Monumentos. Monumento a los Fundadores de Ibarra (1). MONUMENTO A LOS FUNDADORES DE IBARRA, ERIGIDO POR EL CONSEJO DE 1951, EN LA AVENIDA MUNICIPAL “MARIANO ACOSTA” Carlos Alfredo Rivadeneira Flores Ibarra, asentada en el extenso valle de Carangue a las faldas del Imbabura, fue fundada por el Capitán Don Cristóbal de Troya el 28 de Septiembre de 1606, mediante expreso y legal Poder conferido por el señor Presidente de la Rea1 Audiencia de San Francisco de Quito, Licenciado Don Miguel de Ibarra. Desde entonces, había contraído Ibarra inmensa deuda de gratitud hacia estos enclarecidos varones de española estirpe, que un día forjaron su nacionalidad y su grandeza, en e1 concierto de los Pueblos hispanoamericano. Y hacía falta hacerles justicia y perpetuar, no sólo en las páginas de la Historia, más también en el símbolo del bronce, que es perpetuidad y es grandeza, sus apuestas y nobilísimas personalidades, que constituyen legítimo orgullo para esta ciudad nuestra, hospitalaria y magnánima, y para nuestra Madre Patria, la eterna y civilizadora España. Ha querido el destino histórico, en un bien ganado proceso de cultura, que fuera la Municipalidad de 1951 la que haya consagrado la grata memoria de quienes, elevando su escrutadora mirada en este hermoso y dilatado valle, crearan un pueblo más en nombre de Su Majestad. Y esta gratitud de la Ibarreñidad de ayer, de hoy y del futuro, ha quedado justamente testimoniada en la simbólica y alba Co1uma vertica1 y blanca como el alma de sus hijos, que se yergue majestuosa bajo la comba de un cielo azul como sus 1agos, y en las esbeltas figuras que representan al intrépido Capitán Don Cristóbal de Troya y al ilustre Licenciado
Don Miguel de Ibarra, españoles Fundadores de la Villa, que a lo largo de los siglos y la Historia, habrán de custodiarla eternamente desde el mismo sitio en que, al conjuro de su espada y de su genio, la forjaron un día, cumpliendo los bien trazados designios de la Providencia. Al consagrar el Cabildo Ibarreño la grata e imperecedera memoria de estos dos nobles e hidalgos españoles que, por historia y por sangre, le pertenecen; quiere reafirmar, una vez más, su ferviente anhelo que hace siglos fue el de ellos:
LA SALIDA AL MAR. Que desde, su alta y blanca cúspide, esta simbólica columna cual antena del Pensamiento Ibarreño, difunda al mundo la grandeza de esta Muy Noble y Muy Leal Ciudad que Don Miguel de Ibarra, haga cumplir los designios de las presentes y futuras generaciones: LA PRONTA SALIDA AL MAR DE BALBOA. Y que Cristóbal de Troya, cual vigía y centinela con su espada protectora, siga dignificando a la Villa del 28 de Septiembre de 1606; custodiando a la Ciudad del 11 de Noviembre de 1811; glorificando a la triunfante del 17 de Julio de 1823; amparando a la renacida del 22 de Abril de 1.872, y prestigiando a esta tierra, generosa y buena, que es "un nido de rosas y de estrellas, en donde triunfan las mujeres bellas y Dios viene a soñar en sus jardines''. Proyecto y ejecución del Ing. Enrique Jarrín