EDUCACIÓN PRIMARIA. Los HH. De las EE.CC. en la Ciudad de Ibarra. Los hermanos de la escuela de la caridad en la ciudad de Ibarra. ESTABLECIMIENTO DE LA ESCUELA. El Exemo, Sr. Dr. González Suárez, habiendo computado las escrituras de la donación hecha al Seminario de Ibarra para los Sres. Sánchez y Cifuentes, dio con unas cláusulas que determinaban expresamente que, para el goce del generoso legado, la Rvdma. Curia habría de fundar y sostener una Escuela Católica. El Exema. Prelado quiso que se cumpliera la voluntad de los donantes estableciendo la Escuela, como en efecto la estableció en San Francisco el año de 1895, confiándola a varios de los antiguos alumnos de los HH., como quienes habían de estar más al tanto, que cualesquiera otros, de los métodos y procedimientos de sus sentidos profesores. LABOR DEL EXEMO. SR. OBISPO ORDOEZ CRESPO. Habiéndose encargado de la dirección del Seminario Menor los RR. P.P. Lazaristas en 1915, tomaron al propio tiempo la dirección de la Escuela, que coma anexa al Seminario. La instalaron en algunas salas del mismo plantel. Más, como el cuidado de la Escuela añadido al del Seminario, resultante oneroso en extremo y en perjuicio de ambos establecimientos, el Exemo. Sr. Obispo Dr. Dn. Alberto Ordóñez deseó ver su Escuela bajo la égida de los Hijos de San Juan Bautista de la Salle. Para obtenerlos, se dirigió a Quito en Octubre de 1920, y solicitó los del Rdo. Hno. Visitador quien, por entonces, no pudo acceder a las vivas y reiteradas insistencias de tan benemérito y progresista Prelado; pero si le prometió cuatro Hermanos para después de un año. RETORNO DE LOS HERMANOS. La contrata relativa a La Fundación de la Escuela de los Hermanos en Ibarra se efectuó el 30 de Junio de 1921 y hacían su entrada triunfal el 21 de Setiembre del mismo año. Así, los
humildes Apóstoles del Catecismo, después de casi seis lustros de ausencia, retornaban a Ibarra, siendo objeto de las más esmeradas manifestaciones de aprecio de parte de la Rvdma. Curia con el Excmo. Sr. Obispo a la cabeza, y de la distinguida Sociedad de Artesanos. La Escuela empezó a funcionar el 10 de Octubre con más de 300 alumnos y constaba de seis clases a grados, tres regentados por Hermanos y los demás por Sres. Maestros. Sabatinas y Exámenes lucidos dieron a conocer el tesonero trabajo de Maestros y alumnos.
Para incremento de la Escuela, la Sra. Rosalía Rosales v. del General Fierro regalo, en parte central de la Ciudad, un espacioso cuadrilátero de unos 85 metros de lado, en el que se levanta un amplio edificio destinado para el funcionamiento de las clases, dejando la antigua morada de familia para vivienda de la Comunidad de los Hermanos, que para entonces, vivían en San Agustín e iban a dar clases en el Seminario.
ACTUACION DE LOS DIRECTORES DEL PLANTEL. EL HERMANO GENEFORT. Después de tres años de prudente y tinosa dirección de la Comunidad reabierta y habiéndola dado prestigio y apoyo, el Rvdo. Hno. Director Génefort Marie, la dejaba con el recuerdo de su ameno trato y de su labor infatigable que el afecto que supo granjearse largos años volverá a evocar la generación venidera. EL HERMANO GERMAN. Reemplazó al Rvdo. Hno. Généfort de Rvdo. Hno. Germán Remy, bajo cuyo directorado la Escuela celebró con inusitado esplendor la Inauguración del Tren el Ibarra cautivando la atención del público que pudo contemplar en la escena, por medio de bien arreglados cuadros históricos, la Época Indígena; la Conquista, la Fundación de Ibarra y la
Independencia. Asimismo preparó e hizo celebrar la Bendición solemne del Nuevo Edificio que venla de terminarse. EL HERMANO JAIME. El Rvdo. Hno. Jaime Andrés fue promovido al cargo de Director para suceder al Rvdo. Hno. Germán y fiel e inteligente colaborador en las obras de su predecesor, siguió en todo la labor emprendida. Patriota entusiasta, realzo las fiestas con brillo y esplendidez. Celebró el Centenario de la República con una serie de actos patrióticos, ante selecta y numerosa concurrencia de toda clase social: Clero secular y regular; Primeras Autoridades de la Provincia en lo civil y militar; y padres y madres de familia de los educandos. El salón del plantel fue adornado con los retratos de todo los Presidentes de la República. EL HERMANO JORGE. El 21 de Julio de 1932 el Rvdo. Hno. Jorge C. Subdirector de la Comunidad, es elegido por los Superiores para suceder al Rvdo. Hno. Jaime, y toma posesión de su cargo el 15 de Agosto. Cupo en suerte al Rvdo. Hno. Jorge hacer la entrega del título de Afiliado al Instituto, al Exemo. Sr. Obispo Dr. Alejandro Pasquel Monge, por su decidida protección a la niñez. Celebro la Inauguración del Desayuno Escolar y la formación de la Asociación Católica de la Juventud Ibarreña. SEGUNDO PERIODO DE HERMANO GERMAN. El 16 de Setiembre de 1934 llegó de Quito con la obediencia de Director, el Rvdo. Hermano Germán Remy. En este segundo periodo de Directorado, el Rvdo. Hermano Germán obtuvo el apoyo del M. I. Concejo, cuyo Presidente era el Sr. Dr. Mariano Suárez V. para el desayuno Escolar y otros trabajos y mejoras del Establecimiento. Los niños, especialmente los pobres fueron agasajados en la fiesta de Navidad con reparto de cortes de casinete, frutas y dulces y fueron establecidas las cuarenta horas. Se organizó el Comité de Padres de Familia. Contribuyó a solemnizar con magnificencia la entrada del nuevo Obispo
el Exemo. Rvdo. Sr. César Antonio Mosquera. Se fundó la Asociación de Madres Cristianas Pro Vocaciones. Dio los primeros pasos en vista de alcanzar el debido permiso para la Construcción de una Piscina. EL HERMANO ARSENIO LEON. Se hizo cargo de la Comunidad el Rvdo. Hermano Arsenio León el 28 de Setiembre de 1937 y empezó su labor social exterior contribuyendo con la Banda de Guerra para realizar los festejos de la Comunidad de Tulcán y apoyar a la naciente Escuela. Reunió los Comités de Padres de Familia y de Festejos, formado ocasionalmente; la Asociación Católica de la Juventud, y con su ayuda y cooperación celebro, con la pompa, solemnidad y magnificencia del caso que le fue posible, el LXXV Aniversario de la llegada de los Hermanos de las Escuelas Cristianas al Ecuador. EL HERMANO EDUARDO JOSE. En Setiembre de
1938 es
nombrado
Director de la Comunidad el
Rvdo.
Hermano Eduardo José a cuyo entusiasmo se debe la obra de la Piscina, para aseo, refresco y deporte de los niños del Plantel. Fue a El Ángel para trazar el Edificio de Escuela que se proyecta dar a los Hermanos. EL HERMANO ISAIAS.- VUELVE EL HERMANO ARSENIO. Vuelve de Director de la Comunidad el Rvdo. Hermano Arsenio León Durante este nuevo periodo el Rvdo. Hermano Arsenio recibió en su Comunidad a los Hermanos Profesores del Colegio Católico Sánchez y Cifuentes. Tomó parte con la Escuela en la Celebración de las Bodas Diamantinas de la Fundación de la Diócesis de Ibarra. Por unos pocos meses fue reemplazado por el Rvdo. Hermano Isaías de Jesús; pero tan luego como restableció de su quebrantada salud volvió con más bríos a dirigir [a Comunidad y cuando, con la muerte del Sr. Rafael Rosales, contó con una buena cantidad de dinero que el generoso caballero legara en favor de la Escuela, tomo a pechos la obra que ya anteriormente habla comenzado: La continuación del tramo del edificio en que se encuentran las clases para
formar otras destinadas a una sección de enseñanza profesional. En este último año tuvo el placer y santa alegría de ver reunirse y recibir un gran número de obreros representantes del Obrerismo Católico de todo el Ecuador para hacer sus ejercicios espirituales cerrados. y una Semana Social de Estudios en este plantel y prepararse dignamente a la Comunión Pascual, recibiendo al mismo tiempo normas de vida altamente cristiana y social. APOYO DE LOS AYUNTAMIENTOS A LA ESCUELA DE LOS HR. Un acto de injusticia se cometerla Si no dejáramos constancia en éstas páginas del apoyo moral y económico que los diversos Concejos Municipales Ibarreños, con amplia visión de cultura y con un patriotismo de acendrado y puritano ibarreñismo, han venido prestando generosamente a la Escuela de los Hermanos, en cuyas aulas. Centenares de niños pobres, reciben su educación cristiana y cívica; y hoy miso, nos hallamos empeñados en la pronta terminación del edificio donde funcionará en breve la Escuela Pre-profesional.
La Primera Escuela de Niñas
Esta es la capilla de la Inmaculada Concepción. Este hermoso templo sirve para que las estudiantes se pongan en comunión con Dios. La Inmaculada Concepción es la continuadora del primer centro educativo para niñas.
En el siglo 18, los jesuitas, que se oponían al funcionamiento del anterior centro educativo, abrieron las puertas de una escuela elemental, en donde los niños hijos de los españoles y principiantes de la ciudad aprendían caligrafía, ortografía, matemáticas, latín y artes. Cuando los ignacianos fueron expulsados en 1767, el problema educacional hubo de sufrir grave deterioro en vista de la pobreza del cabildo ibarreño. A pesar de esta grave situación, las haciendas, Chamanal, Concepción, Pisquer, Huaquer, Chorlaví y Santiago, que eran de su propiedad, fueron vendidas y hasta los ornamentos sagrados se repartieron entre las iglesias de las parroquias. Con suerte, estas propiedades se hallaban gravadas con fuertes capitales a censo que fueron reconocidos por los compradores, con cuyos réditos se pudieron mantener algunas escuelas que fueron creadas por el Cabildo ibarreño luego de la salida intempestiva de los padres jesuitas (1). Es de la justicia recordar los nombres de los primeros profesores de gramática latina que hubo en Ibarra como Julio Fernández de Córdoba, José Ledesma, José Constante y Sevilla y Antonio Ledesma, quienes sirvieron a los niños y jóvenes entre 1776 y 1805 (2). En los registros de la Curia Metropolitana de Quito, se cita a los maestros Juan Benigno Andrade, Manuel Sotomayor y Calero, Anastasio Paredes Tamayo, El antiguo edificio se mantiene en perfectas condiciones
Sebastián Gómez y Pedro Ayala, como responsables de las escuelas que funcionaban gracias a los censos
aplicados a las antiguas haciendas jesuíticas. (3) En 1803, el corregidor Manuel de Velasco, solicita al Cabildo de Ibarra "autorización para imponer unas capellanías en las inmediaciones de Carabuela y con sus réditos establecer una escuela para niñas huérfanas, así como para doncellas pobres pero nobles, cumpliendo de esta manera la voluntad de su madre Doña Juana Viteri"(4).
No sabemos si ese pedido tuvo acogida, por cuanto no hay documento alguno que evidencie la creación de este centro educativo. Educadas para ser madres Para 1818, el obispo Leonardo de Santander y Villavicencio, quien reemplazó a Monseñor Miguel Fernández García en la silla Episcopal de Quito, dispuso que las monjas Conceptas que tenían su monasterio en el sitio que actualmente ocupa el colegio La Inmaculada Concepción, establezcan una escuela pública para niñas de la Villa de Ibarra, en donde debía impartirse caligrafía, ortografía, aritmética, costura, música, bordado, preparación de recetas de cocina, etc. Con el fin de dar cumplimiento a lo dispuesto por el Papa Pío VI, quien ordenó crear estas escuelas en la Indias, teniendo la
Los interiores de la Capilla
autorización de Carlos IV, relativo a lo que debía dictar clases en los conventos de religiosas. Esta fue una de las últimas disposiciones del rey de España antes del proceso de independencia. Posteriormente, las autoridades de la Curia de Quito, particularmente el obispo Arteta, dispusieron que se mantenga la disposición para que las niñas puedan educarse y aspirar a "ser eficientes madres, orientadoras de una familia ejemplares y cristianas y sobre todo evitar los problemas del mundo que ahora se ciernen sobre estas nuevas generaciones..." (5) Para ello dispuso que en Ibarra se mantenga la escuela en manos de las Conceptas y que se pague a los instructores con los fondos que producían las cuartas episcopales que eran los derechos del obispo que los curas debían pagar cuando se administraban los sacramentos. Lamentablemente, esto no ocurrió así por cuanto los religiosos incumplían con estas obligaciones. Para subsanar este problema, el mismo obispo mandó que de los bienes que tenían las monjas se destinen algunos valores para mantener la escuela. Con pesar, las
malas administraciones de las haciendas que las religiosas tenían impedían que las mismas consagradas tuvieran lo suficiente para poder subsistir. Ante la gravedad del asunto, el coronel Nicolás Vernaza, gobernador de Imbabura, ordenó en forma enérgica que se tomaran trescientos pesos del fondo Santiago de monjas para que esta escuela continúe. (6) MÁS HISTORIA El terremoto. Los antiguos registros de las Conceptas que se pueden consultar en el Archivo de la Curia de Quito, indican que la escuela continuó funcionando hasta cuando el monasterio fue destruido por el terremoto de Ibarra en 1868 y eliminado totalmente por el obispo Serafín Vannuteli, delegado apostólico, en el año de 1874 debido a que no era conveniente restaurar el convento por poco número de conventuales, a pesar de que del monasterio de Loja llegaron tres monjas para reemplazar a las fallecidas. Volvieron las clases. Por ese motivo, los bienes pasaron al poder de las Madres de la Providencia, quienes pretendieron establecer una casa religiosa en Ibarra, pero al no hacerlo, estos recursos se entregaron a las Madres de la Caridad, las que reiniciaron las clases para niñas a partir de 1885.
La Inmaculada. La citada comunidad religiosa fue fundada por el francés Vicente de Paúl con el fin de fundar hospitales, orfelinatos, casas asistenciales y escuelas para niñas pobres. Llegaron al
Ecuador en el año de 1871. La institución educativa" La Inmaculada Concepción es continuadora del primer centro femenino.
INVESTIGACIÓN » Fuentes de consulta. 1. Cristóbal Tobar Subía, Monografía de Ibarra, Ibarra, centro de Ediciones Culturales de Imbabura, 1985, p 131 2. Ibid. P. 131 3. ACM-Q la Compañía de Jesús, 5/a. Tomo III, folio 54 4. ANH-Q, Testamentos 1802 -1810, folio 115 5. Eliércer González, Pbro. Cura de Mariachi "Varones ilustres", 1880, p.23 6. AMG-Q, Informes de gobernadores al Supremo Gobierno, Tomo VI, 1884.
PUCE-SI IBARRA, LA HORA Amílcar Tapia Tamayo Sábado 12 de agosto de 2006
La Primera Escuela de Letras. Aunque con trabas Ibarra fue una de las pocas ciudades en tener una escuela de letras. Hablamos de quienes lo lograron. Una vez que terminamos un breve estudio sobre la arquitectura tanto civil cuanto religiosa de la ciudad de Ibarra, iniciaremos otra etapa, esta vez relacionada con el aspecto social y cultural de los ibarreños a través de los últimos cuatro siglos. Debo advertir que la información no ha sido fácil conseguir, ya que sobre esta materia los historiadores o estudiosos del pasado no le dan mucha importancia. Quizá los genealogistas tienen información cuando trabajan sobre aspectos ancestrales y familiares. Otra fuente es la memoria social y popular, pero ella se desvirtúa con el paso del tiempo, pues no documentan sus comentarios y peor registran vivencias o sucesos de orden citadino o local, razón por la que no se puede llamar historia social, sino tradiciones o conocimientos populares. Con esfuerzo y dedicación hurgamos en los archivos de la Biblioteca "Aurelio Espinosa Pólit" de Quito, así como en nuestra inagotable fuente de consulta como es el archivo de la Curia Metropolitana de la capital. Es posible que muchos datos sean breves, inconclusos y hasta equívocos, razón por la que los investigadores que en este campo pueden y tienen la obligación de ampliar y concluir estos trabajos, toda vez que esta serie de artículos que
Roberto Morales Almeida
entregaremos podrán tener más de un error, pero se justificarían por la falta de fuentes de consulta en la que ampliar la información lograda.
Sobre la época colonial ibarreña hay muy poca información, y la que existe, ha sido muy utilizada por quienes realizan trabajos históricos, pero no se han realizado nuevos aportes después de las obras de Cristóbal Tobar Subía, Juan de Dios Navas, Roberto Morales Almeida, Jorge Villalba, para citar entre otros. Uno de los mayores problemas consiste en no ubicar otras fuentes de consulta como los centros mencionados. Cierto es que no se puede investigar con facilidad en esos lugares por las restricciones que existen, pero un buen trabajador de la historia debe ser perseverante hasta lograr su objetivo. La educación en Imbabura La pluma de Carlos Emilio Grijalva es la guía para quienes desean conocer algo sobre la historia de la educación en la provincia de Imbabura, título con el que ha registrado uno de sus importantes trabajos; sin embargo, no menciona el hecho de que la inicial escuela de primeras letras que hubo en Ibarra se debió al trabajo de los frailes dominicos, quienes desarrollaron varias actividades en defensa de los indios a los que protegían del abuso de los encomenderos españoles. Una de sus gestiones fue la de crear un centro educativo para formar a los hijos de los caciques y señores de la región de Carangue, a fin de instruirlos en su propia lengua. Esta obra se dio en el provincialato del padre Bartolomé García en el año de 1687. (1) Este religioso además pretendió establecer en Ibarra un colegio para la enseñanza de latín, artes, oficios y letras, llamado San Fernando, gestión que no se pudo realizar por la férrea oposición de los padres de la Compañía de Jesús, quienes señalaban que "...era inaudito que se establezca en la Villa un colegio de artes porque ello iba en contra de la obra del Colegio Mayor de Quito y no es posible que se realice tan descabellado proyecto..." (2) En estas circunstancias, el padre Jacinto Villafuerte, prior del convento de Ibarra, se dirige en agosto del referido año de 1687 al Provincial de la Orden en Quito para solicitarle que "junto con las gestiones para el funcionamiento de las sagradas cátedras en el colegio de San Fernando, se haga notar la urgente necesidad de que en el convento de Nuestra Señora de la Peña de Francia de la Villa de Ibarra, llamado antiguamente de Carangue y que ahora
desde cuando nuestro Vmrito P.M. Pedro Bedón fundara esta santa casa para el servicio de Dios y el adoctrinamiento de los fieles en la Villa de San Miguel de Ibarra, es bien vista la necesidad de implantar en esta Villa una escuela en donde puedan recogerse los hijos de los señores y principales de la zona de los pastos y carangues quienes tienen la gran necesidad de aprender artes y oficios, así como letras que puedan permitir un adelanto de sus almas. Esta enseñanza será en lengua materna del inga, con la que los dichos hijos de los dichos señores pueden y deben entender..." (3) Otra comunicación. Más tarde, en otra de sus comunicaciones el referido sacerdote indica que "Por lo pronto hemos convenido con D. Salvador Ango Pillas Inla de Salazar, uno de los principales de este asiento para la dotación de diez mil pesos para el inicio de las obras de adecentamiento y lugar, con cargo a la hacienda de Colimbuela localizada en Cotacache. Dicho valor será puesto a censo una vez que vuestra P.R. disponga se hagan los respectivos executos. Igual pedido se ha elevado a las autoridades de la Villa para que se disponga iniciando el proceso ante el Sr. Presidente de la Audiencia haciendo conocer el interés que tiene esta Religión en iniciar estos cursos que serán de gran bien y provecho para ejemplo de los naturales y su mayor rendimiento a los pies de Nuestro Señor Jesucristo...En la Villa de San Miguel de Ibarra, a los veinte y un días del mes de agosto de mil seiscientos ochenta y siete (f) Jacinto Villafuerte, Prior de la Recoleta Ntra. Sra. de Francia de Carangue." (4) MAS INFORMACIÓN LA INSISTENCIA. La escuela de primeras letras sí se estableció en Ibarra y fue gracias a la insistencia del padre provincial fray Ignacio de Quesada, quien, entre otras cosas, argumentaba que." el principal desvelo siempre ha sido contribuir con sus personas, bienes y haciendas al servicio de Dios, al de su Rey y señor natural y a la utilidad de la causa pública..." (5).
EL SIGLO XVII. La escuela de primeras letras de Ibarra fue una de las poquísimas que se crearon en el tiempo colonial en la Audiencia de Quito. Tan sólo Quito y Cuenca tenían escuelas y colegios bien establecidos. Por lo tanto, este solo hecho determina la importancia que la Villa de San Miguel de Ibarra tenía en el concierto de los pueblos que existieron en el siglo XVII. LA EDUCACIÓN. En la actualidad Ibarra es una ciudad en donde se establecen cada año nuevos establecimientos educativos de todo tipo, pues los habitantes están conscientes que la educación es uno de los pilares fundamentales de la vida en sociedad.
INVESTIGACIÓN » Fuentes de consulta. 1. ACMSD-Q, El Convento de Santo Domingo, Tomo II, 1685-1690, folio 114. 2. Ibid. folio 167. 3. Tapia Amílcar, Cuarto cen¬tenario de los dominicos en Ibarra, Quito, Gráficas
Ejtel, 2005, p.59
4. ACM-Q, Doctrinas de la Villa de Ibarra, caja 4, folio 31. 5. Ibid. Tapia, p. 59.
Amílcar Tapia Tamayo PUCE-SI IBARRA, LA HORA Sábado 5 de agosto de 2006.
La Educación Primaria en 1928. Por Pedro Miguel Zumárraga. En el territorio que comprende el Cantón de Ibarra en el año 1928 funcionaban 18 Escuelas medias, 17 elementales y 19 mixtas, servidas por 95 profesores y frecuentadas por 2.970 alumnos. PLANTELES QUE FUNCIONABAN EN IBARRA EN 1928. En 1928, dentro del perímetro urbano de Ibarra, funcionaban los siguientes establecimientos de educación primaria: “Instituto de la I. Concepción” y Asilo anexo, regentados por las RR. Madres de la Caridad; “Colegio de El Sagrado Corazón de Jesús”, sostenido por la Comunidad de las RR. Madres Betlemitas; Escuela Municipal de niños “Miguel de Ibarra”; fiscal de niños “28 de Septiembre”; Escuela Nocturna de Obreros, “Rafael Troya”; Escuela de niños dirigida por los HH.CC; Fiscal de niñas, “Pedro Moncayo”. Total: 7 escuelas. Posteriormente hasta el año 1945, se crearon las escuelas: Fiscal de niñas “América”; Fiscal de niñas “María Angélica Idrobo” y Jardín de Infantes “María Montessori”. Total: 9 escuelas con excepción de la Escuela Municipal “Miguel de Ibarra”, que fue suprimida. PLANTELES COMPLEMENTARIOS. Se fundan planteles complementarios de artes y oficios; por ejemplo en la parroquia de San Antonio se funda la Escuela de Aplicación Artística “Daniel Reyes”. Además las escuelas de niñas de Ibarra, San Antonio y Pimampiro, tienen secciones especiales de Corte y Labores.