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Ingresé a los cuatro años de edad a lo que llaman “Kindergarden”. No tengo muchos recuerdos archivados en mi memoria a largo plazo sobre mi vida académica previa a la escuela superior. Pero, sí puedo recordar lo tímido y serio que era frente a otros niños que se educaban conmigo. No fue fácil, ya que sufrí del famoso “bullying” y probablemente eso afectó mi acercamiento a otras personas en el ámbito social, pero sí me ayudó a dedicarme a estudiar, a enfocarme. Fui víctima de maltrato psicológico gracias a mi maestra de segundo grado, la cual me obligaba a hacer las tareas y asignaciones de algunos de mis compañeros que no las realizaban. Debido al estrés causado por esa presión, tuve pérdida de cabello y agotamiento físico a esa edad ridículamente temprana. Durante esos años de escuela elemental, estudié en dos escuelas diferentes y luego en escuela intermedia tuve el mismo caso. Cabe decir que en séptimo grado comenzó mi interés por la escritura y en octavo participé de un concurso de ensayos a nivel isla. Finalicé cuarto lugar y el Departamento de Educación (D.E.) me otorgó un cheque de cien dólares. Cerrando paréntesis, mi transición de escuela intermedia a superior fue uno de los cambios académicos más impactantes para mi. Junto a mis padres, durante el comienzo de octavo grado, dialogamos sobre la preocupación del
ambiente social y académico que ofrecía la escuela superior de Orocovis (donde residía en aquél entonces). Llegamos a la conclusión que esa escuela no era la mejor opción, por lo que optamos buscar otras ofertas académicas. Luego de una extensa búsqueda, nos topamos con C.R.O.E.M. (Centro Residencial de Oportunidades Educativas de Mayagüez), escuela pública especializada en ciencias y matemáticas. Después de completar el proceso de admisión comencé la etapa de mi vida que me preparó mental, emocional y académicamente para estos pasados años universitarios. No entraré en detalles sobre mi vida CROEMita, iré al grano; es una de las mejores escuelas públicas del país. Luego de estudiar ahí y haber cursado varios años en la Universidad de Puerto Rico (UPR), puedo comenzar a analizar y criticar algunos problemas que veo en la educación pública de nuestro país. No critico por sólo criticar, así que daré ejemplos contundentes de lo que quiero expresar. Comienzo con el trasfondo cultural: nosotros los puertorriqueños tenemos la capacidad de ser identificados en cualquier parte del mundo, sin embargo, cuando nos sacan en cara la situación en la que se encuentra el país, nos abochornamos. Sólo existe una razón para tal actitud: pérdida de conciencia cultural. Nuestra raza está compuesta de otras tres, somos un híbrido en términos de genes. ¿Por qué un país de tan rica historia cultural en un par de décadas ha ido decayendo como nación? No son elementos externos a nuestro país, no son las acciones de supuestos líderes o administraciones. La culpa no recae en
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un grupo elite o en un ente, el balde de agua fría nos toca a todos los habitantes de la isla. ¿Cuál es la razón de una sociedad para estar faltos de cultura? El pueblo, las personas, tú y yo, los que residimos hoy día. La crítica social no se le da a otras personas, se hace introspección y se trabaja para un cambio. Puerto Rico sufre en
estos momentos una carencia extrema de valores, un alto porcentaje de criminalidad y una deficiencia económica. Todos son factores claves que influyen a la condición que da progreso y enriquecimiento cultural a una civilización: la educación. El sistema educativo para los años ’70 y ’80 estaba en su nivel óptimo, a pesar de los fallos que siempre tengamos como humanos. Desde esas décadas al presente, la gráfica del nivel educativo ha decrecido parabólicamente. Existen circunstancias que han pronunciado este desnivel. A través del tiempo, el ser humano sólo ha ido evolucionando en sus técnicas de cómo vivir y hacer las cosas. En otras palabras, la tecnología juega un rol muy importante. Curiosamente, el modo de vida de las distintas generaciones se distorsiona con el avance tecnológico. O sea, que las personas que estudiaron hace 30 años no Foto tomada de la web (Google)
contaban con los recursos que hoy día explotamos, positiva o negativamente.
Por lo tanto, la tecnología ha marcado en un aspecto el declive de la educación. Irónicamente, se supone que sea una herramienta que mejore el status en que se encuentra el ser humano. Lo que pasa es que a nuestros jóvenes no se les enseña a aprovechar al máximo sus recursos. Ejemplos: computadoras, dispositivos móviles, televisión, entre otros. El uso de éstos objetos dentro del sistema educativo no ha hecho nada productivo, ya que se crean personas completamente dependientes del recurso, en vez de sólo utilizarlo como herramienta. La era digital ha traído muchísimas cosas benefactoras, pero en Puerto Rico no se han sabido manejar con delicadeza. Si nos comparamos con otros países, podremos ver que la dinámica es muy distinta. Ahora, interesantemente, estos recursos provienen de un elemento básico de un país, su gobierno. Sabemos que nuestro país en estos momentos pasa por una crisis administrativa y económica que lleva arrastrando hace ya bastante tiempo. En
cuestiones de presupuesto hemos estado en sube y baja, tanteando, cogiendo prestado, etc. No me dedico al estudio de estadísticas ni mucho menos, las encuentro un poco subjetivas, pero ¿cuánto dinero se otorga para el mejoramiento del D.E.? O mejor aún, ¿cuánto dinero se malgasta en beneficios a funcionarios que no merecen ese estilo de vida millonaria? Cualquiera diría que tenemos dinero suficiente como para botarlo, cuando existen países pertenecientes al tercer mundo verdaderamente. Habiendo dicho eso, estando escasos de cultura, ¿nunca hemos considerado llamarnos país tercermundista?
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Bueno, regresando a la temática, no sospecho un cambio inmediato, sino una destrucción paulatina. Aún nuestra sociedad sigue en pie a pesar de los cráteres que se presentan en el camino. ¿Recuerdan la caída del Imperio romano? Existen varias teorías sobre la causa del desvanecimiento de tan poderoso imperio, pero hay una que me llama la atención. Se dice que consistía de tantas provincias y territorios invadidos, que pasó de ser una sociedad unicultural a una multicultural. Debido a la diversidad cultural con la que contaba, la capacidad de control de sus provincias y territorios fue menguando hasta desaparecer. Puerto Rico no es un imperio, claro está, y no contamos con una sociedad súper multicultural tampoco. Estando en una isla tan pequeña con una sola cultura marcada, ¿cómo es que nos encontramos al borde del abismo cultural? Estamos fracasando poco a poco y se acerca el derrumbe. Eso sí,
luego de la caída del Imperio romano, todo su conocimiento sobre cómo vivir la vida y la tecnología que utilizaban, desapareció. Como consecuencia, las generaciones posteriores fueron perdiendo el conocimiento debido a que no existía un sistema educativo; la sociedad se volvió analfabeta, ¡a tal nivel que no sabían cómo hacer un martillo! ¡Ya no se sabía construir ni tan siquiera! No seguiré hiperbolizando el tema, sabemos que la sociedad se levantó y tuvo su Foto tomada de la web (Flickr)
periodo de Renacimiento.
Observo a Puerto Rico con tan poca calidad y sustento para el sistema educativo, que me hace pensar que estamos a punto de colapsar y caer en una coma vegetativa estilo Edad Media, que quién sabe cuánto puede durar. No quisiera pensar que la educación pública llegue a extremos donde se pierda el lenguaje, el habla, la escritura de nuestro español. ¡Pero si miramos a los universitarios y tres de cada diez saben expresarse correctamente tanto en lo verbal como en lo escrito! Nos cuestionamos el por qué del caos, desorden y poca conciencia en el país, pero no queremos aceptar el hecho de que nuestra educación es el componente principal para que no colapsemos. ¿Qué hace nuestro gobierno preocupándose por el tipo de combustible que se usa? Sea petróleo, gas natural, energía eólica, solar o nuclear. ¿Por qué mejor no utilizas ninguna y atiendes el verdadero problema? El país se hunde pulgada a pulgada cada vez que no se le da importancia a la educación pública (elemental, intermedia y superior). Queremos que el mundo sobreviva para las futuras generaciones por venir, pero desconocemos si a este ritmo nosotros perduraremos. Nunca es tarde, pero no se puede seguir procrastinando. Todos los días Puerto Rico Foto tomada de la web (Google)
grita por un suspiro de aire donde haya paz y un buen manejo de los recursos. La iniciativa debe ser primero individual y luego colectiva. La educaci贸n la mejoramos t煤 y yo cuando comencemos a velar que nuestros j贸venes adquieran el conocimiento y los valores necesarios para poder sustentar el pa铆s en un futuro. Mathew Ariel
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