Revista nº5 IES Fuentebuena

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IES “FUENTEBUENA”

ABRIL DE 2009

LIBERTAD

Revista Escolar Nº 5

ARROYO DEL OJANCO,

TEMA DE PORTADA

Celebración del Día Escolar de la Noviolencia Y la Paz. En actividades del DENYP se recaudaron fondos para “Médicos Sin Fronteras” Con las ventas de este mercadillo que se ve en la fotografía se recaudó una parte. También se recaudó bastante con la rifa de este cuadro.

El AMPA Preparó chocolate y bizcochos que endulzaron este día.

Celebración del Día de Andalucía Aquí mostramos algunos de los trabajos que se hicieron en las aulas con motivo del Día de Andalucía. Fco. José Sánchez Sewrgio Sánchez Lorena Chinchilla Noelia Jiménez


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Lo que hemos hecho y vivido recientemente en fotografías.

Padres y alumnos en el reparto de los Profesores y alumnos en la reciente visita a Córdoba. Fotografía a la entrada de panecillos preparados para el Día de Andalucía. La Mezquita.

Expectación para el partido Profesores/Alumnos jugado el Día de Andalucía.

Entrega de trofeos el Día de Andalucía a los ganadores de la competición escolar de futrito.

Echando un vistazo para la compra en el Mercadillo Solidario.

Personajes para ilustración de un cuento realizados por María del Barco.


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LIBERTAD

DENYP (Día Escolar de la Noviolencia Y la Paz) La presentación que a continuación se hace sobre la planificación y desarrollo de actividades para este día, nos la cuentan dos de nuestros alumnos y para completar la información han añadido algunas fotos tomadas de los trabajos y actos más reseñables. Un día la señorita Estrella vino a comentarnos a primero que para el día 30 de Enero prepararíamos un mercadillo para recaudar fondos para una ONG, y que nosotros podíamos traer objetos de nuestra casa para venderlos. Lo que nos trajimos fue puesto en el pabellón y algunos alumnos/as de 4º fueron los vendedores.

Sergio Valiente Después del mercadillo se hizo la rifa del cuadro pintado por Don Escolástico. Le tocó a Antonia Cuadros, una de las limpiadoras del instituto. RECAUDACION DEL DENYP

Don Escolástico entrega

El número 440 fue el cuadro (pintado al óleo) 314’60 € el premiado. a Antonia Cuadros. El día que la señorita Estrella vino al aula, nos dijo que podíamos realizar un mercadillo, se pensó hacer también la rifa de un cuadro y una merienda. Cuándo Estrella lo comentó todo, explicó que voluntariamente los alumnos y profesores del I.E.S Fuentebuena se podrían traer objetos viejos de sus casas para el mercadillo solidario. También se les podría pedir a las madres o padres de los alumnos traer algún pastel o bizcocho. La recaudación hecha por todas esas cosas fue destinada a ‘‘Médicos Sin Fronteras’’. Fueron recaudados 314’60 €. Aitor Lanzas


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LIBERTAD CULTURA

El día 11 de febrero los cursos segundo y tercero fueron a Córdoba. Los departamentos de Lengua castellana y francés han organizado la salida a las 6:30 p.m. y organizaron las actividades del día. Las actividades realizadas fueron las siguientes: -Una obra de teatro titulada: ‘’Maese Pérez el organista’’ -Ruta turística por la Judería. -Visita turística a la Mezquita de Córdoba. En la hora de comer se dejó a los alumnos ir a su aire comprando y visitando por su cuenta una zona

pequeña en el centro de Córdoba. Algunos de los alumnos hablaron con un inglés de procedencia canadiense que encontraron en el patio de la mezquita. El alumno Jesús Moreno se alejó algo del grupo durante más de media hora hasta que al fin se unió de nuevo. Para nosotros el viaje fue muy completo con actividades muy desenvueltas donde no te podías aburrir. Gracias a las explicaciones de la profesora Maria José se nos hizo más amena la cultura cordobesa.

Foto realizada en el jardín botánico. Realizado por los alumnos: Ismael y José Antonio de 2ª


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ABRIL 2009 Revista Escolar Nº5

LA GENTE DEL INSTITUTO ES CREATIVA En este número de la revista presentamos a las alumnas de 1º Miriam Lucha Romero y Cristina Sánchez Adán aficionadas a confeccionar con abalorios diversa bisutería y figuras decorativas. El resultado de su trabajo son verdaderas obras de artesanía que llaman la atención por su pequeño tamaño, colores llamativos y formas originales. Miriam Lucha Romero tiene presentadas las distintas áreas en sus cuadernos con representaciones plásticas muy elaboradas y atractivas. Aquí mostramos algunas de ellas.

Cartel de San Marcos de las fiestas de Méjico

Aprovechamos, porque San Marcos está próximo, para desear a todas las personas que participen en esta fiesta, que sean felices,que no se arriesguen, que sean generosos con quienes les visiten y que nos cuenten las cosas buenas que recuerden después de las fiestas.

¡Al toro!


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ABRIL 2009 Revista Escolar Nº5

LIBERTAD

EL NUEVO LOGOTIPO DEL I.E.S. FUENTEBUENA Aquí lo tenéis. Os presento el nuevo logotipo de nuestro

centro.

Como

ya

sabéis,

en

noviembre se convocó un concurso en el que algunos y algunas de los alumnos y las alumnas del centro presentaron diversas propuestas entre las cuales se eligió la de Margarita, de 1º de ESO, como la más representativa y atractiva. En ella se mostraba una oliva (árbol representativo de la comarca) cuyas ramas formaban el acrónimo I.E.S. y cuyas raíces formaban

la

palabra

FUENTEBUENA. Esta propuesta, como veis, se ha convertido en el principal motivo del emblema que os presento. Sin embargo, otros bocetos presentados incluían elementos también represen-tativos de nuestro municipio: por ejemplo, en algunos se apreciaba el ojo del cíclope (ojanco) cuya leyenda da nombre al pueblo; y en otro, se incluían unas columnas romanas, muy en consonancia con las raíces históricas de la localidad. Así pues, he tenido en cuenta estos elementos a la hora de digitalizar el diseño: en la copa de la oliva, como podéis observar, hay un ojo ciclópeo que nos observa. Asimismo, a ambos lados del árbol, dos columnas romanas enmarcan el emblema. Y ya que la cosa iba de asociación de ideas, pensé: ¿por qué no incluir un elemento que complete en nuestro emblema la representación del nombre del pueblo? Así que también he incluido unas ondas azules sobre el tronco de la oliva para representar el arroyo legendario. Y para rematar, he agregado algunos elementos decorativos y representativos más: un frontón que descansa sobre las columnas, dentro del cual he colocado unos relieves de ramas de oliva rematando los ángulos inferiores y, presidiendo en el centro, un libro abierto en representación de la enseñanza y la cultura. Bajo el frontón, he colocado un dintel en el que se lee el nombre del instituto con letras en relieve. Y finalmente, como base de apoyo de las columnas, una palestra con la inscripción del nombre del municipio, también con letras en relieve. Espero que os guste.

Ismael Carrillo Martínez, profesor de inglés y tutor de 4º A. Curso 2008-09


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ABRIL 2009 Revista Escolar Nº5

DEPARTAMENTO DE LENGUA

Día Mundial del Teatro

27 de marzo El día Mundial del Teatro se creó en 1961 por el Instituto Internacional del Teatro (IIT). Se Celebra anualmente el 27 de marzo por los centros del IIT y la Comunidad teatral internacional. Uno de los actos más importantes es la distribución del Mensaje Internacional tradicionalmente

escrito por una personalidad del teatro invitada por el Instituto Internacional del Teatro. “El Teatro es el padre de todas las artes y como en toda obra de arte, el mensaje del artista siempre ha estado impregnado de justicia humana, madurez de expresión y autenticidad”.

DEFINICION DE TEATRO EL TEATRO: es la rama del arte escénico relacionada con la actuación, que representa historias frente a una audiencia usando una combinación de discurso, gestos, escenografía, música, sonido y espectáculo. Es también el género literario que comprende las obras concebidas para representar en un escenario, ante un público.

Foto teatro cordoba

Intervención de los actores

Maese Pérez, el organista es una historia escrita por Gustavo Adolfo Bécquer. Es representativa del Romanticismo y muy conocida. Lo que hemos visto en Córdoba ha sido una adaptación de esta obra para ser representada en el teatro.


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ABRIL 2009 Revista Escolar Nº5 (continuación)

El motivo de presentar a esta gran persona en la sección de nuestro Departamento es el reconocerle el mérito enorme por inventar la forma de representar la lengua escrita legible a través del sentido del tacto. Todos sabemos la importancia que este tipo de escritura tiene para los ciegos.

BICENTENARIO DEL NACIMIENTO DE LOUIS BRAILLE Louis Braille (Coupvray, París, 4 de enero de 1809 - 6 de enero de 1852) fue un profesor francés, famoso por la invención del sistema de lectura para ciegos que lleva su apellido. A la edad de 3 años perdió la vista. Se infectó el ojo izquierdo tras un accidente en el taller de su padre, Simon-René Braille. La infección acabó por dañarle el ojo derecho también, provocándole una ceguera irreversible. En el Instituto Nacional para Jóvenes Ciegos, Paris, conoció a Charles Barbier, inventor de un sistema de lectura para ciegos que Braille reformó y completó hasta convertirlo en el que iba a ser el sistema universal de lectura para los afectados de ceguera. Dicho sistema, llamado Braille en honor a su inventor, consta de 63 caracteres formados de uno a seis puntos y que al ser impresos en relieve en papel permiten la lectura mediante el tacto. Enfermó de tuberculosis durante los últimos años de su vida, a su muerte fue enterrado en su localidad natal y, en 1952, sus restos fueron trasladados a París y enterrados en el Panteón. El braille, por ser originario de Francia, utilizó muchos símbolos correspondientes a las 64 combinaciones de los seis puntos que lo originan, para representar acentos especiales correspondientes al francés. Al utilizarse en otros idiomas, las combinaciones de puntos braille cambian de significado. Para más información… http://www.biografiasyvidas.com/biografia/b/braille.htm http://www.cercil.org/html/lbraille.htm http://labibliaweb.com/?p=3340 Hecho por los alumnos de 3º A: Gloria García Romero Laura Caballero Blanco

Rubén González Pinel Carlos Blázquez Hernández


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DICIEMBRE 2008 Revista escolar Nº4

APROXIMACIÓN A LA LITERATURA * INVENTANDO HISTORIAS

Sergio Sánchez es un alumno de la clase de primero de la ESO, a veces le gusta ecribir historias como ésta:

El sueño de un niño EL HECHICERO CAPRICHOSO. Érase una vez un hechicero muy caprichoso, que siempre quería tener cosas que sólo él tuviera, como tenía de todo y no sabía que hacer para buscar algo diferente, se puso a pensar. Tras muchas horas dándole vueltas a la cabeza se le ocurrió convertir unos viejos muebles en animales, eso nadie lo tenía. Para ello cogió un pelo de cada animal que quería e hizo una poción con cada uno, además le añadió agua, barro, serrín y un líquido secreto. Cuando tuvo las pociones terminadas fue echándolas sobre los diferentes muebles. Al pasar un rato la mesa se empezó a comportar como un caballo, la silla como un perro, el sofá como un toro y la radio cacareaba como una gallina. Al principio el hechicero estaba muy orgulloso de su creación, enseñaba a todo el mundo sus maravillosos muebles-animales, le encantaba salir a pasear con su perro-silla, pero cuando pasaron los días empezó a cansarse de no tener un sofá donde sentarse, una mesa donde comer, una radio para oír las noticias. Además siempre estaban ladrando, mugiendo, cacareando y el caballo-mesa no paraba de darle coces,…, así que buscó la poción que devolviera los muebles a su estado normal. De esta manera el hechicero se empezó a dar cuenta de que sus caprichos a veces no tenían sentido y se fue volviendo más normal. Sergio Sánchez Gilabert 1º.


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DICIEMBRE 2008 Revista escolar Nº4

APROXIMACIÓN A LA LITERATURA

(Continuación)

CINCO FRUTAS AL DÍA. Eloy hacía 5º de primaria en un colegio de un pequeño pueblo. Su maestro era un hombre mayor pero de buen corazón y muy bueno con sus alumnos. Siempre le explicaba el porqué de las cosas, poniéndole ejemplos de la vida diaria. Un día estando en clase de conocimiento del medio tocaba la explicación de las proteínas y vitaminas y repartió a cada alumno una pegatina con el dibujo de una mano y el eslogan ‘‘Cinco frutas al día’’. En ese momento se acordó de lo que le insistía su madre en que había que comer frutas, a la voz que le cantaba: Coloradita, ¿cómo no sales Colorada es la manzana a la ventana, que te dé el aire? del lado que le da el sol, Que te dé el aire del lado que no le da que te dé el viento. amarillo es su color. Carmen Martínez Niño 1º.

Existen procedimientos para facilitar la creación de una historia original. Aquí mostramos, de forma muy breve, uno bastante efectivo tomado de Internet y usado mucho en centros educativos. De una palabra nace una historia. Las piedras musicales: Se eligen dos palabras, por ejemplo piedra y música. ¿Qué pasaría si se intentaran unir estas dos palabras: piedra-música? ¿Qué relación se les puede buscar, aunque esta sea disparatada? Por ejemplo: Existió una casa hecha con piedras musicales. Si golpeabas con un palo una pared sonaba una trompeta.... Incluso: Era un pueblo musical, cada casa tenía el sonido de un instrumento. La casa de la Guardia Civil sonaba a tambor... Dentro de la casa de la Guardia Civil podría haber un preso: Había en los calabozos un preso que cantaba una triste canción que se escuchaba por todo el valle. Un día dejó de cantar.... ¿Qué había ocurrido?¿Quien era ese preso?¿De dónde venía?¿Cómo termina la historia?.


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EL ESCONDITE

ABRIL 2009 Revista escolar N º5

OCIO/PASATIEMPOS ¿Cuáles son los tres profesores/as de entre las fotos siguientes? Escribe el nombre que corresponda.


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OCIO/PASATIEMPOS

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DICIEMBRE 2008 Revista escolar Nº4

PARTIDO PROFESORES ALUMNOS EN LA CELEBRACIÓN DEL DÍA DE ANDALUCÍA. Tras un largo trimestre de competición en el I torneo de fútbol sala día de Andalucía, donde fueron 6 los equipos que participaron, se alzó campeón el equipo de “LOS SERAFINES ANDANTES” compuesto por alumnos de 4º E.S.O. Además de obtener reconocimiento de campeón, este equipo tuvo el honor de jugar contra un combinado de profesores y personal del centro en el día de la celebración del Día de Andalucía. Este partido se disputó en un horario donde todo el centro estuvo presente, las gradas repletas, los estómagos también (después de un gran desayuno preparado por el AMPA de nuestro centro) y todo dispuesto para la gran fiesta. Los dos equipos se presentaron en el campo con sus formaciones de gala, por un lado los alumnos con Iván, Juan, José Antonio, Carlos, Francisco Javier, Juan Antonio y Daniel. Por parte del equipo contrario los profesores Ismael, José Ángel, Vladimir y Miguel Ángel, con la incorporación de última hora de nuestro conserje Manuel. La primera parte transcurrió como se esperaba, un buen equipo de alumnos conjuntado y físicamente muy bien “barrió” de la pista al equipo de los profesores con un 4-0 que hacía presagiar la mayor goleada registrada en nuestro centro, pero todo cambió en la segunda parte, ya que gracias a la veteranía y el buen hacer del equipo de los profesores, éstos se pusieron por delante en el marcador con un 4-5 inesperado para muchos, pero que hacía justicia en el marcador. Finalmente, tras una jugada un tanto afortunada y a poco menos de un minuto para el final del partido, el equipo de los alumnos empató el partido a 5 tantos, quedando así el resultado final. Un gran encuentro que fue ovacionado por el respetable público que en nuestra pista se dio cita y que los jugadores de ambos equipos agradecieron enormemente. Fue un gran día para nuestro centro, ya que pudimos convivir todos juntos en la fiesta de nuestra comunidad a través del deporte. Esperamos ver más a menudo este tipo de eventos con más participación por ambos bandos a ser posible.


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DICIEMBRE 2008 Revista escolar Nº4

LIBERTAD

ECONOMÍA DE ANDAR POR CASA MEDIDAS PARA FOMENTAR RECOMENDACIONES DE “LOS OTROS” Y OTRAS ENERGÍAS

AHORRO ENERGÉTICO QUE RECOMIENDAN LOS ALUMNOS DE 4º Uso de bombillas de bajo consumo. Ducharse en vez de bañarse. Utilizar el transporte público. Depositar cada material en su contenedor para su posterior reciclaje. Apagar las luces cuando no se necesiten. Cerrar el grifo mientras nos lavamos los dientes. Apagar la televisión y el DVD desde los propios aparatos, no con el mando a distancia.

No consumir innecesariamente. Prescindir de embellecedores. Caminar es muy sano. No desechar cosas a medio uso.

Hacer actividades al aire libre y a la luz del día. No abrir el monedero para compras de productos perjudiciales. Dejar que el móvil repose 23 de las 24 horas del día.

Realizado por los alumnos de 4º A y B.

OLIVÍ

Otros consejos que podríamos atender: -No comentar los defectos a los oídos de quienes los padecen con la excusa de que somos sinceros y la sinceridad es una virtud muy importante. -No dejar que se nos dé todo hecho pensando que quien lo hace está “complacido porque nos complace”. Quienes nos quieren también se fatigan e igualmente les gustaría ser complacidos. -No desaprovechar el tiempo en situaciones que nos provocan angustia al enfrentarnos a los demás. -Aprovechemos el tiempo de la juventud, que parece pasar lento; los más adultos tienen problemas con él porque pasa rápido y casi sólo les permite seguir viviendo. -Una cosa muy importante es querer a quienes nos quieren, pero es esencial demostrárselo de vez en cuando.


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DICIEMBRE 2008 Revista escolar Nº4

Día de Andalucía

Trabajo de presentación de las provincias andaluzas realizado por José Juan Caballero de 2º

Trabajo de presentación de las provincias andaluzas realizado por Marga Gómez de 2º


El Sueño de Jonathan Cuasimosca Creación de Ismael Carrillo Presentación de Ainoa Chinchilla y María José García (4º A) A continuación os presentamos un relato que trata de un niño llamado Jonathan que es rechazado por la sociedad sin que éste dé motivos para ello. Es un niño incomprendido, extraño, sin amigos y tímido; esta personalidad da lugar a que tenga fantasiosos sueños irreales en los que aparecen una serie de criaturas imaginarias. Este cuento está realizado por la mente inquieta de nuestro profesor Ismael Carrillo.

El sueño de Jonathan Cuasimosca I. Se presenta Jonathan Cuasimosca.


¿Quién habría podido imaginar que el pequeño Jonathan Cuasimosca tenía tanta sensibilidad y era una criatura tan mágicamente entrañable? Tristemente, nadie en este mundo cenizo y aséptico estaba por la labor de prestar atención a nimiedades tan poco enriquecedoras. Sin embargo, el corazoncito de Jonathan Cuasimosca sí mantenía un cálido rescoldo que lo convertía en alguien especial para quien observaba desde perspectivas y dimensiones que resultaban invisibles para la maquinaria rutinaria del medio imperante, que lo cubre todo con su manto gris y metálico y que observa con una mirada tan limitada que llega a convertirse en selectiva hasta reducir su alcance a la superficie de las cosas. Pero Jonathan Cuasimosca no sabía nada del rescoldo de su corazoncito ni de las dimensiones invisibles, ni tampoco de perspectivas. Lo bueno del pobre Jonathan Cuasimosca es que siempre se olvidaba, al cabo de poco rato, del desprecio que todos sentían por él. ¿Le despreciaban porque tenía los ojos facetados? Ésa era una singularidad excepcional para él, pero para el resto de la comunidad era más bien una deficiencia. Una profunda ironía, desde luego, ya que nadie era más diferente o deficiente que Jonathan Cuasimosca, nadie. Pero sí, le despreciaban. Y curiosamente los retratistas le despreciaban más intensamente que muchos otros: el simple hecho de hacer un retrato a Jonathan Cuasimosca era una aventura audaz que ninguno quería abordar, pues siempre veían frustradas sus aspiraciones a la luz del resultado obtenido. Y es que, al tener ojos facetados, Jonathan no podía manifestarse de forma singular: sus retratos eran una maraña de personalidades y gestos inquietos que para los serios retratistas del momento carecía de todo valor. El pequeño Jonathan Cuasimosca se sentía en ocasiones incomprendido. Por mucho que se esforzase por agradar a los demás o, al menos, por no desagradar a nadie con nada de lo que hiciera, dijera o pensase, siempre surgía quien desaprobaba lo que hacía o consideraba su esfuerzo insuficiente. Siempre luchando contra esta sensación de frustración por no poder satisfacer ni sus propias expectativas ni tampoco las de los demás, Jonathan Cuasimosca se decidió a eliminar para siempre la palabra expectativa de su vocabulario. Qué inocente al pensar que esto era posible. Como si fuese tan sencillo llevar a la práctica una decisión de tal calibre. Como si los demás fueran a mostrarse comprensivos y receptivos ante tal actitud. Como si no fuera osado el mero hecho de creer que alguien tan insignificante pudiera llegar a plantearse algo así. Qué avocado al fracaso se encontraba una vez más el pequeño Jonathan Cuasimosca. II. Jonathan Cuasimosca vuelve a casa, triste, y conoce a un fenderino. Aquel día, Jonathan Cuasimosca regresaba a casa con semblante triste. Hacía un rato que había parado de nevar, y la ruta que Jonathan Cuasimosca había trazado de regreso a su hogar era delatada por un reguero de intensas gotitas rojas que se desprendían de su mochila de láminas transparentes nervadas, cristalizando al caer sobre la crujiente capa de nieve limpia. Al frente de la línea de puntos rojos, Jonathan Cuasimosca avanzaba sollozando, mascullando y frotándose las manos nerviosamente sin levantar la mirada.


Sobre las copas de los enormes árboles que se hacinaban algunas decenas de pasos hacia la derecha del camino, un nutrido grupo de pequeñosprimates sumidos en un inquietante pánico saltaba de rama en rama en pleno caos circulatorio. Chillando, arrancando hojas, mirándose con las mandíbulas desencajadas y totalmente separadas, mostrando sus amenazadores incisivos y sin perder de vista la silueta delpequeño Jonathan Cuasimosca, que avanzaba lentamente sobre el manto blanco. De repente se hizo el silencio y Jonathan Cuasimosca se percató de ello. Ya no se oía nada salvo el crujir de sus pasos sobre la nieve virgen. Se detuvo y dejó de oír también ese sonido. Además, estaba solo. Ahora únicamente oía su respiración y el latido de su corazón, que bombeaba frenéticamente. Inconscientemente, Jonathan Cuasimosca se frotaba las piernas como antes había hecho con las manos, pero esto también tenía lugar en un almohadillado silencio. Al cabo de unos minutos de respiración profunda y estatismo, su corazón recuperó la latencia habitual. Ya estaba cerca de casa y allí podría hacer algo con todo lo que llevaba en su mochila, así que reanudó la marcha, más alentado súbitamente. Sin embargo, ya no estaba solo: apenas a unos treinta pasos de su posición, justo en frente de él, había alguien. O algo, porque la silueta que se dibujaba sobre el tapiz blanco no ofrecía detalles claros que permitieran asemejarla a un ser o a un objeto. Jonathan Cuasimosca, que avanzaba sin dejar de observar la silueta misteriosa, pensó que seguramente sería algún arbusto en el que no se había fijado, e iba identificando detalles cada vez más nítidos a medida que se aproximaba. Definitivamente no era un arbusto, sino una pequeña criatura antropomorfa. Jonathan Cuasimosca volvió a detenerse y observó al ser desde la distancia. Lo que parecía ser el cabello se asemejaba a pequeñas setas repartidas esporádicamente por su cabeza. El cuerpo de la figura era pequeño en comparación con el cráneo, al que se unía mediante un cuello fino y algo alargado. Del rechoncho tronco surgían seis extremidades: dos pequeñas y gruesas piernas que descansaban en sendos pies de considerables proporciones y cuatro brazos delgados, terminados en finas manos, con siete dedos en las manos de los brazos inferiores y tres dedos en las de los superiores. Jonathan Cuasimosca avanzó de nuevo y, en seguida, la criatura comenzó a saludarle con uno de sus cuatro brazos. Jonathan, sorprendido y desconfiado, ralentizó la marcha. Pero a medida que iba haciéndose más nítida la apariencia del misterioso ser, se iba tranquilizando. Finalmente, casi sin darse cuenta, fue dibujando en su rostro una sonrisa bobalicona y aliviada. En un instante Jonathan Cuasimosca estaba delante del ser, que era incluso más bajo que él. Sin cambiar su sonrisa y con sus ojos facetados abiertos como platos, Jonathan miraba a los ojos del pequeño ser. Lo que hacía más enternecedora la escena era que ambos mostraban exactamente la misma sonrisa. Ahora los rasgos del ser eran claros: lo que de lejos parecían pequeñas setas eran en realidad unas protuberancias en forma de clavijas de afinación guitarra. Por lo demás, la percepción de Jonathan Cuasimosca fue precisa, pese al resplandor níveo y


la distancia: las características morfológicas del ser cuyo color caoba ahora se distinguía con toda nitidez eran como Jonathan las había percibido. Tras unos segundos de mutua observación, el primero en articular palabra fue Jonathan. “Hola”, dijo tímidamente. “Hola”, repitió el ser conidéntico timbre y tono. “¿Quién eres?”, preguntó Jonathan Cuasimosca. “Fenderino”, contestó la criatura escuetamente. “Cuatrosiete”, prosiguió. Jonathan Cuasimosca había renunciado a las expectativas, así que borró de su mente el pensamiento de que no se trataba más que de un bicho que no sabía sino repetir palabras y soltar alguna que otra frase sin sentido. Sin embargo, el fenderino, que no era su nombre, sino el de su especie en el mundo de las criaturas, tomó la iniciativa esta vez. “Me llamo Cuatrosiete. Llevo un rato aquí parado, viendo cómo te aproximabas a este lugar, y me he dado cuenta de que ibas sollozando”, aclaró. Sus palabras sorprendieron a Jonathan Cuasimosca y reforzaron su planteamiento de eliminar cualquier expectativa, en vista de lo ocurrido. “Sí, la verdad es que me siento un poco triste por algo que me ha sucedido”. Con uno de sus enormes pies, el fenderino Cuatrosiete extrajo una piedra plana de tamaño medio que yacía bajo la capa de nieve y, a continuación, hizo un gesto de invitación a sentarse que Jonathan Cuasimosca interpretó correctamente enseguida. Se sentó sobre la piedra, que estaba calentita, para sorpresa de Jonathan Cuasimosca. Estaba confortablemente calentita. El fenderino se inclinó hasta apoyar su vientre sobre los empeines de sus pies, cruzó sus cuatro brazos y contempló inmóvil y atento a Jonathan. El gesto invitó a Jonathan Cuasimosca a contar lo que le había sucedido ese día. III. Jonathan Cuasimosca relata su historia al fenderino. “Esta mañana salí de casa contento y sin ningún plan”, empezó Jonathan.“Me puse a caminar por la ciudad porque estaba empezando a nevar y eso me hace muy feliz. Cuando ya llevaba un buen rato caminando y ya estaba en el centro de la ciudad, empezó a nevar más fuerte y mi alegría se desbordó. Entonces empecé a saltar y a reír, bailando con los copos que caían despacio, lanzándome a la nieve y deslizándome como si fuera un trineo... Y luego me agaché para hacer un muñeco de nieve enorme. Debajo de una piedra encontré unas cochinillas que se habían helado de frío y las puse en la cara del muñeco para dibujar su boca. Para hacer los ojos usé dos huesos de melocotón que encontré en una papelera. Y de nariz utilicé una mazorca de maíz sin terminar de roer que encontré tirada en el camino de casa al centro de la ciudad. El muñeco era muy gracioso y además resultó tener vida. Estaba tan contento que me puse a hablar con él: "Un día precioso, ¿no es verdad, señor Blanco? ... ¿Cómo dice? ... Ah, a mí también me encanta que nieve, sí ... Claro que podría hacer otro muñeco para que le haga compañía cuando me marche, no hay problema". El fenderino no perdía detalle de la narración de Jonathan Cuasimosca, que prosiguió:


“Entonces me di cuenta de que había alguien mirándome. Era una señora con un abrigo de pieles que la cubría desde los tobillos hasta la barbilla. Estaba quieta a unos pasos de mí y llevaba unas enormes gafas de sol blancas con unos cristales de espejo donde nos reflejábamos el señor Blanco y yo, y que me hicieron sonreír de nuevo. Pero mi sonrisa duró poco porque la señora arrugó su boca como si estuviera enfadada. En los brazos llevaba colgadas unas bolsas con dibujos como los que hay encima de las puertas de las tiendas de ropa y de joyas y tenía las manos juntas, como si estuviera rezando, pero dentro de unos guantes marrones muy ajustados. El señor Blanco y yo no sabíamos muy bien qué hacer ni qué decir, así que se me ocurrió que podía saludar a la señora.” “¿Y qué hizo la señora?”, preguntó el fenderino. “Pues fue muy antipática porque lo único que dijo fue '¿no te da vergüenza?'. Yo no sabía qué quería decir con eso, no sabía qué me tenía que dar vergüenza ni por qué, y el señor Blanco se quedó tan helado como yo. Y entonces llegó un señor muy bien peinado y muy abrigado, también con gafas de sol y varias bolsas colgando de sus brazos, que le dijo a la señora que no merecía la pena perder el tiempo con gente como yo. Decía que éramos la lacra de no sé qué y que no aportábamos nada bueno, pero no entendí nada. Aunque pensé que no era algo bueno y empecé a sentirme...” “Despreciado”, dijo el fenderino. “Creo que sí”, contestó Jonatan. Y prosiguió. “Al cabo de un momento había más gente mirándonos y dándole la razón a ese señor, todos serios o enfadados y con bolsas colgadas de los brazos. Se me ocurrió entonces que quizá pensaban que estábamos haciendo algo malo y ese pensamiento me alivió, así que sonreí y, para hacerles ver que no era así, les pregunté si querían ayudarme a hacer un compañero de nieve para el señor Blanco. Entonces el círculo de personas se deshizo y todos se fueron murmurando cosas que no comprendí. Pero la señora del abrigo de pieles se quedó y se acercó a mí. Yo pensaba que me iba a ayudar con el nuevo muñeco de nieve, pero lo que hizo fue decirme que nunca llegaré a ser nada en la vida, que dejara de perder el tiempo con tonterías y que empezara a pensar en qué quiero emplear mi miserable existencia si no quiero convertirme en un inútil estorbo. Después se marchó sin decir adiós. La verdad es que no entendí qué era eso de llegar a ser algo en la vida y de convertirme en un estorbo, pero el caso es que hizo sentirme desgraciado y me puse triste. Sobre todo también porque nadie quiso ayudarme a hacer el compañero para el señor Blanco. Yo lo hice sólo, ¿sabes? Y después me despedí de los dos muñecos de nieve y me fui de allí.” Jonathan Cuasimosca continuó relatando al fenderino cómo vagó por la ciudad sin un rumbo fijo hasta que se encontró frente a las enormes puertas abiertas de un vertedero, donde recuperó la sonrisa y se olvidó de lo que había ocurrido en el centro de la ciudad. Y explicó cómo allí comenzó a divertirse de nuevo, esta vez con distintos objetos que iba encontrando en ese conjunto de montañas de tesoros que para sus ojos facetados era el vertedero. Lo primero que dijo haber encontrado era un lagarto que parecía haber muerto recientemente, probablemente por el frío. El lagarto le pareció fascinante, tan suave,


tan señorial, con esa gran cola, esas patas musculosas y esa cara de tranquilidad. Jonathan sabía que estaba muerto, pero aún así le parecía tan bello y fascinante como si estuviese vivo o más, ya que en ese estado podía sostenerlo en sus manos y acariciarlo sin que huyera. Y es que Jonathan sabía que los lagartos vivos eran muy tímidos y nunca había tenido la oportunidad de acariciarlos. Así que decidió quedarse con él y llevarlo a casa. Abrió su mochila de láminas transparentes nervadas y depositó el lagarto en el fondo antes de continuar con su exploración. Tras encaramarse a varios montones en los que no halló nada interesante, llegó a uno donde algo le llamó la atención: se trataba de una regadera de cinc que estaba mohosa y húmeda, llena de musgo y algas y manchada de una gelatina medio congelada. Con toda seguridad, este objeto no era más que una inútil asquerosidad para la señora que antes le había reprendido y de la que ya el pequeño Jonathan ni se acordaba, pero para él era un fascinante tesoro lleno de misterio y vida. La recorrió en su totalidad con los dedos, parándose sobre todo en las superficies cubiertas de musgo tierno y frío y, al cabo de un rato, la introdujo en el fondo de su mochila para no dañar con su dura corteza metálica al pobre lagarto. Jonathan Cuasimosca contó al fenderino cómo siguió explorando el vertedero y cómo, pese a encontrar algunos objetos que le llamaron la atención inicialmente, no recopiló nada más. Además, tanta emoción y tanto subir y bajar montones de vertidos había agotado sus fuerzas. Así que se echó a descansar en una red de pesca que había suspendida entre los mástiles metálicos de una vieja embarcación medio destruida que había al final del vertedero, y allí quedó profundamente dormido enseguida. Y al dormirse, explicó al fenderino, tuvo un sueño. “En el sueño primero me vi a mí mismo...”, y Jonathan comenzó a narrar lo que había estado soñando: cómo vio una imagen de su cabeza que comenzó a alejarse en el vacío negro y, cuando estaba tan lejos que su tamaño se había reducido considerablemente, empezó a multiplicarse. Y las multiplicaciones se clonaron y empezaron a juntarse unas con otras formando estructuras triangulares interconectadas y unidas a otras estructuras similares que, en conjunto, formaban una nueva estructura superior. Y cómo la imagen seguía clonándose y alejándose y la interconexión de conjuntos creaba nuevas formas más complejas que se desvanecía lentamente. Finalmente, las estructuras de micro-cabezas desaparecieron por completo y en su lugar se vio a sí mismo curioseando en el desguace, admirando la belleza de lo que encontraba y deseoso de compartirlo con la gente de la ciudad. Entonces oyó una voz lejana que decía 'adelante, enséñaselo a todo el mundo. Seguro que les encanta y te adoran por hacerlo'. Era Expectativa, que con suma facilidad persuadió a Jonathan en un momento ausente del sueño (porque en los sueños a veces tienen lugar momentos ausentes en los que de repente han ocurrido tantos sucesos encadenados que, al final, cuando acaba el momento ausente y regresa la consciencia onírica, todo es tan diferente que cuesta retomar el sentido, también onírico, de lo que se está soñando). Y por eso Jonathan, felizmente convencido, dirigió en el sueño sus pasos a la ciudad, donde efectivamente ocurrió lo que Expectativa había vaticinado causándole una encantadora sensación de felicidad.


“Y entonces abrí los ojos y vi el cielo gris meciéndose como un mar encima del vertedero”, siguió Jonathan. “Estaba tan contento que me colgué la mochila y me fui a la ciudad a enseñar a todo el mundo mis pequeños tesoros.” Pero resultó que la realidad no coincidió con el vaticinio que Expectativa había hecho en el sueño. Las personas que pasaban junto a Jonathan le empujaban, le ignoraban, le evitaban, lo ridiculizaban o se reían de él. Algunos hasta lo increparon. A nadie le gustó ni la idea de Jonathan, ni su bizarra colección de tesoros, ni mucho menos su aspecto, su forma, su imagen, su presencia, su figura, su voz, su mirada, su estatura y su aparente fragilidad. Jonathan fue brutalmente sacudido por esta respuesta y por una fría sensación de decepción radicalmente distinta a la sensación de triunfo del sueño. Sobre todo, sufría por haber sido engañado una vez más por Expectativa. Sí, Expectativa le hacía infeliz siempre. Porque cuando le apetecía atacarle, que era casi siempre, cuando se tornaba hostil y apuñalaba como había hecho ese día, entonces se sentía muy desgraciado e incomprendido y sus sentimientos se hacían grises y melancólicos durante un buen rato. Ese día la puñalada fue especialmente dolorosa. Jonathan, de camino a casa, salió de la ciudad por una ruta en la que, en uno de sus ensanches, esperaba Expectativa pacientemente sólo para reírse de él. Pero Jonathan pasó de largo sin prestarle ninguna atención: estaba demasiado triste para percatarse de que Expectativa estaba allí. Además, ya la había desterrado de su cabeza, donde sólo quedaba tristeza. Había empezado a nevar en el mismo instante en que la gente le había hecho pasar ese mal trago tan desagradable y penoso. Y ya estaba todo empezando a ser enterrado por un brillante y acolchado manto, que era de color gris blanquecino por influencia del cielo. Tras ese momento, Jonathan actuó con tal diligencia y rapidez al recoger sus tesoros para alejarse de allí lo antes posible que, involuntariamente, provocó que la regadera rasgara levemente la piel del lagarto cerca de la cola. Y como el lagarto tenía ya una temperatura más elevada por haber estado un buen rato cerca del cálido cuerpecito de Jonathan Cuasimosca, su sangre era más fluida y una gota se desprendió. Al cabo de un rato cayó otra. Y otra al cabo de un rato algo más breve que el anterior. Y así en cuatro ocasiones de distinta duración hasta que el goteo alcanzó un ritmo estable. Una, otra, otra y otra. Una, otra, otra y otra. Una, otra, otra y otra... “Y entonces llegaste hasta este punto, donde ahora estamos sentados hablando” dijo el fenderino. “Yo también te esperaba: te reconocí por el reguero de gotitas rojas. Vi cómo se rasgaba la piel del lagarto cuando recogías. No pude ver bien lo que mostrabas en la ciudad. Enséñamelo, por favor.” Jonathan sonrió y sacó sus tesoros, incluido el lagarto rasgado. “La verdad es que son objetos de gran belleza. Me gustan”, dijo Cuatrosiete. “Sobre todo el lagarto. ¿Quieres enseñarlos a mis amigos?” “Vale”, dijo Jonathan Cuasimosca. IV. El fenderino lleva de la mano a Jonathan Cuasimosca hasta su mundo.


Así es: el fenderino cogió la mano izquierda de Jonathan y le indicó, del mismo modo que antes le indujo a que se sentara, que se levantase. A continuación, la criatura le explicó que iba a llevarle a un universo donde estaría siempre feliz porque estaría siempre disfrutando de sí mismo y de todo lo que allí había sin temer que nadie le despreciara. Y le dijo que no pensase que esto era otro sucio truco de Expectativa porque, le aseguró, él nunca había tenido la oportunidad de encontrarse con ella: en la dimensión de la que él venía y a la cual le llevaba de la mano, Expectativa no existía. Jonathan estaba encantado, así que acompañó al fenderino hasta el bosque. Allí subieron por el tronco helicoidal de un enorme árbol hasta llegar a la parte superior de su copa, sobre la cual había una compuerta verde, en cuya cerradura el fenderino introdujo una llave, también verde, que había sacado previamente de no se sabe dónde. Atravesaron la compuerta y así entraron en el maravilloso universo de Bong.


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