3 minute read
ZONA 12-15
from lider juvenil 33
by ibis
¿REALMENTE CONECTADOS?
Vivimos en un momento de la historia en el que la tecnología y la comunicación son imprescindibles. Todos los días hay nuevas formas de contacto, o nuevas funciones en las redes que ya conocemos que nos conectan con personas.
Advertisement
Yadira Arriaza @Yaxiom Licenciada en Pedagogía con Maestría en Educación. Especialista en técnicas y modelos educativos. Con más de 10 años de experiencia en educación cristiana y desarrollo juvenil. Es la era de la «comunicación» en la que pareciera que todos estamos «conectados» con personas que conocemos físicamente e incluso con cualquiera que nunca hemos visto. ¡Esto es maravilloso! Si el mundo no fuese el que es hoy, seguramente no podrías estar leyendo esta revista, así que las ventajas del mundo como lo concebimos son innumerables. Sin embargo, quiero recordarte y prevenirte sobre algunos de los peligros en los que tu y yo, como pastores de la nueva generación, podemos sucumbir al perder de vista el mundo real por el virtual. Es importantísimo estar conscientes de que Dios nos ha dado el alto honor y privilegio de escuchar, guiar y acompañar a una generación vulnerada, poco comprendida, estigmatizada, e ignorada a la que hemos desterrado al imperio del silencio, donde pareciera que desde allí, viven vidas dobles: una bastante abierta y honesta a través de sus redes sociales (que nos demuestran con publicaciones que nos desagradan y por las que en «nuestro imperio» son criticados y juzgados) y otra llena de apatía y silencio cuando están fuera de conexión. Sin embargo, no somos muy distintos a ellos en este tema. ¿Qué tiempo le estás dedicando tu a tus redes sociales? ¿Qué conversaciones tienen tu prioridad de respuesta? ¿Qué te motiva a escribir lo que escribes? ¿Quién tiene el señorío en tus redes? ¡Tu también debes cuidarte! Es muy fácil vivir dependientes de la atención que las redes sociales nos dan. Vivimos afanados por cuántos amigos nuevos, seguidores, likes, tuits o retuits conseguimos en nuestras diversas publicaciones y mientras más conseguimos, parece que nos sentimos mejor, o quizá más importantes o con mayor influencia. Sin embargo, la realidad que vemos fuera de las pantallas de nuestras computadoras o teléfonos celulares, es que la verdadera cercanía, comunidad y relación, se torna fría y distante. Si trabajas con adolescentes o estás pensando hacerlo, tu mejor fuente de información, serán ellos... ¡siempre! Así que quiero sugerirte que pases mucho más tiempo cerca de tu fuente primaria de investigación que el que pasas leyendo estados, tuiteando o retuiteando. No pierdas de vista el ser verdadera y estratégicamente relacional. Muchos de nuestros adolescentes, siguen viviendo en medio de una densa, oscura y fría soledad, y para ello, quiero compartirte el fragmento de un escrito de una maravillosa chica, a la que tengo el privilegio de conocer:
«En mi mundo de soledad, no existe más que mentiras y falsedad.
En mi mundo, el más remoto signo de felicidad, lo destruyen sin piedad.
En mi mundo solo se ven máscaras de falsa felicidad.
En mi mundo no hay nada más que solo maldad.
En mi mundo se oye un llanto, es una niña llorando.
Cortadas sus esperanzas están, pero ella no muere, son las cortadas de la sociedad.
Las gotas que escurren de sus muñecas son humillaciones que otros dejan, rodeada de multitudes está, pero aun en soledad
A veces piensa: ¿Por qué no puedo ser feliz? y su reflejo contesta, porque tu mundo es gris.
Ella una niña dejó de ser, solo pasó, ella llegó a crecer.
Sola quizás, pero tal vez ahora, ella pueda amar».
Joven guatemalteca de 14 años.
¿Logras percibir el clamor de toda una generación aquí? ¡Vuélvelo a leer y solo sé empático! No intentes formular respuestas, solo observa y escucha. ¿Puedes comprender y deducir qué tipo de relación está necesitando la nueva generación? ¿Está la iglesia conectada con el corazón de la nueva generación? ¿Están tus programas proveyendo espacios sólidos para desarrollar la relación? ¿Son sus voces más escuchadas que la tuya? ¿Has escuchado por el tiempo que ellos necesiten sobre su alegría o dolor? Nuestro sublime llamado no gira en torno al crecimiento numérico de las reuniones, ni mucho menos a la cantidad de seguidores de la fan page de la organización; sino al cuidado integral del rebaño de Dios que está a nuestro cargo, no por obligación ni por ningún tipo de ambición, sino con afán de servir. (1 Pedro 5:1-2)