Hombres Ilustres. Lucio Tarquino Páez DATOS BIOGRÁFICOS DEL DOCTOR LUCIO TARQUINO PÁEZ Ilustre Ibarreño que dio honor y lustre a su ciudad natal
Hizo sus estudios primarios y secundarios en Ibarra, terminados los cuales ingresó a la Universidad Central de Quito, se graduó de Abogado el 31 de Mayo de 1929 con ONCE PRIMERAS. Ha ejercido la Profesión con verdadero éxito y prestigio durante 42 años, en defensa de pobres y ricos, siendo su norma el recto cumplimiento de la Ley. Del Doctor Lucio Tarquino Páez desempeñó importantes cargos: Secretario Relator y Conjuez Permanente de la Corte Superior de Ibarra. Profesor del Colegio Nacional “Teodoro Gómez de la Torre”; Presidente del Muy Ilustre Concejo Municipal de Ibarra, durante los años 1940 y 1942-1943 y 1944. Ha sido Diputado por Imbabura a cuatro congresos y a la Asamblea Constituyente de 1946. Presidente de la H. Comisión Permanente Legislativa, en cuyo salón de Honor fue colocado su Oleo. Fue Procurador General de la Nación y Miembro Nato del Consejo de Estado, en la Administración del Señor Galo Plaza Lasso. Desde 1964 Cónsul Ad-Honorem de Bolivia, en Ibarra, etc. etc.
El Doctor Páez es merecedor de la gratitud de Ibarra y de la Provincia de Imbabura por su gran obra en beneficio del saneamiento de Ibarra contra el Paludismo. IMPORTANTE LABOR DEL DR. TARQUINO PÁEZ EN LA SALUBRIDAD DE IBARRA Y LA PROVINCIA DE IMBABURA. Desde tiempos primitivos la ciudad de Ibarra venía siendo presa de la temible enfermedad de paludismo o fiebres tercianas. Tanta fue la fama de este mal que ya nadie quería venir a vivir en este suelo. El éxodo era cada vez mayor. El Paludismo era causado por los piquetes de un insecto conocido con el nombre de zancudo anofeles, el mismo que hacía su millonaria ovación en los charcos de agua detenida a orillas del río Tahuando, en los pantanos del Chota y en todo lugar donde había agua en putrefacción. El hospital de la Villa y luego de la ciudad no daba cabida a tantos enfermos del paludismo. Hasta el año 1942 nadie había tomado en serio este terrible azote en la salud de nuestra Provincia. En el mentado año estaba de Presidente del Muy Ilustre Concejo Municipal de Ibarra el progresista y ejecutivo Doctor Lucio Tarquino Páez. Interesado cual ninguno de la salubridad de nuestro pueblo, viajó a Quito, se puso al habla con el Presidente de la República Doctor Carlos Arroyo del Río. Le dijo: “Solamente un favor quiero pedir a su Gobierno, esto es que me apoye para emprender la campaña de salubridad de Ibarra y la Provincia de Imbabura. El terrible Paludismo, diezma cruelmente la población” El Doctor Arroyo acogió con entusiasmo este pedido, Contestándole de inmediato: “Lo prometo Doctor Páez y lo haré”. El año de 1940 el Doctor Benjamín Wandemberg, juntamente con el Doctor Jaime Rivadeneira ejecutaba UN PLAN PILOTO de lucha contra el insecto del Paludismo conocido con el nombre de “CAMPAÑA ANTIMALÁRICA”, en los valles del río Guayllabamba de la Provincia de Pichincha.
El Presidente de la República ordenó a estos dos sabios que pasen a la Provincia de Imbabura. De inmediato el Doctor Wandemberg, trasladó a Ibarra su equipo y nombró Jefe de Campaña al Doctor Jaime Rivadeneira. Este patriota Ibarreño se dedicó con todo entusiasmo a la tarea de ir desinfectando los valles del Chota, del río Tahuando y todos los charcales de Yuyucocha, donde encontraron abundante ovación del anofeles. En esta obra redentora gastó el Doctor Lucio Tarquino Páez, el Doctor Jaime Rivadeneira los mejores años de su juventud, son el símbolo de nuestra salud en nuestra hermosa Provincia de Imbabura, para quienes será la imperecedera gratitud de todas las generaciones de ibarreños e imbabureños. Por los años 1950 y 1951, se hacían los últimos toques de saneamiento en la parroquia de Lita, con lo que quedó toda la provincia de Imbabura libre de tan temido flagelo. Con mucha razón podemos decir que, así como para Guayaquil, el Doctor Idogoyo Noguchi fue el hombre que desterró la peste de la fiebre amarilla, para Imbabura y su bella capital Ibarra, el Dr. Jaime Rivadeneira, es el símbolo de la Salud, de nuestro suelo porque nos libró del Paludismo azotador. Por esta obra redentora el Gobierno del Ecuador, le concedió una brillante condecoración. El año 1955 nuestra Municipalidad le galardonó con la insignia de “Miguel de Ibarra”.