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Nuestra vocación a la santidad, vocación a la comunión
El cristiano con espíritu de humildad mira y recibe como don de Dios todo lo bueno, noble y santo que percibe en los demás, ya que todo ello Dios se lo pone en su camino para su propia perfección • . 46
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Asistimos, pues, a un espectáculo nuevo en la historia. Por una parte vemos una corriente sobrenatural que nos viene de arriba abajo (desde hace veinte siglos) que impulsa a los hombres a santificarse comunitariamente, pero que no podía dar plenamente sus frutos porque la humanidad estaba sumergida en pleno individualismo; pero ahora empieza una nueva corriente de soli daridad humana que ofrecerá una nueva situación para que «encarne» en colectividades cada vez más amplias el espíritu de Cristo • . 47
Cada persona, al aparecer en este mundo, trae una triple vocación:
1. Vocaciónalasantidad, alaquetodos, sinexcepción, somosllamados. Estaeslavocaciónfundamental, aunquelainmensísimamayoríanoloentiendeasí; yderesponder(ono)aestallamadadeCristodependelafelici
46 47 Obras Completas. Tomo I, p. 148. Ibidem, p. 156.
dadenestemundoyenelotro. Lafidelidadalasotrasdosvocacionesque seindicanacontinuaciónpuedefavorecer(oentorpecer, encasonegativo) lavocaciónalasantidad, peronopuedeforzarlaniimpedirla. 2. Vocación de estado, por la que unos son llamados a la vida religiosa y otros (la gran mayoría) son llamados a la vida corriente, constituyendo unanuevafamilia. Si no haymás que unavocaciónalasantidad, haydos vocaciones deestado, encadaunadelas cuales estáabierto perfectamente elcaminodelasantidad, siseesfielalavocación. 3. Vocación profesional. El número de estas vocaciones es tan grande comoesgrandeelnúmerodetareasenlasqueloshombrespuedendesarrollarsuactividad, tanto los llamados al estado religioso como los llamados al estado seglar. Esta vocación forma parte del «yo» de cada individuo y aparece entre los doce y los catorce años, manifestándose en una apetencia,ungusto,unasdisposicionesnaturales,unapreferenciay particular por religiosa • .
48 determinadas actividades profesionales de la unaatracción vida seglar o
Nuestra vocación inequívoca es la santidad • . Vocación a la santidad, a la que está llamado todo ser humano, pero que no se descubre hasta que se ha descubierto a Cristo • . Vocación a la santidad, a la que Cristo llama a todos los suyos, y que informada por el mismo Espíritu, se manifestará en cada uno de manera diferente a la de todos los demás • . 495051
El ser fiel a la vocación a la santidad depende, en último término, del buen uso que cada uno haga de su libertad. Vemos que, de hecho, los santos se dan en todas las situaciones de la vida. Quiero decir que lo más importante (no lo único) es la disposición personal de cada uno.
Para acertar en la vocación de estado, la propia voluntad ya no es tan de cisiva como en el caso anterior. El ambiente y las presiones sociológicas
48 49 50 51 Ibidem, p. 164. Obras Completas. Tomo VI, p. 105. Obras Completas. Tomo I, p. 205. Obras Completas. Tomo II, p. 445.
de todas clases pueden provocar (y provocan) desviaciones frecuentes. El equivocar la vocación de estado presupone una vida atormentada para el que la padece, y es un elemento de desorden para la sociedad en que vive. Úni camente puede neutralizarlo y superarlo la fidelidad a la vocación suprema a la santidad • . 52
Si a la vocación profesional y a la vocación de estado, acertadas, se junta la fidelidad a la vocación a la santidad, aparecerá ante nuestros ojos el autén tico superhombre • . 53
Tengamos en cuenta, en primer lugar, que el «ser» cristiano a la manera de Cristo y de los santos, no puede ser nunca la resultante exclusiva de un ambiente y de unas pasiones sociológicas que nos fuercen a serlo desde el nacimiento. No. El ser cristiano «de verdad» exige siempre una conversión, que tiene que hacer individualmente cada hombre que viene a este mundo. ¡Este sí que es un acto puramente personal e intransferible! ¡Como que es el acto supremo de la libertad! • . 54
La fidelidad a la vocación de estado representará una situación de esplendor fuera de toda ponderación en la vida de los religiosos como en la de los seglares, presidida en todos por la fidelidad a la vocación a la santidad • . 55
Esto no es ninguna fantasía, porque, de hecho, bastantes hombres y mujeres han vivido así, y han sido los santos. Pues si lo que ha sucedido en algunos sucediera en muchos… Sobra «fuerza» sobrenatural para ello.
Voy a expresarlo mediante una fórmula a la que tengo cierto cariño, cono ciendo todas las limitaciones que las fórmulas llevan consigo: los eclesiásticos realizan su vocación a la santidad haciendo santos a los hombres, y los seglares realizamos nuestra vocación a la santidad haciendo santas todas las «cosas» humanas • . 56
52 53 54 55 56 Obras Completas. Tomo I, p. 165. Ibidem, p. 166. Ibidem, p. 168. Ibidem, p. 169. Ibidem, p. 185.
Y así se llega a la oración más perfecta (para el común de los mortales) que es la oración activa; la que ha santificado a los santos, aun a aquellos que menos pudiera parecerlo, como Santa Teresa del Niño Jesús, por ejemplo. Es la oración (presencia de Dios) hecha vida, tratando de que las propias ope raciones sean las de Cristo puesto en nuestra situación, y esto por fidelidad al propio Bautismo y viendo en los demás al mismo Cristo, como exigencia del Mandamiento Nuevo.
Cuando la oración se convierte en acción desaparecen todos los peligros del «activismo» y los del «quietismo», y se entra en la línea que marcó Jesucris to y que han seguido los santos de todos los tiempos • . 57
La cooperación difusa • con todos los que la Providencia nos pone en contacto durará veinticuatro horas cada día. Esto es lo que han hecho los santos, por fidelidad a su bautismo, y a esto estamos llamados por el mismo bautis mo, que no hay más que uno para todos • . 5859
Los «focos» de cristianismo individual no han dejado nunca de existir desde hace veinte siglos y ahí están los santos como prueba evidente; pero la socie dad no estaba en las condiciones requeridas de humedad y de temperatura (valga el símil) para que pudieran desarrollarse los gérmenes (que están en la Iglesia, como depositaria del Nuevo testamento) de un cristianismo social • . 6 0
Lo difícil no es obedecer a los santos, sino el mandar santamente • . La Gracia santificante construye la santidad • . 6162
57 Ibidem, p. 175.
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Difusa se refiere al ambiente, a la dimensión ambiental - personal, ambiental, institucional (N. del E.)
59 60 Ibidem, p. 212. Ibidem, p. 239.
61 62 Ibidem, p. 203. Obras Completas. Tomo V, p. 549.