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QUÉ PASA?

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METROPLEX

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¿QUÉ PASA?

Emmanuel Espinosa

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@EmmnuelEspinosa

Emmanuel fue protagonista de la historia de la restauración de la A/A. Tiene una bandita poco conocida llamada ROJO y una hermosa familia la cual es su prioridad. Ha escrito tres libros. El más reciente «Rojo, cuando una generación le adora», el libro testimonial con la historia de la banda.

Un concierto de obediencia

SA MAÑANA ESTABA FRENTE A UN RÍO Y NO SE SENTÍA «NORMAL» LEER LA

BIBLIA. La noche anterior a un lado del río estuve en una reunión en donde se cantó, se levantaron las manos, se recogió ofrenda y se oró. Unos se veían alegres, pero con reverencia, de estar allí, otros impresionados, otros muy meditativos, pero todos muy entregados al protocolo, aún los niños, pues parece que los han educado muy bien respecto a cómo ser en estos eventos y a hacer lo que los adultos hacen.

Rituales de adoración en el rio Ganges / Devocional frente al rio Al terminar , la gente se veía normal. Se veían satisfechos. Una mirada similar a la de haber pagado la luz justo cuando estaban a punto de cortarla. Se reían, hablaban, buscaban comida. Unos se veían apurados en regresar a casa. Otros caminaban lentamente con un familiar o amigo con muletas o silla de ruedas. Jóvenes se ponían de acuerdo para ir a una fiesta. No era una reunión cristiana en donde estuve, aunque se veía similar. Era un culto al dios shiva. El río que menciono es el Ganges, en Varanasi, la ciudad considerada la capital espiritual de India. En la religión hinduista el Ganges es el río más sagrado. Gente viaja al Ganges, muchas veces desde miles de kilómetros, para hacer ritos de purificación, o rituales con sus muertos, quemando sus cuerpos para arrojar sus cenizas al río y así ayudarles, según ellos, a salir del ciclo de la reencarnación e ir directo al paraíso o ‹‹nirvana››. Mientras yo leía mi Biblia esa mañana, había gente lavándose en el río; llevando a sus hijos; haciendo rituales. Estudiar más la Biblia y escuchar música cristiana esa mañana teniendo ese cuadro al rededor, con gente que, si no conocen de Jesús irán al infierno, me hizo pensar diferente mi vida de adoración y devoción a Dios. Me acordé que no somos llamados a estudiar la Biblia sino a obedecerla. Obedecer a Dios. Viajar a un país no alcanzado siempre reta mis ideas de conocer a Dios y amarlo, adorarlo y obedecerlo; mis conceptos de tradición cristiana son retados. ¿Por qué? Porque el corazón de Dios late por los que no le conocen. Jesús vino a morir para que la gente del mundo, no solo de mi país, tenga vida eterna. No es condenación lo que siento sino convicción de la Palabra de Dios; un gozo por el potencial de hacer algo y ser parte del plan redentor de Dios hacia la humanidad. Pero siempre, al regresar a casa, tengo que lidiar con ídolos. Vivo una vida de adoración, como todos los humanos, pero no siempre está Jesús en el centro de mi adoración. Lucho con amar a Dios con todo mi corazón, alma, mente y fuerzas. Es decir, de Los Diez Mandamientos, el uno y dos que dicen ‹‹No tengas dioses ajenos delante de mí›› y ‹‹no adores imágenes›› muestran mis principales luchas al abrir mis ojos cada mañana. Una ocasión estando mi esposa y yo en otro país en el sur de Asia y ver que cada casa, negocio, auto y bicicleta tenían un altar u ofrenda al dios que reconocían ese día, sentí «lástima» por ellos diciendo ‹‹pobre gente, viven

para sus ídolos y se pierden de tener la plenitud que conocer a Jesús da››. Pero casi inmediatamente sentí que el Espíritu Santo me dijo: ‹‹ y, ¿qué de tus ídolos? ¿Qué del centro de tu adoración? ¿Qué de las ofrendas diarias que dejas en altares de otros dioses? Tu dios del entretenimiento, del ver deporte o de tu oficio; tu dios del servicio a mi iglesia; tu dios de cosas materiales››. También sentí que me decía ‹‹¿Cómo cantarán y disfrutarán de una relación conmigo si nadie les dice que el precio está pagado, por Jesús, para tener acceso al Padre?›› Era una voz dulce del Espíritu Santo, pero directa y, siendo yo tan débil e imperfecto, no puedo detener el agradecimiento por la gracia y misericordia de Dios que tengo cada mañana y que tanto necesito pues todos nosotros, los imperfectos, no tenemos otra manera de acercarnos a Él. Celebrar su misericordia y el emocionante ofrecimiento que él nos da de ir a las naciones para hacer discípulos y usarnos para que otros le conozcan me hace querer adorarlo pero con obediencia original, no solamente con canciones aprendidas que otros escribieron. Tuve el privilegio de crecer en una iglesia tradicional y ver la transición a cantar música diferente, nueva y bíblica. Disfruté ver cómo crecía la musicalidad e inspiración y fuimos de cantar traducciones a canciones que nacían en las iglesias (aunque, ¡otra vez estamos en traducciones!, pero ese es tema para otro artículo). Sinceramente creo que nos hemos equivocado en solamente celebrar lo que Dios hace y olvidar que adoración tiene que ver con misiones y misiones tiene que ver con adoración. Una parte del evangelio es reconocer y disfrutar la grandeza y amor infinito de nuestro Dios; la otra parte es que seamos parte de que otros conozcan ese amor. Hablo de ser misionero en donde estás y a donde Dios te lleve. La verdadera adoración tiene poco que ver con buenos sonidos musicales o explosiones emocionales de alabanza de labios. Hay millones que no conocen del amor de Jesús y nunca lo sabrán si los verdaderos adoradores no accionan. Y, ¿sabes? Ese incomodidad que algunos, que tienen tiempo como cristianos, están teniendo por conocer más a Jesús es algo que el Espíritu está despertando en el mundo entero. No son casos aislados. Viene un despertar de obediencia. La obediencia es la muestra de un verdadero adorador. Creo que pronto llegará el tiempo en donde habrá menos conciertos de adoración musical congregacional ejecutado por unos pocos en una plataforma, similar a la ceremonia frente al río, y habrán más conciertos de obediencia, realizados por ‹‹desconocidos›› que al hacerlo se dirá «más y más gente están viendo esto y se adentraron al misterio, abandonándose a Dios» (Salmo 40.4b MSG) Para que eso suceda, debemos tirar nuestros ídolos, incluyendo los musicales, ministeriales y los que nos dan un alivio temporal aún en algún ‹‹ritual cristiano›› que practiquemos ¿Vas a ser parte del ejercito de obedientes que accionarán? Espero que sí. Ya viene un despertar de obediencia.

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