Sumario
SANTA ÁNGELA DE LA CRUZ Página
1. Editorial - Déjalo todo y sígueme ........................................................................................................... 4 2. Cartas de Santa Ángela de la Cruz - Valor y fecundidad apostólica de la vida de humillación .......... 7 3. Me gusta contarte cosas... - Polaco y sevillano ......................................................................................................................10 4. Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional - La vocación de Santa Ángela de la Cruz ..................................................14 5. Hablamos de ella... - “Solo Dios tiene la capacidad de crear” ......................................................18 - ¡Un nuevo curso para crecer en el Señor! ....................................................21 6. Florecillas de Sor Ángela de la Cruz - Prólogo ...................................................................................................................................................23
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Sumario
SANTA MARÍA DE LA PURÍSIMA Página
1. Así la vieron sus contemporáneos - Fr. Carlos Amigo Vallejo, Arzobispo de Sevilla, 20. III. 1999 ......27 - “Por la Cruz… A la Luz” ....................................................................................................... 30 - La definición de madre, no cabe en las palabras, ni en libros ............................................................................................................................................34 2. Testimonios - La vocación religiosa es un regalo ........................................................................39 - Ella conquistó y sigue conquistando nuestros corazones ...........42 - De misión con las Hermanas de la Cruz ...........................................................45
CAUSA DE CANONIZACIÓN DE JOSÉ TORRES PADILLA - Artículos periodísticos sobre el Padre José Torres III-IV .................. 48
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DÉJALO TODO Y SÍGUEME ¿Hay crisis de vocaciones? ¡Sí! Pero la crisis de vocaciones no es nada nuevo. Ya lo advirtió el propio Jesús: “La mies es mucha y los obreros pocos”. ¿Qué habría que hacer hoy para que estas vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada vayan a más y mejor, superando esta escasez que tenemos en el presente? Lo primero que tendríamos que hacer es pedir al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies. Dios quiere que se lo pidamos. Los directamente llamados, son sin duda alguna, los hijos; pero los más directamente implicado son los padres ¿Quién puede dudar que los apóstoles procedían de familias unidas, sanas, trabajadoras y por supuesto creyentes? Muy justamente se habla hoy de la familia como vivero de vocaciones. Está demostrado que de las familias creyentes, sanas, unidas y trabajadoras, salen los mejores candidatos para el sacerdocio y vida consagrada. Es cierto que se están cerrando conventos de religiosas en España y en todo el mundo, pero también es cierto que hay miles de vidas femeninas, consagradas a Cristo en pobreza, obediencia y castidad, buscadoras del tesoro escondido, pendientes de un solo Amor, trabajadoras de la caridad, imitadoras de la Virgen María. Ellas son cimientos y alma de la Iglesia. 4
EDITORIAL
Déjalo todo y sígueme
Hablando de vocaciones podemos hablar de la vocación de santa Ángela. Ella nació en un terreno muy propicio. Nació en una familia profundamente cristiana, humilde, austera, trabajadora y muy creyente. La llamada de Dios requiere nuestra determinación de romper con todas nuestras ataduras. Y así lo hizo Ángela de la Cruz. Desde que sintió la voz del Señor no dudó nunca de su llamada y solo lo miraba a Él; así fue descubriendo ese camino concreto que Él quería que recorriera a lo largo de su vida. Todo lo que atañe a la vocación es importante, pero lo único definitivo fue la voluntad de Dios, que le fue mostrada poco a poco a su debido momento. Para ella la voluntad de Dios está por encima de todo. Dice ella en sus escritos:
“La voluntad de Dios sea mi vida, mi alimento, mi descanso, mi alegría, mi todo”. Cuando ella dijo Sí por primera vez a la llamada del Señor, no sabía lo que Dios le pediría, pero ya ella quiso darse del todo y para siempre. Con su Sí confiado, hizo brotar en su alma la Fuente de la Verdadera Felicidad. Qué bonito es saber que Dios sigue llamando a un extremo radical, dejando todo por el Amor de Dios. Hay que pedir que no falten nunca jóvenes que quieran escuchar esa llamada de Dios para ser un signo, de que es posible una vida de entrega absoluta. 5
EDITORIAL
Déjalo todo y sígueme
Terminamos contemplando la escena del Joven Rico:
“Si quieres ser perfecto, vende tus bienes, si quieres llegar al extremo del amor, no te guardes nada para ti, véndelo todo y sígueme”. El joven se fue triste porque tenía posesiones y no quería dejar su riqueza. Muchas jóvenes acuden entusiastas y con presteza a campamentos, acampadas juveniles, grupos de oración, celebraciones marianas…pero cuando se trata de un compromiso estable, de entrega a Dios…, falta generosidad para con Él. Cómo nos gustaría que ninguna joven se marchara triste de estos encuentros por no escuchar esa voz del
“DÉJALO TODO Y SÍGUEME”.
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97– VALOR Y FECUNDIDAD APOSTÓLICA DE LA VIDA DE HUMILLACIÓN 1. De la humillación de la encarnación, nació la redención– 2. La «nada» unida a la gracia, forma la criatura espiritual.– 3. Enseñanzas del divino Maestro. Alabado sea Nuestro Señor Jesucristo [Noviembre 1928] Mis muy queridas hijas en Dios nuestro Señor: 1. Hace tiempo que no les escribo de comunidad, y como viene el Adviento pienso ponerles unas letritas para que empiecen animadas como buenas Hermanas de la Cruz. Como debemos trabajar en imitar a nuestro Señor en lo que nos sea posible, se nos presenta en estas meditaciones de la encarnación y el nacimiento materia abundante para estudiarnos. Si trabajamos y queremos imitar a nuestro Señor, no tenemos nada más que reflexionar: Todo un Dios hacerse hombre, sujetarse a tantas humillaciones para abrirnos las puertas de la gloria. Todo cuanto profundicemos es poco para penetrarnos: Un Dios hombre escondido, sin hablar, sin moverse, sin acción para nada en su encarnación; que fue el primer paso que dio y el que más nos demuestra su amor. Pues sin el primero, no hubiera llegado a completar su obra: De la humillación nació la redención. Uniéndose la naturaleza divina con la humana, todas las acciones de este Niño Dios, tienen un valor infinito: Las obras de la encarnación, las del nacimiento, la vida oculta, la pública y la consumación de todas hasta el Calvario, son de un valor infinito. 7
CARTAS DE SANTA ÁNGELA DE LA CRUZ
Valor y fecundidad apostólica de la vida de humillación
¡Cuánto ha hecho y tuvo que hacer para enseñarnos el valor de la humillación y los frutos de la redención! Porque se humilló, nos redimió con una redención copiosa. 2. Y por eso nuestro Señor nos pide el amor a esa virtud, para que amándola la practiquemos; en particular las almas de vida mixta que se dedican a las obras de celo. Porque uniendo la humillación del conocimiento de nuestra nada a la gracia, resulta de esta unión una criatura sobrenatural; no es sólo la nada, es una persona espiritual. Y así como nuestro Señor, Dios y hombre verdadero, redimió al mundo, [porque] las obras del hombre, por la unión de la naturaleza divina tenían un valor infinito, con lo que pagaba a la justicia divina las deudas de la naturaleza humana. Así, cuando nos reducimos a la nada, pero estamos en gracia de Dios, nos espiritualizamos, vivimos vida sobrenatural, pues no pertenecemos al mundo; y unida la nada a la gracia, las obras de la nada toman un valor espiritual que hace muy buen efecto en los prójimos. Se necesita esta unión: la nada y la gracia. Estas son las religiosas de celo. ¿Dónde están? Pues en las Hermanas de la Cruz, si cumplen con la Regla. Si es la religiosa la que habla, nuestro Señor le ayuda y sus palabras salen como flechas ardiendo en amor de Dios y penetran hasta en los corazones más duros. Pero si es la mujer la que habla, pagada de sí misma, creyendo que es ella la que puede sacar del pobre partido, se llevará un chasco grande, pues no sacará más que aumentar el espíritu humano. 3. Nos debemos penetrar de estas enseñanzas del divino Maestro para, en cuanto nos sea posible, imitarlo. Pero tenemos que seguir toda la vida humillándonos en todos los acontecimientos que se presenten: cuando nos suban, cuando nos bajen, siempre y en todos; cuando digan «bendito el que viene en el nombre del Señor», como cuando digan «crucifícalo, crucifícalo». 8
CARTAS DE SANTA ÁNGELA DE LA CRUZ
Valor y fecundidad apostólica de la vida de humillación
Así nos lo enseñó el divino Maestro en todo el transcurso de su vida. Huyendo de la alabanza, cómo se ocultó cuando le querían hacer rey. Y en el Calvario, que tan manifiestas estaban las humillaciones, escogió el tiempo de la Pascua para que fueran testigo las cuatro partes del mundo; y quiso le levantaran en el aire para que la deshonra fuera más manifiesta. Pero, qué fecundas fueron estas humillaciones tan públicas, que abrieron las puertas del cielo a todos los mortales, pues tenían un valor infinito practicadas por un Dios hombre. Y así le pasa a la que espiritualizada trabaja sobrenaturalmente por sus hermanos los pecadores: sus obras toman un valor extraordinario y abren paso a millones de almas sumidas en la ignorancia que, al oír esta voz caritativa, conocen a Dios y le siguen. Si Dios quisiera que nos penetráramos de esta doctrina y sacudiéramos las tendencias humanas, y haciéndonos todas de Dios la pusiéramos en práctica, cuánto ganaríamos para nuestra santificación, la del prójimo y para la mayor gloria de Dios. Mucho las quiere y bendice en los Sagrados Corazones, vuestra pobre Madre Sor Ángela
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POLACO Y SEVILLANO Los polacos deben ser muy simpáticos pero este, además, parecía sevillano o andaluz, o de cualquier otro lugar donde pusiera sus pies porque se hacía todo para todos y no había lengua, ni raza, ni lugar que se le hiciera extraño. Seguro que te das cuenta de que quiero hablarte del Papa Juan Pablo II. Pues sí y es que mira: el 12 de junio de este 2018, se han cumplido 25 años de que por segunda vez vino el Papa a Sevilla; recuerdas aquello de: ¡Qué maravilla, el Papa está en Sevilla!, pues ya ves cómo corre el tiempo. Digo por segunda vez porque la primera fue atraído por la santidad de Sor Ángela a la que vino a Beatificar aquí mismo, en su tierra y con sus gentes. Es que este Papa era bueno a “rabiar”. ¡Qué detallazo tuvo con nosotros! Muchas gracias Santidad. Aquel 5 de noviembre de 1982, para todos los que lo vivimos será inolvidable. Nos situamos: un altar monumental y espectacular en el campo amplio de la feria; un millón de personas; una orquesta y un coro numerosísimos y formidables; muchos cardenales y obispos e incontables sacerdotes; autoridades, etc. etc. y, sobre todo la presencia de las Hermanas de la Cruz que si faltó alguna sería por una imposibilidad importante. Era una gozada el verlas tan felices. 10
ME GUSTA CONTARTE COSAS...
Polaco y sevillano Felicidad que se prolongó y aumentó después cuando el mismo Sumo Pontífice pidió ir al convento de las Hermanas a visitar a la nueva Beata. Seguro que diría: “no me pierdo la ocasión”. Los santos son como los imanes, que atraen. Una monjita con un corazón tan grande, con una entrega total a Dios y al prójimo, crucificada con Cristo y amando tanto, allá que voy a rezarle y… allí que se plantó. Me imagino a las Hermanitas tan sorprendidas y contentas que les parecería un sueño. Pues sí, allí estuvo el Papa acompañado de la que hoy día también es Santa (como él): Madre María de la Purísima. Y rezó y les habló; le besaron la mano y él las bendijo, y por las ventanas del cielo estarían asomadas, además de Sor Ángela, tantas Hermanas que dirían: “te esperamos por aquí, ven pronto”. Y ya lo creo que lo hizo, faltaría más. Después aquel 4 de mayo de 2003 en Madrid la Canonización, también él, ya ancianito quiso venir a canonizarla y así fue y allí nos fuimos todos y vivimos aquel momento en el que nos parecía oír las campanas de la Giralda repicando a gloria. La segunda vez que vino a Sevilla el motivo era otro: asistir al XLV Congreso Eucarístico Internacional celebrado en esta ciudad tan Eucarística y Mariana. El 12 de junio de 1993 llegó al aeropuerto sevillano. El entusiasmo fue enorme por todo el camino hasta llegar a la mismísima Giralda para rezar desde un balcón el Ángelus; nos parecía que se abría el mismísimo corazón de la ciudad que palpitaba acelerado y se asomaba por él; nunca se había podido contemplar estampa semejante, nos parecía tener visiones, ¿sería verdad? Después de pellizcarnos nos decíamos: ¡Míralo, que es de verdad, que hasta la plaza de San Pedro nos tiene envidia!; después entró en la Catedral y tuvo un buen rato de profunda oración. Por la tarde Ordenó a 37 sacerdotes en el polideportivo de la ciudad y por la noche, esto sí que fue ¡tela de bonito!, se ponían los vellos de punta y las lágrimas eran 11
ME GUSTA CONTARTE COSAS...
Polaco y sevillano incontenibles, se concentraron miles de jóvenes en la plaza Virgen de los Reyes y allí, desde el balcón principal, sin tener nada escrito, abrió su corazón a la juventud que le respondía con un entusiasmo desmedido con cánticos, vivas, aplausos y hondear de banderas. Seguro que aquella noche le costó conciliar el sueño en una habitación del palacio arzobispal donde nuestro arzobispo Carlos Amigo le tenía todo bien dispuesto. Al día siguiente tocaba clausurar el Congreso Eucarístico y se realizó en el mismo lugar en el que se Beatificó a nuestra querida Sor Ángela de la Cruz. No había lugar suficientemente grande para acoger a tan gran multitud. Todo había sido preparado con gran esmero y cuidado con la participación de muchos colaboradores presididos por nuestro arzobispo D. Carlos Amigo Vallejo y su delegado D. Miguel Oliver pero, como nos dice nuestro actual arzobispo D. Juan José Asenjo Pelegrina: “…el protagonismo principal de aquellas jornadas gozosas corresponde al Papa…” En una carta preciosa que nos ha publicado en la hoja: “Iglesia de Sevilla” nos dice que “Las claves de este resultado, para muchos sorprendente, fueron varias. La primera la extraordinaria personalidad del Papa, su fuerza interior, su fe profunda, su amor al Señor, la entrega agónica de su vida al servicio del Evangelio y la autenticidad en el testimonio que sólo los santos saben transmitir. La segunda la extraordinaria calidad del pueblo sevillano y su amor al Papa”. Bueno pues, ya han pasado 25 años y ahora lo recordamos con agradecimiento a Dios. El Congreso recibió toda clase de plácemes y alabanzas por su magnífica organización y participación y queremos que se prolongue en el tiempo la actualización de su lema: “Christus lumen Gentium” y que la luz de Cristo nos siga iluminando el camino de la vida. 12
ME GUSTA CONTARTE COSAS...
Polaco y sevillano Este acontecimiento sigue vivo en nuestra memoria, pasan los años y nuestro querido Papa ya está en los altares al igual que la Hermanita humilde y sencilla que lo recibió en su casa Madre María de la Purísima y allá en el cielo con Santa Ángela de la Cruz se sentirán muy felices porque, además, los tres pisaron estas tierras a la que consideraron también “Tierra de María Santísima”. ¡Qué más queremos!. Y le cantamos por sevillanas, ¿recuerdas? …no te vayas todavía… algo se muere en el alma cuando un amigo se va… y vivas… y aplausos y lágrimas porque se despedía y…te quiere todo el mundo… Nos ganó el corazón, que sí, lo que yo te diga, pero él se llevó en el suyo también un gusanillo que, si le hubiera sido posible, hubiera trasladado el Vaticano aquí para no tenerse que ir. Y la ciudad ahora lo recuerda con un magnífico monumento frente al palacio arzobispal y con una Giralda orgullosa que cuida el balcón desde donde rezó el Ángelus, y el palacio del que decimos todos cuando pasamos ante él: “Ahí estuvo y durmió el Papa santo” y donde se conservan las cosas que utilizó, al igual que en la catedral donde se ha expuesto el ajuar litúrgico (casullas, capa pluvial, mitras, sillón…) utilizado por el Santo Padre. Termino diciéndote que a las Hermanas de la Cruz santificadas por la Iglesia se las quiere mucho por nuestras tierras (y a las que no lo están también, que nadie se engañe) y al Santo Papa que llevó su cruz hasta el final, también y… mucho, que conste. Son BODAS DE PLATA que a todos nos toca y gusta celebrar pues, felicidades y una vez más GRACIAS SANTO PADRE. Luis Cornello Espina, sdb. 13
Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional LA VOCACIÓN DE SANTA ÁNGELA DE LA CRUZ
El Santo Padre ha convocado un sínodo para ayudar a los jóvenes a encontrarse con Jesucristo y a seguir el camino al que Dios los llama. Dos objetivos principales se ha marcado esta asamblea sinodal: acompañar a todos los jóvenes, sin excluir a ninguno, hacia la alegría del amor. Y una invitación a buscar nuevos caminos y seguir con audacia y confianza, teniendo la mirada fija en Jesús y abriéndose al Espíritu Santo, para rejuvenecer el rostro de la Iglesia.
En 1918 definía Santa Ángela la vocación de las hermanas de la Cruz como: «ángeles humanos por la caridad puesta en acción y serafines por la oración y unión con Dios»1. Una vocación que nació oficialmente en 1875 pero que es el fruto de un recorrido vital de la Santa junto con su director espiritual, el siervo de Dios Torres Padilla, buscando la voluntad de Dios para Angelita que «pronto comenzó a notar un particular disgusto por todo lo terreno y un algo dulce y misterioso en su alma que ella no sabía definir, pero que a veces creía ser señales de llamamiento divino al estado religioso»2. 1 2
Ibíd., 233. Hermana M.ª del Salvador. Bosquejo biográfico de Sor Ángela de la Cruz. BAC. Madrid, 2012. P. 47.
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LOS JÓVENES, LA FE Y EL DISCERNIMIENTO VOCACIONAL
La vocación de Santa Ángela de la Cruz La juventud de Santa Ángela está marcada por su familia, padres pobres y religiosos, y por el trabajo, en la zapatería de doña Antonia Maldonado. Quiso Dios servirse de estas personas para imprimir en el alma de Santa Ángela ese deseo de hacer un “altar a la voluntad de Dios”. Gracias a la mediación de la dueña del taller conoce a la persona que la ayudará a discernir lo que Dios quiere para su vida y que sentía en lo más hondo de su alma, según recoge en sus escritos, «un deseo de padecer por mis hermanos y un amor muy tierno a mi Dios»3. Es innegable que en todo el recorrido vocacional de la Santa hay un deseo de abandono a lo que Dios disponga y de obediencia absoluta al medio que Dios le ha puesto: su director espiritual. Por ello, no duda Angelita, con 19 años, llamar a las puertas del Convento de las Carmelitas Descalzas, conocido popularmente como “Las Teresas”, allí pide entrar como lega, pero es rechazada porque pensaban que no tendría las fuerzas necesarias para el trabajo. Tras la primera experiencia, vuelve con su familia, reanuda su trabajo en el taller, continúa con su vida de piedad, amistades y bajo la dirección de su venerado Padre Torres. Vive estas circunstancias con muchísima naturalidad porque tiene bien impresa en su alma las palabras de su director «Tú quédate en la nada, que Dios lo hará todo»4, expresión que van delineando su espiritualidad y marcará la futura Compañía de la Cruz. “Dios lo hará todo”, se repetiría Angelita que luchaba internamente por vivir en la nada. Es maravilloso adentrarse en sus escritos íntimos e ir descubriendo las luchas de un alma para dejarse amar por Dios y darse completamente a Él. “Tú quédate en la nada”, le recordará el Padre y cuatro años después le indicaba su destino en las hijas de la Caridad. Dejó un magnífico recuerdo en las casas de la congregación en Sevilla, Cuenca y Valencia. No querían que se fuera, pero su salud se quebró, la trasladaron de casa para que pudiera continuar, si no hubiera enfermado habría sido una magnifica hija de la Caridad, pero Dios la quería «crucificada, enfrente y muy cerca de Él»5. 3 4 5
Sor Ángela de la Cruz. Escritos Íntimos. BAC. Madrid, 2006. P. 303. Hermana Mª del Salvador. Bosquejo biográfico de Sor Ángela de la Cruz. BAC. Madrid, 2012. P. 71. Cf. Ibíd., 176.
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LOS JÓVENES, LA FE Y EL DISCERNIMIENTO VOCACIONAL
La vocación de Santa Ángela de la Cruz La juventud y vocación de Santa Ángela está muy marcada por su trabajo en la zapatería, allí conoce a su padre espiritual con el cual discierne su vocación, como el sínodo pide a los jóvenes: «El discernimiento conduce a reconocer y sintonizarse con la acción del Espíritu en auténtica obediencia espiritual»6. En el taller, escucha aquella conversación de unos pobres atendidos por unas señoras que se quejan porque es muy fácil hablar de Dios cuando no se pasan penalidades. Dios se sirve de sor Ángela para grabar a fuego esta experiencia y no se le borra del corazón la expresión que repetirá a sus hijas «hacerse pobre con los pobres para llevarlos a Dios»7. La contemplación del Monte Calvario, el 22 marzo de 1873, delineará la vocación de Santa Ángela: «Era tan fuerte este llamamiento, que yo no podía resistir, y parece me ofrecía toda a mi Dios, deseando el momento de verme crucificada a mi Señor; pero estaba mi voluntad tan unida a la de Dios y tan sujeta a la obediencia, que aunque deseaba mucho, esperaba la voz de mi padre Torres para conocer la voluntad de Dios y seguirla»8. Para hacer realidad el ideal que contempló se propuso contar con cuatro medios que le ayudarán a ello: «Obedecer, callar, padecer y morir»9. La vida de Santa Ángela transcurría entre su familia, trabajo y obras de caridad, comenzando a asistir a los pobres y enfermos. Por mandato del Padre Torres irá escribiendo en una libreta las inspiraciones divinas que 6 7 8 9
Instrumentum Laboris para el sínodo sobre los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional, nº 2. Hermana M.ª del Salvador. Bosquejo biográfico de Sor Ángela de la Cruz. BAC. Madrid, 2012. P. 70. Sor Ángela de la Cruz. Escritos Íntimos. BAC. Madrid, 2006. P. 176. Ibíd., 307.
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LOS JÓVENES, LA FE Y EL DISCERNIMIENTO VOCACIONAL
La vocación de Santa Ángela de la Cruz recibe en la oración, contemplaciones, propósitos, deseos, anhelos, luchas y penalidades. Con absoluta trasparencia entregaba estos escritos a su director para que le ayudara a ver lo que Dios quería de ella. Después de todo el recorrido espiritual, de la experiencia en las Carmelitas e Hijas de la Caridad, de una vida de unión con Dios, de la dirección espiritual con el Padre Torres, el 2 de agosto de 1875 nacía la Compañía de la Cruz, donde Angelita pasaría a ser Madre de muchas jóvenes que buscaban vivir el mismo carisma que Dios le había mostrado en estos años de juventud: «el objetivo principal de la Compañía es unir la vida retirada y penitente con el servicio de los prójimos; es unir la vida activa con la pasiva; es imitar en todo a Nuestro Señor, primero en su vida oculta y penitente, en su pobreza y desnudez de todo lo terreno; y segundo en su vida pública haciendo bien a todos y en particular a los enfermos»10. Dios quiera que los frutos del próximo sínodo susciten jóvenes almas entregadas a Dios para vivir el carisma que fue entregado a Santa Ángela de la Cruz: «Ángeles humanos por la caridad puesta en acción y serafines por la oración y unión con Dios»11. Ignacio Guillén Montoto, Pbro. Párroco de San Bartolomé Apóstol Aguadulce (Sevilla)
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Ibíd., 329-330. Santa Ángela de la Cruz. Un programa espiritual para cada año. Roma, 1987. P.233.
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“SOLO DIOS TIENE LA CAPACIDAD DE CREAR” Ángela a lo largo de su vida, sorprende por sus virtudes y su gran deseo de vivir solo para Dios. En su casa aprendió los modelos de moralidad cristiana y a los pies de Cristo en la Cruz, prometió vivir conforme a los consejos evangélicos. Desde muy pequeña se hacía serias preguntas ¿Existen esos seres espirituales superiores que llamamos ángeles? ¿Cómo son? ¿Qué forma tienen? Y a veces le resultaba difícil imaginarlos. Pero sí estaba convencida que lo primero que Dios creó fue lo más perfecto y parecido a Él. “Hay que tener mucha caridad fraterna y estar dispuestas a sufrir con tal que los demás no sufran. Cada una sea el ángel de Paz de la Comunidad”. ¡Tenemos que ser ángeles de paz! Estas bellas palabras las repetía una y otra vez a sus queridas hijas, Ella sabe que solo Dios tiene la capacidad de crear y Él se esmeró en la belleza de esas criaturas, de esos espíritus celestiales, e hizo una imagen de sí mismo. Sor Ángela comunica a sus hermanas que la misión del Ángel Custodio es guiar a los seres humanos en su recorrido por la vida, ellos permanecen junto al alma de cada individuo en todo momento, pero lo que no pueden es actuar en contra de la voluntad humana. Está convencida que después de la muerte nos acompañan en ese último viaje, solo pueden ofrecer su compañía, pero no ayudarnos a obtener la salvación. Quizás por todas estas creencias, cuando una joven postulante ingresa en la Compañía de las Hermanas de la Cruz, es asesorada por una novicia que 18
HABLAMOS DE ELLA
“Solo Dios tiene la capacidad de crear” le aconseja, le orienta, le explica lo que tiene que hacer. Le ayuda a caminar por el noviciado, es como ir con alas en el convento. A esta figura, Sor Ángela la llamó “Ángel”. Este Ángel tiene a su cargo un “Alma”, la nueva postulante que acaba de entrar, que durante un mes le ayuda en todos los detalles del día a día en el convento, y su “Ángel” le va enseñando y explicando todo lo que debe saber y aprender. Santa Ángela era muy devota de los ángeles y puso a la Compañía por ella fundada, bajo la protección de Arcángeles San Miguel y San Rafael. Pero la verdad es que hay muchas personas, que no creen en la existencia de los ángeles, tampoco la niegan, simplemente la ignoran. Quizás no se atreven a hablar de su existencia por miedo a que los demás lo consideren ingenuo. ¿Qué ocurrió ese día que fueron creados? ¿Todo salió como tenía previsto el Señor? Si Dios es el creador, todo lo salido de sus manos debe ser perfecto, pero… no fue del todo así. Él tan solo les pide algo muy simple: un acto de fe y de amor, pero… muchos de ellos se negaron. Uno de los Ángeles, el más grande de todos al que llamaron Lucifer, gritó: ¿Y por qué no puedo ser yo como Dios? Como una chispa, saltó el grito de la rebelión y una multitud de aquellos espíritus, le siguieron en la rebeldía. En medio de la desidia de muchos, se alzó el grito de otro Ángel, era Mi-ca-el, Miguel, uno de los Arcángeles: ¿Quién quiere ser como nuestro 19
HABLAMOS DE ELLA
“Solo Dios tiene la capacidad de crear” Dios? ¡Que Dios te venza! Una gran lucha se produjo ante las mismísimas puertas del Cielo; entre la vanidad y la sumisión, entre la obediencia y la rebelión, entre el amor y la ingratitud Sor Ángela sabe que desde ese instante, el ángel caído era el ejemplo de belleza y sabiduría, a quien la soberbia condujo a los infiernos transformándose en Satanás. También sabe que nuestro Señor no perdonó a los ángeles rebeldes, en cambio sí quiso asignar a cada alma, un espíritu celestial para que nos guarde y nos guíe siempre a través de los sentidos de las personas y a través de la imaginación.
El mundo tiene necesidad de Ángeles de Paz Mª Pilar Ruiz Hurtado
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¡UN NUEVO CURSO PARA CRECER EN EL SEÑOR!
En la Exhortación que el Papa Francisco nos regaló sobre la santidad, aludía a un escritor que hablaba de la “clase media de la santidad”. La afirmación de tal autor, le servía al Papa para hacernos caer en la cuenta de que la santidad no es un privilegio para unos pocos, ni que sólo a ella pertenecen los elegidos. La santidad no es un club para socios con derecho de admisión. No es seña de santidad exclusiva para sacerdotes y religiosas. La santidad es una invitación que Dios nos ofrece y nos regala. Es una cuestión arraigada en el amor de Dios por cada uno de nosotros. La santidad es nuestra meta como peregrino en busca de Dios. La santidad es siempre una buena noticia, un gesto de confianza de Dios en cada uno. La puerta a esta santidad es nuestra humanidad redimida por Jesucristo y animada gratuitamente. Es don de Dios y tarea cotidiana nuestra, apoyados en Él. Al inicio del curso no es secundario recordar esto. Después del verano, volvemos a retomar nuestras ocupaciones habituales. Es en ellas donde Dios nos habla y nos visita. Es en ellas, hechas con amor y con entrega, donde reconocemos su paso en nuestras vidas. Es en ellas, donde podemos anticipar la plenitud hacia la que caminamos.
¡Vivir todo en Cristo y para Cristo, sirviendo! 21
HABLAMOS DE ELLA
¡Un nuevo curso para crecer en el Señor! Nuestra santidad de lo cotidiano nos lleva a sonreír, a poner paz donde falta o donde el ambiente está cargado de reproches y enfados. Nuestra santidad de lo cotidiano, nos lleva a pedir perdón y aceptar el perdón que nos solicitan. Nuestra santidad de lo cotidiano nos lleva a trabajar con honradez, a pesar en los demás cada vez que salimos a la calle cada mañana, a conquistar en nuestro trato con los demás un poco de belleza, de bondad y de verdad. Nuestra santidad de lo cotidiano se nutre de la oración y del ofrecimiento del día a Dios, de la celebración de la Eucaristía, de la práctica de los sacramentos, de la sencillez de quien se pone al alcance del otro para reconocer en él a un regalo ofrecido por Dios para el propio crecimiento humano y espiritual. Nuestra santidad de lo cotidiano nos lleva a saber usar las redes sociales y medios de comunicación para el encuentro y la comunión. Y en esta santidad de lo cotidiano, no olvidemos a santa Ángela, que es un tesoro de santidad auténtica. Ella relaciona armoniosamente lo humano con lo divino y precisamente porque es tan humana y tan sobrenatural, da tanta importancia a las cosas pequeñas. En sus escritos nos dice: “Lo más esencial de la santidad está en cumplir cada uno con sus deberes; no está en hacer grandes cosas ni extraordinarias, sino en lo que Dios va presentando aceptarlo como venido de su mano”1. Y en esta santidad de lo cotidiano, no puede faltar Ella, María, la madre de Jesús y madre nuestra. Su ejemplo es elocuente: todo hecho con amor, todo hecho por amor. A su Hijo, y en Él, a toda la humanidad. ¡Feliz inicio de curso en santidad! De vuestro amigo, Ángel. Ángel Canca Ortiz Párroco de Ntra. Sra. de las Veredas
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“Un tesoro en Vasija de Barro” Pensamientos de sor Ángela de la Cruz. Nº 567
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PRÓLOGO ELLA nació en Sevilla. Y en Sevilla murió. Sus paisanos le pusieron en vida dos nombres, la llamaron de dos maneras: Sor Ángela de la Cruz y Madre Angelita. Sor Ángela de la Cruz era su nombre de monja, de religiosa: los sevillanos lo pronuncian con gran respeto y admiración. Madre Angelita significa grande amor, mucho cariño: Sor Ángela ganó este nombre a fuerza de socorrer a pobres, enfermos, marginados. “Madre Angelita” parece un nombre al estilo de “pobrecillo de Asís”; le hubiera gustado a San Francisco. Con Sor Ángela ocurrían cosas deliciosas, lances pintorescos, lo mismo que con Francisco de Asís: aquellas historietas que desde San Francisco llamamos “Florecillas”: son relatos ingenuos, anécdotas populares ‘’de perfecta alegría”. Cuando el pueblo quiere tanto a una persona se produce la comunicación profunda que convierte a esa persona en tesoro popular. Francisco de Asís fue un tesoro de los italianos del siglo XIII; Ángela de la Cruz, un tesoro de los españoles del siglo XX. Los dos han dejado una herencia de amor que ya forma parte del tesoro común de todos los hombres. Este librito cuenta algunas florecillas de 23
FLORECILLAS DE SOR ÁNGELA DE LA CRUZ
La Giralda sonrió
Sor Ángela, anécdotas de perfecta alegría andaluza. Van ilustradas por dibujos graciosamente sencillos. En los últimos capítulos de la historia del arte ocupa un puesto distinguido la pintura que los especialistas llaman “naíf”: aparentemente ingenua, requiere dominio de técnicas especificas. Este libro describe las florecillas de Sor Ángela con estilo radicalmente ingenuo, sin más técnica ni genialidad que los amores profundos de un pueblo fervoroso. Sor Ángela pertenece al pueblo, es suya. Por eso los andaluces le inventaron al fin un tercer nombre, la manera definitiva de llamarla: “Madre”, nada más. Ya no hay palabra humana donde quepa tanto cariño, mayor amor, mejor ternura. La última florecilla de Sor Ángela ha consistido en conseguirnos que el Papa Juan Pablo II viniera a proclamarla Beata bajo el cielo azul de Andalucía. Madre, Beata: Bendita seas. 20 de octubre de 1982.
† CARLOS AMIGO Arzobispo de Sevilla
LA GIRALDA SONRIÓ SEVILLA sintió la llegada de un ángel a la tierra. El 30 de enero de 1846, a las siete de la tarde, repicaba sus campanas de una manera muy distinta. Acababa de nacer una niña tan salada, Angelita, que al pasar de los años habría de ser el consuelo, la alegría y la gloria de Sevilla. Nació de padres honrados y pobres, una familia sencilla,
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FLORECILLAS DE SOR ÁNGELA DE LA CRUZ
La Giralda sonrió
humilde, de recta conciencia y bien cimentados en la fe y en el amor cristiano. Su padre, cardador de oficio, fue un hombre muy bueno, con una profunda formación religiosa. Su madre, costurera, era sevillana, con la alegría y la gracia de esta tierra de María Santísima. Un corazón grande y bondadoso, inteligencia clara, recta y práctica, imaginación muy viva, limpia hasta la pulcritud, gran disposición para el trabajo y, lo que vale más, una cristiana cabal. Tuvieron, con Angelita, seis hijos: Joaquina, la mayor; José, Antonio, Dolores y Francisco, el más pequeño. La casita del cardador y de la costurera es pobre, pero el cariño y la paz suplen la abundancia. Son felices aunque vivan pobres. Angelita respira desde niña una atmósfera de economía apretada, de apuros, de necesidades insatisfechas... , pero fue una ventaja para su vocación: no tuvo que hacerse pobre, porque desde siempre lo era. El padre y la madre aseguran con su trabajo el pan de cada día. Ellos, como buenos cristianos, saben que la paz y la felicidad no la dan el dinero y la abundancia, sino el amor y la unión entre todos. Y aún les sobra dinero para ayudar a quienes eran más pobres todavía. Angelita guardaba las minúsculas monedas de los domingos para regalar alguna cosilla a los niños pobres del barrio de Santa Lucía. Y así empezó su vida desde niña: pobre, humilde, sencilla.
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SANTA MARÍA DE LA PURÍSIMA DE LA CRUZ
El 18 de septiembre
celebramos la Fiesta Litúrgica de Santa María de la Purísima y el 8º Aniversario de su Beatificación. Habrá Misa solemne a las 7 de la tarde en la Iglesia del Convento. C/ Santa Ángela de la Cruz, 4. Sevilla
FR. CARLOS AMIGO VALLEJO, ARZOBISPO DE SEVILLA, 20. III. 1999 Considero una gracia del Señor el haber podido conocer y participar del buen espíritu de Madre María de la Purísima de la Cruz Salvat, Madre General de la Compañía de las Hermanas de la Cruz. Durante estos años, como arzobispo de Sevilla, he tenido la oportunidad de conversar en muchas ocasiones con Madre María de la Purísima. En sus labios y en su corazón no había nunca otra palabra que no fuera la del deseo de cumplir en todo la voluntad de Dios, servir a la Iglesia y ser fiel, ella y la Compañía de las Hermanas de la Cruz, a la que ella servía como Madre General, al carisma de la Beata Ángela de la Cruz, fundadora del Instituto.
Madre María de la Purísima hablando con el entonces Arzobispo de Sevilla, en el patio de la Casa Madre en Sevilla.
Madre María de la Purísima se acercó al carisma y a la vida de Sor Ángela como a un verdadero manantial de inspiración permanente. Quería conocer el alma de su fundadora, dejarse seducir por la ejemplaridad de la vida de tan santa mujer, dejarse quemar en el mismo amor de Cristo. Quiso tener el mejor conocimiento de la obra de Madre Angelita y por eso buscó las fuentes imprescindibles de los escritos y de la historia del instituto. 27
ASÍ LA VIERON SUS CONTEMPORÁNEOS
Fr. Carlos Amigo Vallejo, Arzobispo de Sevilla, 20. III. 1999 Cuando se enciende una lámpara, no se la puede poner en lo escondido, sino en lugar alto, para que pueda iluminar a todos. Madre María de la Purísima es esa lámpara encendida en la Compañía de las Hermanas de la Cruz y que debe resplandecer con su luz ante todo el pueblo cristiano. En el libro que recoge las cartas y pensamientos de Madre María de la Purísima, resplandece en cada página la primacía de Dios en todo. Siempre mirando a Dios, en nada separarse de su santísima voluntad y providencia. Que la oración sea el camino para vivir ese dialogo permanente, íntimo y confiado con Dios en una vida de continua acción de gracias y de súplica. En estas cartas, Madre María de la Purísima da muestras de unas dotes no comunes de buena pedagogía. Sabe enseñar con firmeza y corregir con dulzura, las ideas son claras y el amor profundo. Tomaba de las cartas ocasión para instruir, para dialogar con sus hijas, para alentarlas a la fidelidad, a la perseverancia en la oración, a la unidad entre todas, a la confianza en Dios y a sentir con la Iglesia. Estas cartas, sin pretenderlo Madre María de la Purísima, son su propia biografía espiritual: la admiración por Sor Ángela de la Cruz, la fidelidad al carisma fundacional, el afecto materno a las hermanas, la valoración de la vida pobre y sacrificada, la confianza ilimitada en Dios, la gratitud a la Iglesia y a todo el pueblo. Y Dios en el principio y en el centro de todas las cosas. Quienes hemos tenido la gracia de haber conocido y tratado a Madre María de la Purísima estamos convencidos de que el Espíritu del Señor 28
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Fr. Carlos Amigo Vallejo, Arzobispo de Sevilla, 20. III. 1999 estaba con ella y la puso en nuestra Iglesia como una luz que nos ayudara a permanecer siempre fieles al amor de Dios manifestado en Jesucristo. En sus últimos años de vida, hemos recibido el ejemplo de su entrega callada abrazada a la Cruz del Señor. Conociendo la enfermedad incurable que padecía, nada podían advertir quienes la rodeaban. Ella estaba entregada al Señor y al servicio de los demás. Al recibir la noticia de su enfermedad, repetía las palabras del Salmo:
¡Qué alegría, me han dicho que voy a la casa del Señor! Igual que su vida, también su muerte fue para todos una lección de esperanza. El sentimiento de la separación material de tan querida Hermana, nos llevaba a alabar a Dios y a vivir en la esperanza de resucitar con Cristo para siempre. Las lágrimas de las Hermanas de la Cruz, más que de dolor, eran de gratitud a Dios, que tantas bendiciones había realizado en la Compañía de las Hermanas de la Cruz por medio de la Madre María de la Purísima.
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“POR LA CRUZ… A LA LUZ”
Jardín y pozo en el convento de las Hermanas de la Cruz en Lopera
Hubo una “mujer” que se llamó Madre María de la Purísima de la Cruz que, en su juventud, pletórica de gracia y hermosura; de generosidad sin límites; de caridad y humildad; también pasó por nuestro querido pueblo de Lopera, haciendo el bien… No en vano era muy buena discípula de su Maestro: Cristo el Señor. Y de su Santa Madre Fundadora Santa Ángela de la Cruz. Las personas que tuvimos la suerte de conocerla y tratarla, tenemos un gratísimo e imborrable recuerdo de ella. Esta Santa, Hermana de la Cruz, que murió en Sevilla, en olor de santidad, el día 31 de octubre de 1998, en víspera de la festividad de Todos los Santos. A eso aspiraba ella: a la santidad, ¿Y cómo? Con la donación total de su entrega amorosa y fiel a Jesucristo y a los pobres. Nuestro querido párroco Don Luis Velasco de la Coba, me sugiere en una conversación telefónica que escriba algo sobre esta singular Hermana de la Cruz, que, habiendo sido destinada, al entonces su convento de Lopera, logró dejar una impronta espiritual y humana sin precedentes en nuestro pueblo. En verdad agradezco que deposite en mí esta confianza, aunque me siento limitadísima para poder expresar cuanto hizo esta religiosa en nuestra 30
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“Por la Cruz… A la Luz” querida Lopera y sobre todo de su influjo en la juventud femenina de aquel entonces que era la que más frecuentaba el colegio de las Hermanas, y el trato directo con aquella profesora de 1ª enseñanza, también en las clases nocturnas, que promovió para beneficio de las chicas que no podían acudir a las de día, por la edad o por circunstancias personales. No sólo eran “letras” o “ciencia” la base de su docencia, sino que calaba más hondo la trasmisión de su vida espiritual sobre el conocimiento de Jesucristo, Vida de la vida, como Dios y Hombre; y el especial estímulo hacia su Amor inmenso, y el de su santísima Madre la Virgen Inmaculada. Esto es lo que verdaderamente atraía a aquellas niñas, adolescentes, y jóvenes de ese tiempo en Lopera… Su ejemplo de religiosa cabal, nos apremiaba a la oración, al sacrificio, al trabajo callado, a la obediencia, a ser buenas cristianas procurando poner en práctica tales enseñanzas.¡Cuánta alegría, cuánto gozo, cuánto amor y comprensión paciente nos mostraba siempre esta Hermana de la Cruz! Hay vivencias difíciles de explicar con palabras humanas. Y el Señor se valió de estas personas y concretamente de la entonces Hermana María de la Purísima, para “echar redes” …; para hacer llamadas especiales de entrega y servicio de amor a bastantes alumnas a la “Vida Consagrada” (podría citar nombres conocidos de loperanas, no sólo para la Compañía de Hermanas de la Cruz, que son las más, sino para otras Congregaciones religiosas en ese tiempo). También se formaron bajo su dirección, estupendas madres de familia, que hoy forman buena parte de nuestro pueblo, vivan o no en él. Así como algunas que, sin tomar partido por uno u otro estado, han dedicado su vida a colaborar con la Parroquia de diversas maneras y a la ayuda de familiares o de personas necesitadas de cuidado especial en algún momento. Recuerdo de Madre María de la Purísima en la fachada de la ermita de Jesús en el convento de las Hermanas de la Cruz en Lopera
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Atendían, por aquella fecha, la Parroquia de Lopera dos Sacerdotes ancianos, Don Manuel
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“Por la Cruz… A la Luz” Casado, como Cura Ecónomo de la feligresía, y Don Alfonso Expósito como Coadjutor y Capellán de las Hermanas. Gracias a Dios no faltaba la administración de los Sacramentos; pero en la formación sobre la vida espiritual, había un gran vacío. ¡Eran tiempos difíciles! Por eso quizás las Hermanas de la Cruz, conscientes siempre de su misión de ayuda a la Iglesia, se esforzaban por acercarse a todos, y dedicar tiempo a la juventud, alternando con sus visitas domiciliarias a los enfermos. ¡Cuánto debe nuestro pueblo a las Hijas de Sor Ángela! Se comprende que al llegar ese renuevo de esta Hermana joven llena de celo apostólico, las jóvenes (antiguas alumnas) centraron su atención en el colegio, atraídas por aquella “frescura” espiritual de esta Hermana joven, cuyas virtudes vividas en plenitud y sencillez, se hacían sentir en el ambiente y entraban ganas de imitarla. Abierta al diálogo, a la escucha, con el consejo amable y siempre acertado; con tanta dedicación y cariño; haciendo de las clases del colegio, como un local hogareño donde se
Detalle del recuerdo de Madre María de la Purísima en la fachada de la ermita de Jesús en el convento de las Hermanas de la Cruz en Lopera
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“Por la Cruz… A la Luz” encontraban a gusto, para jugar, reír, cantar, para explayarse; organizando teatros, al par que recibían esa formación cristiana que necesitaban. La verdad es que allí nos sentíamos como “el pez en el agua”. Podríamos ir haciendo una encuesta en el pueblo, y creo que tocante a este punto, sería positiva y generalizada. Tres años estuvo en Lopera, la hoy Santa Madre María de la Purísima y nos supo a poco. Nos dejó huellas de su santidad, por lo que damos gracias al Señor, ya que fue un don el que pudiera vivir ese tiempo entre nosotras.
¡Gloria a Dios por siempre! Así de sencillos son los santos, nunca hizo alarde de su categoría personal, tanto humana como espiritual, pero sí se dio a todos con amor como el único Amor de su vida: Cristo en la Cruz. Por eso precisamente, y sencillamente, pasó nuestra Santa Madre María de la Purísima directamente a la Luz ¡Alabado sea Dios! Con todo mi cariño y gratitud. Jesusa, Sevilla, 28 de enero de 2010
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LA DEFINICIÓN DE MADRE, NO CABE EN LAS PALABRAS, NI EN LIBROS Dice Ortega y Gasset en el Espectador: “Sólo expresamos y podemos escribir el sesenta por ciento de lo que pensamos y sentimos de la realidad vista y vivida”. Yo no podré expresar ni describir el más mínimo porcentaje de lo que vi, aprendí, y viví de las enseñanzas de la santa y elegante Madre María de la Purísima. Madre, no cabe en las palabras, ni en muchas hojas ni en libros. Era profundamente sobrenatural, religiosa, espiritual, natural, sencilla, humilde, generosa, desprendida, amante de la verdad, de la belleza y de todo lo noble y bueno. Toda ella desprendía serenidad, equilibrio, sosiego, orden, paz, autenticidad… El ser y el poseer, tantas cualidades, valores y virtudes, la hacían ser distinta a todas las personas que yo he conocido, sólo verla y escucharla, era algo que me hacía profundamente feliz. Madre era, intrínsecamente, un reflejo de Dios, esto le hacía ser y transmitir santidad manifestada en sus actitudes. En cuanto a sus aptitudes era lo que Dios gratuitamente le había dado y que ella supo multiplicar. Sus actitudes tenían mucha calidad humana, puesto que, emanaban de los valores descritos. Madre poseía mucha elegancia, finura, señorío, exquisitez, era sublime, excelsa…Tenía todas las virtudes que, unidas a su exquisita educación, la hacían perfecta. Todo lo que ella poseía y daba a los demás era consecuencia de vivir en Dios, de estar en Dios, por ello, lo reflejaba y lo hacía realidad con tanta facilidad, y nos llegaba tan hondo y rápidamente. Madre, era directa, tenía las ideas muy claras, sabía que la vida terrena es corta y efímera, para ella lo importante era la vida del Cielo (se lo oí decir muchas veces). Madre era de todos, respetaba grandemente a todos, y sentía especial predilección por los más débiles, marginados, pobres, enfermos y ancianos. Reflejó en su vida, el sublime y auténtico carisma de Hermanas de la Cruz. 34
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La defi nición de madre, no cabe en las palabras, ni en libros
MIS RECUERDOS DE MADRE EN LAS MINAS Mi primer encuentro con ella fue en junio, yo era una “maestrita” como ella me llamaba, recién terminada y ejercería como tal en septiembre en las Minas. Confieso que tenía mucha ilusión por empezar, sería mi primer colegio, mis primeras alumnas, pero confieso también, que mi mayor ilusión y felicidad era que iba a convivir, (Madre también era maestra) con aquella hermana tan especial que había conocido. Por fin llegó septiembre, y fui a ejercer de maestra en el colegio que las hermanas tienen en Villanueva del Río y Minas. Cuando llegué no sabía dónde iba a vivir, no había pensiones, ni conocía a nadie, estaba preocupada, pero allí estaba Madre. Cuando salí de clase, le pregunté a una Hermana por ella y me contestó que había salido a resolver un asunto que la tenía preocupada. El asunto era buscarme alojamiento. Cuando volvió fue al comedor escolar, y me manifestó que no me preocupara de nada acerca del alojamiento, pues ya estaba todo arreglado; vivirás con una señora y su hija, me dijo. Empezó el curso en la segunda quincena de septiembre, cuando llegó fin de mes me dio un sobre con una cantidad que no correspondía al periodo de tiempo trabajado. Le dije, Hermana, esta cantidad es mucho, no es lo que me corresponde. No te preocupes, siempre viene bien, y sobre todo a los que empiezan a trabajar. Recuerdo perfectamente sus palabras y orientaciones antes de empezar el curso. Nos dio el Ideario del Centro y nos comentó los puntos que para ella tenían suma importancia. La educación de las niñas tenía que estar basada y orientada en el conocimiento y vivencias evangélicas. Nos aconsejó también (reflejo de su gran humanidad) que tratásemos a las niñas con amor y entrega, pedía que las niñas encontrasen en el colegio, lo que a muchas le faltaba, una familia. Nos dijo que muchas de las niñas eran huérfanas, abandonadas o con grandes problemas familiares, económicos, sociales y otros. Aquellas palabras y consejos me hicieron comprometerme profundamente con la labor educativa de las Hermanas. Me hacía feliz, y hacer mías las enseñanzas que con sus ejemplos nos daba Madre María de la Purísima. Yo me sentía alumna de ella y no maestra de las niñas. 35
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La defi nición de madre, no cabe en las palabras, ni en libros Recuerdo como las niñas la querían, cuando salía al patio del recreo, todas se agolpaban a su alrededor, ella reía largamente. Les preguntaba si habían estudiado, si habían sido buenas, por sus deberes… Las acariciaba y tenía mil detalles de bondad y cariño hacia ellas. Ella sabía muy bien lo de:
“Dejad que los niños se acerquen a mí”. Cuando las niñas internas iban para las clases, muchas veces la vi con ellas, les ponía Madre María de la Purísima rodeada de niñas en el colegio de Las Minas. bien los abrigos, los babis. Les preguntaba ¿lo lleváis todo? Era una madre para ellas, la madre que muchas de ellas no tenían. Recuerdo que una alumna de octavo curso, era bastante indisciplinada y juguetona, un día la puse en el pasillo. Madre que pasó la vio, en aquel momento no me dijo nada. Por la tarde me preguntó qué había pasado con aquella alumna. Yo le contesté que distraía mucho la clase y que era muy charlatana. Madre me dijo con gran firmeza: Trátala y hazle ver con delicadeza y cariño, que su comportamiento no es correcto, y debe aprovechar el tiempo, que colabore contigo y con sus compañeras en crear un ambiente agradable y de trabajo en clase. Madre aquel día consiguió dos cosas buenas; en primer lugar, me corrigió a mí. Desde entonces jamás he puesto, ni pondré una alumna en el pasillo y en segundo lugar la alumna cambió por completo después de sentirse tratada como Madre me enseñó, y pasó a ser una de mis mejores colaboradoras en todas las tareas escolares. Ella estaba en todos los detalles, tenía gran sensibilidad para captar las dificultades, problemas o necesidades de los demás. Muchas veces le oí decir al hortelano que no subiera a la huerta tan temprano que hacía mucho frio, que subiera más tarde cuando calentara el sol. Y siendo Madre General le hizo una bufanda para que no pasara frío. Cuando las maestras que éramos de fuera teníamos algún problema de desplazamiento y llegábamos algo tarde, no sólo disculpaba el retraso, sino 36
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La defi nición de madre, no cabe en las palabras, ni en libros
Colegio de las Hermanas de la Cruz en Valladolid, celebrando el día de Santa María de la Purísima, en el que ella ejerció de maestra siendo aún de votos temporales.
que además le decía a la Hermana de la cocina, que nos preparara algo para desayunar. En el colegio de las Minas, la mayoría de las niñas, proceden de familias con todo tipo de dificultades. Recuerdo una alumna, hija de una mujer viuda y sin recursos económicos. La única ilusión de esa mujer, era que su hija saliese con el Graduado Escolar, para que no fuese analfabeta como ella. Las profesoras veíamos que tendría algunas dificultades, puesto que la alumna no poseía mucha capacidad. La madre me comentó: Hablaré con la Superiora, ella sabe resolver todos los problemas. Madre nos habló de la situación tan penosa que siempre había rodeado a madre e hija y el bien que les haría a ambas el Graduado Escolar. Todas las profesoras pusimos más interés en esa alumna, y al final consiguió el Título merecidamente. La madre muy contenta le dijo: Hermana Superiora, usted me ha resuelto una vez más mi problema. Y así fue, Madre se hacía cargo de todas las dificultades de los demás y comprendía que para cada persona su problema era el mayor. Cuando se fue a Sevilla para el Capítulo de la elección de la nueva Madre General, le pregunté: Hermana ¿cuándo volverá usted? Ella me contestó: volveré pronto, estaré unos tres o cuatro días. Esos días fueron para todas muy largos. 37
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La defi nición de madre, no cabe en las palabras, ni en libros Hermana Asunción nos comunicó que la Superiora era la nueva Madre General, a mi concretamente me dijo: Isabel, qué alegría, la Superiora es Madre General, la Hermana lloraba y yo también, para mí no era una alegría, yo la quería tener cerca, verla todos los días, escuchar sus palabras tan llenas de Dios. Confieso que me quedé muy sola. Ya no tendría la oportunidad de compartir tantas cosas con ella. El Colegio se quedó vacío, Madre lo llenaba y engrandecía todo. Creí haberla perdido, pero yo estaba equivocada, ya, siendo Madre General, ella seguía siendo la misma de antes, siempre había sido muy auténtica, y seguiría siéndolo. Cuando visitó Las Minas, ya siendo Madre General, todas queríamos estar con ella, verla, saludarla. Las Hermanas siempre la rodeaban. Pero Madre, siendo tan humilde y sencilla, rompía el cerco y a todas saludaba y a cada una nos decía algo. Todas nos sentíamos profundamente felices con estos delicadísimos detalles de Madre. Sólo verla, nos confortaba, qué ejemplos de naturalidad y sencillez nos daba a todos, siendo Madre General, era tan profundamente cercana. Se me quedan muchos detalles por escribir. Como decía al principio, Madre no cabe en las palabras, ni en muchas hojas, ni en libros. De ella me queda el bien que me hizo y lo que de ella aprendí: • • • •
Amar a Dios en los pobres. Ayudar a todos, a valorar a todas las personas sin distinción. A tratar a los niños con delicadeza y cariño. A no valorar el dinero ni las cosas materiales.
• A recibir el Sacramento de la Penitencia y Comunión, con frecuencia. Este fue su último consejo: El Sacramento de la Penitencia, aumenta la gracia santificante. • A ser hija de la Iglesia. • A llevar una vida dedicada a hacer el bien. Gracias, Madre, por haber sido tan santa y gracias al Señor por habérnosla regalado. Isabel Roldán Cortés 38
LA VOCACIÓN RELIGIOSA ES UN REGALO Margarita, la hermana mayor de María Isabel, tenía la costumbre de escribir un diario desde niña. Además de contar con más o menos detalle las cosas que hacía ella sola o con María Isabel, pues casi siempre estaban juntas, refleja impresiones o pensamientos propios y compartidos. En una de sus páginas transcribe una conversación que tuvo lugar entre ambas en la Diario de Margarita Salvat que, terminado el bachillerato y sin haber decidido que camino concreto tomar en su vida, ya fuera una carrera universitaria u otros estudios o actividades, expresa lo incierto que ve su futuro, “María Isabel, -escribe Margarita- dice verlo muy claro”. Muy clara tenía María Isabel su vocación por entonces y la guardaba como un secreto tesoro. Meses después ingresaba como postulante en el convento de las Hermanas de la Cruz de Sevilla. El secreto dejó de ser secreto, pero siguió siendo siempre para ella un grandísimo tesoro. Cuando se inició el proceso de canonización, muchos nos preguntábamos qué pensaría Madre María de la Purísima, que en su vida destacó por no querer destacar, de tanto ruido y tanto protagonismo. Hermana María Sofía, su “escudera” durante más de cuarenta años, respondía rápido: “ella estará contenta, si todo esto es para gloria de Dios y del Instituto”. 39
TESTIMONIOS
La vocación religiosa es un regalo No sólo hubo ruido, sino que fue estruendoso porque tras un proceso meteórico, Madre María de la Purísima fue beatificada en Sevilla tan sólo doce años después de su fallecimiento. Se declararon las virtudes heroicas y por su intercesión se produjo la curación inexplicable de Ana María Rodríguez que por entonces era una niña que padecía una gravísima enfermedad de corazón.
Ana María recibió la primera comunión durante la ceremonia de beatificación en el estadio de la Cartuja junto a sus padres, familiares y rodeada de las Hermanas de la Cruz, a las que dirigía de vez en cuando con curiosidad su mirada inocente. “Madre María de la Purísima es mi amiga”, repetía. Aquel milagro tenía la huella de Madre María de la Purísima, la de la trascendencia. Ella fue intercesora para la curación física, pero al recibir Ana María la comunión durante la ceremonia de beatificación nos recordaba a todos el valor de lo sobrenatural: “procuren que nuestros pobres y enfermos participen de nuestra felicidad, llevándoles junto con la ayuda material, el mensaje de la Buena Nueva del Amor de Dios que se abaja hasta hacerse Hombre para salvarnos” les escribió a las Hermanas en una carta. La vida de Madre María de la Purísima trasluce junto a su amor a Dios y a los demás, su amor inmenso por la Compañía de la Cruz. Se esforzó desde su ingreso y sus años de noviciado por vivir el espíritu de Cruz como lo quería Santa Ángela, reservándose las tareas más duras, sin perdonar sacrificios. Durante su etapa como Superiora General 40
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La vocación religiosa es un regalo procuró que el Instituto estuviera unido promoviendo, entre otras cosas, visitas y ejercicios para todas las Hermanas a la casa madre de Sevilla. Fue defensora del carisma de la fundadora en tiempos de cambio dando ejemplo de fidelidad heroica y modernizó el instituto, no dejándose llevar por las corrientes del momento si no profundizando más en su origen y en su espíritu, tal y como Santa Ángela lo ideó. Trabajó por llevar adelante el proceso de Sor Ángela a pesar de las dificultades, convencida de que con ello daba a conocer el carisma de la Santa a toda la Iglesia. Las Hermanas rezan mucho y hablan poco; si hablaran mucho, no serían Hermanas de la Cruz. Pocas veces, o menos de las que quisiéramos, se consigue arrancar testimonios de las que vivieron con Madre María de la Purísima a pesar de que la mayoría la trataron directamente e incluso algunas la tuvieron como maestra en el noviciado; sin embargo, en todos los conventos se siente su presencia tan cercana que parece que en cualquier momento la vamos a encontrar caminando por cualquier pasillo iluminándonos de nuevo con su serenidad y sonrisa. Lo que las Hermanas escuchan en el silencio de la oración, los demás parece que necesitamos oírlo de viva voz, pero no cualquier voz sino una voz alta y fuerte que a veces tiene que manifestarse en forma de acontecimientos. Este mes de agosto Santa María de la Purísima nos ha “regalado” otro acontecimiento. Conociendo el amor de Madre María de la Purísima por La Compañía de la Cruz y su fidelidad “sea lo que sea, pase lo que pase, cueste lo que cueste”, no debería extrañarnos la noticia del ingreso de Ana María como postulante en el Convento de las Hermanas de la Cruz de Sevilla, con dieciocho años; la misma edad a la que ingresó María Isabel en diciembre de 1944. Para las Hermanas de la Cruz, se ha completado el milagro. Para todos, una vez más Madre María de la Purísima desvela su tesoro a voces:
“la vocación religiosa es un regalo” Olga Salvat. Madrid, agosto de 2018 41
ELLA CONQUISTÓ Y SIGUE CONQUISTANDO NUESTROS CORAZONES Comenzamos nuevo curso. Hay mucha gente que empieza el año cuando el calendario marca septiembre. Y es así, porque es ahora cuando el contador se pone a cero y de nuevo todo vuelve a empezar. Novedades en el trabajo, nuevo curso escolar y nuevos retos. Aunque todo cambie o nada cambie, tenemos que ver la vida con nuevos ojos y ser creativos. Muy creativos para poder afrontar las cruces (bendiciones) de cada día. No puedo evitar hablar en estas páginas consagradas a Madre María de la Purísima de su gran afición a la reinvención. A ponerle imaginación a cada frase, acto o pensamiento con tal de no resultar repetitiva consigo misma y con los demás. Y con Dios, porque hacer las cosas pensando en agradarle y sacarle una sonrisa es también una virtud. Ella era a ojos de los demás, una hermana de la Cruz buena y querida. Como Madre General y como maestra de novicias. No dejó de decir nunca una palabra de consuelo a quien lo necesitó, esbozar una sonrisa a los niños que cuidaba o dar sabios consejos a quien los necesitaba. No hay duda que sus palabras y actos estaban unidos a Dios. Pero también estaban llenos de un carácter personal que buscaba superarse cada día. Su actitud fue un equilibrio bien conseguido, ¡y tan bien conseguido que es Santa! Por eso es ahora modelo de virtudes, para quienes viven la vida dentro del convento y Madre María de la Purísima, quienes la vivimos fuera. Todos estamos acompañada de dos hermanas se disponen a visitar a los pobres en llamados a ser buenos, y a veces cuesta. Quimilí (Argentina). Cuesta porque la vida no es fácil y tendremos que adaptarnos a muchas situaciones a lo largo del camino. Por eso necesitamos imaginación y una sonrisa. Con esas dos armas podemos 42
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Ella conquistó y sigue conquistando nuestros corazones conquistar el mundo. Como Madre María de la Purísima. Ella conquistó y sigue conquistando nuestros corazones. Y por supuesto, sacó muchas sonrisas a Dios. Madre Purísima no vivió la fidelidad desde la rutina. Ni siquiera la vivió basándose en unas fórmulas bien aprendidas y ensayadas. No. Ella fue creativa en sus formas y pensamientos. Cada día, sin renunciar a lo fundamental fue haciéndose con cada situación, viviendo cada momento como un momento de Cruz y de Gloria a la vez. Porque, aunque no lo creamos, la Cruz y la Gloria van unidas de la mano y son un mismo cuerpo. No hay una sin la otra. Y eso lo sabía bien Madre María de la Purísima. Por eso tiró de la creatividad para saber gobernar el instituto en cada momento, con los de arriba y con los de abajo. Con las niñas de los colegios cuando era directora y con las novicias cuando estaban a su cargo. En todos los trabajos que desempeñó en la Compañía supo amoldarse y no aburrirse. Por eso le ardía el alma y su entrega fue total. Porque cada día sentía que empezaba de nuevo. Que era el primero y a la vez el último. Se daba por completo y sin peros. Era su vocación y lo tuvo claro. Fue trabajando sus virtudes sin venirse abajo. Superándose y dándose una dosis de reinvención para no caer en la rutina. Fue perseverante y no se movió de ese calvario místico en el que viven las Hermanas de la Cruz. Y en el que todos hemos de estar de alguna manera presentes, para no olvidarnos de lo importante. Ni del ejemplo que esta mujer que pasó cuatro años enferma viviéndolo en silencio pero con una gran sonrisa nos ha dado a todos. Ella es la viva imagen de que, si queremos, podemos reinventarnos cada día hasta llegar a la meta. Cada día, una meta. En el nuevo curso, nuevas metas. Dosis de imaginación y de esperanza. Porque Madre María de la Purísima es también en sí misma una gran dosis de optimismo. Ella es el ejemplo para cada Hermana de 43
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Ella conquistó y sigue conquistando nuestros corazones la Cruz. Y para nosotros, los de fuera, que, aunque estemos fuera, tenemos que estar pensando también en lo que pasa dentro. Dentro de nosotros. Ahí estarán las reinvenciones de cada día y de cada momento. Si pensamos en Madre María de la Purísima, seguro que encontramos inspiración y una dosis de buen humor para empezar el nuevo curso. Lo saben bien las novicias que se pusieron bajo sus consejos y que ahora lo recuerdan con especial emoción. Y por supuesto, no nos olvidemos que las fiestas que conmemoramos este cuatrimestre, son la viva imagen de que se puede. El 18 de septiembre, el 31 de octubre o el 5 de noviembre nos vienen a decir y confirmar la inmensa alegría de que en todo esto solo hay una posibilidad de equivocarse: no luchar. Todo lo que sea lo contrario, la lucha es victoria y verdad. ¡Qué bien lo sabía nuestra santa y como ha ganado esta partida de la vida! Que nuestro examen sea el de las sonrisas que sacamos a Nuestro Señor y su Santísima Madre la Virgen María. Solo así podremos saber que habremos aprobado el curso. ¡Buen comienzo a todos!
Canonización de Madre María de la Purísima el 18 de octubre de 2015. La Madre General Sor Reyes de María y el Vicepostulador de la Causa D. Teodoro León, dando las gracias al Papa Francisco.
Beatificación de Madre María de la Purísima el 18 de septiembre de 2010 en el Estadio Olímpico de Sevilla.
Alberto Espinosa Grau
El 31 de octubre, aniversario de su partida al cielo, se visita el cuarto donde se veneran sus reliquias.
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18 yes oro
de la.
o, s.
DE MISIÓN CON LAS HERMANAS DE LA CRUZ Es una inmensa alegría poder compartir las horas del día con las hermanas de la Cruz en Ronda. Ellas con minucioso cuidado por la liturgia, viven la eucaristía cada día en la mañana, obteniendo de Dios el alimento de su Palabra y de su Cuerpo. Pareciera que en Ronda se vive muy bien, sin embargo, como en todas partes, existen familias y personas marginadas y en Ronda hay muchas, ya sea por su condición física, por impedimentos de movilidad, por la salud, por la vejez, por el abandono, etc. Para ellos las hermanas de la Cruz en Ronda son la providencia de Dios que no los desampara. Las hermanas de la Cruz salen todos los días de dos en dos, a las asistencias que hacen por toda la ciudad. Ronda es una ciudad de unos 40.000 habitantes, y caminar a pie todos los barrios lleva tiempo. Muchas veces las hermanas encuentran personas de buen corazón que están dispuestos a llevarlas en su coche para que puedan asistir a más personas. Pero no siempre pueden ir en coche, otras veces deben tomar valor y caminar para asistir y llevar alimentos a quienes por sus años o enfermedad requieren ser atendidos. Las hermanas de la Cruz hacen asistencia humana y espiritual. Como asistencia humana atienden a las personas que carecen de movilidad y viven en condición de abandono. Es decir que, 45
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De misión con las Hermanas de la Cruz si no fuera por las hermanas de la Cruz, aquellas personas día a día empeorarían su condición, poniendo en grave riesgo sus vidas. Las hermanas ya son prácticas en ese oficio, en asear el cuerpo y también atender las necesidades de su alma. Estas personas animadas por las hermanas de la Cruz, piden el sacramento de la reconciliación al sacerdote, reciben la unción de los enfermos y la comunión. De este modo las hermanas sienten una gran paz interior sabiendo que, con la ayuda de Dios, han hecho una misión completa: Una limpieza total, purificación externa, pero sobre todo internamente.
Una de las cuevas en Villanueva del Río y Minas en las que Madre María de la Purísima asistía a una anciana.
Además de las asistencias a personas con dificultades de movilidad, también conocen un gran número de enfermos a quienes visitan continuamente para acompañarlos en su enfermedad, acompañando sus vidas de dolor, las hermanas comparten la experiencia de la Cruz con quienes sienten su peso, porque conocen sus nombres, sus familiares, sus problemas, y hasta sus pecados, que una y otra vez les motivan para que tengan el valor de confesar y recibir la gracia de Dios. En este verano de 2018 las hermanas tienen una historia más para contar, ya que han tenido que soportar una incomodidad no prevista antes. Una pareja de ancianos vivía en medio de una ratonera: “Los ratones saltaban por los sillones, por la cocina y por todos lados”, cuenta una hermana, cuando entró a visitarlos. Rafael también cuenta que tenía más 46
TESTIMONIOS
De misión con las Hermanas de la Cruz de cincuenta pájaros y que las ratas se los han comido a todos y no le han dejado ni uno solo. Las hermanas le han alquilado una vivienda, mientras que junto con el ayuntamiento le hacían desinfección a la casa. Toda esta historia les traía a la memoria el ejemplo que les dio aquella Madre con la que convivieron tantos años Santa María de la Purísima de la Cruz, cuando estando de Superiora en Villanueva del Río y Minas, asistía personalmente junto con otra hermana a las ancianas y enfermas necesitadas. La mayoría de las asistencias las realizaba en la barriada más humilde del pueblo, en una zona conocida con el nombre de “Las Cuevas”. En una ocasión, en una de sus asistencias diarias, llegaron a la casa de una anciana llamada Bárbara. Su estado era lamentable, de completo abandono. Se encontraba inmovilizada en la cama y una gran cantidad de llagas. La suciedad era tal que los ratones andaban por todas partes incluso por encima de Bárbara. Fue Madre la encargada de asistir y curar las heridas de Bárbara, de limpiar la casa y expulsar a los roedores, su actitud con esta enferma fue realmente heroica, máxime cuando a Madre le aterraban estos animales. Desde ese día la anciana daba gracias a Dios por enviarle un ángel. Para las hermanas de la Cruz en Ronda en pleno siglo XXI también ha sido una misión exhaustiva, porque los ratones no son de su estima y menos en la casa de sus asistidos, pero saben muy bien que el Señor las fortalece para llevar la Cruz, aunque pese. José Vicente Ruiz Suárez, presbítero
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CAUSA DE CANONIZACIÓN DE José Torres Padilla Sacerdote Diocesano, Director Espiritual de Santa Ángela de la Cruz y Cofundador del Instituto de las Hermanas de la Cruz DON JOSÉ TORRES PADILLA
ORACIÓN
Para obtener la glorificación en la tierra del Siervo de Dios, José Torres Padilla Te damos gracias Señor y Padre nuestro, porque has querido darnos en el sacerdote José Torres Padilla un modelo de pastor bueno y fiel, entregado al servicio de la Iglesia y al bien de los más pobres y necesitados; glorifica en tu Iglesia a este siervo tuyo que gastó su vida por tu gloria y por la salvación de las almas. Haz que el ejemplo de su vida virtuosa suscite en muchas almas deseos de santidad y, por su intercesión, concédeme la gracia que ahora te pido. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén. Padrenuestro, Avemaría y Gloria (Con licencia eclesiástica para uso privado)
ARTÍCULOS PERIODÍSTICOS SOBRE EL PADRE JOSÉ TORRES PUBLICADOS POR D. MODESTO ABÍN, EN EL CORREO DE ANDALUCÍA (SEVILLA) DURANTE EL AÑO 1916 Y PARTE DE 1917. (Continuación) Las ochenta y nueve Congregaciones Generales tenidas a este intento, en las que por expresa voluntad del Pontífice se dejaba amplísima libertad de discutir los asuntos, suministraron motivo a las lumbreras del Episcopado para ejercitar su saber y los Obispos españoles, continuando la gloriosa tradición que tan alto puso en Trento el claro renombre de nuestros teólogos y canonistas, mostrádonse dignos sucesores de aquellos, aportando en forma brillante los ricos tesoros de sus profundos conocimientos y de su celo y prudencia. El clero español jamás olvidará los nombres de Monescillo, García Gil, Caixal, Payá, Rodrigo Yusto, Moreno, Urquinaona, Blanco, Lastra y otros muchos que tomaron parte en aquellas discusiones; como recordará siempre con santo orgullo la petición formulada ante Pío IX por el primero de ellos 48
CAUSA DE CANONIZACIÓN DE JOSÉ TORRES PADILLA
Artículos periodísticos sobre el Padre José Torres para que se colocase en la mesa del Concilio junto a los Libros Santos la Suma Teológica de Santo Tomás; ni se borrará de su memoria el recuerdo de la magnífica Pastoral del sabio Obispo de Urgel, señor Caixal, sobre la Infalibilidad del Papa, ni el famoso discurso que allí pronunció contra el Galicanismo el señor Payá, Obispo de Cuenca. Difícil es apreciar en todo su alcance la meritoria labor realizada en la Comisión de Disciplina por el señor Torres Padilla, porque todos estos trabajos caían bajo la ley del más inviolable sigilo, guardándose la más absoluta reserva respecto de los puntos que allí se estudiaban. Dos cosas podemos afirmar sin temor de equivocarnos, a saber: que sus tareas eran abrumadoras y que llamaron la atención por su valor, mereciendo muy autorizados aplausos. El que esto escribe, recuerda perfectamente que en aquella época cuantas noticias se reciben de Roma sobre el P. Torres eran constantes en afirmar que no se daba punto de reposo; siempre encerrado entre libros y trabajando día y noche en su ardua tarea, no obstante hallarse continuamente atormentado por su padecimiento crónico del estómago. Y si alguien estimase exagerado este aserto, se convencerá de su exactitud con solo saber que el Cardenal Hergenrother en su célebre Historia de la Iglesia (tomo 6º, edic. de 1889) al hablar de la Comisión que presidía el Cardenal Caterini, a la cual pertenecía el señor Torres Padilla, dice lo siguiente: “tuvo el mayor número de sesiones y sus miembros desplegaron una actividad asombrosa”. Este incesante trabajo no fue obstáculo para que desde la Ciudad Eterna escribiese cartas, que, como siempre, eran edificantes en sumo grado, y reflejaban, entre otras excelentes cualidades de su alma, su profunda humildad; pr. Ej. Aquella que dirigió al Presbítero don José Pérez, Provincial de la Orden de Trinitarios, que vivía en Sevilla; carta que cita el señor Collantes en su ya mencionada obra; en ella se manifiesta anonadado ante los Padres y Consultores del Concilio, a quienes aludía con estas palabras: “Sr. Don José, ¡qué teologazos!” De cómo eran estimados en la Ciudad Santa los trabajos del consultor pontificio señor Torres Padilla, nos informa el ya dicho señor Collantes con estas palabras: “Otros escritos dirigidos de Roma por personas imparciales 49
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Artículos periodísticos sobre el Padre José Torres y no menos inteligentes, referían el aprecio y la estimación con que era escuchado el señor Torres, que mereció también particulares distinciones del gran Pontífice Pío IX”; y el ilustre chantre señor don Cayetano Fernández decía en el artículo necrológico que hemos citado de la Revista Católica: “En aquella Roma eclesiástica, donde nada ni nadie llama fácilmente la atención en ciencia y en virtudes, porque allí está el foco de la luz y el hogar doméstico de los santos, Torres Padilla fue distinguido y estimado de muchos Cardenales y del mismo Santo Pontífice Pío IX por su saber, laboriosidad y edificante vida. M.A.P.
IV Poco tiempo después de haber regresado del Concilio Vaticano el Cardenal Lastra, ocurrió una vacante en el Cabildo Catedral por muerte del canónigo don Miguel Arenas, y aquel Prelado “dando una prueba de su rectitud de intención, dice el ya mencionado señor Collantes, nombró para esta canonjía al señor Torres Padilla (25 de Septiembre de 1871), no sin sostener gran lucha con el agraciado que pretendía declinar aquella honra”. De esta afirmación del señor Collantes, podemos dar fe cuantos tratábamos de cerca el P. Torres y conocíamos su aversión a los honores y dignidades humanas, cualidad muy propia de quien pensaba tanto y tan de continuo en la muerte y en la vanidad de las cosas de este mundo que, como asegura en su ya citado artículo necrológico el señor Fernández, guardaba con esmero los ornamentos sacerdotales con que había de ser amortajado su cadáver y frecuentemente los tenía a la vista para recordar el paradero de las humanas grandezas. “De allí nacía, dice al referir esto, el expresado autor, su resistencia indomable a admitir la Mitra episcopal que le amenazó tantas veces. De allí también su renuncia empeñadísima, no admitida, por cierto, por nuestro actual Excmo. Prelado (el señor Lluch) de la canonjía, que sí aceptó por obediencia al Eminentísimo señor Lastra, protestaba no 50
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Artículos periodísticos sobre el Padre José Torres obstante de continuo contra el manto capitular, del que se juzgaba indigno. De allí, en fin, aquel desencanto de todo que se revelaba en sus obras y en sus palabras, y que hacía poner en fuga aún las aspiraciones más legítimas, solo con mirarle el rostro y considerar la modestia de su persona”. El elogio del señor Torres Padilla como canónigo, hállase compendiado en las siguientes palabras de la oración fúnebre que en las honras celebradas el 21 de Mayo de 1883, cuando fueron trasladados sus restos mortales al oratorio de la Compañía de las Hermanas de la Cruz, de esta ciudad, pronunció el ilustre chantre señor Fernández: “Si yo me dirigiese únicamente al excelentísimo Senado de esta Metropolitana Iglesia, que tanto se honró con tenerle en su seno, yo me limitaría a comentar, para admirarla de nuevo, aquella abnegación a toda prueba, con la que el humildísimo compañero se pregonaba en todas partes indigno de llevar sobre sus hombros el manto capitular; ¡aquellas sedas!... (Era su palabra), aquellas sedas que daban tristeza a su alma, en sus hábitos de anonadamiento y de mortificación; y traería también a la memoria aquella residencia inviolable y aquella actitud devota y espiritual recogimiento con que nos edificaba a todos en el coro, en el altar, en todas partes”.
Si recibe algún favor comuníquelo a una de estas direcciones: PROCESO DE CANONIZACIÓN DEL PADRE JOSÉ TORRES C/ Santa Ángela de la Cruz, 4 - 41003 Sevilla padretorres.proceso@gmail.com
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