Hombres Ilustres. Joaquín Sandoval MICRO BIOGRAFÍA DEL DR. JOAQUÍN SANDOVAL M.
Por Pedro Manuel Zumárraga D. Nos ha consagrado en el Salón de la Ciudad un solo anhelo: tributar el homenaje de nuestro respeto, de nuestro afecto, de nuestra admiración al célebre patricio ibarreño, doctor Joaquín Sandoval Monge, ciudadano integérrimo que nunca se separó de su ciudad y su provincia, a las que ofrendó su amor y sus servicios. Nació en Ibarra el 11 de mayo de 1890. Sus padres fueron don Ricardo Sandoval y doña Edelmira Monge. Niño aún, en 1901, perdió a su padre que en ese año, como colaborador del gobierno del Gral. Eloy Alfaro, desempeñaba el cargo de Gobernador de Imbabura. Su primera educación (1896-1902), la recibió en la Escuela anexa al Colegio "San Alfonso María de Ligorio", hoy "Teodoro Gómez de la Torre"; la secundaria, en el mismo Colegio San Alfonso, hasta que en 1908, dando cumplimiento a una disposición ministerial, se graduó de Bachiller con la más alta calificación en el Instituto Nacional "Mejía", de Quito. A continuación ingresa a la facultad de Química y Farmacia de la Universidad Central. Sobresale entre sus compañeros, razón por la cual es nombrado "Presidente del Comité de Química y Farmacia" de los estudiantes matriculados en dicha facultad. En 1914 obtiene, con lucimiento, el título de "Doctor en Química y Farmacia''.
Comienza su vida pública, vehemente, fervoroso por servir a su ciudad y a la provincia. Llega en momentos en que se realizaba la reorganización del Colegio "Teodoro Gómez de la Torre" con su nuevo Rector, don Atanasio Zaldumbide. El Dr. Sandoval es nombrado, entonces, Profesor del Colegio. Y aquí, en el único colegio del Estado que tenía Imbabura, habrá de prestar sus servicios con gran sentido de responsabilidad, primero en calidad de profesor durante ocho años y a continuación como Rector por el lapso de doce años. Sumamente interesado por el progreso de su ciudad y del cantón Ibarra, se presentó para el servicio público en calidad de concejal y más tarde será el Presidente del I. Ayuntamiento Ibarreño. Poco después el Gobierno le designará, por dos ocasiones, Gobernador de Imbabura, y él corresponderá siendo fiel garante de las libertades públicas y el guardián de los derechos ciudadanos. Prestará también sus servicios como Subdirector de Asistencia Pública y su obra será beneficiosa para los pacientes del Hospital San Vicente de Paúl de esta ciudad. Al efecto, construye y organiza un departamento destinado a maternidad y una sala de aislamiento para enfermos de tifoidea, servicios que hasta la presente ofrece la mencionada casa de salud. Ya en la década del 20, el Dr. Sandoval era un ciudadano prestigioso a nivel provincial, muy conocido por su afable popularidad. Entonces la ciudadanía de Imbabura le distingue por dos veces designándolo su Diputado y así concurre al Congreso Nacional de los años 1921, 1922, 1923 y 1924. En 1929 asiste también en calidad de Diputado por nuestra provincia a la Asamblea Nacional en la que fue nombrado Presidente Constitucional de la República el doctor Isidro Ayora. Y más tarde, a partir de 1940 será el Senador por Imbabura. Retirado de la docencia y de los círculos políticos, el Dr. Sandoval no deja ni un solo momento de prestar sus servicios, en todo tiempo, de mucha importancia para su querida ciudad de Ibarra.
Y es que siempre le acompañó, y le acompaña todavía, el fuego interior que impulsa a las más nobles acciones. Es el Vicepresidente Fundador de la Cruz Roja Provincial de Imbabura y el primer Gerente del Banco del Pichincha, Sucursal de Ibarra. Sin embargo, atendiendo a un llamado oculto que le hiciera el Libertador Simón Bolívar desde su cima gloriosa, en Diciembre de 1939, funda la Sociedad Bolivariana de Ibarra, filial de la del Ecuador. Y aquí, lo hemos visto, con la mística del primer bolivariano de Ibarra, rindiendo culto constante al Padre de la Patria y Libertador de cinco Naciones. Guiado por la estrella resplandeciente de Bolívar, superhombre de América, el Dr. Joaquín Sandoval, a través de 25 años, ha realizado una labor de alta relevancia dentro de la sociedad que él preside con unción verdadera. Es que el Dr. Sandoval es el patriota bolivariano que emerge del fondo de la historia, y se entrega al Libertador y a la causa de la libertad. Tan acendrado es su amor y admiración al grande hombre, que establece la biblioteca bolivariana donando 3.000 volúmenes extraídos de la biblioteca de su propiedad y por su iniciativa se logra levantar una columna con la efigie del Libertador, a orillas del Tahuando, en el mismo campo de la gloriosa batalla de Ibarra en donde Bolívar derrotó a las huestes invasoras de Agustín Agualongo, y concurre además a varios congresos internacionales bolivarianos de Caracas y Bogotá, eventos en los cuales le distinguen con el honor de la Vicepresidencia. Y, por fin, en el mismo campo de la batalla de Ibarra, junto al parvo río Tahuando, se halla construyendo el Parque Bolivariano. He aquí, señores, en comprimida síntesis, la obra sobremanera fructuosa, hasta nuestros días, del Dr. Joaquín Sandoval Monge. Poderosas razones han tenido muchas instituciones públicas para entregar al Dr. Sandoval sendas condecoraciones, reconociendo los méritos que adornan su personalidad. La última, entregada por el gobierno del Dr. Oswaldo Hurtado Larrea, en el grado de Comendador, es el testimonio de reconocimiento al eminente ecuatoriano que orientó su vida, ufanamente, para servir a todo el país. Vivir mucho, señoras y señores, no significa nada si no se ha vivido bien, con sentido moral, poniendo en práctica los valores del espíritu al servicio de la sociedad. Y el realismo
del Dr. Sandoval ha sido el amor a sus semejantes, a la verdad, con el patriotismo que engrandece, practicando la justicia, la rectitud en el comportamiento, la perseverancia en el trabajo, y todo ello con la conciencia limpia que da la tranquilidad del alma. Esta es la efigie, señores, que se presenta en el esplendoroso Véspero del Dr. Joaquín Sandoval. Bienhechor de la Sociedad Ibarreña, su vida la entregó en favor de su ciudad desde edad temprana. Sus relaciones en el campo de la amistad han tenido el signo del caballero ibarreño. Su dinamia y su talento no dejaron un solo minuto para planificar acciones saludables. Dueño de una fortaleza de cuerpo y de alma, ha llegado a la edad provecta, admirado, respetado y querido de sus conciudadanos: hoy es el hijo predilecto de Ibarra y el ciudadano que ha dado altísimo honor a Imbabura. Jamás se separó de su regazo materno: la vida de Ibarra y aun de la provincia fue su vida; es el patricio de aquellos que, aparecen, de vez en cuando, para enriquecer la historia de esta bella ciudad. Espíritu forjado en las fuentes de la cultura universal, el Dr. Sandoval, con el prestigio de su nombre y con el triunfo de su persona, seguirá viviendo en cada una de las instituciones a las que él ha entregado su obra, su acción, su trabajo perdurable. En el Núcleo de Imbabura de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, el Dr. Sandoval es su miembro fundador y en él se levanta -volvemos a repartirlo- su colaboración como paradigma de constancia y eficacia condignas a la grandeza de su responsabilidad y altruismo.