Parques, Plazas y Calles. El Parque Víctor Manuel Peñaherrera (Reseña 2). PLAZA DE LA MERCED SITUACIÓN Al Occidente del parque “Pedro Moncayo” distante apenas una cuadra, o 100 metros a la medida española. El parque esta limitado así: Al Oriente la Carrera J. J. Olmedo, y el Severo Edificio del Cuartel de Infantería, al Occidente la Carrera Sánchez y Cifuentes, Enmarca el edificio del convento de los P. P. Mercedarios y la imponente Basílica de Nuestra Señora de la Merced, al Norte la calle García Moreno y al Sur la calle J. J. Flores. MINUCIAS HISTÓRICAS. El autor de este estudio da razón como la conoció en su primera infancia, la Plaza de la Merced; aquí fue el primitivo Estadio de deportes populares: Pelota Nacional, de tabla y de guante, o sea la pelota de cerda del peso de 16 onzas y la de caucho con el peso de 22 onzas, la que jugaban con el guante. En las efemérides patrias, aquí se improvisaba el “toril”, o la Plaza de Toros, dónde demostraron destreza de verdaderos tauromaquias muchos hijos de pueblo o sirvientes de las haciendas circunvecinas. Así fue la inolvidable corrida de toros en las policromas festividades en honor a la primera llegada del Ferrocarril Quito- Ibarra, en el año 1929. En esta plaza se realizó las afamadas ferias sabatinas, cuando concurrían todos los pueblos de la Provincia a ofrecer sus productos, como es inolvidable la feria del carbón de espino, que traían los negritos del Chota y de los otros valles de la Hoya, a lomo de burros, entre gritos y alborotos de los arrieros tanto que constituía un desfile de fiestas. Aquí era el teatro al aire libre que atraía la curiosidad de propios y ajenos, en las grandes festividades de los “bailes de Máscaras”, por las festividades de pascuas o Año Nuevo. La banda del cuartel de Infantería regalaba sus inolvidables sanjuanitos, los pasillos,
pasodobles etc. que, en estos días y noches sacaban de sus casas hasta a las más pacatas y huidizas. EL NOMBRE. Cuando se hizo la remodelación del Parque “Pedro Moncayo”, con el mismo motivo de la llegada del Ferrocarril, también se procedió a transformar la plaza de la Merced en un parque moderno con jardines de trazos geométricos modernos. La I. Municipalidad ha querido perennizar el recuerdo de la gesta libertaria de Guayaquil, poniendo a éste hermoso jardín el nombre “9 de Octubre”. Hoy luce en el centro de este parque el Monumento al ilustre Jurisconsulto, Dr. Víctor Manuel
Peñaherrera,
costeado
por
los
familiares
que
aún
viven
en
Ibarra.
La Ilustre Cámara Municipal, en sesión de agosto de 1975 conforma la comisión especial para la realización de la NUEVA NOMENCLATURA de la ciudad, con los siguientes miembros: Sr. Jorge Aníbal Páez, Dr. Jorge Proaño, (Alcalde) Dr. Luis Andrade Galindo y Arq. Marco Almeida, fue cuando se cambia el nombre del Parque “9 de Octubre”, por Parque “Víctor Manuel Peñaherrera”. La placa se la colocó en el año de 1979. DOCTOR VÍCTOR MANUEL PEÑAHERRERA ESPINEL. Proveniente de ilustre prosapia, nació este sabio jurisconsulto en Ibarra, a 6 de octubre de 1865. Fueron sus padres el eminente abogado, Doctor Rafael Peñaherrera Albuja y la virtuosa e inteligente dama, Doña María Espinel. A la edad de nueve años ya había terminado su Educación Primaria, recibida en su propio hogar y de sus mismos padres. Luego ingresó al Seminario Menor de "San Diego”, siendo Rector el perínclito sacerdote, Doctor Mariano Acosta, y en él obtuvo su Bachillerato. Pasó después a la Universidad Central a estudiar Derecho y el 16 de noviembre se graduó de Doctor en Leyes, luego de un lucido examen ante la Excma. Corte Suprema de Justicia. Abrió su consultorio en Quito, " empleó la verdad y la Ley en defensa de sus clientes", como enseñara Luis Felipe Borja, su benemérito maestro, a quien reemplazó en 1889 en la
Cátedra de Derecho Procesal en la Universidad Central, previo a un concurso en el cual salió triunfante, cuando apenas contaba 24 años. Fue Vicerrector de la Universidad Central en 1907; Decano de la Facultad de Jurisprudencia en diferentes períodos, etc.- Como Diputado y Senador, luchó con éxito por la abolición de la prisión por deudas, por la emancipación económica de la mujer casada, por la supresión del concertaje de los trabajadores del campo, defendiendo con coraje y con talento, los derechos de los desposeídos. Fue Presidente del Colegio de Abogados desde el 28 de Julio de 1912 hasta 1928, habiéndose separado por motivo de su quebrantada salud; Conjuez permanente de la Excma. Corte Suprema de Justicia, Consejero de Estado, Miembro de la Junta Consultiva del Ministerio de Relacionas Exteriores, etc.. Publicó muchos folletos importantes, debiendo mencionarse especialmente: "Proyecto de Reformas al Código de Procedimiento Penal", "Monografía sobre la condición de la mujer casada en el Derecho Civil Ecuatoriano", "El Cuerpo del Delito", etc.- Pero su gran obra, en tres tomos, fue "LECCIONES DE DERECHO PRACTICO CIVIL Y PENAL", siendo su deseo llegar a les cinco tomos; mas por motivos de salud le obligaron a dejar inconclusas sus sapientísimas lecciones- La multifacética personalidad del Dr. Peñaherrera se distingue, en especial, por los tres campos en que brilló su singular talento: el foro, la legislatura y el magisterio, destacándose en todos tres en eminente grado. Hombres notabilísimos han elogiado su virtud y su preclara inteligencia, especialmente con motivo del Centenario de su nacimiento: Otto Arósemena Gómez, Camilo Ponce Enríquez, Andrés F. Córdova, etc. Falleció el 14 de abril de 1930.