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La pasión por cultivar tabaco
Charlar y fumar con Alex es otra dimensión
Fernando Sanfiel
Siempre me han atraído los encuentros con gente del mundo del tabaco con los cuales poder empaparme de su experiencia y sabiduría. Esta vez es una sensación diferente: Una fumada con un chaval, que puede (yo le veo así) ser tu hijo y sin embargo una charla con él fumando algo y hablando de tabaco es enriquecedora y placentera. Como si de dos viejos amigos se tratara.
Alejandro Sánchez, Alex Pley para los amigos, ya forma parte de la historia reciente del tabaco en La Palma. Persona servicial, trabajadora, respetuosa y amable, con una sonrisa contagiosa siempre presente en su rostro.
Le conocí cuando buscaba a una persona especial para trabajar en la Finca Tabaquera El Sitio (2010); él solamente sabía jugar al fútbol y tenía una pequeña experiencia en administración. Pero era un pedazo de madera en bruto (un tronco) en el que podría tallar la estirpe de un empresario tabaquero.
La primera idea fue que pudiera sustituirme en las tareas de la gerencia pues yo ya me había enamorado del campo, el cultivo y otras tantas tareas relacionadas directamente con hacer tabacos. Y en esa faceta “se ganó el puesto”. Se consolidó y más tarde, precisamente por su juventud e inexperiencia, quise que formara parte del equipo de catadores de la fábrica que acompañara cada miércoles al maestro de ligas, Don Eusebio, para tener opiniones de todo el espectro de potenciales fumadores.
La vida siguió, yo salí de ese proyecto y unos años más tarde nos encontramos en el mismo mundo en el que habíamos compartido muchos años, el del tabaco. Desde 2018 es responsable de operaciones de la fábrica más antigua de Canarias, radicada en La Palma, la Compañía Insular de Tabacos SA, mejor conocida por La fábrica.
UNA FUMADA ESPECIAL
Hace tiempo que programamos fumar juntos y tomarnos un tiempo para simplemente hablar de tabaco. La plantación 2022, a la que el proyecto Cumbre Nueva dará unas características muy especiales, era el marco ideal para sentarnos cómodamente entre tabaco y regocijarnos de nuestra obra como recompensa al esfuerzo y sudor que está costando.
Hoy no tocaba mancharse. Para nosotros, esta mañana, es todo un acontecimiento.
Yo lo considero un experto y compartimos las estrellas de ser los cultivadores de tus propios tabacos, además de dirigir la mayor plantación de tabaco de Islas Canarias. Esto nos confiere una experiencia y sensibilidad muy especial a la hora de fumar un tabaco en el que has puesto todos tus conocimientos, empleado tu esfuerzo por más de cuatro o cinco años y ahora es momento de probar y degustar tu obra, tu tabaco.
Esta sensación solo la tienen unos pocos privilegiados, esforzados tabaqueros. Es por ello que le doy la importancia que tiene a fumar algo juntos y hablar de tabaco, de campo, de cosecha, de ligas, fermentado, y un largo etcétera, que cada año, de mane,- ra perenne, pasa por nuestras vidas. Haciendo que cada vez estemos más “enganchados” a este estilo que elegimos para vivir. Con él ya comparto mi pasión por el cultivo de la planta de humo y el romanticismo de fumar “el resultado”.
LA GOLOSINA
A Alex le gusta “engatusarme” con golosinas, como a los críos. Y si no era fácil fumar sus tabacos mexicanos en la isla de La Palma (Canarias) más difícil aún es fumarlo juntos.
Para esta ocasión me ha propuesto uno de sus/mis preferidos: un pirámide maduro encapado en tabaco Negro San Andrés (que tantas tardes de charla nos había llevado hasta tener los primeros cigarros en la mano, hace ya unos años). Un formato de La Rica Hoja 155 x 52 y 17.6 gramos, una apariencia y textura imponente.
Su extraordinario torcido y reposo, de más de 18 meses, hacen que se disfrute sin que te sorprenda ni un pero. Torcido muy prieto y aun así, de tiro perfecto y combustión lenta. Una hora y 30 minutos para deleitarnos al doble: del tabaco y de la charla. Tenemos por delante tres tercios de vivencias para recordar y hasta desvelarnos futuros planes.
PRIMER TERCIO. LOS RECUERDOS
Para un correcto encendido es necesario compartir “herramienta”. Alex me pide ayuda con el encendedor y cortapuros. Y eso me hace sentir importante. Pues con mi herramienta, mis viejas herramientas, todo comienza mejor.
Encendemos y cortamos sin prestar demasiada atención al proceso, y ya calentando el verbo con vivencias y anécdotas de nuestro diario particular.
Desde 2010 ha llovido mucho, y no solo en el tabaco: familia, hijos, problemas y sinsabores, pero el sol siempre brilla para los que se esfuerzan:
“Salí de la finca El Sitio en enero, y en marzo ya estaba trabajando con Miguel. Nos pusimos de acuerdo muy rápido. Es fácil trabajar para él que, aún siendo el dueño, me permite sugerirle, me consulta y me hace un día a día muy agradable, teniendo en cuenta que se producen complicaciones en una fábrica que hace un millón de puros al mes, haciendo de cada día un reto qué superar”.
La charla del cómo llegó Alex a La fábrica nos consume el primer tercio y desata nuestra admiración por la evolución de la ceinza, como un hijo bien educado que no molesta cuando los mayhores están hablando.
ción por la evolución de la ceniza, como un hijo bien educado que no molesta cuando los mayores están hablando.
SEGUNDO TERCIO. EL DÍA A DÍA CON LA COSECHA DEL VOLCÁN
Sin darnos cuenta entramos en el segundo tercio y solo porque quería que la charla marcara una estructura, libre pero ordenada, pasamos a hablar de lo que más nos gusta: el campo. Entre aromas de tabaco de Breña y sabores de Negro San Andrés repasamos esta siembra. El campo se comporta de forma muy especial, diferente pero previsible. “Ya estamos cortando. Se ve que el tabaco está más uniforme, hojas más vigorosas y de un verde intenso. Noto que la corona está más cargada de grasa”.
Sé que esta cosecha será excep - cional. Con esa aportación especial de nutrientes que aporta la ceniza del volcán, el tabaco tendrá unas características muy especiales, de donde saldrán ediciones muy buenas de ligas que solo se consiguen una vez en la vida… como mucho dos. Como es en mi caso.
Estamos tan ensimismados “cosechando” tabaco que nos pasamos el segundo tercio volando y se marcha como humo de buen tabaco. Sin prisa pero sin dejar demasiado de lado el guion mental de la charla nos proponemos hablar de lo que vendrá, de futuro, de proyectos y de retos.
TERCER TERCIO. EL FUTURO
Desde hace años tengo el privilegio de contar con la benevolencia y paciencia de Alex para escuchar mis disparates y/o propuestas. Noto y no debo atribuirme ningún mérito, que en los dos últimos años La fábrica ha cobrado energía, vida y horizontes por alcanzar. La vida que da el tener cosas nuevas por hacer y no dejarse “comer” por la rutina del cumplir de los siglos.
Este tercio, el último por hoy, nos lleva a un repaso rápido (porque son muchos) por los proyectos.
Es el mayor cultivador de tabaco en la isla y el único que ha sido constante; desde el Cabildo se le apoya como el único bastión que recupera la plantación de tabaco con método y continuidad, como una seña de identidad y como una ventaja competitiva irrefutable.
Nos felicitamos porque en este año se incorporan más tabaquecros que asumen el reto y ven en el cultivo de tabaco un paso importante para garantizar su supervivencia y rentabilidad. Hablamos de precios, ambos sabemos que el tabaco de Breña es bueno y caro.
Pero en cosechar más no se queedan sus ambiciones. Ya se añeja, por más de un año, una edición especial barrel aged, fruto de una colaboración con un productor de ron local. Entre sus metas ya está en marcha la recuperación de sus viejas marcas como Casa Vieja, Montealto y otras que irán teniendo un rediseño de liga y público a quien dirigirse.
Valoramos los retos y métodos de recuperar la anilla original para sus nuevas ediciones pero eso será más adelante.
Seguimos fumando y terminando el cabo que no quiere que nos marchemos sin darnos hasta el último gusto de este extraorrdinario tabaco palmero. Pero los quehaceres del día ya le llaman y, como siempre que lo visito, me sorprende obsequiándome con un regalo. Esta vez un nuevo detallazo de sibarita.
EL PRESENTE. EL MEJOR REGALO
Me siento obnubilado por Alex. Él, de siempre, me trata muy bien. Cada vez aparece con muestras de su amplia generosidad y cada una de ellas me sorprende más y más gratamente.
Me conoce mucho y sabe de mi pasión por el detalle. Si de mí se quedó con el refrescar el ron de caña con caña de azúcar congelada y de cosecha, yo me quedo con este detalle sibarita: cubos de hielo de acero inoxidable y reutilizables, para que una buena bebida no la arruine el agua del hielo cuando comienza a descongelarse.
Es un magnífico detalle que me hará recordarlo en cada maridaje y por supuesto que les recomiendo.
Alejandro ya forma parte de nuestra historia y es el futuro del sector. Por eso le aprecio y le mimo. Hasta creo que nos mimamos y compartimos mucho tiempo de nuestras, ya inseparables, vidas.
De un portero para un lateral derecho. Hasta la próxima.