Han transcurrido tres meses desde la apertura de la nueva Cinemateca de Bogotá; es hora, por lo tanto, del segundo número de esta revista, otro espacio inaugurado con el propósito de ampliar nuestras formas de relacionarnos con la ciudad por medio de las artes. Estos primeros meses de funcionamiento de la Cinemateca nos han permitido descubrir y observar cómo la ciudad se encuentra con este nuevo centro cultural y cómo lo apropia. Aún cuando hemos estado atentos a estos
meses iniciales, no olvidamos que la memoria audiovisual es uno de los motores que mueven este nuevo equipamiento y nuestro quehacer en general.
El cine ha transitado por lo familiar, lo privado y lo público de una manera tal, que con el paso del tiempo son cada vez más las imágenes que recordamos
colectivamente como huella de un momento. Es por eso que una de las apuestas de este número es rendir un homenaje a nuestro acervo y en consecuencia nos unimos a la celebración del Día Mundial del Patrimonio Audiovisual (27 de octubre).