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«¿DE DÓNDE NACE TU CONSCIENCIA SOCIAL?»
from lider juvenil 34
by ibis
COLUMNISTA INVITADO
¿DE DÓNDE NACE TU CONSCIENCIA SOCIAL?
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Muchas de las preguntas que las personas se hacen cuando son confrontadas cara a cara con los desafíos sociales que nuestro mundo enfrenta hoy, encuentran por lo general respuestas que se convierten en excusas para para no involucrarse personalmente.
Rebeca Segebre
Madre adoptiva, fundadora de la organización de ayuda al huérfano Vive360.org. Comenzó un movimiento en América latina con el que instituyó «El Día Internacional de compromiso con el huérfano». Conferencista de seminarios a nivel internacional. Autora de varios los libros: «El milagro de la adopción», «Un minuto con Dios para parejas», «Confesiones de una esposa desesperada».
Para más información visita www.vive360.org A continuación, algunas de esas preguntas que nos hacemos internamente. También te sugiero una respuesta a cada una de ellas: • ¿Quién merece mi ayuda? Si lo que buscas es una excusa, entonces la respuesta a esta pregunta siempre será: nadie. Nadie es perfecto, ni ha hecho todo perfecto, ni es 100% victima. • ¿Qué saco yo de esto? Muchos grupos de personas se dedican más a la acción social que otros porque sus teologías les dicen que esto les gana el cielo. Pero esto de tener una conciencia social es asunto de amor y no solo de trabajo y ganancia. • ¿Quién es mi prójimo? Si buscamos la respuesta correcta a esta pregunta, debemos ir a la Biblia. Jesús mismo nos dio la respuesta en la parábola del buen samaritano. Quisiera que analicemos esta última pregunta a fondo. Esta fue la pregunta que le hizo un fariseo a Jesús y la Biblia dice que su motivación detrás de la pregunta era «con el fin de justificarse». ¿Quién es mi prójimo? Creemos saber la respuesta y antes que Jesús diga la primera palabra, nosotros contestamos de acuerdo a nuestro corazón. Yo he escuchado estas respuestas: 1. Hay que ayudar a los cristianos no a los impíos –ellos no son mi prójimo. 2. Todo el que está en pobreza de alguna u otra forma es su culpa –ellos no son mi prójimo. 3. Al que le ayudas hoy le tendrás que ayudar toda la vida; se acostumbra –ellos no son mi prójimo. 4. Todo lo que ellos necesitan es el evangelio –si no tienen el evangelio, ellos no son mi prójimo. 5. No puedo ayudar a este sin que sea una carga pesada para mí o incomodarme o arriesgarme –este no es mi prójimo. 6. Todo el que actúa de «Jesucristo» termina «crucificado» –este no es mi prójimo. Necesitamos una reforma mental. Creo que, si lo vemos a la luz de este acontecimiento en el que Jesús nos narra la parábola del buen samaritano, nos damos cuenta de lo fundamental que es para la vida cristiana tener este concepto moldeado por el corazón de Dios en nosotros. Recuerda, el fariseo hace algo muy acertado cuando resume la ley con la frase: «Ama a Dios sobre todas las cosas y ama a tu prójimo como a ti mismo». A ello, Jesús le dice: «Haz esto y vivirás». Así que, creo que es fundamental que nosotros le permitamos a Jesús contestar la pregunta «¿Quién es mi prójimo?». Tu prójimo, según lo que entiendo de la parábola del buen samaritano, es aquel que, aunque no sea de tu raza, asociación política o religiosa, aunque tú creas que no merece tu ayuda, ha «caído en manos de ladrones», y ahora se encuentra pobre, enfermo, desechado por los que pasan, necesitado. En otras palabras, se encuentra vulnerable. Las sagradas escrituras nos mencionan cuatro tipos de personas que se encuentran en estado de extrema vulnerabilidad y a los que somos llamados específicamente a ayudar: la viuda, el extranjero, el pobre y el huérfano. En lugar de hacernos esas primeras preguntas a manera de excusas, las interrogantes que son nuestra responsabilidad y debemos contestar son estas: 1. ¿Cuál debe ser el papel del creyente y el mío en particular ante los desafíos sociales que nuestro mundo enfrenta hoy? 2. ¿Cómo debo yo reflejar el carácter justo y misericordioso de Dios? Debemos responder esta pregunta incluyendo a la vez una auto-evaluación, que nos diga cuál excusa he estado usando para mantenerme al margen, o tal vez reactivo. 3. ¿Cuál es la perspectiva bíblica y qué iniciativas podríamos tomar ante los conflictos migratorios, la pobreza, orfandad, tráfico humano, genocidio y otros?
Nuestra responsabilidad ante un mundo quebrantado es responder la pregunta fundamental: ¿Cómo
COLUMNISTA INVITADO
debo vivir yo el evangelio en mi mundo hoy? Para mí, los desafíos sociales de nuestro tiempo son simplemente un indicativo de cuán profunda es la herida y la mancha del pecado en todos. Me encanta como lo dice Pablo: «Pues todos hemos pecado; nadie puede alcanzar la meta gloriosa establecida por Dios.» (Romanos 3: 23, NTV). Pero también, estos desafíos sociales, son una oportunidad para mostrar el carácter de nuestro Dios: perdonador, sanador, redentor, salvador. Permíteme profundizar más en esto. Cuando llegan las tormentas a nuestras vidas, nos llegan las preguntas que no sabíamos que teníamos respecto a Dios. Dudas que no nos atrevemos a decir que tenemos, pero que, al confrontarlas con valentía, tenemos la oportunidad de aprender quién es el Señor. Las adversidades son una oportunidad para conocer a Dios. También son una oportunidad para aprender a responder la pregunta «¿Quién es mi prójimo?». Déjame darte ejemplos de algunas de las experiencias que han moldeado mi corazón de tal manera que puedo tener empatía hacia los vulnerables de nuestra sociedad: • Yo sé lo que es estar en fila durante horas bajo el sol para pedir comida y mentir para que me den 8 bananos en lugar de 4 para alimentar a mi familia. • Yo sé lo que es el abuso sexual, y el daño que causa en la mente del individuo. • Yo sé lo que es vivir la infertilidad. • Yo sé lo que es vivir un divorcio.
• Por medio de la adopción de mis hijos, he visitado y compartido con muchos huérfanos. • Gracias a lo que Dios me ha permitido vivir, hoy yo sé que: • Dios es mi proveedor y el proveedor del pobre. • Dios es mi vindicador y el que hace justicia al desvalido. • Dios es mi sanador y sana al de corazón herido. • Dios es mi esposo y el esposo de la viuda (y de la madre soltera). • Dios es mi padre y el padre del huérfano. «Dios es nuestro Padre misericordioso y la fuente de todo consuelo. Él nos consuela en todas nuestras dificultades para que nosotros podamos consolar a otros. Cuando otros pasen por dificultades, podremos ofrecerles el mismo consuelo que Dios nos ha dado a nosotros.» (2 Corintios 1:3, NTV). Sin embargo, la razón primordial por la cual yo he decidido tener una consciencia social es porque he aprendido no solo quién es Dios, sino quién es mi prójimo.
EL VALOR DE TODO SER HUMANO: FUIMOS CREADOS A LA IMAGEN DE DIOS. La respuesta a todas las preguntas que nos hemos hecho en este artículo, es ocupándonos de lo que Jesús se ocupó, se ocupa y se ocupará. • Jesús sanó a los enfermos de todo tipo de enfermedad sin preguntarles antes «¿Crees que soy el Mesías?». • Jesús alimentó a las multitudes que tenían hambre, aunque él conocía lo que estaba en sus corazones. • Jesús tuvo compasión de mujeres en situaciones desventajosas, sabiendo que estaban allí a causa de sus propias decisiones. Jesús dijo de sí mismo: «El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para anunciar buenas nuevas a los pobres. Me ha enviado a proclamar libertad a los cautivos y dar vista a los ciegos, a poner en libertad a los oprimidos, a pregonar el año del favor del Señor.» Tal vez algunos no crean que la sanidad física sea para hoy. Pero te aseguro que todos sabemos que la sanidad emocional, mental y espiritual, ¡sí es para hoy! Dios quiere sanar aún hoy y quiere hacerlo a través de ti. Nuestra sociedad está redefiniendo palabras como «la familia» y también «la justicia». Las leyes que rigen nuestros países hoy no son por lo general erradas; el problema es que no son las leyes que rigen los corazones de los hombres que están en control. Vemos cómo la sociedad está tratando de cambiar las leyes para que se ajusten a las leyes que rigen sus corazones. ¡Nuestro corazón debe ajustarse siempre al corazón de Dios!
Necesitamos discipulado en este aspecto tan importante de la justicia social. Aún más importante es comenzar a accionar. Te invito a que te unas a la campaña #dejaTuHuella y que podamos trabajar juntos a favor de los niños en condición de pobreza y orfandad en América Latina.