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Alec Bradley - Gatekeeper
Las apariencias, engañan
La experiencia de fumar este puro comienza desde que se observa en el aparador, reposando en la caja, cual rey sentado en su trono. Ahí, solemne y estático, se aprecia una paleta de colores sobria y elegante: los tonos oscuros del tabaco contrastan con los detalles dorados de la anilla.
Al tomarlo se siente un puro pesado, con bastante tabaco, y bien construido. De la misma manera, al ver la capa detenidamente, se nota su color uniforme y aceitoso.
Una vez llevado a nariz, se es víctima de la carga aromática fuerte que el puro despide, pues basta acercarlo para comenzar a descubrir todos sus aromas en frío. Su notas a cacao, cuero y paja, así como a madera, invaden las fosas nasales.
Llegado el momento de cortar y encender, el puro comienza a combustionar y permite bocanadas con humo abundante, denso, que dejan un retrogusto largo e interesante. Cabe destacar en este punto que el tabaco se consume de manera uniforme y hasta rápida, por así decirlo.
Como pocos, este puro de apariencia ruda e imponente brinda una fumada intensa, al tiempo que su fortaleza media permite disfrutarlo de inicio a fin. No vale dejarse llevar por la primera impresión.
Su fumada, que cambia lentamente y atrapa desde el encendido, lleva de menos a más y va jugando con las notas mencionadas en cada tercio; algunas más intensas que otras, pero siempre presentes. Estallidos fugaces de frutas maduras, café y especias obligan a conservar la atención en todo momento.
Pruébelo... y luego hablamos.
ALEC BRADLEY - GATEKEEPER
Vitola: Robusto. Medidas: 5 pulgadas, cepo 50.
Capa: Ecuador (Piloto Habano). Capote: Nicaragua
Tripa: Nicaragua / Dominicana.
Fortaleza: Media. Intensidad de sabor: Elevada. Tiempo de fumada: 50 minutos.