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ola mis encabronados lectores y detractores, que día a día pierden plusvalía entre los impuestos y los intereses de las guillotinas de crédito.
Hermanos globales que se engalanan con el balompié cada cuatro años, siguiéndole la métrica empresarial a eso que llaman FIFA ― ¡Oh divinas criaturas! Que dejamos atrapar nuestros sueños de 8 a 6, porque así lo dicta el capital. Que desigualdad más perfecta, vos te comes las uñas y ellos patean las bolas, qué bello es gritarle al árbitro: ¡HIJUEPUTA! Este humano soberbio, que aniquila los sueños de los hinchas o de los “patriotas” de camiseta e himno nacional. Pero cautos mis susceptibles Millennials, que el bicho restaurador anda por doquier, entorpeciendo todo en nombre de ese Yisus imaginario, que todo lo castiga y que no entiende de amor. Aunque si el juicio final fuese hoy, ese que llamas salvador, de seguro se reirá de vos y de mí, pues nos dejamos convertir en una caricatura del humano Prometeo, que descansa en las vagas cloacas de la indiferencia. Mis pequeños iguales en el rebaño, aunque seamos ovejas de distinto color, todos estamos atrapados en el mismo redil, se necesita que todos saltemos y huyamos. Quítate la venda de los ojos…ya estás grande para no saberlo. Y si quieres seguí mirando tu televisor, sueña con tus equipos de futbol, hacéte una paja en tu insignificante sillón, igual no haces nada por nadie. Mientras tanto los que salimos de la zona de confort seguimos el camino del arco iris, lleno de ladrillos de oro. LCD que futuro más brillante me has enseñado.
íNDICE
1. Revista Íkaro, edición 41, año 22, Agosto 2018. Publicación Independiente de Cultura editada por Adrián Montenegro para Digital Vox. Diseño Gráfico por Digital Vox. Impreso en San José, Costa Rica. Página web www.revistaikaro.com. Email: info@revistaikaro.com. Teléfono: +506.8530-3535. 2. Edición fotocopiable y pirateable donde sea posible , hecha toda en papel para su mejor reciclaje.
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Publicado por Enric González en JOTDOWN y robado al descaro por nuestro solemne consejo editorial
Anti-elogio al fútbol
adrián montenegro isculpen que insista de nuevo: cuando el Hablamos, pues, de dosificación. En el estadio fútbol es solo un juego, es un juego bastante se puede insultar al árbitro o a quien sea, pero no estúpido. Los desplazamientos largos, los agredir físicamente; lo que se hace en el estadio no desmarques, los centros, los regates imposibles… debe hacerse fuera; el auténtico sentido del rito (una sí, por supuesto, el espectáculo puede tener interés. recreación simbólica de la guerra) constituye un tabú Como el que tiene en Estados Unidos, donde no o, al menos, algo que preferimos no interpretar de significa nada más allá del juego y donde lo practican forma literal. Es solo metáfora, nos repetimos. los niños y las niñas como actividad escolar, sin otro público que sus familias. El fútbol tiene importancia, Sabemos, sin embargo, que la experiencia es y una cierta trascendencia, por lo que volcamos en él: más intensa (euforizante, dolorosa, agotadora) desde lo colectivo, como la política y la historia, hasta cuanto menos se reglamenta el asunto. No hablo asuntos estrictamente personales como la alienación, del reglamento del juego, sino de lo otro, de lo la soledad o la rabia. Como gran fenómeno de masas importante, de aquello que ocultamos tras la maraña del siglo XX y, por lo que se ve, del XXI, el fútbol de los símbolos. Entremos ya en materia: a mí no consiste en la reglamentación más o menos estricta me caen mal tipos como Paolo di Canio. ¿Les suena? del furor social y de ciertas pulsiones altamente Fue futbolista en Lazio (donde fundó el grupo de peligrosas. Quien ha acudido a un estadio sabe lo seguidores fascistas Irriducibili), Nápoles, Juventus, que se siente y lo que se grita. Al día siguiente, la Milan, Sheffield Wednesday, West Ham y Charlton y vida sigue. El fútbol funciona como una droga alcanzó una cierta notoriedad por sus saludos brazo administrada de forma recreativa: nos hace saltar los en alto y sus tatuajes mussolinianos. Es el mismo tipo límites de la corrección y de la sensatez, pero no nos al que la FIFA otorgó, con toda la razón, un premio al juego limpio: en el último minuto de un Evertondestruye.
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West Ham y con empate a uno en el marcador, el portero del Everton cayó al suelo fuera del área, aparentemente lesionado, y alguien le pasó el balón a Di Canio, quien en lugar de rematar lo tomó en las manos para que atendieran al rival. Cosas del fascismo caballeresco.
español, desaprovecha la ocasión de transformar las victorias de una selección en victorias nacionales y diplomáticas. Dicen que un campeonato mundial proporciona al país ganador (nótese que puede utilizarse la palabra país en lugar de equipo o selección) un incremento de dos puntos en el Producto Interior Bruto. Eso es indemostrable y probablemente falso, pero da una idea de la magnitud del asunto. A falta de una selección oficial, el independentismo catalán utiliza al FC Barcelona como «ejército desarmado de Cataluña», según la célebre frase de Manuel Vázquez Montalbán. Igual que el franquismo echó mano del Real Madrid como emblema de la salud de la dictadura. Esto es así, por más que repitamos que se trata solamente de un juego, que los futbolistas son buenos chicos y deportistas sanotes, que la mafia y la corrupción son excepciones en las estructuras societarias, que hay que transmitir a los niños valores positivos… En fin, esas mentiras piadosas que nos decimos para seguir disfrutando de la droga.
¿Se imaginan cómo se ponía el estadio, a favor o en contra, cuando aparecía Di Canio? Al rojo vivo, claro. No hacía falta que levantara el brazo. Como no hacía falta que Cristiano Lucarelli levantara el puño en el estadio Armando Picchi de Livorno para que la afición, en la que abundaban (y abundan, ahora quizá menos) los simpatizantes comunistas, para que la grada entrara en delirio (o en una furia casi epiléptica, si el estadio era otro). Esos tipos eran provocadores, comentará alguien. ¿Sí? ¿También lo era Carlos Caszely, el gran delantero chileno que fue apartado de la selección por rechazar la dictadura de Pinochet? ¿O Jorge Carrascosa, que llegó a ser capitán de la selección argentina y se negó a disputar el Mundial de 1978 para no ejercer como recurso propagandístico Quien ha asistido a un partido de alto riesgo, de de la dictadura de Videla? altos decibelios y de alta concentración de gases lacrimógenos a la salida, conoce la realidad. Esa El Lazio de 1974, inesperado ganador del Scudetto barbaridad, esa quiebra de la cordura y del orden italiano, fue llamado el grupo salvaje. Sus integrantes público, esa orgía brutal que repele al público familiar, eran abiertamente fascistas, llevaban armas y las a los timoratos y a los no adictos, ese disparate usaban (Petrelli disparó una vez para ahuyentar en el que se derrama sangre y se cometen actos a un grupo de seguidores de la Roma), peleaban imperdonables, es fútbol en estado puro. en el vestuario con botellas rotas (Martini contra Chinaglia) y uno de ellos, Re Cecconi, murió de un Lo otro es metadona o, en el mejor de los casos, tiro al simular el atraco a una joyería. Estaban locos y heroína al 3 %. Casi placebo. Socialmente menos eran peligrosos. Pero nadie ha olvidado la fiebre que corrosivo, políticamente menos provocador, menos provocaban en los estadios. Eso no era droga de uso peligroso para todos nosotros, pero Ersatz. El fútbol recreativo, era heroína en vena. Y creaba adicción. puro, el fútbol que libera toda la energía de las masas, El fútbol, entre otras cosas, es política. De la grande es pura subversión. y de la pequeña. Ningún Gobierno, incluido el 5
Por Adrián Montenegro.
“El trabajo de un portero es como el de un mártir, un saco de arena o un penitente: está rodeado por un singular halo de glamour”. Vladimir Nabokov, autor de Lolita.
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l fútbol o "soccer" como le denominan en la como pulga abrazando al desconocido que lengua inglesa, tiene cualidades culturales si bien, grita el gol a su lado. Mientras dura la misa no son del agrado de los campos intelectuales, pagana, el hincha es muchos. Con miles
pues le considera un frívolo factor de la masa, es un de devotos comparte la certeza de que hecho irrefutable que nada se siente tan bien como somos los mejores, todos los árbitros están ver a tu equipo ganarle a otro y eso se vuelve algo vendidos, todos los rivales son tramposos. cultural.
Rara vez el hincha dice: «hoy juega mi club». Más bien dice: «Hoy jugamos nosotros». Bien sabe este jugador número doce que es él quien sopla los vientos de fervor que empujan la pelota cuando ella se duerme, como bien saben los otros once jugadores que jugar sin hin-chada es como bailar sin música…” (Eduardo Galeano)
Ahora más que nunca que recién la Copa Mundial Rusia 2018 y en todo el mundo se están iniciando de nuevo las temporadas de fútbol, miramos a ese personaje, ataviado con la investidura del amante incondicional del balompié. EL HINCHA, el verdadero fanático el cual ha transformado este deporte en una especie de religión, donde hay santos, héroes y mártires, ellos Los Hinchas están dispuestos a defender a su equipo del monstruo contrincante. Para muchos es un hecho que el fútbol y la patria son hechos que no se pueden separar y queda demostrado Eduardo Galeano, en su libro “EL FÚTBOL A SOL cuando selecciones de dos países se encuentran. Los Y SOMBRA”, bien nos transcribe al amante del colores de la bandera y los himnos nacionales de cada juego y nos transporta al vuelo de la imaginación, con respectiva nación se transforman en signos de batalla personajes propios del cualquier páramo del planeta, en el campo de juego. Para un verdadero fanático hay que viven y sueñan con el fútbol. más patriotismo en 90 minutos que en 365 días. “Una vez por semana, el hincha huye de su En el estadio no existe la clase social para El Hincha casa y asiste al estadio. solo importa el color de su camiseta, en las gradas se Flamean las banderas, suenan las matracas, vive y sufre con el equipo, cuando el gol penetra el marco del adversario, las voces se unen al unísono… los cohetes, los tambores, llueven las ¡GOOOOOL!, en ese breve instante se olvida todo, serpientes y el papel picado; la ciudad solo hay éxtasis, solo hay felicidad. El fútbol hasta al desaparece, la rutina se olvida, sólo existe Papa le gusta, siendo capaz de parar una misa con tal el templo. En este espa-cio sagrado, la de ver a su equipo.
única religión que no tiene ateos exhibe a sus divinidades. Aunque el hincha puede contemplar el milagro, más cómodamente, en la pantalla de la tele, prefiere emprender la peregrinación hacia este lugar donde puede ver en carne y hueso a sus ángeles, batiéndose a duelo contra los demonios de turno. Aquí, el hincha agita el pañuelo, traga saliva, glup, traga veneno, se come la gorra, susurra plegarias y maldiciones y de pronto se rompe la garganta en una ovación y salta
Que juego más sencillo… basta una bola, aunque sea de papel, un par de objetos que simulen un marco y todo queda listo para un partido - ¿Qué otro deporte es tan simple para jugar? – pienso que ningún otro. Y al final no importa cuál sea tu pensar sobre el fútbol, pues más allá de que sea un negocio, una pérdida de tiempo para tu intelectualidad, en algún momento de tu vida, mínimo cuando fuiste un niño, brincaste y gritaste con otros, cuando un gol en el marco contrario te dio la victoria.
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SECCIÓN POÉTICA LIBRE DE LACTOSA
MAMAN DO PALA BRAS 9
poesía
mamando palabras
MILAGRO RESERVADO PARA UN FIN DE SIGLO
Sol que se va María Fernanda Morales Cabalceta
Gilberto Arvizu
Divaga y me lleva consigo. No es sueño, no es utopía. Pero divaga y me arrastra. Tarda horas en llegar y se pasea por jardines con flores lagrimosas. Divaga. Oscurece y no llega, me dice, me espera y luego divaga. ¡Es como el atardecer! Primero deslumbra y en un pestañeo se ha ido... divaga.
I Me expuse demasiado a tu presencia y no contenerme es una alternativa para hacerme amigo de tu respiración, eres ante todo una respuesta aunque no haya pregunta alguna, sonríes porque lo entiendes cuando vuelves a lo cotidiano con la insistencia de un globo con gas. II ¿Y de qué más podría hablar si no es de las cosas en las que creo? es un tono continuo con tu carácter a prueba de todo, un ideal que me reserva el porvenir, apertura y desenlace, una especie de átomo inmenso y más ridículo que un soplo al corazón. III La forma de ser libre no termina cuando lleguemos al límite y la madrugada nos intimide con su quietud, has descolgado una estrella del portazo que diste al entrar en mi alma, tus labios humedecieron los míos, delicioso narcótico para descifrar los misterios de la suerte. IV A veces la historia ofrece una oportunidad y no se trata de un inútil concepto como todo el silencio de la galaxia que no es más que un reflejo que te contiene, milagro reservado para un fin de siglo exclusivamente. 10
poesía
mamando palabras
Marta Juano Meretriz
Quién quiere una noche… Cuál de todos Solo la oscuridad varió Quién quiere una noche? Vine ciego de día Aquí estoy aturdido Ya sabía de tu engaño Salud macabra traición Quién quiere una noche De macabra traición Impertinencia asesina Cual ferviente corazón
Donde quedas miau Juano Meretriz
Sí, te escucho Sos vos Te presiento, me faltas Vas viniendo Te recuerdo, ya siendo Etérea, informe SOS Pero ¿sin uñas?, ¿sin dientes? No estás, lengua rasposa ¿Qué sería de nosotros sin mi pantalón Sin la cáscara de esta piel reaccionaria Único holograma de creer? Aruña, muerde, pelea, golpea Esos muertos son tu vida De mí eres
EL INFIERNO DE DANTE Claudia Patricia Ortega Guerrero
Pobre Dante, perdido en la selva oscura. A su paso una pantera y un león le saludan. Sale de la nada una gran bola oscura. Pero ahí está su amada Beatriz para ayudarle y no lo muerdan. Envía en su ayuda a Virgilio y procura que el poeta sea su guía y ambos las fieras reprendan. Después de pasar el Aqueronte vendrá la locura. Todo arde en llamas. Ambos el infierno penetran. Los condenados lloran sus terribles penas. Y los castigos son tan crueles que pesan. En lo más profundo está Lucifer con sus largas uñas. Dante pinta episodios de ese mundo infernal. Allí se encuentra con amigos y enemigos hasta el final. En el paraíso encuentra a Beatriz y se van a la mansión celestial.
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poesía
mamando palabras
Uróboros
Pensamientos de café
B.J. Rodriguez
Josel Pablo Vargas Calderón
Así empieza el cuento: como un tallo crece el hombre, dos pies unidos a un cuerpo, un cuerpo unido a dos pies, dos ojos que pueden ver y no lo hacen, descubre pronto el dolor y el odio, es una serpiente devorándose a si misma.
Llegó las cuatro de la tarde, la hora café. El momento de compartir las tertulias del día. El problema es que no entiendo tu historia. Me confundo todo al ver tu sonrisa. Pasaron los días desde aquella primera vez. No importó el tiempo, si lo perdí o gané? Aunque preferiría que esta vez fuera diferente. Por fuera una dulce princesa y de delicada sonrisa. Por dentro una ninfómana de besos sin final.
Las abejas del enjambre viajan todas solas. Están todos muertos, se hunden en sus tumbas diarias. La bulla, el caos, lo absurdo son su hogar. marchitándose poco a poco, y eso es todo el transcurso de su vida, un viaje a un fin inevitable, muriendo cada segundo, entre moda, comida rápida y las tendencias. Les dicen que despierten y se duermen más.
SONETO PUNK William Velasquez. “Hey Ho, Let's Go” (Ramones) "¿Puedo salir y matar esta noche?" le pregunté a mi madre, que asustada se santiguó y quebró de una patada mis discos de Misfits entre reproches. Yo quería tatuarme una esvástica, y aprendí las canciones de Eskorbuto del hardcore me creía gema en bruto pero me derrotó su ira tan drástica. Con mi gloria truncada en sus inicios menguó aquel gran amor por la guitarra o el discurso incendiario de Evaristo, rompí ese enorme póster de Sex Pistols y mi faceta punk fue así enterrada, pronta, como la muerte de Sid Vicious. 12
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mini cuentos
microficciones
EL ENIGMA DE LOS HOMBRES PLANTA ciskox
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n día visité a mi amigo. Abrió la puerta sudando. Me sonrió tartamudamente. Iba a sentarme en un sillón pero señaló tímidamente la puerta de la cocina. Entramos. Sacó un pimiento verde del frigorífico y comenzó a masticarlo lentamente. Estaba completamente absorto. Toqué su frente y comprobé que estaba bañada en escarcha. El pimiento crujía incluso al tragarlo. Oí disparos en la calle, coches estrellándose. Ni se inmutó. Iba al salón a ver qué sucedía por la ventana cuando salieron de sus respectivos dormitorios mujer e hija arrastrando las pantuflas. Sin reparar en nada abrieron el frigorífico. Me asomé por la ventana y me pareció ver que este mismo amigo discutía con un agente de policía. Giré el pomo de la puerta sigilosamente y salí. Preocupado, volví a saludar a mi amigo en la calle. Me dijo que no había discutido con el agente, sino que le había estado contando un chiste largo algo chusco. 14
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AMENAZA Fabio Osorio Montoya
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oy amenacé a mi índice derecho con la amputación, si se le ocurría marcar el número telefónico de ella. Al rato, mi dedo, presionando humildemente mi sien, me recordaba la falta que nos hacía.
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ANSIEDAD RODRIGO VELÁZQUEZ SOLÓRZANO México D.F. 22/3/2017
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uando me platicas de sus enormes senos morenos comienza a escurrirse entre mis piernas un líquido viscoso y transparente. Te amé porque me llevaste al hotel donde tantas veces te desfogaste en su cara. Recuerdo que ese día bajo la regadera tuve que pararme en la punta de mis pies para que me penetres por atrás, ¿cómo no ser tu puta? Quiero usar la lencería que se ponga para tu cumpleaños, ojala sea roja. Yo te voy a escribir una carta amor mío, te espero el sábado.
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microficciones
LOS SONIDOS FINALES Ronald G. Hernández Campos
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a cadencia de sus gritos, sus gemidos y los últimos estertores, era casi perfecta, una melodía: todo siempre suena y se dibuja perfecto cuando la víctima te ve con miedo, en sus últimos instantes, y su mirada que se va opacando únicamente te pregunta, muy en el fondo de la impotencia, ¿por qué ella, por qué él?...
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microficciones
POR UN GOL Luis Muñoz
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uchos años después en la tribuna del estadio, el ex rey del futbol habría de recordar aquella tarde aciaga en que le correspondió cobrar el penalti de la final del mundial y ante su estupor, solo en ese momento pudo ver con toda claridad la escena con el cuadro más aterrador: el palo derecho tenia instalado un imán que atraía sin piedad hacia afuera el balón.
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enimos aquí, filas y filas de hombres y mujeres valientes con el cañón a la espalda a dar la vida, a luchar por nuestras madres, nuestros hijos, por los nuestros, ¡Por su libertad y por la justicia!
apretados esconden dentro el choque furioso de sus dientes. El insoportable calor moja de sudor los harapos que traemos por ropa y alborotan los piojos que se regocijan de la humedad de los cráneos.
Mueren en batalla centenares de hombres con el afán de destronar a ese miserable monstruo asesino de traje. Dentro de las finas telas está su verdadera forma, una piel pálida, quebradiza en escamas, su cuerpo se sostiene sobre ocho pegajosos y enormes tentáculos que se mueven solo para llevar trozos de carne putrefacta a su enorme boca. Sus ojos resecos, sin rastro de vida y sin iris, se quedan fijos ante los movimientos.
Estamos refugiados entre espesos cerros donde como en un juego de azar se disputa la patria, mi patria, ¡nuestra patria!
Con un tronar de sus extremidades hace que broten de las cuevas miles de soldados de traje azul que parecen haberse olvidado de que también son humanos y a cambio de dinero atacan sin piedad al inocente, capturándolo y humillándolo, atándolo con las manos en la espalda, torturando, oprimiendo su libertad, robando y esclavizando a los míos.
Y después de un primer cañonazo inadvertido se despiertan las balas que resuenan como ecos. Todo tipo de metales asesinos se abren paso entre la carne y los huesos, machetes herrumbrados con bordes filosos, puñales y balas nadan entre las entrañas y cae la sangre. Algunas veces ruge dentro de la tierra alguna mina que al ser pisada despierta de su sueño subterráneo, su rugir desmiembra sin mesura, arranca la vida y corre más sangre. Y todo para derrocar a ese monstruo de tentáculos y sangre fría. Lo triste es que ya han caído varios antes que él, unos más temibles, otros más débiles. Cada vez que matamos a uno de estos engendros, como si fuera la naturaleza de nuestra especie humana, se separa uno de los nuestros, uno del montón y reencarna en un nuevo monstruo cambiando sus carnes por pesadas materias de fibra adiposa cubiertas por pegajosas escamas, le nacen tentáculos acaparadores que no dejan ni a los cuervos probar del festín descompuesto de tripas y sangre.
Esos soldados están entrenados para domar la rebeldía de los que anhelan ser libres, es ahí donde nos levantamos viriles y peleamos. Los más afortunados llenos de miedo, otros de nosotros ya perdimos nuestras familias y solo podemos sentir el arder de la sangre, burbujeante y espesa, recorrer nuestras entrañas como lava; sangre caliente que ya no teme, solo odia. Los que ya estamos con estos padecimientos tenemos todos los días una insoportable sed de venganza y nuestra boca reseca Y ahí es cuando el ciclo se repite y nos enlistamos como desierto se vuelve polvo. de nuevo centenares de hombres y mujeres valientes con el cañón a la espalda a dar la vida, a luchar por Veo a los míos, a los hijos de la noche, y parecen nuestras madres, por nuestros hijos, por los nuestros, maniquíes color aceituna morena, todos con el ¡por su libertad y por la justicia! mismo rostro que parece más una mueca fija de ira, sus seños encorvados caen sobre sus ojos medio Y de nuevo mueren otros y cae su sangre... Lástima abiertos y fijos, sus bocas tensas con los labios de sangre. 21
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No tengo la noción exacta de cuándo escuché hablar por primera vez del “mito” Vairoleto. Sí sé que aún era muy pequeño, tanto, que todavía no sabía leer ni escribir. Un día, en una carpeta a “gancho”, empecé a juntar algunos recortes de diarios y revistas que abordaban pasajes de la vida y leyenda del mentado “Robin Hood de las pampas”.
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n los primeros meses de 1980 viajé a General Alvear con el único propósito de informarme lo mejor posible sobre el caso del mítico bandolero y allí mismo preguntar quién podía saber fehacientemente sobre el tema. A partir de allí comencé a investigar y rastrear más de 25 años de la vida del personaje que faltaban develar. Ya con cierto conocimiento del tema, me encaminaba sin darme cuenta a una carrera jamás pensada, de entrevistas, viajes, reportajes y publicaciones que me acompañaron hasta hoy.
a lo largo de esta trayectoria. No lo intuí, ni lo imaginé, actué casi con ingenuidad, pero cometí, sin saberlo, un acto de “insolencia” al publicar una nota señalando algunos de los errores que había cometido un cronista de un semanario de Santa Rosa en una nota de dos páginas, abordando la historia del mítico bandido. Aquel cronista no era otro que H.W.C., en ese momento director del prestigioso semanario. También se puede citar como autor de varios artículos publicados en diferentes medios sobre Vairoleto (con “B”), todos ellos plagados de Mi primera intervención pública con este tema, en desaciertos. Ante mi actitud, aquel hombre tomaría 1996, fue la más desacertada acción de mi parte, más tarde una “suerte” de revancha, rechazando con 22
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diversos argumentos, los trabajos que presenté al Desde aquella aparición en el diario de Santa Rosa en 1996 en adelante, cooperé en diversas publicaciones semanario con la intención de publicarlos. regionales, participé en la película Viento, arena y Pero si, por las dudas, aquella lección de rechazo no cenizas, de Suppo; el video documental El eslabón había sido suficiente, después descalificó con críticas perdido, dirigido por Mario R. Mateos y editado por rebuscadas mis libros publicados, sumando además a Ricardo Franzini. Todo eso, de algún modo ayudó su gesta, a personas ubicadas en ámbitos académicos, a que se difundiera mi labor sobre la historia del políticos y sociales –acción corporativa– para silenciar mítico personaje, hasta que en un día de 2003, en (censurar) mis diferentes publicaciones. un inclaudicable intento por “volcar contra el viento Después de reiterados intentos para poder publicar, lo que dicta el corazón”, resolví escribir, desde mi logro “bandear el cerco”, cuando la redacción de El punto de observación, la vida y la historia (completa) diario de Santa Rosa, a cargo Mario Vega, me aprobó del famoso bandido y que luego en noviembre de un trabajo y a lo largo de dos meses, en forma de 2004, publicó Ediciones Corregidor. fascículos, publica una parte importante de la historia En 2005, con el libro publicado bajo el brazo, recorrí desconocida de Vairoleto. veinte capitales de provincias y algunas ciudades En el primer fascículo (17/1/1998) expliqué que importantes, visitando redacciones de diarios, estudios Vairoleto firmaba con “V” y una sola “t”, tal como de radio y televisión, difundiendo mi libro. A fines se podía observar en los expedientes judiciales del de 2011, en un intento de alcanzar mayor difusión Archivo Histórico Provincial que funciona en la de mi libro, me lancé a la calle a recorrer, pueblos misma ciudad de Santa Rosa. Agregaba, entre otras y ciudades de la región, ofreciendo (vendiendo) mi novedades, la corrección del apellido de la madre libro “puerta a puerta”. Hasta hoy llevo recorrido de Juan Bautista, que era Mondino y no “Bondino”, más de doscientos cincuenta pueblos y ciudades de como se venía escribiendo hasta ese momento. Mi varias provincias y el libro se reeditó seis veces. primer libro Tras el rastro apareció en noviembre de Cada mañana que me levanto para salir a ofrecer 1998. En él se muestran los orígenes de la familia, mi Más allá de la frontera Vairoleto, me estimulo una buena parte de la historia de la vida y la historia poniendo música con la canción de Claudio Martínez del conocido bandolero. Payva y que interpreta Jorge Cafrune: “La vuelta del A mediados de 1999 puse en marcha mi nuevo libro montonero”. Este recurso misteriosamente potencia con la ayuda de varios “baqueanos” de General mi voluntad y me ayuda a enfrentar con mayor ánimo Alvear, como Héctor Dipaolo, Carlos Franco, Carlos “operaciones corporativas de bloqueos, censuras de Villegas, Jesús Rodolfo Sarraf, Santos Schiavoni y prensa” y otros contratiempos. otros, que se ocuparon de buscarme abuelos y abuelas No crean que los provoca un zafao de nacimiento “alvearenses” que habían conocido al bandolero y entrevisté a mucha gente en esa zona. Después Es que amor y sufrimiento me han puesto hiel en la viajé a la ciudad de Mendoza donde doña Telma boca, Ceballos me esperaba con interés para colaborar con Al que le toca le toca, si hay quintada seré el quinto, su testimonio sobre la convivencia con Juan. Para noviembre del mismo año, en una modesta edición Soy pintor y cuando pinto, pinto flor de pinta brava de autor, con prólogo del profesor Félix Coluccio, publiqué La morada del Tigre, que cuenta los últimos El que me pise la taba, tendrá que tantearse el cinto…* años del bandido radicado en el sur mendocino. 23
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A
ún estaba medio dormido cuando el ruido de la cafetera, al conectarla, lo alertó de que algo no iba bien. No era normal tanto bufido y gruñido, no tan exagerado. Comprobó que tenía agua suficiente, colocó el cacillo con robusta recién molido sin aplastar, esperó a que se calentara un poco más allá de la luz verde y pulsó el botón. Nada. La máquina balbuceó de nuevo y vibró, pero no salía café. –No me jodas. Esperó un par de minutos, mientras ponía a tostar el pan. Nada. Retiró el cacillo. El café estaba seco. Acercó la mano. Se quemó los dedos, pero donde debería haber humedad estaba seco. –Mierda. La apagó. Desmontó el depósito del agua, vertiendo parte por la mesa y el suelo. Lo vació. Comprobó que no estuviera obstruído. Comprobó también la conexión de entrada a la cafetera. Volvió a llenarlo. Volvió a colocar el cacillo en su sitio. Encendió. Zumbidos, gorgojeos… Y ni una gota de café. Algo olía mal. A quemado. La tostada. –Su puta madre. Miró el reloj del horno. Ya iba tarde. No iba a perder también el trabajo por otra gilipollez. La ducha no le falló. Ni la maquinilla de afeitar que le acompañaba desde los 16 años. Eligió ropa algo desgastada, pero cómoda. Ya en el coche, tiró el ambientador de vainilla antes de cerrar la puerta. –A tomar por culo. Por la tarde se desharía de la cafetera. También tiraría el resto de sus mierdas que aún quedaran por la casa.
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uenta la historia que había una vez un verdugo llamado Wang Lun, que vivía en el reino del segundo emperador de la dinastía Ming. Era famoso por su habilidad y rapidez al decapitar a sus víctimas, pero toda su vida había tenido una secreta aspiración jamás realizada todavía: cortar tan rápidamente el cuello de una persona que la cabeza quedara sobre el cuello, posada sobre él. Practicó y practicó y finalmente, en su año sesenta y seis, realizó su ambición.
Era un atareado día de ejecuciones y él despachaba cada hombre con graciosa velocidad; las cabezas rodaban en el polvo. Llegó el duodécimo hombre, empezó a subir el patíbulo y Wang Lun, con un golpe de su espada, lo decapitó con tal celeridad que la víctima continuó subiendo. Cuando llegó arriba, se dirigió airadamente al verdugo: -¿Por qué prolongas mi agonía? -le preguntó-. ¡Habías sido tan misericordiosamente rápido con los otros! Fue el gran momento de Wang Lun; había coronado el trabajo de toda su vida. En su rostro apareció una serena sonrisa; se volvió hacia su víctima y le dijo: -Tenga la bondad de inclinar la cabeza, por favor.
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¿Sabes, espectro? Nunca me imaginé que así fuera el fin del mundo. Mirá por la ventana: hace poco estaba como a veinte metros; ahora está como a diez, esa lava. No sé si es lava, porque no se ve como en el tele. Es como que el suelo se derritiera, se fundiera y convirtiera en esa cosa roja incandescente. Y no es que avance, ¿sabes?; si lo ves bien, no es como un río que avanza, sino que la tierra normal se comienza a calentar y se pone al rojo vivo. Poco a poco. Esos gemidos tuyos no parecen lastimeros, sonás como si más bien quisieras hablarme con la boca llena. Dejá de gemir y mirá por la ventana, si es que estás en algún lado con ventanas. Mirá el cielo, negro, sin estrellas ni luna. Para mí que está cubierto por una capa de cenizas y humo que tapa todo. Si mi reloj no está mal, de hecho serían como las tres de la tarde. Y todo está oscuro. Pero yo no oí ninguna explosión ni tampoco un temblor ni nada que dijéramos fuese un volcán o algo. Simplemente me desperté y la casa estaba vacía. Eso es lo que me extraña, Lisa no me hubiera dejado sólo. Y como ya no están las casas de los vecinos, no puedo preguntar. No hay nadie, espectro; solo vos y tus gemidos. Simplemente no lo entiendo. La verdad, siempre supuse que el mundo se 26
acabaría con una gran explosión, algún meteorito, o incluso alguna epidemia o guerra mundial. Pero que el suelo se derrita y el cielo se apague sí que es inesperado. También, si lo pienso, es increíble que no haya nada más que esta casa y yo aquí solo. Bueno, con unos gemidos que no sé de dónde vienen; pero en fin, nadie que parezca humano. Lo siento, espectro, pero también, por alguna razón, no me encuentro desesperado ni con miedo. Imagínate una casa sin luz, cercada por lava, andando uno con una vela, con un espectro quejándose… cualquiera estaría muerto de miedo. Oye, espera… ¡Sí! El núcleo de la Tierra se sobrecalentó y el calor está subiendo a la superficie derritiendo todo. Eso lo explicaría, aunque creo que el mar evaporado ya nos habría cocinado al vapor, ¿no crees?
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La verdad, te hablo para no enloquecer, creo yo. La verdad es que Lisa es lo que más me preocupa. ¿Será que salió a buscar ayuda y quedó atrapada en la lava? ¿Será que las casas de los vecinos ya están calcinadas y este es el único lugar de la Tierra sin hervir? Si fuera así, si fuera el último lugar de la Tierra, quisiera tener a Lisa conmigo. Suena romántico, ¿verdad? Pero realmente es triste. Amor hasta la muerte, pero eso no es cierto. Debo suponer que Lisa murió; pero el amor no se acaba, solo duele. Y moriré yo, pero el amor persistirá. Porque la amo… ¿Oíste? ¡Shhh!… … … creo que hay alguien en la casa… ¡Sí, son pasos! ¡Oigan! ¿Hola? ¿Quién anda ahí?... Parece que es un niño, son pasos que suenan como muy pequeños. ¿Hola? Voy a ver al cuarto de la compu. ¿Hola, hola? No, está vacía… ¡Ahí! ¡Ya te vi, sombra de niño! ¡Oh, Dios! ¿Estás aquí espectro? Siento miedo, mucho, con solo entrar al cuarto. ¡Oh, Dios! Sé que hay algo aquí, ¿eres tú espectro? ¡¿Qué es eso que está tras la cama?! ¿Qué son esas orejas horribles? ¡Aléjate, monstruo! ¡Esos ojos! ¡Eres un demonio! ¡Maldita sea; qué maldito núcleo ni qué nada! ¡Es el infierno que subió y se salieron los demonios! *** ¡Dejá de mirarme, maldito demonio! ¿Qué vas a hacer, ah? Ya no cabe más miedo en mi cuerpo. Mi cerebro… no tengo… no puedo pensar inteligentemente… no sé por qué tengo tanto miedo… espectro, ya me di cuenta que no sos vos; hasta tus lamentos me dan miedo ahora y también sonás asustado. Pero este maldito demonio solo está ahí, mirándome, como piedra, y yo como piedra, también, y no me puedo mover del miedo. —Víctor… soy yo… ¿me reconocés?... ¡NO! ¡Lisa! ¡Maldito demonio! ¿Qué le hiciste? ¡Esa voz! Estás tratando de engañarme, de golpear mi alma, mi fe, lo que sea, ¡pero no lo lograrás! Sé que sos un demonio, tú no eres Lisa… ¡Esos ojos! ¡La mano!… ¡Tienes el anillo de Lisa! No, no, no, Víctor, 27
Víctor, ese demonio te engaña, te juega trucos sucios… ¡Maldito demonio! —¡Víctor! ¡Ayúdame! Siento que me quemo, necesito un abrazo, no sé qué me pasa, te estaba buscando, te estaba… ¡Cállate, asquerosa bestia! Sé que no sos Lisa, sos un engendro del infierno que se ha escapado y me engaña. No me vas a… ¡Dios! ¡La casa!... ¡Llegó, la lava! … … ¡Calor!... ¡El miedo! Ya no hay tanto. ¡Espectro!, ya no tengo miedo; la lava partió la casa y ahora el demonio está en la otra esquina. Hay lava entre nosotros. Hace un calor terrible, pero parece que la separación me ha liberado de su control con miedo. ¡Míralo! ¡Está nervioso! Se mueve de lado a lado, está… ¿Llorando? ¡Me mira! —…ayúdame, Víctor, por favor, me quemo, ¿por qué no me ayudás? Por favor, ¡me voy a quemar! No quiero morir sola, ni así, con este cuerpo; dime que me amas, te amo, ¡te amo!… ¡No! Es mentira, ¡mentira! Tú no eres Lisa, bicho maligno, ¡no! Yo a Lisa la amo con todo, pero... —¿Me amas? Yo también. ¡Oh, mi Víctor! No sabes cuánto me alegra... Sí, te entiendo, Víctor; parezco una bestia horrible, que no me creas… la verdad es que no importa, no me importa morir así, muero feliz sabiendo que me amas. Adiós amor mío, no me mires más, no me recuerdes así, recuérdame como era, tu pan dulce… Pan dulce… pan dulce… mi Lisa… no, no, yo amo a Lisa… ¿Es esto el infierno? ¿Es este mi castigo? ¿Es ésta Lisa, en cuerpo de demonio, que debo ver morir sintiendo asco y miedo? ¿Es este mi castigo… o el de ella? ¡Morir despreciada por mí! ¡Cállate, espectro! ¡Deja esos gritos y llantos! Tengo suficiente con esta confusión, con este dolor de alma… —Víctor… No… ¡NO!... Voy a morir de todas formas. Voy a morir solo, sin mi Lisa… a como la recuerdo. Ya no estoy seguro, ya no sé si eres Lisa o no, demonio; pero… ¿y si eres Lisa? Aunque seas un engaño no puedo jugarme el chance de que sí seas Lisa. De todos modos nos vamos a morir... Sí, no me queda
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otra… ¡Cállate, espectro, me tenés harto! … —¡No, Víctor, no lo hagas! ¡No saltes! ¡Lisa, no morirás sola! ¡Allá voy!… Aquí estoy, abrázame... —¡Oh, amor! ¡Te amo! Perdóname, perdóname por hacerte morir… y por hacer que Lisa muera sola… ¡Aahhhgg! ¡Maldito demonio! ¡Mi pecho! ¡NO, no te comerás mi corazón! ¡Hervirás conmigo en el fuego!... *** —Lo siento, señora Duarte. ¿Cómo se siente? El calmante ya debe de haberla tranquilizado. —No creo que una pueda tranquilizarse luego de ver eso. Y dígame Lisa, por favor. ¿Cómo pueden los doctores no horrorizarse al ver a un ser humano que se le abre el pecho y luego se calcina de la nada? ¡Y esos gritos! ¡Dios! —Señora… Lisa, tranquilícese, por favor. Cualquiera se horrorizaría; pero nosotros ya hemos visto cosas parecidas e incluso peores. La combustión instantánea es de lo más común. Sin embargo, le confieso que aun me afecta y mucho, pero no puedo perder el control; hay gente que ayudar, incluyéndola a usted. —¿Ustedes ayudarme? ¡Oh, doctor! Si usted supiera… —Créame, queremos ayudar y por eso necesitamos saber, como usted dice. Nuestra lucha es contra la ignorancia, contra esos tumores demonio 28
que nos roban más y más personas cada día. —Tumores demonio… qué nombre más estúpido y falto de ciencia… ni siquiera son tumores, ¿no es cierto? —Bueno… Los tumores demonio son, en un sentido, cuerpos anómalos formados por células alteradas, como con el cáncer; sólo que son móviles. La malformación aparece y desaparece, lo que los hace tumores nómadas que no se puede extirpar porque nunca están en un mismo lugar. Eso también hace que diferentes partes del cerebro trabajen de forma anómala, reduciendo o incrementando su función y poder. Es la enfermedad más difícil y extraña que nos ha tocado enfrentar. Y lo de los demonios, pues, todos los que mueren los mencionan en su pesadilla final. —Incurable. Intratable. El pobre Víctor no me oía, no lo pude abrazar; solo me decía “espectro, espectro”, y creo que de nada sirvió eso de hablarle. Parece como si hubiera perdido su percepción del mundo real, de mí. —Doña Lisa, viera que a veces es todo lo contrario. No es que pierda sentidos: hemos descubierto que la alteración les permite a los enfermos tener habilidades especiales. Algunos son más fuertes, otros más rápidos, otros adquieren más agilidad mental. La gran mayoría adquiere intermitentemente poderes mentales como telequinesis, lectura de mentes o incluso predicción del futuro. No hay “fuerzas malignas”, como dicen en la calle; es el cerebro de la persona la que logra hacer cosas como automutilarse, o la combustión.
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Pero el final es siempre el mismo, morir sumido en un coma o sueño profundo con esas terribles pesadillas. Y no hay tratamiento para ninguno de los síntomas, solo nos queda la profilaxis, el tratar de evitarlo. Por eso debemos descubrir cómo se adquiere la enfermedad, si se genera por algún agente externo, interno, o si se contagia… no sé. Sólo sé que si no lo descubrimos y a estos tumores demonio se les ocurre hacerse pandemia, podría llegar a ser el fin de la humanidad. Por cierto, le pido… —Me va a pedir permiso para realizarme algunos exámenes. Ya lo sé. Pero no son necesarios. —¿Intuyó lo de los exámenes? No se preocupe, son inofensivos; pero de fijo son necesarios; le ruego que nos deje hacerlos. En la mayoría de los casos, la pareja del infectado presenta síntomas; es muy delicado. —No lo intuí. Ya lo sabía. Por eso le digo que no son necesarios. Desde hace ya tiempo que sé cosas, que tengo sueños. Por eso puedo decirle que ya comenzó. —¿Comenzó? ¿Me está diciendo que está infectada, con un tumor? ¿Cómo lo supo? Oh, ya lo sabía, el síntoma de ver el futuro… si, eso, ¿verdad? Tranquilícese… esto cambia las cosas, debemos hacer otros exámenes… sí, voy a traer la fórmula de internamiento, no se preocupe… cuidaremos bien de usted, no tenga miedo… —Cálmese usted, doctor. No es nada para hacer alboroto, le puedo asegurar. Sí, tengo uno de sus famosos tumores, pero no se necesita poder ver el futuro para que me diagnostique: le puedo asegurar 29
que el síntoma es mucho más simple y cotidiano de lo que piensa. —No… no le entiendo. ¿Hace cuánto tiempo sabe? ¿Sabe cómo se contagió? Usted es la primera que veo tranquila; todos los demás llegan en gritos y en un estado frenético de histeria, viviendo un infierno, para luego caer en coma… —No, doctor. El infierno no se vive. No está en el centro de la Tierra, como dijo Víctor. Está en cada uno de nosotros. Podría decir que cuando sale, se escapan los demonios. ¡Qué pictórico! Pero no es así. Los demonios ya andan entre nosotros, pero no los distinguimos. Acabarán con la raza humana, será su fin… —¡Oh, Dios! ¿Es ese el futuro que ve? ¿Es... estamos condenados? ¿Cuándo comenzará? —No, doctor. Ya le dije: ya comenzó. Pero ese es el futuro que ellos quieren que yo vea. Pero le juro que por lo que le hicieron a Víctor, no lo permitiré. No saben que yo conozco sus secretos, que sé que ya andan por ahí… —Lisa, ¡Lisa! ¡No me diga que puede detectar los demonios en los demás! ¿Cuál es el primer síntoma? ¿Cómo se contagia? —¡Oh doctor! No, no se contagia. ¿Realmente quiere saber cuál es el primer síntoma? Fácil. Dígame doctor: por casualidad, ¿usted sueña?…
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Arrebato de hambre y aburrimiento número uno. Adrián Montenegro.
Mi vaso vacío se encuentra solo en la esquina de la mesa, ganas de wiski tiene, yo de follar. Ninguno de los dos tiene lo que quiere esta no noche, mañana tampoco, es lo malo del capitalismo…sin billete no hay carisma, sin billete no hay orgasmo. Con hambre nadie es creativo, tratar de hacer poesía cuando tu estomago cruje no es nada bello, por ello como odio a esos pintores snobs hacer acuarelas de gentes pobres, quien les da derecho para hacer de la necesidad un show. La billetera vacía mata al artista, la jornada de trabajo también lo fulmina…que círculo vicioso más hijo de puta. Yo por ello me aferro al último recuerdo de la mejor cogida, antes que se me olvide, porque la edad eso si lo resuelve rápido, te deja los traumas y los miedos, pero se lleva los buenos recuerdos. Vos dirás — pues mastúrbate — yo te respondo que el que prueba el furor de una buen arrebato sexual jamás diría eso. El arte real, el arte que te duele, el arte que te maltrata la conciencia, el que carcome, no se encuentra rezando rosarios, se haya en el alcohol, el sexo y en la carencia de un corazón feliz que ama su propia vida. Por eso no conozco ningún ricachón que haga un buen poema y o tenga una obra primorosa. Tengo el vaso sin wiski, la nevera vacía, la billetera en coma; pero mi corazón por algún extraño designio se encuentra lleno…a esto algunos le llaman alcanzar el nirvana. 31
carpe diem
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