Parques, Plazas y Calles. Avenida Mariano Acosta
SITUACIÓN: Es la avenida principal de la ciudad por ser la entrada y salida de todo movimiento vehicular. Está situada el Sur-Oeste. El terreno tiene dos direcciones: De Oriente a Occidente, desde la plazoleta "Alejandro Pasquel Monge" hasta el cruce de los rieles de la línea Férrea del Ferrocarril Ibarra-San Lorenzo, de aquí sigue dirección Sur y termina en el Parque "Bolívar" del Ejido de Ibarra. MINUCIA HISTÓRICA DE ESTA VÍA. Para la llegada del Ferrocarril "Quito-Ibarra- San Lorenzo", en el año 1929 se construyó el Edificio para Estación de trenes, en los terrenos de la hacienda "Yacucalle" propiedad de la Rvdma. Curia Diocesana. Entonces se pensó en una vía carrosable que vaya por estos mismos terrenos. Pues que hasta ese entonces Ibarra no tenía otra entrada que la antigua es decir por el "Carretero Real", o empedrado y el puente de "Ajaví" naturalmente era una vuelta muy larga. Como en toda obra proyectada se necesita de un LÍDER allí lo tenemos al Sr. Alejandro Cervantes quien tomó a su cargo la apertura de la vía, que partiendo de la Estación fuera a conectarse con el antiguo camino que va por el barrio el Ejido de Ibarra.
Como paso inicial, el señor Cervantes tuvo una conversación con el SEÑOR Obispo Alejandro Pasquel Monge. Como los terrenos por donde debía pasar la Avenida en mención eran de propiedad de la Curia Diocesana, propuso la donación de la faja de terreno necesaria para la ocupación de la futura avenida. Esta petición fue negada por el Prelado, aludiendo que la curia ya había cedido en venta, desde luego los terrenos necesarios para la Estación del Ferrocarril. Don Alejandro Cervantes no desmaya en su cometido, procura interesar al Dr. Mariano Suárez Veintimilla, Presidente del Ilustre Municipio. Este funcionario no aprobó ni desaprobó la ocupación de aquella faja de terreno. El señor Cervantes, sigue adelante con su proyecto, fue así como prende la chispa de entusiasmo en todos los moradores de El Ejido, de la Florida y Pugacho. Les propone tomar la medida de hecho procediendo a la primera minga de apertura. Este atrevido paso que dado el 4 de Mayo de 1933. Concurren un gran número los mingueros con sus propias herramientas. Dejan trazada la vía hasta la Estación del ferrocarril y el terraplén hasta un buen trecho. Tal fue el entusiasmo de los mingueros que procedieron junto al Alejandro Cervantes, hacen entrada triunfal a la ciudad entre gritos y vivas. La segunda minga y la definitiva fue el 5 de junio de 1933. Hubo la concurrencia de hasta mil brazos. Tomó la dirección técnica el Ing. Humberto Granda. Director de Obras Públicas Municipales. Como ya se impuso la ocupación de la faja necesaria de los terrenos de la Hacienda "PILANQUI" y del Dr. Alejandro Almeida, el Concejo Municipal nombra en comisión al Dr. Alfonso Gómez Jurado y al Señor Elías Castelo para que entraran en arreglos con los señores dueños para evitar dificultades judiciales. El resultado fue muy favorable para la Comisión, desde entonces el Concejo Municipal, tomó a su cargo la obra de la Avenida, y el Ing. Granda procedió al trazado técnico y a la dirección de los trabajos, de esta forma nació esta gran Avenida, constituyéndose en la
puerta grande de la Ciudad, a la cual tan acertadamente le denominaron Av. Mariano Acosta en homenaje al Eximio Sacerdote Ibarreño. DATOS BIOGRÁFICOS DEL DOCTOR MARIANO ACOSTA. “Ángel consolador de los ibarreños fue el Dr. Mariano Acosta durante los aciagos días del terremoto. En una mano llevaba la llave del cielo para los que mueren; en la otra el bálsamo del consuelo para los que aún viven”. Este egregio sacerdote nació en Caranqui, actualmente parroquia urbana de I barra, el 28 de Marzo de 1849.- Su hogar pobre pero muy honorable, fue su primera escuela; luego concurrió a la escuela de Caranqui para aprender las primeras letras, destacándose por su gran talento: en 1854 termina los estudios de Gramática, pero a causa de la prematura muerte de su madre, su espíritu se desconcertó y perdió el curso de ese año, según el mismo nos declara en sus "Memorias".-Pasó al Seminario de "San Luis" de Quito y se destaca entre todos por su talento y su virtud, por lo cual es nombrado Bedel, revelándose ya tempranamente el hombre superior.- El 3 de Mayo de 1865 se ordenó de sacerdote, y ya en su ciudad natal, empieza su gran labor de apostolado, iniciándose como Coadjutor del Sacerdote Párroco de Ibarra. Amaba intensamente el estudio; "Todo ansiaba saberlo, todo meditaba; para él no había límite en el pensamiento, ni prohibición de lecturas; pues contaba con la respectiva licencia..." nos dice su gran biógrafo, Don Abelardo Moncayo.Indudablemente, el joven clérigo, que todo lo leía, pronto llegó a ser un sabio y un santo, siendo su "frenético deseo servir y hacer el bien a sus semejantes".- En reconocimiento a sus grandes talentos y virtudes, a pesar de su juventud, fue nombrado Vicerrector del Seminario Diocesano y Capellán de las Religiosas Conceptas. Pero cuando se hizo conocer en toda su grandeza fue en el apocalíptico terremoto de 1868, que él lo presintió y lo predijo, con extraordinaria clarividencia: Ibarra quedó convertida en un vasto cementerio; de sus 7.200 habitantes, 4.458 yacían muertos»; 2.229 estaban heridos de gravedad y solamente salieron ilesos 553, según informe del Dr. Fernando Pérez, de Octubre 1ro de 1.868.
Mariano Acosta se convirtió en el Ángel Consolador y Protector de los poquísimos sobreviviente de tan terrible flagelo, juntamente con Teodoro Gómez de la Torre y José Nicolás Vacas. Y se realizó el éxodo hacia los llanos de Santa María de la Esperanza y después de casi cuatro años de destierro, el jubiloso retorno a los antiguos lares, hecho que constituye una NUEVA FUNDACIÓN DE IBARRA, el 28 de abril de 1872. Y resucita la ciudad, más hermosa y más lozana, y Mariano Acosta quiere verla florecer más y más y para ello, desde el Congreso, a donde concurre como legislador, consigue la fundación del Colegio Secundario "San Alfonso", siendo su primer Rector y Fundador; hoy "Teodoro Gómez de la Torre". Falleció este hombre extraordinario el 28 de junio de 1893; pero su nombre es cada día más glorificado y hoy se halla eternizado en el bronce y su recuerdo imperecedero en el corazón de su idolatrada ciudad.