Hombres Ilustres. Víctor Manuel Guzmán (1884 - 1949) Nació en la ciudad de Ibarra, el 30 de Marzo de 1884 y falleció en la misma ciudad el 1 de Marzo de 1949. Patricio ibarreño, genuino patriota, luchador infatigable por la terminación de La Magna Obra, que ya rindiera el tributo de su vida ejemplar, pero que dejara cimentado y crecido ese anhelar de su alma que fue el "El Ferrocarril del Norte", como el titulara a su Semanario en cuyas columnas su pensamiento vibró en defensa de esta Grande Obra. Dn. Víctor M. Guzmán, fue un hombre de alta valía ciudadana, de modestia sin par, de claro talento y de esfuerzo vivificador. Su palabra diáfana y convincente aclaró tantos problemas de índole localista. Y así, lo recordamos cuando desde la Cátedra, desde el Escaño Legislativo, desde la Presidencia del M. I. Concejo Municipal y, aún, desde uno de sus cúrales, batallaba incansable por el progreso de la ciudad, del cantón, de la provincia y, en especial, dirigía la proa de sus esfuerzos hacia las rumorosas ondas del Mar Pacífico. LABOR EDUCATIVA. – En Febrero de 1906, fue nombrado Inspector Repetidor del Colegio Nacional "Teodoro Gómez de la Torre", cargo de enorme responsabilidad, pues tenía la obligación de reemplazar a todos los profesores que no asistían a dictar sus clases. Un año más tarde fue nombrado profesor de Literatura, cátedra que desempeñó con innegable vocación durante 26 años consecutivos. Con esa entrega total, propia de los grandes maestros estuvo siempre junto a la juventud, a la que la estimuló constantemente. Desempeñó también las cátedras de Geografía, Historia, Instrucción Moral y Cívica. Su capacidad y constancia le mereció como justo premio, a su abnegada y delicada labor, el respeto y cariño de sus educandos y posteriormente el
reconocimiento de sus compañeros, al haber sido nombrado Vicerrector del Establecimiento, cargo que le desempeñó por el lapso de nueve años. En 1937 el Obispo de Ibarra, César Antonio Mosquera se empeñaba en la fundación de un Colegio Particular de Segunda Enseñanza y en la solicitud presentada al Ministerio del ramo para su creación, manifiesta que cuenta con los servicios de un eminente educador. VICTOR MANUEL GUZMÁN entonces aparecía nuevamente frente a la juventud estudiosa de Ibarra. Una vez fundado el Plantel "Sánchez y Cifuentes" le tocó ocupar el rectorado al Doctor Alfonso Gómez Jurado y a Don Víctor Manuel Guzmán, la difícil tarea de fundación (1938) Don Víctor, como así se lo llamaba cariñosamente, tenía modestia y sencillez; mansedumbre y humildad que para él fueron flores cultivadas con alta excelencia moral. LABOR LEGISLATIVA.Don Víctor al hablar de las representaciones del pueblo decía: "no comprendo cómo hay personas que desesperadamente y con avidez buscan o desean una representación ante el Congreso Nacional, sin tomar en cuenta la enorme responsabilidad que trae consigo el cumplimiento a conciencia de un mandato democrático; cuyo ejercicio impone obligaciones y no da meritos a quienes antes carecían de ellos. El Hombre vano busca lisonjas, el superior las desecha". Concurrió al Congreso en 1923 representando a Imbabura y allá fue con virilidad y decoro. Desde su primera intervención sus colegas de Cámara, de toda tendencia política le respetaron y su voz pausada e inteligente se hacía escuchar cuando la ocasión así lo requería. Su meta y su noble "consigna" fue la defensa del Ferrocarril a San Lorenzo; y a ello se entregó con tesón, con grave quebranto de su salud. La prensa nacional elogiaba en sus editoriales la decidida y valiente labor del representante imbabureño. El Diario El Comercio comentaba en su "Crónica Parlamentaria" sus
intervenciones otorgándole el grado de "Coronel" por su infatigable lucha. Consiguió las más grandes asignaciones económicas en favor de la provincia. En 1924 asistió nuevamente y por primera vez participaba en la ceremonia de la Transmisión del Mando Presidencial. Alejado de vanidades mezquinas, cuando en la casa del Presidente electo se hallaban los amigos y las autoridades del nuevo gobierno, la casa del ex Presidente se encontraba vacía. Llegó hasta ella y entró en el Salón Amarillo encontrando al Dr. Tamayo completamente solo y con la mirada en el cielo. Después del saludo le dijo: ¡Ah!, las glorias humanas cómo se esfuman y cómo los cortesanos de ayer desaparecen. También debía asistir en 1925, pero la transformación juliana rompió el orden constitucional. En 1937 concurrió a la Asamblea Constituyente posterior al Gobierno de Federico Páez. Esta Asamblea fue disuelta el 22 de Octubre por el golpe de Estado del General Alberto Enríquez Gallo y le tocó en suerte PRESIDIR la última sesión, fue designado Diputado Suplente por la Educación Particular y asistió por treinta días a la Asamblea Constituyente de 1.944. Defendió ya ardorosamente entonces el VOTO OBLIGATORIO que sólo después logró plasmarse este gran derecho Cívico para los ecuatorianos. En la Asamblea de 1946 luchó fervientemente por la libertad de prensa. Fue adverso a la creación de las instituciones burocráticas como la Vice Presidencia de la República, las representaciones Funcionales y las entidades autónomas. En 1947 de acuerdo a la Ley vigente, se realizaban las elecciones y resultó electo Senador por Imbabura. Siguió siempre defendiendo la magna obra del Ferrocarril a San Lorenzo. En esta oportunidad consiguió la creación de un impuesto de DIEZ CENTAVOS por quintal transportado por el ferrocarril, con el fin de procurar la erección de un monumento al Dr. Pedro Moncayo y Esparza. También, por esa estrecha y sincera amistad con el poeta laureado Don Pablo Aníbal Vela, consiguió una pensión vitalicia para su sostén, pues tan distinguido hombre de letras padecía de ceguera completa.
LABOR PERIODISTICA. – Jamás escribí, decía Don Víctor, atizando rencores ni falté a la más elemental y estricta verdad; siempre escribí con guante blanco, cual corresponde a la ética periodística. "Desde muy joven sintió inclinación por el periodismo y escribía en calidad de Corresponsal en: El Grito, El Telégrafo, El Tiempo, El Día y El Comercio, sus artículos fueron siempre bien recibidos y nunca se negó su publicación. En Quito se había fijado como iniciación de los trabajos el 10 de Agosto de 1917 y creyó oportuno aportar consigo más a la causa del ferrocarril. Y en esa fecha aparece el primer número del "Ferrocarril del Norte" que fue recibido con general y unánime aplauso. Se inició el Periódico con la colaboración de J. Nicolás Hidalgo, como redactor, Tobías Mena como administrador y con la colaboración literaria de Pasquel Monge. Dura y difícil la tarea periodística en la cual se cosecha a cada paso injusticia y sinsabores, pero muy pronto en ámbito nacional se hablaba de la aparición del FERROCARRIL DEL NORTE, de eso que al comienzo parecía una aventura periodística y muchos fueron los escritores que comentaban favorablemente y estimulando a su promotor. Desde 1918 hasta mayo de 1943 se editó en la Imprenta de la Sociedad de Artesanos y su primer año en la Imprenta de Don Miguel Madera. Una lucha sin tregua y llena de orientación y fe patriótica fue la de Víctor Manuel Guzmán con su primer Semanario en Ibarra. Cada aparición era una clarinada de verdad y un golpe duro en las puertas de los sordos, cuando algo le faltaba a la obra del Ferrocarril a San Lorenzo. Víctor Manuel Guzmán ocupó por repetidas ocasiones la Presidencia del Municipio de Ibarra, al que sirvió con sinceridad desde 1906. El 10 de Marzo de 1949, cayó la pluma inteligente. Se calló la voz viril que defendió una causa. Se apagaba esa luminosa inteligencia. Y Don Víctor Manuel Guzmán, en medio de su humildad y sabiduría apagó su existencia. El hogar perdió un ser querido y la Patria un servidor.