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4.9. Patógenos minoritarios (o no) en postcosecha de fruta de pepita

- Disminuye o reduce los frutos grasientos, el pardeamiento interno y la caída fisiológica de frutos.

Durante el coloquio se explicó que el efecto del Harvista es algo menor que el de SmartFresh, y en ambos casos, lo que hacen es mantener la firmeza, no aumentarla.

La aplicación en campo no sustituye a la de SmartFresh para controlar el escaldado; son compatibles ambas aplicaciones, la de campo de Harvista y la de SmartFresh en cámara.

4.9. Patógenos minoritarios (o no) en postcosecha de fruta de pepita

En fruta de pepita, los patógenos mayoritarios son la podredumbre azul causada por Penicillium expansum, la podredumbre gris de Botrytis cinerea y la podredumbre blanca de Rhizopus stolonifer.

Las “podredumbres minoritarias” son la podredumbre negra, por Alternaria alternata y la podredumbre lenticelar, por su sitio de entrada, también conocida como “ojo de buey” por su aspecto, causada por Gloeosporium, actualmente Neofabraea alba, explica la Dra. Rosario

Torres, del Programa de Poscosecha del IRTA.

Figura 21. La Dra. Rosario Torres, del Programa de Poscosecha del IRTA, explica los síntomas y signos característicos de las podredumbres negra y lenticelar en fruta de pepita

Alternaria alternata es fácil de determinar en placa por su crecimiento característico y en microscopio por sus características esporas, y los métodos PCR facilitan aún más el trabajo de identificación.

Síntomas y signos característicos de Alternaria alternata

Produce una podredumbre redonda, firme y seca, de color negro o marrón muy intenso y de desarrollo lento (Figura 22). Alternaria es un moho saprófito, es decir, crece en material vegetal en descomposición; es un parásito débil y siempre está en el campo. La infección ocurre en campo, pero la enfermedad se manifiesta en poscosecha a la salida del frío. El patógeno usa el tejido debilitado por heridas, golpes, golpes de sol, para infectar. En manzana en algunos casos entra por la abertura del cáliz, produciendo el corazón mohoso, que generalmente sólo se detecta al abrir el fruto.

Figura 22. La infección por A. alternata provoca una podredumbre redonda, firme y seca, de color negro o marrón muy intenso

Hay una variante del ataque de Alternaria, “alternaria blotch”, con manchas que producen un halo rojizo, una patología que se describió en manzana en Japón por primera vez y que está apareciendo más en campo. Aunque lo puede producir el mismo agente causal, no se considera igual a la que aparece en poscosecha.

Síntomas y signos característicos de Neofabraea alba o N. vagabunda

La otra enfermedad emergente es la podredumbre lenticelar u ojo de buey, causada por Neofabraea alba o N. vagabunda (anteriormente denominada Gloeosporium).

Es una podredumbre redonda, firme, que empieza por las lenticelas, heridas o cerca del cáliz o pedúnculo. Es de desarrollo lento. a zona macerada forma anillos concéntricos. El centro de la podredumbre es de color amarillo-marrón claro y por fuera más oscuro, aspecto por el que recibe el nombre de ojo de buey (Figura 23).

Figura 23. Podredumbre lenticelar u “ojo de buey”; al microscopio, las esporas alargadas y ligeramente curvadas típicas de Neofabraea

El inóculo puede encontrarse en chancros, ramas de los árboles, y por tanto infecta a la fruta en campo en cualquier estado fenológico, siempre y cuando se den las condiciones favorables para el desarrollo de la enfermedad, como fue la campaña del año pasado: lluviosa y con pluviometrías también alta en el momento de la cosecha. Las variedades más tardías como Pink Ladi, Fuji, Golden pueden verse más afectadas por este moho, al ser más probable que se den condiciones meteorológicas que favorezcan al desarrollo del patógeno.

En países con alta humedad relativa como lo del Este o Norte de Europa puede ser una enfermedad importante, mientras que zonas de cultivo secas como ocurre en Argentina, no se presenta actualmente.

La infección corre en campo, pero no se manifiesta hasta meses después. No se contagia fruto a fruto. La fruta infectada que permanezca en el suelo, así como la que no se cosecha, será fuente de inóculo para la próxima campaña, por lo que es conveniente su eliminación. Igualmente, las buenas prácticas de manipulación en la central, incluyendo los tratamientos adecuadamente programados y una conservación en las condiciones óptimas.

En general, la aparición de hongos “minoritarios” está muy vinculada a fincas y/o a partidas de fruta; pero es importante tenerlos identificados.

De los fungicidas que se utilizan actualmente, algunos controlan Alternaria y respecto a Neofabraea hay menos estudios realizados, por tanto, falta realizar más investigaciones

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