3.3.3 La Basílica de La Merced

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Iglesias. La Basílica de La Merced LA IMPONENTE BASÍLICA DE LA MERCED

Amílcar Tapia Tamayo, PUCE-SI IBARRA, LA HORA; Sábado, 1 de julio del 2006 A pesar de los años es uno de los templos más hermosos del país. La historia local de Ibarra da cuenta de que el 28 de abril de 1872 los ciudadanos ibarreños retomaron a su antiguo lar y lo primero que hicieron fue asistir a una misa que celebró el obispo Tomás Iturralde en una humilde capillita levantada por los frailes mercedarios. El prelado, entre otras cosas, dijo: "Hoy principiamos a levantarnos de las ruinas, en este solemne día que hizo el Señor para que nos alegremos. No importa que no veamos la conclusión de las obras que apenas podremos empezar: lo que dejéis hecho, será un beneficio real para la posteridad, como fue para nosotros lo que nos legaron la piedad y el patriotismo de nuestros antepasados..." (1) A partir de 1872, los frailes mercedarios comenzaron a reedificar su convento. Para 1882, apenas habían logrado construir la nave del costado izquierdo del templo, pues no alcanzaban los recursos para una iglesia grande, trabajo que fue ejecutado por el padre comendador Alejandro Cueva. En octubre de 1933, el obispo Alejandro Pasquel Monje al


visitar el pequeño templo decidió emprender una campaña para iniciar la obra magna y motivó a los religiosos a realizar todo cuanto esfuerzo era necesario para efectuar los trabajos. Para ese entonces, la Comunidad Mercedaria de Ibarra estaba integrada por los padres Enrique Ortiz, comendador, Ramón Morillo, Pedro Pascual Bracho y el hermano Carlos Alberto Acosta, conventuales, quienes se impusieron la dura tarea de reconstruir la iglesia. El padre superior o comendador encargó al hermano Acosta recoger limosna en los pueblos y ciudades de Imbabura para cumplir tan noble propósito. En una carta del referido hermano al comendador de Quito le decía: "Son obras prodigiosas la construcción de los templos dedicados al culto del Señor y su Santísima Madre, loados sean sus santos nombres. En este empeño nos encontramos por mandato de la santa obediencia la que me ha dado el privilegio de limosnar por calles y pueblos para cumplir el precepto de recoger lo que la caridad de los buenos cristianos y católicos se ha dignado entregar para continuar con las obras de la edificación de la monumental iglesia y convento de Ibarra. Plugo al Señor me conserve la vida y la salud a fin de hacer bien las cosas, por lo que ruego a su Paternidad Reverendísima aceptar este humilde informe de un humilde servidor de Usted y la Provincia..." (2) Los cimientos. En noviembre del mismo año comenzaron a construirse los cimientos de la actual iglesia, para lo cual el referido prelado instó al pueblo imbabureño a contribuir con sus limosnas para levantar el nuevo edificio. El padre comendador Enrique Ortiz encargó al célebre arquitecto N. Aulestia el diseño los planos de la iglesia, los mismos que sufrieron diversos cambios y modificaciones en razón de variados criterios mantenidos por los superiores mercedarios. Sin lugar a dudas, los artífices de la construcción en su primera etapa tanto del convento cuanto de la iglesia, fueron los padres Pedro Gonzalo Castro y Pedro Rafael Pabón, este último oriundo de Bolívar-Carchi. El padre Castro construyó durante los nueve años que duró su gobierno en la comunidad la colosal y monumental media naranja de la actual


Basílica de La Merced, la que se admira desde cualquier punto de la ciudad en virtud de su considerable altura. Descansa sobre cuatro formidables columnas profundamente cimentadas, que sostenidas por cuatro arcos torales del ábside, le proporcionan estabilidad a toda prueba, tal como se comprobó cuando hubo el terremoto del 5 de marzo de 1987. El padre Castro, una vez terminada la media naranja, se dedicó a la construcción del coro, empleando en su elaboración piedras labradas, como lo es todo el templo, inclusive la fachada, empleando materiales extraídos de las canteras del Ajaví y Tahuando. Para esto se contrató al cantero Pedro Tingue, natural de Salcedo, de la provincia de Cotopaxi y residente muchos años en San Antonio de Pichincha. Las torres gemelas. En el gobierno del padre Antonio de Jesús Ortega, se construyeron las torres gemelas, que sufrieron varias modificaciones, pues debían labrarse unas de mayor altura con el objeto de guardar simetría con la media naranja del crucero; sin embargo, se edificaron torres bajas que contradicen a las que contiene el plano original. Con el objeto de solucionar en algo este desfase arquitectónico se mandó a trabajar una esbelta imagen de la Virgen de La Merced con los brazos abiertos. El padre Germán Grijalva Pabón, también nacido en Bolívar, fue el responsable de construir el tramo que completaba el arca del actual convento que es uno de los más grandes existentes en el Ecuador luego del Convento Máximo de Quito. El referido religioso trabajó sobre los planos que dejó el padre Ortiz; en igual forma, el padre Pabón había proyectado la construcción de un edificio destinado para un centro educativo, que lamentablemente no fue levantado; sin embargo, gracias al esfuerzo de varios religiosos hace pocos años se lo construyó para que funcione primero la escuela "La Merced" ahora llamada "San Pedro Pascual". El padre Luis Octavio Proaño cuando fue comendador del convento en Ibarra, se encargó de completar la obra inconclusa, sobre todo en lo referente al altar mayor, el mismo que hizo trabajar primorosamente con artistas de San Antonio de Ibarra. Hizo pintar varios cuadros que relatan el proceso histórico de los mercedarios en Ibarra. Mandó a labrar


imágenes en piedra de San Miguel Arcángel, patrón de la ciudad; santa Catalina, titular del convento, san Pedro Nolasco, fundador de la Orden Mercedaria y San Ramón Nonato, que fueron colocadas en los nichos del frontis del templo.(3) La Visita. El antropólogo mexicano Luis Barros, en una visita que hizo a Ibarra en 1990, al mirar la iglesia mercedaria, escribió: "...la iglesia y convento de La Merced son hermosas construcciones dignas de esta pequeña pero hermosa ciudad. Sin lugar a dudas es el templo más imponente que existe en Ibarra desde el punto de vista arquitectónico, razón por la cual merece ser cuidado para bien y provecho de las presentes y futuras generaciones..." MÁS HISTORIA. Más de un testimonio. En fin, son numerosos los testimonios y documentos que hablan del esfuerzo y sacrificio de los frailes mercedarios para construir tan monumental templo dedicado a la Virgen de La Merced, Redentora de Cautivos y Patrona de la República del Ecuador. Peligro La iglesia La Merced se levanta imponente en la ciudad de Ibarra y a pesar de los embates de la naturaleza se mantiene intacta, aunque en los últimos años sus cúpulas sufrieron un años sus cúpulas sufrieron un resquebrajamiento y necesitan urgentemente que se las repare, pues si la situación empeora, la joya arquitectónica podría venirse abajo.


Las Fuentes. (1) Mateo Fernรกndez, El Ilmo. Antonio Tomรกs lturralde, obispo de Ibarra. Mecanografiado 189O, En Archivo de la Curia Metropolitana de Quito. Secciรณn Varios. (2) ACMLM-Q, Informes a los Comendadores, 1935-1945, P.78 (3) Ibid. El Convento de Santa catalina Virgen y Mรกrtir de Ibarra. Construcciรณn de la iglesia, s/a. (4) Carta personal, fechada en mayo de 1990.


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