16 minute read

Mi boca está desapareciendo MEZA AVENDAÑO ASHLEY La máquina de escribir

Una chica de mi salón me invitó a su fiesta, y vi la oportunidad perfecta para acercarme a mi salón y hacerme su amiga, terminé diciendo muchas cosas que no quería decir, las mentiras de mi boca se salieron de control, solo quería quedar bien con la gente, ellos le contaban sus asuntos y yo les fallé al decirle a todo mi salón.

Días después empezaron los rumores, y toda la gente que los esparcía, decían que yo lo dije, y sí dije muchas cosas pero ellos las exageraban al punto de que me convirtieron en la mala de la historia.

Advertisement

Mi boca no paraba de decir secretos y mentiras y así seguí por muchas semanas, gente que me hablaba mal, yo decía sus más feos y oscuros secretos, sé que está mal pero me defendía de ellos, pues no eran de fiar.

La gente me empezó a odiar y el chico que me gustaba Apolo al inicio me habló, pero después … se alejó al igual que todos. Terminé sola de nuevo… Mi boca estaba desapareciendo. No tiene sentido de que siga aquí conmigo. Regreso lo que mis padres un día me dieron cuando nací, no quiero volver a cometer el mismo error.

Ojalá me disculpen mis amigos…

MEZA AVENDAÑO ASHLEY

La máquina de escribir

Renovar la casa se estaba convirtiendo en un proceso muy laborioso. Mi espalda me empezaba a doler por cargar tantos objetos y me empezaban a dar alergias por tanto polvo. En momentos mi tía me llamaba para continuar pintando o para ayudar a desempolvar cajas y cajas de objetos que nos encontrábamos.

Subí las escaleras de madera las cuales dejaban pequeños chillidos detrás de cada paso. Mi corazón se iba tranquilizando lentamente. El subir al segundo piso siempre me había cansado por las pocas fuerzas que tenía.

Dirigí mi mirada a las puertas de mi alrededor y enfoqué mi vista en el cuarto que mi tía designó para mis pasatiempos. Limpié una telaraña de la manecilla fresca y la giré.

Tomé un paso dentro y sorpresa iluminó mi cara. La casa ya aparentaba antigua, como una de campo de los 1800 's. Pero el cuarto… ese sí tenía muchos elementos de esa época… Tenía varias misceláneas que le creaban otro ambiente más cercano al de aquellos tiempos.

Sobre un escritorio se encontraban una máquina de escribir, libros, un reloj y un espejo de mano. Me acerqué y suspiré. El olor a los muebles de madera llenaba el aire. Me quedé imaginando cómo sería el tiempo en el que alguien estuvo ahí por última vez.

Tomé un asiento a un lado del escritorio con temor a que la silla se desmorone pero sorprendentemente estaba bastante firme a pesar de sus años.

Saqué un trapito de mi bolsillo para iniciar a desempolvar el objeto mecánico que sobresalía de los demás, pero al fijarme bien noté que este se encontraba completamente limpio. Un papel todavía se encontraba puesto en tal y tenía un mensaje…

Curiosidad llenó mi mente, sin pensarlo presioné las teclas en respuesta.

Un sentimiento extraño pasó sobre mí. Un escalofrío recorrió mi cuerpo y mis ojos se intentaban cerrar. Sentí la cabeza pesada y caí.

Un sueño profundo me navegaba por aguas coloridas que a la vez preservaban su transparencia. Mientras me encontraba ahí noté que miraba con los ojos cerrados. Me hallaba en tranquilidad pero al notar esto y además el desconocido ambiente, algo de preocupación empezó a emerger en mí. Las aguas serenas comenzaron a cambiar, moviéndose y alborotando sus colores. Mis manos alcanzaron hacia unas ramas y me impulsé hacia ellas.

Desperté. El cuarto se veía completamente limpio contrariamente a como aparentaba hace unos momentos. Sus colores brillaban y todo parecía nuevo, como si fuera un lugar completamente diferente. Un suave aroma a lavanda se apreciaba. Me puse de pie y levanté la silla. Algo captivó mi vista... la máquina contenía un mensaje. "Con esto iras y vendrás".

Block de escritor

Letras flotan por el cuarto, en todos lados hay papel rociado. Tantas tareas, tantas ideas. Parece que hasta mis pensamientos están bailando. El cielo de afuera me inspira, lo tengo que escribir rápido que luego casi se me olvida. Constantes dudas de la capacidad de explicar lo que construyo. Mejor luego, que entonces podrá quedar perfecto como en mis pensamientos. Dibujos pasan por mi mente, ranas, lunas, gatos, relatos. A veces diría que se me hace fácil imaginar, pero puede ser difícil al procrastinar.

ONTIVEROS MORENO JUAN CARLO

2 mentes, una cabeza

Sácame de aquí, (lo único que pensaba, yo soy tu sombra), jamás disfruté esta vida, nunca pude tener una vida tranquila... (¿Qué no te has visto en un espejo?... eres un Monstruo, el mundo te desprecia, te odia, les aterras, así será por el resto de tu vida, será tu destino si no tomas acciones, eres su bufón, la gente se burla, y te pisotea, ¿quieres que así sea por siempre?, yo solo digo, veamos qué sucede... cuando su extraño experimente que somos nosotros, aparece... ¿cómo decirlo de manera blanda?, creo que no hay manera, solo por la soga, y nos vemos del otro lado hermanito...) nos vemos del otro lado...

Fin.

RODRIGUEZ JIMENEZ ROSANNA ITZEL

Distinta

Eres distinta, magnética, tu ser me llama cada vez más, ¿será porque somos iguales o porque somos diferentes? Tendré que averiguarlo. Ven a mí, quiero que seas tú la que viene a mí, tampoco falta mucho para eso. Llevo mucho tiempo observándote, me pregunto qué pensarás sobre eso.

Sé que te gusta escuchar música mientras te bañas, siempre tres canciones de aproximadamente tres minutos y medio cada una. Depende de tu ánimo la selección de esas canciones pero Enanitos Verdes, Soda Stereo y Artic Monkeys predominan mayormente, esa música no es especialmente mi favorita pero si a ti te gusta puedo dar mi punto bueno.

Siempre me pregunto si me amarías como yo a ti, ansío que sí. No me conoces, pero yo a ti sí, por lo menos estoy seguro de lo que siento, el miedo que siento al pensar que no me amas o amarás es inexplicable, eres mi todo, no tengo a nadie más, te quiero sólo para mí, te quiero más que a mí, hasta podría decir que te amo, no sé si esto es algo malo o bueno, que sin necesidad de haber hablado contigo, que sin siquiera saber cómo me tratarías aún te ame, que me enamore tu forma de sentir, de pensar, de actuar, de vivir. Simplemente eres mi sol.

Te hablaré hoy, en este preciso momento, llevo planeando esto por años, créeme, esto no es cualquier cosa para mí, sería un grandioso avance, si tan sólo salieran las palabras de mi boca. Te tengo justo frente a mí, no puedo reaccionar, no sé cómo reaccionar. • Oh, hola...— digo casi inaudible. • Holaa— dice muy alegre— ¿para qué querías que viniera? • Mmm… te tengo una propuesta, o más bien te quiero avisar que mañana nos vamos— le dije sonriendo. • Ajá...— dijo restándole importancia y se fue. Creo que le gustó la idea, no se quejó. Ahora sólo toca esperar a mañana, a llevarme a la persona que quiero, donde quiero…

ROMERO PEREIRA BRUNO ALESSANDRO

Luz Verde, Luz Amarilla y LUZ ROJA

Es el turno de la tarde en la Estación de Policías todo parecía bastante normal incluso más tranquilo de lo común pero algo inquietaba a Lucia Hard, ella Tenía un presentimiento punzante, como una alarma, un aviso o una luz amarilla aunque quizo sacarlo de su cabeza siguio dando vueltas en su cabeza ese presentimiento, intento hacerse de la idea de que era normal que ella tuviera ese tipo de presentimientos, ya que diario pasan cosas raras en el trabajo. Es normal desconfiar de algo que no conoces verdad?

Cuando apenas se estaba haciendo con la idea de que era mejor no preocuparse hubo un reporte de un secuestro de dos personas en un hospital, un guardia de seguridad y una enfermera, sin embargo lo curioso fue que un paciente no identificado fue aquel que secuestro a el guardia y a la enfermera, los testigos afirman a ver visto que ese individuo corría a grandes velocidades casi como si pudiera volar, las patrullas de la zona lo tienen ubicado, el sujeto entró con los dos cuerpos al bosque de los Pinos asechadores el cual desde hace varias décadas se recomienda atentamente que no se acceda al mismo.

Desafortunadamente Lucia es policía y su labor es ayudar a hacer la investigación sin embargo lo tendrá que hacer sola, ya que desde hace unas Semanas varios policías están desaparecidos y están cortos de personal. Aunque ella no tiene nada de ganas de lidiar con pacientes con esteroides un sentimiento de curiosidad la invade de repente todo su cuerpo.

En el bosque de los Pinos asechadores al Noreste del El Estado de Texas,

El bosque más famoso de Texas al ser el único con pinos en el Norte del estado de Texas aunque también es conocido por todos los animales salvajes, leyendas urbanas sobre espíritus asechadores que simulan ser pinos y bosque donde antes se practicaban sacrificios humanos ya que durante las noches se pueden escuchar gritos desgarradores y luces que aparentan ojos. Afortunadamente era un poco temprano y faltaban varias horas antes de que oscureciera así que tomó las llaves de su auto y emprendió su viaje, aunque no creía en las leyendas el aire pesado del bosque no le daba mucha confianza.

Cuando llegó a la entrada principal del bosque vio las patrullas de la policía que acaba de llegar para la investigación intento comunicarse por medio de la radio sin éxito alguno así que decidió ir sola en auto por el bosque sin pavimento.

Pasaron los segundos, los minutos y Lucia sintió que solo estaba dando vueltas y le estaba haciendo tarde, ella estaba muy nerviosa se sentia como una niña perdida, los pinos eran gigantes y  delgados casi como dedos que la estaban encerrando, para empeorar las cosas se le había ido el tiempo, las horas pasaban más rápido de lo que ella recordaba el cielo se volvía más oscuro y hacía que los pinos se vieran más gruesos y la neblina empezó a caer del cielo atardecido.

De la nada ella sintió un fuerte dolor en el pecho y al segundo escucho unos gritos desgarradores a lado de su oído que sonaban como un coro desorganizado, pero en vez de estar cantando una dulce melodía estaban suplicando, implorando, rogando por ayuda. Un miedo como ningún otro la penetro agacho la cabeza y la recargo sobre el volante, no quería saber lo que había delante.

Conforme seguía en el camino los gritos empezaron sonaron más y más como un murmullo hasta que los agonizantes gritos de dolor se volvieron suspiros del viento rozando hoja tras hoja. Lucia sentía que el corazón se le iba a salir del pecho, ella no sabía si estaba delirando o todo era real.

Al contrario de la mayoría de las personas ella después de pasar por esa experiencia de miedo extremo se sintió frustrada, por sentir más miedo de un simple bosque que de lo que ella normalmente pasa diario, como lo son las armas de fuego, miedos racionales, ella queria ya no queria acabar con todo los mas rapido posible, ellas querían acabar con todo en ese momento.

Cuando por fin la mayoría del miedo se filtró de su cuerpo decidió mirar al frente. Observó una casa bastante grande, vieja y descuidada. Lucia quiso comunicarse con una estación de policía sin embargo otra vez no tuvo éxito, así que decidió dejarse llevar y tomar a el toro por los cuernos.

Me pregunto ¿Habrá valido la pena?

Lucia se percató que había una luz prendida dentro de la casa así que decidió avanzar. Conforme ella iba avanzando el piso c volvía más resbaladizo, le costaba más mover las piernas y caminar, hasta que se acercó suficiente a la puerta para poder abrirla tuvo un escalofrió que recorrió todo su cuerpo por

minutos, pero luego recordó que ella ya había tenido esa sensación, ese escalofrió que tu cuerpo usa como última advertencia, una luz roja, ella ya había tenido esa experiencia con ataques de carteles, traficantes etcétera y fue eso mismo lo que la impulso a seguir adelante.

Tomó un hondo respiro como si fuera el ultimo y abrió esa puerta. La puerta no tenía seguro y esta al abrirse se deshizo en pedazos por el suelo como si fuera porcelana. Lucia se percataba mientras inspeccionaba la casa y pasaba por todos los cuartos discretamente que el lugar olía a humedad pero al mismo tiempo olía a incienso. Después de ver todo el primer piso decidió subir y avanzar en el segundo, terminando el segundo piso siguió con el tercer y último piso donde solo era un cuarto pequeño.

Cuando entró al cuarto y empezó a inspeccionar la puerta se empezó a cerrar lentamente, Lucia desesperadamente quiere abrir la puerta, pero luego escucha un chirrido de la madera del piso y el techo lo que la paraliza de los pies hasta la cabeza.

La puerta por fin se abre, el techo está goteando y dejo de oler a incienso, ahora huele a hierro oxidado toda la casa. Lucia tuvo suficiente quiso Salir corriendo de la casa por las escaleras, pero eran demasiado resbaladiza con ese liquido misterioso así que fue cuestión de tiempo que ella terminara cayendo.

Las escaleras se destrozaron completamente haciendo que Lucia cayera en varios pisos de altura, ella terminó cayendo a un pequeño cuarto subterráneo casi inundado. Una muy tenue luz ilumino el cuarto que mostro que el cuarto no era tan pequeño.

El cuarto estaba lleno de personas mutiladas y colgadas de los brazos, piernas y pegadas a la pared con la piel fundida en la pared que claramente estaban todavía respirando por que los sonidos de agonía eran imposibles de ignorar. Muchos estaban ciegos con quemaduras de segundo y tercer grado por toda la piel. Niños, mujeres y hombre de todas las edades, Lucia instantánea mente reconoció que varios eran sus compañeros. El líquido que inundaba toda la sala no era más que sangre.

Lucia estaba completamente paralizada cuando escucho la voz de sus compañeros algunos suplicando con dolor ayuda y otros gritando con voz ronca que hulla. Hasta que el corazón de Lucia dio lo que pudo haber sido su ultimo latido tirándose al suelo lleno de sangre.

Cuando ella despertó estaba completamente desnuda y vio a una mujer joven con un uniforme blanco con una gran cruz en su frente que la estaba amarrando a una cama de fuerza con lágrimas y sudor en todo su cuerpo, no había duda de que era la misma enfermera desaparecida.

Lucia completamente aturdida escuchó una risa en el fondo de la recamara, vio un gran hombre con ropa blanca acercando a ella y cuando él se acercó lo suficiente a ella se agacho y le susurro a al oído “ no te preocupes, no te va a matar, pero vas a desear estar muerta”.

Cuando el hombre se pudo de pie el hombre dijo en voz alta ”Damas y caballeros, niños y niñas si me permiten hacerles una pequeña pregunta un poco absurdo porque creo yo que es un poco clara ¿Que creen que da más miedo? un simple asesino serial que acaba con su comida y no deja huella alguna de su acto o un verdadero depredador que le juega con su comida, hace sentir a sus patéticas presas que tienen una mínima oportunidad contra él y no tiene vergüenza de dejar rastro. Jajá lo es un poco absurdo pero bueno es saludable sentirse un poco orgulloso. ¿no lo creen? Saludable…”

La muñeca

Ya llegaba la noche y se sentía un poco frío, decidí tomar un baño caliente mientras esperaba a que se hiciera el café, mientras me recuesto lentamente en la bañera sentí como una sombra negra me miraba, me levanté e ignoré la sombra, fui por mi taza de café a la cocina y mientras caminaba sentí como la muñeca de mi madre me veía, la agarré sin miedo y fui por mi café, me subí a mi habitación y dejé la muñeca en el mueble mientras me cambiaba, después me dormir, a la mañana siguiente vi que la muñeca no estaba, me paré y la busqué creyendo que la moví de lugar, después de un rato no la encontré y fui a hacer el desayuno, a la hora de sentarme vi que la muñeca estaba en mi lugar y solo la levanté y la puse sobre la mesa, me empecé a preocupar, a sentirme sola y asustada, creí que solo no recordaba donde la ponía pero después de unos días pasaba más seguido, la muñeca tenía algo en ella, una noche ya no aguanté el miedo ya que se movían mis cosas y el piano se tocaba solo, traté de buscar ayuda para ver quién podría sacarme este miedo de mí, en mi casa solo era yo ya que mi mamá trabajaba todo el año y no contestaba, un día como no encontré a nadie y tenía miedo, agarré la muñeca y salí a tirarla, cosa que me afectó más ya que ella se enojó, empezó a fastidiar mucho.

El piano se tocaba solo todo el tiempo, y yo sabía que ella lo ocasionaba, traté de decirle que parara pero no lo hizo, continuó haciéndome la vida imposible, yo ya casi no dormía por tanto ruido y por frío, porque a la hora de dormir me quitaba las sábanas, aunque traté de llevar las cosas en paz, ella parecía que no quería, mi desesperación era tan grande que ya no pude más. Mejor decidí irme de la casa, dejar todo ahí y no tener miedo de nuevo, pero fue para mal, ella siempre me acompañará hasta en mi muerte.

SELVA GONZALEZ VÍCTOR

El escorpión

Una escritora se encontraba en su casa, cansada y pensativa en su sótano, que funcionaba como oficina. Cansada y pensativa, consideraba qué iba a hacer para su siguiente proyecto. Se encontraba estancada, y sin ideas se encontraba, como si se le hubiera olvidado cómo redactar. Ahí seguía, hasta que notó que la acompañaba alguien, un escorpión. Fue un encuentro que no esperaba, nunca había visto a uno en persona. No sabía qué hacer, así que la ya estresada escritora salió corriendo hacia las escaleras que llevaban al piso de arriba, a la salida.

Se sintió un poco segura por un segundo, hasta que medio camino decidió mirar hacia atrás y vio que le perseguía ese animal. La escritora siempre les había temido a las criaturas, no le gustaría vivir una eternidad por la existencia de estos seres pequeños con varias patas.  “¡Maldito escorpión, debería de freírte!” gritó en miedo dirigiéndose hacia su persecutor. Se sintió como si hubiera pasado demasiado tiempo, cuando solo fueron unos rápidos segundos. Cuando llegó a la puerta, pudo salir de su casa, para finalmente sentirse segura. “Vaya, debería de hacer un libro sobre esa cosa” pensó, antes de conseguir ayuda.

Aun con la música molesta, las voces y ambientación no tan agradable que acompañaba al lugar donde nos encontramos, no podía evitar fijarme en cada detalle sobre él; la sangradura notable por como posicionó su brazo, sus ojos que evitaban encontrarse con los míos, su filtrum muy marcado que complementa tan bien sus labios, el sutil brillo de su cara por la grasa que generaba, y su sonrisa incómoda por esforzarse en no reír de manera nerviosa. Sus manos no dejaban de jugar con un plastinudo que encontró en su bolsillo, “que bonitas manos” no dejaba de pensar yo mientras lo observaba. Lo admiraba fijamente sin que me importara el parecer extraño, no podía resistir, me gustaba mucho hacer eso.

De vez en cuando yo continuaba bebiendo el poco giste que quedaba de mi bebida, y aun intentando distraerme con eso mi mente no dejaba de dar vueltas como si se encontrara atrapado en una lemniscata. No conversamos mucho como ya lo habíamos hecho demasiado las últimas horas, solo nos acompañamos en silencio disfrutando de la compañía del otro. Me encontraba cansado pero aún no me quería ir, prefería tallar mis ojos soñolientos al punto de solo ver fosfenos que dejarlo. Me preguntaba cuáles eran sus razones para quedarse aun siendo tan tarde, continué pensando en eso horas después. Este peculiar momento sereno me hacía sentir más satisfecho que conversar, aunque me dolía no poder decirle todo lo que tenía flotando en mi cabeza.

500

This article is from: