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UVALLE MINJAREZ CARLOS EMILIO Animal pequeño Ofelio el Dios del Apocalipsis
El aire se impregna de muerte y brisa marina, el sabor metálico de la sangre se combina con el salado aire del mar tempestuoso y el sudor que cubre las pieles desgastadas de los sobrevivientes, produciendo un aroma asquerosamente agradable, los alaridos de auxilio son ahogados por los gritos del océano, igual que como los más afortunados se ahogaron entre las olas del mar, la madera húmeda y ardiente se adhiere a la piel casi quemada por el sol, dejando una punzante sensación de dolor, a la derecha solo hay mar, a la izquierda hay muerte en forma de viseras rojas, a las espaldas los bramidos del mar, y de frente hay un grupo de esqueléticos hombres, si aún se les puede llamar así, viviendo el infierno marino, muertos en vida, cubiertos de sangre propia y ajena, el ardiente sol deforma sus rasgos, dando lugar a horribles rostros, que seguramente son solo la sombra de las deformadas caras que en realidad poseen, la boca tiene un sabor a cobre, producto de la sangre carmesí que sale de las grietas en la lengua y labios, la sed es brevemente saciada por el líquido rojo, pero pronto vuelve a azotar, al igual que el hambre está azotando por días, en la barca no hay espacio para más personas, igual que en el ambiente no hay espacio para la moral.
UVALLE MINJAREZ CARLOS EMILIO Animal pequeño
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Había una vez perro muy pequeño el cual tenía de nombre “chingaderita”. chingaderita era un perro feliz. Chingaderita vivía muy a gusto, pero un día se salió de su casa y se perdió. Podía apreciar este inmenso mundo con tecnologías hechas para embonar con partes del cuerpo humano.
Un día Chingaderita seguía paseándose por las calles, cuando de repente vio a un perro más grande que se lo averiguo y lo mato destripándolo y desmembrándolo en una escena abominable digna de una película de guinea pig.
Chingaderita murió y no hay nada que podamos hacer para que vuelva, está en la inexistencia y ahora es mucho menos que una Chingaderita, simplemente se volvió nada, desapareció y eso nos espera a todos nosotros independiente de que ganemos mucho dinero o cumplamos todas nuestras metas, porque así como a nosotros no nos importa la vida de chingaderita, al universo no le importa nuestras vidas y para este no somos más que... chingaderitas.
Ofelio el Dios del Apocalipsis
Ofelio se encontraba tranquilamente con su pareja estando a punto de perpetuar el beso del payaso con ella. hasta que de manera espontánea Ofelio comenzó a oler un olor desagradable que no parecía ser la sangre que caracteriza este acto. Él podía percibir claramente un olor a suadero en la vagina de la dama. Pero como él había comido suadero, teorizo que se trataba de su propio aliento. En ese instante Rofoldo
quedó muy confundido, pero sería muy extraño preguntarle a su pareja si conoce la causa del olor peculiar.
Ofelio interrumpió el acto para cepillarse los dientes, pero el estar nervioso y no encontrar un cepillo de dientes se cepilló con su propio miembro viril. Por ende cuando termino de realizar su auto felación, ya no tenía mucho caso querer pecar con su dama, ya que quedaría muy cansado y le podía dar un ataque cardiaco como alguna vez ya le había pasado en una situación similar.
Así que prefirió escaparse por la ventana del baño y agarró un paraguas y se lanzó para ver si le pasaba como a Marie Poppins, pero al caer se rompió las 2 piernas y casi muere. Tras los vecinos darse cuenta de la caída de nuestro protagonista, llamaron a una ambulancia para nuestro protagonista.
2 semanas después Ofelio despertó de un coma pero se percató de que ya no tenía las piernas, dio un clavado de la cama hacia una silla de ruedas que estaba al lado pero se metió un buen Madrazo. Después de intentar subirse a su silla de ruedas repetidas veces, logró sentarse. Ofelio salió de su habitación pero al buscar gente se percató de que no había nadie. Tras buscar gente un buen rato por fin encontró a otro paciente sin piernas llamado Juan, que le había pasado una situación similar a Ofelio, sólo que él iba a hacer el beso negro en vez de el del payaso.
Después, Ofelio y Juan salieron del hospital y vieron a muchos zombis yendo hacia ellos. Pero afortunadamente les tocó por suerte un camino de bajada y pudieron escapar de ahí. Pero como la silla de ruedas de Juan era pirata, la silla explotó y Juan murió. Para concluir, Ofelio se encontró con un grupo de supervivientes que solamente lo usaban de carnada contra los zombis. Estos le explicaron a Ofelio que lo qué pasó fue que una especie de parasitó o bacteria que solamente afectaba a unos cuantos insectos, terminó evolucionando y dejó en jaque a la humanidad. Ofelio murió 3 años después por intentar hacer el beso del payaso con una zombi.
CUE FIMBRES VIANCA
La sensación de querer soltar lágrimas, mientras tantos acontecimientos están pasando a mi alrededor, mirando a la gente a mi lado sin alguna señal de vida, sintiéndome ahogado, ahorcado, el nudo en mi garganta creciendo con el tiempo, no tener una palabra para expresarlo, para sacarlo de ahí, sentir a mi estómago pidiendo ayuda, pero encontrándome en la misma situación que él, no saber qué hacer, pensar, sentir, el estado de shock tomando control sobre mi cuerpo. Mientras veo a mi alrededor solo puedo entrar en un momento donde deseo, con anticipación, arrancarme el cabello, mis manos tiemblan, mis dientes rechinan, entro en desesperación, el pánico toma el mando y me lanza al mar que se encuentra a unos pasos de mí, tomar un poco de agua, flotar un poco mientras mis ojos deciden cerrarse por sí solos, y lentamente irme rindiendo, hasta llegar al fondo.
1845, las personas alrededor de las calles gritando con pavor, pánico. 17 de febrero; un día normal, rutinario y aburrido, es el comienzo de todos mis días, caminando exhausto hacia el instituto, deseando que las 24 horas terminen pronto, escuchando gritos por las calles, personas quejándose de sus propias vidas, reflejando lo miserable que son, normal; ¿Pero porque hoy los gritos no suenan como lo ordinario?
Dudoso, le hecho un vistazo a mi alrededor, mi boca se abre en forma de “o” cuando veo personas corriendo, pasándome una y otra vez, no pensando mucho de ello, sigo con mi camino, la gente es tan exagerada. Coloco mi mirada en mis pies y noto el suelo temblando un poco, decido romper mis pensamientos una vez llamados “egoístas” y volteó a ver a mis lados para preguntar qué está pasando, a mi sorpresa, no había nadie caminando calmadamente como yo; corro al límite que permite mi cuerpo, alcanzando a unos jóvenes; “¿Alguien me puede decir que pasa?” Suspiró tratando de tomar aire. “Nadie sabe, cosas extrañas han estado pasando desde la mañana, es mejor huir de aquí.” Sigo corriendo, pasando a los jóvenes, tratando de buscar un par de personas que conozca, nadie; mi vista comienza a experimentar cambios, algo borrosa, tierra cayendo sobre mis ojos, mis pies rindiéndose en mí en el peor momento. Las personas alrededor de las calles gritando con pavor, pánico, el mundo derrumbándose lentamente hasta llegar a su fin, 1845.
Codex Seraphinianus
Victoria es ella, es su nombre, la gran mujer que representa carisma, empatía, amor incondicional, ya sea propio o general; es perfecta. No es una cosa, no es un accesorio, es la vibra- el ser que ilumina el camino de todas aquellas personas que deciden ser la mejor versión de sí mismas, gran Victoria, el tesoro más preciado, el amor que te tienen es equivalente a envidia de cualquier humano en el universo, eres lo que todos buscan; “¿Porque no logras verte de la manera en la que yo te veo?” Eres tan especial, tan preciada, tus rizos dan alegría, tus expresiones sin emoción alguna son indiferentes, el arte de verte, entenderte, es lo más significativo para un mortal cualquiera, déjate ver, no eres parte de mi imaginación, no eres mi versión perfecta, en la que me deseo convertir, ya existes, por favor, Victoria, sal.
Día de muertos
Esto va para los que ya dieron su salto para los que desde hace rato ya los llamaba la muerte o los que simplemente solo tuvieron mala suerte para ellos yo redacto este canto.
Siempre me levanto con la idea inerte de que me des un espanto sería el susto más bello y a la vez el más fuerte pues sería como un destello el simple hecho de verte y el dejarte atrás me dio un gran sobresalto.
Esperando de modo paciente el día de la catrina desde mi casa a la cantina y de ahí al panteón mientras de fondo suena el tambor de la canción latina.
De las que tu escuchabas cuando vivías como un león y pido de todo corazón a la muerte o a una esencia divina que donde sea que nos esperes descanses como un campeón.
El hermano de Edward
Como el hermano de Edward, era mi culpa y a la vez, uno de los más juzgados de la situación, no me gustaba esta vida, no podía hacer nada por mi cuenta, siempre que quería algo, tenía que pedírselo a Edward o simplemente, no lo pedía, era un infierno, parecía que me dieran cadena perpetua apenas nacer, solo podía desahogarme con Edward en las noches, pero la última noche, también le pedí un favor.
-Edward, ya no aguanto esto, tal vez tu no lo notes porque siempre te miran feo a tus espaldas, pero yo estoy a tus espaldas, me trago cada mala cara, cada cara de burla y no puedo hacer nada, todo me lo tienes que hacer tú, no puedo buscar pasatiempos, no puedo ponerme metas porque no las puedo hacer, solo tengo una vida completamente vacía, no tengo amigos, hobbies, sueños, solamente estoy aquí, Edward, no sé si sea posible, pero ya no quiero vivir, quiero que acabes con esto- Edward intentó calmarme, pero ya estaba decidido, Edward se negaba a hacerlo, sin embargo, desde ese día yo le gritaba y lloraba que
lo hiciera, le decía todo que quería morir, incluso le decía que lo odiaba para intentar convencerlo, pero por fin había llegado el día, Edward no aguantó el sufrimiento y de una vez, me hizo caso.
Black Friday
Estuve desde la mañana en el mercado listo para que lo abrieran, me llevé mi mochila con comida para que no hubiera pierde, aun así, fui como el 4to en llegar. Tenía que estar ahí antes que todos, ya que los doctores nos dijeron que el corazón de mi madre iba a dejar de funcionar en poco tiempo y necesitábamos empezar a buscar algún corazón, era la primera y única vez que iban a dar un corazón, entonces tenía que aprovechar este momento más que nadie en el mundo.
Faltaban 5 minutos para abrir y todos estaban detrás mío como si fuese una corrida de toros, llegaba a escuchar a una que otra persona que querían buscar los corazones, pero yo tenía que ser el primero en llegar. En cuanto se abrieron las puertas, tuve que correr por los corazones, cuando menos me di cuenta, ya había como 10 personas enfrente de mí dirigiéndose a los corazones.
Llegamos a los corazones y todos estaban golpeándose por ellos, pero yo pude agarrar 1 sin que me vieran, iba corriendo a la caja, hasta que un hombre me dio un empujón que salí volando y ¡se me fue el corazón!, el hombre vio como solté el corazón y fue directo a él, mientras yo intentaba levantarme. El hombre casi llegaba a la caja, entonces me tuve que levantar rápido, pero cuando iba a correr por él, vi una pistola a lado mío que también estaba en venta, en cuanto la vi, se me ocurrió lo que cualquiera pensaría, pero ¿mataría a una persona por salvar a mi madre?, no lo dudé 2 veces y disparé, mientras el hombre caía, me levanté rápido por el corazón y fui a pagarlo. A los pocos días, ya estaba con mi madre recuperada del corazón y fuera de peligro, me sentía muy alegre, hasta que recordé lo que tuve que hacer, solo me mantuve manteniendo la sonrisa, solo recuerdo a mi madre diciéndome que al final podría quedarse más tiempo conmigo y yo respondiéndole que hice todo lo que estaba en mis manos para conseguir que siguiera conmigo.
GARZA INZUNZA JOSE ANGEL Los huevos seraphinianus
Estos huevos místicos en donde hay muy pocos de cada uno, cada 15 años uno de estos huevos es creado cada uno de ellos por una ave de cada elemento que este hueva tenga su aspecto, el ave muere después de
dejar el huevo y este huevo debe de estar en su mismo estado por doscientos años hasta que logre eclosionar, si logras tener uno de estos y logras guardarlo hasta la hora de tu muerte tu consciencia será inmediatamente cambiada a la del ave dentro, si en cambio tu intentas comer uno de estos huevos tu cuerpo lo ingiriera pero todo tu interior se empezará a convertir dependiendo de que elemento sea el huevo, por ejemplo, si es de fuego o lava todo tu interior será de fuego habilidades como la resistencia al fuego o escupir gotas de lava aparecerán pero todos tienes su contra parte las debilidades de este elemento es agua, si tu tocas agua siendo elemento fuego te debilitaras hasta estar al borde de la muerte y así con todos estos tipos de elementos.
Edward y Eddie
Yo solo cuido a mi hermano Edward le aviso si alguien lo está viendo o están hablando mal de él, en ocasiones esos insultos van más hacia mí porque una cara extra no es algo normal, no sé porque Edward lo toma mal si yo solo quiero a mi hermano, yo no me podía comunicar con las demás personas así que le susurraba todo mi dolor a Edward pero nunca me quería escuchar, siempre trataba de ser amigable con el pero de alguna manera hacia algo para ignorarme, me canse de esto ya no quiero estar más con él, lo maldecía todas las noches y ya no quiera ser más parte de este mundo, mi plan está funcionando, mis palabras cada vez lo hieren más y se atormenta de mí, me dice que pare pero aunque sea pequeño soy enorme, desperté de pronto y estábamos frente al espejo, le exclame “que pasa hermano tienes miedo o porque no me has enterrado ese cuchillo antes, sabes que moriremos los dos por eso no lo haces, sabes que es conveniente pero recuerda que los dos somos uno mismo pero tú eres solo un complemento, yo mando aquí nunca vas a conseguir…”, ni siquiera termine de atormentarlo más y de pronto vi todo en negro, me veía a mí con el cuerpo de mi hermano yo lo podía controlar, pero porque, yo nunca pude hacer ningún movimiento, en realidad, ¿yo siempre fui la segunda cara?
Llegaste en mi momento vulnerable Y te deje entrar Aunque sé que eres insaciable, quiero verte sin parar.
Tienes control sobre mí, pero no lo quieres tomar sabes que me tienes y no me quieres soltar aunque solo me deseas cuando sientes soledad.
Yo soy inestable, lo debo aceptar suelo entregar mi corazón a quien no sabe amar y aunque ni si quiera te tengo, no te quiero dejar.
Somos todo, sin ser nada me controla tu mirada es cansado, nos divide una pared y yo estoy a tu merced.
Me enfurece saber que alguien más puede tocar tu piel trato de no sentir, no me sale bien pienso en alejarme, estoy en un dilema pero nunca toco el tema.
Lo que me haces sentir, no sabría decir revoluciones dentro de mi toco tus manos y se que eres mi lugar feliz.
No sé si es conexión, o química tal vez pero yo de ti no me alejaré aunque en el intento puedan morir mis sentimientos sentimos algo, pero no sé qué.
No puedes mentir, yo también te hago feliz
Vienes y vas
me hablas espontáneamente sé que también paso por tu mente aunque no sea frecuente, estoy ahí́.
Dependencia emocional, me quiero alejar algo me detiene algo se rompe, tú me corrompes te lo suplico, deja de cortejar.
Eslabón en las olas
Amaneció, era un día gris y aparentemente sin poca luz, un frío que te ponía la piel de punta y una soledad que te hace sentir vacío. Fausto como en todas las mañanas, se sentaba a la orilla de la cama y volteaba a ver la almohada y comenzaba su día. Vivía en un puerto, junto a gente qué a su parecer no tenía importancia alguna, para el solo eran personajes secundarios en la historia de su vida. Se la pasaba en la alcoba de su barco pero de vez en cuando salía a comer ahí mismo en el puerto, trataba de caminar veloz pues prefería que nadie le interrumpiera en su rumbo, pero sus pulmones a veces lo impedían, le faltaba el aire y se enfurecía, se resistía a envejecer. Una vez que llegaba al pequeño restaurante de la esquina, sentía que llegaba su momento feliz en el día, pero nunca lo admitió, parecía que le gustaba aparentar que no sentía, pero en el fondo, él sabía que iba a ese restaurante con la esperanza de ver a su esposa entrando por la puerta. Julieta, su amada Julieta, la pensaba mientras veía el mar, mientras veía el amanecer, durante la noche, durante el día, pero le sabía que pensarla no la traería de vuelta. Pero ¿que lo atormentaba realmente?, pues aquel horrible día, mientras navegaba con su amada, aquella horrible criatura la rapto, se llevó a Julieta entre sus horribles tentáculos y a Fausto le causaba enorme impotencia no saber que le había sucedido a su esposa. A veces, en los días malos, soñaba la imagen del Kraken, ese secuestrador de felicidad, realmente la imagen que las personas tenían de él era construida mediante chismes, realmente nadie había visto más allá de sus tentáculos. Fausto pensaba, que cobarde, esa cosa hace mucho daño y ni si quiera es capaz de mostrarse al mundo. Estaba harto de sentirse solo, de sentir ese vacío, de no tener compañera, un día de locura y borrachera decidió darse un clavado por la noche, se sentía agobiado de tener que aparentarse fuerte, cuando en el fondo era un niño perdido que no se
sentía amado. Fausto estaba en el mar y comenzó a sumergirse en las olas, pensó, buscare a mi esposa, sé que moriré, pero por lo menos sentiré felicidad y esperanza unos momentos, moriré sabiendo que hice algo al respecto para recuperarla. Nado y nado hasta que vio de reojo al Kraken, se acercó lo más que pudo, pero esta bestia con un solo movimiento era capaz de mover al mar entero, entonces decidió acercarse con mucha precaución, el Kraken lo vio, Fausto observo tristeza en los ojos de la criatura, anteriormente pensó que sentiría rabia e impotencia, pero sintió lastima al verlo solo ahí abajo, encadenado, no sabía que el animal estaba encadenado; entonces tuvo una reflexión, sintió que se veía en el espejo, tantas cosas ahí afuera y el de alguna manera también estaba encadenado. Las cadenas que sostenían al Kraken estaban tan oxidadas que Fausto las rompió, pero pensó, el con tanta fuerza y enorme masa no puedo romperlas y yo sí, entonces imagino que era algún tipo de hechizo. En cuanto esas cadenas se reventaron, el Kraken se transformó, Fausto no supo exactamente en qué, pero lo vio perderse en las nubes, vio a esa criatura disfrutar el momento y eso lo motivo. Tal vez el Kraken necesitaba llamar la atención de alguna forma y no supo exactamente qué hacer para que alguien lo liberara, Fausto pensó, tal vez mi misión era ayudarlo a ser libre, y recordó a su amada Julieta, solo dijo en voz alta, "ahora me toca a mí, no te olvido mi amor pero debo seguir", Julieta desde el más allá se alegró y un arcoíris apareció.
No me gusta verte ir, mejor sonreír No me marchare, aquí hasta el final Tu no me sabes amar, eres mortal Trato de resistir, soy tu souvenir.
Reflexione, solo me queda sonreír. La visita de tu cariño es anual Y aunque te amo, me siento fatal. Soy tu presa, no me quiero hundir.
Es un sueño, una fantasía Me alejaste de los que más amo Por tu culpa, pensaron que huía.
Actualmente estoy buscando mi ritmo Te voy superando día con día Finalmente, libre de tu abismo.
Suéltame
Naufragio de la Medusa
Era de madrugada, las olas irrumpían en el casco, cuando de pronto el frio se adueñó de los camarotes y el agua empezaba a subir, Salí a la cubierta solo para descubrir que el capitán y los oficiales se habían ido con los botes salvavidas, el pánico comenzó y entre los fuertes ruidos de la tormenta, las olas y los gritos de personas, yo y varios pasajeros logramos hacernos de una balsa improvisada. Empezaba a salir el sol y cuando el barco se hundió por completo, solo unos pocos nos salvamos, pero solo para sufrir un peor destino, los días pasaron y la comida ceso, pero las olas no, día a día perdíamos a personas, el frio lograba penetrar sus almas matándolos lentamente. Hasta que en una mañana con la salida del sol una esperanza se asomó a la vista en el horizonte, todavía se podía oler un olor pesado y putrefacto cuando nuestros salvadores llegaron.
Black Friday
Una noche oscura como dicen, en donde programan a las masas y las vuelven adictas al comprar, todo mediante el simple arte de las rebajas. El evento puede llegar a dudar tantos días como sean necesarios para entrar lo más rápido a las tiendas, tan solo unos minutos antes de que habrá las tiendas se puede sentir la tensión entre los compradores todos nos miramos de distintas formas, unos con miedo, otros con enojo, otros están listos para comprar y otros, nomas, están por que sí. Cuando el reloj da la media noche y las puertas de la tienda se abren todos entramos descontroladamente, peor que una estampida, veo entrar a la gente desde lejos, ver como pierden el control, como se vuelven locos, como los corrompe el deseo de poseer, agarran los objetos como si fueran las vidas de sus propios hijos, al final todo es una guerra descontrolada que lleva a tragedias y desastres.
RAMIREZ GAUTRIN IVAN CÉSAR
En el año 1996 Luis Ramírez se encontraba en su casa comiendo pozole, un pozole que hizo su tía, platicando en la mesa con sus primos salió a la plática el miedo que le tenía Luis a las mujeres por lo que a todos se les hizo chistoso menos a su tío que escuchaba con un vaso en la pared la conversación, en el transcurso del día el tío de Luis lo interceptó y se puso a platicar con él, con el transcurso de la plática el tío de Luis lo llevó a un lugar en el que trabajan mujeres con la finalidad de complacer a su público, el tío de Luis le pagó a un grupo de tres mujeres y desde ese día Luis dejo de pensar en canicas y se convirtió en un hombre, y desde ese día Luis le reza a san Juditas para no convertirse en un depravado.
Estoy listo para dar el salto Pues aquí la muerte No espera que tengas suerte Por eso yo de alegría canto Me levanto y me espanto
Debo de ser muy fuerte Pues falta poco para verte Y por eso me da un sobresalto La hermosa catrina Nos espera en el panteón Frente a mi caja latina Ya me espera abajo el león Y mi madre ahora es divina Yo hoy descanso como un campeón
SANCHEZ PÉREZ CLAUDIA MICHELLE Las ratas también bailan ballet
Todo se salió de control, mires a donde mires encontrarás a personas gritando o zapatillas volando por los aires. Lo que empezó como una obra de ballet terminó en un tremendo escándalo. La desesperación de las personas se reflejaba en sus caras. En todos, menos yo. Mientras todos a mi alrededor luchaban por salir yo me encontraba cómoda y entretenidamente sentada viendo todo el espectáculo. Al parecer no fue tan aburrido como pensé. Era el día más esperado por mi hermana, desde días anteriores esperaba con ansias su recital el cual no había parado de hablar desde que se enteró que su academia estaba organizando uno, tanto que había colgado su vestuario y zapatillas en su puerta días antes. A mí sinceramente me daba igual ya que de todos modos me estaban obligando a ir. Mientras desayunaba solo veía a mi hermana y a mi mamá correr por toda la casa buscando y agarrando las últimas cosas para poder partir a ese méndigo evento color “Pepto Bismol”. Y mira que lo necesitaría. Una vez que llegamos al auditorio donde se iban a presentar, mi mamá fue a dejar a mi hermana mientras yo de mala manera fui a buscar los asientos, ubicados hasta el fondo del balcón porque cuando mi mamá me mandó a comprar los boletos para el recital la que los estaba vendiendo era la profesora gruñona de mi hermana que por cierto le caigo mal desde que me metí a una clase muestra con ella y por accidente terminé dándole una patada a una compañera por no estar poniendo atención, y para demostrarme su odio hacia mi linda persona nos dio los asientos de hasta atrás. Pero daba igual por que aun así se podría ver todo y a todos desde arriba.
Como lo supuse el recital no iba ni a la mitad y ya estaba muy aburrida, mamá no paraba de darme codazos para no quedarme dormida. Pasando los minutos me daba igual si mamá me dejaba un moretón en las costillas; Estaba por quedarme dormida cuando escuchamos un grito tan chillón que me exalté de mi asiento asustada.
Un mar de niñas vestidas con sus tutus lloraba y gritaban asustadas buscando a sus papás. No sabía qué pasaba pero debía de admitir que se veía muy cómico. Detrás de las niñas se encontraban unas ratas feas y gordas tratando de huir del ruido y del ejército de zapatillas rosas aterciopeladas. No me había dado cuenta de que me había quedado embobada viendo a las ratas hasta que un golpe en la cabeza me sacó de mis pensamientos, al voltear al piso vi una zapatilla, ¡me habían tirado una zapatilla! ¡qué gente más salvaje! Algunas personas valientes intentaron matarlas aventándoles cosas como zapatos, sillas y hasta bolsas pero eso hizo que se saliera más de control, un hombre pudo alcanzar a una rata por la cola pero ésta al retorcerse logró zafarse cayéndole encima a la vieja y gruñona maestra de ballet de mi hermana, la cual apenas podía andar con un bastón de soporte que iba casi corriendo hacia la salida lo más rápido que sus estropeados pies podían, qué poca gracia para una bailarina de gran prestigio como lo presume ella, echando un grito que alteró más a las pobres ratas, una que se encontraba en el escenario para ser más precisos arriba de una zapatilla fue pateada por una persona que trataba de huir. Los presentes que seguían en el auditorio lograron apreciar como salía volando y girando por los aires hacia un lado del escenario, pareciendo así que la rata estaba dando piruetas como las de las bailarinas nomas que estas eran un poco torpes. Yo no podía parar de reír mientras veía a la rata bailar por todo el escenario, quien diría que las ratas también bailan ballet.
El lugar poco a poco se fue despejando, quedando solo una que otra rata y yo, todo a mi alrededor estaba destrozado, sillas tiradas y trozos de tutu y zapatillas, telas de decoraciones deshiladas, diademas, bolsos, labiales y sobre todo muchas hojas donde venia el itinerario de la función tiradas por el suelo. Me paré y empecé a aplaudir. ¡Ese fue el mejor recital del mundo!
¿Qué hay después de la muerte? es una de las preguntas que todos se han preguntado pero de la que nadie tiene la respuesta. Algunos aseguran de que se van al cielo o al infierno u otros que creen después de la muerte no hay nada. Yo me inclino más por la segunda, no creo eso de que si te portas bien te iras al cielo o que si te portas mal te iras al infierno. Siempre se me venían esos pensamientos cuando iba sentada en el autobús de camino a mi consultorio y veía por la calle a todas esas almas atoradas en el mundo de los vivos transcurriendo por las calles como si nada. Desde que tengo memoria he sido capaz de ver y hablar con las almas de los muertos, para mí era normal para otros era extraño lo cual me tachaban como loca por hablar sola, por eso nunca tuve amigos vivos y no me importaba ya que tenía a los muertos y eran más divertidos. Miguel fue uno de ellos, el me enseñó muchas grandes lecciones de las cuales atesoro mucho, era un señor de unos 57 años muy agradable y humilde que había muerto de cáncer de pulmón pero su alma seguía por alguna razón varada aquí. Nuestra actividad favorita era ver las estrellas desde el techo de mi casa mientras hablábamos de la
vida o mejor dicho yo lo asediaba con millones de preguntas y el me las contestaba todas, en una de esas tantas noches en la que mirábamos las estrellas como de costumbre, me preguntó, ¿Qué es lo que más deseas en esta vida? Yo en ese entonces tenía unos 12 años por lo que mi respuesta fue el poder ir a Disney, me acuerdo que él solo se rio, me dijo que lo que él más deseaba en el mundo era poder enseñarle a alguien todas las lecciones de la vida que no pudo enseñarle a su hija cuando estaba vivo, no dije nada porque Miguel nunca hablaba de su hija o su esposa ya que era un tema muy delicado para él, realmente no sabía casi nada acerca de su hija porque no eran muy cercanos ya que chocaban mucho y aparte yo le recordaba mucho a ella no físicamente si no por los pensamientos o por nuestra desmedida curiosidad por las cosas que nos rodean. Al día siguiente me levanté encontrándome una carta que descansaba en mi mesa de noche. Después de leerla caí en cuenta de la razón por la que él seguía aquí, su asunto pendiente era cumplir su mayor deseo, era el que me había contado ayer en la noche. Me había elegido a mi para ser la aprendiz de todas sus enseñanzas. Yo lo ayudé a que pudiera descansar en paz inconscientemente. Jamás volví a ver a Miguel pero sabía que por fin podía descansar en paz. En ese momento supe que mi propósito en esta vida era ayudar a todas esas almas varadas en el mundo a encontrar y finalizar sus
asuntos inconclusos y así poder descansar, al igual que los vivos, que también necesitan desahogar sus penas por los muertos. Por lo que estudié psicología para poder comprender mejor el pensamiento y comportamiento humano.
Después de graduarme abrí mi primer consultorio en un pequeño establecimiento en la calle Brasil, era muy tranquilo y acogedor. Empecé a publicitarme entre los vivos por Internet y con los muertos hablando con ellos, incitándolos a que vengan a mi consultorio para hablar de sus problemas. Después de meses de arduo trabajo, dio resultado. Mi agenda se fue llenando de citas, en las mañanas atendía a los vivos y por las noches a los muertos, mis terapias con los vivos eran más inclinados a problemas de su vida cotidiana en donde ellos me decían que les molestaba y yo escribía mis observaciones para después hablarlo y comentar al respecto mientras que con los muertos era más fácil porque con solo una pregunta podía saber cómo ayudarlos. ¿Qué es lo que más deseas en esta vida?, Les preguntaba, a lo que muchos se quedaban en blanco sin saber que decir, les recomendaba que se fueran a caminar a un lugar conocido para ellos mientras pensaban en la respuesta a esa pregunta y una vez que supieran la respuesta que regresaban para platicarlo. En uno de esos tantos días recibí una llamada un tanto peculiar de una chica que necesitaba una consulta urgentemente a lo que yo acepte diciéndole que mañana podía pasar por la tarde y así fue, la chica llego por la tarde, vestida con ropa de oficina, tenía algo que me hacía recordar a alguien, pero no lograba saber a quién y eso me incomodaba un poco, pero lo dejé pasar. Le ofrecí algo de tomar para que se sintiera más cómoda mientras se sentaba, a medida que fuimos conversando me pude dar cuenta de muchas cosas, como que era una persona muy curiosa y sencilla, pero lo que más me llamó la atención fueron sus gestos y su manera de expresarse, se me hacían tan conocidos pero supuse que era pariente de algún paciente que alguna vez tuve, me comentó que la razón por la que estaba aquí era por que se sentía un poco culpable y con conmiseración por la muerte de su padre y no lograba sacarse ese mal sentimiento que la tenía agobiada. No sé por qué pero por alguna razón al hablar con ella y escucharla me hizo sentir en sentimiento de familiaridad y confianza. Me contaba acerca de cómo era su padre y las actividades que realizaban juntos, por el brillo de sus ojos pude ver que lo extrañaba mucho, también me contó un poco de su vida y lo arrepentida que estaba, porque cuando ella estaba por entrar en la universidad tuvo una discusión muy fuerte por la lejanía de su nueva escuela con sus padres al grado de irse de su casa y mudarse a un pequeño departamento dejando total comunicación con sus padres. Tiempo después de graduarse decidió que era hora de regresar a hacer las paces con ellos, cuando volvió se enteró que su padre estaba grave mente enfermo por lo que no le quedaba mucho y que lo mejor era irse despidiendo.
Al verla sentada enfrente de mi llorando sentí conmiseración por aquella chica que se veía tan culpable por no aprovechar el tiempo que tuvo con su padre que hasta unas lágrimas rebeldes se me escaparon por los ojos.
Le pregunté que si alguna vez lo fue a visitar a su tumba desde que regresó para hablar con él y decirle todo para desahogarse a lo que ella dijo que no desde el entierro, fue ahí cuando se me vino a la cabeza un pensamiento, más bien una hipótesis que era que los vivos para poder seguir adelante con sus vidas también necesitaban solucionar sus asuntos inconclusos que no los dejaban avanzar, era la misma situación que con los muertos. Mi recomendación fue que lo fuera a visitar y contarle todo lo que no pudo decirle cuando pudo y así poder sanarse internamente cerrando su pasado tan doloroso. Ella al terminar la terapia se veía más calmada y con más de energías. Agradecida por la cita me preguntó cuanto debía de pagar a lo que yo le respondí que no era necesario porque de alguna manera me había sentido muy identificada con aquella peculiar y familiar chica, pero antes de que cruzara la puerta mi curiosidad ganó y terminé preguntándole cual era el nombre de su padre a lo que ella volteó y me sonrió respondiendo, Miguel. Mi padre se llama Miguel, para después cruzar la puerta sin mirar atrás.