Guia liturgica

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INSTITUTO DE EDUCACIÓN SUPERIOR PEDAGÓGICO PÚBLICO “JOSÉ JIMÉNEZ BORJA” TACNA

ÁREA DE EDUCACIÓN RELIGIOSA, FILOSOFÍA Y ÉTICA

GUÍA DE ACCIONES LITÚRGICAS PARA INSTITUCIONES EDUCATIVAS

PRESENTADO POR: Lic. Verónica Silvia Rodríguez Carpio ESTUDIANTES DE EDUCACIÓN FÍSICA ESTUDIANTES DE COMPUTACIÓN E INFORMÁTICA

2013


INTRODUCCIÓN

La presente Guía surge de la necesidad de orientar a los estudiantes de Formación docente en acciones de pastoral y liturgia, para que como agentes y educadores de la fe puedan orientar las actividades desde su labor como docente y miembro de una comunidad educativa.

La participación activa de los fieles en actos litúrgicos en las instituciones educativas da como resultado de sus vidas. la santidad y el testimonio más bello de una participación como miembro de la Iglesia, por este motivo el Concilio Vaticano II insiste tanto en la necesidad de promover una autentica participación en la celebración de los sagrados misterios, al recordar la llamada universal a la santidad.

Sin embargo, no siempre se ha entendido correctamente el concepto de "participación activa", tal y como la Iglesia la enseña y exhorta a los fieles a vivirla. Ciertamente hay participación activa durante las acciones litúrgicas; cuando se tiene una mejor comprensión de la palabra de Dios escuchada o de la oración compartida; también se da una participación


activa al unir la propia voz a la de los demás en el canto... Todo esto, sin embargo, no significaría una participación verdaderamente activa si no lleva a la adoración del misterio de la salvación en Cristo Jesús, quien murió y resucitó por nosotros: sólo quien adora el misterio, acogiéndolo dentro de su vida, demuestra que ha comprendido lo que está celebrando, y, por tanto, participa realmente en la gracia del acto litúrgico.

Como confirmación y respaldo de lo que acabo de afirmar, escuchemos una vez más las palabras de un pasaje del entonces cardenal Ratzinger, de su libro fundamental "El Espíritu de la Liturgia": "¿En qué consiste esta participación activa? ¿Qué debemos hacer? Por desgracia, esta expresión fue rápidamente malentendida, siendo reducida a su significado exterior, el de la necesidad de una acción común, como si se tratara de poner en acción al mayor número posible de personas, lo más a menudo posible. La palabra participación hace referencia, sin embargo, a una acción principal, en la que todos deben tener parte. Si, por tanto, se quiere descubrir de qué acción se trata, ante todo hay que estar seguros de cuál es esta 'actio' [acción, ndt.] central, en la que todos los miembros de la comunidad deben tener parte. Con el término 'actio' referido a la liturgia, se entiende la Plegaria Eucarística. La auténtica acción litúrgica, el verdadero acto litúrgico, es la 'oratio'... Esta 'oratio' -la solemne Plegaria Eucarística, el canon- es mucho más que un discurso; es 'actio' en el sentido más alto de la palabra. En ella, Cristo mismo se hace presente y toda su obra de


salvación, y por esta razón, la 'actio' humana se convierte en secundaria y deja espacio para la 'actio' divina, la obra de Dios". De este modo, la verdadera acción que se realiza en la liturgia es la acción de Dios mismo, su obra salvadora en Cristo, en la que participamos. Esta es, entre otras cosas, la verdadera novedad de la liturgia cristiana con respecto a cualquier otro acto de culto: Dios mismo actúa y realiza lo que es esencial, mientras el hombre es llamado a abrirse a la acción de Dios, a dejarse

transformar. Consecuentemente,

el

aspecto

esencial

de

la

participación activa consiste en superar la diferencia entre la acción de Dios y nuestra acción, que lleguemos a ser uno con Cristo. Por este motivo, reafirmando lo que antes he dicho, no es posible participar sin adorar. Escuchemos otro pasaje de Sacrosanctum Concilium: "Por tanto, la Iglesia, con solícito cuidado, procura que los cristianos no asistan a este misterio de fe como extraños y mudos espectadores, sino que, comprendiéndolo bien a través de los ritos y oraciones, participen consciente, piadosa y activamente en la acción sagrada, sean instruidos con la Palabra de Dios, se fortalezcan en la mesa del Señor, den gracias a Dios, aprendan a ofrecerse a sí mismos al ofrecer la hostia inmaculada no sólo por manos del sacerdote, sino juntamente con él; se perfeccionen día a día por Cristo Mediador en la unión con Dios entre sí, para que, finalmente, Dios sea todo en todos" (n. 48). Comparado con esto, todo lo demás es secundario. Me refiero en particular a las acciones externas, si bien importantes y necesarias, previstas sobre todo durante la Liturgia de la Palabra. Hago referencia a las


acciones externas porque, si se convierten en la preocupación esencial y se reduce la liturgia a un acto genérico, en ese caso se malentendería el autentico espíritu de la liturgia. Por tanto, una autentica educación en la liturgia no puede consistir simplemente en aprender y practicar acciones exteriores, sino en una introducción a la acción esencial, que es Dios mismo, el misterio pascual de Cristo, a quien siempre debemos permitirle encontrarnos, involucrarnos, transformarnos. Y no hay que confundir el cumplimiento de gestos externos con la correcta participación corporal en el acto litúrgico. Sin quitar nada del significado y la importancia de la acción externa que acompaña el acto interior, la Liturgia exige mucho más del cuerpo humano. Requiere, de hecho, su esfuerzo total y renovado en las acciones diarias de esta vida. Esto es lo que el Santo Padre, Benedicto XVI llama "coherencia eucarística". El ejercicio oportuno y fiel de esta coherencia constituye la expresión más auténtica de la participación, incluso corporal, en el acto litúrgico, la acción salvífica de Cristo.

Y añado: ¿estamos de verdad seguros de que la promoción de una participación activa consiste en hacer que todo sea inmediatamente comprensible? ¿No será que la penetración en el misterio de Dios puede acompañarse mejor en ocasiones con aquello que toca las razones del corazón? ¿A caso no se da en ocasiones un espacio desproporcionado a las palabras vacías y triviales, olvidando que forman parte de la liturgia palabra y silencio, canto y música, imágenes, símbolos, y gestos? ¿Y no pertenecen quizá a este lenguaje que introduce en el corazón del misterio y,


por tanto, a la verdadera participación, el latín, el canto gregoriano, la polifonía sagrada?

Título I MARCO TEÓRICO FINALIDAD OBJETIVOS

RITOS INICIALES

Son ritos introductorios a la celebración y nos preparan para escuchar la palabra y celebrar la Eucaristía.


1. Procesión de entrada

Canto de entrada y saludo

En señal de respeto, recibimos al sacerdote de pie. El Celebrante se acerca al altar y lo besa. El altar representa a Cristo: puedes unirte a este saludo y decir interiormente: Jesús, te amo. A continuación nos santiguamos (+). Sacerdote (S): En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Todos (T): Amén

S.: La gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor del Padre y la comunión del Espíritu Santo estén con todos vosotros.

T.: Y con tu espíritu.

La señal de la Cruz nos recuerda que la Santa Misa es la Renovación del Sacrificio del Calvario, Jesús muere por nuestros pecados. Piensa que en estos momentos el altar es el Calvario y que nosotros estamos reunidos junto a Cristo, clavado en la Cruz, y en compañía de su Santísima Madre y del Apóstol San Juan. Hacemos un acto de fe: Señor, creo que la Santa Misa es el mismo sacrificio de la Cruz. 2. Acto Penitencial Pedimos humildemente perdón al Señor por todas nuestras faltas. S.:

Hermanos:

Para

celebrar

dignamente

estos

Sagrados

Misterios,

reconozcamos nuestros pecados.

Breve pausa de silencio para recordar nuestros pecados, los últimos que hemos cometido, y pedir perdón al Señor. Si lo hacemos bien podemos alcanzar el perdón


de los pecados Veniales. También podemos pedir perdón por los pecados de todos los hombres.

T.: Yo confieso ante Dios todopoderoso y ante vosotros, hermanos, que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión; por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa. Por eso ruego a Santa María, siempre Virgen, a los Ángeles, a los Santos y a vosotros, hermanos, que intercedáis por mí ante Dios, nuestro Señor.

S.: Dios Todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.

T.: Amén. 3. Gloria Alabamos a Dios, reconociendo su santidad, al mismo tiempo que nuestra necesidad de Él. Es un canto de alabanza a Dios Padre, a Dios Hijo y a Dios Espíritu Santo. T.: Gloria a Dios en el Cielo … 4. Oración colecta El sacerdote nos invita a la plegaria. Es la oración que el sacerdote, en nombre de toda la asamblea, hace al Padre. En ella recoge todas las intenciones de la comunidad. S.: Oremos. Breve pausa de silencio y recogimiento interior. Procura concretar las peticiones por las que se ofrece la Misa. Dile al Señor los nombres de las personas; háblale


de tus afanes, proyectos, preocupaciones... No te quedes con ideas generales. A continuación el sacerdote, con las manos extendidas, dice la oración, invitándonos a todos a unirnos a sus peticiones. AI terminar decimos: T.: Amén.

LITURGIA DE LA PALABRA Escucha ahora con atención la lectura de algunos textos de la Biblia, en los que se nos cuenta lo que Dios ha hecho y nos ha dicho. En las Misas de los domingos y días de fiesta se leen tres lecturas, los días ordinarios sólo dos lecturas, siendo siempre la última y más importante un pasaje del Evangelio. Cuando Dios las hizo escribir, sabía que las íbamos a escuchar hoy: Él nos habla a cada uno. Invoca al Espíritu Santo para oír con fruto la palabra de Dios. Trata de grabar alguna frase para recordarla durante el día y llevarla a la práctica. Sigamos al Señor. 5. Lecturas y cánticos (SENTADOS) - Primera Lectura En el Antiguo Testamento Dios nos habla a través de la historia del pueblo de Israel y sus profetas. - Salmo Meditamos rezando o cantando un salmo. - Segunda Lectura En el Nuevo Testamento, Dios nos habla a través de los apóstoles. - AI acabar la primera y segunda Lectura, si la hay: - L.: Palabra de Dios. - T.: Te alabamos Señor. - Evangelio Antes de leer el Evangelio, el sacerdote inclinado reza en voz baja. Podemos decir internamente: Purifícame, Señor, y dame tu luz para entender mejor tu Santo Evangelio y practicarlo. S.: El Señor esté con vosotros. (DE PIE)


T.: Y con tu espíritu. S.: Lectura del Santo Evangelio según... S.: Palabra del Señor T.: Gloria a Ti, Señor Jesús. El sacerdote besa el libro en señal de respeto y de amor a los Evangelios, que al contener la Palabra de Dios, representan al mismo Cristo.

6. Homilía (SENTADOS) El sacerdote nos explica la Palabra de Dios para aplicarla a nuestra vida. 7. Credo Después de escuchar la Palabra de Dios, todos unidos confesamos la fe católica. T.: Creo en un solo Dios… 8. Oración de los Fieles Oramos unos por otros pidiendo por las necesidades de todos. L: Roguemos al Señor T: Te lo pedimos Señor LITURGIA EUCARÍSTICA

El sacerdote presenta y ofrece sobre el altar el pan y el vino que, por la consagración, se convertirán en el Cuerpo y en la Sangre del Señor. El pan que se ofrece es el resultado del trabajo del hombre. Cuando el sacerdote levanta la patena, podemos ofrecerle a Jesús, con mucho amor, nuestro estudio, trabajos, alegrías, la ayuda a los demás, nuestras dificultades y nuestros buenos deseos de


luchar por ser cada día mejores cristianos. Después el sacerdote ofrece el cáliz. En el cáliz hay un poco de vino mezclado con unas gotas de agua: por la consagración se convertirán en la Sangre de Jesucristo. En esas gotas de agua vemos simbolizados nuestros sacrificios, que, unidos en la Misa al Sacrificio de Jesús; alcanzan un gran valor para nuestro bien y el de toda la Santa Iglesia. 9. Presentación de las ofrendas (SENTADOS) Presentamos el pan y el vino que se transformarán en cuerpo y la sangre de Cristo. Realizamos la colecta en favor de toda la Iglesia. Oramos sobre las ofrendas. Mientras el sacerdote ofrece el pan, cada uno de nosotros hacemos nuestra propia oblación, ofreciendo nuestras cosas y nuestra vida. Puedes decir interiormente: Señor mío y Dios mío, te ofrezco todo lo que soy, todo lo que tengo; mis planes y proyectos; mis sacrificios y alegrías. ¡Quiero ser todo tuyo! S.: Bendito seas, Señor, Dios del universo, por este pan, fruto de la tierra y del trabajo del hombre, que recibimos de tu generosidad y ahora te presentamos; él será para nosotros pan de vida. T.: Bendito seas por siempre, Señor. El sacerdote echa vino y unas gotas de agua en el cáliz Todo se convertirá en la Sangre de Jesús. AI levantar el sacerdote el cáliz para ofrecer el vino, piensa en las personas que sufren, especialmente si son familiares tuyos: ofrece sus dolores. S.: Bendito seas, Señor, Dios del universo, por este vino, fruto de la vid y del trabajo del hombre, que recibimos de tu generosidad y ahora te presentamos; él será para nosotros bebida de salvación. T.: Bendito seas por siempre, Señor. El sacerdote inclinado, dice a continuación para sí:


Acepta, Señor, nuestro corazón contrito y nuestro espíritu humilde; que éste sea hoy nuestro sacrificio y que sea agradable en tu presencia, Señor, Dios nuestro. Ahora, el sacerdote, a un lado del altar, se lava las manos para mostrar al Señor sus deseos de purificación interior, mientras dice en voz baja: Lava del todo mi delito, Señor, limpia mi pecado. Nosotros, para mostrar esos deseos de purificación y de limpieza del alma, podemos repetir interiormente esas palabras, o bien rezar la comunión espiritual: Yo quisiera, Señor, recibiros con aquella pureza, humildad y devoción con que os recibió vuestra Santísima Madre, con el espíritu y fervor de los Santos. Invitación a la plegaria Siguiendo la invitación del celebrante podemos pedir por él y por la santidad de todos los sacerdotes. También se nos recuerda que participamos del sacerdocio de Cristo, y que con Él debemos ofrecernos como ofrenda agradable al Padre. S.: Orad, hermanos, para que este sacrificio, mío y vuestro, sea agradable a Dios, Padre todopoderoso. T.: El Señor reciba de tus manos este sacrificio, para alabanza y gloria de su Nombre, para nuestro bien y el de toda su santa Iglesia. El Celebrante lee la oración sobre las ofrendas; al terminar: T.: Amén.

PLEGARIA EUCARISTICA O CANON

Comienza la parte más importante de la Santa Misa. En ella tiene lugar la Consagración, que hace real y verdaderamente presente a Jesús en el altar, con su Cuerpo, con su Sangre, con su Alma y con su Divinidad. Es el momento de adorarle, darle gracias, pedirle favores y pedirle perdón... 10. Prefacio y aclamación "Santo" DE PIE


El sacerdote reza un himno llamado "Prefacio" alabando a Dios y dándole gracias. S.: El Señor esté con vosotros. T.: Y con tu espíritu. S.: Levantemos el corazón. T.: Lo tenemos levantado hacia el Señor. S.: Demos gracias al Señor, nuestro Dios. T.: Es justo y necesario. Sigue el rezo del Prefacio, que varía según los tiempos y días litúrgicos. Al terminar, aclamamos al Señor con alegría, diciendo junto con los Ángeles y Santos: Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del Universo. El sacerdote continúa la Plegaria Eucarística, según el texto. Mientras se acerca el momento en que Jesucristo se hace presente en el altar, sigue detenidamente las palabras del sacerdote y procura repetirlas interiormente. 11. Epíclesis El sacerdote extendiendo sus manos sobre el pan y el vino implora la acción santificadora del Espíritu Santo sobre los dones del pan y del vino para que, al convertirse en el Cuerpo y en la Sangre de Jesucristo, sean causa de salvación eterna para cuantos participamos en el Sacrificio.

12. Consagración (DE RODILLAS) Va a comenzar la Consagración. Jesús habla y actúa por medio del sacerdote: toma el pan, da gracias y lo convierte en su Cuerpo. El sacerdote presta sus manos y su voz a Jesús, y actúa en su Nombre y en su Persona para consagrar el pan y el vino. TOMAD Y COMED TODOS DE ÉL,


PORQUE ESTO ES MI CUERPO, QUE SERÁ ENTREGADO POR VOSOTROS. El sacerdote eleva y nos presenta la Sagrada Hostia. Durante la elevación de la Sagrada Forma puedes decir interiormente: "Auméntame la fe, la esperanza y la caridad". Luego el sacerdote se arrodilla en actitud de adoración ante la presencia real del Señor. Nosotros podemos decirle, por dentro, con mucho amor. "Señor mío y Dios mío". A continuación consagra el vino contenido en el cáliz, con estas palabras: TOMAD Y BEBED TODOS DE ÉL, PORQUE ESTE ES EL CÁLIZ DE MI SANGRE, SANGRE DE LA ALIANZA NUEVA Y ETERNA, QUE SERÁ DERRAMADA POR VOSOTROS. Y POR TODOS LOS HOMBRES PARA EL PERDÓN DE LOS PECADOS. HACED ESTO EN CONMEMORACIÓN MÍA. De nuevo, durante la elevación del Cáliz puedes decir "Auméntame la fe, la esperanza y la caridad ", y al hacer la genuflexión el sacerdote "Señor mío y Dios mío ". O también: ¡Salve, Sangre Preciosa que brota de las heridas de Nuestro Señor Jesucristo clavado en la Cruz, y borra los pecados del mundo entero! S.: Este es el Sacramento de nuestra fe. (DE PIE) Y el pueblo contesta con la aclamación: T.: Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección. iVen, Señor Jesús! 13. Intercesión Ofrecemos este sacrificio de Jesús en comunión con toda la Iglesia. Pedimos por el Papa, por los obispos, por todos los difuntos y por todos nosotros. 14. Doxología


Al final, el sacerdote eleva hacia Dios Trino y Uno el Cuerpo y la Sangre de Jesús, para darle todo honor y toda gloria por medio de Él. Con nuestro “Amén” final nos unimos a esa alabanza a Dios. S.: Por Cristo, con Él y en Él, a ti Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos. El pueblo aclama: T.: Amén. Después sigue el rito de la comunión.

RITO DE LA COMUNIÓN En la Sagrada Comunión nos unimos al mismo Jesucristo, que nos alimenta con su Cuerpo y nos da su Vida divina. AI comulgar nos convertimos en Sagrarios vivos en los que habita Jesús Sacramentado. La Comunión es la mejor forma de participar en la Santa Misa. Para comulgar hay que tener el alma limpia: si tienes algún pecado grave, es necesario confesarse antes de comulgar. 15. Padrenuestro (DE PIE)

Padrenuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén

Tuyo es el reino, tuyo el poder y la gloria por siempre, Señor.

Podemos rezar interiormente lo que el sacerdote dice en voz baja: Señor Jesucristo, Hijo de Dios vivo, que por voluntad del Padre, cooperando el Espíritu Santo, diste con tu muerte la vida al mundo, líbrame, por la recepción de tu Cuerpo y de tu Sangre, de todas mis culpas y de todo mal. Concédeme cumplir siempre tus mandamientos y jamás permitas que me separe de ti.


Todos juntos, le decimos a Jesús con humildad y con fe lo que le dijo aquel centurión del Evangelio:

Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme. 16. Comunión Llenos de alegría nos acercamos a recibir a Jesús, pan de vida. Antes de comulgar hacemos un acto de humildad y de fe S.: El Cuerpo de Cristo. Amén. AI recibir el Cuerpo de Cristo, respondes Amén, afirmando tu fe en la presencia de Cristo en la Eucaristía. Ponerse de rodillas es muestra de adoración y de amor. Al comulgar de pie, antes de recibir la Sagrada Forma, debes hacer una reverencia inclinando ligeramente la cabeza. Mientras se acerca el momento de comulgar puedes repetir: Comunión espiritual: Yo quisiera, Señor, recibiros con aquella pureza, humildad y devoción con que os recibió vuestra Santísima Madre, con el espíritu y fervor de los Santos. RITO DE CONCLUSIÓN

17. Oración

Damos gracias a Jesús por haberlo recibido, y le pedimos que nos ayude a vivir en comunión. T.: Amén. Y con tu espíritu.

18. Bendición


S.: La bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre vosotros. Amén.

19. Despedida y envío

Alimentados con el pan de la Palabra y de la Eucaristía, volvemos a nuestras actividades, a vivir lo que celebramos, llevando a Jesús en nuestros corazones.

El Celebrante besa el altar y se retira, después de hacer la debida reverencia.

Demos gracias a Dios por la comunión recibida en este momento se entona generalmente una canción dirigida a la Santísima Virgen María.

Título II PLANIFICACIÓN


Título III ACCIONES DESARROLLADAS


Título IV ORACIONES ORACIONES MAS FRECUENTES SEÑAL DE LA CRUZ En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. La señal de la Santa Cruz Por la señal † de la Santa Cruz, de nuestros † enemigos, líbranos, Señor, † Dios nuestro, En el nombre del Padre y del Hijo † y del Espíritu Santo. Amén. GLORIA AL PADRE Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. PADRE NUESTRO Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu Reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén. Ave María Dios te salve, María, llena eres de gracia; el Señor es contigo. Bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén

La cruz es la señal del cristiano, pues en ella murió Jesús para salvar a los hombres de sus pecados.


EL CREDO Creo en Dios, Pade Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único hijo, Nuestro Señor; que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen; padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado; descendió a los infiernos, al tercer día resucitó entre los muertos; subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre Todopoderoso, y desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén. CREDO NICENOCONSTANTINOPOLITANO Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros lo hombres, y por nuestra salvación bajó del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria


para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un solo bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro. Amén. ACTO PENITENCIAL Yo confieso ante Dios Todopoderoso y ante ustedes, hermanos, que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión: por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa. Por eso ruego a Santa María, siempre Virgen, a los ángeles, a los santos y a ustedes, hermanos, que intercedan por mi ante Dios, nuestro Señor. Amén ALMA DE CRISTO Alma de Cristo, santifícame. Cuerpo de Cristo, sálvame. Sangre de Cristo, embriágame. Agua del costado de Cristo, lávame. Pasión de Cristo, confórtame. ¡Oh buen Jesús, óyeme! Dentro de tus llagas, escóndeme. No permitas que me separe de ti. Del enemigo malo defiéndeme. En la hora de mi muerte, llámame y mándame ir a ti, para que con tus santos te alabe, por los siglos de los siglos. Amén. ÁNGELUS El ángel del Señor anunció a María. Y concibió por obra y gracia del Espíritu Santo. Dios te salve, María... He aquí la esclava del Señor. Hágase en mí según tu palabra. Dios te salve, María... Y el Verbo de Dios se hizo carne. Y habitó entre nosotros.

Dios te salve, María...


Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Jesucristo.

Oremos

Infunde, Señor, tu gracia en nuestras almas, para que, los que hemos conocido, por el anuncio del Ángel, la Encarnación de tu Hijo Jesucristo, lleguemos por los Méritos de su Pasión y su Cruz, a la gloria de la Resurrección. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

Gloria al Padre...

SALVE REGINA Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra; Dios te salve. A ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos; y después de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh, clementísima, oh piadosa, oh dulce Virgen María! MAGNIFICAT Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos.


Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia -como lo había prometido a nuestros padresen favor de Abrahán y su descendencia por siempre. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

OFRECIMIENTO A LA VIRGEN MARÍA Bendita sea tu pureza y eternamente lo sea, pues todo un Dios se recrea en tan graciosa belleza. A tí, celestial princesa, Virgen sagrada María, yo te ofrezco en este día alma, vida y corazón. Mírame con compasión, no me dejes, Madre mía. ALMA DE CRISTO Alma de Cristo, santifícame. Cuerpo de Cristo, sálvame. Sangre de Cristo, embriágame. Agua del costado de Cristo, lávame. Pasión de Cristo, confórtame. ¡Oh, buen Jesús!, óyeme. Dentro de tus llagas, escóndeme. No permitas que me aparte de Ti. Del maligno enemigo, defiéndeme En la hora de mi muerte, llámame. Y mándame ir a Ti. Para que con tus santos te alabe. Por los siglos de los siglos. Amén Bendita sea tu pureza Bendita sea tu pureza y eternamente lo sea, pues todo un Dios se recrea en tan graciosa belleza. A ti, celestial princesa, Virgen Sagrada, María, yo te ofrezco en este día alma, vida y corazón. Mírame con compasión, no me dejes, Madre mía.


ORACIÓN DE LA MAÑANA Señor, en el silencio de este día que nace, vengo a pedirte paz, sabiduría y fuerza. Hoy quiero mirar al mundo con ojos llenos de amor. Ser paciente, comprensivo, humilde, suave y bueno. Ver a tus hijos detrás de las apariencias, como los ves tu mismo, para así poder apreciar la bondad de cada uno. Cierra mis oídos a toda murmuración. Guarda mi lengua de toda maledicencia. Que sólo los pensamientos que bendigan permanezcan en mi. Quiero ser tan bienintencionado y bueno que todos los que se acerquen a mi sientan tu presencia. Revísteme de tu bondad señor y haz que en este día yo te refleje. Amén. BENDICIÓN DE LA MESA

Bendícenos, Señor, a nosotros y a estos dones tuyos que vamos a comer y que hemos recibido de tu generosidad. Amén ANTES DEL ESTUDIO (Santo Tomás de Aquino) Creador inefable, que de los tesoros de tu sabiduría formaste tres jerarquías de ángeles y con maravilloso orden las colocaste sobre el cielo empíreo, y distribuiste las partes del universo con suma elegancia. Tú que eres la verdadera fuente de luz y sabiduría, y el soberano principio, dígnate infundir sobre las tinieblas de mi entendimiento un rayo de tu claridad, apartando de mí la doble oscuridad en que he nacido: el pecado y la ignorancia. Tú, que haces elocuentes las lenguas de los niños, instruye mi lengua e infunde en mis labios la gracia de tu bendición. Dame agudeza para entender, capacidad para retener, método y facilidad para aprender, sutileza para interpretar, y gracia copiosa para hablar. Dame acierto al empezar, dirección al progresar y perfección al acabar. Amén.


Título IV CANTOS RELIGIOSOS I.

CANTOS DE ENTRADA 1. IGLESIA PEREGRINA DE DIOS

Todos unidos formando un solo cuerpo, un cuerpo que en la Pascua nació; miembros de Cristo en sangre redimidos, Iglesia peregrina de Dios. Vive en nosotros la fuerza del Espíritu que el Hijo desde el Padre envió, El nos conduce, nos guía y alimenta, Iglesia peregrina de Dios. Somos en la tierra semilla de otro reino, somos testimonio de amor. Paz para las guerras y luz entre las sombras Iglesia peregrina de Dios. Rugen tormentas y a veces nuestra barca parece que ha perdido el timón. Miras con miedo, no tienes confianza, Iglesia peregrina de Dios. Una esperanza nos llena de alegría; presencia que el Señor prometió. Vamos cantando, El viene con nosotros, Iglesia peregrina de Dios. Todos nacidos en un solo bautismo, unidos en la misma comunión. Todos viviendo en una misma casa, Iglesia peregrina de Dios. Todos prendidos en una misma suerte, ligados a la misma salvación somos un cuerpo y Cristo es la Cabeza Iglesia peregrina de Dios.

2. VIENEN CON ALEGRÍA Vienen con alegría, Señor, cantando vienen con alegría, Señor, los que caminan por la vida, Señor, sembrando tu paz y amor. Vienen trayendo la esperanza a un mundo cargado de ansiedad, a un mundo que busca y que no alcanza caminos de amor y de amistad. Vienen trayendo entre sus manos


esfuerzos de hermanos por la paz, deseos de un mundo más humano que nacen del bien y la verdad. Cuando el odio y la violencia aniden en nuestro corazón, el mundo sabrá que, por herencia, le aguardan tristeza y dolor.

3. IGLESIA SOY

Iglesia soy, y tú también. En el Bautismo renacimos a una vida singular y al confirmar hoy nuestra fe, lo proclamamos compartiendo el mismo pan. No vayas triste en soledad ven con nosotros y verás a los hermanos caminando en el amor. Ven con nosotros y serás en la familia un hijo más, iremos juntos caminando en el amor. Yo la veré envejecer, pero a mi madre aún con arrugas y defectos la querré. La quiero más, pues sé muy bien, que ha envejecido sin dejarme de querer. La Iglesia es tan maternal que me ha engendrado, me alimenta y acompaña sin cesar. La Iglesia es tan maternal que nunca duda en abrazarme y perdonar. Tensiones hay y las habrá porque nosotros somos hombres y no ángeles de luz, pero al final, sólo al final la Iglesia humilde encontrará su plenitud.

4. JUNTOS COMO HERMANOS Juntos como hermanos, miembros de una Iglesia, vamos caminando al encuentro del Señor. Un largo caminar, por el desierto bajo el sol, no podemos avanzar sin la ayuda del Señor.


Unidos al rezar, unidos en una canción, viviremos nuestra fe con la ayuda del Señor. La Iglesia en marcha está a un mundo nuevo vamos ya, donde reinará el amor, donde reinará la paz.

5. LOS CAMINOS

Los caminos de este mundo nos conducen hasta Dios, hasta el cielo prometido donde siempre brilla el sol. Y cantan los prados, cantan las flores con armoniosa voz, y mientras que cantan prados y flores yo soy feliz pensando en Dios. Los caminos de la tierra están llenos de amistad, no lo niegues a tu hermano que la espera en ti encontrar. Los caminos de este mundo enlazados juntos van, entre penas y alegrías hasta el cielo llegarán. Los caminos de esta vida te conducen de verdad al buen Dios que te convida a entrar en su eternidad. Los caminos de este mundo el amor brindando están, siempre habrá alguien que te quiera con cariño de verdad.

II.

CANTO DE PERDÓN

1.

ZAMBA DEL PERDÓN Perdón, por aquel mendigo, por aquella lágrima que hice brillar. /Perdón, por aquellos ojos que al buscar los míos no quise mirar./ /Perdón, por aquellos ojos que al buscar los míos no quise mirar./


Señor, no le di mi mano se encontraba solo y lo dejó partir, /perdón, por no dar cariño por sólo buscarlo y tan lejos de Ti./ (bis) Señor, por qué soy así. Estoy como ciego, no sé comprender. /Señor, Tú eres mi esperanza dame tu mirada, que te sepa ver./ (bis) Señor, no estoy siempre alegre no doy luz a otros que están junto a mí, /perdón, por esta tristeza, por sentirme solo cuando estás ahí./ (bis) Perdón, por otros hermanos a quienes no importa de tu padecer, /estás cerca del que sufre, pasan a tu lado pero no te ven./ (bis)

2. HOY PERDÓNAME Hoy perdóname, hoy por siempre, sin mirar a la mentira, el vacío en nuestras vidas, nuestras faltas de amor y caridad. Hoy perdóname, hoy por siempre, aún sabiendo que he caído, que de ti siempre he huido, hoy regreso arrepentido, vuelvo a ti, vuelvo a ti. vuelvo a ti, vuelvo a ti.

3. TU QUE SIEMPRE NOS PERDONAS Tu que siempre nos perdonas, porque nos quieres mucho, tu que siempre nos perdonas, señor ten piedad. Tu que siempre nos escuchas porque nos quieres mucho, tu que siempre nos escuchas; Cristo ten piedad. Tu que siempre nos ayudas, porque nos quieres mucho, tu que siempre nos ayudas; Señor ten Piedad

4. SEÑOR TEN PIEDAD


Señor ten piedad de nosotros, Cristo de nosotros ten piedad, Señor ten piedad de nosotros, Oh, oh, oh Señor de nosotros ten piedad.

III.

GLORIA

1.

GLORIA Gloria, gloria, aleluya, Gloria, gloria, aleluya, gloria, gloria, aleluya en nombre del Señor. Cuando sientas que tu hermano necesita de tu amor, no le cierres las entrañas ni el calor del corazón. Busca pronto en tu recuerdo la Palabra del Señor: “Mi Ley es el Amor”. Cristo dijo que quien llore su consuelo encontrará, quien es pobre, quien es limpio, será libre y tendrá paz. Rompe pronto tus cadenas, eres libre de verdad: empieza a caminar. Si el camino se hace largo, si te cansas bajo el sol, si en tus campos no ha nacido ni la más pequeña flor, mira siempre hacia adelante no abandones tu ilusión, confía en el Señor. Caminemos siempre unidos en la fe y en el amor, anunciemos por doquiera su mensaje salvador; implantemos por el mundo la justicia y el amor, en nombre del Señor.

2. ALELUYA Alelu, alelu, alelu, aleluya, Gloria al Señor (2). Gloria al Señor aleluya, Gloria al Señor aleluya Gloria al Señor, aleluya, Gloria al Señor. Alelu, alelu, alelu, aleluya Gracias Señor...


IV.

CANTO PARA ANUNCIAR EL EVANGELIO 1. TU PALABRA ME DA VIDA Tu palabra me da vida, confío en ti Señor, Tu palabra es eterna, en ella esperaré.

2. TU PALABRA ME DA VIDA Tu palabra me da vida confío en ti señor tu palabra es eterna en ella esperare

V.

dichoso el que con vida intachable camina en la ley del señor dichoso el que guardando sus preceptos lo busca de todo corazón.

CANTO PARA EL OFERTORIO 1. ESTE ES EL MOMENTO

Este es el momento de alegrar la mesa con el vino y con el pan, que consagraremos y que ofreceremos y que hemos de comulgar. Este es el momento de llegar confiados a la mesa del altar, porque tu palabra vivificadora nos acaba de llamar. Padre de Jesús bendice lo que presentamos hoy, /y que al preparar tu mesa se renueve el gozo de saber tu amor./ (bis) Pan de nuestras vidas, pan de nuestras manos, pan de nuestra juventud. pan que hoy entregamos juntos como hermanos en señal de gratitud. Vino de la tierra buena y generosa, vino que ofrecemos hoy, lleva nuestras luchas, lleva nuestras penas, lleva nuestra sed de amor.


2. UNA ESPIGA

Una espiga dorada por el sol, el racimo que corta el viñador, /se convierten ahora en pan y vino de amor, en el Cuerpo y la Sangre del Señor./ (bis) Compartimos la misma comunión, somos trigo del mismo sembrador, /un molino, la vida, nos tritura con dolor; Dios nos hace Eucaristía en el amor./ (bis) Como granos que han hecho el mismo pan, como notas que tejen un cantar, /como gotas de agua que se funden en el mar, los cristianos un cuerpo formarán./ (bis) En la mesa de Dios se sentarán, como hijos su Pan comulgarán, /una misma esperanza, caminando cantarán, en la vida como hermanos se amarán./ (bis)

3.

OFRENDA DE AMOR

Por los niños que empiezan la vida, por los hombres sin techo ni hogar. Por los pueblos que sufren la guerra te ofrecemos el vino y el pan. Pan y vino sobre el altar son ofrendas de amor, pan y vino serán después tu Cuerpo y Sangre Señor. Por los hombres que viven unidos, por los hombres que buscan la paz, por los pueblos que no te conocen, te ofrecemos el vino y el pan. Por aquellos a quienes queremos, por nosotros y nuestra amistad, por los vivos y por los difuntos, te ofrecemos el vino y el pan.

4. UN NIÑO SE TE ACERCÓ

Un niño se te acercó aquella tarde, sus cinco panes te dio para ayudarte, los dos hicieron que ya no hubiera hambre los dos hicieron que ya no hubiera hambre La tierra, el aire y el sol, son tu regalo, y mil estrellas de luz sembró tu mano, el hombre pone su amor y su trabajo (2)


También yo quiero poner sobre tu mesa, mis cinco panes que son una promesa, de darte todo mi amor y mi pobreza (2).

5. YO SOY

Yo soy el trigo que crece en tus campos, Yo soy la vid que crece en tu huerto, Yo soy el agua que corre por tus ríos, Yo soy el aire que da vida a tu cuerpo. Yo soy el pan que partes en tu mesa, Yo soy el vino que bebes en tu fiesta, Yo te he invitado para celebrar nuestra amistad. Soy el amigo que te tiende la mano, soy el mendigo que encuentras a tu paso, soy el hambriento que coge tus migajas y quiere el pan que te sobra en la mesa.

6. TE OFRECEMOS SEÑOR Te ofrecemos Señor este pan y este vino, te ofrecemos también la labor de nuestras vidas. Te ofrecemos Señor, Te ofrecemos Señor Te ofrecemos Señor nuestra vida y nuestro amor. Te ofrecemos Señor nuestros gozos y tristezas, y queremos Señor seas siempre nuestro amigo.

VI.

SANTO 1. SANTO DE LOS QUERUBINES Santo, santo, santo, dicen los querubines. Santo, santo, santo, es el Señor Jesús. Santo, santo, santo, es el que nos libera, porque mi Dios es Santo y la tierra llena de su Gloria está (2) Cielo y tierra pasarán, más su palabra no pasará (2) no, no, no, pasará (2) Bendito es el que viene en nombre del Señor, Hossana en las alturas al Hijo de David. Bendito es el que viene en nombre del Señor,…

2. SANTO MARINERA

Santo, santo, santo, Santo es el Señor (2)


Alégrense cielo y tierra en Cristo Dios Salvador (2) Hosanna en las alturas, bendito el nombre de Dios (2)

3. SANTO LARRAÑAGA Santo es el Señor , digno de alabanza, a Él el poder, el honor y la gloria, (2) Hosanna, hosanna, hosanna Hosanna Oh Señor (2). Bendito el que viene en nombre del Señor, con todos los santos cantamos para Ti. (2)

4. SANTO CHILENO Santo es el Señor Dios del universo Santo es el Señor Dios del universo Santo es el Señor Dios del universo porque grande es Él. Oh, oh, oh, Hosanna en el cielo (3), porque grande es Él. Bendito es, bendito es el que viene (3), en nombre de Dios. Oh, oh, oh, Hosanna en el cielo (3), porque grande es Él. porque grande es Él.

5. SANTO GIOMBINI Santo santo santo es el Señor Dios del universo(x2) El cielo y la tierra estan llenos de su gloria(x2) Hosanna(x3) Hosanna en lo alto del cielo(x4) Bendito es el que viene en nombre del Señor(x2) Hosanna en lo alto del cielo(x4)


VII.

CANTOS PARA LA PAZ 1. PAZ AREQUIPEÑO

Escucha padre a tu pueblo que te canta hoy escucha que te imploramos por la salvación que halla entre los hombres paz amor y fe que cesen las guerras el odio y la maldad unidos todos cantemos viva el señor y unidos todos gritemos queremos la paz queremos la paz hermanos queremos la paz queremos la paz hermanos queremos la paz

2. LA PAZ ESTÉ CON NOSOTROS / La paz esté con nosotros, / (3) que con nosotros siempre, siempre esté la paz. Queremos paz para el mundo, pedimos paz para el mundo, cantamos paz para el mundo, ¡que con nosotros siempre, siempre esté la paz! / Hevenu shalom alehem, / (3) ¡hevenu shalom, shalom, shalom alehem!

3. HAGO UN LLAMADO

Hago un llamado a quienes dirigen el mundo, para pedirles que piensen en la humanidad. Pueden ustedes hacer que se acaben las guerras, tantos que luchan y mueren si saber porque. Piensen que no es tan difícil hacer que en el mundo pueda flamear la bandera de la comprensión, porque los hombres prefieren amor antes que odio, tiren las armas y dense las manos con amistad. Queremos paz, queremos la paz, queremos paz, queremos tan solo el derecho a vivir. (bis)

VIII.

CANTO DE COMUNIÓN 1. ALMA MISIONERA


Señor, toma mi vida nueva, antes de que la espera desgaste años en mí. Estoy, dispuesto a lo que quieras, no importa lo que sea, Tú llámame a servir. Llévame donde los hombres, necesiten tus palabras, necesiten mis ganas de vivir. donde falte la esperanza, donde falte la alegría, simplemente, por no saber de ti. Te doy, mi corazón sincero, para gritar sin miedo tu grandeza Señor. Tendré, mis manos sin cansancio. Tu historia entre mis labios, y fuerza en la oración. ESTRIBILLO. Y así, en marcha iré cantando, por calles predicando, lo bello que es tu amor. Señor, tengo alma misionera, condúceme a la tierra que tenga sed de Dios.

2. PESCADOR DE HOMBRES

Tú, has venido a la orilla, no has buscado ni a sabios ni a ricos; tan sólo quieres que yo te siga. Señor, me has mirado a los ojos, sonriendo has dicho mi nombre, en la arena he dejado mi barca junto a ti buscaré otro mar. Tú, sabes bien lo que tengo, en mi barca no hay oro ni espada, tan sólo redes y mi trabajo. Tú, necesitas mis manos, mi cansancio que a otros descanse, amor que quiera seguir amando. Tú, pescador de otros lagos, ansia eterna de hombres que esperan, amigo bueno que así me llamas.

3. EUCARISTIA MILAGRO DE AMOR


Pan transformado en el cuerpo de Cristo Vino transformado en la sangre del Señor. / EUCARISTÍA MILAGRO DE AMOR. EUCARISTÍA, PRESENCIA DEL SEÑOR. / (2) Cristo nos dice: 'Tomen y coman', Este es mi cuerpo que ha sido entregado. En la familia de todos los cristianos, Cristo quiere unirnos en la paz y en el amor. Con este pan tenemos vida eterna, Cristo nos invita a la gran resurrección.

4. 5. D 6. D

7. HAY MOMENTOS

IX.

CANTO DE DESPEDIDA

1.

PARA TI OH MARÍA Para ti oh María para ti quiero cantar siento un gozo en el alma cuando canto para ti

por tu grande amor eres lo máximo y mi alma se goza cuando canto para ti shala shala shala shala

lalala lala lalala lala lalala lala lala lalala

lalala shala lala lala hey lalala shala lala lala hey hey lalala shala lala lala hey lala lala

2. LA ELEGIDA Una entre todas fue la escogida, fuiste tú María la elegida, Madre del Señor, Madre del Salvador.


María llena de gracia y consuelo, ven a caminar con el pueblo, nuestra Madre eres tú (2). Ruega por nosotros pecadores de la tierra, ruega por el pueblo que en su Dios espera, Madre del Señor, Madre del Salvador.

3. SANTA MARÍA DEL CAMINO Mientras recorres la vida, tú nunca solo estás. Contigo por el camino, Santa María va. Ven con nosotros a caminar, Santa María, ven Ven con nosotros a caminar, Santa María, ven Aunque te digan algunos que nada puede cambiar lucha por un mundo nuevo, lucha por la verdad. Si por el mundo los hombres, sin conocerse van, no niegues nunca tu mano al que contigo está. Aunque parezcan tus pasos inútil caminar, tú vas haciendo camino, otros lo seguirán.

4.

HOY HE VUELTO MADRE Cuantas veces siendo niño te recé, con mis besos te decía que te amaba, poco a poco con el tiempo alejándome de ti; por caminos que se alejan me perdí (2) Hoy he vuelto Madre a recordar cuantas cosas dije ante tu altar, y al rezarte puedo comprender que una Madre no se cansa de esperar (2) Al regreso me encendías una luz, sonriendo desde lejos me esperabas, en la mesa la comida aún caliente y el mantel y tu abrazo en mi alegría de volver (2). Aunque el hijo se alejara del hogar, una madre siempre espera su regreso que el regalo más hermoso que a los hijos da el Señor es su madre y el milagro de su amor. (2)

5.

MARÍA TU


María tú que me llenas de amor, eres la luz que me lleva al Señor, y en mi canción te traigo poemas que me hablan de ti. Y en las mañanas cuando sale el sol, veo tu rostro cerca del Señor, en la estampita que cuelga en el cuadro de mi habitación. Dios te salve María, María, María, Virgen pura en el parto y en toda la vida, en tus manos ponemos nuestra fe y esperanza, madrecita querida, no te apartes de mí.

6.

SALVE SALVE CANTAD A MARÍA Salve, salve cantad a María, que más pura que tú sólo Dios, y en el cielo una voz repetía: más que tú, sólo Dios, sólo Dios.


CANTOS PARA CELEBRACIÓN EUCARÍSTICA POR ANIVERSARIO INSTITUCIONAL

1.- IGLESIA SOY (canto de entrada) Iglesia soy, y tu también, en el bautismo renacemos a una vida singular, y al confirmar, hoy nuestra fe, lo proclamamos compartiendo el mismo pan. No vayas triste en soledad ven con nosotros y veras a los hermanos caminando en el amor, ven con nosotros y serás en la familia un hijo mas iremos junto caminando en el amor. Yo le veré, envejecer, pero a mi madre aun con arrugas y defectos la querré, la quiero mas, pues se muy bien, que a envejecido sin dejarme de querer. 2.- ZAMBA DEL PERDÓN (acto penitencial) Perdón por aquel mendigo, por aquella lágrima que hice brillar. Perdón por aquellos ojos que al buscar los míos no quise mirar. (2) Señor: no le di la mano, se encontraba solo y lo dejé partir. Perdón por no dar cariño por sólo buscarlo y tan lejos de ti. (2) Señor, ¿por qué soy así? Estoy como ciego no sé comprender. Señor, tú eres mi esperanza: dame tu mirada, que te sepa ver. (2) Señor: no soy siempre alegre, no doy la luz a otros que están junto a mí. Perdón por esta tristeza, por sentirme solo cuando estás ahí. (2) Perdón, por otros hermanos, a quienes no importa de tu padecer. Están cerca del que sufre, pasan a tu lado, pero no te ven. (2) 3.- GLORIA AL SEÑOR Gloria al señor, que está en el cielo gloria al señor que está en la tierra paz a los hombres de buena voluntad, te alabamos señor bendecimos tu amor y con tu dulce paz danos tu bendición

Hijo de Dios, eres tu Cristo y estas sentado a su diestra paz a las almas que suplican perdón te alabamos señor bendecimos tu amor santo espíritu, tu gracia danos hoy (3) 4.- ALELU ALELU ALELUYA (aclamación del evangelio) Alelu (3) aleluya ¡ gloria al señor ! (bis) Gloria al señor ¡ aleluya ! (3) gloria al señor Alelu (3) aleluya ¡ gracias señor ! (bis) Gracias señor ¡ aleluya ! (3) gracias señor. 5.- TE OFREZCO EL BLANCO PAN (ofertorio) Te ofrezco el blanco pan a Ti, Señor, y en él yo te doy mi pobre corazón. Conviértelo en tu cuerpo, Redentor, oh Dios, por tu cruz y por mi salvación., Por qué no cree el hombre en Ti si Tú le das calor, si hiciste el cielo, el mar y el sol tan solo por amor, yo creo en Ti, Señor, yo creo en Ti. 6.- UN NIÑO SE TE ACERCO (ofertorio) Un niño se te acercó aquella tarde. Sus cinco panes te dio para ayudarte. Los dos hicisteis que ya no hubiera hambre. (Bis) La tierra, el aire y el sol son tus regalos y mil estrellas de luz siembran su mano. el hombre pone su amor y su trabajo. (Bis) También yo quiero poner sobre tu mesa mis cinco panes que son una promesa de darte todo mi amor y mi pobreza. 7.- SANTO (Santo) Santo (2), Santo es el Señor, Dios del Universo , Llenos están el cielo y la tierra. De tu gloria ¡Hosanna! ¡HOSANNA! (3) en el cielo (bis) Bendito el que viene en nombre del Señor (bis) Hosanna en el cielo ¡Hosanna! ¡HOSANNA! (3) en el cielo (bis)


8.- PADRE NUESTRO Padre nuestro tu que estás en los que aman la verdad, has que el reino que por Ti se dio llegue pronto a nuestro corazón, que el amor, que tu hijo, nos dejó, ese amor este ya con nosotros. (Se reza la oración tradicional del Padre Nuestro) Y en el pan de la unidad, Cristo danos Tú la paz y olvídate de nuestro mal, olvidemos el de los demás, no permitas, que caigamos en error, oh señor ten piedad del mundo. 9.- LA PAZ ESTE CON NOSOTROS (paz) La paz esté con nosotros, / (3) que con nosotros siempre, siempre esté la paz. Queremos paz para el mundo, pedimos paz para el mundo, cantamos paz para el mundo, ¡que con nosotros siempre, siempre esté la paz! 10.- LA ESPIGA (comunión) Una espiga dorada como el sol, el racimo que corta el viñador, se convierten ahora en pan y vino de amor en el cuerpo y la sangre del Señor. (bis) Compartimos la misma comunión, somos trigo del mismo sembrador, un molino, la vida, nos tritura con dolor, Dios nos hace Eucaristía en el amor. (bis)

Llevame donde los hombres necesiten tus palabras necesiten mis ganas de vivir donde falte la esperanza donde falte la alegría simplemente por no saber de ti Te doy mi corazón sincero para gritar sin miedo Tu grandeza, Señor Tendré mis manos sin cansancio tu historia entre los labios y fuerza en la oración Y así en marcha iré cantando por calles predicando lo bello que es tu amor Señor tengo alma misionera condúceme a la tierra que tenga sed de ti 12.- CANTANDO LA ESPERANZA (canto de despedida) NUESTRA ALEGRÍA, NUESTRA ESPERANZA, ESTÁ PUESTA EN JESÚS. Y CON MARÍA EL NUEVO DÍA CELEBRAMOS HOY. (2v) Es la Fe fortaleza, rompe todas las tristezas. Siempre firme la Esperanza, no se agota, no se cansa. NUESTRA ALEGRÍA, NUESTRA ESPERANZA, ESTÁ PUESTA EN JESÚS. Y CON MARÍA EL NUEVO DÍA CELEBRAMOS HOY. (2v) Y el más grande, el Amor, trae perdón, trae a Dios.

Como granos que han hecho el mismo pan como notas que tejen un cantar, como gotas de agua que se funden en el mar, los cristianos un cuerpo formarán. (bis) En la mesa de Dios se sentarán, como hijos su pan comulgarán. Una misma esperanza caminando cantaran. En la vida como hermanos se amarán. (bis) 11.- ALMA MISIONERA (comunión) Señor, toma mi vida nueva antes de que la espera desgaste años en mi estoy dispuesta a lo que quieras no importa lo que sea tu llamame a servir

¡¡FELIZ ANIVERSARIO!!



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