2 minute read
7. El experimento
Los factores climáticos y agronómicos juegan un papel importante en la incidencia e intensidad del cracking. Las lluvias y la alta humedad durante el periodo de cosecha aumentan la prevalencia del rajado del fruto (Simon, 2006). Las altas temperaturas aumentan la incidencia del rajado del fruto debido a que provocan un aumento de la tasa de absorción de agua y la transpiración del fruto (Richardson, 1998; Yamaguchi et al., 2002; Simon, 2006). La selección del patrón es uno de los factores más relevantes en el control del porte del árbol, así como en la calidad de la cereza, pero también puede interferir en la absorción de agua (Simon et al., 2004). La carga del árbol debe ser una consideración importante en las prácticas agronómicas para limitar el agrietamiento de la fruta (Correira et al., 2018).
Los niveles de humedad del suelo y el riego tienen un papel en la gestión del cracking. La gestión del riego y el uso de cubiertas de suelo ayudan a reducir el agrietamiento de la fruta, debido a la menor absorción de agua por parte de las raíces (Edin et al., 1997).
6. Estado de maduración
El impacto del estado de maduración sobre la aparición de cracking es fundamental. Durante la fase II del desarrollo del fruto, los niveles de ceras y cutina permanecen inalterables, mientras que durante la fase III no se incrementa el tamaño de membrana cuticular pero sí que se produce un aumento de tamaño de fruto y de la superficie de la epidermis. Según Yamaguchi et al. (2003), los cultivares más tolerantes al agrietamiento tienen periodos más largos de división celular que dan lugar a un mesocarpo más grande. También se ha estudiado la correlación entre las características de calidad y el impacto del cracking en un cultivar temprano ‘Early Bigi’ y uno tardío como ‘Lapins’. Se ha podido observar que las cerezas del cultivar ‘Lapins’ con un mayor tamaño, firmeza, más madura y un menor contenido en ceras mostraron una correlación positiva con la presencia de cracking inducido por el método Christensen, mientras que el cultivar ‘Early Bigi’ con cerezas de menor tamaño, más blandas, menos madura y con un mayor contenido de ceras mostró una menor presencia de cracking.
Este artículo se centra en estrategias de gestión para mitigar el impacto del cracking inducido por la lluvia en cereza, mediante la aplicación de pulverizaciones de tratamientos innovadores con elicitores.
7. El experimento
A continuación, presentamos un estudio experimental llevado a cabo durante los ciclos de producción de 2019 y 2020 en fincas de cerezas bajo la Indicación Geográfica Protegida “Cerezas de la montaña de Alicante” situadas en Patró, Planes y Alcoi (Alicante). Estas zonas de producción están sujetas a una alta incidencia de lluvias que ponen en peligro las producciones de cereza año tras año. En este experimento hemos tratado de dilucidar el impacto en la reducción del rajado de las cerezas tras aplicar tratamientos precosecha con algunos compuestos que se encuentran presentes de forma natural en los propios órganos de la planta. Así, aplicamos soluciones con jasmonato de metilo (JaMe) dada la amplia información existente sobre los destacados efectos en precosecha y postcosecha de este compuesto en cereza y