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Armando Arenas
Intrucciones para abandonar un amor Lo acompañas un buen trecho de regreso le permites que se desacostumbre de ti, lo abrazas hasta que se calme el llanto. Estás con él hasta que llegue el amanecer y se acostumbre a la oscuridad, al frío. Lo besas y abrazas lo suficiente para que no le falte calor por mucho tiempo en tu ausencia. Y no lo abandonas en la noche ni en la multitud.
Armando Arenas (Ciudad Juárez, 1951) Es autor de los poemarios Niña que caminas (1994) y Días de papel y silencio (1998). Armando Arenas y el trovador Carlos Díaz ¨Caito¨ sacaron a la luz un disco compacto titulado ¨Encuentro NorteSur¨ usando como letras los poemas de los libros antes mencionados. Espiral en la piel es su más reciente publicación. El autor ha llevado su poesía a diferentes foros en España, Italia, Chile, Cuba, Uruguay y Estados Unidos. Ejerce a profesión de médico y también se dedica a la pintura. Radica en Ciudad Juárez.
1
De todas tus virtudes prefiero tu locura. Tu risa inacabada amo tus ojos de hermana de la noche. Amo tu boca cuando duermes, tu cuello, tu espalda que sazona nuestra cama tu prolongada paz amurallada. Comienzo con tu canto la maĂąana acompaĂąada por tu voz de tiempo. Cuando fallas te amo, cuando no sabes nada, porque te siento mĂĄs. Amo tu presencia de naranja y cereal de todos tus errores yo soy el que te ama
2
Imagenes para Stephanie En la cama, dibujado, impregnado tu cuerpo. Las paredes son espejos de tu amor Tus pies, humedos, pequeños, abandonan el baño La silla retiene tu ropa con amistad de madera. Una luz ilumina tu aliento recoge del piso tus lágrimas la almohada colecciona en secreto tus amores solos. Te pierdes en la aurora sólo queda tu historia, algo que parece un adiós. Tu frío y mi camisa se abrazan escondo del mundo tus besos ahora míos. Tu recuerdo se va como la noche, se va Tu beso tiene el sabor amargo de la vida Mis manos el lastimado camino de tu cuerpo. La sábana cubre nuestro dolor y nos amamos con lágrimas, como amigos, en silencio.
3
Porque contigo la cama me abraza y no sólo me contiene. Contigo la cebolla es cebolla y Dios.
La noche sin ti es un cristal oscuro que no logro romper. ¿A quién acaricio cuando beso tu piel? A las paredes húmedas, a la cal, al adobe que besó mi infancia, a las puertas inventadas por el tiempo. Yo habito en tus calles, tú eres mi casa y en mis ojos estás. No era de ti era de todo y de todos eran las despedidas anteriores las de hace veinte y treinta años. Desde tus ojos demasiadas lágrimas llovieron sobre la ciudad, anegaron las calles, desarmando tu cuerpo desangrado, abierto. No me despedía de ti.
4
Soy aquella lluvia lejana que moja otros techos y no el tuyo para que entonces tú digas en silencio: -llueve, llueve lejosSoy aquella nube roja que arde y muere por la tarde para que digas en silencio: -cae la tarde, hace fríoSoy aquel fantasma de la tarde que te hizo detenerte y al que en silencio dijiste: - ¿Dónde esta? Estoy cansada. ¿Moriría?-
5
A fuerza de coleccionar el sonido de voces olvidadas conozco amores que mueren en recados y cartas no leídas. A fuerza de limpiar recuerdos escucho viejas canciones infantiles texturas de juegos sonrientes pañuelos húmedos de llanto. A fuerza de arriesgar mis labios conocen el rojo blanco el azul frío mis manos el espacio del abrazo mis ojos la ceguera.
6
Para Caito, Susana Alexander y Luis Fernando de Anda Mis amigos se inventan la vida cada día y levantan la mañana como se elevan esas cortinas /metálicas de los pequeños comercios. Mis amigos se ríen al dormirse y una lágrima les hace compañía. Mis amigos estan hechos de pan y de vino, son millonarios con una cuchara en la mano, leyendo un diario o silbando una canción. Pagan sus cuentas con estrellas. Mis amigos se mueren. Me lo hicieron saber Sergio con su ironía y Orlando con su risa. Ellos que son inmortales. Mis amigos son valientes; los he visto pelearse con la vida limpiarse el polvo y erguirse con orgullo. No le temen al error, al espejo, ni al amor.
7
Y su abrazo lo mismo me cura de la gripe que del olvido. Mis amigos cantan y maldicen, le ganan a los santos en pecados compiten a ser buenos con el diablo.
Por qué se mueren los poetas Un poeta muere porque se asfixió de flores caminó mar adentro porque creyó volar. Un poeta muere porque se terminaron las palabras porque se llenó los ojos de recuerdos muere porque está oscuro no lo aman y no duerme Hace frío.
8
Yo te amo, tierra mía y curo tu suelo reseco y cuarteado con un beso acaricio con mis manos tus pueblos solitarios y tu piel de arena. Me alimentan tus ocres y tus grises tu silencio. Yo te amo y alivio tu espalda adolorida. Tu y yo, desierto mío, nos abrazamos y nuestras lágrimas se mezclan cada noche, cada otoño, cada vez. Tu y yo, mi norte amado, somos uno; somos intercaladamente útero fértil y tumba silenciosa. Me cobijo en tu polvo deshidratado que el viento tiende y destiende en la espiritual monotonía de tus inviernos.
9
Mi norte amado, estás hecho de distancia y por eso tu silencio estas hecho de sol y de frío y por eso lo duro de tu suelo estás hecho de tiempo y por eso tu cansancio
No te quiero a tí, mujer, anochecida Te quiero como un amanecer. No te quiero como un epitafio te quiero como un poema. Tus piernas: columnas que sostienen esta casa que es mi vida las quiero iluminadas de sudor y añoranza. Hay noches en que faltan besos mañanas en que faltan palabras y yo te espero. Observo tu cuerpo absoluto y cercano pero no estás, te has ido y yo te espero.
10
Soy incapaz de entender la palabra Prefiero tomarla, untármela en la piel. Prefiero quedar absorto contemplándola dormir en su sonido. La escribo, la dibujo como cuerpo fresco de mujer. La trazo y descubro como a un viente nunca recorrido. Es la palabra como fruto nuevo, como distinta primavera. Palabra, tengo la voz para decirte por ejemplo: tierra, fruta, beso y sentir los sabores en la boca. Decir: invierno, norte, tiempo. Serás quien me acompañe cuando diga tumba.
11
San José de los Remedios es un pueblo misterioso. Nadie sabe si ahí comienza o termina el desierto. Siempre ha sido un pueblo chico porque sus mujeres paren después de los cuarenta. Sus gentes pronto conocen la orfandad. De todos modos, San José de los Remedios, es buen lugar para vivir y después para morir.
Un sonido lejano, como un rezo. Un viento triste o el polvo amargo, algo, algo te dirán: que mis labios repetían tu nombre y que morí en tus brazos.
12
De estos seres vengo yo: heroicos y cotidianos reunión de ojos y brazos dolor y palabras “Ven, contemplemos juntos el asombro de la VIDA” – dijo mi padre y su sed calmó mi madre con su mirar. Hacía frío “Ven, partamos en dos el absurdo de la vida” – dijo mi padre. Como una habitación abandonada abrió su corazón mi madre. Húmedas paredes, ventanas solas y opacas muebles rotos. Hacía frío.
13
Llueve. No sabrás del beso que en el cristal, y en el aire se quedó prendido. Llueve. Los grises nos envuelven, El otoño es una carta que viene desde lejos, que viste de vejez árboles y gentes, en esta ciudad que es menos mía porque tu no estás en ella. Llueve, llueve tanto que mi beso se borra de la acera. Y la humedad y la tristeza, lentas, oscurecen esta ciudad que es menos cierta, menos blancla, menos todo.
14
MENCIÓN HONORÍFICA
Premio Fomento a la Lectura
México Lee 2012
Es una iniciativa independiente realizada por escritores y ciudadanos con el afán de difundir la literatura y fomentar la lectura en la ciudad Para mayor información sobre nuestras actividades o si desea integrarse a nuestra agrupación escríbanos al correo electrónico hojaderutajrz@hotmail.com o conri@hotmail.com