3.3.1 Iglesia de Caranqui, la Iglesia Parroquial

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Iglesias. Iglesia de Caranqui, la iglesia parroquial.

PUCE-SI, Amílcar Tapia Tamayo, IBARRA, LA HORA. Ibarra, 29 de Julio del 2006 La historia de Ibarra empezó en Caranqui, pero hoy hablaremos de la iglesia. Si bien es cierto, nuestro propósito ha sido referirnos exclusivamente a los templos, edificios, parques y plazas de Ibarra, no es menos cierto que los 400 años de fundación española de San Miguel de Ibarra exige un antecedente fundamental y ese lo encontramos en el pueblo de Caranqui. Manejar su historia es vital si se quiere comprender el proceso social, económico y político de la fundación de San Miguel de Ibarra, tema que ha sido manejado con un poco de ambigüedad y descuido por parte de los historiadores ibarreños, quizá porque este pueblo era hasta hace poco un apéndice de la ciudad de Ibarra. De allí que hablar de su historia no sólo es importante, sino trascendental si queremos comprender la verdadera dimensión del hecho de 1606.


Por lo pronto, hablaremos de su iglesia parroquial. La noticia primigenia sobre este monumento lo debemos al padre Pedro Bedón, quien fue el fundador del primer convento de frailes dominicos que se estableció en la zona norte de la Audiencia de Quito. El referido sacerdote, a su vez uno de los quiteños más nobles y distinguidos del siglo XVII, señala que "habiendo buscado un sitio para levantar este nuestro convento, lo hemos conseguido en el mismo sitio en que se hallaba el antiguo templo de los ingas, con cuyos restos hemos levantado los muros de nuestra modesta casa..." (1). Este dato nos parece formidable desde la génesis misma de la futura villa de San Miguel de Ibarra. Una vez realizado el acto fundacional, a los padres de Santo Domingo se les otorgó solar en el lugar en que actualmente se levanta la iglesia y convento de Nuestra Señora del Rosario de la Peña de Francia, razón por la cual se abandonó el viejo edificio que por su naturaleza debió haber sido pequeño, tal como lo señala el mismo padre Bedón. El 14 de septiembre de 1610, fray Nicolás de Lomas de la Orden de los Menores de San Francisco, señala que " por mandato del Rvdo. P. Gdián de Quito tomo posesión del pueblo de Carangue para iniciar la doctrina bajo el amparo de Ntra. Señora de la Luz a pesar de que en este dicho pueblo ya hubo cura doctrinero..." (2) El templo. Efectivamente, el primer informe sobre la iglesia de este pueblo la debemos al deán de la catedral de Quito Arsenio de la Cuadra, quien en 1604, es decir dos años antes de la fundación de la Villa, señala que "hay en este Partido (3) un pueblo llamado de carangue, ubicado en el extenso valle del mismo nombre, que es tierra de pan sembrar y pan llevar, magnífico y dilatado en su gran llanura y es atendido por un cura con notable estipendio dada la importancia del lugar...tiene una iglesia pobre a pesar de la riqueza con la que se trata el encomendero que es ladino con nuestro doctrinero. Se la conoce con el nombre de Ntra. Sra. de la Asunción. Se halla junto al antiguo templo donde los naturales tenían sus idolatrías. Sus ornamentos son pobres y los vasos sagrados para el culto divino lo son más, algo que llama la atención es que la iglesia sufre permanentes incendios producidos por los


mismos naturales que no aceptan que se venere a nuestro Dios y Señor y es por ello que producen estas quemas ya que en ese mismo lugar todavía hacen sus venias y ritos a sus antiguos dioses...de allí es que ningún cura quiere quedarse en este sitio por el miedo que ello

les

infunde...”

(4)

Los dominicos. Posiblemente esta fue la razón por la que los frailes franciscanos se hicieran cargo de la doctrina, ya que ellos tenían fama de pacificadores; sin embargo, para 1703, estos religiosos abandonaron el lugar y fueron reemplazados por los dominicos quienes reclamaron para si el antiguo derecho en razón de la antigua fundación conventual. Para 1705, en la visita efectuada por el canónigo Francisco Albornoz y Larrea a nombre del Vicario General de la Diócesis de Quito, informa: " Iglesia del pueblo de naturales llamado Carangue. Posee diez brazas por cuarenta, techo de paja y construcción de adobe. Débil por fuera pero bien mantenido por dentro. Su cuidador P. Andrés de la Peña mantiene prestigio por su vida ordenada y prudente y atrae a la fe a los naturales quienes sin resistencia acuden a los oficios dominicales y no se oponen a pesar de que la iglesia está levantada sobre el antiguo templo idolátrico de sus ancestros, pero ya han dejado sus costumbres. Hay orden y cuidado en los vasos, libros y en la decencia de los ceremoniales... (5). Hay un dato curioso que bien podría servir para la historia de esa parroquia y es el hecho de que en 1787, el cura de Caranqui Juan de Ibáñez defendió ardorosamente los derechos de los moradores del lugar sobre las pretensiones de las autoridades del Cabildo de Ibarra para despojarlos de ciertas tierras comunitarias y de los ejidos para entregarlos a ciertos ciudadanos influyentes, so pretexto de que estaban baldías. MÁS INFORMACIÓN. Las tropas. Otro capítulo interesante es el relacionado con el papel desempeñado por el cura Miguel de Santángel, quien se puso a órdenes del Libertador Simón Bolívar antes de la batalla de


Ibarra para informar sobre los movimientos de las tropas de Agualongo. Los datos sobre su accionar se hallan en los archivos de la Academia de Historia de Colombia, sección Partes de

la

Independencia.

La devoción. El tema sobre la devoción al Señor del Amor es un capítulo por demás interesante. En los últimos tiempos se han publicado algunos valiosos trabajos como el del padre Mauro Aguirre, cuyo aporte es muy significativo para la historia contemporánea. Sin embargo, como un modesto aporte para adelantar futuras investigaciones, señalaremos que para 1794, el 1 de noviembre el padre Juan de Narváez, párroco del pueblo, pide permiso al Ordinario de Quito para "quemar candelas y soplar pífanos en honor de la portentosa imagen del Señor del Amor de extraña aparición en las gradas de esta iglesia parroquial de la Asunción de caranqui, pero que ya se practicaba culto a tan preciada imagen, pero que ahora se lo hace con mayor devoción y alegría." Fuentes de Consulta: (1) ACMSD-Q EL Vble. P. Pedro Bedón, 1610 HOja. Nº 136. Fondo José María Vargas (2) ACM-Q. Octrinas de la Villa de Ibarra, 1603-1645, folio 125 (3) Se refiere al Partido de Otavalo (4) Ibid. folio 218 (5) Ibid. Visitas pastorales. Tomo III, La Villa, 1704-1715 folio 119


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