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7. BIBLIOMANÍA · LAS LIBRERÍAS: ESPACIOS

LAS LIBRERÍAS:

ESPACIOS CULTURALES Y PUERTAS A OTROS MUNDOS

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Texto por Fondo Ventura

IG @fondoventura

Archivo Editorial y Casa Almadía Desde su aparición, la librería ha representado el espacio tradicional para la comercialización de los libros. La RAE la define como tienda donde se venden libros, sin embargo, esta descripción solo abarca el aspecto mercantil del establecimiento, omitiendo el amplio sentido de lo que ha significado para las personas que la visitan, se encuentran y comparten en ella.

Siendo curiosos, observaremos que las librerías son lugares vivos, activos y de intercambio cultural, pues en ellas se leen, difunden y discuten diversos temas contenidos en los títulos que ofertan, además, son el entorno donde, por fin, el libro se encuentra con el lector.

En este sentido, han sido también el espacio físico en el que el trabajo de aquellas y aquellos que intervienen en la producción de la herramienta más antigua de comunicación, llega a las manos de las y los lectores. De ahí que

las personas que recomiendan o facilitan los ejemplares en las librerías, es decir libreras y libreros, aportan valor agregado al objeto, pues tácitamente comparten su afecto por los libros, su pasión por la cultura escrita, nos acercan al arte que contienen y, más trascendente aún, ponen a disposición puentes que alimentan la imaginación, al presentarnos otras realidades.

Indagando entre los libreros, dueños o fundadores de librerías, seguramente encontraremos historias de ávidos lectores que iniciaron un negocio esperando ofrecer en este lo que les gustaría tener al alcance. Es por ello que existen distintos tipos de librerías.

Están las llamadas de cadena o corporativas, caracterizadas por tener diversos puntos de venta a lo largo y ancho de un país específico. También las hay con otra personalidad, y pueden ser catalogadas bajo el nombre de independientes, temáticas, de barrio, con libros de nicho o de viejo; estas por lo general cuentan con un único local ubicado en un barrio en donde su comunidad las acoge y tienen un acercamiento

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Archivo La Proveedora

más personalizado con el lector, es decir, su existencia se afirma en la relación que sus libreros establecen con los clientes.

Las personas nos asociamos por afinidad, y esto también ocurre con las librerías. Acudimos a ellas para hojear, sentir, imaginar, descubrir nuevas lecturas, para ser guiados por la plática y las recomendaciones de libreras y libreros, incluso para indagar si la novedad que nos sugirieron ya se encuentra en las estanterías, o simplemente, para encontrarnos con otros lectores.

Cuando una librería, más allá de su perfil, logra que sus consumidores asistan periódicamente en busca de nuevas lecturas, se crean lazos que sostienen el negocio, pero también a la comunidad del barrio en el que se insertan.

Desde que se registró la librería en activo más antigua del mundo - según el Record Guinnes, la Livraria Bertrand do Chiado, ubicada en Lisboa, Portugal, hace más de 250 años*- tenemos la certeza que las personas que se acercaron a ella esporádica o frecuentemente contribuyeron a su permanencia, pero sobre todo que este histórico lugar generó las memorias de la comunidad en donde se encuentra, y por ello consideramos a algunos libreros como verdaderos creadores de comunidades literarias.

Lo anterior para apuntar que la personalidad de la librería de la que nos sentimos parte, es de aquellas que a lo largo del tiempo ha creado diferentes formas de cohesionar a su comunidad.

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Podríamos evocar lo que nos ha ocurrido en sus espacios. Recodar cuál fue la primera que visitamos y a qué edad, qué experiencia abonó aquella visita a nuestra historia personal, qué sentimos cada que conocemos una nueva, etc. En fin, repasar y encontrar innumerables anécdotas que han definido la vida de las personas que nos consideramos lectoras, pues por las repisas de las librerías han pasado millones de historias de mujeres, hombres e infancias, a través de recuerdos ligados, en su mayoría, al disfrute. Hoy por hoy, diversas librerías albergan en sus instalaciones presentaciones de libros, actividades artísticas, lúdicas y culturales en las que se discuten y presentan temas de lo más variados. Muchas, para sostenerse, también han optado por incluir otros productos, ofreciendo artículos de merchandising o diseño, e incluso se han establecido otros negocios que permiten la convivencia cómoda so pretexto de leer. Así, cafeterías, restau

rantes, bares complementan la lectura y su disfrute, a la par que brindan comodidad a los lectores. Estrategias que dan la impresión de que estos espacios se encuentran más activos que nunca.

Pero la realidad es que las plataformas de comercio electrónico no especializado en libros están haciendo tam

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balear al ecosistema librero y a todo el universo de librerías. En dichas plataformas de venta al por menor, totalmente diversificada y catalogada en diferentes líneas de productos, podemos adquirir uno o veinte libros, lo mismo

que aparatos electrónicos, zapatos, ropa, juguetes o utensilios de cocina, y recibirlos hasta la puerta del hogar. Suena a ventaja, sí, pero en este acto se cancela la posibilidad de la cercanía y de vínculo con la comunidad que interactúa a propósito de la existencia de la literatura. El proceso de intercambio se reduce a la transacción monetaria, sin posibilidad de interacción, discusión o acercamiento; la experiencia de leer la cuarta de forros, preguntar si es recomendable, qué más ha escrito la autora o autor, oler el libro o comentarlo con el librero, queda anulada.

Antes de la proliferación de plataformas de comercio electrónico, también se optó por explorar otras vías de comercialización. Cierta cadena de librerías y editoriales transnacionales pusieron en supermercados y tiendas departamentales sus títulos; banalizando con ello al libro y, sobre todo al oficio librero.

Las librerías están cerca de nosotros, generando convivencia, abriendo espacios de diálogo y reflexión echando mano de la literatura, al arte y a la cultura. Pero desde hace unos años, estos establecimientos están en riesgo de reducir sus actividades o cerrar por razones de sustentabilidad, riesgo que se ha incrementado con la actual pandemia.

En conclusión, es fútil reducir estos negocios a simples y llanas tiendas, es tiempo de renovar su importancia como espacios que abren puertas a mundos de convivencia, de vínculo, de cercanía, de comunidad. Es momento de ser recíprocos con nuestras librerías, de

acercarnos a ellas, de fortalecer a la más cercana y de apuntalarlas en esta época de incertidumbre y crisis pandémica; de seguir afianzando la comunidad que logra y cohesiona un librero con su oficio, incentivado por su apego a las letras.

Como lectores, nuestra compra y visita sostiene a las librerías, pero las librerías con su posibilidad de darnos lectura sostienen, de muchas maneras, la compleja realidad.

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· Postres · Panadería de casa · Barra de café de especialidad

JOSÉ LÓPEZ ALAVEZ 1355, BARRIO DE XOCHIMILCO, OAX. FB:/amsiemprecafe · PEDIDOS: 951 170 2934

Caminar por el barrio de Xochimilco para después compartir la mesa con la familia o para trabajar un buen rato cómodamente, disfrutando una buena taza de café.

René Pascual siempre se ha ocupado por que la experiencia en su lugar sea lo más completa posible: desde el cuidado de sus interiores, la decoración, el arte, su mobiliario, y desde luego, su atención, su materia prima y el producto final. a.m. Siempre Café es un spot preferido por muchos locales y extranjeros. Han contado con un solo distribuidor de café desde un inicio, un grano de la Sierra Sur, con el tueste perfecto y sabor inigualable; los lattes y capuchinos son perfectos y la panadería es muy seguramente eso que te hace regresar una y otra vez: los roles con frutos rojos y almendra, el consentido por muchos: el pastel de chocolate libre de gluten; el exquisito y ultra suave panqué marmoleado, el decadente pastel de trufa de chocolate o el clásico pay cremoso de guayaba; todos ellos también puedes pedirlos en porción completa para disfrutar en alguna ocasión especial.

Su pan francés es impresionante, uno de los platillos que debes probar en tu próxima visita o pedido a a.m. siempre café.

En la cocina de a.m. siempre café, se utilizan insumos de alta calidad, y ello se nota en el sabor de sus platillos de su panadería toda hecha en casa, la que usan también para sus tostados, emparedados y deliciosos croissants. La capacitación de cocina es clave para ellos y en su carta encontrarás platillos salados como ensaladas, wraps, pizzetas y la deli hamburguesa con papas en rodajas. Su servicio nos encanta: siempre te recibirán muy amablemente Fanny y Sandra, quienes sin duda se harán tus amigas y te harán sentir como en casa. ¡REALIZA TU PEDIDO AL 951 170 2934 DESDE LA COMODIDAD DE TU HOGAR VÍA WHATSAPP, EL ENVÍO ES GRATIS!

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