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Descubre Snæfellsnes

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Descubre Snæfellsnes

Snæfellsnes es la península que apunta como un brazo hacia el oeste, hacia Groenlandia. La perla de la península, es el glaciar Snæfellsjökull con su hermosa capa de hielo visible desde tan lejos como, desde el sur desde Reykjanes y desde el norte desde los fiordos occidentales. Se pueden apreciar distintos tipos de volcanes en el oeste de Islandia pero este, con su cráter perfectamente formado y su cobertura glaciar, es el más famoso de la región.

La costa agreste y hermosa de la península, es hogar de miles de aves. Encontraremos playas doradas y negras así como campos de lava envueltos en brillante musgo verde. Breiðafjörður representa el asombroso 65% de costa rocosa de Islandia y el 40% de sus marismas, invitando a aves y ornitólogos por igual. Fácilmente podremos ver una gran variedad de aves marinas, aves zancudas, gansos y pigargos europeos. Para un asesoramiento experto, Seatours ofrece cruceros desde Breiðafjörður. Además de aves, es probable que veas focas y puede que te ofrezcan en sus barcos marisco recién sacado del agua. Seatours ofrece excursiones de pesca con el equipo incluido. Además de la pesca, la combinación de muchas islas y sus las aguas en Breiðafjörður hace que también sea un paraíso para los paseos en kayak.

Flatey

Si coges el ferry Baldur desde Brjánslækur, la isla Flatey será su primera parada en el camino hacia Snæfellsnes (puedes elegir permanecer en el ferry y seguir el viaje si no quieres explorar la isla). La bahía de Breiðafjörður tiene casi 3.000 islas, islotes y arrecifes, pero la única que está habitada es Flatey, y sólo un puñado de residentes permanecen todo el año. Fue el núcleo comercial y centro de pesca de Breiðafjörður durante la mayor parte de la historia de Islandia hasta el siglo XX. Casas antiguas, tiendas y almacenes en Flatey reflejan la prosperidad de la época alrededor del 1900, y las coloridas casas dan todavía hoy esa sensación de optimismo.

En el siglo XVI, la liga hanseática alemana operó desde aquí. El primer comerciante islandés que recibió una licencia temporal la obtuvo en 1589 y, como reflejo de la prosperidad de la isla, Flatey recibió el titulo de ciudad en 1777, nueve años antes que Reykjavík.

Flateyjarbók (el libro de Flatey), uno de los más importantes e impresionantes manuscritos de la antigua saga de Islandia, fue conservado en Flatey durante la edad media. Un facsímil está expuesto en la biblioteca de la isla, detrás de la iglesia. Esta biblioteca es la más antigua de Islandia, construida en 1864 en pleno apogeo de la prosperidad de Flatey y está entre las bibliotecas más pequeñas y más dulces que jamás hayas visto.

Pero las principales atracciones en Flatey son las aves y el paisaje. A pesar de su nombre (Flatey significa “isla plana”) Flatey se formó cuando se derrumbó la caldera de un volcán subglacial, así que hay algunas columnas de basalto interesantes que son importantes lugares de anidamiento para aves y, al mismo tiempo, objeto de interés fotográfico para los visitantes.

El ferry Baldur que va desde Brjánslækur a Flatey, tarda aproximadamente una hora y otros 90 minutos más hasta Stykkishólmur. Ten en cuenta que necesitas hacer una reserva antes para tu coche. seatours.is

Stykkishólmur

Stykkishólmur es la ciudad más grande, núcleo comercial y el centro de todas las conexiones de la península de Snæfellsnes. Recibe su nombre de la pequeña isla llamada Stykkið (que significa “la pieza”) que está conectada al puerto por una calzada estrecha. La ciudad tiene un puerto naturalmente protegido y fácilmente accesible, y en 1550 se fundó un núcleo comercial. Hoy en día, las gentes de Stykkishólmur se ganan la vida con la pesca, especialmente del marisco, y el turismo. La oficina de Turismo en el Puerto, puede indicarte los puntos de interés locales y tienen mapas de la ciudad.

LUGARES DE PICNIC Si llegas en ferry, podrás ver las bellas formaciones rocosas de la bahía y en una colina a la derecha hay un antiguo faro de un brillante color rojo y amarillo. Esto es en realidad un islote llamado Súgandisey. Es un paseo fácil hasta la cima y un estupendo lugar para admirar algunas de las casas de colores de la ciudad, así como el mar y, a través del fiordo Breiðafjörður, disfrutar de una espléndida vista de los fiordos del oeste. Mirando hacia la ciudad, en la colina hay un edificio con grandes ventanales es Vatnasafn, la Biblioteca del Agua (ver más abajo).

La estación meteorológica más antigua de Islandia está en Stykkishólmur. En 1845 fue dirigida por Árni Thorlacius que, en 1832 había construido la casa Noruega (Norska Húsið), un elegante edificio de madera

bellamente renovado y que alberga el Museo folclórico local. La madera fue importada desde Noruega, de ahí su nombre y antaño el edificio fue un palacio. Hay exposiciones que narran la historia de la ciudad y recrean el ambiente del siglo XIX. La tienda de regalos de la casa Noruega refleja este ambiente y se centra en los regalos realmente islandeses. Hafnargata 5, norskahusid.is

Además de la casa Noruega, muchos de los edificios de Stykkishólmur están bien conservados y pintados en colores brillantes, añadiendo encanto al lugar. El café/restaurante Narfeyrarstofa es una de las casas más antiguas de la ciudad, se encuentra en el jardín de la casa de Noruega es conocido por su atmósfera y por sus vieiras a la plancha. Aðalgata 3, narfeyrarstofa.is

Vatnasafn – Biblioteca del Agua, alberga una colección de agua inusual y fascinante extraída del hielo de los 24 glaciares de Islandia. El agua se almacena transparente y sin movimiento, en una constelación de columnas de cristal que van desde el suelo hasta el techo y reflejan y refractan la luz exterior, iluminando el interior cuando oscurece. Algunas son cristalinas, otras más turbias.

La biblioteca, o Museo como algunos quieran llamarlo, es diferente a cualquier otra cosa en Islandia. Fue creado como un centro multifuncional a largo plazo y como centro cultural, por la artista estadounidense Roni Horn, en colaboración con Artangel y abrió sus puertas en 2007. Se encuentra en el edificio donde estaba la biblioteca de Stykkishólmur. Situado en la cima de una colina, el edificio tiene vistas a Breiðafjörður (en realidad es mas una bahía) a un lado y el puerto por el otro, a través unas grandes y hermosas ventanas.

En el suelo de la biblioteca hay escritos varios adjetivos asociados con el tiempo en inglés e islandés. Debido al deshielo de los glaciares, la biblioteca de agua es también un lugar para reflexionar, incluso puede servir de archivo ambiental importante para el futuro.

El museo cuenta con varias salas que se han utilizado para conciertos de música, proyecciones de películas, clases de yoga y reuniones.

Siempre hay un tablero de ajedrez preparado por si apareciera algún jugador, al ser éste un juego muy popular en Islandia. Hafnargata 3, libraryofwater.is

Una exposición de arte única y objetos relacionados con las erupciones volcánicas y su impacto internacional. Aðalgata 6, eldfjallasafn.is Justo al sur de Stykkishólmur por la Carretera 58 hay un desvío a Helgafell, “Montaña sagrada”, una colina con columnas de basalto, que los primeros colonizadores consideraban sagrada. También es un lugar destacado en varias de las sagas islandesas. Para llegar a la cima tenéis una fuerte subida, pero sólo tardas 15 minutos más o menos y te premiará con excelentes vistas, además, según la leyenda, se te cumplirán tres deseos. La iglesia en la base de la colina tiene

más de un siglo de antigüedad. En la costa norte de la península está la granja y Museo del Tiburón de Barnarhöfn (Bjarnarhöfn Shark Museum, Carretera 577). Bjarnarhöfn produce y vende la delicatessen más “fuerte” de Islandia: tiburón curado, podrido, llamado hákarl. En el Museo del Tiburón podrás aprender sobre la historia de la zona, la pesca del tiburón, ver los viejos barcos de pesca de tiburón y saborear la “auténtica Islandia” probando el hákarl o ¡algún otro pescado seco si no quieres arriesgarte tanto! Bjarnarhöfn sobre el campo de lava de Berserkjahraun. Berserkjahraun, campo de lava de los beserkers. Este campo de lava surrealista, a medio camino entre Grundarfjörður y Stykkishólmur, se creó tan salo hace unos de miles de años. Al ser tan joven todavía tiene todo tipo de formas extrañas y fascina aún más por los contrastes de los colores, texturas de las rocas y el espesor del musgo que lo recubre.

El campo de lava de Berserkjahraun fue nombrado así después de un incidente infame que se remonta a finales del siglo X narrado en la Saga de Eyrbyggja. Se dice que un granjero mató a dos esclavos, después de prometerle a uno de ellos la mano de su hija a cambio de que despejaran un camino a través del campo de lava entre su granja Hraun y Bjarnarhöfn. Al finalizar, los berserkers, este pesado trabajo, el granjero los encerró en una sauna hirviendo y les amenazó con la punta de una lanza cuando intentaron salir. Todavía existe un camino a través del campo de lava. Los esqueletos de estos dos hombres, fueron descubiertos en el siglo XIX, los dos de altura media y complexión fuerte.

Para llegar a este camino, en lugar de desviarte de la Carretera 577 para llegar a la granja de Bjarnarhöfn,

continúa hasta llegar a la señal de Berserkjagata, lo que significa “camino de Berserkers”. Hay una de piedra en el sendero que indica el agujero donde se encontraron los esqueletos. Ten en cuenta que aún habiendo senderos, no es fácil transitar por la lava.

Grundarfjörður

La aldea de Grundarfjörður (Carretera 54) se encuentra en un hermoso fiordo, rodeado de espectaculares montañas que dan a la zona un aspecto ligeramente alpino. El Monte Kirkjufell, mas largo que ancho, es el emblema de la ciudad. Parece un volcán pero es realmente un trozo que se separó de la montaña principal. En 1786, Grundarfjörður consiguió el derecho de comerciar y al poco tiempo los comerciantes franceses llegaron a Islandia y se instalaron en el pueblo. La ciudad llegó a ser rica gracias a la industria pesquera, donde construyeron un hospital y una iglesia. La riqueza de la ciudad se aprecia en el lujoso estilo de las casas originales. Grundarfjörður es el centro del patrimonio de Eyrbyggja (Eyrbyggja Heritage Centre) donde hay exposiciones que cuentan la historia de la pesca y otros aspectos de la antigua vida rural de la península.

Ólafsvík, Hellissandur y Rif

El pueblo pesquero de Ólafsvík está cerca del glaciar Snæfellsjökull. Los caladeros cerca de Ólafsvík son muy ricos, y el pueblo ha sido la ciudad más productiva de la pesca en la península de Snæfellsnes desde la década de 1950. En el siglo XVII, Ólafsvík se convirtió en el primer pueblo de Islandia en recibir una licencia del rey danés para comerciar. Su ubicación en la entrada sur de Breiðarfjörður era ideal para el comercio. Ólafsvík es sede del Museo Regional de Snæfellsbær

que se encuentra en la planta alta de un almacén de 1841 (Pakkhúsið) y exhibe enseres y aperos. En la bahía también esta el Museo Marítimo, Sjávarsafnið Ólafsvík, Ólafsbraut 12. Hellissandur es un pueblo de pescadores al lado del mar, en una elevada meseta costera cerca del cabo exterior de la península, junto a otro pueblo pesquero, Rif, que mira hacia mar abierto. En la época medieval, Rif fue un importante puerto comercial. El Centro de visitantes del Parque Nacional Snæfellsjökull esta en Hellissandur, Klettsbúð 7, snaefellsnes. is/english Ólafsvík, Rif, Hellissandur, Hellnar y Arnarstapi están unidos formando Snæfellsbær.

Snæfellsjökull: Montaña, Glaciar y Parque Nacional

Snæfellsjökull es un estratovolcán situado en la parte más occidental de la península de Snæfellsnes, con un glaciar que cubre su cumbre de 1.446 metros de altura. La última vez que el volcán entró en erupción fue en el año 250 d.C. El nombre de la montaña es realmente el Snæfell, pero generalmente se denomina Snæfellsjökull para distinguirla de otras dos montañas en Islandia del mismo nombre. Snæfellsjökull puede ser visto desde Reykjavík y desde la costa de Reykjanes, a 120km de distancia, sobre la bahía de Faxaflói. Ha sido comparado con el Monte Fuji, visible a 100km de Tokio. El 28 de junio de 2001, fue inaugurado el Parque Nacional de Snæfellsjökull. El parque abarca más de 170 km2 e incluye Snæfellsjökull y el cabo occidental entero de la península. El parque Nacional de Snæfellsjökull es el primer parque nacional en Islandia que se extiende por el mar. Cuando hace buen tiempo el glaciar es fácilmente accesible (Carretera 570) pero ten en cuenta que cuando la montaña está con nubes o niebla, la conducción puede ser muy lenta y es difícil ver dónde parar para pisar el glaciar y sacar la foto de “¡Mira, estoy en un glaciar!”. En caso de duda y si deseas realizar una excursión en motos de nieve, puedes reservar en tu aplicación o en el sitio web de iceland Travel, icelandtravel.is

En cualquier caso, ten cuidado si tienes intención de caminar sobre el glaciar, las condiciones son cada vez menos seguras a medida que el glaciar se derrite y varía mucho de un año a otro.

Incluso desde lejos, Snæfellsjökull es considerado como uno de los más bellos glaciares en Islandia, y muchos creen que posee poderes sobrenaturales. Snæfellsjökull se hizo famoso después de la publicación en 1864 de la novela Viaje al centro de la tierra de Jules Verne.

Muchas personas espirituales dicen sentir los poderes y la energía terapéutica del glaciar. En la novela islandesa Under the Glacier (Bajo el glaciar) escrita por el ganador del Premio Nóbel Halldór Laxness, indica que parece ser que el glaciar es responsable de la transformación religiosa de la comunidad local. Sönghellir, (“The singing Cave” o cueva cantarina, Carretera 570), es famosa por sus ecos y por su antiguo graffiti. Muchas personas han escrito sus nombres en las paredes de la cueva, algunos de ellos muy conocidos en Islandia.

Entre ellos están Eggert Ólafsson y Bjarni Pálsson que viajaban alrededor de Islandia a finales del siglo XVIII, toda una odisea en esa época; luchaban por la iluminación y contra la superstición en las gentes. También se pueden reconocer en ella algunas runas y signos de brujería. Ten en cuenta que los mejores ecos se logran si hablas o cantas fuera de la cueva, en lugar de en su interior.

En la cabo de la península de Snæfellsnes, cerca de Dritvík (Carretera 574), hay una señal hacia Djúpalónssandur, una cala que antaño servía como amarraje para pequeñas embarcaciones de pesca. En aquel entonces los salarios de los pescadores se otorgaban según su fuerza y para calcularla se utilizaban unas piedras de distintos pesos y medidas, y según el tamaño de la piedra que pudieran levantar así sería su salario. Estas piedras todavía se pueden en la cala. Aquí, ¡ni el rugido del océano puede cubrir el sonido de las gaviotas en constante movimiento!

Hellnar y Arnarstapi

Los románticos pueblos pesqueros de Hellnar y Arnarstapi (Carretera 574) son conocidos por sus formaciones rocosas en forma de arcos, cuevas y pilares, así como por sus acantilados, plagados de grandes colonias de aves. Hellnar pertenece al centro de visitantes del Parque Nacional Snæfellsjökull, donde hay exposiciones que explican la historia comercial de esta zona del país, su geología, geografía y vida animal.

Durante siglos, Hellnar fue uno de los pueblos de pesca más grandes bajo la capa de hielo de Snæfellsjökull. En Hellnar hay una pequeña cafetería, junto a la orilla del mar, Fjöruhúsið. Merece la pena visitarla para probar sus sopas del día o su pastelería y contemplar las vistas de unas impresionantes formaciones roco-sas. Valasnös, una roca independiente que se extiende al este de la bahía, contiene una de las cuevas más peculiares de Islandia, Baðstofa.

Esta cueva es conocida por la forma inusual que la luz refleja, su colorido interior y por la cacofonía de las llamadas de las aves que retumban allí dentro. También hay un manantial de agua fría, Maríulind, en el borde de la lava. Así nombrada en honor a la Virgen María, que tuvo una aparición en este lugar. Los acantilados entre Arnarstapi y Hellnar se convirtieron en Reserva Natural en 1979. El sendero de 2,5km entre Arnarstapi y Hellnar que une los dos asentamientos se encuentra dentro de esta Reserva Natural Protegida y es la ruta de senderismo costero más popular de la península. Una de las formas particularmente más notables y visible de erosión de lava, es Gatklettur, un arco que se extiende en el mar, espectacular en cualquier estación. Vale la pena echar un vistazo hacia el mar de vez en cuando durante todo este tramo-paseo por la costa, es fácil que puedas ver focas o ballenas. Si vas por el sendero, ¡ten cuidado de no salir del camino, para no caer por el acantilado!

Arnarstapi fue antaño un importante núcleo comercial y contaba con una población mucho más grande que la que tiene ahora, menos de una docena de personas ahora vive aquí permanentemente. Dicen que la población de elfos de esta zona es muy saludable y activa. La montaña de Stapafell, a las afueras de Arnarstapi, es una residencia conocida de elfos, por lo tanto no te sorprendas si ves unas pequeñas puertas pintadas sobre las rocas. Pero los elfos son difícilmente visibles, por lo que un paseo a lo largo de la costa es más útil y gratificante para ver aves, especialmente las gaviotas tridáctilas, así como las excelentes formaciones de lava. Hay una colonia relativamente grande de charrán ártico en el pueblo, ¡así que ten cuidado cuando se lanzan en picado hacia tu cabeza si caminas cerca de ellos! A menudo los pescadores locales en Arnarstapi pueden ser vistos, pescando y desembarcando la pesca del día.

Búðir

El pintoresco Búðir (Carretera 574 justo antes del cruce con Carretera 54) está situado en la costa, tiene una iglesia del año 1848 y un elegante hotel rodeado por el campo de lava de Búðahraun. Se trata de un lugar único para caminar en campos de lava de arena. Ver la encantadora iglesia negra y pasear en una de las pocas playas doradas de Islandia. ¡Aquí seguro que sacarás muchas fotos! También encontrarás un sendero de 2km que se encuentra entre Búðir y Frambúðir, donde hay ruinas de chozas de pescadores y puestos de venta. Desde Frambúðir también hay un sendero que se dirige hacia el interior a través de un campo de lava hacia el cráter volcánico de Búðaklettur.

La lava se depositó aquí hace unos 8.000 años y es ahora el hogar de una rica variedad de musgos, helechos y flores silvestres. Es un paseo fácil, pero si lo haces hasta aquí y luego regresas a Búðir, cuenta con unas 3 horas. Islandia es una nación a la que le encantan las piscinas y tiene, sin lugar a duda, la mayor cantidad de piscinas públicas per cápita en el mundo, razón por la cual no las hemos listado en este folleto. Pero la piscina de Lýsuhóll (Carretera 54, este de Búðir) es única, hasta en Islandia. En Lýsuhóll, el agua se canaliza directamente desde sus fuentes termales ricas en minerales sin la eliminación de las algas naturales y sílice. El resultado es... baboso, pero seguro que bañarse aquí te hará sentirte cercano a la naturaleza y te dejara la piel renovada. lysuholl.is En el cruce de la Carretera 54 y 56 hay una pequeña tienda y cafetería, un buen lugar para un descanso.

Gerðuberg es un interesante muro de columnas de basalto hexagonales. Es una de las fachadas rocosas más largas del país y llama la atención su uniformidad (un desvío de 1km desde la Carretera 54, siga la señal de Ytri-Rauðamelur). No lejos de aquí, pero en la Carretera 567 del otro lado del Carretera 54 esta Eldborg, un cráter perfectamente simétrico de unos 200 metros de largo. Éste fue la fuente origen de los campos de lava circundantes de hace unos 5.000 a 8.000 años, y hay una ruta de senderismo bien indicado hacia la cima del cráter desde la granja de Snorrastaðir. El paseo es relativamente fácil y se tarda una hora o menos.

CONSEJOS PARA VER LA AURORA BOREAL ¿Era un fantasma? Un remolino de luz se mueve en lo alto del cielo nocturno. De repente se mueve, cambia de forma se convierte en latigazos de luz verde y roja, destellos aparecen y desaparecen a su antojo. La mayoría de la gente que visita Islandia ya ha oído hablar de las aurora borealis, pero si no eres un experimentado observador, ten en cuenta que tiene que ser una noche oscura, despejada y fría para observarlas. Esto significa que los meses de invierno son los mejores, pero las auroras boreales se han visto en los cielos de Islandia tan tarde como en mayo y tan pronto como en agosto. Son más difíciles de detectar desde zonas pobladas debido a la contaminación lumínica, por lo que a la península de Snæfellsnes un lugar ideal para poner tu cámara “en modo manual” (para dejar el objetivo abierto durante 30 segundos), apunta hacia el cielo y ¡cruza los dedos!

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