Omar Pimienta
La Libertad es una zona afectada Camino por estas calles: alguien atropelló el semáforo nuevo; hay negocios de Internet donde antes fondas; mataron a Roberto por andar de narco; mandan saludar a mi padre. Regreso a casa con noticias, un seis de cerveza el cambio en monedas sueltas y las manos húmedas como la colonia en febrero, cuando la lluvia no se lleva todo y los damnificados nos quedamos a cuidar las pertenencias. de Libertad: ciudad de paso CONACULTA/CECUT Tijuana 2006
Omar Pimienta, 1978, Nació en Tijuana, México. Escritor y artista multidiciplinario. Cuenta con tres libros de poesía: Primera Persona: Ella. La Linea /Anortecer. 2004; La Libertad: ciudad de paso. Cecut/ CONACULTA 2006 y Escribo desde aquí. Pre-Textos Málaga-Valencia 2010. Cuenta también con un libro de artista Librería (2007). Para más información visite: www.omarpimienta.blogspot.com 1
Con tu tos o con mi tos Yo quiero ser el que a tu lado duerma cuando con tu tos o con mi tos sea difícil dormir. Me gustaría estar ahí para cambiarte los pañales o mirar que te los cambien, esperando en mi silla de ruedas mi turno con la enfermera. Que nos veamos en el asilo agarrados de la mano; manos manchadas y perforadas por catéteres ocupadas con el control de la cama, jugando con las posiciones. Reírnos sin dientes. Quiero que te carcajees cuando me digas: no me hagas reír que me brotan las puntadas. Que te burles cuando me orine y cuando te cuente sobre mi chequeo de la próstata. Quiero que invitemos a cenar al doctor para ahorrarnos /la consulta. Preguntarle de nuestros males mientras le servimos /mi sopa favorita. Quiero que nos miremos a los ojos y encontremos en ellos /paz y calma donde ahora vemos fuego y futuras cenizas. 2
Que la pupila se dilate años. Que tu sonrisa dé mil gracias y la muerte de los amigos nos mate más que diez mil muertes Que tomes a la ligera cuando maldiga el dolor. Que sepamos, sin decirlo, que lo nuestro valió la pena y que los tiempos difíciles como ahora no fueron más que buenas razones para mirarnos viejos. Ahora descansa, que falta te hace.
de Primera persona: Ella La Linea/Anortecer Tijuana 2004
3
Niebla En ocasiones la niebla baja del cerro, camina por las casas de La Libertad, se asoma a ventanas buscando calor que la condense. En estas noches de invierno, parece que por fin la lluvia caer谩 hasta oxidar el muro, deshacerlo. La neblina protege a los que cruzan. (el cuello de la chamarra en alto). Respiraci贸n: vaho que desaparece como ellos, entre una niebla c贸mplice, que aspira a cruzar su propia frontera con la lluvia.
de Libertad: ciudad de paso CONACULTA/CECUT Tijuana 2006 4
A mitad de los 80 A mitad de los 80’s mi familia estrenó vajilla de filos dorados denso decorado de flores. Nunca comimos juntos. Por esos mismos años me vestía de camuflaje desde las botas hasta la boina. Coleccionaba cartitas de baseball como un junkie miraba las caricaturas con fe de ciego. Marcos, el mayor, hacía casas al otro lado ocho horas diarias por quinientos dólares semanales. Teresa, rizaba su pelo y delineaba sus ojos como Madonna; nunca compró ninguno de sus discos. Escuchaba El Andariego, escribía en su diario en hojas impresas con tenues imágenes de paisajes y nubes. Don Marcos perdió un dedo contra una máquina trabajando para U.S. Elevators Carlos escondía sus libros bajo el asiento mientras cruzaba con pasaporte a la escuela. Mi madre leía la revista Hola para comentarnos a cada uno: lo que le pasaba a la Familia Real o a Julio Iglesias terminaba diciendo: pobres de los Kennedy, están malditos. de Primera persona: Ella La Linea/Anortecer Tijuana 2004 5
Inspección secundaria El primer migra en interrogarme fue mi madre: ¿Cómo se llama tu papá? Marcos Ramírez. ¿Cómo se llama tu mamá? Sara Pimienta. ¿Dónde vives? En Nacional City. ¿A qué fuiste a Tijuana? A visitar a mi abuela. Y así, practicando antes del cruce, mucho antes de saber /leer y escribir, aprendí a mentir mirándote a los ojos.
de Libertad: ciudad de paso CONACULTA/CECUT Tijuana 2006 6
La caída de las torres Te fuiste cuando se cayeron las torres. Poquito antes, poquito después, no importa; cuando se asentó el polvo ya no estabas aquí. Comencé a cruzar la frontera en bicicleta; la amarraba a la cerca del trolley, haciéndole campo entre otras como se mete un naipe entre cartas esparcidas. Llorar sobre dos ruedas no es sano. Tampoco pasar la noche esperando el cruce: saturación de luces rojas, demasiado tiempo para pensar en irse. Esa mañana murió la abuela, 97 años y monedas siempre en la mano para darme. No alcanzó a ver los aviones estrellarse sí la cara de sus hijos o el largometraje de su vida a la velocidad que cae un cuerpo desde el piso 97. En casa la noticia golpeó igual de fuerte, se rompieron vidrios: las lágrimas de mi padre y el silencio de las cosas /que se quiebran por dentro. 7
Aquí también se vino abajo algo, no todo, porque mucho /en la casa está acomodado y sujeto para no caerse. La experiencia: prepararse para el temblor porque se espera otro, el grande. Yo cruzaba en bicicleta para no hacer las horas de cola en carro. Tú, te fuiste cuando se asentó el polvo.
de Libertad: ciudad de paso CONACULTA/CECUT Tijuana 2006 8
Goliat Mataron a un vecino del Pareja: balazo en la espalda; bala expansiva. El migra dijo que la víctima era traficante de gente, de droga; que fue en defensa propia, que solo disparó después de ser atacado con piedras. Todos sabemos lo que pueden lograr las piedras.
de Libertad: ciudad de paso CONACULTA/CECUT Tijuana 2006 9
Aquí estoy: las tardes golpeando la cara de Doña Sara recostada en el sofá de la sala creyendo que leía las paredes el tiempo la ausencia de su propia madre el ojo parchado de Don Marcos mirando al mundo la mitad oscura del día pañuelo que cubre el recuerdo de la ausencia de su índice lodo borboteando por el lavabo polvo que reclama los cuartos las goteras contra el peltre hasta el ahogo el alcoholismo de mi abuelo Benito: sus poemas la ceguera de mi abuelo Bonifacio: su cámara la ligereza de mi abuela María: su matriz el martirio de mi abuela Julia: la silla en su espalda quebrada ahí estoy y me veo entre rey y bufón en un reino amurallado al que se llega de paso. de Escribo desde aquí Pre-Textos Málaga-Valencia 2010 10
Camino a una fiesta comprendí por primera vez el alcance de la muerte la station-wagon de mi padre el mundo inagotable de mis 8 años no recuerdo cómo o porqué pregunté si yo también moriría Don Marcos y Doña Sara lo afirmaron con toda naturalidad no quise bajarme no tenía sentido moriría de cualquier forma lloré y me quedé dormido en el asiento trasero desperté en una sala desconocida rodeado de gente mayor bebían reían bailaban comían con la grotesca gesticulación que tenemos los mayores en las fiestas en las celebraciones de mis padres nunca había otros niños los restos de las bebidas eran sólo para mi Don Marcos tenía 58 años Doña Sara 53 yo era su último /hijo la muerte no era un lugar tan lejano se presentía en las cumbias 11
se dibujaba en los manteles con las manchas del descuido Esa noche entendí muchas cosas de la mayoría no me acuerdo de comprender el alcance de la muerte sigo un poco triste lo que sí me quedó muy claro fue la importancia de las fiestas. *** He aquí que soy poeta y mi oficio es arder Efrain Bartolomé Doña Sara fue pobre toda su vida circunstancialmente pobre en ciertas ocasiones inhumanamente pobre en otras nos dejó una foto de estudio a cada uno de sus hijos bailó sólo dos veces en su vida le encantaban los zapatos supongo que amó a mi padre sé que amaba su jardín escribió poemas a su casa a su familia a su pueblo a su calle en la Libertad a sus plantas a su muerte decía que eran simples pensamientos imagino que creía que la poesía venía de otra parte se le daba a otra gente brotaba en mejores jardines 12
como si no fuera el sufrimiento abono suficiente para hacer crecer combustible suficiente para incendiar el árbol que divide el pensamiento del poema cuando Doña Sara murió tenía la boca reventada en fuegos la palidez de una hoja en blanco yo sé que escogió una a una sus últimas palabras no sé qué tanto dolían qué tanto el ritmo cardiaco dictó su orden si tan sólo los poetas la hubieran visto el cáncer se la comió por dentro Don Marcos y los cuatro hijos pedimos prestado
Mi abuela María era López murió con 100 años una revolución un exilio al Norte una familia dividida por una frontera una lista interminable de nietos y bisnietos que se accidentan en las carreteras algunos muertos otros vivos otros que buscan en la heroína y el cristal ese espacio /intermedio no sé si fue bella pero me consta que fue cariñosa amamantó a cuanto bebe pudo propios ajenos 13
su pezón dio la fuerza a los huesos de una generación de braceros indestructibles Marcos jura que levantó un carro para sacar a su madre me consta que mi padre era fuerte y que la amaba lo suficiente para salirse del pueblo a los 12 años traerla a los 25 a una ciudad de paso la generosidad de mi abuela se expandía a otros rubros las monedas que me daba le salían de las arrugas de su mano que guapo te estás poniendo Omar tan lindo tan cachetón tuvo 7 hijos Carlos y Juan con un Sevilla Marcos con un Ramírez Lupe con un ... José e Irma con un Santana Perdió uno: el callado está muerto María entiende no doctor está callado
de Escribo desde aquí Pre-Textos Málaga-Valencia 2010 14
La exposición “Espacios comunes” que se realizará en el Museo de Arte de Ciudad Juárez en el último trimestre del 2013, está planteada como una plataforma horizontal de trabajo que reune los siguientes ejes temáticos: producción cultural colectiva, pedagogías, urbanismo y memoria en Ciudad Juárez, México, desde 2006 a la fecha.
Es una iniciativa independiente realizada por escritores y ciudadanos con el afán de difundir la literatura y fomentar la lectura en la ciudad Para mayor información escríbanos al correo electrónico hojaderutajrz@hotmail.com o conri@hotmail.com