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Su Majestad el Cliente

EL CLIENTE

¿SIEMPRE LO QUE SUCEDE ES LO MEJOR?

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Héctor Noguera Trujillo

Y usted, amigo lector, ¿qué opina al respecto? Imagen Óptica

or lo regular, cuando decido escribir sobre algún tema, suelo preguntar a familiares y amigos qué saben u opinan acerca del asunto seleccionado… y me llevo sorpresas, sobre todo en temas tan controvertidos como este.

Me atreví a hacer una encuesta, empírica a más no poder; a pesar de su metodología casera (sin sustento académico o científico), el resultado fue muy ilustrativo, por los ejemplos de cada uno de los 20 encuestados, al defender su punto de vista. Las respuestas fueron las siguientes: 2 dijeron no saber 10% 8 falso 40%

4 tal vez 20%

¿SERÁ CIERTO?

Dentro de los miles de refranes que conforman la paremiología milenaria, existe uno relacionado con el tema que intentamos desentrañar: “No hay mal que por bien no venga”… concepto discutible, como todos los que forman parte de la llamada “sabiduría popular”. ¿Qué nos enseña la experiencia cotidiana? Que a veces resulta cierto… pero no siempre. Un ejemplo: el fracaso y el éxito.

Siempre se ha dicho que “se aprende más del fracaso que del éxito”. Esto nos sugiere un concepto -también discutible-: Que el fracaso conduce al éxito, lo cual no es necesariamente cierto en todos los casos.

6 cierto

Total: 20 encuestados 30%

100%

“No hay mal que por bien no venga”.

Por el contrario, debemos admitir que, en no pocas ocasiones, a lo que consideramos un mal, le sigue un bien. Lo más seguro es que a todos nos haya sucedido y no una sola vez: que lamentamos una situación frustrante que, al paso del tiempo, nos damos cuenta que fue lo mejor que nos pudo haber pasado. Cuantas veces no habremos dicho: “¡de la que me salvé!”

EL EJEMPLO CLÁSICO

Es una herencia de la sabiduría china. Trata de un anciano pobre que vivía en una granja, acompañado de su hijo, un inquieto adolescente. Como en esa época el imperio estaba en guerra, un pequeño grupo de oficiales de la milicia recorría la región reclutando elementos jóvenes para integrarlos al ejército. No había elección libre ni de la familia ni del prospecto, bastaba ser varón y estar sano para que la incorporación fuera inmediata. Las órdenes del emperador no se discutían, sólo se cumplían.

Una semana antes de la llegada de la comitiva, el hijo del granjero se subió a un árbol y cayó de una gran altura, fracturándose ambas piernas. Cuando llegaron los militares, el jovencito estaba en cama, motivo por el cual se salvó de que se lo llevaran. El anciano reflexionó: “Cuando vi a mi hijo en aquel estado, pensé que era algo malo que me había sucedido; ahora me doy cuenta de que gracias a su caída se salvó de ser enviado a la guerra”.

Unas semanas después, huyó el único caballo que el granjero poseía. Como era lógico, el animal les era muy útil no sólo como medio de transporte sino en sus actividades agrícolas. Lo primero que pasó era natural: enojo por tal descuido. Y cuál no sería la sorpresa de padre e hijo cuando el animal volvió, seguido de 15 caballos salvajes que, por el hecho de no tener dueño, se convirtieron en propiedad del granjero. Ante tal sorpresa, el anciano miró al cielo y sólo dijo: “Gracias, he aprendido que siempre lo que sucede, por malo que parezca, es lo mejor que le puede a uno suceder”.

“Cuando vi a mi hijo en aquel estado, pensé que era algo malo que me había sucedido; ahora me doy cuenta de que gracias a su caída se salvó de ser mandado a la guerra”. DE LA QUE ME SALVÉ

Al fin escritor, a lo largo del día pasan por mi cabeza cientos de experiencias del pasado que no he documentado, pensando que, si bien forman parte ineludible de mi vida, carecen de interés para los demás. Pero, como toda regla tiene su excepción, hoy quiero dar a conocer una vivencia que, a la larga, se convirtió en lección.

A los 20 años de edad y después de un largo noviazgo, decidí casarme con quien supuse me parecía la mujer ideal para ser mi compañera de vida y madre de mis hijos. Ella tenía la misma edad que yo y, si bien no era una belleza, poseía una figura de esas que hacen que los hombres las “escaneen” por un largo rato de pies a cabeza.

Dado que trabajaba en otra ciudad, aproveché un 24 de diciembre para pedirle que se casara conmigo. Regalo en mano, me dirigí a su casa, pensando en las palabras que iba a pronunciar ante ella y sus padres. Una de sus hermanas me pasó a la sala y desapareció de inmediato. Después de media hora de permanecer solo, comencé a sospechar que algo raro pasaba, hasta que salió la mamá con una cara que pronosticaba una mala noticia. Sucede que un par de días antes, “mi adorada noviecita” huyó de la casa, con un compañero de trabajo.

Esa Noche Buena se convirtió en la más mala de mis noches: lloré, maldije y rompí cuanta carta y foto de ella encontré…

Y pasaron 20 años para que la volviera a ver: con una cara que denotaba infelicidad. Me costó trabajo reconocerla.

Pero me dio gusto verla una vez más y durante casi dos horas me contó su odisea matrimonial: duró 10 años de concubina y como el “galán” se decepcionó de que ella era incapaz de tener hijos, un día salió de casa y nunca volvió.

Después de tan inesperada -pero enriquecedora- charla, regresé a mi hogar y, lo primero que hice fue darle un amoroso beso a mi esposa y un cálido abrazo a mis tres hijos… y lo único que se me ocurrió pensar fue: ¡Gracias Dios mío, de la que me salvé!

“He aprendido que siempre lo que sucede, por malo que parezca, es lo mejor que le puede a uno suceder”. SU MAJESTAD

EL CLIENTE LO QUE LES SUCEDIÓ FUE LO MEJOR

Nos referimos, como ejemplos significativos, a las ocho personalidades que salvaron su vida en el llamado “día más triste de los Estados Unidos”:  Michael Jackson: Este célebre artista tenía una importante cita de negocios en el WTC de Nueva York, a la cual no llegó porque se durmió. Sucede que la noche anterior se desveló platicando con su mamá y ya no pudo llegar a tiempo.  Rob Lowe: Afamado actor de cine y televisión, estaba citado por el FBI en las Torres Gemelas. Dado que su vuelo se retrasó, no pudo llegar a la reunión en el horario en que debería estar.  Marc Wahiberg: Es un actor que se hizo famoso por su intervención en varias series televisivas. Ya tenía boleto comprado para

Nueva York, pero decidió atender un asunto más importante en Canadá, motivo que lo obligó a cancelar su cita del WTC.  Sarah Ferguson: (“La Duquesa de York”)

Conocida periodista de una cadena televisiva, con oficina en las Torres Gemelas, después de grabar una entrevista, se dirigía a su lugar de trabajo, pero el exceso de tráfico le impidió llegar antes del atentado.

 Daniel Belardinelli: Pintor norteamericano de gran fama, él y su tío habían comprado boletos para el vuelo 93 de Airlines, con destino a Nueva York, pero decidió cancelar su viaje, no así su tío quien falleció al estrellarse el avión, que era parte del operativo del 11 de septiembre.  Paty Austin: Famosa cantante de Soul y Jazz, estuvo en peligro de morir dado que iba a viajar en uno de los aviones que los terroristas estrellaron en una de las torres. Se vio obligada a cancelar su boleto porque su madre, que vivía en San Francisco, sufrió una embolia.  Set Mac Farriane: Actor, cantante y productor estadounidense, debió tomar el famoso vuelo 93 de Airlines pero la noche anterior fue a una fiesta y tomó alcohol en exceso y como llegó tarde al aeropuerto, perdió su viaje.  Jean Perce: Un importante empresario (primo de George Bush), tenía una reunión de negocios en las Torres Gemelas, pero sus clientes decidieron cambiar el lugar de la reunión.

Esto lo obligó a ceder la sala a 12 ejecutivos de otra empresa… de los cuales fallecieron 11. A manera de conclusión: A veces renegamos al sufrir una mala jugada del destino y luego miramos al cielo para dar gracias de que nos salvamos de un mal mayor.

Gracias a que la noche anterior se desveló platicando con su madre, Michael Jackson salvó su vida al no asistir el día de la tragedia al WTC a una junta de negocios.

A veces renegamos al sufrir una mala jugada del destino y tiempo después miramos al cielo para dar gracias de que nos salvamos de un mal mayor.

GRACIAS VIRGENCITA DE GUADALIUPE

Nueva York, 11 de septiembre de 2001. Fernando es un trabajador mexicano de 30 años de edad, de origen oaxaqueño, que llegó al “otro lado” tres años antes. Su condición de inmigrante le dificultó encontrar un buen trabajo. Pocos meses después de su llegada a este país, logró que su esposa y su hija de dos años cruzaran la frontera para ir a vivir con él.

Como era de esperarse, el primer año fue lo más difícil para él: en tierra extraña, con un idioma distinto al suyo, sin un lugar donde vivir y desempeñando trabajos pesados y efímeros, indignos de alguien que estuvo a punto de recibirse como ingeniero, carrera que no terminó.

Dado que su novia salió embarazada, tanto sus padres como los de la muchacha, lo obligaron a casarse.

Gracias a su buena formación familiar, Fernando resultó ser una persona responsable y como “el que busca encuentra”, tarde o temprano fue contratado como elevadorista en una de las torres gemelas de la gran urbe neoyorkina. Durante los dos años que llevaba nunca había faltado a trabajar y era muy apreciado por su puntualidad.

La noche del 10 de septiembre, comenzó a sentirse mal. Como no durmió bien, su esposa lo convenció de que no fuera al trabajo y fue ella misma quien le habló al supervisor en turno sobre la decisión tomada. La respuesta fue: “Dígale que vaya al doctor y que se tome un par de días más, lo que necesita es descanso”.

Ya más tranquilo, Fernando decidió acostarse a dormir, pero poco le duró el gusto. A los pocos minutos, la esposa –toda asustada y temblando– encendió la televisión de la recámara y decidió despertarlo. Ambos, horrorizados y llorando, presenciaron la terrible tragedia. De inmediato, la señora se acercó a su altar hogareño, encendió una veladora y dijo: “Gracias virgencita de Guadalupe por la gripa que le mandaste a mi esposo”.

¿QUÉ DICE GOOGLE?

(1) Inspirulina.com: “Lo mejor es siempre lo que pasa”. Comentario: Queda la duda, ¿siempre? (2) Amazon.com: “Todo lo que nos pasa es lo mejor”. Comentario: Queda la duda, ¿todo? (3) Facebook.com: “Lo mejor es lo que pasa… y sólo Dios sabe por qué”. Comentario: Lo que no podemos explicarnos, solemos atribuírselo a Dios.

“Gracias virgencita de Guadalupe por la gripa que le mandaste a mi esposo”. “Todo pasa por algo y por cada cosa mala viene algo mejor”.

(4) Desmotivar.com: “No puedes obligar a que las cosas pasen, lo mejor de la vida pasa por sí solo”. Comentario: Frase que descarta la participación personal… ¿No será que lo bueno o malo que nos sucede es consecuencia de nuestro modo de pensar y, por tanto, de nuestros actos? (5) Escritos.com: “Todo pasa por algo y por cada cosa mala viene algo mejor”. Comentario: Primero, ¿qué es ese “algo”? ¿Dios, nuestras actitudes, el destino o la suerte? Segundo: No creo que a cada cosa mala corresponda una buena; a veces, la vida nos acumula desgracia tras desgracia. (6) Pinterest.com: “Muchas veces lo peor que nos pasa es lo mejor que nos puede pasar… ¡confía!” Comentario: Esta fuente, en lugar de utilizar la expresión “siempre”, prefiere usar “muchas veces”; además, nos invita a confiar en que lo que pasó fue lo mejor que pudo suceder. (7) Candidman.com: “Que las cosas no salgan como esperábamos, muchas veces es lo mejor que nos puede pasar”. Comentario: Los romanos tenían una frase –equivalente a la “mentada de madre” del mexicano–. Su peor insulto era: “Que los dioses te concedan todo lo que les pidas”. (8) Facebook: “Cuando te sientas triste porque las cosas no sucedieron como tu corazón quería, mantente firme y feliz, porque Dios está pensando algo mejor para ti”. Comentario: No resisto la tentación de pensar -y expresar: ¿Debemos mantenernos firmes y felices durante la pandemia mientras Dios está pensando en algo mejor para toda la humanidad?

(9) Carlos Carmona: “Lo mejor de la vida no se planea, simplemente sucede”. Comentario: La pregunta obligada es, ¿por decisión celestial? ¿Cómo resultado de lo que hacemos o dejamos de hacer? O ¿Por azares del destino? (10) Jarorf Quotes.com: “Todo en la vida pasa por algo, lo mejor es encontrarle lo bueno a lo que parece tan malo”. Comentario: Cuestión de enfoque -pesimista u optimista-; tiremos a la basura los lentes negros y prefiramos los rosados. (11) Desmotivar.com: “Nunca dejes de intentar, todo -siempre-pasa por algo, de todo aprendemos; no te estanques que luego vienen cosas mejores”. Comentario: Recordemos que la vida es cíclica, a la época de las vacas flacas le sigue la de vacas gordas; “Después de la tempestad, viene la calma”, etc.

EL COVID-19, ¿ALGO MALO O BUENO?

Deduzco e intuyo que, si por estos días le preguntamos a 100 personas si ¿el Coronavirus es algo malo o bueno?, 90 van a decir que es lo peor que pudo habernos pasado.

SU MAJESTAD

EL CLIENTE

Los invito –al estilo Adela Micha– a hacer un “Ejercicio de imaginación” (sintetizado): Diciembre de 2029 (diez años después del inicio de la pandemia). Un grupo de científicos mexicanos, de distintas disciplinas, se reúnen para hacer una evaluación de lo sucedido una década antes. La idea es hacer un balance de lo malo y lo bueno del fenómeno, tanto desde el punto de vista de salud como del económico.

LO MALO

 Los miles de muertos por tal motivo (con el correspondiente dolor de los familiares).  Los cientos de negocios que tuvieron que cerrar (afectando a miles de trabajadores en todo el país).  El deterioro psicológico de millones de familias que vivieron el largo encierro hogareño.

LO BUENO

 El hecho de haber encontrado una vacuna que salvó en lo futuro a millones de personas.  El reforzamiento del sistema nacional de salud.  El aprendizaje para empresas y personas de ser más cautos en cuestión de ahorro.  El acercamiento obligado de niños, jóvenes y adultos al uso de la tecnología actual.  El hecho de permitir estar más tiempo en familia, lo que provocó una mayor convivencia.  El que muchos mexicanos, además de aprender a cuidar más su salud, descubrieron poseer otros talentos. Es indiscutible que el Covid-19 fue una gran adversidad a nivel mundial pero, a nivel personal, se produjo un fenómeno: “La adversidad hace que algunos se quiebren y otros rompan récords” (William A. Ward).

“Nunca dejes de intentar, todo pasa por algo, de todo aprendemos; no te estanques que luego vienen cosas mejores”.

Algo bueno: El hecho de haber encontrado una vacuna que salvará en lo futuro a millones de personas.

LAS LECCIONES DE LA PANDEMIA

(Comentarios de Oscar Montfort Abarca -director de Imagen Óptica- tomados textualmente de sus recientes editoriales)  El Covid-19 ha cambiado nuestras costumbres, nuestra vida, la forma en que reaccionamos

ante hechos tan insignificantes como cuando alguien estornuda. Antes la gente decía ¡Salud!, o ¡Jesús!, hoy miramos a esa persona asustados y corremos en sentido contrario.  En coyunturas como la actual, sale a flote el acierto de la afirmación darwiniana: no sobrevive el más fuerte ni el más grande, sino el que tiene mejor capacidad de adaptación.  Hemos hablado de la importancia de sacar lo mejor de nosotros, mediante la preparación y el desafío que implica salir de nuestra zona de confort.  Tenemos frente a nosotros la oportunidad de aprender, adaptarnos e innovar. Hoy en día comprender este concepto es vital para la supervivencia de nuestros negocios.  Estoy seguro de algo: con esta pandemia, hemos aprendido muchas cosas, como el trabajo en casa, que tiene implícito un ahorro económico y que, para algunos, está resultando una experiencia que llegó para quedarse.  Nuestra principal lección es saber enfrentar los propios miedos, evitando que estos nublen nuestra capacidad de decisión y nos dañen más que la propia pandemia.  Es en situaciones extremas donde descubrimos con quién realmente contamos y qué también estamos preparados.

FRASES RELACIONADAS

 No siempre lo que sucede es lo mejor.  No todo lo que sucede es lo mejor.  Casi siempre lo que sucede es lo mejor.  “No hay mal que por bien no venga”.  Todo tiene ventajas y desventajas.  “Siempre vendrán tiempos mejores”.  “Después de la tempestad viene la calma”.  Lo que lloramos hoy, mañana puede ser causa de risa.  “Nunca está más oscuro que antes del amanecer”.  La queja de hoy puede convertirse en el agradecimiento del mañana.  Siempre hay una luz al final del túnel.  Hay épocas de vacas flacas y hay otras de vacas gordas.  “Hay veces que nada el pato y otras en que ni agua bebe”. Amigo lector: ¿Usted qué opina? ¿Qué le dicta su experiencia?

El autor es conferenciante, escritor y capacitador, especializado en Desarrollo Humano y Oratoria. E-mail: escritorhnt@outlook.com (Este colaborador acostumbra dar respuesta a todos los correos que recibe).

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