En contraste a lo que sucedió en 2023, el desempeño de la economía mexicana no será igual en 2024 y 2025.
En principio porque el enorme impulso del gasto público se verá frenado en la segunda mitad de 2024; las altas tasas de interés que no bajarán como previsto, también tendrán impacto en el consumo y la inversión; los niveles inflacionarios que son resilientes y no nos han permitido llegar al objetivo deseado, harán su parte este año.
El próximo año, 2025, tiene la característica de ser uno de arranque sexenal, con la complejidad que entrañan estos años de por sí, resentirá la enorme presión de las finanzas públicas. No sin descartar que la política monetaria se ha complicado, ante futuras presiones inflacionarias de un tipo de cambio por demás volátil, debido a la percepción de debilitamiento institucional; por la desaparición de los órganos autónomos; la falta de contrapesos y el fin, como muchos piensan, de la democracia.
Crecimiento del PIB de México: 2018-2024 (Var. % real anual)
2023/01 2023/02 2023/03 2023/04 2024/01 2023 2024e 2025
e/estimado a partir de la fecha que se indica
Fuente: INEGI e IDEA-S&P
Ciertamente, México ha entrado a un nuevo escenario económico y las perspectivas ya cambiaron. El 2 de junio, la candidata presidencial de la alianza Morena-PT-PVEM obtuvo el 60% de los votos y se llevó “el carro completo”, los contrapesos se diluyen y los mercados están nerviosos y expectantes.
En efecto, la presidenta electa llega con un capital político, incluso, mayor que su antecesor, y se teme un debilitamiento institucional con un poder tan centralizado.
La decisión de impulsar el “plan C”, particularmente lo tocante a la Reforma al Sistema Judicial, sin prácticamente oposición en el Congreso, en septiembre, ha provocado que el tipo de cambio entre en una espiral de volatilidad. La incertidumbre generada por un sistema judicial que ya no sería independiente, se sumó a los temores generados por una mayoría absoluta legislativa lograda después de los comicios.
Y, a pesar de las diferentes iniciativas de autoridades hacendarias (pago anticipado de vencimientos de deuda en 2025 de 894 mdd y renegociación de deuda de 4,000 mdd en vencimientos programados en el próximo año, para lograrlo) y monetarias (intervención en el mercado cambiario por hasta 30 mil millones de dólares) a fin de tratar de estabilizar a los mercados y la declaratoria de la propia Dra. Sheinbaum de moderación, a través de consultas a parlamento abierto para estas reformas judiciales controversiales, no han podido calmar el nerviosismo.
Si bien la posibilidad de reformas constitucionales e importantes retos económicos por delante han desafiado la estabilidad.
La política monetaria se ha emproblemado por la transmisión inflacionaria de un tipo de cambio presionado por las implicaciones de los resultados electorales en México y lo que se percibe serán en Estados Unidos, con la posibilidad de la llegada de Donald Trump a la presidencia de ese país. Adicionalmente, la presión de las finanzas públicas de un déficit fiscal que pudiera exceder el 5% previsto por la Secretaría de Hacienda en los Pre-Criterios Generales de Política Económica para 2025, siendo el más alto desde finales de los ochenta, exigen acciones inmediatas en el corto plazo y estructurales en el mediano plazo.