Revista heureka #6

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EDITORIAL

Director Ejecutivo: Joaquín Contreras Productor Ejecutivo: Miguel Cornejo Editora General: Dra. Lucía Nuñez Aguilera Directora de Arte: Camila Rivero

Innovación y emprendimiento A través de la historia, el desarrollo científico se ha adaptado para proveer herramientas que contribuyan a resolver las problemáticas que enfrenta la sociedad. Actualmente, estas necesidades son más complejas y diversas, por lo que la ciencia tiene un rol protagónico al entregar soluciones que se adapten a los diversos escenarios que se presentan en la vida moderna. Más allá que sólo una actividad económica que genere divisas al país, el quehacer científico puede entregar alternativas concretas para mejorar la calidad de vida de las personas. Este potencial tendrá mayor relevancia en los próximos años, donde el capital humano avanzado deberá insertarse, casi obligatoriamente, en áreas científicas fuera de la tradicional academia. Esta situación adversa puede convertirse en una oportunidad, gracias a que las ideas creativas tienen la característica de transformarse en emprendimientos donde la innovación es la clave del éxito. En este número de Héureka les acercamos múltiples ejemplos de científicas y científicos que se abrieron paso al difícil camino del emprendimiento y la innovación. A pesar de su diversidad, todos ellos tienen algo en común: el esfuerzo y las ganas de desafiar lo tradicional.

Lucía Núñez Aguilera Editora General Revista Héureka

Agradecimientos: Loreto Vidal Oyarzún

Representante Legal: Joaquín Contreras Monjitas 454, oficina 806. Santiago, Chile. www.heureka-online.com

Revista Héureka cuenta con el apoyo institucional de la Corporación de Fomento de la Producción


SUMARIO

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EXORDIO

MANUEL PINO, GLORIA MONTENEGRO Y DORA ALTBIR: El despegue de la ciencia

NUEVOS PERFILES

ANDRÉS BRONFMAN: Descrifrando los misterios del transporte de carga en la Región Metropolitana

NUEVOS PERFILES

PABLO ZAMORA: NotCo: Alimentación saludable para todos

NUEVOS PERFILES

CAROLINA CORTÉS: Innpulsando la transferencia tecnológica en Chile

OPINIÓN

MAXIMILIANO SANTA CRUZ: La propiedad intelectual al servicio del innovador

BIOGRÁFICA

MARÍA INÉS BECKER

EL LADO “C” DE LA CIENCIA JUAN RIVADENEIRA: Con música en el ADN

INVESTIGADOR DESTACADO

ANA MARÍA SANDINO: Contagiada por la innovación

STARTCIENCIA

CAROLINA CANTO Y PAOLA SOTO: Biotecnología que impulsa la protección ultravioleta

CENTRO DE INVESTIGACIÓN

ALEJANDRA SEPÚLVEDA Y CARLOS TORRES: Viaje al centro de la innovación

SIN FRONTERAS

ADOLFO GUTIÉRREZ: Innovación público privada: Emprender de manera integral

RELATOS

SEBASTIÁN MADRID Y DAVID CONTRERAS

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EXORDIO

EL DESPEGUE DE LA CIENCIA

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os investigadores están cambiando las pipetas, autoclaves y experimentos por las rondas de negocios, discursos públicos y -en algunos casos- los fondos de emprendimiento. Un comportamiento que según algunos visualiza un fenómeno que ya es conocido: los científicos chilenos están incrementando su interés por emprender. Pero también están advirtiendo que hay debilidades en torno a una adecuada capacitación ¿Están preparados los investigadores para negociar, postular y ganar espacios en el mercado? Algunos grupos postulan que la escaza preparación de los científicos para el mundo de los negocios, muchas veces pone freno al desarrollo de proyectos transformadores. Ya que sin una adecuada asesoría, jamás se podrá convencer a los inversionistas o fundaciones para que respalden el desarrollo de experimentos. Bien lo sabe Manuel Pino, socio fundador de la incubadora de negocios ImagineLab.

MANUEL PINO

· Ingeniero Civil Industrial, Universidad de Chile. Socio fundador y Director de Imagine Bussiness Lab.

Es necesario aclarar que trabajar como académico es un negocio, y vivir como emprendedor es otro. No es que sean incompatibles, pero cuando yo voy a emprender un negocio -por ejemplo- es dedicación full time”.

Esta aceleradora de Microsoft en Chile ha apoyado a más de 260 Startups, y en sus poco más de tres años de existencia ha levantado USD 7 millones en fondos públicos para invertir y más de USD 1 millón en privados para internacionalizarse. Sin embargo, para Pino los factores claves en este despegue de proyectos están relacionados con lo que él llama ecosistema de la ciencia en Chile: “es necesario aclarar que trabajar como académico es un negocio, y vivir como emprendedor es otro. No es que sean incompatibles, pero cuando yo voy a emprender un negocio -por ejemplo- es dedicación full time”. Además, Pino sostiene que se debe lidiar con las “reglas del mundo académico y las Universidades”y su relación con la implementación de proyectos innovadores, cómo se regula el desarrollo de licencias y el provecho que puede incorporar el investigador, en contraparte con el valor obtenido por la casa de estudios. “A los científicos les interesa mucho, pero no saben de esto, y no hay alguien que los esté ayudando sistemáticamente para que lo sepan, y una vez sabiendo, les aparece el interés. Pero para que esto sea genuino, las reglas del juego tienen que ser de construcción de valor mutuo y de interés real de querer captarlo”, afirma. Visión que contrasta con la presidenta del consejo asesor de la Fundación Copec-UC, Gloria Montenegro. En sus 45 años como docente e investigadora de la Universidad Católica, la profesora titular de la Facultad de Agronomía e Ingeniería Forestal afirma que el respaldo de su alma matter ha sido fundamental en sus investigaciones. Un apoyo que a su juicio hoy está presente en todas las universidades del país y que permite evitar retrocesos en la senda de la comercialización de un producto. “Cuántas veces me pasó que teníamos un resultado fantástico de un nuevo compuesto, un extracto de una planta, que tenía una actividad muy potente y resulta que habíamos presentado los resultados en algún congreso… y sonábamos... Entonces eso hoy día se puede evitar y se aprende, porque existen las oficinas de transferencia tecnológica de las universidades…de transferencia intelectual, que apoyan a los académicos a seguir los rumbos que hay que seguir para poder proteger las investigaciones”, dice. Para Montenegro es importante que los nuevos científicos tengan conciencia que pueden elegir el rumbo que su investigación puede cursar: “Cuando tú descubres

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algo puedes decir OK lo publico en una revista científica de alto impacto, o me voy hacia el camino de escribir una monografía para patentar y proteger ese descubrimiento. Hace algunos años se elegía el camino de la publicación, y cuando tú eliges la publicación, no puedes patentar”, advierte. En 2013, la especialista en botánica y abejas obtuvo el premio al Mejor Emprendimiento, entregado por Diario Financiero, por el desarrollo de “Bee Lab”, un spray desinfectante de uso doméstico que posee una eficacia de 99,99%, sobre la base de las propiedades activas de la miel. Montenegro, que en 1998 obtuvo el premio L’OREAL-UNESCO for Women in Science, es optimista con la relación investigadores-universidad y cree que se vienen nuevos aires para el impulso de la ciencia: “No sé si es más fácil, pero indudablemente los caminos están mucho más abiertos. La ciencia hay que proyectarla, no podemos quedarnos en los laboratorios, enjaulados y publicando en revistas científicas de alto impacto que sólo van a leer nuestros colegas. Hay que salir a la sociedad y lo que nosotros estamos descubriendo debiera ser de alguna manera útil para la comunidad”.

FOMENTO AL EMPRENDIMIENTO CIENTÍFICO Un escenario prometedor para los emprendimientos en ciencia, y sobre todo para la innovación desarrollada por científicas, es la bandera de lucha de Dora Altbir Drullinsk. Por más de una década ha impulsado la promoción de las ciencias, primero, como miembro del Consejo Superior de Ciencias del Fondo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico (Fondecyt) en 2015, y luego como presidenta de dicho consejo hasta febrero de 2017.

GLORIA MONTENEGRO · Profesora de Biología y Ciencias Naturales e Investigadora de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Presidenta Consejo Asesor, Fundación Copec-UC.

La doctora en Ciencias Exactas, con mención en Física, y académica del Departamento de Física de la Universidad de Santiago de Chile (USACH) afirma que el dedicarse a los emprendimientos tecnológicos requiere muchas veces de equipamiento mayor, y tiene riesgos asociados, pero debido a ello la mayoría de los investigadores cuando emprenden lo hacen a través de sus instituciones. “En general el investigador no maneja varios temas relacionados. No sabe dónde buscar los recursos, no sabe cómo hacer el plan de negocios más adecuado, y a veces no visualiza que el conocimiento obtenido puede generar un emprendimiento. Por ello las oficinas de emprendimiento de las Instituciones apoyan a los investigadores en estos aspectos”. Sin embargo, la actual directora del Centro para el Desarrollo de la Nanociencia y la Nanotecnología, CEDENNA, a su vez es crítica: “El emprendimiento muchas veces involucra a más actores. Los empresarios e inversionistas son llamados a apoyar los emprendimientos científicos con confianza en la ciencia nacional y esto aún no forma parte de la cultura nacional. Los costos de hacer ciencia a nivel local pueden ser más elevados al principio, sin embargo los retornos en términos económicos, de cuidado del medio ambiente y otros, pueden ser muy importantes. Lo más relevante es contar con las ideas para emprender y el valor de enfrentar el desafío, y esto se ve ya muy usualmente en nuestro país”, sostiene.

DORA ALTBIR DRULLINSKY Reportaje: Nadia Politis Periodista de la Asociación Chilena de Periodistas y Profesionales para la Comunicación de la Ciencia (ACHIPEC) Fotografías de Manuel Pino y Gloria Montenegro: Javier Pizarro Fotografía de Dora Altbir gentileza de: CEDENNA

· Licenciada en Ciencias, mención en Física y Doctora en Ciencias Exactas, mención en Física, Pontificia Universidad Católica de Chile. Investigadora de la Universidad de Santiago de Chile. Directora del Centro para el Desarrollo de la Nanociencia y Nanotecnología – CEDENNA.

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ANDRÉS BRONFMAN CÁCERES

· Doctor en Ciencias de la Ingeniería, Pontificia Universidad Católica de Chile. Director académico del Centro de Transporte y Logística, Universidad Andrés Bello.


NUEVOS PERFILES

ANDRÉS BRONFMAN CÁCERES DESCIFRANDO LOS MISTERIOS DEL TRANSPORTE DE CARGA EN LA REGIÓN METROPOLITANA

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a innovación puede llegar a cualquier área. Prueba de ello es la labor que desarrolla Andrés Bronfman, Doctor en Ciencias de la Ingeniería y director académico del Centro de Transporte y Logística (CTL) de la Universidad Andrés Bello (UNAB). Este académico estudia el movimiento de mercancía en grandes ciudades, buscando mejorar la transacción de bienes para el abastecimiento de una metrópolis como Santiago. Minimizando sus externalidades pero sin restringir la actividad económica. La investigación, según el académico, nace de la colaboración que estableció con el Centro de Transporte y Logística del Massachusetts Institute of Technology (MIT). En la ocasión observó una problemática poco abordada en nuestro país, la logística asociada al transporte de carga en grandes ciudades. “Nosotros vimos que a nivel mundial no existía un consenso de cómo modelar el transporte de mercancías mediante el análisis de la distribución de las mismas. Sobre todo en la actualidad, donde las flotas de carga, las exigencias del cliente y los ritmos del mercado cambian constantemente”, señala. Bajo esta premisa, el equipo que trabaja con el Dr. Bronfman, en conjunto con el Ministerio de Transporte y Telecomunicaciones, se adjudicó un proyecto que dio origen al Observatorio de Transporte Urbano de Carga, donde se obtienen datos claves para poder analizar y comprender el fenómeno de la fluctuación de mercancías dentro de una gran ciudad. Con el fin de potenciar estos estudios, Andrés Bronfman y el equipo del CTL, desarrollaron una plataforma tecnológica que permite la captura de información del sistema de transporte de carga de la ciudad y el monitoreo de grandes flotas vehiculares incluyendo la operación de cada vehículo, permitiendo caracterizar y entender de mejor manera cómo se abastece la ciudad, los problemas que enfrenta y los impactos que genera. “Los datos que se extraen desde allí se dirigen hacia un sistema de análisis y procesamiento de datos masivos (big data analytics) que nos permite realizar estudios temporales pertinentes. Con las evaluaciones comprendemos cómo se ejecutan, a través

del tiempo, los movimientos de mercancía en la gran ciudad, facilitando aspectos de monitoreo. Posteriormente, trasponemos esa información con distintas características de la ciudad y el comercio, los cuales guardan relación con diversos factores, entre ellos, condiciones climáticas, características de operación del movimiento de carga en diferentes periodos de tiempo sobre la red vial, cyber days, entre otros”, concluye el académico. Con estos avances, los investigadores pueden determinar –por primera vez– las principales características de operación del sistema de transporte de carga de la ciudad y de las diferentes flotas de carga que operan sobre dicho sistema en el tiempo, especificando la información por cada hora del día, cada día de la semana, cada mes y cada año, en cualquier zona específica de la ciudad. “En aspectos de generación de políticas públicas relacionadas al transporte de carga general y el transporte de mercancías peligrosas en particular, este sistema tiene una tremenda aplicabilidad, ya que también permite dimensionar no sólo las externalidades de la actividad en términos de congestión, emisiones y consumos de combustible, sino también los peligros que puede estar enfrentando la población producto del movimiento de mercancías peligrosas al interior de la ciudad. En el fondo, a través del conocimiento mediado por este tipo de ingeniería, esperamos contribuir a la organización de la ciudad y así reducir el impacto de esta actividad en la calidad de vida de los habitantes de Santiago”, concluye. Reportaje: Patricio Grunert Alarcón Fotografía: Camila Rivero Cvitanic

A través del conocimiento mediado por este tipo de ingeniería, esperamos contribuir a la organización de la ciudad y así reducir el impacto de esta actividad en la calidad de vida de los habitantes de Santiago”.

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NUEVOS PERFILES

PABLO ZAMORA NotCo: ALIMENTACIÓN SALUDABLE PARA TODOS

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so de que la alimentación sólo responde a intereses corporativos y es mediada por los grandes consorcios del mundo, está quedando atrás. Prueba de ello es NotCo, promisoria empresa de alimentos saludables basados en ingredientes vegetales, que sumados a complejos modelos matemáticos y aplicaciones científicas de vanguardia, ha logrado resultados mejores a los producidos por la industria tradicional. Uno de estos es la “NotMayo”, mayonesa que tiene la misma textura y gusto que la derivada del huevo, pero en base a ingredientes como el garbanzo y el lupino. El lema de NotCo es “cambiar sin cambiar”.

da cuenta del poco desarrollo de la industria alimenticia en el contexto global y de los tremendos costos ambientales derivados de su producción.

Los inicios de esta compañía se encuentran albergados en las conversaciones del Ingeniero Comercial, Matías Müchnick, y el Doctor en Biotecnología Vegetal, Pablo Zamora. Quienes a partir del bajo desarrollo científico y el desaprovechamiento de la inteligencia artificial en la industria alimenticia, fueron engrosando la idea de proponer nuevas formas de alimentación desde sus respectivas disciplinas. No obstante, no sería hasta la llegada de Karim Pichara, Doctor en Ciencias de la Computación, que la iniciativa se pudo llevar al siguiente nivel.

“En el fondo, queremos ser precursores de una agricultura consciente, sacando al animal de la ecuación. No buscamos que los usuarios se vuelvan vegetarianos, sino proponerles una alimentación que también les guste, pero que sea más saludable para ellos y el medio ambiente”.

“La industria alimenticia es poco transparente, ya que muchas veces los ingredientes de lo que comemos no son lo que creemos comer. En ese sentido, la alimentación saludable debe tener una mirada científica más desarrollada, aplicando conocimientos nuevos en la producción de materias primas y buscando contribuir a tener una sociedad más saludable y empoderada”, señala Pablo Zamora.

NUEVAS FORMAS DE ALIMENTACIÓN Y DIVERSIFICACIÓN DE LAS FUENTES ALIMENTICIAS Según la Organización para la Alimentación y la Agricultura de las Naciones Unidas (FAO), el 90% de la demanda de energía mundial es consumida por tan solo 15 cultivos. Esto, según Zamora, demuestra un estancamiento brutal en la diversificación de alimentos, que sumado a la sobredemanda de la carne animal,

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“La ciencia y la tecnología han estado presentes en varias industrias y la alimentación no debiese ser la excepción”, esta es la visión de NotCo según Pablo Zamora, quienes frente a la sobreproducción de la proteína cárnica, pretenden remplazarla por proteínas vegetales, generando los mismos alimentos que tenemos hoy en día pero con un costo energético menor.

“Tenemos una tarea logística y cultural muy grande, en la cual la pregunta del cómo lo hacemos pasa a ser una mera anécdota, ya que lo realmente importante es que el consumidor encuentre que lo que está comiendo es sabroso y saludable, pero que además puede pagarlo, independiente de su clase social” finaliza Pablo Zamora. La innovación que lleva a cabo este equipo de jóvenes talentos tiene múltiples valores agregados, ya que no solo pretenden posicionarse como referentes de la aplicación científica y tecnológica en la creación de alimentos saludables, sino también en su masificación para el beneficio de la mayoría de los consumidores de nuestro país. Reportaje: Patricio Grunert Alarcón Fotografía: Camila Rivero Cvitanic

La alimentación saludable debe tener una mirada científica más desarrollada, aplicando conocimientos nuevos en la producción de materias primas”.


PABLO ZAMORA

· Doctor en Biotecnología Vegetal, Universidad de Santiago de Chile. Director Asociado, University of California – Davis Chile. Cofundador de The Not Company, NotCo.


CAROLINA CORTÉS BROWN

· Ingeniera en Biotecnología, Universidad de Chile. Magíster en Gestión Tecnológica, Universidad de Talca. Fundadora de Innpulso y Vaccimed.


NUEVOS PERFILES

CAROLINA CORTÉS BROWN INNPULSANDO LA TRANSFERENCIA TECNOLÓGICA EN CHILE

Vaccimed fue para Innpulso una escuela, […] con el desarrollo de este spin-off pudimos aprender en primera persona cómo se lleva una tecnología desde la universidad al mercado”.

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esde hace doce años la empresa Innpulso ha generado herramientas de unión entre el mundo de la academia y las necesidades de las empresas chilenas. Esta tarea, desarrollada a través de acuciosos análisis de mercado, tiene la particularidad de hacer confluir mundos que transitan por rieles aparentemente paralelos. El desafío de transportar los conocimientos de la academia a las empresas y potenciar sus niveles de aplicabilidad, llamó la atención de Carolina Cortés y Enzo Pantoja, quienes después de terminar Ingeniería en Biotecnología e Ingeniería Civil Industrial, respectivamente, ingresaron al magíster de Gestión Tecnológica dictado por la Universidad de Talca. Así, durante el desarrollo de la maestría, recibieron herramientas suficientes para crear su empresa, Innpulso. El inicio no fue fácil. Ambos socios fundadores tenían poca experiencia en transferencia tecnológica, lo que no era de extrañar, ya que responde a una cultura país que tampoco comprendía muy bien lo que era dicha área, al menos hasta hace algunos años atrás. En este contexto comenzaron a perfilar su emprendimiento, al cual se sumaron cinco nuevos talentos: Raúl Yáñez (ingeniero civil industrial), Eduardo Aqueveque (ingeniero financiero), Heidi Pérez y Patricia González (ambas bioquímicas con magíster en Gestión Tecnológica) y Natalie Lebrun (ingeniera en Biotecnología). Es así como Innpulso comenzó su travesía dando asesorías a investigadores para que sumaran a sus proyectos la transferencia de sus resultados, postulando en conjunto a fondos públicos y generando vínculos con empresas. Un par de años después, el equipo comenzó a trabajar con un grupo de investigación de la Facultad de Ciencias Veterinarias y Pecuarias de la Universidad de Chile, quienes deseaban desarrollar una vacuna de inmunocastración para mamíferos. De esta unión surgió Vaccimed, el primer spin-off de dicha casa de estudios. “Apoyamos al equipo en el modelo de negocio y les propusimos que hicieran un spin-off. La idea les pareció muy atractiva, aceptando el reto. Fue un trabajo arduo, ya que prácticamente comenzamos desde cero. Los spin-off eran algo desconocido, al menos en el rubro en que nos desenvolvíamos, entonces, avanzar en el desarrollo de productos de base tecnológica bajo esta estructura, sin duda representó un desafío interesante”, señala Carolina Cortés, actual gerente general de Innpulso.

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NUEVOS PERFILES

Equipo Innpulso De izquierda a derecha: Raúl Yañez, Heidi Perez, Enzo Pantoja, Carolina Cortés, Eduardo Aqueveque y Patricia González

Posterior al lanzamiento de este spin-off, vino la etapa de sublicencia del producto, donde el equipo de Vaccimed logró establecer una asociación con una entidad farmacéutica, la cual en un futuro, producirá a gran escala la vacuna y comercializará el producto tanto en Chile como en el extranjero. “Vaccimed fue para Innpulso una escuela, ya que logramos aprender en el oficio muchos de los conocimientos que aplicamos hoy en día. En el fondo, con el desarrollo de este spin-off pudimos aprender en primera persona cómo se lleva una tecnología desde la universidad al mercado”, expresa Cortés. Sin duda Vaccimed fue el primer gran desafío de Innpulso como empresa puente entre la investigación y el mundo productivo, en ese sentido la vacuna –que ahora se encuentra en su última etapa de revisión antes de salir al comercio– es el producto cúlmine de años de aprendizaje.

DESDE LA INVESTIGACIÓN AL MERCADO Innpulso lleva más de una década en el mercado y durante su evolución ha originado distintas líneas de negocio, con ellas ha podido desarrollar múltiples nexos de transferencia tecnológica. La empresa, que cuenta con áreas vinculadas a nuevos desarrollos, como el caso de Vaccimed, también produce otras estrategias en las que se analizan diferentes potencialidades del conocimiento generado en nuestro país. “Trabajamos mucho con las vicerrectorías de investigación y desarrollo de las universidades, quienes muchas veces nos contactan cuando hay que formular proyectos, estudios de mercados o planes de negocio. Por otro lado, también nos llaman empresas señalándonos sus necesidades y nosotros generamos un vínculo con las diferentes casas de estudios que desarrollan tecnologías

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asociadas a tales requerimientos”, detalla Cortés bajo el marco del círculo virtuoso que han logrado administrar, al cual quieren sumar la investigación que se desarrolla en las empresas, motivándolas a potenciar sus áreas de I+D. “Estamos enfocados en la gestión tecnológica y prestamos apoyo en lo que –muchas veces– les cuesta más a los investigadores. Porque no se trata sólo de si una tecnología funciona o no, sino de cómo esta puede resolver una necesidad existente en el mercado, tornarse valiosa y ser competitiva al llevarlo a una fase productiva”, explica la ingeniera en biotecnología. Actualmente, existen rigurosos estándares nacionales e internacionales que regulan el desarrollo de productos en diferentes industrias. Entendiendo esa situación, Innpulso entrega una radiografía de las necesidades del mercado actual, no solo bajo un contexto local, sino también global. De esta forma, la entidad se transforma en un especie de guía para los investigadores en las primeras etapas de desarrollo de sus productos, y finalmente se preocupan de que esas etapas sean válidas para un tercero, el cliente final. “Nosotros también hemos aplicado las herramientas y los conocimientos que ofrecemos tanto a investigadores como empresas, y nos hemos dado cuenta que dan resultados y cumplen con el objetivo comercial y social intrínseco en toda transferencia tecnológica efectiva”, finaliza Carolina Cortés.

Reportaje: Patricio Grunert Alarcón Fotografía: Camila Rivero Cvitanic


Salar de Pujsa, San Pedro de Atacama FotografĂ­a: Rodrigo Pinto


OPINIÓN

MAXIMILIANO SANTA CRUZ LA PROPIEDAD INTELECTUAL AL SERVICIO DEL INNOVADOR

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hile es un país en donde la palabra innovación cada vez se escucha más fuerte. Esto surge desde las universidades, los centros de investigación, la empresa y también en las calles, donde se observa a personas conversando acerca de este tema, y se ve cómo cada vez más chilenos están propiciando mejores soluciones en las distintas áreas del conocimiento. Pablo Valenzuela y Juan Carlos de la Llera son dos ejemplos de personas que han logrado cambiarle la vida no sólo a los chilenos, sino al mundo con sus tecnologías patentadas. Valenzuela ha mejorado la salud de la población mundial logrando una vacuna contra la hepatitis B; y De la Llera patentó una tecnología antisísmica que consiste en una interfaz entre una fuente que genera vibraciones y un sistema que se pretende aislar de dichas vibraciones, y que combina dos tipos de elementos, elásticos y friccionales, es decir, permite que edificios soporten de mejor manera un terremoto, sin generar daños considerables. En Chile se está dando un ambiente en el cual la innovación está tomando un sentido importante, y donde la propiedad intelectual juega un rol clave. Sin protección no es posible la transferencia tecnológica. La propiedad intelectual premia el esfuerzo, tiempo y recursos invertidos, transformando las innovaciones en activos intelectuales, y convierte el conocimiento y la tecnología en bienes transables. Contar con un título de propiedad industrial le concede a su propietario el derecho exclusivo a impedir que terceras personas fabriquen, utilicen, ofrezcan a la venta, vendan o importen su creación, durante un periodo de tiempo limitado en aquel territorio donde se cuenta con el derecho. Si una innovación no se protege mediante algún derecho de propiedad intelectual, y ésta es utilizada por terceros sin el consentimiento de su dueño, no será posible ejercer acciones legales para impedirlo. Además, el sistema sirve como una potente herramienta para difundir el conocimiento incorporado en las patentes.

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Por lo tanto, si desea innovar, sea consciente de los derechos de propiedad intelectual. El registro de una marca por ejemplo, ofrece protección jurídica al titular, garantizándole el derecho exclusivo a utilizarla para identificar bienes o servicios por un periodo de 10 años renovables indefinidamente. Cuando una persona decide invertir en I+D sabe que los resultados de estas actividades tienen un grado de incertidumbre importante con un riesgo difícil de calcular. Por esta razón, un desarrollador de tecnología que no protege su innovación mediante derechos de propiedad intelectual, hace menos atractivo que terceros financien sus actividades y disminuyen sus posibilidades de obtener fondos para continuar con sus investigaciones. De este modo, los innovadores deberían tener muy presente la importancia de proteger intelectualmente sus creaciones, pues en caso de darle “el palo al gato”, tener éxito, éste podría diluirse si no es debidamente protegido. Si no llega al mercado, sólo será un intento de innovación. Fotografía gentileza de: Maximiliano Santa Cruz


MAXIMILIANO SANTA CRUZ

· Abogado, Universidad de Chile. Director Nacional del Instituto Nacional de Propiedad Industrial - INAPI.


BIOGRÁFICA


Ilustración: Víctor Véliz


JUAN RIVADENEIRA HURTADO · Doctor en Ciencias Biológicas, Pontificia Universidad Católica de Chile. Director de la Asociación Chilena de Empresas de Biotecnología, ASEMBIO.


EL LADO “C” DE LA CIENCIA

JUAN RIVADENEIRA HURTADO CON MÚSICA EN EL ADN

Fue la infancia de Juan Rivadeneira Hurtado, Doctor en Ciencias Biológicas de la Pontificia Universidad Católica de Chile y Director de la Asociación Chilena de Empresas de Biotecnología (ASEMBIO), la que configuró su gusto por pintar. Ocupando los lápices de su hermana Margarita o en Inglaterra, cuando los profesores del colegio notaron sus habilidades por el dibujo, es que supo que la pintura, y más tarde también la música, serían sus principales formas de expresión.

El piano, los teclados, los sintetizadores, las guitarras y la música en general, así como también el dibujo y el arte son cosas que siempre han sido parte de mi ADN”.

La verdad es que siempre he dibujado y pintado. Es mi forma de expresarme. No tengo realmente habilidades con las palabras” confiesa con plena sinceridad Juan Rivadeneira, académico a cargo las cátedras de Gestión de empresas de Innovación y de Biotecnología Industrial e investigador responsable de la línea de biotecnología aplicada en empresas mineras de oro y cobre de la Universidad Adolfo Ibáñez. Además de la pintura, el piano también es otro de sus gustos. Su práctica también se origina de la “copia”, como él mismo confiesa, de las habilidades de su hermano Ignacio, un año mayor que él. “No tengo realmente habilidades con las palabras. Con lo del piano empecé copiando a Ignacio y de repente estaba tocando Marillion, Charly y se dio. No sé, simplemente estuve sentado mucho rato frente al piano de chico queriendo tocar como Ignacio”, nos explica. “El piano, los teclados, los sintetizadores, las guitarras y la música en general, así como también el dibujo y el arte son cosas que siempre han sido parte de mi ADN. Los necesito para mantenerme centrado y son mucho más que un pasatiempo, son verdaderos momentos de meditación en los que logro desconectarme de lo cotidiano y entrar en mundo paralelo donde puedo transmitir lo que quiero sin palabras, pero con un tremendo poder emocional”, manifiesta el investigador.

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EL LADO “C” DE LA CIENCIA

La ciencia es el cúmulo de cosas verificables que ocurren independientemente del observador cuando en el arte esto no necesariamente sucede”.

¿EN QUÉ ASPECTOS CREES QUE EXISTE UN GRADO DE SIMILITUD ENTRE LA PRÁCTICA DEL PIANO Y LA PINTURA CON LAS LABORES QUE DESARROLLAS A DIARIO EN EL LABORATORIO? “Creo que todos pensamos en un principio que tanto los equipos de los laboratorios como los instrumentos de música son complicados, con muchas opciones y que el resultado a veces no será el óptimo. Quien se inicia en la música sabe que esto dura un período corto y que rápidamente aprende acordes y cosas sencillas. Sacar una canción en guitarra, por ejemplo, requiere repetirla mil veces, hasta que se haga natural en uno. Muchos experimentos en biología tienen de eso, se deben repetir mil veces para estar seguros y sentirse cómodo con sus resultados”.

¿EXISTE UNA CONEXIÓN ENTRE LA MÚSICA Y LA PINTURA CON TU LABOR COMO INVESTIGADOR? ¿CREES QUE AMBAS DISCIPLINAS COMPARTEN RASGOS EN COMÚN? “La ciencia es el cúmulo de cosas verificables que ocurren independientemente del observador cuando en el arte esto no necesariamente sucede. En cuanto a los rasgos, creo que ambos ámbitos requieren tiempo, dedicación y sobre todo tener la necesidad de observar. La música, en particular, enseña a atreverse, aunque el resultado inmediato sea horrible y eso, como concepto, también es valorable en la investigación”. Reportaje: Nicolás Gaona Reydet Fotografía de Retrato: Camila Rivero Cvitanic Fotografías de Locación gentileza de: Juan Rivadeneira

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Geysers del Tatio, San Pedro de Atacama FotografĂ­a: Javier Pizarro


INVESTIGADOR DESTACADO

Ana María Sandino CONTAGIADA POR LA INNOVACIÓN



INVESTIGADOR DESTACADO

ANA MARÍA SANDINO CONTAGIADA POR LA INNOVACIÓN

Desarrolló un método para el diagnóstico de virus en salmónidos con lo cual no sólo dio solución a un problema en la industria acuícola nacional, sino también realizó una innovación científica de nivel mundial en la línea de la biología molecular y celular. Prestigiosa científica y reconocida empresaria, que a través de su trabajo logró hacerse un espacio en un sector ajeno a la ciencia y a las mujeres: la industria.

Fuimos pioneros a nivel mundial al masificar el diagnóstico molecular en la industria acuícola”.

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orría la década de los noventa y la salmonicultura estaba creciendo de forma exponencial en Chile, pero había muy pocos científicos que trabajaran en apoyar a la industria. Fue en ese momento que Ana María Sandino, doctora en Ciencias con mención Biología pasó del laboratorio a insertarse en la acuicultura -tras haber realizado sus tesis de pre y post grado en virus humanosal comenzar a buscar una línea de investigación en un área prioritaria para el país y con relación a la virología. “Vi un importante nicho en la industria acuícola nacional. Me di cuenta que en Chile no se habían diagnosticado virus y, sin embargo, estábamos trayendo cerca del 60% de las ovas de salmones de otras partes del mundo donde sí había virus que se transmiten a través de ellas, con lo cual la posibilidad de contagio era bastante alta y era necesario tener una barrera para mantener al país protegido” , describe la investigadora. Confiesa que el proceso para lograr entrar a la industria fue difícil y debió golpear muchas puertas. En un comienzo realizó un diagnóstico donde evidenció que no se había detectado la presencia de virus en los salmónidos, pero sí existían muertes repentinas de los peces sin causal conocida. La actual académica de la Universidad de Santiago de Chile y socia fundadora de las empresas ActivaQ S.A. y Diagnotec, reconoció en ese momento que se necesitaba una herramienta para el diagnóstico de virus en peces. “Había tres o cuatro laboratorios de análisis que no tenían herramientas adecuadas y con demora de hasta 20 días, entonces era un proceso largo, lento y engorroso. Hicimos un proyecto financiado por la Fundación ANDES - yo era becaria durante mi doctorado- y así partí con esa línea de investigación. Después postulé a un Fondecyt para desarrollar un método de diagnóstico porque encontré el virus IPN, que estaba presente en todo el mundo, y actualizamos las tecnologías para acortar los tiempos de detección”, recuerda Sandino.

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ANA MARÍA SANDINO

· Bioquímica y Doctora en Ciencias con Mención en Biología, Universidad de Chile. Investigadora de la Facultad de Química y Biología, Universidad de Santiago de Chile. Fundadora de ActivaQ S.A.


EL NACIMIENTO DE UNA INNOVACIÓN DE NIVEL MUNDIAL “Empecé a mirar qué es lo que se hacía en diagnóstico de virus humano y apliqué la misma tecnología que en ese momento era la última generación”, comenta Ana María, refiriéndose al PCR -reacción en cadena de la polimerasa- que en 1993 le había dado el Premio Nobel de Química al Dr. Kary Mullis. La profesora Sandino realizó una modificación de este tipo de diagnóstico para aplicar a los virus de los salmones, señalando que fueron “pioneros a nivel mundial al masificar el diagnóstico molecular en la industria acuícola”.

¿CÓMO ES HACER CIENCIA EN LA EMPRESA? “La verdad es que al principio fue muy difícil entrar en la industria porque había muchas dudas de que en Chile se pudiera hacer un desarrollo único, que no se usaba en ninguna parte del mundo.Yo pienso que en la industria acuícola, y en general en la veterinaria, el desarrollo científico tiende hacia el área clínica por sobre la ciencia básica, por lo cual nuestra propuesta era desconocida y nadie apostaba por sus resultados”, comentó Ana María. Al comienzo apostó por capacitar a la gente en los laboratorios clínicos de ictiopatología, lo cual no dio resultado ya que dicho personal no estaba en contacto con la biología molecular y la sentían lejana y difícil.“En ese momento tuve una tesista (de pregrado de Agronomía de la UC) que siempre estuvo muy interesada en la biotecnología. Ella hizo su tesis en mi laboratorio desarrollando la técnica de diagnóstico en sangre -ya que hasta ese momento se utilizaban muestras de tejidos para el diagnóstico en los pecesextrayendo un trozo de hígado o riñón, lo cual significaba sacrificar al pez, a diferencia del diagnóstico en seres humanos que era a través de una muestra de sangre “.

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Cuando la estudiante de Ana María finalizó su investigación tenían como resultado un potencial aporte para la salmonicultura. “La verdad es que tuvimos un poco de frustración por el hecho de que no pudiéramos entregar esto a la industria ya que nadie se atrevía. Fue entonces que pensamos ¿por qué no lo hacemos nosotras? y ahí fue que partimos con una empresa”, recuerda la Dra. Sandino. El trabajo junto a su socia, Geraldine Mlynarz, comenzó con un cliente con el que tuvieron muy buenos resultados y tras esa experiencia postularon a un Corfo y fueron parte de una de las primeras incubadoras para empresas de Chile: Santiago Innova de la Municipalidad de Santiago. Cuando finalizaron ese proyecto, relata Ana María, se dieron cuenta que era necesario salir de la capital y armar un laboratorio en Puerto Montt y fue ahí que buscaron un inversionista para poder continuar su trabajo en la zona sur de Chile.

¿CUÁLES FUERON LOS FACTORES MÁS IMPORTANTES PARA LOGRAR EL ÉXITO? “La perseverancia. La verdad es que fueron años duros, donde insistimos e insistimos porque teníamos un sueño y nosotras estábamos convencidas de que esto era una herramienta útil, no podíamos creer que no lo entendieran o no quisieran usarla. Entonces insistíamos usando todos los caminos, hasta que logramos la credibilidad”.

“La verdad es que al principio fue muy difícil entrar en la industria porque había muchas dudas de que en Chile se pudiera hacer un desarrollo único, que no se usaba en ninguna parte del mundo”.


INVESTIGADOR DESTACADO

Uno tiene que conocer cómo se puede llevar la ciencia a la aplicación. Esto tiene que ver con políticas, […] hay una serie de barreras que no se relacionan con la ciencia y que uno tiene que conocerlas”.

EN ESTE PROCESO, QUÉ FACTOR JUEGA LA COMUNICACIÓN DE LA CIENCIA ¿CÓMO ES HABLAR DESDE “EL LABORATORIO” HACIA LA “LA EMPRESA”? “Fue un tema. Eran ideas tan distintas, una aproximación tan diferente que por eso quizás les daba desconfianza. El convencimiento además te hace ser apasionada y muy técnica a la vez y eso hace que no penetre la idea, que la gente no te entienda. Además, en la empresa tú vas detrás de un gran negocio, lo cual no es el alma de un científico que busca ser un aporte y que no está solo pensando en la parte económica”.

¿ES CHILE UN PAÍS QUE PERMITE HACER INNOVACIÓN? “No es fácil hacer innovación, ni tampoco hacer registro. Por ejemplo, vimos que había virus ISA en Noruega y que se cerraron las fronteras para la importación de ovas, pero ya se había importado previamente a Chile, con lo cual estuvimos seguras que el contagio era una bomba de tiempo. Yo empecé con el desarrollo de un antiviral desde antes que se encontrara el ISA en Chile, entonces cuando apareció teníamos bastante avanzado y tratamos de registrarlo pero no fue posible. Era el único antiviral que se usaba en veterinaria y no se usaba en el resto del mundo,

ni existían antecedentes previos, los cuales fueron temas que no consideramos y que hicieron que al final perdiéramos todo el trabajo. Y para el país, el costo que tuvo la crisis del virus ISA fue tremendo en lo económico, de imagen, de empleos y el costo social” Respecto de la lección aprendida con el virus ISA, Ana María comenta que es importante tener bien en consideración lo que se puede usar, lo que no y si es necesario cambiar el foco de la investigación. “En el fondo no solamente hay que innovar en cosas o temas que el científico domina muy bien, sino también hay que ver qué se puede llevar a la industria y que no. Hay otros factores que no son relacionados con la ciencia, pero que se deben considerar”. En relación con dichas consideraciones que deben conocer los científicos al momento de innovar, la Dra. Sandino recalca la importancia de otros aspectos como la institucionalidad. “Uno tiene que conocer cómo se puede llevar la ciencia a la aplicación. Esto tiene que ver con políticas, no solamente del país, tiene que ver con los países de exportación donde hay una serie de barreras que no se relacionan con la ciencia y que uno tiene que conocerlas”. Refiriéndose así que frente a la innovación no solo es necesario abordar los temas referentes a la investigación en sí, sino a todos los aspectos legales, institucionales y del contexto en el cual se realiza la innovación. Reportaje: Luz Fariña Fotografías: Javier Pizarro

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STARTCIENCIA

KADEWASH CLEANTECH BIOTECNOLOGÍA QUE IMPULSA LA PROTECCIÓN ULTRAVIOLETA

Apostaron a la nanotecnología para crear un aditivo que otorgue protección UVA/UVB a los textiles, innovación con la que iniciaron una búsqueda por democratizar el cuidado de la piel para cualquier trabajador o familia que viva en países con altos índices de radiación.

Desde siempre las dos quisimos hacer algo distinto a lo que te inculcaban en la carrera. Nuestra visión siempre fue tratar de aplicar lo que estábamos haciendo”.

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arolina Canto y Paola Soto son biotecnólogas de la Universidad Andrés Bello y durante su pregrado desarrollaron el interés por llevar sus investigaciones a un nivel más práctico. Fue ahí donde nació su pasión por emprender. “Desde siempre las dos quisimos hacer algo distinto a lo que te inculcaban en la carrera. Nuestra visión siempre fue tratar de aplicar lo que estábamos haciendo”, afirma Soto. “Hoy en día casi el 100% de los hogares chilenos utiliza algún tipo de detergente. Entonces hicimos el proyecto, nos fue bien, justo se abrió una convocatoria del University to Market (U2M) de la Universidad Andrés Bello y con ello fue nuestro primer acercamiento a los modelos de negocios”, recuerda Canto. Sin embargo, no fue hasta integrar la generación número 13 de Start-Up Chile, que decidieron aplicar sus investigaciones y desarrollar una solución científica para un problema concreto: los altos índices de radiación que se encuentran en las zonas urbanas y rurales del país. Fue así como nació KadeWash CleanTech. La acción del detergente radica en la modificación de sus nanopartículas que actúan cuando el agua traspasa la ropa. Cuando estos dos componentes atraviesan las fibras de las prendas, generan interacciones moleculares y químicas. Es ahí cuando la nanopartícula traspasa la fibra y se adhiere como si fuera una malla protectora, de forma imperceptible al tacto y la vista. Paola Soto remarca que el sello de KadeWash radica en su capacidad para no alterar las prendas de forma visible. “Lavar la ropa, que siga siendo imperceptible, pero que esté protegida. Porque si estoy agregando un aditivo, no debe cambiar la textura o color de la ropa, porque si no le estarías cambiando su cualidad como prenda”. Las creadoras de KadeWash afirman que su producto es único, ya que no existen detergentes que entreguen protección contra los rayos UV. “Nosotras seríamos las primeras en poder presentar un producto así en el mercado. Podemos entregar hasta 10 veces el factor de protección ultravioleta que tiene una polera blanca de algodón, la cual en condiciones normales solo entrega algo de protección por el hecho de generar una barrera en la piel”, remarcan.

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CAROLINA CANTO GUTIÉRREZ

· Ingeniera en Biotecnología, Universidad Andrés Bello. Gerente general de KadeWash CleanTech.


PAOLA SOTO ARAYA

· Ingeniera en Biotecnología, Universidad Andrés Bello. Gerente de Operaciones de KadeWash CleanTech.


STARTCIENCIA

Ad portas de cumplir dos años con su emprendimiento, han incorporado nueva asesoría técnica para profesionalizar los procesos de certificación. Mientras Canto es gerente general de la empresa, y Soto gerente de operaciones, Francisca Revuelta trabaja como asistente de investigación y la doctora en Química Flavia Zacconi ha reforzado el equipo con su experiencia en nanotecnología y como académica de la Universidad Católica. Pese a que el equipo ha accedido a fondos Corfo como Start-up Chile, Fundación Copec UC y la Universidad Andrés Bello (UNAB); en la actualidad se encuentran en fase de desarrollo y buscando soporte financiero para llegar a comercializar sus productos. “Nuestra idea es licenciar esta tecnología a manofacturadoras grandes de detergente para que todo el mundo pueda acceder a ellas”, sostiene Canto. A su vez, la certificación de su tecnología se está realizando con la Fundación LEITAT en Barcelona y el Instituto de Salud Pública de Chile (ISP), mediante un equipamiento que mide la radiación ultravioleta. Este cuantifica cuánta radiación está traspasando las fibras y luego le entrega un rango al producto.

“Las condiciones para ser científica en Chile son súper duras. Una, es la postergación como mujer, de la maternidad. Todavía siento que por más que haya mujeres empoderadas, que se quedan en los laboratorios sacando sus ideales adelante, igual seguimos siendo la minoría. Creo que a las mujeres en general se les trata súper mal en los laboratorios”, afirma Soto. “Los sueldos son injustos para todo lo que se trabaja… y todo el conocimiento que uno llega a tener”, sostiene Canto. Tras su experiencia con KadeWash CleanTech, Canto y Soto afirman que el futuro de la ciencia es el emprendimiento y alientan a otros investigadores a realizar iniciativas que puedan ayudar a la ciudadanía basadas en aplicaciones prácticas y accesibles.

Reportaje: Nadia Politis Fotografía: Javier Pizarro

En relación a su experiencia con aceleradoras de negocios, rescatan una importante lección. “Considero que es imprescindible tener conocimientos en el área comercial para dar a conocer nuestras investigaciones a personas que no están relacionadas con nuestra área”, afirma Soto. De ahí la importancia de capacitar a científicos en el área de negocios y emprendimiento.

EMPRENDER COMO CIENTÍFICA EN CHILE Ambas profesionales coinciden en que emprender y desarrollar un proyecto como científicas es un trabajo duro. Un largo camino en el cual los desafíos siempre están presentes. Sin embargo consideran que es una de las opciones más reconfortantes en un país cargado de prejuicios contra las mujeres.

Nosotras seríamos las primeras en poder presentar un producto así en el mercado. Podemos entregar hasta 10 veces el UPF que tiene una polera blanca de algodón”.


CENTRO DE INVESTIGACIÓN

INSTITUTO DE INNOVACIÓN BASADA EN CIENCIA Y CENTRO DE SISTEMAS DE INGENIERÍA - KIPUS, UNIVERSIDAD DE TALCA VIAJE AL CENTRO DE LA INNOVACIÓN

Una de las maneras que tiene la Universidad de Talca de fomentar la innovación es a través de sus Centros de Investigación y su Instituto de Innovación Basada en Ciencia lugares que, más allá de las declaraciones formales, representan el vínculo donde el conocimiento de sus académicos, investigadores y alumnos se pone a disposición de la región.

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reado en el 2015 en el marco del Convenio de Desempeño en Apoyo a la Innovación en Educación Superior del Ministerio de Educación, el Instituto de Innovación Basada en Ciencia (IIBC) demuestra la manera en que la Universidad de Talca ha innovado a través de la ciencia. “El Instituto surge desde la convicción institucional de la relevancia de la innovación basada en conocimiento científico como factor clave y diferenciador necesario para alcanzar mejores niveles de desarrollo en la región y el país” explica la Doctora en Ciencias Agrarias e investigadora del Instituto, Alejandra Sepúlveda Varas, respecto al norte del IIBC cuyo objetivo (y desafío) es vincular universidad, empresa, sociedad y Estado a través de la investigación. ¿Cómo se identifican las áreas en las que debe innovar teniendo en cuenta la capacidad del instituto y las ventajas de la región? A diferencia de otros Centros, el Área de Investigación del IIBC - una de tres áreas que conforman el instituto junto con el Área de Apoyo a la Innovación y el Área de Formación - busca abordar la innovación desde una mirada “que supere los tradicionales enfoques predominantemente economistas y mono-disciplinarios” asumiendo el tema como un objeto de estudio complejo de “múltiples dimensiones y con una variedad de enfoques”. Esto, en palabras simples, se ha traducido en un listado de investigaciones - que destacan por su originalidad como también por el potencial comercial para la región - relacionadas con el desarrollo de seis nuevas variedades de álamo, al beneficio del propóleo en el colesterol HDL (High Density Lipoprotein) o el descubrimiento de cualidades antitrombóticas en residuos del tomate, por nombrar algunas.

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“Creo que hemos logrado constituir un equipo multidisciplinario orientado al estudio de la innovación y su articulación con la ciencia y la tecnología, permitiendo con ello postular y adjudicar proyectos, trabajar en publicaciones científicas colaborativas y por sobre todo, establecer temas de interés común con distintas disciplinas” responde la académica de la Universidad de Talca, Alejandra Sepúlveda, respecto a las experiencias positivas que ha tenido el Instituto en sus pocos años de vida. “Además de todo esto estamos permanentemente estableciendo conversaciones y redes tanto con académicos como con actores locales y nacionales, surgiendo en estos encuentros variadas problemáticas y oportunidades regionales que no están siendo abordadas o que requieren ser revisadas y en las que podemos apoyar mediante recursos de investigación (como publicaciones científicas, proyectos, seminarios u otros) o de formación (con programas de estudios, cursos específicos y mentorías de tesis). De esta manera, los temas abordados tienen pertinencia regional y responden a los desafíos locales” comenta Alejandra.

El Instituto surge desde la convicción institucional de la relevancia de la innovación basada en conocimiento científico como factor clave y diferenciador necesario para alcanzar mejores niveles de desarrollo en la región y el país”.


ALEJANDRA SEPÚLVEDA VARAS

· Ingeniera agrónoma, doctora en Ciencias Agrarias, Universidad Austral de Chile. Investigadora del Instituto de Innovación Basada en Ciencia, Universidad de Talca.


CARLOS TORRES FUCHSLOCHER

· Doctor en Economía del Desarrollo y Desarrollo Internacional, Universität Leipzig. Director del Centro de Sistemas de Ingeniería – Kipus, Facultad de Ingeniería, Universidad de Talca.


CENTRO DE INVESTIGACIÓN

Equipo Instituo de Inovación Basada en Ciencias De izquierda a derecha: Alejandra Sepúlveda, Carolina Toledo, Cristian Monsalvez, Carolina Oliú y Massiel Orellana. No aparecen: Ernesto Labra y Romina Valdés.

EN EL CENTRO DE INNOVACIÓN Otra de las maneras que tiene la Universidad de Talca de hacerse cargo del tema de la innovación es a través de sus once Centros Tecnológicos dedicados a conectar el conocimiento generado en la casa de estudios con el desarrollo de la región. Uno de ellos, el Centro de Sistemas de Ingeniería − Kipus, de la Facultad de Ingeniería, que ofrece soluciones a problemas complejos dentro de los ámbitos de combustión de biomasa, eficiencia energética en edificaciones y energía solar distribuida. “La innovación es una forma en la que trabajamos nuestros tres temas” declara su Director, Carlos Torres Fuchslocher. “Cuando nos embarcamos en un proyecto de I+D siempre consideramos la parte de llegar al mercado y, en ese sentido, hemos hecho distintos desarrollos y productos relacionados con nuestra experiencia” agrega el académico. Justamente, uno de sus productos es Kipus Solar. Implementado desde octubre de 2016 en la comuna de Pelarco, este proyecto busca instalar paneles solares en techos de empresas, instituciones públicas y viviendas para masificar las tecnologías fotovoltaicas en la Región del Maule, contribuyendo así al uso de energías renovables y consolidando esta fuente como una alternativa para la matriz energética.

“Para que alguien lo haga solo, no lo recomendaría. Todavía hay una curva de aprendizaje que nosotros estamos pagando sobre lo que significa innovar en esta área”, comenta su Director quien entre otras cosas menciona las trabas o el mal timing entre el emprendimiento y la burocracia cuando llega la hora de innovar. “Podríamos hacer un listado con la cantidad de cosas que nos han pasado y sería bastante largo. De hecho, vamos a hacer un video respecto a eso”continúa Carlos quien profundiza diciendo que a pesar de tener la legislación a favor, innovar en Chile no es fácil incluso para los centros de investigación que dependen de universidades y que tienen el conocimiento a su disposición. Reportaje: Nicolás Gaona Reydet Fotografías gentileza de: Alejandra Sepúlveda y Carlos Torres

Cuando nos embarcamos en un proyecto de I+D siempre consideramos la parte de llegar al mercado y, en ese sentido, hemos hecho distintos desarrollos y productos relacionados con nuestra experiencia”.

“La innovación como tal es la forma en que nosotros procedemos, algo que generalmente no está completo hasta que llevas el producto hasta una explotación comercial o explotación desde el punto de vista de generar un bien social o un bien público” cuenta su Director cuando reflexiona sobre cómo han llevado la innovación los académicos, profesionales y estudiantes que integran el Centro. Si bien las expectativas puestas en el Kipus Solar siguen creciendo, ya que su proyección es aumentar la producción en kilowatts con la implementación de 25 instalaciones más durante los próximos años, Carlos es cauto cuando se le pregunta si recomendaría a otros emprendedores innovar.

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SIN FRONTERAS

ADOLFO GUTIÉRREZ INNOVACIÓN PÚBLICO PRIVADA: EMPRENDER DE MANERA INTEGRAL

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ras haber terminado las carreras de Ingeniería y Física en la Universidad de Chile en la década de los ‘80, Adolfo Gutiérrez quiso ir más allá de lo que se estaba haciendo en el país en aquella época.“Tuve mucha influencia de profesores jóvenes de Física, como Pancho Brieva y Fernando Lund. Estos personajes eran un oasis intelectual que lograban abstraerse de las limitaciones regionales”. Es por ello que apenas terminó sus estudios de pregrado decide ir por un doctorado a Estados Unidos. “Cuando postulé mi inglés era precario pero mis puntajes en matemáticas fueron excepcionales. Gracias a eso quedé aceptado en varias universidades”. Sin postular a los fondos que ofrecía el Estado de Chile en esos años por no “querer amarras”, como relata, decide realizar su doctorado en Ingeniería Física con mención en Radiación en Microelectrónica, en el Instituto Politécnico Rensselaer, una de las instituciones líderes en ingeniería en Troy, Nueva York. “Me atraía la ciencia pero también quería innovar, hacer cosas y quizás fundar una empresa. Además, era la escuela de ingeniería más antigua de EEUU, lo que me puso en contacto con ciencia y tecnología aplicada de muy alto nivel, con recursos que en esa época eran inimaginables en Chile”, señala el Dr. Gutiérrez. Al finalizar sus estudios, comenzó a trabajar en diversos proyectos, muchos de los cuales fueron producto de elecciones circunstanciales. Gracias a estas incursiones llegó a su primer trabajo en una empresa, un hito en su desarrollo. “Ahí se hacía innovación en una etapa temprana, hasta un nivel de demostración. Realmente hacíamos cosas increíbles con presupuestos relativamente bajos, participamos en proyectos como el ITER (el Reactor de Fusión Nuclear actualmente en construcción en Francia), tecnología espacial y electroóptica militar. Encontraba fascinante ‘jugar’ con ideas nuevas y crear inventos avanzados desde cero”. Sin embargo, había un problema:“Éramos muy malos comercializando. Justo en ese periodo tomé un curso de emprendimiento tecnológico en Rensselaer con el famoso Pier Abetti, un ganador del IEEE Fellow convertido en profesor de emprendimiento. Esto me hizo interesarme en el proceso de formar empresas científicas hasta convertirlas en tecnologías de crecimiento rápido”. Añade que fueron esos dos eventos los que definieron su carrera y le permitieron descubrir su pasión.

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“Mis aportes más importantes se asocian con el emprendimiento científico. He participado de distintas iniciativas, algunas con menor o mayor éxito, pero de las que he aprendido muchísimo”. Es así como relata que entre 2004 y 2007 participó en la creación del instituto SEPARI (Southeastern Pacific Research Institute for Advanced Technologies), en Valparaíso. En este megaproyecto estuvieron involucradas las universidades UTFSM y UCV, en conjunto con CORFO, FONDEF, el gobierno de Japón y Sonda. El objetivo era construir un centro de supercomputación en Chile para hacer I+D avanzada en materiales, biomedicina, microelectrónica y desminado humanitario. Lamentablemente, Adolfo comenta que al ejecutarse bajo control de universidades y del gobierno, la iniciativa avanzó muy lento desde el inicio. “Aprendí mucho de ese proceso, pero también me convencí de que para que un país comience a avanzar en su retraso tecnológico se requiere mucho más que subsidios públicos y educación. Se requiere crear mecanismos para agilizar procesos independientes de las burocracias imperantes y eso debe incluir accionar privado a una escala muy grande”. Fue gracias a ese frustrante paso por SEPARI que Adolfo se inspiró para poder trabajar en lo que construye hoy en día: uBricks.“Esta es una red de cooperación científica a nivel global que opera bajo motivaciones capitalistas y que permite el accionar ágil. Esto la hace atractiva para empresas y emprendedores en todo el mundo”. Adolfo relata que consolidar uBricks sería una gran contribución a nivel global ya que implicaría establecer un nuevo paradigma para el financiamiento y operación de la actividad científica y tecnológica avanzada. “Es un proceso arduo pero ya está en marcha, con el tiempo veremos cómo funciona. Hoy es mi personal ‘Moon Shot’”, finaliza. Reportaje: Macarena Rojas-Abalos Fotografía de Retrato gentileza de: Adolfo Gutiérrez

Me atraía la ciencia pero también quería innovar, hacer cosas y quizás fundar una empresa. Además, era la escuela de ingeniería más antigua de EEUU, lo que me puso en contacto con ciencia y tecnología aplicada de un nivel muy alto, con recursos que en esa época eran inimaginables en Chile”.


ADOLFO GUTIÉRREZ

· Ingeniero Eléctrico y Físico, Universidad de Chile. Doctor en Ingeniería Física, Rensselaer Polytechnic Institute, Nueva York. Fundador de uBricks Inc.


RELATOS

APOSTANDO AL CHILE DE LA INNOVACIÓN “Desde sus inicios nuestro país ha tenido una economía basada en la extracción de recursos naturales, con escaso valor agregado. Esto nos ha mantenido en el subdesarrollo, en desmedro de la calidad de vida de las personas y entorno natural ¡Necesitamos evolucionar hacia la economía del conocimiento y trabajo colaborativo!

SEBASTIÁN MADRID

Creemos en Chile como polo de innovación y desarrollo tecnológico en Latinoamérica, y para lograrlo es importante trabajar con excelencia y calidad, respetando el medio ambiente. Tenemos certeza que las capacidades están, sólo falta atreverse a innovar. Nosotros ya nos comprometimos siendo parte activa de este cambio, más aún haciéndolo desde provincia, como lo es nuestra región del Maule. Invitamos a todos y todas quienes quieran emprender en innovación y tecnología a atreverse, a caerse y a levantarse, y especialmente a participar en este ecosistema donde entre todos debemos apoyarnos para sacar adelante a nuestra nación”.

· Ingeniero Civil Electricista, CEO Eming Ingeniería SpA

COMUNICACIÓN DE LA INNOVACIÓN, UNA DEUDA PENDIENTE

DAVID CONTRERAS

· Doctor en Ciencias, mención en Química, Universidad de Concepción. Director del Centro de Biotecnología de la Universidad de Concepción.

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“Los positivos índices de productividad y de impacto de la ciencia chilena, al parecer no se han traducido en una mejor percepción de la sociedad respecto a esta actividad clave para nuestro futuro. Según el Nature Index estamos en el segundo lugar de productividad detrás de Brasil y 32 a nivel mundial, buenas noticias para la ciencia nacional. En innovación tampoco lo hacemos mal, primeros en Sudamérica y 40 a nivel mundial. Pero ¿por qué estos indicadores no se han traducido en una visión más positiva de la sociedad sobre los beneficios de la ciencia y la innovación? Quizás, nos falta avanzar en conectarnos mejor como científicos con las necesidades más cotidianas y cercanas de la sociedad, a la vez que comunicar que estos índices surgen de ciencia de alta calidad, muchas veces desconocida por quienes también la financian con sus impuestos”.


ARTE Y CIENCIA

GENTILEZA DE

JUAN CARLOS ORELLANA · Artesano en cobre.

Para la coloración de la pieza artesanal, se usó oxidación por ácido (coloración natural del cobre). La réplica, representa radiolarios conformando el zooplancton, y las formas suspendidas corresponderían a algas microscópicas que son el alimento de este protozoo.

Contacto y suscripción a través de nuestro sitio web www.heureka-online.com



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