visión del Estado. Hemos visto a Tailandia, China y otros países asiáticos que han invertido en ciencia y les ha rendido fruto, pero eso no ocurre de la noche a la mañana, se requiere de una inversión de Estado muy fuerte.

Es lo que muchos científicos han tomado como bandera de lucha… Es que el tema de becas Chile, por ejemplo, genera investigadores jóvenes con gran capacidad, que están retornando y se encuentran con la misma cantidad de plata que hace diez años. La cantidad de gente es el doble, pero con la misma plata y si no se aumenta el pozo vamos a tener jóvenes desencantados con la ciencia. Urge también desarrollar tecnología e innovación, ahí si que cojeamos. Reportaje: Fabiola Romo Fotografías: Javier Pizarro

Es bien impactante ver las curvas de temperatura y el efecto invernadero que se está experimentando en todas partes. Uno se pregunta cuánto de la mano del hombre está detrás de esto.


CAROLINA DÍAZ

· Licenciada en Ciencias Ambientales, Universidad de Chile. Fundadora y Gerente General, AMAKÁIK.


STARTCIENCIA

Amakáik, consultora ambiental Peregrina de las Diatomeas

Carolina Díaz se define como una apasionada. Como una inconformista y defensora de su profesión. Tras crear en 2011 la consultora ambiental Amakáik, consolidó su amor por la Patagonia y la necesidad de conservar su belleza desde la ciencia. Dando a conocer la importancia de las Diatomeas, Díaz fue precursora de las primeras investigaciones sobre la plaga del Didymo en Chile.

L

a Licenciada en Ciencias Ambientales -con mención en Biologíade la Universidad de Chile, fue una emprendedora desde el inicio de su carrera. Sólo que no se dio cuenta hasta iniciar nuevos desafíos: “Ya como en tercer año empecé a sentir la inquietud de que sabía de un poquito de cada cosa, pero nada que me hiciera sentir empoderada. Entonces hablé con Manuel Contreras, un profesor que tenía una consultora ambiental. Esto de la consultoría era bien reciente en Chile”, sostiene. “Me fui a capacitar a Buenos Aires, a Brasil, y terminé aprendiendo -de una manera bien apasionada- sobre las Diatomeas. Me encantaron. Resultaron ser hermosas para mí y me obsesioné con ellas. En un par de años ya tenía un muy buen nivel de identificación, que estaba comprobado por mi tutora de hasta ese entonces Nora Maidana de la Universidad de Buenos Aires”. En 2006, Díaz inició un Doctorado en Ciencias con mención en Ecología y Biología Evolutiva en la Universidad de Chile, trabajando con el Dr. Patricio Moreno. Sin embargo su pasión por la ciencia la llevó por un camino inesperado: “Quería participar más y hacer otras cosas. Entonces me fui a las Diatomeas, pero en el pasado. A ver qué me podían decir como indicadores de calidad de agua. Y ahí, ya a fines del 2011 fue cuando surge esta necesidad de crear Amakáik. Y digo una necesidad porque yo quería postular a mis propios proyectos”. Paralelo al análisis de muestras y la redacción de informes en una improvisada oficina en su departamento, Díaz creó su empresa basándose en la fuerza que inspira la Patagonia: “Amakáik, que

es un nombre de mujer, significa que tiene vida, que tiene fuego en aónikenk, en dialecto patagónico”, señala. En la actualidad la empresa -compuesta por un equipo de alrededor de 12 integrantes- realiza consultorías, investigación y capacitación. Siendo el monitoreo de sistemas acuáticos, análisis de muestras biológicas y monitoreo de la plaga la Didymo sus servicios más demandados. Entre sus clientes se encuentran servicios públicos, como el Ministerio del Medio Ambiente, SERNAPESCA y SUBPESCA. Universidades como Andrés Bello, Santo Tomás, Austral de Chile, y privados del sector minero e hidroeléctrico entre otros.

SALIR DEL ANONIMATO La aparición del Didymo -o “moco de roca”- en el extremo más austral de Chile, desvió los objetivos profesionales de Díaz y su equipo. Marcando decisiones en su entorno académico: “No soy doctora, pero llegué hasta la candidatura. Con examen de calificación aprobado y con proyecto de tesis aprobado. Pero después ya no pude volver al doctorado porque no me lo permitieron. Me había demorado mucho tiempo en volver y no pude terminarlo. Ya que la contingencia del Didymo me sacó del camino”.

Quería participar más y hacer otras cosas. Entonces me fui a las Diatomeas, pero en el pasado. A ver qué me podían decir como indicadores de calidad de agua.

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STARTCIENCIA

“Envié una solicitud diciendo que me quería hacer cargo de este tema país, del problema del Didymo. Que en ese momento era súper alarmante. Lo que hoy no es. En Chile las autoridades no sabían que hacer, no había especialistas, me llegaban correos electrónicos de todos lados de gente haciéndome preguntas. Entonces me hice parte de este problema. En el momento en el que surge el Didymo en mi vida, surge Amakáik, y surge la posibilidad de salir de un microscopio para darle conocer al mundo lo que son las Diatomeas”.

En la actualidad, Amakáik asesora de forma gratuita al Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura e incursiona en nuevos proyectos de innovación:“Además de realizar los estudios ya mencionados, en nuestros propios laboratorios de análisis biológico, desarrollamos monitoreos de línea base y seguimiento ambiental de sistemas acuáticos y terrestres en todo Chile, incorporando también estudios de investigación en paleolimnología”. Reportaje: Nadia Politis Fotografías: Javier Pizarro

En laboratorio de análisis biológico de AMAKÁIK.

De aspecto viscoso, el alga Didymosphenia geminata se fija en la roca llegando a cubrir zonas extensas de lagos y ríos. En Chile, la plaga se extiende desde la región del Biobío hasta Tierra del Fuego en Magallanes, según el Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura, SERNAPESCA. En relación a la evolución de Amakáik, Carolina Díaz señala que“ha sido imparable, pero ha tenido sus frenos. Ha bajado la velocidad precisamente porque el Didymo no ha producido el impacto que se esperaba, en comparación a la Marea Roja por ejemplo. Pero no es lo único que nosotros hacemos”, sostiene.

En el momento en el que surge el Didymo en mi vida, surge Amakáik, y surge la posibilidad de salir de un microscopio para darle conocer al mundo lo que son las Diatomeas.

Carolina Díaz Pardo, Gerente General de AMAKÁIK SpA, en su oficina con una Diatomea de cerámica a escala en sus manos.

Floración masiva de D. geminata (Didymo) en el río Futaleufú.


OBSERVATORIO DE CIENCIAS

FRANCISCO CHÁVEZ · Bioquímico. Doctor en Ciencias Biológicas e Investigador de la Facultad de Ciencias, Universidad de Chile.

¿Puede el fenómeno El Niño ser un corredor para la transmisión de enfermedades a largas distancias?

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ecientemente en Chile han ocurrido graves episodios de Floraciones de Algas Nocivas (FAN) y el fenómeno El Niño y su impacto en las corrientes y las microbiología de los océanos ha sido nombrado como un factor importante.

¿Qué evidencias científicas apuntan al fenómeno El Niño en la transmisión de enfermedades infecciosas? La aparición de nuevas y devastadoras enfermedades de Vibrio en América Latina durante los eventos importantes de El Niño es sorprendente. Esto según un artículo publicado en la revista Nature Microbiology que mediante herramientas genómicas y herramientas bioinformáticas proporcionan evidencias de que El Niño puede representar un corredor de larga distancia para las enfermedades transmitidas por el agua en las Américas desde Asia.

Como se aprecia en la figura, los años con aumentos en la temperatura de los océanos (naranja-rojo) producto del fenómeno El Niño se correlacionan con la aparición de brotes de Vibrio parahemolyticus. Lo que sugeriría que este fenónemo y los cambios en las corrientes y el clima asociados podrían constituir un corredor transoceánico que permita el flujo de microorganismos patógenos desde el sudeste asiático a las costas del pacífico sudamericano. · Referencias Is El Niño a long-distance corridor for waterborne disease? Jaime MartinezUrtaza, Joaquin Trinanes, Narjol Gonzalez-Escalona & Craig Baker-Austin. Nature Microbiology 1, (2016) doi:10.1038/nmicrobiol.2016.18

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CENTRO DE INVESTIGACIÓN

INSTITUTO DE CIENCIAS NATURALES ALEXANDER VON HUMBOLDT El Norte de la ciencia sustentable

Un giro hacia el cuidado y sostenibilidad de los sistemas acuáticos y terrestres es el que se ha venido generando en la Universidad de Antofagasta, específicamente en el Instituto Alexander Von Humboldt, una de las unidades más productivas y referente en investigación en el norte del país.

… las capacidades científicas de una unidad como la nuestra deben estar enfocadas hacia el mayor entendimiento de los procesos naturales que son intervenidos por el hombre.

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arios kilómetros lejos de la capital pareciera que el enfoque científico es otro. Existe un lugar, el Instituto de Ciencias Naturales Alexander Von Humboldt, donde el destino de sus investigaciones es contribuir con el desarrollo sustentable de la región. Así lo justifican los proyectos de los que se lee, en términos generales, su interés por realizar estudios sobre la contaminación de las bahías y sus efectos en el ecosistema y sus especies; por explorar los recursos hídricos en la zona altoandina; por dar a conocer los efectos del cambio climático o descubrir la presencia de micromamíferos en zonas áridas. “Debo solo decir que todo esto es nuestro deber, especialmente cuando entendemos que las capacidades científicas de una unidad como la nuestra deben estar enfocadas hacia el mayor entendimiento de los procesos naturales que son intervenidos por el hombre”, afirma el Director del Instituto y Doctor en Ciencias Naturales, Marco Ortiz, quien responde así ante la consulta sobre la capacidad del Instituto cuyo nombre está ligado a la corriente de Humboldt que influencia tanto el ambiente costero como terrestre de las costas chilenas y que determina los procesos físicos y biológicos estudiados por quienes integran el Instituto. Sus doce investigadores, todos con grado de Doctor, y ocho líneas de investigación que abarcan Ecología, Genética poblacional y evolución de especies litorales; Ecología y biogeografía de parásitos de organismos marinos; Epidemiología en acuicultura; Dinámica poblacional de recursos pesqueros; Modelamiento de Sistemas Complejos; Acoplamiento bento-pelágico; Sedimentología y Paleo-Oceanografía; y Ecotoxicología y Contaminación ambiental – han permitido generar una nueva noción de las capacidades y oportunidades de desarrollo para la región y el país. “El Instituto ha evolucionado para bien durante todos estos años” señala su Director quien pone en contexto la relevancia que ha adquirido el Instituto a través de los años.

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marco ortiz

· Doctor en Recursos Forestales, Universität Bremen, Alemania. Director, Instituto de Ciencias Naturales “Alexander Von Humboldt”.


CENTRO DE INVESTIGACIÓN

“Hace tiempo atrás algunos colegas no entendían que la única manera de acreditarse como científico era, es y será a través de las publicaciones. Es por eso que en estos momentos, es un privilegio mostrar a nuestro Instituto como una de las unidades más productivas de nuestra universidad, abarcando estudios microbiológicos, poblacionales, comunitarios, en interacciones ecológicas, oceanografía, eco-fisiología, sedimentología y en ecosistemas complejos” comenta respecto al cambio que ha habido en la entidad que dirige y que pertenece a la Facultad de Ciencias del Mar y de Recursos Biológicos de la Universidad de Antofagasta. Respecto a las perspectivas sobre el futuro de la institución, el Dr. Ortiz no tarda en señalar que su destino “seguirá sin duda alguna aportando con la creación de conocimiento, mejorando nuestra capacidad de comprensión de los procesos naturales que nos rodean y, a partir de esto, seguirá aportando hacia la comunidad con información que le permita no solo conocer en un sentido académico, sino además respecto de cómo podríamos hacer más saludable nuestras vidas”.

… las capacidades científicas de una unidad como la nuestra deben estar enfocadas hacia el mayor entendimiento de los procesos naturales que son intervenidos por el hombre.

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YERY MARAMBIO

· Magíster en Calidad y Ciencias del Ambiente. Investigador en formación, Doctorado en Ciencias Aplicadas, Universidad de Antofagasta. Especialista en Herpetología.


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CHILE Y GALÁPAGOS Hacer ciencia en Chile es limitado. Las necesidades siempre son mayores que los recursos y éstos, por un tema de volumen y no de competencias, se quedan particularmente en la capital en desmedro de las regiones.

Dependiente del Instituto de Ciencias Naturales Alexander von Humboldt de la Universidad de Antofagasta, en los laboratorios de Sedimentología y Paleoambientes (LASPAL) y de Investigación y Gestión Ambiental (LABIGAM) es posible encontrar a quien es presentado como uno de los dos expertos en reptiles que existen en el norte de Chile, el Doctor en Ciencias Aplicadas, Yery Marambio. Conocido por ser el responsable de la descripción de un nuevo reptil que habita en el desierto costero de Atacama denominado Liolaemus nigrocoeruleus (Liolaemus es un

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género de lagartos y “nigro, por negro en latín, y coeruleus por el azul cielo” explica en una entrevista) Yery afirma que el “hacerse cargo” del estudio de micromamíferos y reptiles surgió, más que por una imposición, como una oportunidad. “El estudio de ambas especies es limitado y acotado. Si bien, existen exponentes de alto en nivel en Chile, fuera de su descripción taxonómica general no existe un conocimiento ecosistémico de los animales, al menos registrado para todas las especies. Ni siquiera está claro el número de especies, su distribución o su relación


con otras taxa. Por ejemplo, se debe indicar que lo extremo de su ubicación, en el altoandino chileno en este caso, juega un rol importante en ello”, responde acerca de uno de los tres ámbitos de estudios que se realizan en el LABIGAM, al que se le suman investigaciones oceanográficas en Antofagasta y Atacama, y biogeoquímicas de cuencas altoandinas en la región. Después de compartir su crítica respecto al estado de la ciencia en Chile relacionada con el excesivo centralismo o escaso financiamiento y fomento de la investigación en zonas fuera de la capital “Hacer ciencia en Chile es limitado. Las necesidades siempre son mayores que los recursos y éstos, por un tema de volumen y no de competencias, se quedan particularmente en la capital en desmedro de las regiones”, afirma - nos comenta su visión o la importancia que tiene para él y un grupo de investigadores la tarea de transferir el conocimiento de los laboratorios a la comunidad. “En Antofagasta, con el equipo que lidera el Jorge Valdés -Doctor en Ciencias Ambientales e investigador del Instituto- estamos intentando bajar la información científica a la población no solamente a través de charlas o visitas de colegios sino que a través de algo más tangible” afirma el investigador. “Actualmente estamos generando nuestro sexto libro de difusión que va orientado a la descripción de la Península de Mejillones, su geología, arqueología, oceanografía, su medio ambiente, su flora y fauna en un lenguaje simple. Es un proyecto ambicioso pero que sirve para que puedan darse cuenta que no hay que viajar a Galápagos para ver la riqueza de biodiversidad que ofrece nuestro planeta y, en especial, lo que tiene Chile” indica. Reportaje: Nicolás Gaona Reydet Fotografías de Retrato: Maximiliano Troncoso Cortés Fotografías de Locación e Ilustración cortesía de: Yery Marambio y Universidad de Antofagasta


GONZALO CORTÉS

· Ingeniero Civil Hidráulico. Doctor en Hidrología y Recursos Hídricos, University of California-Los Angeles, EEUU. Investigador Postdoctoral, UCLA.


SIN FRONTERAS

gonzalo cortés En búsqueda de la sustentabilidad hídrica

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ientras estudiaba Ingeniería Civil Hidráulica en la Universidad de Chile, Gonzalo se dio cuenta de que lo que realmente le interesaba era el estudio de las fuentes naturales de recursos hídricos. “Quise investigar cómo el clima afecta la disponibilidad de agua, cómo son sus tendencias históricas y cómo los ciclos climáticos pueden afectarla. La ingeniería busca aprovechar y desarrollar el recurso hídrico, pero además, me llamó la atención tratar de entender de donde viene y qué factores influyen en su comportamiento natural en el largo plazo”, relata sobre sus principales intereses. Esa inquietud lo llevó a la Universidad de California en Los Ángeles, Estados Unidos, donde realizó su doctorado en Recursos Hídricos e Hidrología. Durante su investigación estableció una línea base de cuánta agua está acumulada en forma de nieve en Los Andes central, específicamente entre la cuenca del Río Copiapó y la cuenca del Río Itata. Combinando mediciones en terreno, información meteorológica e imágenes satelitales, este ingeniero logró hacer una simulación de lo que ha sido el comportamiento de la nieve desde 1984 hasta el día de hoy. “Esto nos ha permitido entender cómo la nieve responde ante ciertos patrones meteorológicos. Por ejemplo, determinamos el volumen de agua que se acumula en forma de nieve para cada uno de los eventos de La Niña y El Niño en cada una de las cuencas analizadas. Encontramos que en el evento de El Niño la acumulación de agua que existe en comparación a años normales es realmente impresionante para las cuencas del Norte”. Además, señala que analizar el efecto que tiene cada uno de estos fenómenos climáticos en la acumulación de nieve y cómo ésta ha evolucionado en los últimos 30 años, les permite anticipar de mejor manera el futuro que le espera a la principal fuente de agua para Chile central. Hoy, Gonzalo realiza su post doctorado en la misma universidad. Allí trabaja principalmente en el proyecto “UCLA Grand Challenges: Making L.A. sustainable by 2050”, que lleva por desafío hacer auto sustentable la ciudad de Los Ángeles en los próximos 30 años.

Implementar políticas sustentables de paisajismo, administración de aguas lluvias y uso de aguas, mejora la calidad y disponibilidad del recurso. Este programa tiene tres objetivos principales: la generación y el uso de energía, la salud de los ecosistemas que existen dentro de la ciudad, y el origen y uso de agua dentro de esta misma. Sin embargo, Gonzalo no sólo piensa dar solución a los problemas de otros países, sino que ya está pensando en cómo poder resolver estas preguntas en Chile. “Acá he podido conocer prácticas de desarrollo de paisaje que mejorarían mucho nuestra realidad. Por ejemplo, si pudiésemos trabajar en aumentar la infiltración de agua hacia las napas subterráneas dentro de la ciudad, otros usuarios la podrían utilizar, como por ejemplo los agricultores”.Y agrega que al momento de planificar estrategias de desarrollo urbano no sólo son importantes los efectos sobre la disponibilidad de agua, sino que además, sobre su calidad. “Este proyecto nos ha permitido visualizar cómo cierto tipo de decisiones relacionadas al manejo de aguas de una ciudad tienen un impacto muy significativo en la sociedad. La calidad de las aguas que escurren de una cuenca es un reflejo de las decisiones que se toman dentro de ésta. Es por ello que implementar políticas sustentables de paisajismo, administración de aguas lluvias y uso de aguas, mejora la calidad y disponibilidad del recurso. Esto no ocurre sólo para los usuarios de la ciudad, sino que para todos los habitantes que se encuentran en zonas costeras y que reutilizan las aguas que escurren desde las urbes localizadas aguas arriba”.

Reportaje: Macarena Rojas-Abalos Fotografía gentileza de: Gonzalo Cortés

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RELATOS

MAREA ROJA Llevamos tres años intentando convencer al mundo que los problemas se resuelven mejor desde donde más afectan, y que en un país como el nuestro, hecho de mar, estos blooms generan estragos mayores. Tuvimos suerte, y nos escucharon. Pero estamos lejos, no vivimos el problema en carne propia. Con la crisis de la primera mitad de este año quedó en evidencia que necesitamos más investigación con impacto social a nivel nacional – y ojalá dirigida por personas cercanas al problema. No creo que haya que descuidar el avance de la ciencia por la ciencia. Pero una redistribución de recursos mentales hacia problemas que realmente nos aquejan podría haber salvado unos cuantos millones, y más de un par de vidas.

EMILIA DÍAZ

· Fundadora y CEO de Kaitec Labs, desde el 2013 desarrolla un kit de detección para marea roja.

AVENTURA ANTÁRTICA De pronto estaba en un bote tomando una caña de pescar, sintiendo un frío único, miro alrededor para grabar en mi retina esos paisajes maravillosos que regala el continente blanco y que hacen olvidar el frío extremo. De regreso en la base preparo un té caliente, donde comparto con científicos de todo el mundo, quienes en ese lugar tan remoto realizan sus diversas investigaciones las que podrían repercutir en el bienestar de todos nosotros. Es increíble como estando ahí y sólo ahí, comprendo que la Antártica es un tremendo nicho, puro y atractivo, que fascina y seduce al investigar.

DANIELA TORO

· Doctora en Microbiología, Universidad de Santiago de Chile. Investigadora Postdoctoral, Instituto de Ciencias Biomédicas, Universidad de Chile.

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ARTE Y CIENCIA

Claudia Yáñez E. · Diseño Artístico.

Dr. Christian Hodar Q. · Asesor Científico.

La Luz y su Impacto en la Evolución de las Especies del Fondo Marino Creado en el marco de la Semana Nacional de la Ciencia y la Tecnología 2015, este mural -desarrollado por el Proyecto Asociativo Regional Explora de CONICYT RM Sur Oriente junto al Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (INTA) y las Aldeas Infantiles SOS de la Comuna de Macul- muestra la influencia de la luz en la morfología de los animales marinos.

Contacto y suscripción a través de nuestro sitio web www.heureka-online.com



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