HOLA FARMACIAS

# 48 • OCTUBRE 2022 • Pág 6

Rosa Mary Pérez, de Farmacia Nueva, Canelones

“En nuestra labor de farmacéuticos la gratificación mayor es la fidelidad y el agradecimiento del cliente”

Es la farmacia más antigua de la ciudad de Canelones: se abrió al público a comienzos del siglo XX y, desde entonces, permanece ubicada en el mismo local. El edificio fue declarado Patrimonio Histórico y mantiene intacta su fachada. Conversamos con su encargada, Rosa Mary Pérez, sobre la historia y el quehacer de Farmacia Nueva.

Su farmacia es la más antigua de la ciudad de Canelones, ¿qué se sabe de su historia?

Así es, fue inaugurada en 1911 y está ubicada frente a la plaza principal, en la esquina de Treinta y Tres y José Enrique Rodó. Siempre mantuvo su nombre a pesar de haber cambiado varias veces de propietarios. Desconozco por qué se llama así, pienso que puede ser porque era una de las primeras en la ciudad. Los dueños que la inauguraron fueron el químico farmacéutico José Luis Peña y el señor Raúl Legnani.

¿Estuvo siempre ubicada en el local actual?

Sí, este local fue de la farmacia desde que abrió. El edificio fue nombrado Patrimonio Histórico, por lo que no se puede modificar su fachada. Esta permanece intacta desde esa época. En su interior todavía se conserva algún mobiliario antiguo de roble, que separa el espacio de atención al público de la trastienda.

¿Cómo fueron sus primeros pasos en el mundo farmacéutico?

Comencé en esta farmacia hace 43 años. Fue una gran experiencia, tenía 21 años y no sabía absolutamente nada del oficio porque en ese momento no se pedía el curso de farmacia. Allá por el año 1979, el propietario era una persona muy entendida en el rubro, sabía muchísimo y además enseñaba muy bien. De él aprendí que no se trata solamente de lo que refiere a medicación, sino de cómo relacionarse con el cliente, de qué forma atenderlo. Me enseñó que el principal motivo que hay que cuidar en la farmacia es el cliente. Fueron años de aprendizaje y me siento muy orgullosa de todo lo que he logrado. Actualmente, tengo 64 años y soy encargada de la farmacia.

¿Qué desafíos tiene atender una farmacia en el interior del país?

El desafío mayor es la confianza que los clientes nos otorgan día a día. El poder brindarles un buen servicio y una atención adecuada, que se vayan conformes con lo

que vinieron a buscar. Siempre intentamos darle al cliente una solución a su problema y evacuarle las dudas.

¿Qué gratificaciones diarias le trae su labor farmacéutica?

En nuestra labor de farmacéuticos la gratificación mayor es la fidelidad y el agradecimiento del cliente. Nuestro trabajo consiste en estar siempre a su servicio.

¿Cómo es el vínculo con ellos?

El trato es impecable. Supongo que en el interior es muy diferente a Montevideo, porque acá es como si fuéramos una familia, los clientes son fieles y nos conocemos. Hasta hacemos un poco de psicólogos también. Tenemos una relación muy directa, amable y respetuosa. Se dialoga mucho, tratando de solucionar su problema.

¿Qué lugar ocupa su farmacia en la comunidad?

Tenemos un lugar de importancia y prestigio. Y esto lo hemos logrado con muy buen servicio realmente. Junto con mis compañeros procuramos que tanto la mercadería como el trato con los clientes sean de alto nivel.

¿Cómo se mantiene actualizado el stock de medicamentos?

La dispensación de medicamentos la hacemos a través de Droguería Uruguay, que trae la medicación dos veces al día. También trabajamos directo con los laboratorios. Buscamos siempre la mejor actualización.